Capítulo 37

Bill se acercó lentamente al cadáver del demonio, para asegurarse que estuviese completamente muerto....
Lo estaba. No había ninguna posibilidad de que aquel demonio despertara.
El rubio dejó salir un suspiro de alivio, mientras una sonrisa triunfante se formaba en sus labios. Por fin todo esto había terminado.

Lentamente, tomó la mano del demonio que tantos problemas le había causado, como si estuviese haciendo un trato con él, y puso su otra mano en el pecho de éste, justo en el corazón, y prosiguió a hacer lo mismo que había hecho hace ya un largo tiempo con el hermano de éste mismo: quitarle su energía, sus poderes, su inmortalidad (aunque claro, ésta última ya no le era de utilidad).

Sintió cómo su energía aumentaba al mismo tiempo que aquella fuerza eléctrica color rojo cambiaba al color azul al entrar en contacto con su piel, indicando que ya tenía un nuevo posesor. Siguió así un rato, sintiendo cómo se hacía cada vez más fuerte, hasta que finalmente ya no quedaba nada... El poder que alguna vez le perteneció a Jaden corría ahora por las venas del Cipher.

Bill se pudo de pie nuevamente, sin poder evitar tambalearse un poco, pero recuperando el equilibrio inmediatamente.
Rápidamente recorrió el lugar con la mirada, recordando por donde se había ido su castaño, para luego ir en aquella dirección lo más rápido posible. Solo esperaba que el hecho de haber sido poseído por aquel imbécil no le hubiese dejado ningún efecto colateral a su pequeño.

Mientras tanto, Dipper había despertado en una habitación oscura, sin saber lo que estaba pasando. Se acordaba de haber estado hablando con Jaden, éste intentaba convencerlo de que debía odiar a Bill, y de que debería haberle agradecido el haberlo secuestrado... Y después de aquello, en sus recuerdos no había nada. Absolutamente nada.
Era como si hubiese pestañeado y aparecido en un escenario totalmente diferente. Dipper estaba demasiado confundido. Pero sobre todo, tenía miedo, porque eso no podía significar nada bueno, ¿no es así? 
Sabía que el demonio de cabellos color azabache tenía el poder de controlar la parte consciente de la mente, acaso... ¿lo había controlado a él?, pensaba con terror, imaginando los peores escenarios posibles, en los que el demonio lo obligaba s hacer o decir cualquier tipo de cosas.

Estaba pensando todo aquello, cuando de repente, algo le llamó la atención: su pecho. Ya no le dolía el pecho. Involuntariamente, se llevó una mano a éste, poniendo atención por si el dolor volvía, pero nada, ni siquiera llegaba a molestarle.
¿Eso quería decir que...?
Bill está aquí- pensó el castaño abriendo los ojos como platos.

Con mucho cuidado, comenzó a caminar en la oscuridad, intentando no tropezarse con nada, y no hacer ningún tipo de sonido, mientras buscaba una puerta, o el interruptor de la luz... lo que fuese que lo sacara de allí. Tenía que salir lo más rápido posible de ahí. Tenía que ver a Bill... lo necesitaba desesperadamente.

Siguió así un rato, hasta que finalmente dio con el picaporte de la puerta de la habitación. Lentamente comenzó a girarlo, con cuidado de no hacer mucho ruido. Si Jaden lo encontraba, podía usarlo contra Bill, a lo cual el castaño no podía arriesgarse.

Una vez que abrió la puerta, comenzó a avanzar con sigilo, mirando a todas partes. Se encontraba en un pasillo, ni muy largo ni muy corto, que tenía unas cuantas puertas a sus lados, incluyendo aquella en la que había despertado hace tan solo unos momentos.

De pronto, escuchó unos pasos a la distancia, unos pasos rápidos que cada vez se escuchaban más y más cerca.
Dipper comenzó a entrar en pánico, rápidamente se dio la vuelta, intentando abrir la puerta más cercana a él, la cual desgraciadamente se encontraba con seguro.
Inmediatamente se dirigió a la puerta de la habitación en la que había despertado, sabiendo con certeza que estaría abierta. Estaba girando el picaporte, cuando una voz lo detuvo.

-¡Pino!- escuchó al final del pasillo.
En menos de un segundo, y casi involuntariamente, el menor se dio la vuelta, mirando al rubio de ojos ámbar que se encontraba enfrente de él.
Era él, realmente era él... Podía sentirlo.

El chico de ojos color chocolate tenía los ojos abiertos como platos. Se quedó mirando al rubio un par de segundos, como si no creyera que realmente estaba ahí, para luego sonreír mientras un suspiro de felicidad se escapaba de sus labios.
Sin pensarlo mucho, corrió hacia el mayor, aún con esa sonrisa que demostraba su gran alivio por verlo, y cuando finalmente llegó frente a él, tomó su rostro ente sus manos, para luego unir sus labios en un beso lleno de desesperación por parte de ambos, mientras el mayor rodeaba el torso del castaño con sus brazos, acercándolo a él lo máximo posible.

Una vez que se separaron, el rubio puso sus manos en los hombros del menor, dedicándole una mirada llena de preocupación.
-¿estás bien?, ¿te hizo algo?, dime, ¿¡te hizo algo!?- preguntaba rápidamente, con el ceño fruncido.
El castaño se limitó a negar con la cabeza, para luego abrazar al rubio, escondiendo su cabeza por sobre el hombro del contrario, quien inmediatamente le correspondió el abrazo, aferrándose aún más a él, como si no pensara soltarlo jamás.

-no vuelvas a dejarme- dijo el de ojos ámbar suavemente, mientras apretaba al castaño aún más contra sí- por favor nunca vuelvas a dejarme.
-no pienso hacerlo- le respondió el otro casi en un susurro, para luego alejarse un poco del rubio, para poder mirarlo a los ojos- Bill... Bill, te amo.

En aquel momento, los ojos del rubio se abrieron con sorpresa, para luego llenarse de alegría, poseyendo un brillo que Dipper sólo había visto unas cuantas veces, lo cual lo hizo sonreír también.
El mayor no tardó un juntar sus labios con los de su esposo, en un beso, que a diferencia del anterior, no estaba lleno de necesidad, sino que era lento, apasionado. Bill procuraba disfrutar cada segundo, y recordarlo por el resto de su existencia.

-Bill... Bill, Jaden....
-esta muerto- respondió el Cipher fríamente.
-¿tú...?
-así es... Nunca debió haberse metido con nosotros.
El castaño asintió un par de veces, con el rostro serio, mientras volvía a abrazar al mayor, sintiéndose completo nuevamente.

Realmente, todo ese tiempo sin el rubio, había sido horriblemente tortuoso.

-¿cómo... Cómo me encontraste?, ¿qué fue lo que pasó cuando aparecí en la mansión?, ¿qué...?
-te explicaré todo lo que pasó, lo prometo- lo interrumpió el Cipher- Pero ahora es hora de volver a casa, ¿no crees?
-si... Eso creo- contestó él menor con una pequeña y cálida sonrisa de lado.

Bill apretó al castaño contra sí, para luego cerrar los ojos y chasquear lentamente los dedos, haciéndolos desaparecer de ahí en menos de un suspiro.











¡Hoooola!, ¿cómo están?, ¿les gustó el capítulo?, espero que si jejeje.

Les dije que habría capítulo pronto -3-

Bueno, nuestro querido Billdip volvió a encontrarse <3, y Dipper por fin le dijo a Bill que lo amaba, ya era hora de que pasara, ¿no?

Por otro lado, tengo que decirles que la historia ya está llegando a su fin, lo cual en verdad me da mucha penita :(. Pero bueno, en algún momento va a tener que pasar T-T.

Gracias a todas las maravillosas personitas que están leyendo esto, a las que votan y que comentan. ¡Las amo a todas! <3.

Y...

¡Otra cosa!, quería decirles que me sorprendió bastante el saber de dónde provenían mis amados lectores, en verdad no esperaba que gente de tan lejos leyera mi historia... Es todo un honor :3.

Por otro lado, me dio risa el hecho de que la mayoría pensara que soy de Colombia, no sé por qué todos infirieron eso, pero lamentablemente tengo que decirles que se equivocaron.
Soy de Chile jsjsjs.


Como siempre les agradecería que votaran y en especial que comentaran, ¡me encanta saber lo que piensan!





Y bueno... Creo que de mi parte eso es todo...

















¡Nos leemos luego!

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