Capítulo 29
Bill sonreía mientras besaba al amor de su vida. Sinceramente, no le había sorprendido para nada el repentino beso del castaño, pues ya sabía que su Pino estaba volviendo a caer por él, y, según sus cálculos, pronto volvería a estar locamente enamorado de él. Él mismo se encargaría de que así fuese.
Claramente había tomado mucho tiempo, y había sido muy difícil...
Pero nada es lo suficientemente difícil para mí- pensaba mientras seguía besando al menor, a la vez que rápidamente lo tomaba de la cintura, acercándolo aún más a él, si es que eso era posible.
Era un beso largo y apasionado, sin prisa ni desesperación. Si alguien los hubiese visto, habría jurado que los dos chicos estaban profundamente enamorados... pero no había nadie más ahí...
O eso creían.
Lentamente, los dos chicos se separaron, quedándose mirando un tiempo que pareció eterno.
Pero por más que quisiese Dipper no podía evitarlo. Eran sus ojos. Aquellos de los cuales se había enamorado, y de los que inevitablemente estaba volviendo a amar. Aquellos hermosos ojos color ámbar que no dejaban de mirarlo con una gran devoción, haciéndolo sentir como si fuese la persona más importante en el mundo.
-yo... Tengo que...
-te amo- dijo el rubio contra sus labios, interrumpiéndolo- te amo más que a mi propia vida... Que no se te olvide nunca.
-yo... -comenzó a decir el castaño, perdiéndose nuevamente en la mirada del mayor- ...Nunca he podido sacarte de mi corazón, Bill. Lo he intentado, Dios sabe cuánto lo he intentado, pero no puedo, simplemente no puedo- dijo poniendo su mano el la mejilla del Cipher- ... Creo que, tal vez, en el fondo... Nunca quise sacarte realmente... No lo sé... Sinceramente, estoy muy confundido en estos momentos.
Bill lo miraba con una sonrisa cálida, sincera, mientras que en sus ojos se podía ver cierto brillo, un brillo de felicidad pura.
Fue un momento hermoso...
...lástima que no pudiese durar por siempre...
Dipper se encontraba camino a su habitación, ya lo había decidido, y aunque aún quedaban algunos atisbos de duda, creía haber tomado la decisión correcta. Y se sentía satisfecho con ella.
Luego de unos segundos estuvo finalmente en frente de la puerta que daba paso a su habitación, giró el picaporte y entró como de costumbre, camino a buscar un libro que había dejado sobre su escritorio aquella mañana.
Sin embargo, lo que vio al entrar, lo dejó paralizado.
Sobre su cama se encontraba aquel chico, Jaden, sentado como si de su propia cama se tratase, mirándolo con una sonrisa divertida, una sonrisa que lograba ponerle la piel de gallina al castaño.
-¿qué haces aquí?- preguntó el menor seriamente.
-¿he de asumir que tu elección ya está tomada?- preguntó el demonio, ignorando la pregunta que le había hecho el chico.
-si, ya tomé mi decisión- respondió el castaño firmemente.
El chico de cabello azabache arqueó una ceja, sin dejar de sonreír, como esperando que el Pines terminara la oración.
-no me iré contigo, en verdad agradesco que quieras ofrecerme tu ayuda, pero realmente no la necesito... Voy a quedarme.
-¿y no hay nada que pueda hacerte cambiar de opinión?- la sonrisa había desaparecido del rostro de chico
-no. Lo lamento, pero no.
-ya veo... Es más interesante quedarse aquí, ¿verdad?- dijo el chico mortalmente serio- vivir junto al Cipher, siendo conocido como "la reina del mundo"- dijo mientras que, con un fuego color rojo eléctrico, hacía flotar la corona del castaño que estaba en el escritorio (como casi siempre), y la dejaba suavemente sobre la cabeza de su dueño- debe ser increíblemente emocionante.
-no sé lo que intentas, pero ten claro que digas lo que digas, no va a hacerme cambiar de opinión.
-así que así son las cosas... -dijo el chico poniéndose de pie, caminado lentamente hacia el contrario- finalmente caíste en las redes del Cipher. La verdad esperaba más de ti. Mucho más, para serte sincero.
-no me interesa lo que esperes de mi, ya tomé mi decisión.
-es una pena... Realmente es una pena. La verdad, esperaba poder hacer esto por la buenas... -dijo quedando a sólo unos centímetros del castaño.
-¿ha-hacer qué?- preguntó el chico frunciendo el ceño, desconfiado, mientras retrocedía unos pasos.
-te voy a contar algo, mi querido Dipper, ya tienes una idea acerca de lo que soy, ¿no es así?
-un demonio- dijo el menor sin dudar.
-así es, al igual que tu "esposo"- dijo haciendo comillas con los dedos- soy un demonio. Y como sabrás, hay muchos tipos de demonios: de los sueños, del tiempo.... Yo, específicamente, soy un demonio de la mente, aunque solo de la parte consciente de ésta. Aunque puede ser realmente aburrido, por lo tanto, para entretenerme, hago lo que la mayoría de los demonios hacen: tratos.
-¿tratos?- preguntó el castaño frunciendo el ceño.
-así es, tratos, un humano nos invoca, pide algo que desee, y nosotros pedimos algo a cambio, ¡muy fácil, todos salimos ganado! Y eso nos trae hasta aquí...
-¿quién... Quién te invocó?
-¿en serio no se ocurre nadie?, ¿alguien cercano a ti, que estuviese tan desesperado por verte que invocó un demonio, sin siquiera pensar en las consecuencias?
-Mabel...
-¡bingo!- dijo con un tono algo sarcástico- tu ingenua hermana Mabel estaba tan desesperada por tenerte de vuelta que decidió invocarme, al parecer, mi aspecto sin colas ni miles ojos le dio algo de confianza- dijo con burla.
-¿qué te pidió Mabel?- dijo el castaño temiendo la evidente respuesta.
-"aleja a mi hermano de Bill, ¡te lo suplico!"- dijo con un tono de fingida preocupación.
-¿Y que le pediste a cambio?- dijo desviando la mirada al piso.
-es divertido, la verdad, porque no le interesó el precio ni en lo más mínimo, dijo que me daría lo que fuese, por lo tanto, cuando le dije que todavía no sabía y que se lo pediría después, no le importó ni un comino, aceptó de inmediato.
-entonces vienes para llevarme de regreso a Gravity Falls...
-otra cosa divertida... la castaña dijo "aleja a mi hermano de Bill", nunca dijo "trae a mi hermano de vuelta", o "regrésame a mi hermano", simplemente me pidió que te separara del imbécil de Cipher.
Dipper sintió una horrible sensación.
-¿q-qué vas a hacerme?- preguntó el Pines algo nervioso- ¿qué vas a pedirle a cambio a mi hermana?
-no es difícil ver el por qué el rubio se enamoró de ti- dijo el de cabello azabache, como cambiando el tema- eres listo, curioso, tienes algo tan... Humano- dijo poniéndole un mechón de cabello tras la oreja- y físicamente no estás nada mal- le guiñó el ojo.
-aléjate de mi- dijo retrocediendo unos pasos.
-te voy a contar otra cosa... Tu querido esposo, "el Rey del Mundo", no es un ángel precisamente, aunque creo que eso ya lo sabías... Ha hecho cosas por las que tiene que pagar... Tal vez si te llevo al infierno conmigo...
-los demonios no pueden volver al infierno- dijo el menor rápidamente.
-no todos- le corrigió el contrario sonriendo- temo decirte que no te has informado correctamente, querido Dipper, hay algunos demonios, de alto rango, que tienen permitido viajar entre el infierno y la Tierra, ¿acaso Bill no te lo contó?- dijo cínico.
Ahora sí que Dipper estaba nervioso. Esto era malo. Muy malo. Y lo peor es que no tenía ni idea de dónde podía estar Bill. La mansión era tan grande que si el rubio estaba lejos, no lo escucharía gritar. Y tampoco veía muchas alternativas de escapatoria.
De pronto, se acordó del tema de sus almas y de cómo estaban unidas... Tal vez funcionaría...
Dirigió su mirada al demonio de cabellos azabaches, mientras por dentro llamaba a Bill a gritos.
Bill, te necesito.
Bill, por favor ven.
Bill, estoy en nuestra habitación.
Bill, estoy en problemas.
Bill... Es urgente... Necesito tu ayuda... Ven antes de que sea demasiado tarde.
Estaba concentrado en sus pensamientos, cuando de pronto sintió cómo Jaden le alzaba el mentón. No tenía ni idea de lo que le acababa de decirle.
-así que qué dices... ¿Vienes conmigo?- le dijo persuasivo.
-ni en tus sueños- respondió el otro desafiante.
-creo que lo harás de todas maneras- dijo con una sonrisa que provocó que un escalofrío recorriera la espalda del menor.
De pronto, la puerta se abrió de golpe, dejando ver un rubio con el ceño fruncido y los ojos bien abiertos.
-¡Bill!- exclamó Dipper aliviado.
-Rey Cipher- dijo el demonio con burla- un gusto, me quedaría hablando con su majestad, pero ya nos íbamos- dijo tomando bruscamente al castaño del brazo, acercándolo a él y haciendo que la corona que éste tenía en la cabeza cayera sonoramente al suelo.
-¡Dip...!- comenzó a decir el rubio mientras corría hacia su Pino, pero antes de que pudiese terminar de siquiera pronunciar su nombre, el chico pelinegro chasqueó los dedos y le dedicó una mirada de burla, para luego desaparecer, llevándose al castaño con él.
Bill quedó solo en la habitación. Con la mano alzada, intentado alcanzar a alguien que ya no estaba.
Se quedó ahí un par de segundos, con el ceño fruncido y la respiración agitada. Para luego salir corriendo de la habitación.
Iba a encontrar una manera de resolver esto, tuviese lo que tuviese que hacer... Tendría a su Pino de vuelta.
¡Hoooooola!, ¿cómo están?, ¿les gustó el capítulo?, espero que si jejeje, al menos a mí me encantó escribirlo :3.
Uffff... Prepárense, se nos vienen los problemas :(, pobre Bill, pobre Pino.
Sé que los dejé con un poquiiiito de suspenso, así que voy a intentar actualizar pronto, lo prometo jsjsjs.
Gracias a todas las maravillosas personitas que están leyendo esto, a las que votan, y al las que dejan sus bellos comentarios, en verdad me hacen muuuuuy feliz <3
Como siempre agradecería que dejaran su voto y su comentario, ¡quiero saber lo que opinas del capítulo!, ¡es verdad es importante para mí!
Y bueno... Creo que de mi parte eso es todo...
¡Nos leemos luego!
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