Capítulo Ocho.

Nota: Quiero Actualizar más seguido, pero como veo que le leen pocos me deprimo y... Bueh, dejo de actulizar como por una semana, pero ya como este van dos capitulos seguidos, un milagro.

El pelinegro estaba en shok, no entendía nada de lo que había pasado hace casi nada. Sacudió su cabeza de una lado hacia otro de forma rápida, y con ayuda de sus manos se levantó e apoyo en la pared, para dar unos pasos adelante y toparse con un espejo a la derecha, se miro en este y habló; - Solo.. Me resbale y... Ella aprovecho.. Y salio huyendo de aquí... Si, si.. Eso, eso paso. – Se habló para si mismo, para despabilarse se lavo la cara y salio de allí.

Por otro lado en él club de arte, una rubia reía mientras sus amigas le contaban chistes o cosaa graciosas incluyéndola en la conversación con las demás, ella estaba tranquila y para no hacer sentir mal a sus amigas o que se preocuparan por que estaba muy callada, se reía falsamente de los chistes malos que contaban. Literalmente, eran muy malos los chistes pero no al borde de hacerte reír.

Estaba tan callada que no se dio cuenta cuándo dejó de fingir, estaba en su mundo de pensamientos dejando que su mano se dirija sola, estaba pensando en por que aquéllos chicos habian querido entrar al club de arte si cuándo ellas llegaron no había ni un alma por ahí inscrita en dicho club, sabía que ahora tendria que estar atenta por las varias advertencias de la pelirroja a ella y a las demás, pero en ese caso no lo estaba por pensar en justamente lo que podrían llegar hacer.

Tal vez lo típico de poner un balde arriba de la puerta, con pintura esperar a que abran la puerta y que caiga encima de ella o alguna de las demás, pero era imposible ya que la puerta no era una de esas, tal vez.. Arruinar todos los trabajos de las mujeres ya que tendrían una exposición a fin de año y tendrían que mostrar todas las obras que han hecho, pero no podrían seria mucho y el director los sacaria de la escuela o les pondria una suspensión, No podia saber que iban a tramar, su mente se llenaba de idas y todas eran rechazadas al instante por las consecuencias o lo imposible que eran.

A este paso, nunca avanzaría y nunca podria descifrar lo que estaban tramando tendria que tener cuidado en todo. De un momento a otro se dio cuenta de que su mano manejada por si sola habia terminado de hacer la obra, y de paso se cayo al suelo el pincel, al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

—¡Wow Bubbles, si te pasaste rs casi real!– Alago la pintura una de sus amigas, que se asomo por su hombro. – ¿Quién es? – Preguntó al ver nuevamente el retrato de un hombre de bata blanca, cabello negro y bien arreglado y sus ojos eran.. ¿Grises? Parecian estar vacíos.

—Es.. - La rubia estaba apunto de estallar en lágrimas al ver a quién había hecho, pero un gritó la salvó.

—¡Tiremos toda la pintura asi es una verdadera obra de arte este salón aburridisimo! – Gritó un rubio de ojos azules siendo el primero en tirar un bote de pintura celeste completo, los siguientes fueron sus amigos que no tardaron ni un segundo en manchar el dibujo de la ya nombrada rubia.

—¡Oye tú, ten más cuidado inservible, manchaste una obra de arte, ignorante!– Insultaba al chico y gritaba una pelirroja de ojos rosas y algo oscuros, una de sus amigas.

—¡Tú calla pelirroja, que ya me estas enojando y mira que un buen rojo no te vendría mal a ese pelo horrendo que tienes!– De repente el chico saco otro bote de pintura roja y se lo hecho en la cara a las chicas.

Esto es el colmó.

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