𝑋𝐼𝐼
Me desperté jadeante, tuve una tormentosa pesadilla, más que una pesadilla era un recuerdo. El recuerdo de Eun Mi-Young y Taehyung.
Miré hacia la estrecha ventana a unos cuantos metros por encima de mí, el único recoveco por donde ingresaba algo de luz. Podía distinguir que estaba amaneciendo, diría que cerca de las 7 am; Se escucha a los lejos algún que otro pájaro cantar presumiéndome su libertad.
Escucho unos fuertes golpes desde el pasillo, sabía que era el guardia de turno despertándonos. Suele golpear una porra contra las rejas y las puertas de hierro. Creo que le divertía hacerlo, pero no tanto como golpearlo contra los cuerpos de los, digámoslo así, reclusos, pues es como yo me sentía allí dentro. Como si estuviese preso por un crimen que no cometí, el peor de los crímenes.
Decidí levantarme antes que en la puerta resonara el objeto cilindro y realmente doloroso del guardia, que supe en un desayuno que su nombre es Mark y de todos los guardias es el peor. Es por él que estoy aquí aislado de absolutamente todo, en lo que creo es la torre de la edificación. Todo este tiempo me puse a pensar ¿Qué parte de la construcción original era esta? Pues estaba relativamente intacta, es decir, sin señales de haber sufrido algún incendio, muy similar a mi lugar secreto en la Iglesia.
Venecia, recordar aquello me trajo el recuerdo de su llegada, de su mirada algo espantada por mi presencia; se veía tan vulnerable, miento, es vulnerable y saberlo me desesperaba, necesitaba volver donde ella. Temía por mi destino, pero más temía por lo que ella estuviera pasando.
-Joven Jeon. - Escuchó en cuanto se abre la puerta, levantó mi vista para encontrarme con el anciano al que agredí y un sentimiento de vergüenza me envolvió por completo, tanto que no pude mantenerle la mirada, mas si incliné mi cabeza en una reverencia bastante profunda y sincera. - He venido a verte- continuó en lo que se adentraba al cuarto. - Es horrible por lo que estás pasando. - dijo esto último tomando asiento frente a mí, en la silla bastante rustica que hacia juego con la mesa que me servía de escritorio.
>>Prometo sacarte de aquí- Tal declaración me dejó perplejo, sabía que no quería que me enviaran aquí, pero me sorprendió su insistencia en mi siendo que tiene muchos otros pacientes. - Pero tendrás que tenerme paciencia, con Venecia te sacaremos de aquí. Y no hablo de este edificio, hablo de la institución, pero dime un nombre, alguien con quien pueda hablar de tu situación y podamos confiar.
-Kim Namjoon- Fue lo único que emergió de mis labios, y la única vez que levante la vista.
- ¿Dónde puedo encontrarlo?
Iba a decirle los lugares que Nam frecuentaba, pero Mark lo interrumpió.
-Necesito que salga doctor, es hora de los baños.
-De acuerdo. - Aceptó sin ánimos, pero resignado. -
"Volveré pronto" fue lo último que pude leer en sus labios.
...
La directora esa misma tarde, pasado el almuerzo debía ir a una reunión con unos accionistas, pues parece que Dios no lo puede todo, o por lo menos pagar los servicios básicos del edificio.
Pese al riesgo que corríamos por hacerlo, John y yo nos atrevimos a ingresar a la oficina de la directora para averiguar algo sobre el hombre del que Jungkook había hablado.
La madre tenía todo a la vieja usanza, en archiveros y mucho papeleo, cosa poco práctica, pero supuse es lo único que la mantenía entretenida en esas horas eternas allí metida.
A pesar de tener esta metodología algo prehistórica, era bastante organizada y encontrar el archivo de Jungkook no resulto demasiado laborioso.
Así fue como encontramos su contacto principal, Kim Namjoon.
Honestamente, no entendía ni la mitad de lo que esos documentos narraban, razón por la que deje todo en manos de John.
-Al parecer Jungkook no es autónomo
- ¿A qué te refieres? - Formule mi pregunta con una mueca de confusión en los labios.
-Me refiero a que, si Jungkook quisiera irse, el único con poder legal para autorizarlo es este joven Kim.
-Entonces debemos comunicarnos con él y decirle que lo saque de aquí.
-No es tan sencillo, yo debo redactar un acta de que Jungkook está preparado para ser reincorporado en la sociedad.
-Y bien, ¿Qué esperamos? Anota el número de Kim y vayamos a tu oficina. - Le ordene, segura del plan.
-No es tan sencillo Venecia.
- ¿Por qué? - Salió de mis labios en medio de un suspiro de frustración.
-Porque no estoy seguro de que lo este.
- ¿Estas queriendo decir que Jungkook no está estable? - Pregunté un tanto molesta por su declaración.
-Aún no he tenido la oportunidad de analizarlo a fondo, sería poco ético de mi profesión dejarlo ir y que después cometa una locura. Entiende, puedo perder mi licencia.
-Comprendo...- Respondí un tanto resignada.
-Sin embargo. - Continuó haciendo que una luz de esperanza emergiera de mis ojos, que levante al escucharlo hablar. - Podemos hacerlo salir para un control en sociedad, puedo decir que esta desde la institución apto pero que debemos ponerlo en práctica fuera de los controles, no diría ni tanta verdad ni tanta mentira. Pero, tendría que tomar las sesiones todos los días y recibir cuidados de una enfermera...y pues, creo que tu trabajo te da esa autorización, y más aún si yo lo firmó.
-No comprendo del todo. Para cuidar a Jeon yo sola debería vivir con él.
John no respondió, mas si me quedo mirando como si lo que dijera no le causaba emoción, diría que con obviedad. Una mirada que respondía a mi interrogante.
- ¡No! No, tengo un niño. ¿Qué pensara si me ve con Jungkook?
-Es un niño bien dijiste, no se debaten demasiado las cosas.
-No conoces a mi hijo.
-Intentémoslo, Venecia, eres la única esperanza de Jeon de salir.
-No me presiones así.
-Sí, te presionó. Porque tu no viste lo que yo en ese lugar.
Si es cierto que había entrado a la edificación, pero que no la analicé a fondo y mucho menos en la oscuridad. Además, mi huida no me permitió ver el estado de Kook.
-De acuerdo. Lo haré. - acepte apoyando mis manos sobre el escritorio frente a John.
Acepté finalmente, con algo de duda.
Sábado.
Aquí me encontraba, con Federico tomando de mi mano derecha, de frente a un lujoso edificio, frente al río Han. Según el informe de Jung, aquí reside NamJoon.
Me acerco vacilante a la entrada y me encuentro con el que parecía el guardia de la construcción, del otro lado de la puerta de vidrio, la cual golpee llamando su atención. Este hombre, de no más de 45 años, me observa extrañado; seguramente lleva mucho tiempo trabajando en la residencia y conoce a todos.
Veo que toma un teléfono de su modesto escritorio y escucho una voz a través de la bocina del tablero de botones.
-Sí, dígame. ¿En qué la puedo ayudar?
-Oh. - Sorprendida. - Estoy buscando al señor Kim Nam Joon, tengo entendido que reside aquí.
- ¿Quién lo busca?
-Mi nombre es Venecia De Santis, dígale que soy una de las enfermeras de la mansión Waller.
-Aguárdeme un momento. - Y así corta la comunicación conmigo, para volver a marcar otro número, el del departamento de Kim.
- ¿Qué hacemos aquí mami? - Atrae mi atención Federico.
-Estamos aquí para ver a un amigo con el que debo hablar de cosas importantes.
Federico iba a responderme, pero lo detuvo la voz del guardia de nuevo por el parlante.
-El señor Kim ya baja.
-De acuerdo, gracias. - Agradecí mientras me ponía de pie frente a la puerta esperando que la abra, pero el guardia vuelve a su posición inicial, inclinado en la silla mirando su pequeña televisión.
-Creo que no nos abrirán. - Comentó Fede.
- Sabes, tienes razón.
-Que groseros. Hace frío. Tu amigo no me agrada.
-Bueno...- me detuve porque realmente no tenía respuesta, a mí tampoco me gustó este trato.
Luego de unos extensos 10 minutos, realmente no sé porque tardaría tanto, el señor, más joven de lo que creía se presenta ante nosotros, saliendo por la puerta de vidrio.
- ¿En qué puedo ayudarla? - Preguntó mientras colocaba sus grandes y masculinas manos decoradas con un reloj, seguramente costoso, en los bolsillos de su jean.
-Vengo para hablar con ustedes de Jeon Jungkook.
- ¿Qué sucede con él?
-Disculpe, pero es extenso. ¿No podemos ir a hablar a alguna cafetería? Es que mi niño...
-Sí, comprendo. - Me cortó con un tono un tanto... ¿molesto? - Ven, por aquí cerca hay un Starbucks.
Sigo a Namjoon, literalmente, iba tras él en completo silencio, en algunas ocasiones intercambiaba algunas palabras con Federico. Para mi fortuna, el lugar estaba a unas cinco cuadras.
No comenzamos a hablar hasta que llegamos al local y tomamos asiento cerca de la ventana.
- ¿Cómo sé que eres una enfermera y no una periodista de chisme? - fue lo primero que soltó después de todo ese tiempo de silencio.
Con Federico nos miramos confundidos, él suavemente se rió y casi le sigo yo, pero me aguante la risa por respeto al hombre frente a mí.
-Bien, quizás con esto me crea. - Le respondí, en lo que sacaba una carpeta con documentos en ella.
- ¿Qué es esto?
-Es la situación actual de Jeon. Todos los documentos llevan el sello de Waller y la firma del doctor que trata a Jeon. - Namjoon abrió lentamente la carpeta. - Si quiere le explicó todo, tiene mucho lenguaje téc...
-Tengo suficiente inteligencia para entender un archivo médico. - Respondió de forma soberbia, enviándome una mirada de desaprobación ante mi cercanía su espacio personal de una forma tan confidente.
-Sí, de acuerdo...lo siento, no quería subestimarlo. - Y me alejó avergonzada de su figura.
Este no respondió más hizo una leve inclinación con su cabeza y revoleo los ojos. ¿Por qué no podía ser amable?
Estuvo unos cuantos minutos, de hecho, más de los necesarios, leyendo el archivo; suficiente como para comprarle una chocolatada a Fede y yo un cappuccino.
-Bien. - Habló finalmente, dejé el sándwich sobre la mesa y rocé mis manos para sacar las migajas.
- ¿Y qué te parece? - Le pregunte esbozando una sonrisa, una vez termine de tragar.
-honestamente...no me subestimaste.
- ¿Cómo?
-No entendí ni la mitad de lo que aquí dice. Necesito que me lo expliques. - Lo miré con mi característica mirada de "te lo dije"
-En resumen...dice que Jungkook ya está apto para seguir su tratamiento fuera de la mansión, con cuidados de una enfermera y bajo las visitas periódicas del doctor John.
- ¿Realmente está mejor?
-Así es. - Le afirmé con la sonrisa más falsa que esbocé en toda mi existencia. No es como que Jeon no estuviese bien, pero si es cierto que no estaba del todo estable emocionalmente. Pero John me lo dijo, allí dentro no iba a poder recuperarse, que no era lugar para él...ni para nadie. Así que con mi mejor cara de felicidad continúe.
>>Jeon está listo para volver a su hogar, con cuidados. Esto es bueno porque se va a sentir más reconfortado y va a poder salir, pasear, hacer sus actividades libremente, pero con un seguimiento profesional.
-Me alegra oír eso...honestamente toda esta situación me estaba consumiendo. No me molesta hacerme cargo de Jungkook, es que no me gusta verlo así. - En ese momento aquel hombre, alto, fornido y serio, bajo la guardia expresando sus emociones. - ¿Crees que puede volver a ser él?
- ¿Volver a ser él? - Pregunte realmente confundida.
-El Golden maknae, ese joven risueño y con múltiples talentos que ama a sus hyungs y a la vida.
Me quede un tanto perpleja ante esto, el chico que yo conocía desistía mucho de ser risueño, siquiera sabía que era talentoso.
>>Sufrió tanto. - Continuo el mayor. Creo que podía distinguir sus ojos algo cristalizados. -
- ¿Qué le sucedió? - Y otra vez me di cuenta que estaba sobrepasando la línea de confianza, tomándolo del hombro en señal de apoyo, la cual retiré inmediatamente. - Digo, si puedo saber, claramente lo que charla con el doctor yo no lo sé.
-Jungkook, sufrió mucho en los últimos años, exactamente en los últimos tres años. - Para mi sorpresa, me estaba respondiendo. - Su familia, corazones rotos, y demás.
- ¿Su familia? ¿Qué hay con ella?
-Hace unos dos años el hermano mayor de Jungkook sufrió un catastrófico accidente automovilístico que lo dejo paraplejico...literalmente, perdió sus extremidades inferiores. Esto fue un derrumbe en su familia que hasta ese momento era radiante. Luego, su madre cayó en una depresión, que resulto ser cáncer. Esto fue el colmo para Kook y fue cuando comenzó con los vicios. -
No podía creer lo que oía, Kook es, para ocultar sus sentimientos, mejor de lo que creía. Y de repente con solo un minuto comprendí todo en él. Toda su esencia.
>>Por suerte...- continuó, sacándome de mis pensamientos. - Llego una chica a su vida. - Dijo esto último con una pequeña sonrisa. - Una joven extranjera. - Y mis ojos se iluminaron por completo. - Ahora no recuerdo su nombre, pero sé que la conoció por Internet, ella es de California.
- ¿California? - y mi corazón se iba rompiendo en pedazos.
-Sí, trabaja en cine creo. Cuestión que por ella Jeon se internó, planeaba recuperarse y poder irse a California con ella. Supongo que lo logrará antes de lo previsto.
...
Aguante con todas mis fuerzas las lágrimas para que Federico no se preocupara. Luego de una charla un poco más amena sobre mí y del café de Namjoon cada uno cogió su camino, no sin antes confirmar que Namjoon iba a ir el lunes por Jungkook.
Y aquí estaba sentada en un parque observando a Federico jugando con otros niños a pesar de que no les entendía ni una palabra; y pensando, en Jungkook y en lo estúpida que fui en creer que quizás con él sí. Pero la vida me dio una enorme patada en la cara, una patada de nombre Kim Namjoon con un zapato de marca actriz de cine Californiana.
¿Cómo sería? Seguramente hermosa, de tez dorada y rubia, de una silueta envidiable; algo de lo que yo carecía, tras un parto y la bajada de peso que dejaron estrías en todo mi abdomen, las cuales intento ocultar con todo. Ella debe usar sensuales bikinis de dos piezas y yo...yo mallas de abuela porque no quería llamar la atención.
Y lo peor de todo, es que acepte cuidar a Jungkook. Iba a vivir con el hombre que me atrae, tras el rechazo indirecto de este. Que puta mierda.
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