Fatal


Su pensamientos eran un torbellino que no se detenía, quería llorar desahogarse con alguién. Junto a ella la acompañaba; Brendol, que había aceptado venir por ella al Restaurante, el único lugar donde había llegado después de tanto correr. El se portó amable con ella pero sería a su modo de ser.

El no hizo preguntas no quiso agobiarla aún más de lo que ya se veía. El plan de Rachel, cualquiera que halla sido había funcionado. Leia se veía muy mal, se notaba que había estado llorando y que justo ahora reprimía el llanto. Una especie de remordimiento llegó a su mente y corazón, es verdad que siempre amo a Leia pero si ella no lo amaba el no sería capaz de verla así de destruida.

Pidió que la llevará con Mara a su departamento en Sussex, puesto que no tenía ni ánimos y mucho menos valor para hablar con su madre y Bail sobre este inconveniente.

—Muchas gracias por traerme.—sonriendo lo mas que pudo. Sonrió aunque su ánimo no era el que quería mostrar, el sufrimiento en sus ojos color caramelo era demasiado para una simple sonrisa amable. 

—De nada,—tomó su mano. Leia se sorprendió ante su gestó físico, ella quitó su mano de la suya lentamente.

—Brendol.... Te pido un favor.—con cierta vergüenza.—porfavor no le comentes nada a mi padre sobre lo que pasó hoy.—sonrió temerosa.—no quiero preocuparlo.—sus ojos rogaban complicidad. El solo asintió.

—Claro que no le diré nada. En mi siempre tendrás un ayuda incondicional.—le besó la mejilla.—¿Quieres que te acompañe?

Ella negó, agradeció y se despidió. Subiendo las escaleras, cada paso era un dolor en su corazón, era como si se alejará más y más de Han. A cada paso más lejos de el sentía una angustia en vez de un consuelo; lo amaba.

Brendol se sentía mal por Leia, no era la Leia que el conocía, si no una muchacha muy desdichada, si por el hubiese sido no le diría nada a Anakin, pero el ya sabía cada paso de Leia como de el.

Ya eran más de las diez de la noche por lo cual Mara tomaría un baño en la tina, en toalla lista para su baño relajante con aroma a flores el timbre en la cocina la hizo retroceder. Ella no recibía visitas a estas horas de la noche, y Luke no era, no habían quedado de verse, tomó su toalla y salió a ver quien era el visitante nocturno.

—¿Quien?.—pregunto en el intercomunicador. Una voz sollozo al otro lado y no podía distinguir quien era. ¿Una broma?, pero el sollozo siguió y la voz tomó forma.—,¿Leia?.—ella emitió un sí.

Cuando abrió la puerta miro a una Leia bañada en lágrimas muy alterada nada que ver con la muchacha dulce que dejó en casa de Han hacía unas horas atrás.

—¿Que pasó?.—tomando su mano para que entrará. Leia solo lloraba y negaba.—no me digas que el maldito no se quiere hacer responsable del bebé.

Ella negó.—Ni siquiera tuve tiempo de decirle que estoy embarazada.—con su voz entrecortada pudo decir.

Mara parecía confundida.—¿Porqué no le dijiste?, y ¿porque lloras?.—se acercó a ella tomando sus manos.—me estas asustando.

—Han Solo es un metiroso, es un poco hombre, es una basura.—abrazando a Mara. Ella la tranquilizó.

—Cuentame, ¿que pasó?.—le susurró.

—El me engaño con otra mujer.—comenzó a llorar.—lo encontré con una tipa y ella estaba desnuda en su habitación.—quería dejar de llorar pero su corazón no la dejaba su alma lloraba.

—Leia.—la abrazó.—te traere un té. Vamos ven a cambiarte de ropa.

Después de unos minutos, Mara trato de consolarla, su amiga no se veía muy bien, se veía pálida y muy cansada. Mara preparaba el té en la cocina pensando en lo feliz que era Leia hace unos horas, y lo que miraba y sentía era una sombra de su amiga.

El corazón de Leia que hace unos días era el más feliz por haber encontrado su igual, ahora sufría en una horrible agonía. No podía creer que Han la halla estado engañado con otra mujer, ¿desde hace cuánto?, ¿Maz lo sabía?, ¿habra estado engañandola desde que empezaron a salir?, lo que era verdad es que la había engañado esta noche, había jugado con sus sentimientos y ella le entregó más que su cuerpo; le entregó su alma. Todos los planes que tenía con el se habían esfumado, todos. Pensó en su bebé ¿que haría ahora?, ¿que le diría a sus padres?.

—¿Mejor?.—tomo su mano Mara.—¿te llevó a la cama?.—ofreció la joven pelirroja a su amiga quien parecía un poco más serena.

Ella negó. Su mente aún giraba en que haría.—No se que voy hacer ahora.—su mirada perdida en algún punto, sus ojos picaban quería llorar de nuevo.

—Aquí estoy yo amiga.—sujetó aún más fuerte su brazo.—quédate aquí.

—¿Para siempre?.—con sarcasmo.—decepcione a todos, Mara. A mamá a Bail y a mi padre, el tenía razón. ¿Que voy a hacer con mí bebé?.—su corazón latía muy fuerte, el bebé que crecía dentro de ella, lo quería, lo amaba.

—¿Porque no le dijiste a Han?.—la miro con reclamó, aunque la había engañado el tenía que hacerse responsable.—el tiene un deber contigo y con el hijo que esperan.

—Simplemente no quize decirle, el no merece nada más de mi.—enojada y fría.—no voy a permitir que tenga algo mío no se lo voy a permitir.—con cierta ira en su corazón.

—Entonces, ¿cuando le dirás a tus padres?.—Mara no podía dejar que esta situación se alargará.—no puedes mentir más.—dijo sería pero no la dejaría sola.

—No lo se,—sonrió melancólica.—no se que les diré. Tengo miedo por mi bebé, por todo.

Mara quería mucho a Leia, siempre habían estado juntas desde muy chicas, Padmé fue una segunda madre para ella y siempre sintió a Leia como una hermana, sumando que siempre amo a Luke. Quería que su amiga su mejor amiga estuviera a salvo, sabe y conoce el temperamento de su padre; Anakin. Una idea algo escabrosa y malvada pero justa y tal vez necesaria se le ocurrió.

—Y que tal.....—lo pensó mejor. Suspiro.—puedes.... No se aún estas a tiempo de.... Abortar.—dijo con dolor en su corazón, pero tenía que considerarlo.

Leia se quedó helada y mirando a su amiga con un extraño dolor, tocó su vientre como un acto reflejo y aunque no estaba abultado podía sentir un bebé en ella y escuchar a la lejanía una risa angelical. Ella negó.

—No.—fue firmé.—yo no puedo hacer eso, este bebé no tiene la culpa de nada, el es inocente.—pensó en lo mejor para su hijo.

—También está la opción de darlo en adopción.—se encogió de hombros.

Ella no podía imaginar a su bebé lejos de ella, en una casa hogar ó algun orfanato. Tampoco quería eso para su hijo. Volvió a negar.

—Es mi hijo.—su lado materno salió a la luz.—lo tendré, tengo tiempo suficiente para graduarme y salir de la Universidad sin ningún problema.—suspiro.—cuando sea el momento le diré a todos y...... y después, después me iré.... Me iré muy lejos.—confeso.

Mara la miro muy confundida la parte de irse lejos.—¿A donde?, ¿A donde piensas irte?.

—Con mi abuelo, mi abuelo en Estados Unidos.—tocando su vientre y confiando en Dios.—estoy segura de que el no me dejara sola.

°

Habían pasado algunas semanas y para su suerte su vientre aún no se notaba mucho. Y además el cuento de hadas con Han se convirtió en una fatídica travesía del dolor. Leia había ido a su casa y las vacaciones ya estaban en marcha desde hace unos días., por supuesto que ella no iría a ningún lado, y esta vez no por Han si no por su propio bien. Había hablado sobre su rompimiento con su familia, pero omitió la razón verdadera.

Su padre sabia la razón pero no diría nada el al final de cuenta no sabia nada. Justo ahora hablaba con Luke sobre el viaje y el aún quería que sus hijos fueran con el.

—Hija querida.—beso a su hija.

Ella sonrió y lo saludo, su tristeza en sus ojos era visible, Leia no estaba bien y el lo sabía.—Hola papá.

—Quería decirte que ahora que tu ya no estás con  Han, sería bueno que vinieras con nosotros a Nueva York, sabes Brendol vendrá también.—la ánimo.—¿quieres venir con nosotros?.—se sentó a su lado.

Ella sonrió.—Me quedaré con mamá y Bail, además tengo unos proyectos pendientes.—mintio

El tocó su mejilla.—Hija todo esto es muy duro supongo, esto de terminar una relación.—río al recordar su divorcio.—si lo se yo muy bien, pero uno es capaz de mirar hacia adelante. Ven con nosotros.—le insistió.—te hará bien respirar un nuevo aire.

Ella no quería ir.—No papá no quiero, no me siento bien para viajar y la verdad no quiero ir.—quería llorar.—por favor no insistas más.—casi como una suplica.

El beso su mejilla de nuevo—,Esta bien.

Al salir de la habitación contempló a su hija y está le sonrió, una punzada en su corazón le decía que mucho de su sufrimiento era ocasionado por el, ahora más que nada no le diría nada a su hija, pero la culpa comenzaba a vislumbrar en el horizonte de su alma.

°

Han había tratado de todas las maneras posibles contactarse con Leia, pero era en vano, en su casa no contestaba el teléfono y Mara no daba señales, quería hablar con ella sobre la verdad, el era inocente. No quería perderla para siempre. No había hablado con Rachel, sus actos deliberados lo destrozaron al igual que a Leia. Hoy trataría de hablar con ella en su casa, sabía que no faltaba mucho para el viaje a América y no quería verla marchar.

°

—¿Se puede?.—tocó la puerta de su habitación Padmé.

Ella siempre fue amorosa con sus hijos y la resistencia de Leia de no ver a Han era demasiado extraño para ella, Leia era todo menos una persona rencorosa. Leia señalo que pasará. La encontró acomodando algunas cosas.

—Mi amor, ¿como estas?.—fue cuidadosa con las preguntas. Pero Leia no quería hablar.

Ella sonrió cálidamente, no quería mentirle a su madre, pero aún no se sentía comoda como para decir la verdad.—Bien mamá,—empacando unas cosas sin mirarla a la cara.

Padmé tomó su brazo para que dejara lo que estaba haciendo.—Te conozco Leia Skywalker, y se que algo no me has dicho, este comportamiento no es  usual en tí.—sin estar enojada más bien preocupada.

Ella río en broma negando cualquier cosa.—Mamá no se de que hablas.—mintió. Se sentía muy mal, ya que las últimas semanas se la había pasado mintiendo a sus seres queridos, en especial a su madre.

—Estoy preocupada Leia, no fuiste sincera con respecto a Han, el a estado tratando de hablar contigo y tú te niegas.—la cara de Leia palidecio.—así que en términos buenos no acabaron, ¿que pasó?, ¿que te tiene tan melancólica?.

Ella quería decirle la verdad pero tenía miedo.—Mamá son cosas de las que no quiero hablar.—puso su mejor cara.—ya te dije ya les dije.—con una especie de gritó en sus palabras.—terminamos porque el tenía cosas que hacer, trabajo mucho trabajo, y yo la Universidad,—se encogió de hombros y se giró para morder su labio, era mentira.—ya no sigas con lo mismo.

—Esta bien.—no le creyó nada.—sabes tú padre insiste en el viaje.—cambio de tema como quería.—y ayer me dijo que no quieres ir.

—No mamá tampoco quiero hablar de eso.—fue sincera estaba cansada del maldito viaje.—ya hable con el, me quedaré aquí con ustedes y Mara.—al final Mara tampoco iría y se quedaría con ella.

—Te dejaré sola.—camino a la puerta.—no olvides que te amo y que en mi siempre, siempre podrás confiar.

Antes de que Padmé saliera de su habitación, Leia corrió a abrazarla muy fuerte.—Te amo mamá.

Padmé sabía que algo malo estaba pasando con su amada hija, pero le daría su espacio.

°

Llegó a la casa de color azul cielo. Su corazón se aceleró cuando bajo del auto y apretó sus manos a los costados, suspiro y pensó en todo lo que le diría a Leia. Tenía semanas que no la veía, que no escuchaba su melodiosa voz, su sonrisa perfecta, el olor de su piel contra el sol y sus interminables charlas sobre cualquier tema, cualquier cosa era tema de conversación, con Leia nada era aburrido. La extrañaba mucho, demasiado no podía vivir sin ella y menos que pensará cosas horribles sobre el. Antes de subir el primer escalón una fuerte voz que el ya conocía anteriormente lo hizo mirar tras de el, efectivamente era Anakin, no sabía lo que Leia les había contado pero la cara del señor Skywalker no era por nada amigable. Su mirada fría contra la suya.

—¿Que haces aquí?—su voz de reclamó resonó en cada fibra de su cuerpo. Han tragó, nada ni nadie le impediría ver a Leia.—te lo volveré a preguntar, ¿que haces aquí?.

—Quiero ver a Leia. Tengo que hablar con ella.—esperaba almenos compasión de este hombre.

—Será mejor te vayas de aquí.—parandose a su altura.—ya no tienes nada que hacer aquí.

Antes de Anakin se acercará aún más a Han, la puerta detrás de ellos se abrió y Padmé apareció confundida al ver a Han y Anakin parados fuera de su casa.

—¿Que sucede aquí?. Han hola.—cerrando la puerta detrás.

Han rasco su cabeza y la miro esperando ver un poco de compasión de parte de Padmé.—Señora Organa quiero ver a Leia, porfavor.

Padmé miro detenidamente al hombre frente a ella y suspiro, Han era un buen hombre y su hija la amaba, pero no estaba segura si Leia quisiera verlo.—Han.—sono compasiva una gran diferencia entre ella y su ex esposo.—no se exactamente qué paso con ustedes, pero hasta donde puedo ver Leia no quiere verte.—sonrió—, puedes venir algún otro día.

Tenía miedo de no verla nunca. Insistió aún más tratando de poder convencerla.—Porfavor.—suplico.

Anakin tomó del hombro con brusquedad a Han tambaleándolo hacia atrás, la ira en los ojos de Anakin era visible.—Lárgate de aquí.—subrayó firmemente ante el pobre chico.

Padmé se asustó y trato de que esto no fuera una disputa.—Porfavor no comiences Anakin.—ahora ella parecía suplicar.

Anakin trato de controlarse pero el enojo era demasiado. Han se soltó e ignoró por completo a Anakin, el solo quería verla. Anakin lo tomó del brazo y le dio un puñetazo en la boca tirándole al pasto, Padmé grito pidiendo que se detuvieran. El ruido llegó hasta Leia en la cocina quien salió para ver a su padre golpeando a Han en el suelo. Padmé trato de detenerla pero ella corrió hacia ellos, tomando a su padre quien parecía poseído.

—Dejalo.—gritandole y jalando su saco.—porfavor. El la tiró hacía un lado y sin querer este se golpeo contra la esquina de la acera.

Leia emitió un quejido ahogado de dolor y cayó al piso. Padmé gritó fuertemente al ver a su hija caer conta a la acera fría. Han se levantó golpeando a Anakin y corrio hacia ella. Anakin contemplaba incrédulo sin siquiera reaccionar.

Han se arrodilló ante ella y posó su mano tras su cabeza tratando de ponerla en una mejor posición, pero su mano sintió algo húmedo y espeso entre sus dedos y un olor a cobre llegó a sus fosas nasales; sangre. En sus cabeza se repetía un no, un no constante.

—¡¡Un ambulancia!!porfavor,—la miró—,quedate conmigo.—suplico y lloro ante ella.

Leia balbuceo unas palabras, pero Han no entendía.

—Mi.... Mi.... Mi.... Bé....—pero se abogaron en su garganta.

***

Pues bueno un capítulo nuevo. Me anime y logre sacar esto, esperó les guste. Y saben si al final no les gusta lo escribo simplemente denme unfollow y ahorrense su malas vibras. Los quiero.

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