La última esperanza.


Recargado en la pared, no podía creer todo lo que le había pasado en tan solo unos segundos, todo lo que le habían dado y quitado en tan solo un instante. Las pequeñas gotas color carmesí caían al piso pulido del Hospital, una a una, aún frescas. Sus manos cubriendo su rostro manchando algunos mechones de pelo con la sangre aún fresca que yacía en las puntas de sus dedos. Rezo, rezo a quien pudiera escuchar que todo saliera bien. Desearía haber sido el, el que ahora estuviera en el quirófano y no ella, no ellos. Se desplomó al piso llorando, no se resignaría a perderlos..

Padmé se negaba a creer que todo ésto fuese real, su hija en el quirófano con una herida de bala y su nieto, pensó en su nietesito, Luke la abrazaba.

Una mano se extendió sobre el, era Bail, quien parecía traer un vaso con algo humeando.—Toma,—le ofreció,—es un poco de café negro, seguro te ayudará.

El miro desde el suelo con los ojos rojizos por el llanto.—¿Porque no me dijo?.—aguanto el dolor en su pecho.—¿porque no me dijo que esperaba un hijo mío?.

Bail sonrió con tristeza, se apoyo en la pared y se sentó junto a el en el suelo frío.—Sabes Han, las mujeres son siempre un enigma, una compleja y hermosa trivia de la vida,—le sonrió.—no se porque Leia no te dijo nada, creo que nadie lo sabía. Ella siempre te amo y bueno siempre te protegió.

La imagen de Leia frente a el, protegiéndolo de la ira de su padre, de el arma que se disparo, ella en el piso bañada en sangre, sin quitar su vista de el.—No quiero que les pase nada.—fue lo que pudo decir.—la amo y mi hijo....—comenzó a llorar, con sus manos cubrió su dolor, la sangre seca en sus manos picaba.

Bail lo abrazo, siempre quizo un hijo y Han parecía tan perdido.—Calma hijo, Leia es una mujer fuerte es una luchadora nata y estoy seguro que ese hijo que lleva dentro es igual de fuerte que ella. Mantén la fe por ellos.

°

Padmé no podía dejar de pensar en su hija, seguía sentada como hipnotizada y pérdida, nadie había salido a decirles como estaba ella ó su nieto, la agonía no la dejaba descansar. Bail insistió que fuera a descansar a la casa, que Luke, Han y el se quedarían, pero ella no se iría sin saber sobre su hija.

Han seguía muy adolorido, por la falta de información, Maz y Chewie llegaron a darle apoyo y querían que fuera a cambiarse de ropa, la que traía aún tenía sangre y sus manos estaban sucias, el había dicho que no. Tampoco se alejaría de ella y mucho menos de su hijo.

Maz seguía insistiendole que fuera a casa, cuando porfin el médico salió para hablar con ellos.

—¿Como está?.—se apresuró Han, tenía tanto miedo como todos. Nunca antes había tenido tanto miedo como el que sentía justo ahora, un miedo que apretaba su pecho.

—¿Los familiares de Leia Organa?.—dijo lo más sereno el doctor.

—Yo soy su madre—se acercó Padmé, Bail la sostenía, los nervios traicionaban sus piernas.—Mi hija, ¿como está?.

—Bien, debo decir, que la bala impacto en su brazo derecho y no daño ningún órgano vital, lo único que hicimos fue contener el sangrado y una posible infección, pero ella estará bien.

—¿Y mi hijo?. —se adelantó Han,—dígame que esta bien hijo.

El doctor se quedó serio por un momento ante el dolor de Padmé que comenzó a llorar pensando lo peor. Han no podía creer que algo malo le pudiera pasado a su hijo, la idea de perderlo para siempre, sin siquiera haberlo conocido y haberlo sentido entre sus brazos.

—El bebé esta bien..—porfin habló.—no se preocupen, la paciente es bastante resistente y parece que lo protegió con la fuerza que le quedaba, el bebé tiene buena salud, su embarazo es estable, con sus cuatro meses está bastante bien. Ahora está con sedantes y es posible que este así hasta mañana.—les sonrió y se retiró.

Fue un alivio para todos, Maz abrazo a Han, todo estaría bien, todo estaría mejor. Le susurró un "te lo dije", y el solo asintió entre el abrazo de su mejor amiga, tenia que aferrarse a lo bueno.

°

Leia se veía tan apacible en su cama, murmuraba cosas sin sentido, todo por los sedantes, una mano apretó la suya y eso le dio la fuerza para abrir los ojos. Lentamente regresando a la luz.

—¡Mi bebé!—,grito.—sus ojos miraron a todos lados y solo miro a Luke a su lado, con una sonrisa por ver despierta a su hermana gemela.

—Todo está bien,—la calmo.—no te preocupes, tu bebé esta bien, todo está bien.—apretó su mano y no dejaba de tomar su mano entre las suyas.

Ella se calmo un poco, aún así su respiración era profunda, mientras tomaba el control de todo.—¿Donde está Han?. ¿el esta bien?.—tenía que saber. Temía que el arma de su padre aún tuviera una bala más.

—El estaba muy desaliñado y así no podía estar cerca.....

—¿Papá no le hizo nada ó si?.—aun recordaba la ira de su padre y el sonido de su arma de fuego contra el, la preocupación y el miedo nublaban sus pensamientos.

—No, papá no lo lastimó, solo que estaba manchado con tu sangre...

—Papá.... El....

—El esta en la Comisaria, alega que todo fue un accidente, mamá esta muy molesta, yo estoy muy enojado. Por muy accidente, ir con un arma, amenazar a alguien y atentar contra tí.—parecía dolido, el siempre apoyo a su padre. Leia cubrió su mejilla con su mano, le dolía mucho ver la ira de su padre y no el amor de sus hijos.

—Esta bien Luke.....

—Como va a estar bien, el casi te mata, a ti y a tu bebé a su propio nieto.—no podía creerlo.

—Yo no lo odio, por más que me halla hecho daño, es mi padre es nuestro padre, dejemos que las autoridades hagan su trabajo.—le sonrió, Leia era todo menos una persona rencorosa.

Luke atrapó su mano y le sonrió, Leia su hermana y siempre sería su guía.

°

Cuando Luke salió de la habitación de Leia, Han ya esperaba verla.

—Ella, ¿esta despierta?.—tenía esperanza de que ya estuviera mejor. Desde que se fue una parte de el se quedó alado de ella.

El asintió.—Si, y quiere verte.

Cuando entró, ella comenzaba a dormitar por el cansancio aún le dolía el hombro y un poco la cabeza, sumando que los sedantes aún la tenían en el limbo, quería estar más tranquila por su bebé, aún así no dejaba de pensar en mil cosas y al final en ninguna.

La miro desde la puerta, se veía tan débil en esa cama, con esa bata azul cielo y el montón de cables a su alrededor, se acercó lentamente a ella y sus rodillas tocaron el piso, y se recargo cerca de ella.

Nunca en su vida pensó amar a alguien así como el la amaba, tomó su mano y ella solo se movió pero no reaccionó. Pensó en todos los mejores momentos que pasó con ella, las pláticas en el parque, los paseos en auto, las conversaciones en el restaurante, los besos y caricias. Cuándo la tuvo en sus brazos y la hizo suya por primera vez. Aunque el médico halla dicho que estaba fuera de peligro, no soportaba verla en este estado, ella siempre llena de vitalidad. Paso su mano sobre su vientre, una especie de choque cuando sintió el pequeño bulto en el, sabía que ahí había un bebé, un hijo suyo, un hijo de los dos. El jamás creyó estar en esta posición.

—Tengo miedo pequeño bebé.—le susurró.—se que no he sido el mejor hombre y que no tuve un padre, pero te aseguró que haré lo mejor que pueda. Te daré el amor que yo no tuve y te amaré, en este momento te amo más que a nada. Mi pequeño bebé.—comenzó a sollozar, se acercó aún más a su regazo y apoyo su cabeza. Sentía su calor y su respiración.

Leia percibió algo en su regazo, y por primera vez sintió a su bebé revoloteando en su vientre. Cuando abrió los ojos, notó al hombre que tanto tiempo alejó y que ahora más que nada quería cerca. Su mano envuelta en cables se movió, entre lazo sus dedos en su cabello y era real no era un sueño, Han estaba a salvo con ella.

Se había quedado dormido en su regazo, cuando un suave toque lo hizo volver en sí, cuando se incorporó la mirada apacible de Leia lo recibió, dándole una sonrisa que el le correspondió.

La abrazó como pudo y es como si Dios le devolviera la vida, su calor, su aroma su vida.

—Han...—susurró entre su abrazó.—mi amor.

Por un instante todo fue mágico a su alrededor,—Por un momento creí que te perdería.

Ella lo apartó, con sus dedos quitó los mechones de su frente para ver sus ojos y el la besó, porfin probaba sus labios, extrañaba la suavidad y dulzura de ellos, lo atrajo hacía a ella, era dulce y calido, cuando buscaron aire, compartieron una sonrisa.

—Perdón.—dijo.

—¿Porque?.—tomando su rostro.

—Por haberte dejado así.—aguanto el llanto.—además el haberte ocultado mi embarazo.

El le beso, un beso largo y profundo.—Leia....

—Fuí injusta, mi padre armó todo, de alguna manera montó eso con la mujer en tu apartamento.—tomó sus manos.—debí haberte escuchado.

—Mi Ángel.—acariciando su suave cabello.—ya no importa, ahora estamos juntos y nada ni nadie nos volverá a separar, te amo.

—Te amo, te amo más que a nada.—sonrió con lágrimas en los ojos.

Se volvieron a abrazar, así por un momento más. Todo era real al fin y al cabo. Ella se quejó.

—¿Estas bien?.—talvez la había lastimado, la herida seguía ahí.

—Se movió de nuevo.—con un brillo en sus ojos.—el bebé, nuestro hijo.

De nuevo la atrajo a sus brazos.

—Te escuché.—dijo.—serás un buen padre, seremos buenos padres.

—Jamás te dejaré, jamás los dejaré.—le prometió.

°

Algunos meses después.

El cansancio no la podía derrotar, era tan independiente inclusive con un embarazó de casí nueve meses. Sus movimientos eran lentos pero firmes. Tratando de levantar una caja de la mesa -seguro dentro algunos adornos navideños- era pesado pero no se daría por vencida.

Han llegaba a la casa, con algunas otras cajas del auto de la mudanza y contempló a su querida Leia tratando de levantar una caja.

—Amor.—el levantó la caja.—no puedes hacer esfuerzo, lo dijo el doctor.

Ella rodo los ojos.—Han Solo, puedo hacerlo.—quizo quitarle la caja. El la dejó en el suelo y la abrazo en el aire.

—No quiero que te pase algo.—la beso.

—Es solo una caja.—repitió.—no me va a matar.

La bajo e hizo una mueca.—Eres tan terca Leia Organa.

Ella sonrió.

—Ojalá mí hijo no tenga tu humor.—beso su vientre, bajo el vestido de Margaritas.

Ella acarició su cabello.—Tendrá mucho de nosotros, tus bellos ojos....

Recién se habían mudado a una casa, pequeña, pero suya, el negocio hiba bien, y Leia se había graduado hacía unos meses atrás. Su boda se aplazó hasta el nacimiento del bebé, aunque Padmé lo vio mal, Leia no estaba dispuesta a lucir un vestido talla 40.

—Te amo tanto Leia, seremos tan felices aquí.—beso su mejilla.—ya pronto quedará la habitación.

Ella sintió un dolor agudo en la espalda y se quejó, Han se asustó al ver el agua debajo de sus pies, Se había roto la fuente, ambos se miraron con cierto temor.

°°°

Hola, esperó les guste, me tarde un poquis pero acá esta. No es el final, obviamente tendremos un poco de bebé Ben. Ok polisha.

No olviden dejarme su opinión 🗣️👥 💬 y su voto ☑ que es lo mejor del mundo.

Gracias aitanaktk

EsmeraldaLezro

Gracias por su apoyo 💕




























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