Yuuri, darling...
"Jenny Darling, you re my best friend"
Jenny, cariño, eres mi mejor amiga
Yuuri Katsuki, le consideraba demasiado cercano incluso si su comportamiento rudo cuando él estaba cerca brindaba la sensación de desagrado.
Cuando lo conoció, Yuri no tenía demasiados patinadores con quienes entablar conversación y mucho menos alguien a quien llamar amigo. Después de todo, el mundo del patinaje puede ser muy cruel de cierta manera.
Si bien la llegada de Otabek durante los últimos momentos del Grand Prix fue un gran apoyo, desde antes, Yuri se había percatado de que había formado cierto lazo con "el otro Yuri".
"But there's a few things that you don't know of"
Pero hay algunas cosas de las que tú no sabes
No lo admitiría jamás. Pero el paso de los años lo había hecho enterarse de que realmente apreciaba a Yuuri más que a ningún otro. Inclusive más que al idiota de Viktor, a Mila o a Yakov con Lilia.
Posiblemente empezó desde la primera vez que lo observó, cuando Yuuri dio ese pésimo rendimiento en aquel Grand Prix. Donde obtuvo el sexto lugar, pero aun así acaparó por completo la atención del joven ruso. Quien en ningún punto pudo apartar la vista de su rutina.
¿Cómo es que Yuuri tenía tanta influencia sobre él, incluso desde antes de entablar conversación?
Era como si tuviera cierto magnetismo en su persona. Obligándole a darle un ultimátum cuando lo atrapó llorando luego de acabar, o cuando lo instó viajar desde Rusia hacía Japón sin pensárselo dos veces.
Necesitaba estar cerca del japonés. Necesitaba que este se percatara de su presencia.
Así que, incluso sin entrenamiento de por medio y ya habiendo ganado la medalla de oro, Yuri seguía yendo de vez en cuando a visitarlo. Empleando cualquier excusa posible para no ser descubierto.
Y Yuuri siempre lo recibía con la misma amabilidad, al igual que su familia.
"Why I borrow your lipstick so often
El porque robo tu lapiz labial tan a menudo
I'm using your shirt as a pillow case"
Estoy usando tu camisa como una almohada
Ya no era un niño. Constaba con diecinueve años de edad. Sin embargo, había cosas que Yuri hacía que él mismo no podía sino catalogar como "infantiles".
Llevaba haciéndolas desde que conoció a Yuuri, pero aun así sentía que era algo que no podía controlar.
Como la primera vez que intentó aprender a comer con palillos, luego de una de las agotadoras prácticas que Viktor les impuso. Desde luego que podía hacerlo solo, con un poco de práctica y errores en cuestión de horas podría hacerlo con facilidad.
Al menos así aprendió.
Pero volviendo a ver a Yuuri luego de tanto tiempo, con el japonés preguntándole si necesitaba ayuda, una voz dentro de él le pidió a gritos que lo aceptara.
Los palillos del mayor golpeando sus labios al darle una porción de su comida en la boca.
Un pequeño rubor en las mejillas del rubio que trató de disimular argumentando que la comida estaba demasiado caliente. Bebiendo del vaso de refresco de Yuuri.
El corazón agitado y la mirada inquieta, asegurándose de que Viktor no hubiera visto eso.
Porque claro, cualquiera lo hubiera visto como un acto de amistad desinteresada. Pero Yuri sabía que el otro ruso lo notaría.
El mensaje oculto, que no se puede ver a menos que eso sea específicamente lo que se busca descubrir.
Porque Yuri había tenido un beso indirecto.
Porque el resto de la comida había intercambiado el vaso del japonés sin que nadie se enterara.
Suspirando cada vez que sus labios interceptaban la zona del cristal donde poco antes habían estado los del japonés.
Un beso. Y otro.
Entregándose a ese sentimiento que por muy prohibido que fuera, no dejaba de hacerse espacio en su pecho.
Creciendo lentamente y sin dar un paso atrás.
"I wanna ruin our friendship
Quiero arruinar nuestra amistad
We should be lovers instead"
En su lugar, deberíamos ser enamoradas
Porque entonces Viktor se retiraba del cuarto y Yuri quedaba a solas con el japonés. Entregándose a la sensación de que siempre habían sido solo ellos.
Donde había sido el rubio quien lo ayudó a salir adelante en su carrera de patinaje. Que había sido él y solo él quien había ayudado a Yuuri a superarse y a conseguir esa confianza que ahora mostraba con la frente en alto en las competencias.
¿Pero que habría podido hacer o saber en ese entonces?
En esa época era solo un niño que no sabía canalizar bien sus sentimientos, mucho menos interpretar sus emociones.
Estaba recién aprendiendo cosas del mundo, que posiblemente Yuuri conocía hace mucho.
Era un niño egoísta que quería la atención del de cabellos castaños para que este último notara que tenía a alguien que aun confiaba en él.
Quería que Yuuri lo viera y quedara prendado de su esencia, así como Yuri había quedado de la suya la primera vez que lo vio.
Porque Yuri lo había visto antes que Viktor. Porque sentía que ese era el lugar que le correspondía, viviendo con Yuuri en las aguas termales y comienzo Katsudon cada vez que podían.
Él se lo merecía aún más. Sin embargo, ahora la única manera de acercarse era bajo una disfrazada amistad. Esperando que Yuuri algún día se volteara hacia su dirección y correspondiera a ese doloroso sentimiento.
A sus 19 años recordaba ese supuesto odio a Viktor y reía.
"Celos".
" I don't know how to say this
No sé cómo decir esto
'cause you're really my dearest friend"
Porque realmente eres mi mejor amiga
Entonces Viktor regresaba al cuarto, con más comida para que los tres disfrutaran y se podía distinguir una sonrisa de alivio por parte de Yuuri.
Como si la sola sensación de estar lejos de su prometido fuera algo desesperante.
Entonces Yuri se percataba de que era el mismo alivió que el sintió cuando se reencontró con Yuuri al arribar en Japón.
Y este le sonreía a Viktor, dejándolo sentarse a su lado, con las manos que se entrelazaban por sobre la mesa sin ninguna vergüenza.
Gritándole al mundo lo mucho que se amaban.
Restregándole a Yuri ese amor que él tanto añoraba.
Y Viktor comenzaba a hablar sobre cualquier tema, haciendo comentarios estúpidos que hacían a Yuri fruncir el señor y chasquear la lengua mirando hacia otro lado.
O eso intentaba aparentar. Ya que en el fondo y por el rabillo del ojo seguía observando a Yuuri. Y sintiéndose en las nubes al ver esa hermosa sonrisa.
Una sincera y pura sonrisa de felicidad.
Que aunque no fuera causada por él, no podía sino estar conmovido por la felicidad de su mejor amigo.
¿Cómo poder enojarse con Yuuri si lo que más deseaba en el mundo era su felicidad?
"Jenny, darling, you're my best friend
Jenny, cariño, eres mi mejor amiga
I've been doing bad things that you don't know about"
He estado haciendo cosas malas de las cuales tú no sabes
¿Qué había de malo en esconder la sortija de Viktor?
Fue la culpa del ruso en primer lugar, al quitársela cuando el alcohol ya le había nublado la cabeza esa vez que tanto él como Yuuri decidieron hacer una "pequeña reunión amistosa" en el departamento de Viktor. Donde ahora ambos vivían.
Donde Viktor tenía a Yuuri solo para él en las noches, haciendo que Yuri se formara imágenes mentales que le revolvían el estómago y le estrangulaban el alma.
Y mirando la sortija, Yuri pensaba que si el fuera su dueño no se la sacaría ni aunque su vida dependiera de ello.
Así que esa misma noche, en la oscuridad de su cuarto y sin que nadie lo supiera, él se probó el anillo en el dedo anular, viendo que le calzaba a la perfección.
Después de todo, ya era un adulto. Sus manos ya no eran como las del pequeño niño que tuvo que observar con horror como Viktor y Yuuri se habían comprometido.
La escena hubiera sido completamente si él hubiera estado en el lugar de Viktor. Con o sin medalla de oro, hubiera buscado cualquier excusa para casarse con Yuuri. Inclusive si eso significaba tener que viajar al extranjero.
El ruso no merecía ser el portador de ese anillo.
Sin embargo, cuando a la mañana siguiente fue a visitarlos y burlarse de la desesperación de Viktor, no pudo sino sentirse destrozado.
Yuuri realmente lucia muy abatido. Como aquella vez que llegó a la pista con los ojos enrojecidos.
Y eso era algo que realmente él no podía tolerar. Así que con un tono molesto de voz, retiró la sortija de su bolsillo, entregándosela a Viktor y argumentando la mentira de que la había encontrado en el umbral de la puerta al salir aquella noche y que había olvidado devolverla.
El japonés se lanzó hacia sus brazos por primera vez, abrazándolo con fuerza mientras sus ojos se humedecían y las palabras de agradecimiento brotaban de sus labios.
Entonces la necesidad de corresponder a su abrazo de hizo más fuerte. Ahora era más alto que Yuuri y podría con facilidad alzarlo del piso.
Y luego de eso, correr lejos. Podría robarse a Yuuri a un lugar dónde nadie los conociera y el pudiera profesarle su amor sin ningún recato.
Sin embargo, no podía. Ese no era su lugar en la vida del japonés. Y si para representar bien su papel debía estar dispuesto dispuesto a empujarlo lejos bajo insultos y advertencias de que dejara las cursilerías lo haría.
Mas, la mirada del otro ruso le impidió hacer cualquiera de las dos cosas.
El mayor de seguro lo sabía. Que Yuri estaba mintiendo.
¿Tan notable era para el otro su vergonzoso secreto?
Ni siquiera Yuri entendía por qué no lo encaró. Solo le observó de una manera que el rubio no pudo interpretar sino como lástima.
¿Por qué debería sentir lástima de él?
Entonces Yuuri se apartó y regresó con su prometido. Probándole el anillo en el dedo y compartiendo una sincera sonrisa de felicidad. Algunos regaños cariñosos, un par de besos y asunto arreglado.
En ese momento el rubio se excusó, diciendo que debía regresar a casa. Que solo había regresado para eso y que tenía cosas mejores que sentir nauseas ante las cursilerías de la pareja.
Salió sin despedirse demasiado, enfrentándose al frío clima de la ciudad.
Había hecho lo correcto en esa ocasión, por Yuuri, pero entonces había una cosa que no se explicaba.
¿Por qué tenía ganas de llorar?
"stealing your stuff now and then
Robando tus cosas, ahora y entonces
Nothing you'd miss, but it means the world to me"
Nada que fueras a extrañar, pero que significa el mundo para mí
De seguro Viktor ya le había dado un recorrido completo a través de la ciudad desde el primer día que se mudaron juntos. Así que cualquier esperanza de haber paso un rato a solas con el japonés enseñándole la arquitectura fue completamente abandonada.
Así que el hecho de que Yuuri le pidiera acompañarlo a comprar algo para Viktor, fue una de las mejores cosas que le podía haber sucedido.
No importaba si el otro ruso era el tópico de esa salida. Después de tanto tiempo, por fin podrían salir ellos dos. Y Yuri podría sentirse completo, imaginando que se encontraba en una cita y que todos los regalos de parejas que Yuuri señalaba eran para ellos mismos y no para él y Viktor.
Comieron pasteles, acompañándolos con bebidas calientes en una de las tiendas de la ciudad. Llevaban ahí todo el día y Yuuri todavía no se decidía.
Tenía que ser el regalo perfecto. Yuri no entendía porque insistía tanto, así que por primera vez decidió hacer un movimiento un poco más audaz y atreverse a preguntarle porque actuaba de esa manera.
Como si Yuuri sintiera que arruinaría todo si compraba un regalo que Viktor no quisiera.
Entonces habló, con ese tono de voz dulce y baja, mientras mantenía su mirada en el pastel que había a medio comer frente a él. Le explicó de sus problemas de confianza, acerca de conocer al círculo de amistades que Viktor había hecho en el trascurso desde que se comprometieron hasta que finalmente se decidieron a vivir juntos.
Todas esas personas eran tan llamativas. Interesantes y seguras de su mismas. Con vidas increíbles y envidiables.
Allí, delante de él estaba Yuuri.
Su Yuuri.
Sufriendo y martiriándose por la falta de confianza en una relación que había durado años.
¿Cómo no lo vio antes? Yuuri realmente había sido increíblemente bueno ocultándolo durante todo este tiempo.
Tal vez era el nombre. Y que la gente llamada "Yuri" usualmente era buena escondiendo sus sentimientos ante su persona amada.
Entonces el ruso se sintió enfrentado al más grande dilema de su vida.
Decirle a Yuuri que tal vez tenía razón. Que Viktor estaba actuando extraño, en especial en la fiesta donde se comportó excesivamente cariñoso con Chris.
O consolarle y decirle que estaba pensando pura mierda. Que se notaba a kilómetros lo enamorado que estaba Viktor de él. Decirle que ninguna persona en su sano juicio sería capaz de alejarse Yuuri, una vez caía enamorado de él.
Lo único que atinó, fue a decirle que estaba actuando como un idiota. El mayor lo interpretó como quiso, sonriendo y susurrando un "¿Eso crees"? dirigido más hacia sí mismo que para el contrario.
Lucía mucho más aliviado y fue fácil deducir que significado le había dado a las palabras de Yuri.
"Viktor debería agradecerme por esto algún día" fue lo que pensó Yuri en ese instante.
Tomaron el bus de regreso a casa. Aunque el de cabellos castaños estaba tan agotado que cayó rendido en el hombro de su acompañante, entregándose al sueño.
Se había esforzado demasiado.
Yuri no se atrevió a apartarlo. La sensación era realmente reconfortante. Así, cuidando de que no despertara, apoyó su mano sobre su hombro y lo acercó a su persona. Contenía la respiración, temiendo despertarlo.
No llevaba sus guantes, se los había quitado cuando fueron a comer.
Una acción arriesgada. Pero era la única oportunidad que tenía. La mano de Yuri se posó sobre las del mayor con suma delicadeza. Eran suaves y un poco más pequeñas que las suyas. Estaban tibias y sentía que podía pasar el resto de su vida en esa posición. Dejándose llevar por la tranquilizadora sensación que le regalaban esas manos un poco más pequeñas que las suyas.
¿En qué momento se había vuelto un adulto?
Lo regresó sano y salvo donde Viktor. Viendo desde el umbral como este último batallaba por ver el contenido de la bolsa que el más bajo cargaba y por ende, su regalo de cumpleaños.
No supo cómo terminó, ya que se despidió de inmediato.
¿Viktor habrá notado que Yuuri se fue con guantes y llegó sin ellos?
Posiblemente ambos lo descubrían luego.
Cuando el rubio ya estuviera en su hogar, probándoselos y recordando la calidez de las manos del japonés.
"I wanna ruin our friendship
Quiero arruinar nuestra amistad
We should be lovers instead"
En su lugar, deberíamos ser enamoradas
Un salto mal hecho durante una práctica. El tobillo de Yuuri quedó tan destrozados como sus sueños de competir esa temporada.
Los periodistas no consiguieron entrevistas. Pero el cielo sabía todas las lágrimas que el chico había derramado al verse traicionado así por su destino.
Le suplicó a Viktor seguir por su cuenta. El horror de sentirse como un estorbo en la carrera de su persona amaba le hacía añicos el corazón.
Entonces el ruso volvió a las pistas sin vestir el titulo de entrenador, mientras un cada vez más deprimido Yuuri sentía su alma pudrirse dentro de ese departamento, consolándose únicamente viendo antiguos videos de sus rutinas.
Solo serían unos meses y pronto volvería al hielo.
Pero el tiempo pasaba tan lento y el dolor era tan grande. Que tan solo una semana llegaba a sentirse como un año.
Era allí cuando aparecía Yuri.
Al menos él podía dejar el patinaje por un tiempo, bajo la excusa de que necesitaba un descanso luego de tantos años patinando sin descanso.
Y Yuuri parecía creerle, como si dejara de sentirse tan solo en ese mundo alejado del patinaje.
Siempre podía confiar en uno de sus mejores amigos.
"I don't know how to say this
No sé cómo decir esto
'cause you're really my dearest friend"
Porque realmente eres mi mejor amiga
Y cada día. Cada minuto que Yuri pasaba a su lado, sentía ese sentimiento crecer de manera tortuosa.
Llegaba con ganas de ver la sonrisa del mayor y se retiraba sintiendo que aún necesitaba ver más.
Necesitaba esos enormes y expresivos ojos agradeciendo su presencia. Esa suave voz riéndose de sus comentarios y charlando durante horas. Compartiendo recuerdos, anécdotas, impresiones y todo tipo de cosa que los pudiera hacerse sentir un poco más íntimos.
Necesitaba las manos de Yuuri acariciándolo. Como esas ocasiones en las que veían películas y Yuri fingía dormirse, solo para que el mayor lo recostara en sus piernas y comenzara a enredar largos mechones rubios de su cabello entre sus dedos.
¿Qué estaría pensando Yuuri en ese momento?
Nunca pensó en Viktor. Cualquier ápice de culpa desaparecía en cuanto recordaba todo lo sucedido en el día.
Y si es que sentía culpa, era precisamente culpa por no arrepentirse de nada.
Sin embargo, Yuri seguía respetando lo suficientemente su relación cómo para no hacer un movimiento demasiado atrevido. Y eso que en varias ocasiones había tenido la oportunidad de robar algún beso.
Después de todo, deseaba ser correspondido como cualquier persona enamorada, pero no deseaba coquetear ni muchos menos seducir a Yuuri.
¿Tan malo era que se sintiera tan estúpidamente completo en la presencia del de cabellos azabaches?
Si podía contar con Yuuri para él solo tan solo durante unas horas del día, sentía como si todos los sentimientos acumulados durante años no fueran del todo hirientes.
Como si cada vez en que sin ningún motivo Yuuri se terminaba acurrucando en su hombro, no fuera del todo un error.
"Jenny take my hand
Jenny, toma mi mano
'Cause we are more than friends
Porque somos más que amigas
I will follow you until the end"
Te seguiré hasta el final
El compromiso quedó en eso. En un matrimonio que nunca llegó.
Ninguno de los dos dio explicaciones de porque todo acabó y tampoco nadie se atrevió a preguntar, o al menos a despejar dudas de si la lesión que sufrió Yuuri durante esa temporada tuvo algo que ver.
O al menos era la teoría principal de la prensa.
Sin embargo, entre ellos no se distinguían rencores. A simple vista podían fácilmente confundirse con una buena pareja de amigos si es que desconocías la naturaleza de su antigua relación.
El de cabellos oscuros regresó a Japón, despidiéndose de todo el mundo.
El rubio se fue a despedir al aeropuerto. Al parecer habían acordado junto a Víctor que si este último era quien lo hacía, sería amucho más difícil para ambos. Y desde luego, siendo Yuri la segunda persona más cercana a Yuri en ese país, la misión recayó en sus hombros.
Su vuelo había arribado. Arregló su mochila y le dedicó una última sonrisa antes de dirigirse a la entrada para abordar.
Un extraño presentimiento sobrecogió el corazón de Yuri. Como si esa fuera la última vez que vería al japonés.
Y no quería eso. Ya habían pasado demasiados años dejándolo ir una y otra vez. Ya no había Viktor a quien dar explicaciones. Solo estaba él y su corazón latiendo como loco, mientras palabras nunca antes pronunciadas se agolpaban en su garganta sin llegar a salir.
Lo sostuvo de la muñeca con firmeza, cuidando de no hacerle daño, mientras le obligaba a mirarlo.
Se notaba que el mayor estaba confundido. Tanteando el terreno con preguntas que no hicieran enojar al menor. Pero que daban a entender que quería saber que estaba sucediendo.
La gente seguía abordando el vuelo, ignorando la escena. Yuri seguía allí, estático, sin permitirle al japonés apartarse ningún solo paso.
Era comprensible.
Después de todo ¿cómo poner en palabras un sentimiento que tuvo que mantener encerrado bajo siete llaves durante todos estos años?
Entonces llegó. Silencioso y sin mucho meditar.
Los labios del ruso se encontraron con los ajenos.
La mano aflojó y ahora ambos brazos se deslizaban por la cintura y espalda del mayor, acercándolo aún más a su cuerpo. El cuerpo frágil y delicado de Yuuri se acoplaba a la perfección con el de Yuri, ya maduro y formado
Como si estuvieran hechos para eso.
El corazón le latía con fuerza, amenazando con destrozarle el pecho con cada palpitar y sentía como sus sentimientos se estaban deshaciendo en lágrimas, temiendo lo que pudiera seguir a eso. Temía al odio y a la traición. Temía el haber destrozado lo más hermoso que había conseguido en esa vida.
Temía lastimar a Yuuri, por sobre todas las cosas.
"Jenny take my hand
Jenny, toma mi mano
I cannot pretend
No puedo pretender
Why I never like your new boyfriends"
El porque nunca me gustaron tus nuevos novios
Dio un paso hacia atrás. Y por primera vez, Yuuri logró distinguir profundo miedo en esa hermosa mirada del color del cielo. Empapada de dolor y de lágrimas que enrojecían sus ojos.
El rubio no pudo más, sus manos se apoyaron en los hombros del contrario en un intento de no derrumbarse en el piso.
El corazón de los patinadores es tan frágil como el hielo. Y Yuri tuvo que mantenerlo demasiado tiempo durante temperaturas extremadamente frías para que no se trizara.
Algo hizo conexión en la cabeza del japonés y sintió cómo la duda que lo acosaba desde hacía tanto tiempo, se comenzara a esfumar en el aire.
Sostuvo el rostro del menor entre sus manos, limpiando las lágrimas con extrema dulzura. Como si esa cara triste estuviera hecho de porcelana.
Acarició las mejillas y luego buscó entrelazar sus dedos. Tratando de tranquilizarlo con su compañía. Sabiendo que llorar puede ser lo mejor para alivianar el corazón, lo dejó seguir todo lo necesario. Hasta que entre suspiros, el menor por fin se detuvo.
Yuuri se llevó las manos del contrario hacia los labios, besando sus dedos con delicadeza. Un beso por cada respuesta tardía a un gesto de Yuri.
Un beso por cada vez que no se percató de los motivos de sus acciones.
Un beso por cada año en que Yuri estuvo enamorado de él y él no se dio cuenta. Hasta ahora.
Ya que en ese momento, por fin el corazón del joven ruso dejaba de ser un enigma y terminaba por convertirse en algo dolorosamente hermoso.
"Oh, your love for them won't last long
Oh, tu amor por ellos no va a perdurar
Forget those amigos"
Olvida a esos amigos
Solo ellos supieron que pasó luego en ese aeropuerto.
Que cosas hablaron. El motivo de sus risas y de más lágrimas.
No hubo más besos, no querían ir demasiado rápido, esto seguía siendo algo demasiado nuevo para ellos. Tomárselo a la ligera simplemente no era una opción.
Pero eso no cambiaba el hecho de que en ningún momento habían soltado sus manos.
¿Era esto un sueño?
Porque en ese caso, Yuri no deseaba ser despertado. Quería quedarse de esa manera hasta dar sus últimos suspiros. Ya que nunca antes, hubiera creído que ese sentimiento que por años le causó pesar, ahora le pudiera dar tanto desahogo.
Y por su parte. Yuuri no podía sino sentirse como un idiota. Uno feliz. No negaría todo el amor que sintió por Viktor, así como no podía negar que en alguna parte de su corazón siempre hubo algo que necesitó desesperadamente a Yuri.
Quizás, porque desde el momento en que se encontraron en ese cuarto de baño luego de la Grand Prix, su destino había quedado entrelazado con cadenas de acero.
Siempre influenciándose mutuamente sin percatarse de ello. Inspirándose fuerza y admiración. Y tantos otros sentimientos que más tarde que temprano se terminarían por reconocer como afecto.
De momento, aún necesitaban tiempo. Empezar desde cero era fundamental si querían tomar esto con la seriedad y profundidad necesaria.
Ya luego vendrían las explicaciones a terceros. De momento, solo se necesitaban mutuamente para afrontar esa emoción desbordante.
"I wanna ruin our friendship
Quiero arruinar nuestra amistad
We should be lovers instead
En su lugar, deberíamos ser enamoradas
" I don't know how to say this
No sé cómo decir esto
'cause you're really my dearest friend"
Porque realmente eres mi mejor amiga
La boda se realizaría en España. Calzando con el próximo Grand Prix en el cual ambos participarían.
Si bien ahora su relación estaba cimentada sobre la palabra "amor" de ningún modo eso significaba que la profunda amistad que ellos sintieron en algún momento, hubiera desaparecido del todo.
Tan solo había mutado, en algo mucho más maravilloso y duradero.
Existen diferentes tipos de amor y ellos se sentían más que bendecidos por la oportunidad de compartir diferentes tipos de este. Se sentían felices de estar enamorados de la mayor cantidad de formas posibles.
Sí. Tardó años. Con el precio de lágrimas, dolor, confusión y desesperación.
Pero cuando dos personas tienen la misma meta al final de su destino, no importas cuantas vueltas o cuán lejos se bifurquen sus caminos. Siempre terminarían hallándose.
Eros y Ágape habían colisionado.
Y el amor de Yuri y Yuuri era la viva prueba de ello.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top