¤|Kanan|¤

Todas, a excepción de You, Yoshiko y Hanamaru —que no estaban— nos preparábamos para las nuevas prácticas súper mañaneras —porque Chika creyó que sería estupendo madrugar a diez grados centígrados—.

—You me avisó ayer en la noche que faltaría hoy, le encargaron ir a otra ciudad por un mandado.

Decía Chika sacando su botella de agua de la mochila.

—Y parece que Hanamaru y Yoshiko tampoco. Que alivio.

Lo último lo dijo en voz baja Mari.

Cuando por mis odios pasan dos fuertes sonidos. Tienen que ser golpes muy fuertes para haberlos escuchado todas.

—Voy a investigar.

Riko iba a bajar al edificio de Uranohoshi. Esta loca la chica.

—No hagas ruido por nada del mundo, Riko.

Me miró confundida, así como todas. Riko nada más asintió y bajó.

Que mala vibra dieron esos ruidos, tan así que tuve que mentir diciendo que fue una caja con cosas pesadas, cuando Riko regresé a ver que nos dice.

Una tercera vez, el mismo sonido, del mismo lugar, Riko no ha vuelto, y me estoy preocupando por ella.

—Mari, en mi mochila, en el primer cierre hay una navaja, sácala.

Me hinqué con la intención de estar a su altura, luego le comenté en voz muy baja eso.

—¿Por qué traerías una...?
—Sácala y punto. Tengo un mal presentimiento.

Pude salvarme de el mayor sermón de la historia moderna por mi reacción, dejando entender que voy en serio. Ahora a por Riko, antes de que algo malo le pase.

Les avisé a todas que guardaran silencio antes de marchar.

Bajó las escaleras y lo primero que veo es a Riko cargando a Yoshiko como puede, la que se aferraba al torso de Riko como si su vida dependiese de eso. Yoshiko tiene un agujero en una de sus piernas, y de ese agujero está saliendo sangre.

Ayudé a subir a Yoshiko y la recostamos en el piso. Con todo el silencio posible, le hice señas a Ruby para que ayudara con la herida de Yoshiko, a las demás, que no dijeran ninguna palabra.

(Mientras escribía cumplí 18 años. 1ro de febrero del 2023🥳🥳).

Y como decía no me acuerdo quien, si puede salir mal, va a salir mal.

Pasos, pasos que se aproximaban. Le pedí como pude la navaja a Mari. Ella, que se quedó junto a Dia, sentadas en el piso.

Tomé la navaja y traté de estar lo más enfrente de todas —siquiera para intimidar, no sé, no pienso bien—.

Poco a poco una cabellera café terroríficamente parecida a la de You sobresalía del techo, mientras avanzaba por las escaleras lo que se ve como un arma manchada pasó por mi vista. Siendo lo más inteligente que pude, oculté la navaja tras de mí —en la ropa—.

Finalmente la persona que vestía casi todo de negro subió por completo. Creo que mide poco más que Yoshiko o You, tiene los ojos café oscuro y por su fisionomía supondré que es hombre.

Éste mismo hombre cuando nos vio se aterró. ¿Motivo? Ni puta idea.

Levanté las manos en señal de rendición —igual que en las películas de matanza y eso—.

—¿You?

Preguntó Chika, sin despegar la mirada de el hombre. Obviamente, Chika estaba al borde del colapso —normal—.

... ¡¿Dijo You?!

Coño, examinando a fondo al hombre, se parece demasiado a You, excluyendo el color de piel y ojos, así como la falta de feminidad —saben a que me refiero— es igual.

—¿You?

Por accidente mencioné el nombre de mi querida amiga.

—No...

Y que se pone a llorar. Demasiado que pensar.

—Mierda, mierda mierda.

Comenzó a llevar el arma a su cuello... ¡¿No va a hacer lo que creo que hará?!

—Mierda You, esto podía pasar.

Se arrepintió de disparar contra sí... You...

—¿De verdad eres tú, You?
—Es estúpido negarlo... soy yo.
—¡¿Tú le hiciste eso a Yoshiko?!

Yoshiko replicaba el comportamiento de una garrapata. No dejó nunca de abrazar a Ruby —ni dejó de llorar—, la que hacía lo mejor por "curar a Yoshiko" —recuerden que Yoshiko está tirada en el piso, y que Ruby la tiene encima—.

—Fue inevitable, sabe demasiado.
—¡¿Qué va a saber para que vengas a querer matarla?!
—Solo Dios lo sabe.

(Acabó mi cumpleaños).

¡Mierda You, no te pongas así!

—Quiero explicaciones You, soy tu amiga y a lo mejor te podría comprender.

Me siento sucia diciendo esto frente a las chicas.

—Tenía planeado decirles a todas, a final de cuentas ahora tengo que matarlas.

No miré atrás, pero por lo que sentí, se tensaron. Las manos se me cansan.

—Yoshiko se enteró de todas las cosas que hice.
—¿Qué son?
—Maté a seis personas.

Oh... You.

—¡¿Por qué?!
—¡Por el bien de Japón!

Ay no... ya empezó a hablar de política.

—¡¿Y qué mierda tiene que ver el bien de Japón con Yoshiko?!
—Repitiendo la misma pregunta con diferentes palabras no llegaremos a nada. Voy a explicarte desde cero.

La navaja seguía en su lugar, yo daba unos minúsculos pasos para acercarme a You. Ella, recargó su arma con complicaciones, dando a entender que no es lo suyo.

—En resumen. A mis papás los corrieron de un trabajo anterior en detrimento de unos putos. Desde ahí la cosa en el sentido económico no ha ido bien en casa, todo por culpa de las minorías del país. Tú lo sabes.

You está contando un secreto muy grande como si nada.

—Entonces, un día me encontré con un activista que me caía del orto. Discutí con él un rato y cuando me enojó de más lo tiré y por accidente lo maté.

Dijo como si de lo más normal se tratase.

—Desde ese punto todo cambió para mí. Hace dos años descubrí todo lo de los neonazis y te lo comenté, y dijiste que pensabas igual.

Me van a quemar mis amigas si salimos de esta.

—Ahí fue cuando descubrí que si queríamos un país prospero tenía que tomar medidas drásticas. "Orden y progreso" dirían otros.
—¡¿De qué manera matar gente traerá progreso?!
—Puedo compararlo con "Quitar piedras del camino". Eso es lo que estaba a punto de hacer, de no ser por ustedes seis.

Les apuntó a cada una —de a gratis—. Hanamaru tuvo su día de suerte por faltar. Imagina, la pobre se muere del miedo.

—Saben demasiado, las tengo que matar.
—¡Pero...!
—Tú caso es diferente, Kanan. De eso te quiero hablar. Puedes bajar las manos, no te quiero disparar.

¡Gracias! Se me entumecían las manos, y cuando me acerque lo suficiente, podré hacer mi jugada.

—Explícate.
—Huye conmigo.
—Ah... ¿You?
—Tú más que nadie sabe que nadie hará el cambio. Yo seré quien se atreva a dar el paso. Obvio, que cuando sea mayor, a los dieciséis solo hago el trabajo sucio.
—¿Matar?
—Que inteligente. A lo que vengo. Únete a mí.

¡¿Qué?! Nunca.

—Cuéntame más.
—Tenemos el mismo pensamiento ideológico, las dos somos de extrema derecha, nacional socialistas de corazón. La única persona para platicar de política que tengo en mi vida. Sé que juntas lograremos mucho más, mi mano derecha... Kanan.

Sigue hablando Kanan, estás más cerca.

—¿Qué será de ellas?

Refiriéndome a las chicas.

—No podemos hacer nada por ellas. Van a morir irremediablemente. Ni siquiera Chika... nunca me perdonaría lo que hice.

Yo tampoco la perdonaría, para ser honestos.

Creo que estoy en la posición perfecta para que mi brazo dé el recorrido. ¡Te lo suplico Kanan! No falles.

Giré la cabeza para checar cómo iba la cosa. Nada diferente a lo anterior, todas cagadas de miedo. Miento, la herida de Yoshiko no sangra casi nada, Ruby hizo su trabajo. Mari, en cambio, tiene escondido el teléfono con un número —no se ve—, supondré que los servicios de emergencias.

—Lo siento chicas.

Mi mentira final, así aflojo a You. Con mi mano izquerda tomé la navaja y lancé un ataque con dirección a su antebrazo, del brazo con el que sostenía la pistola. Un corte bien dado y perderá toda la fuerza de su mano, y por ventana numérica, la podremos detener.

El plan daba buenos resultados, tomé a You por sorpresa y la navaja se acercaba a gran velocidad.

De pronto, la solté... Puta madre, Dios me ha abandonado.

Como pura ironía, mi plan se revirtió.

You me acertó un disparo en el —¡Puto!— antebrazo, haciendo que perdiera la fuerza en éste y soltara la navaja. Cayó demasiado lejos, ni en un millón de años luz —no sé si esté bien dicho— la alcanzo. Lo que no noté antes es que nos hallamos al borde del techo, de no ser por la insignificante barda, podríamos caer en cualquier momento.

—¡Kanan!

Gritó Dia detrás mío.

—¡¿Ibas a apuñalarme? Eso es deshonroso!

No hay palabras que describan el dolor que siento.

—¡Arruinaste todo!

Volvió a apuntarme. Ahora la mira temblaba, tal como el brazo de You.

—¡Idiota idiota idiota. Tu vida vale cien veces más que la de todas ellas! Menos Chika por supuesto.
—¡Para nada. Mi vida no vale ni la mitad de lo que vale la suyas!
—¡No me importa. Tú eres la única que entiende que de la derecha depende el futuro del país. Y que solo haciendo el trabajo sucio lo lograremos!
—No sabes nada You. ¡Los extremismos no son buenos! Ni de un ni del otro.
—Tú no decías eso cuando estábamos solas.

Mierda... la sangre no deja de correr por mi brazo, ¿Cuánto más aguantaré? You no para de hablar ni yo de responder. Es curioso como peleamos si hemos sido aliadas ideológicas durante varios años, no necesariamente con los nazis.

—¡Los extremistas somos los que vemos más allá! El que no arriesga no gana. Yo estoy arriesgando a mis amigas, esperando ganar algo más grande que mi propia vida.
—Estás mal You...

Empezaré a ahorrar todas las palabras posibles, la energía abandona mi cuerpo. Si piensan que "es solo un disparo", infravaloran en exceso.

—Quisiera debatir contigo todo el día, pero no tengo todo el día, ocupo acabar con sus vidas y escapar para sortear a la policía. Tengo una coartada con Chika, podré mantener la inocencia lo necesario.

Ahora sí, no hay tiempo. Tengo que idear un plan —el que sea— para salvarlas de You y su locura.

—¡Ruby!

La mencionada chilló ya que You le apuntó a ella.

—¡De pie, y aléjate de Yoshiko!

Sí que no entiendo lo que hace ahora mismo. Aunque... si lo pienso por el lado positivo, está prestando atención a Ruby, la puedo medio tomar por sorpresa.

—Ven.

Diciéndole a Ruby.

—Voltéate.

Obedeció y se volteó, esto tiene toda la pinta de ejecución pública. Si actuaré es ahora.

—Serás tú la primera. A...

¡No claro que no!

Di un paso atrás y luego me lancé a por ella. Desvió a gran velocidad el arma de Ruby y disparó.

El tiro dio en mi oreja izquierda —a nada de morir—. Arde, sí, quiero llorar, sí, pero horita no puedo.

Agarré su mano y la levanté para que la mira apuntase al cielo.

Perdí mucha fuerza en un brazo, por lo que estaba obligada a usar los dos. En el forcejeo fuimos acercándonos todavía más a la barda.

Un poco más... por favor.

Unos cuatro pasos después la tenía justo donde debe estar.

Usó la cabeza un poco y me metió un rodillazo en toda la panza que me sacó el aire.

—¡Te tengo!

¿Eso crees?

Ahora sí, andamos al filo del techo, un empujón considerable bastará para tirarla.

Mientras apuntaba le salté directo al tórax. Con mi peso ya hago la fuerza necesaria para hacerla caer desde el techo —¡Gracias física elemental!—. You no se esperó esa jugada, por lo tanto, no hizo prácticamente nada de fuerza. Mi plan resultó a la perfección.

You perdió el equilibrio y las dos quedamos sobre la barda. Recargué mi cuerpo a su pecho y con eso bastó para comenzar a caer. Mi cuerpo como tal se encontraba encima de You, de la cadera para abajo. Comenzó a disparar desesperadamente, todos los tiros cayeron en mi costado. La aceleración aumentaba más y más.

Se oyó un crujido, y después... todo fue oscuridad.









|Yoshiko|

Oscuridad... oscuridad. De todo ocurrió en mi trance, viví demasiado el día de hoy. El manto de Ruby me abandonó hace rato, tengo miedo de abrir los ojos... Zuramaru... ayuda.

Los gritos pararon, un tétrico silencio invadió el lugar, el mundo se detuvo por un segundo.

Lo primero que oí son pisadas, múltiples de ellas. Unos gritos o voces que no reconozco y silencio... otra vez.

Entonces sentí un tacto sobre mi hombro.

—¿Puedes pararte?

Es Ruby. Su voz sonada... tan preocupada... preocupada por mí, la chica de insultó a su hermana.

Respondiendo a su pregunta, la verdad es que no, no sola. Aun así asentí con la cabeza. Finalmente, abrí los ojos.

No había nada ni nadie, la otra alma que me acompañaba era Ruby. Ella me sostuvo del hombro y me ayudó a ponerme de pie.

—¿Todo bien?
—Sí... duele, pero puedo caminar.

Me mostró el lado humilde de su cara, una cara que había visto mucho —que estaba muy afectada—. Mi mente borró todo recuerdo y memoria de el día de hoy, tras disparo de You hice lo que pude para alejarme, tan así, que en cierto punto caí al piso por el disparo y me arrastre por un rato. Riko llegó de milagro a salvarme la vida, de ahí, todo son momentos perdidos en mi subconsciente.

Deberé de preguntar que pasó.

De pie, registré todo el sitio con la mirada y vi sangre, la cual parecía reciente.

—¿Y las demás?
—Bajaron.

Wow, nada obvio.

—Es lo que haremos, tenemos que ir con Kanan.

¿Kanan? Tengo que actualizarme.

Bajamos juntas al edificio de la escuela y caminamos por el recto pasillo que daba para los otros dos pisos. Fue que recordé a... Zuramaru.

—No creo que sea buena idea.
—Kanan está herida, hay que ir con ella. Mi hermana.

¡¿Kanan herida?!

Oh fuck.

Seguimos caminando... hasta que...

—¿Qué... es eso?
—Sangre.

Contesté. Llegamos al cuarto en el que me reunía con Zuramaru en secreto. La puerta,  semiabierta y con manchas de sangre —las mías—.

—Me niego a entrar.
—Quiero ver.

Tengo un mal presentimiento, demasiado malo.

—Es muy sospechoso todo esto.
—Te advertí.

No es como que pueda salir corriendo saben, la herida sigue doliendo —¡en exceso!—. Por favor que nada malo pase.

Abrió la puerta y lentamente entramos. La primera impresión es "normal", sangre y poco más. Luego, te das cuentas que hay un camino de sangre que te guía a la pared, y esa pared...

—¡Hanamaru!

Encontramos a Hanamaru... con dos huecos llenos de sangre.

Quiero llorar del dolor, quiero vomitar del asco y me quiero ir corriendo y olvidar la imagen que he visto, la vida sería fácil si pudiese hacer todo, pero Ruby sigue aquí y no la puedo dejar, no después del tiempo que me dedicó —además que no puedo caminar bien—.

—Está muerta, deja de intentar levantarla.
—¿Muerta...?

Ver a Ruby hablarle a Zuramaru para despertarla —en su retorcida mente— es un bajón emocional terrible.

Las piernas me temblaron y caí con las manos al piso, ¡y justo ahí tiene que haber sangre de Zuramaru!

Ya aguanté suficiente.

Di unos pasos hacia atrás y caí rendida al suelo.

—Zura...maru...

Odio llorar frente a otros, admitir que doy pena nunca me agradó. Todos te ven raro, ¡¿Qué tiene de malo llorar?!

¡Lo odio!

—¿Yoshiko...?

Todo lo contrario Ruby, llora donde quiere sin complejos absurdos como yo. Las lágrimas salían de sus ojos a un ritmo parecido al mío, estaba tan destrozada como yo. Comenzó a gatear en mi dirección, cuando estuvo lo suficientemente cerca abrió sus brazos como pidiendo permiso de abrazarme. Hice lo mismo y me tiré a abrazarla, cuando nos abrazamos nuestro corazón se quebró. Zuramaru murió, y las dos tuvimos la desgracia de ver su cuerpo inerte, apoyado en una pared, con un ojo entrecerrado.

Lloré como nunca al lado de Ruby, ella por su mejor amiga, yo... por eso mismo, y más cosas... lloramos más que los bebés que acaban de parir. Se suponía que estábamos peleadas.

El tiempo pasó tan rápido que las chicas nos encontraron. Cuando presté más atención al entorno, vi lo mojado que dejé el hombro de la blusa de Ruby —le gané, mi hombro quedó seco en comparación—. Chika, Riko y Dia nos sacaron de la escena y nos sentaron en la entrada a la escuela. Mari hablaba con la policía, mientras que Dia iba a avisar acerca de lo que descubrió —Zuramaru—. Chika miraba perdida a un punto exacto, donde había un charco de sangre.

Mientras que You y Kanan se desaparecieron.

Mi madre llegó infartada y me sacó de ahí para darme un discurso de que iba a a cambiarme de escuela y que Mari es una babosa —estoy de acuerdo— por dejar que sucedan estas cosas, junto a una clase de cuidado de hijos, eso sí que no me gustó.

||

Ha pasado una semana del incidente. Riko me resumió lo que pasaba mientras me aferraba a Ruby, que Kanan tras decir cosas muy controvertidas se tiró junto con You desde el techo. You murió en la caída y para mi sorpresa, Kanan siguió vivita y coleando... en el hospital, no puede salir todavía, no hasta que terminen de checarla y comprobar si volverá a caminar.

A Mari le cayó la de Dios, se le acusó tanto a ella como a su familia de una gigantesca negligencia profesional, que pudo costar muchas más vidas de las que terminó saldando. Por lo que se metió en una batalla legal que su dinero va a salvar —como siempre—.

El caso se hizo un escándalo mediático en cuestión de días, todo el mundo idol pendiente de "la idol que mató a su compañeras", como si You fuera más que eso. Es un fastidio. La policía nos hizo decir nuestra versión de los hechos a cada una, yo, mentí. Mi relato inició desde el momento que fui a la casa de You hasta que Riko me recogió. Tuve que mentir en varios datos porque mi madre me lo dijo. A ella le dije primero todo sin mentiras. Decirme que mintiera era una forma de no hacerme "cómplice" de You al no delatarla. Así que la muerte de mi hater será un misterio por mucho tiempo más...

Chika y Riko no la pasaron bien, claro que no. Expliqué el significado que Zuramaru le dio a las canciones en que You participó. Las quemaron horrible por difundir el nazismo —¿En serio?—, Riko las defendía a las dos, a diferencia de ella, Chika todavía seguía muy tocada por la muerte de su mejor amiga, divagaba en sus pensamientos de manera esporádica y dejaba de prestar atención a su entorno.

¿Qué ha sido de mí?

Bueno... no mucho. Primero, me arreglé con Dia por compromiso más que nada. Aunque ahora es ella la que me hostiga —karma—. Ruby y yo somos más cercanas que nunca, el duelo por la misma persona nos unió. Yo vine a su casa casi todos estos días para sentirme mal junto a ella, me reconfortaba su existencia y me hacía sentir más fuerte.

Hace tres días enterraron a You. No fue nada espectacular, de hecho, éramos bien pocos: Los papás de You, unos familiares suyos, Chika, Riko y yo. Ruby planeaba venir, pero su familia y más en especial Dia le prohibieron venir. Conocí a la familia de You, lucían como buenas personas, una pena que estén con cargos por omisión de cuidados. Ojalá puedan librarse.

Hoy es el funeral de Zuramaru, Ruby y yo iremos juntas desde mi casa, Dia en un inicio se lo iba a negar, pero las habilidades de negociación de Ruby me salvaron.

—La extraño...
—Sabes que a ella no le gustaría verte así. Vámonos que se nos hace tarde.

Di una leve sonrisa. Tomó mi mano y salimos así, dando todo el recorrido con nuestras manos entrelazadas.

La gente dirá muchas cosas. Debido a la popularidad del caso, el que tenía que ser un pacífico velorio se deformó en una pelea de quien es más hipócrita. Solo vienen a sacar provecho de mi mejor amiga.

Todo el tiempo sostuve la mano de Ruby, la cálida mano que me da la determinación de seguir adelante entre todas las tinieblas que la vida me pone delante. Ella será el último intento de formar una honesta y altruista amistad... si falla, no sé que será de mí.

Tengo tanto miedo.

¿Es el fin de todo éste drama? No creo.

■▪︎■


3414 palabras v.s 2954 de la primera edición.

No me abandonen, quedan varias cosas, pero la historia original llegó a su fin.

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