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Al llegar a casa, lo primero que hizo fue dejar acomodada su ropa para poder ponerse de nuevo su afelpada pijama. Fue hasta después que recordó un pequeño gran detalle, no le había dicho nada a su jefe, con fastidio y un ligero nerviosismo tomo su teléfono de mesa y marco a Nightmare...
— ¿Hola? -dijo cierta voz aguda-
— ¡¿Qué tal soñador?! -respondió alegre Cross-
—Oh vaya ¡Que sorpresa! Hace mucho no escuchaba siquiera tu voz
—Lo sé, lo se jeje
—Y dime ¿Co- hey espera Night –ni bien pudo terminar la oración le habían interrumpido-
— ¿Qué quieres? –respondió otra voz al teléfono, una voz más ronca y grave-
—Pff aguafiestas que eres –rodo los ojos, sabía que no podían verlo así que se sentía libre-
— ¿Que, quieres?
—A ti, papi
—Si solo era para esas mierdas bajare tu paga
—Hey hey tranquilo chico, solo que como podrás escucharme, eh enfermado
—Se suponía hoy atenderías de urgencia a alguien –se notaba la seriedad en su voz, sería un milagro que lo dejase ese día-
—Es parte del proceso
—Ni viste los papeles ¿cierto?
—Ah claro
—Mañana a las 12:00 como máximo
—Ok ok, salúdame a tu hermano, es raro que este contigo -para esta frase, su acento había cambiado a uno comprensivo –esto último lo dijo con un toque de comprensión, sabia del pasado-
—Si... solo es por el bien del psiquiátrico lo sabes –sin embargo Nightmare no parecía inmutarse con eso-
—Claro, adiós
—Click—
Corto la llamada, aun quedo un largo rato mirando el teléfono, hace años que no escuchaba o siquiera recordaba a Dream (literalmente) a pesar que podría considerarse como su jefe también. Algo confuso ¿no?
Verán, el psiquiátrico está dividido en dos partes por ciertos problemas de la familia que hubieron en su pasado, realmente fuertes para los hermanos, quedaron en el acuerdo de que Nightmare se encargaría de dar orden a los doctores y pacientes que estuvieran en el lado del VERDADERO manicomio, mientras Dream se haría cargo del lado ILUMINADO del manicomio, esto por consejo de Nightmare, sabia lo sensible de su hermano, no quería que viera como es todo en realidad, suficiente tenía el pobre con su hijo Pallete, quien tenía un "amigo" al cual llamaba Rurik, según sabia le daba "consejos" (que muchas veces llegaban a ser amenazas) a Pallete acerca de lo que debía hacer, muchas veces lo debía hospitalizar en su propio Hospital, pues Rurik le obligaba a cometer actos realmente violentos, ser padre soltero en ese estado debía ser difícil y lo comprendía bien.
Miro a través de la ventana el paisaje que sus cuencas podían ofrecerle, la lluvia había arreciado un poco, ¿no mencione que su casa estaba al lado del mar? oh bueno ya lo saben, ser doctor también tenía sus grandes ventajas, tenía un sueldo, experiencia y amistades de las cuales podía enorgullersese. Sin duda, una buena vida diría alguien más, pero vaya que no sabían lo que paso para conseguir todo eso.
Tomo varias sabanas de todas partes y la acomodo todas enfrente de su ventana, claro que no olvido el prepararse un chocolate caliente, una vez que ya tuvo echa su cueva se adentró en esta realmente emocionado, casi como un niño. Aquella emoción rápidamente paso a un sentimiento de tranquilidad y nostalgia, esto era lo que tanto necesitaba hace ya mucho tiempo, momentos de relajación en los cuales pensar tranquilamente sin que algún loco le perturbara o tuviera que atender por el momento. Suspiro, lástima que debía regresar al día siguiente. Fijo su mirada en las furiosas olas que golpeaban la playa, de un momento a otro sintió sus cuencas pesadísimas, no quería dormir y a la vez lo quería.
Dejo la taza a una distancia considerable para no tirarla mientras estuviese dormido, ya se conocía y sabia como aventaba las cosas, incluso alcanzaba a dejarlas debajo de la cama. Se arropo lo más que pudo con sus aterciopeladas mantas y mullidas almohadas. Ya empezaba a sentir como caía en el profundo hoyo del sueño cuando un sonido le alerto de sobremanera, por un momento sintió su cuerpo tensarse y al instante esa tensión fue liberada junto con un agudo grito.
—¡Oh lo siento! ¡¿Estas con tu novia?! No quería interrumpir –escucho la voz de Dream-
—Pero no tengo novia –dijo sintiendo como algo se derrumbaba dentro de el-
—¿Y ese grito?... –woops peor aún-
—. . .
—Ow –dijo mientras rascaba su nuca algo incómodo-
—Fuera de mi casa
—Pff JA ¿así recibes a tus invitados? –dijo una tercera voz, una que siempre tenía su toque coqueto-
—Nunca los invite
—Nosotros lo hicimos, así que con permiso también quiero entrar al castillo de sabanas –dijo Lust mientras gateaba hacia dentro del "castillo"-
—Que bien, al reino ya le hacía falta una reina
—Espera que-
—AAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA –rio fuertemente Dream- ¡Te dijo nena!
— ¡¿Me llamaste nena?!
—Yo nunca-
— ¡Pero lo insinuaste!
— ¿Prefieres beba? –no pudo evitar hacer una sonrisa picarona-
— ¡Cerdo!
Después de decir, no, gritar aquella palabra Lust tomo una de las tantas almohadas y cometió un acto que no tendría reversa, golpeo a Cross, este tardo un poco en reaccionar pero al final lo hizo y le regreso el golpe, comenzaron una guerra de almohadas la cual estaba ganando por mucho Cross, cuando todo parecía estar en contra de Lust llego Dream y le salvo golpeando en la nuca a Cross, dejándolo algo atontado durante unos segundos, los cuales aprovecharon al máximo para derribarlo y finalmente ganarle. Exhaustos se dejaron caer en las sabanas mientras unas risas se escapaban de sus bocas, se les unió Cross a aquellas risas, solo con la diferencias que las suyas estaban siendo acompañadas con unas cuantas lagrimas moradas, que pudieron haber pasado desapercibidas por los otros dos a no ser por un pequeño quejido que se dejó colar.
Todo quedo en completo silencio, nadie dijo nada, solo quedaron cada quien divagando en su mente. Lust se acercó a Cross y le abrazo por un costado de su brazo, aun sin decir nada dejo que el contrario siguiese llorando mientras que el cerraba sus cuencas cayendo por el mismo agujero de sueño por el que su amigo casi caía hace unos minutos.
Para cuando despertó un ligero aroma le llego a su inexistente nariz, un aroma realmente delicioso, noto como el brazo de Cross había sido reemplazado por una almohada, también noto que Dream no estaba, algo perezoso se levantó y salió del castillo siguiendo el exquisito aroma, de seguro Dream estaba cocinando ya, como estaba planeado hacer antes de que la guerra se iniciara. Grande fue su sorpresa al ver a Dream prácticamente dormido sobre la mesa y Cross siendo el que estaba apurado agregando ingredientes a una olla.
—Y la nena era yo
—Pfff por favor, esto es de verdaderos machos
—Haha, como digas
El resto de la tarde fue un poco más tranquila, claro que a Cross no se le escapaba ninguna oportunidad para lanzarles pequeños piropos a los dos contrarios, realmente le divertía el cómo le contestaban e intentaban golpearle con sus pequeñas manos. No necesitaba solo un descanso, necesitaba a sus amigos, lástima que no estuvo Nightmare, también le habría alegrado tenerlo junto a él. Como en los viejos tiempos.
Todo tiene su tiempo
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