Consecuencias I

Los niños siempre son esperanza para la humanidad, son lo mejor de los padres, son una pequeña parte de ellos, pero mejor; pura.

El sonido de una risa infantil provocó en que comenzará a abrir los ojos, era borroso lo que veía a primera instancia, el césped bajo su cuerpo era suave, se levantó como pudo y un valle con hermosas flores amarillas parecidas a las Margaritas la acogieron, sintió una especie de paz en aquel lugar, aunque aún veía borroso, froto sus ojos con sus manos, pero aún así a la distancia veía borroso, la risa se hizó más fuerte, ya no era un eco. Divisó a la distancia a un niño no muy alto delgado moviendo sus manos, tratando de llamar su atención, ella dio un paso y hasta ese momento notó que no traía zapatos, el frío de las hierbas era extraño, había pasado tanto tiempo y la sensación era extraña pero agradable, dio algunos pasos más hasta estar a menos de un  metro de aquel niño, podía apreciar aún con su vista nublada, un pequeño, con su cabellera espesa negra, tan negra como la noche, su piel tan blanca como la Luna, era una extraña y hermosa criatura infantil, sus labios susurraron algo pero no escucho bien, se acercó y su vista paso lentamente de borrosa a clara y aquel niño sin rostro legible se había convertido en una cara angelical, el le regalo una sonrisa y en ese instante Leia sintió que lo conocía de toda la vida, su rostro cubierto de algunos lunares como estrellas en el firmamento, aguantó el llanto, ¿porque lloraba?. El susurró un "mamá" Y su corazón se apretó a su pecho, ahora ella había perdido el habla, el pequeño se giró y comenzó a caminar a su contrario, Leia quería detenerlo pero ahora no podía moverse ni hablar, sus lágrimas brotaron como flores de sus ojos, extendió sus brazos tratando de moverse todo se fue.

Despertó agitada en la cama de un hospital, miro a todos lados pero no había nadie más que ella, en esa habitación tan sepulcral, quizo hablar y en ese momento tocó su vientre aún plano, se asustó, Padmé recién llegaba con un poco de café y Leia pedía auxilió.

—Mamá.—grito llorando. Padmé llegó para abrazarla, brindarle amor de madre.—¿que pasó?, ¿donde estoy?.—exigió con dolor.

—Mi Leia.—paso su delicadas manos sobre su pelo.—todo está bien mi amor, estas en el hospital, todo estará bien.—sonrió apacible.

Ella estaba angustiada y preocupada, paso sus manos sobre su estómago con mucho dolor y una cierta vergüenza.—Mi....—pero calló.

—Mi Nieto esta bien.—dijo sin más. Leia alzó la vista con algo de vergüenza esperando un regaño ó un golpe.—Leia.—llamo su atención.

—Mamá yo.....

—No tengas vergüenza.—la calmó y ella porfin pudo respirar.—un hijo no es motivo de vergüenza. ¿Es por eso que te alejaste de Han?, ¿no quizo hacerse responsable?.—ni siquiera con eso parecía enojada pero si decepcionada.

Leia miro hacia la ventana y suspiro cansada.—Es una larga historia.

—Estoy aquí, siempre estaré para ti.—tomó sus manos y sonrió, Padmé era todo menos una mujer rencorosa, sabía amar y comprender a sus hijos.

Contó todo con detalle sobre aquella noche, aquella trágica noche donde lo que ella creía que era amor de verdad fue una solo una ilusión, lloró aunque no quería, odio aunque no debía, pero su bebé era lo mejor de todo.

—Y el ni siquiera sabe.—agachó la mirada.—No lo sabe ¿verdad?.—pregunto angustiada, Padmé negó. No quería que el supiera.—Papá tampoco lo sabe, ¿verdad?. Padmé ahora cambio el semblante. Y Leia se puso pálida.—Papá me va a matar.—se alteró.

—Que ni siquiera se le ocurra.—dijo firme.—Y el no sabe nada, esta..... El esta en la cárcel.....—Ahora el asombro era de ella.—junto con Han.

—¿Que?.—parecia confundida.

—Leia, tu padre armó un escándalo y el fue el que te empujó, por accidente.—dijo sin más.

—¿El me empujó?.—tocando su cabeza donde sentía una punzada de dolor. Ella asintió.—¿Por eso lo llevaron preso?.

—No exactamente, más bien los vecinos escucharon todo y hablaron a la policía y bueno...—explicó.

—Y ¿porque Han?.—a pesar de todo el supuesto odio que le tenía, Han aún le importaba.

—Bueno el estaba en el alboroto. Pero tranquila.—la calmó.—Bail esta en la comisaría y todo estará bién.

—Esta bien,—pensó lo que diría.—Mamá porfavor no le digas a nadie de mi embarazó, ni a Bail ni a Luke y mucho a menos a mi papá y a Han.—suplico tomando su mano.

—Leia, te amo eres mi hija pero.....

—Porfavor.—le rogó.—por un tiempo no digas nada.

Ella asintió al final.

°

La angustia de no saber nada le ponía nervioso, negó y jaló los barrotes. No sabía nada sobre Leia, la última vez que la vió la subían a la ambulancia totalmente inconciente. La policía llegó casi en ese momento y los arresto a Anakin y a el, por disturbio en el vecindario.

Su mente divago hasta que Bail apareció junto con un guardia.

—Bail sacame de aquí.—rogó,—tengo que ver a Leia.

Bail le hizo una seña al Guardia y le dio las gracias, y después miro a Han.—Solo estarás aquí un momento más, ya arregle todo.—sonrió como un padre.

—Leia, ¿como está?.—demasiado angustio, demasiado preocupado.

—Ella está bien.—le calmó.—un poco adolorida supongo, pero ella está bien.

En ese momento llegó el Guardia de nuevo y abrió la celda, este salió aliviado y listo para irse al hospital.

—Tengo que verla, nadie me detendrá.—exigió.

—Vamos te llevó.—ofrecio.

A la salida en el estacionamiento, se encontró con Anakin y Brendol junto a su auto. El solo lo ignoró.

°

Luke ayudó a su hermana a levantarse de la silla de ruedas para subir al auto, Padmé también estaba con ellos. Han llegó y casi salto del auto de Bail para verla antes de que se fuera.

—Leia.—la abrazó sin más.—tenia mucho miedo, ¿estas bien?.—Ella extrañaba su calor y su aroma varonil por un momento por un instante olvido todo el dolor que le provocó. Pero se alejó.

—Estoy bien,—se acomodó el cabello.—gracias.

Anakin se apareció, mirando molesto a Han.—¿Estas bien hija?.

—Papá estoy bien.

—Lo siento.—con frustración.—yo.

—Esta bien papá,—no lo miro con odio.

—Será bueno que te llevé.—la tomó del brazo.

Han se acercó a ella.—Leia porfavor quiero hablar contigo.—le susurró.

—Ya hiciste suficiente.—recalcó Anakin.

—Papá porfavor,—le reclamó.—Han me iré con mí mamá, recién salgo del Hospital, quiero descansar.—se soltó de su Padre.

Leia camino con su madre y hermano al auto y se fueron.

—Aléjate de mi hija de una buena vez.—le ordenó.

El se acercó sin miedo.—Amo a su hija, amo a Leia y ni usted ni su refinado amigo.—mirando a Brendol.—ni nadie me alejara de ella.

—Hijo.—llamó Bail.—por favor, te llevó a casa.

°

Su relación con su padre no mejoró después de eso, todo en casa parecía mejor, de vez en cuando venía Mara a visitarla, casi no salía. Miedo de ver a Han y perder la razón. Las últimas semanas había estado pensando en aquella visión cuando estuvo bajo los efectos de la anestesia. Aquel pequeño niño que le sonreía y le susurró un "mamá", ¿eso era? Ó solo fue su imaginación.

Todo en la casa parecía normal, todo parecía seguir igual sin ningún cambio, Luke no estába molesto con ella por lo de la cancelación del viaje pero parecía distante. Se agobio por todo así que decidió bajar al jardín trasero. Este día solo Padmé estaba en casa.

—Hija.—llamo Padmé.

—Si mamá.—respondio cambiando su camino.

—Que bueno que bajaste, porfavor puedes ir a traerme a un pedido. El pastel para Bail.—ella se alegro de ver a Leia por un vez salir de su encierro de su prisión llamada habitación.—Luke no está.

—Por supuesto mamá.—se acercó a ella.

Saco algo de su bolsa y se lo dio.—Aquí está el dinero, es la pastelería de Mommy Cheese, cruzando la calle pasando el parqué.—Padmé parecía darle algunas señales como cuando niña.

Leia camino un poco más, su madre le dijo que no tenía una hora fija para llegar a casa, y que podía quedarse a caminar en el parque si así lo deseaba. Le tomó la palabra y se quedó a caminar un poco, le haría bien a ella tomar aire fresco al igual que su bebé, tenía unas casi dos meses y medio y aún no se notaba, había ido con su madre al médico la última semana, y aún no le decía nada a nadie más. Los pensamientos negativos no le hacían nada bien.

—Leia.—habló.....

—Han.—logró decir al ver a Han Solo frente a ella, quien al parecer el estar pensando demasiado la había hecho olvidar el camino.—¿que haces aquí?.—a la defensiva.—me éstas espiando ¿me estas siguiendo?.—dio unos pasos lejos.

—No.—se acercó esos pasos.—quiero hablar contigo.—trato de tomar su mano. Ella se alejó.

—No quiero hablar contigo,—fue sería, lo bastante convincente.—tengo unas cosas que hacer.

Han la miro fijamente, lucia tan linda, hacia tanto tiempo que no la veía tan de cerca.—Te extraño mucho.—acarició su mejilla.—el corazón de Leia se apretó en su pecho el tacto de Han, su piel sobre la suya, pero se apartó de inmediato quitando su mano.

—Porfavor Han, no.....—tenía tanto miedo de flaquear ante el, pero es que realidad, se veía bien, muy guapo como siempre, con su ropa desaliñada y su cara, su mirada de cachorrito, lo amaba.

—Por favor.—susurro rogando casi suplicando por una oportunidad.

—Está bien.—no lo dudó solo lo dijo. Y no se culpó por hacerlo, extrañaba tanto su voz.

Caminaron hasta un café local, no muy lejos, en el trayecto no hablaron absolutamente nada, ambos miraron hacía su lado contrario, Leia no quería caer bajos sus ojos bonitos y Han, tenía tanta pena por lo que había pasado -en el hospital- no lo de Rachel, ella era de lo que menos quería saber pero tenía que aclarar todo.

El Camarero, un joven Rubio se acercó a ellos y ambos pidieron un café, con dos cucharadas, se adelantó Leia y Han sonrió. Ella siempre lo preparaba así, cuando eran felices. El tintineo de la pequeña taza de porcelana era el único sonido que se filtraba entre ellos y algunos murmullos de los demás comensales.

—Tengo que explicarte todo....—logró articular palabras. Han la miro directo y ella aún veía su taza, suspiro no quería discutir.

Alzó la vista y lo miro fijó sin miedo.—¿Que me vas a explicar?. Que tu y esa mujer tenían una relación a mis espaldas.—subrayó cada palabra.

—Leia no es lo que parece, yo no tuve nada que ver con ella.—a toda costa la recuperaría.

—¿No sabias quién era?.—acusó.

—.....Fue una antigua novia.—se apeno, por que sabía que debió decirlo antes.

—Claro.—con sarcasmo y se paro bruscamente de la silla. Algunos comensales miraron la escena. Antes de que el pudiera hablar ella lo calló.—mira Han, te lo diré de la manera más amable y cortes. Esto se acabó, tu y yo ya no somos novios, ve y has tu vida. En cuánto me gradué me iré a los Estados Unidos con mí abuelo y tu has lo que quieras.—se dio la media vuelta pero el detuvo en seco.—sueltame.

—Rachel fué una ex novia, mucho antes de conocerte. Ni siquiera fue una novia como tal pero no importa, de igual manera esta en mi pasado, ella llegó de imprevisto a mi casa y no se porqué hizo eso.—sus palabras eran sinceras, pero la incertidumbre parecía consumir a Leia.—yo no tuve nada que ver con Rachel... Ni con ninguna otra mujer mientras estaba contigo, créeme. Te amo.—ella se soltó de su brazo.

—Te perdonó,—con un nudo en la garganta.—si eso es lo que quieres,....pero no se.—ahora estaba confundida,—necesito aire.—se mareo lo suficiente como para salir hasta la puerta.

Han parecía asustado. Temía que se desmayara. Pagó la cuenta y la siguió hasta la puerta en el último escalón la encontró tomando aire fresco de invierno que le hacía falta.—Quiero creerte.—dijo sin mirarlo.

—Hazlo.—dijo tomando sus manos. Levanto la vista y sus miradas fueron fijas.—te amo y esa es la verdad.

No pensó dos veces lo que hacía y lo besó, dulce y apasionadamente; lo amaba lo extrañaba. Pero no dijo nada.

°

Hola una disculpa por la larga espera. Pero fin me di el tiempo, espero les guste. Y bueno esta historia también está en la recta final. Besos.

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Gracias EsmeraldaLezro por el gran cariño y paciencia conmigo.

aitanaktk 💙

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