¤|You siempre fue Nazi|¤


Capítulo comenzado el X/4/23 (Más de 20000 palabras).

*Todo error que puedan recalcar, por favor, háganlo. Sería una coña que 30 o 40 horas de chambear en Wattpad se pierdan en errores de escritura.

Kanan.
¿Mande, You?
¿Puedo contarte algo un poco... privado?

Estábamos en casa de You, aprovechamos que ambas salimos de vacaciones y nos juntamos. Recién se graduó de secundaria.

Es difícil de explicar...

No tenía que decírmelo, apreciaba eso a la perfección.

You, no te preocupes. Llevamos siendo amigas desde hace muchos años, ¿Qué tan malo puede ser?
Soy Nazi.

Fue lo que menos esperé. Una cosa más que comparto con You; pensé. En esos tiempos era mi época más nazi hablando de gustos, no ideología, así que, la muy bruta en lugar de contestar con palabras, simplemente le hice el saludo Nazi.

You quedó incrédula.

¡¿De verdad?!

Preguntó más eufórica que de costumbre. Yo asentí y reí un poco. Una memoria inolvidable.

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¿A qué vino ese recuerdo? Saben... me da igual.

De repente todo es blanco, la luz satura mis ojos y la tranquilidad que siento no es cualquiera... Hay cables en mí y.... oh, estoy en el hospital. Ya me acordé de qué le hice a You. Acá al lado tengo mis signos vitales, enchufados —por decirlo de alguna manera—a mí con varios cables que tocan los nervios de mi cuerpo. Se ven estables.

—¿Por qué siempre soy yo a la que le pasa todo?

Hay algo que quiero checar. Recuerdo pocos detalles, pero estoy segura que me dispararon no más de una vez en el cuerpo. Me subí con cuidado la camisa, viendo una cantidad considerable de vendas. Aunado a eso, una de mis orejas se encuentra cubierta por vendas —muchas vendas—.

Son demasiadas preguntas que no me puedo responder, buscaré a una enfermera o lo que sea, todo me sirve. Me levanté de la cama y quise pararme, pero cuando puse mis pies en el piso... caí a ese frío piso de un hospital que no recuerdo que exista. La caída no dolió mucho, más bien es el desconcierto lo que me hizo gemir del dolor. Al intentar reponerme de la caída me faltaban las fuerzas para lograrlo, como si mi cuerpo me traicionara. Me quedé un rato echada en el piso, hubiera sido así por más tiempo de no ser porque una enfermera acudió a mi cuarto —sólo era mío—. Dijo que me desconecté de la máquina y pensó que desperté. Me dio la mano y me ayudó a regresar a la camilla. "Debes descansar y recuperarte" dijo. Yo le dije que sí y se retiró, no sin antes mencionar que ya venían a verme, ¿Quiénes? Nadie lo sabe, de seguro mis papás. Yo, no tengo nada que hacer, mi teléfono se partió en mil pedazos en la caída. Estoy agotada, voy a dormir, que me despierten cuando lleguen.

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Apenas pude descansar una hora. Vi el calendario para ver cuánto estuve inconsciente. Pasé un día y varias horas, tiesa en el hospital, que, de paso, está en la capital del país; a muchos kilómetros de Uranohoshi.

—Qué aburrido por Dios.

La ansiedad comenzaba a ganarme. ¡¿Cuándo van a llegar mis familiares?! ¡¿Cuándo llegarán Dia, Mari, Chika y compañía?! Sólo me importan esas tres, pero el gesto lo agradecería. Mejor aún... ¿Qué con Hanamaru? Tuvo la fortuna de no estar en el momento de la tragedia.

En todo ese estrés recordé el escándalo de Yoshiko y You.

—¿You habrá sobrevivido?

Murmuré. Subí la mirada y veo a Chika palidecer en el marco de la puerta. Llegó a verme.

—Ho...hola Kanan.
—Coño.

Se acordó el motivo por el que fue a verme e hizo lo obvio.

—¡Kanan, no te moriste!
—¿Cómo crees que las iba a dejar?

Nada le importó y saltó a regalarme un gran abrazo.

—¡No sabes qué tan feliz estoy de verte despierta una vez más!
—Me alegro igual, nada más suéltame si no quieres matarme.
—Perdón.

Se bajó de mí y movió una silla al lado.

—Me descontrolé.

Dijo apenada.

—No importa ya...

Contenta por ver a Chika, sí, sólo que...

—Dia y Mari, ¿Dónde están?
—Las olvidé. Ya vienen de camino, cuando nos enteramos salimos corriendo del hotel. Nada más yo llegué más rápido.
—¿Hotel? ¿Ustedes se quedaron acá por mí?
—Sí y sí.

En ese preciso momento, de quienes hablábamos entraron por la puerta.

—¡Kanan!

Hicieron lo mismo que Chika: Echarse encima mío. Chika se puso al lado; sabe que ya tuvo su momento.

—Am.... no debían.

¿Qué más podía sentir aparte de vergüenza y mucha... mucha felicidad?

—¡Por supuesto que debíamos! Casi mueres por nuestra culpa...

Dijo Dia. Se siente muy culpable por lo pasado. No pudo hacer nada, y eso de seguro la batió por dentro.

—Lo hice por ustedes, no me tienen que agradecer... de verdad.

Con humildad, como tiene que ser. Mari vio que estaba arriba de una de mis piernas.

—Dios, perdón, Kanan.
—Calma, de todos modos no siento la pierna en que te montaste.
—Oh...

Exclamaron Chika y Dia. Las tranquilicé.

—Va a recuperarse, tranquilas.

Desvié el tema, me preocupa, la verdad.

—¿Yoshiko y Hanamaru cómo están? Hanamaru no estaba en la escuela cuando llegó You. ¿El disparo a Yoshiko no le infectó la herida?

Mari y Dia desviaron la mirada. Evitaron verme hasta que dejamos de hablar sobre aquel dúo extraño.

—Hanamaru....

Dia me respondió.

—Hanamaru ha muerto.
—¡¿Qué...?!
—Tú no te enteraste.

Dia se tomaba su tiempo para cada palabra. Seguro tuvo que caerle muy fea la noticia —a mí por supuesto que me afectó, pero no es comparable—. Eran amigas, al fin y al cabo.

—Cuando Yoshiko fue traída por Riko, You atentó contra la vida de ambas tiempo antes. Mató a Hanamaru y fracasó en acabar con Yoshiko. El resto es historia.

You... ¿Por qué a Hanamaru? Sé que te caía fatal por estar en contra de los nazis, pero... ¿Llegar a esto?

—You...

La recordé con tristeza. Chika compartió mi sentimiento. Mari se encorvó cuando mencioné a You. Dia sólo gruñó muy bajo.

—...Las demás van a llegar en unas horas junto tu familia. Vamos a quedarnos contigo todo el día.
—Gracias...

Lo que no me dijeron es que Mari me trajo un teléfono nuevo, ya que el mío abandonó éste mundo. Aproveché que no puedo hacer otra cosa y lo configuré para tener mis antiguas aplicaciones y contactos. —Amo los datos móviles, que Mari pagó sin ningún problema—. Todo listo, envié dos mensajes a mi padre:

Hola papá, soy Kanan.

Que sepas que estoy bien. Espero que puedas venir a verme.

Desperdicié el resto de mi tarde jugando en el teléfono. Mis dedos funcionan... decentemente, más de lo que pedía.

Horas más tarde, mi familia junto a todo Aquors llegó. Celebraron que sigo con ellas y mi familia lloró por mi estado. Sufro más yo viendo lo que causo mi propia familia...

Convivimos mucho más de lo que pude adivinar. Todas se mostraron preocupadas —Riko y Ruby. Las únicas que no habían llegado—, Yoshiko, en cambio, fue una historia totalmente distinta. Distante y cabizbaja, ¿Forzada a venir? ¿Dolida por la pérdida? Quién sabe. Lo demás no tiene tanta relevancia. Con el tiempo todos me dejaron en esa sala de hospital, con un silencio estremecedor. Vicié a un juego de teléfono hasta medianoche y, cuando me quedé sin batería, saqué uno de los enchufes de los aparatos que me daban agua y ahí puse a cargar el teléfono con el cargador que incluía la caja. Comenzaría mi pronta rehabilitación.

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Seis días después me dijeron que era libre de elegir si seguir con mi recuperación en éste hospital o en mi pueblo. Elegí de cabeza Uranohoshi. Mi papá vendrá de nuevo a firmar papeleo legal variado, y Mari se ofreció a ayudarme a llegar. Ya saben, mi pierna no termina de mejorar en lo absoluto, en cambio, me rellenaron la oreja con un material chistoso cual empeora un poco el flujo de aíre a través de ésta; un daño menor. Un suceso que es imposible obviar, es el perderme el entierro de You por resultar sin mejoras. Hanamaru tampoco podrá sentir mi participación en su —casi— evento mediático. Estoy segura que un funeral mediático era la cosa que menos quería que le hicieran; menuda falta de respeto.

Lo que sí me dolió hasta el alma es dejar a Chika sola, observando al cadáver cubierto de nuestra queridísima You. Ojalá Riko lo haya hecho bien, ya que no volvió por razones evidentes. Dia y Mari, en cambio, gracias a sus nulas limitantes y dinero —de sus familias—, esperaron por mí todo éste tiempo, distrayéndome del gran problema en que terminé. Incluso si investigaban a Mari por delitos muy rebuscados —a mi gusto—, poco o nada le importaban para pasar tiempo conmigo.

Un evento pudo haber cambiado las cosas... ya tienen que saber cuál, y si no... Cuando me prohibieron ir a despedir a You.

—¡¿No puedo ir? ¿Qué broma de mal gusto es esta?!

Antes de irse, Chika mencionó que mañana You recibiría santo sepulcro. Para apaciguar la creciente polémica que rodea al grupo y al pueblo, el evento será discreto y muy reservado; poca gente, pocos problemas. Así de privado que de las chicas nada más irían Chika, Riko, Yoshiko y Ruby si la dejan ir, cosa que veo como un sueño irreal. Dia se la tiene jurada a You.

—Así como lo oyes. Es arriesgado que salgas en tales condiciones, puede comprometer tu recuperación de manera irreversible; es lo que dijo la enfermera.

Quisiera ponerme de pie y reclamarle a la cara como persona de bien... quisiera. El nivel de restricción al que llegué es inaudito. Todo el día en la cama del hospital... ¡Ya me quiero ir!

—¡Puedo ir en silla de ruedas! Además, la enfermera dijo que "sugería". Son las dos quienes impiden que vaya!
—Por tu propio bien, puedes sufrir un accidente y nunca me perdonaría. Por otro lado, es la misma You que te dejó así, ¿Quieres ir de todos modos?

Las intenciones de Mari con esa pregunta no me quedan del todo claras, una cosa sí: no tenía buenas intenciones hacia You. Yo me ofendí por lo despectivo que fue.

—Más respeto para You.

Ordené.

—You es una loca a la que ya no puedo respetar.

Replicó.

Yo, en mi lugar, apreté la sábana de la camilla. Entendí que simplemente no respetan a You y que yo nada podía alterar.

Frustrada por fallarle a mi amiga, dije desanimada.

—Ustedes ganan... seguiré en recuperación.

Transcurrió el tiempo, y las mandaron al hotel donde se hospedan. Apagaron las luces.

Cuando la soledad inundó mi cuarto, me agazapé entre la sábana, me acurruqué en un punto y lloré. Lloré por perder la última oportunidad de ver a la You real con mis propios ojos. Todo por ellas...

Daría gusto reprochárselos, si les guardara menos respeto es probable que lo haya hecho.

Vaya drama fue ese.

De regreso a la actualidad, la encargada de mí dijo que:

"Va a recuperar sus capacidades por completo en máximo un mes".

Nada más que tendría la necesidad de usar muletas o directamente una silla de ruedas. Yo jamás voy a estar de inválida, así que me resigne a las muletas. Ahora mismo Mari —Dia regresó con anticipo por orden de su familia— se fue a comprar todo. Ya saben, Mari y el dinero de su familia. Ahora es esperar a que tanto ella como mi papá lleguen y por fin me iré de aquí.

Tardaron más tiempo del que quisiera. Mari tenía consigo las muletas como la silla de ruedas. Me hizo entrega de las primeras y cuidó de las segundas. No fue nada fácil volver a caminar, era muy complicado dar más de cuatro pasos seguidos. Con ayuda de Mari logré salir al pasillo, donde junto a mi cuarto había varias sillas. Qué suerte tengo. Solamente toca esperar a que la enfermera y mi padre terminen de hablar.

—Kanan, usaré el baño. Vuelvo en cinco.
—Bien.

Me dejó esperando. Yo, sin mejores cosas por hacer, me paré y me acerqué a la puerta de mi "ex cuarto". Han de estar hablando de cómo pagar los gastos. Seguro todo lo pagan los papás de Mari, por lo que comentó la otra vez, su familia está en deuda conmigo.

—Las posibilidades reales en las que su hija recupera todas sus capacidades son muy pequeñas. Es un milagro que siga con vida tras recibir varios disparos a quemarropa y caer de un tercer piso. Dejando de lado mi juicio profesional, a mí me bastaría con sobrevivir.

La señora se tomó un respiro.

—También desde un lado no profesional: No le diga sobre que no podrá volver caminar como es debido. Ha de tener la cabeza hecha un lío por todos los hechos recientes a los que se relaciona...
—Kanan.

Mari regresó. La muy graciosa me asustó por accidente.

—¿Qué haces parada en la puerta?
—Nada, estiraba un poco.
—...Como sea, ¿Cuánto le falta a tu papá? Tengo ganas de regresar.
—Quién sabe. Siéntate y ya, es lo mejor que podemos hacer.

Mi papá terminó de "pagar" y por fin íbamos a regresar a nuestro pueblo. Como era muy pequeño para tomar un avión, nos tocó irnos en el infalible sistema del metro.

—Oye Mari.
—Mande.
—¿Qué hicieron para que terminara en un hospital a varias horas de la escuela, en una ciudad completamente diferente?
—Primero te internaron de gravedad en el humilde hospital de Uranohoshi, luego, cuando te estabilizaste, te mandé, con el permiso de tu padre, a un hospital de mejor calidad en Tokyo.
—¿Mi papá pagó todo aquello? Es muy caro.
—Lo pagó el mío. Fue lo mínimo, salvaste a su hija, o sea, yo.

Todo hasta el día siguiente no es necesario mencionarlo. Volví a casa y lo primero que fue abrir la silla de ruedas y meterla a una esquina, me quité la ropa que llevo desde ese trágico día y caí dormida en tiempo récord.

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Las vacaciones accidentadas no están ayudando en nada. Ahora mismo equivalgo a un anciano en estado vegetal, con la diferencia que gasto como cinco veces más recursos. ¿Por qué no hay clases? Le abrieron una carpeta de investigación por la ausencia de medidas de protección tanto a Mari—directora—, sus padres y a la escuela; junto a la investigación del asesinato como tal, imposibilita que vayamos a la escuela. Mientras Mari tenga dinero, la sanción no pasará de una indemnización al estado y a la familia de Hanamaru.

Van a venir a la casa mis tres mejores amigas. Las cité con la intención de dejar zanjado de una buena vez el asunto nazi mío y de You.

Fui a la tienda por una soda. Me cansé horrible cargando la soda con una muleta. Con una basta y sobra porque la otra la siento más como una cadena que un apoyo. La fatiga extra pasa a segundo plano.

Sigo buscando las palabras correctas para confesar que realmente concordé con mucho de lo dijo. Ellas no saben qué apoyo muchas de las bases de la ideología de You, de nuestras reuniones políticas y que peleó en internet desde una cuenta secundaria con izquierdistas que tienen mierda en el cerebro... por favor que sean distantes a la política, no quiero generar un conflicto por política con ellas.

El teléfono comenzó a vibrar. Lo saqué y vi que era Chika. Contesté y escuché lo que quiso decirme. En resumen, ya está cerca, que en unos minutos llega. Dijo que trajo consigo comida. Le repetí cinco veces que agradecía el gesto, pero que no era necesario. Nada se podía hacer ya. Después de tirar por ahí el teléfono, llamaron a la puerta.

—Deben ser esas dos.

Caminé un tortuoso camino a donde la puerta para abrirles. Abrí y, por supuesto que eran esas dos.

—Hola.
—Buenas.
—Pueden ir yendo al comedor, ahí llego.

Las dos me ayudaron a sentarme. Negué su ayuda, les importó muy poco, pese a mis quejas, no logré convencerlas. De verdad se preocupan en exceso por mí.

—¿Vieron a Chika de camino?
—Para nada. Seguro ya está tocando.

Cuando terminó Dia, tocaron a lo lejos, era la puerta.

—Les juro que la oí antes.
—¿Pueden abrir por mí?

En el fondo, no quería regresar hasta la puerta, es agotador. Dia la recibió por mí, dejándola pasar conmigo. Las mandé a sentar a las tres.

—Bien.

Llamé la atención de todas.

—Chika, Mari y Dia. Las reuní a las tres por motivos. Uno: Están fácilmente entre las seis personas más importantes de mi vida; Dos: quiero desahogarme, si es con ustedes mejor.

La disposición de la mesa era tal que así: Yo, en la punta, en la silla principal, esa con reposabrazos que transmite respeto; en mi lado izquierdo era Mari la que bebía de su vaso con soda, Chika; y más lejos Dia, expectantes de lo que les contaré.

—Voy a contarles casi que la historia de mi vida, así que esto va ser muy largo.... muy largo. Voy a hablar de todo lo relacionado con You, la pelea verbal y física, hasta el por qué me habló tan personal del tema.

Las tres asintieron, y así relaté todo:

Mi historia comienza en la niñez; tiempos sencillos. Para aquel entonces ya era amiga de ustedes. Desde la cuna siempre fui una idealista sin saberlo. Consideraba injusto que quienes trabajaban sin parar ni un segundo ganaran sueldos patéticos; una falta total a la dignidad humana. Se me hacía injusto: Japón, con todo el dinero que posee, no pueda darle la mínima calidad de vida a sus habitantes. Ellos tampoco ayudaban por culpa de la mentalidad que se desarrolló en el colectivo. Por tanto: Al mismo tiempo que disfrutábamos nuestra infancia, yo forjaba de poco a poco mi pensamiento político e indignación al sistema actual.

Cuando me adentré a la compleja red que es el internet, vi que no era la única que pensaba como yo: "Japón necesita un cambio" pienso hoy y hace años. Por azares del destino descubrí al nazismo, que me voló la cabeza con la primera impresión. Saber que Alemania, vapuleada, endeudada hasta los pies y con una enorme crisis, salió adelante y más fuerte. El holocausto y la discriminación en todo sentido sí que no lo pude respetar... no en su totalidad. Gracias a eso le tomé gusto a la estética nazi.

En el momento que You se inició en el mundo de la política más o menos a sus trece, descubrimos que compartíamos una idea similar: La derecha política. Cada cierto tiempo, celebrábamos reuniones para discutir de nuestras ideas. Delirábamos con un Japón más próspero en relación al poder que tiene. Nuestro sueño era involucrarnos de una manera u otra en las decisiones del país; You, especialmente.

Antes de entrar a preparatoria, You me confesó que era nazi. Le respeté por supuesto. Desde ese punto, nuestras conversaciones se embarraron de los comentarios más discriminantes que escucharán en su vida. Comenzamos a comprar vestimenta referente a los ejércitos alemanes: El Heer (fuerzas terrestres), las SS (fuerzas de élite) y particularmente la Kriegsmarine (la armada). Eran momentos muy bonitos que compartí con You. Gran confidente, pilar de mi vida. De no ser por la política y los nazis, nuestra amistad ni sería la mitad de lo que fue.

Por precaución, jamás les diría esto. Tenía miedo a que me vean como una demente. Así iba a ser, hasta que pasó lo de You.

Eso es todo. Por la expresión, no están felices. Hasta se me olvidó decir que distribuyo odio por internet fortuitamente.

—Kanan.

Dia, pasados cierto tiempo de tensión, decidió romper el silencio incómodo.

—¿Dia?
—En una parte aseguraste no poder respetar en totalidad el holocausto. ¿Qué te hace no despreciarlo en su totalidad? Es una práctica inhumana, genocida e inservible.

La ya clásica mirada seria de Dia.

—La razón es simple. Comparto el sentimiento de desprecio ante aquellos ciudadanos de segunda. El problema radica cuando inviertes con tanto esmero para demostrar ese odio: Invertir ingentes sumas de efectivo en seres inferiores es contraproducente para una economía.

La cara de Dia dijo indirectamente un "¿De verdad?"; casi que me decía que era una retrógrada.

—¿Con eso quieres decir que eres racista, homofóbica, antisemita o xenófoba?

Preguntó seria.

—Todas de hecho. Soy racista, homofóbica, antisemita y xenófoba al mismo tiempo. Sería el colmo que también sea misógina jejeje. Todos los animales son iguales, pero unos animales son más iguales que otros, ¿No lo crees? Repetía mucho eso con You.

Me causó gracia el chiste, que hice para aligerar el pesado ambiente. A Dia no le dio nada de risa. Lo consideró una broma de mal gusto, en especial por el contexto de la conversación. Chika y Mari, conservaron un escalofriante silencio; ni una palabra.

—Chika, Mari ¿Opiniones?

Necesito saber su juicio. Chika dejó caer su cabeza en mi mesa. Mari, tomando medidas ya tradicionales de Estados Unidos, se empinó toda la soda sin dejar nada.

—Mucho en qué pensar, mucha información de golpe.

Empezó a decir Mari.

—Pensar que en esa inocencia que mostrabas de pequeña había un deseo de manifestación contra una sociedad; por decirlo de alguna manera...

Se dio a entender de pésima manera. Siguió hablando.

—Yo no apoyo para nada tu opinión con respecto a las minorías, más bien me opongo por completo. Eres mi amiga, has hecho tanto por mí sin ningún interés de por medio... ¡Salvaste mi vida! Te respeto por ser una de mis mejores amigas, junto a Dia. Te quiero, y esta revelación nada va cambiar. Pese a que no te veré de la misma manera por lo que acabas de decir, te seguiré tratando como la Kanan de toda la vida.

Diré que cuando terminó me conmovió. Son únicas en el mundo —Mis amigas—, no cambien.

—Quisiera añadir palabras bonitas de mi parte, nada más que Mari ya lo dijo todo. Te quiero Kanan.

Dia no es buena con las palabras.

—Pero que quede claro. Estoy muy en contra de las ideas que propone tus ideas políticas, le guardo un enorme rencor a You por la atrocidad que perpetró el martes anterior; que saldó con la vida de Hanamaru y tu condición física.

Para lo que dice en relación con el contexto, me sorprende la calma con la que lo dice. Muy extraño, más de Dia —sin contradecir lo que había dicho—.

Y Chika... lo sigue procesando. La entiendo, estaría igual en su lugar: Perder a tu mejor amiga de golpe —frente a ella— es traumático. No cambió mucho de posición, ahora se cubre la cara con los brazos.

Entendí que Chika lo tiene que seguir pensando. Me paré de la mesa con un esfuerzo extra al no usar la muleta, sino que la silla.

—¡No hagas eso! Te puedes accidentar.

Mari regañó mi actitud. Ahora no importa.

—Chicas...

Aludiendo a Mari y Dia.

—Vengan acá.

Se acercaron una por su respectivo lado.

—¿Nos abrazamos?
—Ah... ¿Necesidad?
—No sean malas...Es gratis... y ayudan a mi salud mental.

Se miraron entre sí muy confundidas.

—Bueno... ¿Qué hay de malo con abrazarnos?

Dia se acercó precavida.

—No muerdo.

Carcajeó unas dos veces y por fin se agarró de mí. Mari la dejó ser y entraría después —al abrazo—. Les acaricié el pelo, como si las estuviera consolando.

—Perdón por decepcionar a ambas de esta manera.

Les susurré al oído.

—Las asusté por ser incapaz de vencer a You. Tuve que arriesgar mi vida por ustedes. Nos las quería perder, actué sin pensar y me arrojé con You al piso desde un tercer piso. Perdón.

Ambas se estremecieron, Dia con más fuerza. Se nota que se lleva guardado todo. Mari sí me ha confesado que lloró la noche que me dejaron en el hospital de Tokyo. Dia, era un caso opuesto —que yo sepa, y por lo que me dijo, Mari la tenía bien checada; jamás mostró símbolos de ello—.

—Kanan... ¿Qué cosas dices? Venimos de decirte que nunca nos decepciona...
—Te pregunto, Dia, ¿Temiste por mí?

Confiesa...

—Oye, me incomodas, ¿Puedes soltarme?
—Bien...

Qué fallo el mío. Espero que no se lo guarde por tanto tiempo.

Mari y yo cortamos el abrazo y fue a la entrada por una cosa que dejó allá —no me pregunten—. Misteriosamente después Dia se retiró al baño; quedé sola con Chika. Algo bueno es que ya miraba al frente, eso sí, la frente se le marcó toda.

—¿Todo bien Chika?
—No.

Chika sí es honesta.

—Toda la imagen de You se me está viniendo encima, junto a la tuya. Mi conocimiento en temas políticos es inexistente, pero tengo claros mis valores; el respeto a todas las personas está dentro de estos.

Entendible de Chika, persona de valores muy fuertes; la antítesis de lo que soy. Por naturaleza, la población que reside en las ciudades apartadas de las grandes urbes, se tiende a sentir atraídas por posturas más radicales —como es mi caso—. Esas ya son cosas de la historia de Chika.

Al cabo de media hora, la casa se convirtió en una casa del silencio; nadie aparte de mi presencia. Lo que sí sé es que quedan pocos días para el complicado y controversial regreso a clases en Uranohoshi. Mari ganó a medias el caso sin mayores contratiempos. No es como si tuviera enemigos jurados o cosas del estilo, por lo que su 'castigo' se vio muy reducido: Dejaría de ser la directora a cargo de la preparatoria, para ser suplida por el padre de Mari —legalmente—. Todos sabemos que de facto quien se encargue va a ser un subordinado de éste. La seguridad se verá aumentada de forma totalmente nueva: Cámaras, controles en el contenido de nuestras maletas y guardias —que por lo menos respetaron que fuesen mujeres—. La paz que me fascinaba desapareció de la noche a la mañana.

Debo de relajarme, nada puedo hacer el estado en que me encuentro. Queda un asunto que arreglar con Yoshiko, cual resolveré cuando podamos regresar a clases. Mientras, haré lo posible en 'disfrutar' mis vacaciones tanto de la escuela como del trabajo —quería seguir trabajando, si no fuera por mi pierna—.

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El día siguiente llegó. Chika nos convocó a todas para celebrar una reunión en su casa referente al porvenir de Aquors. Las siete que quedamos volveríamos a vernos todas desde su visita al hospital. Me alisté en tiempo récord, por lo que esperé en la acera a que Mari me recogiera. De ahora en adelante, será lo más parecido a mi chofer personal —como no paga la gasolina...—. Decidí distraerme jugando con el teléfono. Mari llegaría y me tomaría del antebrazo y me subió al asiento del copiloto del carro que me acabo de enterar que usa ella*.

*No sé si Kanan sabía que Mari tenía una troca. Hagan como que no sabía, si no, no hay fanfic.

Arrancó el vehículo y nos dirigimos a la casa de Chika. Me ahorré las palabras para no molestar a Mari mientras conducía... mentira. Me ahorré las palabras porque llanamente, no tenía nada de qué hablar.

—Kanan. ¿Qué piensas que va a pasar con Aquors?

Caso contrario al suyo.

—Ni idea... Chika fantasea con esto hacía tiempo, y ahora que lo logró, veo difícil que lo deje, incluso sin You.

Argumenté.

—Puede que tengas razón...

Suspiró.

—Es Chika al fin y al cabo. Le dimos las alas para que montara todo el proyecto. Fue la loca que nos juntó una vez más a las tres para saldar cuentas con el pasado.
—"Saldar cuentas con el pasado". Que cursi.

Se enojó conmigo, luego se carcajeó un poco.

—Nada más recordaré que tú también le lloraste para regresar a Aquors.

Bromeamos el tiempo restante para la casa. Al llegar lo primero que vimos nos sorprendió, eran Ruby y Yoshiko. Sentadas lejos de la casa de Chika. Vieron que llegamos y se levantaron rápidamente, sus manos se entrelazaban desde quien sabe cuánto, después de levantarse siguieron igual. Me niego a creer que esas dos estén metidas en cosas enfermizas; no quiero pensar mal de la hermana de Dia.

El punto, Mari a abrió mi puerta y sacó mi muleta para que la tomase y pudiera bajar. Yoshiko y Ruby se hicieron para un lado, dándome pase libre hasta la entrada de la casa de Chika. Con mi brazo libre sosteniendo la puerta, me animé a preguntar qué hacían afuera esas dos. Yoshiko no dijo nada, más bien me miraba asombrada. Ruby respondió por ambas con un "Yoshiko comenzó a sentirse mal y tomamos un respiro". No quise preguntar por el agarre que mantenían todavía. Espero que sea cosa de amigas nada más.

Tras eso, pasamos directamente al cuarto de Chika, ya que de antemano —por teléfono— dijo que no nos la pensemos mucho. En el momento que entramos, mi primer pensamiento era tirarme a la cama de su cuarto; gracias a Dios que nadie usaba la cama. Caí directamente en esta y eché al piso la muleta. Se me va a caer el brazo, apenas lo siento.

—Parece que llegaron, Mari y Kanan.

Saludo Riko. Lo extraño en todo esto es que no está la anfitriona ni Dia.

—Buen día Riko, ¿Dónde quedaron Dia y Chika?
—Se supone que salieron a la cocina para prepararse algo para comer. Ya deberían haber...
—¡Hola!

Ruidosa como siempre, Chika entró a su cuarto junto a Dia.

—¿Yoshiko no trae de vuelta a Ruby?

Se quejó Dia.

—Ya te traje a Ruby, ¿Feliz?

Dijo Yoshiko desde fuera del cuarto. Las dos entraron sin decir nada más. Dia, por naturaleza, volteó a ver feo a Yoshiko. Ruby notó eso, y llevó a la otra esquina del cuarto; al lado de Riko y lejos de las demás.

Por fin, las siete. Chika, como figura a seguir dentro de Aquors, dio un paso al frente, colocándose frente a la mesa —que está en el centro de su cuarto—. Nos miró una por una a todas, y comenzó:

—Como todas sabemos, You y Hanamaru están en un mejor lugar. Puede que estemos afligidas, y por su memoria, hemos de mostrar respeto por Aquors. ¿Qué quieren para Aquors?

Un tenso silencio llenó el cuarto, tantas opiniones y ninguna la quiere expresar. Yo espero a que cualquiera empiece todo. Chika se impacientaba, esperaba una idea ajena para mencionar la suya.

—Mi idea...

Llamó nuestra atención.

—Mi sueño lleva siendo ser idol, y junto a todas lo estoy logrando. Sé en carne propia lo que es interpretar junto a ustedes... exceptuando a las más grandes, con quienes no he tenido la oportunidad de debutar.

Se expresó con tanta pasión que con la energía que nos dio invado Kosovo.

—Las bajas que sufrimos son importantes... sí, pero no mortales. You se encargaba del vestuario en cuestión; Ruby puede con eso. Hanamaru ayudaba en la composición; mientras tengamos ideas no será problema. Por último, Kanan es buena con el baile y la movida; su baja es temporal, pronto estará de vuelta a la acción.

Silencio total, Chika usaba su más grande virtud: Palabras.

—Aquors debe seguir para poder enorgullecernos de lo que lograremos a futuro. Es algo que nos une, y perderlas no cambiará nada.... ¿Creen que ellas quieran vernos caer por su culpa? ¡No! ¡Siempre seremos Aquors!

El rojo de los ojos de Chika brillaba en emoción. Las caras de las otras integrantes eran diferentes a como empezamos: Dia sentía orgullo por nuestra camarada, Mari sonreía ampliamente, Riko aplaudió a su amiga, Ruby se sorprendió —en buen sentido— por toda la palabrería, yo apoyé con mi pulgar a la líder... pero Yoshiko, vaya que le cuesta expresar un sentimiento fuera de la tristeza y el desespero; mirada gacha, manos tensas, labios fruncidos.

—Voy afuera un momento, vuelvo rápido.

Apurada, dejó su cuarto. Las que quedamos comenzamos a vernos dubitativas, ¿Qué sigue? Pensábamos.

Dia y Mari hablaban entre sí por medio de gestos y señas, una suerte de lenguaje secreto. Riko miraba que hacíamos y las restantes... hacen cosas muy raras...

Yoshiko se puso a llorar —que sorpresa—, Ruby corrió a socorrerla y darle ánimos. De inmediato, se convirtieron en el centro de atención. Es el colmo que Yoshiko no supera que Hanamaru murió. Yo ya lo superé, ¡Hasta Ruby! Yoshiko es débil, nada que ver conmigo... sí... nada que ver.

Los sollozos de Yoshiko son incómodos de oír, vuelvo cuando se calme. Antes de cerrar la puerta, miré a mis dos amigas, las únicas que nada hicieron por Yoshiko —Riko se unió a Ruby en su intento por consolarla—, con una expresión nada bonita de ver: Se deleitaban al ver a Yoshiko en esa condición. Creo que estoy imaginando cosas.

Conozco al derecho y al revés la casa, iré por agua. Bajando al primer piso, deslumbré por un momento que la puerta principal estaba abierta. Curiosa, eché un ojo al exterior, encontrándome a Chika.

—¿Sucede algo?

Llegué a su lado. No volteó a verme, se enfocó en ver a la nada.

—Pasé por alto la controversia. Meditaba en busca de una solución a todo el problema.
—Tienes que relajarte. Te estás poniendo toda la responsabilidad pública del incidente.

No se menciona mucho el tema. Sabemos lo mal que la pasa con cada crítica insensibilizada, creadas por medios desinteresados que ven por su bien por sobre todas las cosas.

—Si quieres, puedo ayudar en lo que a prensa y opinión pública. Así te quito de encima una carga.
—...A lo mejor y tienes razón. Estos días he divagado en cosas que no tienen sentido. Confío en que puedas expresar de la mejor manera la opinión de Aquors.
—Por supuesto. Así me desvió de mi pierna y hago algo por el grupo.

Me agradeció abrazándome. Entramos de nuevo a la casa. Yoshiko ya se había calmado. Cuando pidió más opiniones con respecto al futuro de Aquors, todas tenían la misma sintonía a la antes presentada. Sabiendo que el siguiente lunes podríamos volver a Uranohoshi, accedimos a extender el descanso hasta el mencionado día... Maldita sea, otra semana en la que seré inútil. Veré que hago, ¿Escribir en internet es buena idea? Quién sabe. Todas se retiraron, yo me quedé nada más. Mari quiso dejarme en la casa, le dije que tengo un asunto privado que hablar con Chika y a duras penas aceptó.

Por lo que estoy con Chika, a la que quiero preguntar una cosa.

—Okey Kanan... dijiste que ni siquiera Riko podía estar, ¿Qué es lo que ocurre?
—Yo... te quería preguntar/ofrecer si... ¿Querías visitar a You?

El mundo se le detuvo. Giró lentamente, cerró la puerta del cuarto, fue conmigo y se sentó a mi lado en la cama.

—¿Tú... de verdad?
—Sí. Debo y quiero hacerlo. Me impidieron decirle adiós en el funeral, por lo menos tengo que ir a saludar.
—Yo no he ido hacía varios días, exactamente el día que fue enterrada.
—¿Es un...?
—Sí, te llevaré con You.

Con un brinco se puso de pie.

—Prepararé comida y unos objetos que tengo que traer. Puedes descansar por mientras.
—Gracias Chika, eso haré.

Por fin, permiso para dormir. Me eché en la cama, cerré los ojos y perdí la consciencia muy rápido.

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Mientras reposaba, Chika preparó varios alimentos. A su vez, cargaba con una pala, un bello arreglo floral y una variedad de artículos de limpieza. Andábamos —caminando— a un ritmo más lento que el que acostumbramos siempre; ya saben... muleta. Nuestro destino quedaba alejado del pueblo, en la zona más periférica de Uchiura. Un panteón de gran humildad: Varios sepulcros colocados en medio de la tierra, simples lápidas de cemento, nada adornadas y mal cuidadas; aquellas reservadas para la clase pobre —especifico: Pagas por el terreno, lo que sea que pongas en él es responsabilidad de quien lo compre—. Esa es la descripción con la que cuento. Chika reserva su opinión. En el punto que los caminos dejaron de estar pavimentados, supe que nos acercábamos; salimos de la ruta principal.

En cierto punto volvimos a desviarnos, llegando a un camino pétreo y descuidado.
Pasados los cinco minutos, reconocimos a la distancia un arco... habíamos llegado. Aceleré lo que pude —casi nada—, tenía mucha prisa. Al entrar, no vimos a nadie, el recinto se veía apenas cuidado por un número limitado de personas. Exploramos más en el interior del panteón. Sabe dónde queda You, así que no hizo falta dar vueltas innecesarias.

Dobló en una avenida lejana de la entrada, y a diez entierros, se detuvo.

—Es aquí.

Apuntó con la mirada una lápida.

—Esa es You.

Leí la inscripción:

Watanabe You

1999 - 2016*

Amada hija y amiga.

* You tiene 16 para inicios de 2016 (según yo), por lo que en teoría nació en 1999. Para el punto en que pasa la historia ya ha de tener 17. Chao.

Cero adornos, sólo una piedra en que se talló su nombre. Si querían esconder su cuerpo del mundo, lo lograron a la perfección. Tan triste y simple tuvo que ser su tumba para prevenir que se descubra su lugar de eterno descanso, y con ello, su tumba podría sufrir una clase de ataque o intento de profanación. Aunque no lo crean, You ahora es popular; su muerte la transformó en un mártir para el neo-nazismo más radical; aparte se hizo un personaje a seguir por la gente enferma de internet —no me pregunten por qué—. Básicamente ven a una edgy asesina, de esas que salen cada 2x3 en la tele. Una pena...

—Hola You.

Dije inconscientemente.

—¿Kanan?
—Perdón... se me salió.
—No importa.

Dejó la pala en el piso.

—Voy a limpiar su lápida.

Se agachó a la altura de You. Le tiró varios cubetazos para mojar su tumba, le echó varios líquidos de limpieza y talló. Cuando terminó se paró y agarró la pala.

—¿Para qué trajimos la pala?
—Dos motivos: Defensa en caso de requerirse, y el más importante, quitar la maleza.

Clavó múltiples veces la pala en la tierra, removiendo poco a poco las plantas que amenazaban con brotar en nuestra amiga. Terminó de limpiar a You y volvió a tirar la pala por ahí.

—¿Hambre?

Preguntó.

—Sí, ¿Ahí traes la comida?
—De hecho, quería que comiéramos con You. ¿Está bien?

Sonó raro.

—¿No tiene nada de malo no?

Me pasó un traste en el que había preparado comida para mí —tenía el suyo—. Quitamos la suciedad del piso —que es de tierra, mucho no ayudó—. Chika colocó un vaso con agua encima de su sepulcro.

—Comeremos con You.
—Oh... ¿Bien?

Admitiré que eso no es normal, le seguiré la corriente.

—Buen provecho, You.

Comenzamos a comer juntas. Pese a estar la comida algo fría, sabía muy bien. El vaso de agua quedó intacto, cero alteraciones. Comimos cinco minutos sin decirnos absolutamente nada. Sería Chika la que acabaría con esa tendencia.

—You... ¿Cómo era en sus 'reuniones'?
—Sé más específica.
—Su comportamiento, ¿Contigo era la misma You que conmigo?
—Más o menos te diría... Como persona sí era la misma You, en lo que difería era en los temas de conversación. En lugar de la You alegre y carismática de siempre remplazaba eso con mil y un cosas de nazis, chistes racistas, xenófobos, etc...
—Tan siquiera no fingía su actitud. Gracias Kanan, tenía esa duda.

No entiendo por qué preguntó.

—Da igual... ¿Vamos a irnos?
—No sin antes mostrar respeto a You.

Lo siguiente hizo fue ponerse de pie, posar frente a You, y guardar silencio. Encontré necesario expresar mi respeto a You, así que, a duras penas me apoyé en la muleta para pararme débilmente en su costado. Callamos durante un minuto: El famoso minuto de silencio.

Mostrado nuestro respeto, ya no había negocio en el panteón.

—¿You podrá ocultarse para siempre?

Pregunté.

—Quiero creer que sí... como nos estás costando, You...

Concuerdo ampliamente.

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¡Regreso a clases por fin! Me aburría sin hacer nada en mi casa. ¡Era de mi cuarto a la terraza, de la terraza a la cocina y de la cocina a mi cuarto! Estoy muy emocionada, como pudieron apreciar.

Controversia después, Aquors vuelve a sus funciones —con los miembros de menos—. Será después de clases. Buscamos un lugar alejado de la escuela; no se volverá a practicar en el techo... sin contar que ya nadie puede subir ahí.

Como sea, ya estoy cambiada y esperando a que pasen por mí. Esto de no poder caminar me está ganando... qué inútil soy.

Llegaron por mí. Y creo que ya saben quiénes.

—¡Hola!
—Oh... buenos días Mari.
—¡Más pasión, volvemos a la escuela!
—Qué alegría. Aunque me alegraría más poder ir a la escuela por mi cuenta.

Mari bufó.

—Dia, súbela por favor.

La puerta trasera se abrió, mostrando una versión renovada de Dia.

—Buenas Kanan.

Dia como siempre siendo la menos eufórica de todas.

—Hola Dia, buenos días.
—Ven, te voy a subir al carro.
—Puedo hacerlo sabes.

Me enojó que me tomasen de anciana. Evité hacer contacto con Dia, y a mi ritmo, me acomodé donde el copiloto. Dia se quedó en los asientos traseros.

Mataría el tiempo restante viciando en el teléfono a ese juego que jugaba en el hospital.

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Hemos vuelto, las tres de nuevo en Uranohoshi. Llegamos aquí a una hora de que comiencen las clases ordinarias, por lo que estamos nosotras, una que otra guardia, y personal de limpieza.

—Oigan, miren, una cámara.

Señaló Dia frente de nuestras narices.

—Descarados, ¿Qué necesidad hay de colocar una cámara en frente de la entrada.
—No preguntes... han de tener sus motivaciones.

Recorrimos el trayecto entre la entrada y la misma institución. Ingresamos como si nada y nos metimos al primer lugar que sabíamos que era 'nuestro'.

—Extraña aquí. El lugar donde puedo sentirme en total paz dentro de la escuela.

Decía Dia analizando el nuevo estudiantil. Tomaría asiento en su silla de siempre.

—A menos de que una niña acomplejada entre y te insulte de mil y un formas.

Yoshiko: El antiguo "Ángel caído" que trató terrible a Dia. Me falta hablar con ella, no precisamente de eso, si no de You. ¿Para qué la mencionan? No va a cuento.

—Esa niña como siempre...

Mencionó fastidiada Mari.

—Dejemos eso. Kanan, Dia, voy a mostrarle el sistema de cámaras.
—No es como si no supiera qué es una...

Se calló cuando Mari sacó de un cajón una portátil que brillaba hasta por las teclas. Prendió el aparato y abrió un software de seguridad.

—¡Here we have... el grandioso sistema de cámaras!

Una ventana se abrió con muchas, muchas pantallas. Cada una es una cámara de seguridad distinta. Vista a gran parte del patio, una por cada salón —biblioteca incluida—, baños, cuartos de limpieza y una para el techo del incidente. Todo para poder guardar evidencia para otro posible 'evento desafortunado'. Las únicas que no cuentan con éste son dirección y éste salón.

—Dia, como actual presidenta tienes derecho a usarlas en el cumplimiento de tu función y nada más. Un uso irresponsable de esta herramienta puede conllevar a castigos severos en contra tuya y de tu familia.

Mari se mandó tal monólogo casi como robot. De su otra mano cedió un documento muy largo a mi otra amiga.

—Todo lo que te dije entra en vigor cuando firmes tanto tú como tus padres.

Le da una pluma.

—Adelante.
—Si tú dices...

Firmó.

—En la noche se lo paso a mi madre.
—Perfecto. Decir como extra que yo tengo una computadora igual con los mismos poderes.

¿De qué manera planeamos desperdiciar cuarenta minutos? Fácil, jugando con las cámaras de seguridad a que somos guardias de seguridad. Por un microsegundo juré ver a Yoshiko y Ruby metidas en un lugar medio raro; les juro que me volveré loca pensando en las cosas que a lo mejor se tienen entre manos.

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Fuck. ¿Qué motivo, razón o circunstancia hace que todas mis compañeras vean en mí a una clase de Diosa? Por Dios, que enfado.

Literal entramos y todas nuestras camaradas presentes se vinieron encima de mí, abrumándome con preguntas del tipo "¿Cómo se sintió?", "¿Te gusta ser famosa?, y la más tétrica: "¿Cómo se siente matar?". De ahora en adelante tomo mi distancia de aquella compañera. Como siempre, Dia impuso orden para que me dejaran en paz.

—Podía hacerlo por mi cuenta.

Le recriminé. No respondió y sencillamente se sentó y sacó un libro, cual comenzó a leer.

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No recordaba tan poco interesante las clases. O sea, las maestras sí daban de manera óptima su clase, pero me importa tan... pero ¡tan poco! Que sentía que iba a caer rendida del sueño en cualquier momento. Siento que pierdo mi tiempo tomando estas clases. Lamentablemente, tengo que graduarme forzosamente de la preparatoria, ya que, si mi pierna no regresa, algo tendré que estudiar... A no ser...

¿Podré jugar fútbol de amputados? "Fútbol de amputados" creo que será imposible mientras tenga mi pierna. Vaya desperdició, preferible es conservar la pierna.

¿Qué diablos pienso? Tengo que prestar atención a la clase... ¿O si me duermo qué? ¿Van a pegarme? No creo. Voy a cerrar los ojos por un momento y...

—Kanan.

Darme un respiro.

—Van a regañarte Kanan.

Ya lo necesitaba.

—Ya déjala, con suerte y no la descubren.
—Bien.

Escuché más ruidos provenientes del área circundante. Minutos —segundos puede ser— desaparecieron, por fin tuve mi tiempo de paz. Muy corta para mi gusto.

—No me puedo creer que nadie se dio cuenta. Hay que ponerla de pie, se va a quedar pegada en el asiento.

Fue lo primero que escuché, era Mari.

—Te diré que tampoco me la creí. Kanan, apúrate.
—¡Voy!

Le dije. Con toda la flojera del mundo me troné y estiré la columna. Iba a pararme, hasta que olvidé que no puedo caminar y estuve a nada de estrellarme con el piso. Por suerte Dia, próxima a mí, me tomó de los brazos, previniendo otro accidente.

—¡¿Estás bien?!
—Sí, no me pasó nada. ¿Me quieres soltar?
—Bueno...

Tomó la muleta que estaba debajo de la silla y me la dio.

—Ten más cuidado, si te tropiezas puede terminar muy...
—Mal. Dejen de repetírmelo, ya lo sé.

Van a hartarme con el mismo cuento. En otras noticias, el receso llegó. Quisimos —quiso Mari— jugar un poquito con las cámaras, no pude oponerme, no es como si tuviera mejor plan. Cerramos con seguro la puerta para que nadie entre, sacamos la computadora y nos metimos al software. Vagamos por varias zonas: Patio, salones, baños. Vi a Chika y Ruby discutiendo con libreta en mano 'algo', seguramente de idols.

—Olvidé decirles que si se me encuentra culpable del sufragio de la privacidad de una alumna me irá muy mal... y a ustedes por cómplices. Al dejar de ser directora y pasar a ser solo una simple imagen para las estudiantes, la corrupción no tiene cabida.
—Eres una distraída, pudiste decírnoslo antes.

Dia parecía querer matar a Mari; lo normal. Yo la soporta. Mientras se quede acá entre las tres perfecto.

Seguimos viajando de cámara en cámara, supervisando a las compañeras de todos. Pero en un punto, iniciaron una deliberada búsqueda por Riko y Yoshiko, las que no salían por ninguna parte. Fue tan así que dieron la vuelta entera a todas las cámaras dos veces, hasta que salieron juntas debajo de un humilde conglomerado de árboles, aprovechando el sol para descansar la vista. Riko poseía un cuaderno indistinguible, un lapicero y un borrador. Platicaban de temas desconocidos para nosotras, que provocaban sonrisas en Riko y felicidad en Yoshiko —una discreta sonrisa—. Esto, por raro que suene, parecía incomodar a mis amigas, viendo desagradable el comportamiento de Yoshiko —por dos años—. Yo, que debería preocuparme más por su rollo con Ruby, lo consideré una situación de amigas. ¿Cuál será su problema con Yoshiko? No lo sé. Continuaron observando la cámara donde Yoshiko hacía acto de aparición. Mantuvieron la misma expresión fácil un minuto, uno muy tenso, a decir verdad. Sonó el timbre, indicando que tenemos que regresar al salón.

—Vayan, yo tengo asuntos que resolver aquí. A diferencia de Mari, yo conservo mis poderes.
—Fuck You. Vamos Kanan, las clases nos esperan.

Mierda.

—Voy.

Es una pena, con la flojera que cargo. Esa siesta accidental me ayudará a llevar las clases sin darme ganas de volver a tirarme del techo, esta vez sin un escudo humano. Todo tiene un precio, si quiero que Aquors se reúna nuevamente, soportaré las clases que vengan con una sonrisa... Que no duró nada.

¿Saben cómo integrar 2 sen (4x+1)? Hoy descubrí que yo no. Lo bueno que Mari sí supo que el resultado era 1/2 cos (4x+1). Fue lo único complicado en el resto de las clases. Dia arribó en la siguiente clase y poco más. Cuando pudimos salir, apuramos para salir y encontrarnos con el resto del grupo. Tuvieron que esperar un tiempo de más por nosotras.

Salimos las tres a reunirnos con las demás, las que esperaron por nosotras fuera de la escuela, lejos de todo nuestro —de la escuela— sistema de vigilancia. Queremos un poco de privacidad y tranquilidad.

Caminamos un poco más y las vimos a todas: Chika, Riko, Ruby y Yoshiko. La primera reaccionó inmediato y se acercó con nosotras.

—Las estábamos esperando.

Saludó a las tres.

—¿Listas?
—Claro, ¿Dónde iremos?
—Buena pregunta. No lo sé.

Ya se me hacía raro que Chika tuviera un plan...

—Hay que hallar un lugar tranquilo en que podamos pisar bien. Vivimos en un pueblo fantasma, ha de existir un lugar con estas características.

Razoné y di mi opinión.

—Le preguntaré a las demás.
—¿De verdad no les preguntaste?
—Se me olvidó.

Para mi sorpresa, Dia le tiene más paciencia a Chika, recuerdo todavía una de las primeras veces que nos reunimos las nueve. Chika hizo lo mismo con otro tema, y Dia se enojó. Cambió después del incidente.

—Da igual, vayamos con todas.

Llegamos y saludé a todas, ya que no nos habíamos visto en todo el día. En cambio, las otras dos saludaron a todas... menos a Yoshiko, ¿Por qué? O sea, entiendo que sigan picadas por lo que pasó con Dia, pero ya pasó, Yoshiko lo pasó terrible después, y ya se disculpó, no lo entiendo. Lo que me recuerda que no he hablado con ella personalmente del incidente. Contó su versión a las autoridades y se hizo más famosa de lo que era por ser Yohane, cual se retiró por "motivos personales" según la cuenta oficial de Yoshiko.

Viajamos por todo nuestro pueblo buscando el sitio perfecto. En esta vida nada es perfecto, por lo tanto, nos conformamos con una cancha de cemento un poco aislada del resto del pueblo. Esta ya no se usa por la distribución poblacional; pocos niños que quieran jugar en estas.

Tuvimos que improvisar una manera de ponernos a la fecha. Tras varias semanas sin hacer esto, evidentemente saldría todo horrible. Yo, igual que antes, dirigía a todas en que hacer y eso; de mantenida no se vive, de una manera había que aportar.

Acabamos en dos horas. Duramos más de lo que en primera instancia se creería. En lo personal, creo que se me va a salir el hombro; dos horas parada no ayuda en mucho. Quise dar el ejemplo para mantener una intensidad aceptable, dado que perdimos mucho tiempo e íbamos a quedarnos atrás respecto a las competencias que teníamos por delante, especialmente el Love Live!

Riko y Chika fueron las primeras en irse. Dejando así a mis amigas, la hermana de Dia y... Yoshiko. Siempre es Yoshiko...

Dia se llevó a Yoshiko a hablar lejos. Aproveché la oportunidad y me saqué —temporalmente— la duda.

—Ruby. ¿Puedes decirme una cosa?
—¿Qué cosa?
—Tú y Yoshiko... ¿No tienen nada raro entre manos?
—No entiendo, ¿Qué hice o qué?
—Digo... cosas raras, de esas que hay en la tele.

La expresión de Ruby expresaba confusión pura.

—Ah...
—Ash... te lo explicaré con unas señas.

Con las manos representé dos tijeras y bueno... ya saben que hacen las mujeres y las tijeras. Dios, qué asco.

—Le preguntaré a Mari que quiere decir eso.
—¡No, déjalo así!

Si me acusa con Mari, Dia me mata por pensar así de Ruby. Inocente, seguramente en su salón ninguna de sus compañeras tiene las hormonas alteradas.

Hablando del rey de Roma, Yoshiko regresaba con la cara larga, Dia, contenta. Es mi momento, tomaré prestada a Yoshiko un segundo para avisarle que mañana en el receso hay que hablar sobre el tema de You de una manera más personal.

—¡Ey, Yoshiko!

Alzó la mirada, encontrándome. Se veía triste, como ya dije.

—¿Tienes un momento?
—...Sí.

Contestó con una voz nunca antes vista en ella semanas anteriores, ahora, es lo normal en ella: Desinterés. La llevé lejos de todas.

—Primero que todo, no tiene nada que ver con Dia, yo te perdoné, no hay rencor.

Le sonreí. No reaccionó.

—Mañana quiero tener una charla seria contigo.
—...¿De?

Preguntó temblorosa.

—You.

Agachó la mirada.

—Sé que declaraste recién hace algunos días, sin embargo, quiero una versión más personal de los hechos.
—Bien, ¿A qué hora?
—Durante el receso si es posible.

Refunfuñó.

—Estaré disponible. Por mensaje te diré dónde. Espero no equivocarme de contacto esta vez.

Echó unas risas amargas —referentes al 'caso Dia'—. Para bromear con ello ha de haber dado por terminado el problema en que se metió. Se la entregué a Ruby para que la pudiera dejar en casa. Por tanto, nuevamente, tengo tiempo con Dia y Mari.

—Y así pasa otro día más.

Comentaba Mari satisfecha. Caminábamos con la playa a nuestro costado; oír el tranquilo ruido de las olas batiéndose contra la arena y piedra hace que me sienta ligera.

—Otro en el que no puedo caminar.
—No te frustres, tarde o temprano tu pierna recobrará sus sentidos.
—Ay Dia... si fuera tan fácil... todos pudieran caminar.

Creo que me equivoqué con las palabras, debí ser menos brusca, no les causó nada de gracia.

—Por cierto, Dia, recientemente tu hermana y Yoshiko se hicieron muy amigas. ¿Qué sientes al respecto?
—Me enoja. Yoshiko no merece a Ruby.
—¿Te perdonó?
—Sí, nada más que no es eso.

Mari hacía como que no pasaba nada y volteaba al otro lado, dejando a Dia sola.

—Simplemente Yoshiko no aporta nada a Ruby. Es un desperdicio de oxígeno, el cual, para empeorar todo, parece tener depresión.
—No creo que tenga depresión. Hanamaru era su mejor amiga y You estaba en camino a ello, el golpe psicológico es muy fuerte. Te lo dice alguien que mató a una de sus mejores amigas. Depresión como tal no tiene, creo yo. Podría ser una etapa, la depresión es una enfermedad seria.
—Hanamaru fue mi amiga también, lo que me harta de Yoshiko es que su mundo se detuvo ese martes; siempre recordando lo que pasó. Me deprimo viéndola.
—Impactante... ¡Ey, mi casa!

Llegamos a mi casa ¡Gracias! Dia se ponía cada vez más radical con Yoshiko, tanto que incomodaba. Les di las gracias por acompañarme y me metí al cuarto. Por fin, un respiro. La silla de ruedas que compró Mari sigue en su lugar: la esquina de la habitación, usada para dejar pertenencias varias —ropa, libros, aparatos electrónicos—. A un lado de mi cama, tiré por un lado la odiosa muleta y me eché en toda la cama, estirándome como un método para bajar mi estrés. Saqué mi teléfono y me metí a la cuenta secundaria mía y de You —en efecto, compartimos una cuenta secundaria de Twitter—. En esa cuenta poníamos nuestro "pequeño grano de arena" (palabras con las que se refería You al plan) desbaratando pensamientos estúpidos de otros usuarios. Eso es imposible de hacer bajo mi nombre, las Idols viven en exceso de la opinión pública; un comentario indebido en el peor momento puede sepultar a metros bajo tierra el sueño de todas, y jamás nos lo perdonaríamos —You mientras vivía—.

Hice lo que llevo haciendo desde el entierro de Hanamaru: Buscar su nombre para checar el impacto que mantiene en las redes. Es sorprendente que no la olviden, la comunidad guarda eterno duelo por ella. Leías todo tipo de comentarios: Bonitos, motivadores, de gente que promulgaba que sentían lástima por ella, y que era la manera del internet de apiadarse por ella; verdaderos idiotas.

Más idiota es el tipo que se refirió a You como una "Neuro-Degenerada". Si por mí fuese, voy y le hago lo mismo que a You, aunque no me daría gusto quedarme sin piernas. Como sea, voy a bloquear a éste tipo antes de hacer una imprudencia.

—Odio a los indígenas.

Aludiendo a esta gente; seres sin cerebro.

Iré a pelear con otros tipos, hablar de You me saca de quicio.

Qué tenemos aquí... oh, un pseudo-activista al que nadie presta atención, menos yo. Así que publiqué mi amistosa respuesta:

Asumir que una raza con nuestras mismas oportunidades obtendrá lo mismo que nosotros es caer en suposiciones erradas. La historia del hombre es el mejor ejemplo.

Me lucí. Espero que con esto aprenda.

Ahora de verdad quería tirarme y dormirme. Yoshiko no pensó en eso y me envió unos mensajes.

Yoshiko 😵

Buenas noches Kanan.
Vengo a preguntar que cuándo nos reuniremos mañana.

Le tengo que cambiar el nombre de mi contacto, a lo mejor y Ruby ve cómo la tengo y me mira feo.

Yoshiko 😵

Mmm

Mantener la privacidad es un problema serio.¿Saliendo de la escuela?

Me sirve. ¿Puedo llevarte a un lugar?

Claro, sin problema.

Buenas noches.

Descansar. Tendré que avisar a Mari que no me espere.

| |

Estamos de regreso en la escuela. Tan aburrida como ayer. En esta ocasión, omitiré el día entero, no pasó nada. Durante la primera semana, nos daremos pausas de un día para acostumbrarnos a la intensidad que soportábamos —las prácticas, digo—; hoy fue un día de esos.

Yoshiko esperó una hora a que mis clases acabaran, ha de estar fuera. Avancé por los árboles, teniendo en cuenta que Yoshiko se comporta como una simia, todo el día trepada en un árbol. Tengo constancia de que ha usado árboles para esconderse a llorar —vía Ruby, de Ruby a Dia y de Dia a mí—.

—¡Yoshiko, sal de tu escondite!

Y como guerrillera, me cayó de la copa del árbol. Un poco más y no la cuento.

—Gusto en verte Kanan. Esperaba tu llegada.
—Perdón por salir tarde, sabes cómo funcionan los horarios.
—No hay problema. ¿Ya podemos irnos?
—Si quieres. Vamos, acompáñame a mi lugar especial.

Acaté su indicación y proseguí a andar a su lado.

Un detalle no menor que ha sido constante con Yoshiko es la falta de expresión en su rostro. Es como si fuera una vasija: Hueca. En las prácticas, en las reuniones, ¡hasta en sus palabras! Ruby es la única que pasa una barrera más allá de esta versión 'acabada' de Yoshiko —el logro se hace mayor conociendo que antes del incidente estaban peleadas—. ¿Cómo se reconciliaron? Es un tema que no me corresponde.

Distraída, me perdí en mi propio pueblo, Yoshiko era ama y señora de mi destino. De esa manera, terminé en un parque que nunca vi de niña ni adolescente.

—Aquí es nuestro destino.
—Bonito parque, ¿Cómo lo conociste?
—Aquí hice las paces con Hanamaru un día después de nuestra pelea. Es un lugar que se consiguió un hueco especial en mi corazón.

Suspiró.

—¿Cuándo pasó eso?
—El mismo día que me metí con Dia.
—Oh...

Caímos en un silencio muy incómodo que tuve que resolver.

—¿Puedes comenzar con lo de You?

Volvió a la realidad, había prestado atención a un punto fijo en la nada. Diré también, que no ayudo siendo tan directa con el tema.

Así, contó con lujo de detalle cada una de las numerosas interacciones con You: El día que confesó que era nazi, cuando le habló de la amistad. ¡Todo! Menos la última historia, que es en donde vamos. En verdad, hasta antes de las últimas semanas, no hablaban nada. Extraño.

—Entonces You salió del cuarto con una caja. Me distraje un segundo, y You y el señor ya estaban discutiendo algo. Fue cuando vi que You sacó un arma y todo se hizo innegable... You mató a más de un alma.

Quebró en llanto por segunda ocasión.

—¿Qué pasó después?
—Hui con Hanamaru... y... y, apareció de la nada y le dio en el pecho y a mí en mi pierna. Riko me salvó y... ya sabes el resto. Una catástrofe.

Consolar a una intratable Yoshiko es complicado, más cuando mi curiosidad arriesgaba a desestabilizar a mi acompañante.

—¿Por qué no la denunciaste por la noche, antes de ir a clases?

Pregunta lógica.

—Temí por mi vida, You podía desquitarse conmigo antes de caer en manos de la justicia, y esa opción me aterró. Preferí esperar a que no me haya visto y rogar a que se quedara así.

La versión de Yoshiko de los hechos me hizo ver más a fondo a su persona —lo muy estúpida que era en ocasiones—. Eligió arriesgarse a que la hayan visto en lugar de delatar a You, todo por miedo. You, cruzaste la línea pecando por nuestra causa, lo has de tener tan claro como el agua... si el cielo existiera.

Le di mil gracias a Yoshiko por su tiempo y sus palabras, tuvo que costarle explicar cada punto sin colapsar completamente. Ella tomó su rumbo y yo el mío. Busqué en internet el GPS para ver a dónde di a parar, quedando impresionada ya que no queda tan lejos de la escuela y, años atrás, estuve con las chicas en los alrededores. Yoshiko es una afortunada por descubrir éste parque.

Vagué por la zona un rato más para conocer bien en lugar, es mi pueblo, tengo que conocer todo de él. Paré en un punto y me dije: "hay que volver". Tuve el trabajo de llegar a la casa sin Mari ni Dia. Admito que la experiencia no estuvo mal; recordé los viejos tiempos, cuando corría por estas calles, regando vida con cada pisada. Ahora, atada por mi condición física, castigada a caminar por cometer el mayor de los pecados.

Regresé nuevamente al cuarto, en mi mente solo podía pensar en Yoshiko.

—¿Cuán mal la ha pasado?

Me pregunté. Yo creyendo ser la que más sufrí, cuando Yoshiko tiene todas las cualidades para ello. Apagué el foco de mi cuarto, dispuesta descansar, pero cuando hice eso y me acosté, recordé Twitter. Abrí el buzón de notificaciones, dispuesta a leer una posible respuesta, cosa que pasó.

El pseudo-activista respondió a mi verdad:

Alguien que base su argumentación en discriminación no puede ser tomado en cuenta. Todos somos iguales; mismo cerebro, mismos órganos, mismos valores.

Estúpido, no respondió nada. Que mi sensato argumento no es válido por basarse en discriminación es una falacia. El resto, palabrería de mala calidad. Acabaré con su ilusión de una 'igualdad'.

Nada pudiste responderme, pedazo de ignorante. Una persona oriunda del África no será efectiva como un nativo, es cuestión de perspectiva. No por nada la mayoría de éste tipo de personas laboran como mano de obra.

Humillado. Buenas noches.

| |

¡La rutina de siempre me trae harta! Ya no voy a contarles mi día a día, ya que siempre es el mismo: Mari me recoge, pierdo tiempo en la escuela, paso tiempo o con Chika o con las otras dos. Practicamos buen rato saliendo de la escuela y me devuelvo a casa. Como pueden ver, lo mismo que les llevo contando hace días. Capaz y cuento cosas interesantes, por ejemplo, que Yoshiko se suicidó. Eso no ocurrió, es un ejemplo de lo que puedo considerar interesante. Por ejemplo, lo que pasó ayer:

Todas practicábamos. La práctica diaria retornó recientemente, casi todas recuperaron a plenitud su condición física. La oveja negra que no, ya tienen que saber quién fue, y no hablo de Yoshiko.

—Kanan.
—Riko, ¿Qué se te ofrece?
—Ocupas un descanso.

Esas malditas palabras.

—Para nada, las he de ayudar con las prácticas.
—No son problema, ya lo hemos logrado sin tu ayuda. En cambio, tienes que pausar un poco, te ves deplorable.

Ahora Chika me atacaba, y vaya que me dolió. Sacó un espejo de esos con los que te maquillas —de su mochila—, mostrándome mi estado. Admito que me veo terrible, pero no mucho...

—¿Deplorable? Estoy joya ¿Verdad, Dia?
—Por favor, ve a la grada y descansa. Por tu bien.

Cómo negarme cuando me hace la carita de víctima de violentada en el matrimonio.

—¡Okey, iré a darme un tiempo, regreso en cinco!

Gradas metálicas existían en los bordes de las canchas, lo suficientemente grandes para acostar mi cuerpo entero. Subí batallando, coloqué la muleta en el suelo y cerré mis ojos. Cinco minutos no me vendrán mal.

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Dormí cinco minutos... más dos horas treinta y un minutos. Sí que pegó fuerte el cansancio. Quería negarlo, y fue imposible. Desenfundé mi teléfono y puse la cámara para reflejarme en él. La mejora es evidente. El sudor no se desapareció, lo único negativo.

Todas continuaron con la práctica, manteniendo la intensidad y frecuencia; un orgullo. Siguen así y llegarán muy lejos, creo en ellas.

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Por un lado, aquella curiosa historia: La primera vez que vi que no recuperaría mis piernas. Esa duda que me carcomió desde la práctica fue confirmada un mes después de llegar desde el hospital del pueblo.

Traída por Dia, junto a varias cartas poder para no joder a mi familia, acudí al hospital en Tokyo para la inspección correspondiente. Aquí, verían de una buena vez si volvería a caminar como persona de bien, y no como discapacitada.

Recibieron en buena voluntad mi llegada, esperé veinte minutos jugando con el teléfono, todo mientras Dia miraba deslumbrada por mi habilidad en éste juego —cree ella—. Con ello, la espera se hizo más amena para ambas. Llamaron por mi apellido y llegué a una sala, donde me mandaron a hacer ciertos movimientos con las piernas, para proceder con una cosa rara en rayos X. Todo acatado por el poder que me concedían las cartas poder. Tras acabar con los exámenes y pruebas, dijeron que mañana en la mañana estarían los resultados.

—¿Quieres divertirte?

Dijo caminando fuera del hospital, con factura en mano.

—¿Será correcto?
—Es un día el que vamos de esperar. Las chicas no notarán siquiera tu ausencia, siguieron esforzándose duro para presentarnos por primera vez a mí y Mari.

Mencionó llena de orgullo.

—Nos hemos ganado unas vacaciones. Sólo tú y yo. Mari tendrá que esperar para otra salida, una pena.

Desconozco cuándo se convirtió en una salida. Disfrutamos las dos de la imponente ciudad que no duerme —no Nueva York, asco de ciudad—. Las que sí dormimos fuimos nosotras, a las dos de la mañana, gracias a que Dia no es precisamente pobre ni mucho menos. Su familia no mueve poco dinero, usamos un poco de ese efectivo de manera dudosa para olvidar por un momento los problemas del mundo real.

Cayó la mañana, y con ello mis resultados. Esperé ansiosa por ellos por las afueras del lujoso hospital.

—Vas a salir bien Kanan, relájate un poco.
—Tú lo haces parecer fácil. Quiero poder soñar con caminar un día más.

Bufó.

—Entiendo tu punto, no obstante, preocuparte no cambiará nada. Piensa bonito.
—Intentaré. Cuando tus sueños y ambiciones dependen de un estudio médico es complicado ser optimista.

Sin nada mejor, saqué el teléfono para distraerme un poco, e, irónicamente, llamaron del hospital: los resultados estaban listos. Contesté lo más calmada que pude, moría de los nervios. Corriendo —no literalmente— entramos sin respeto alguno a recepción, en donde se nos indicó la sala a la que iríamos. Cuando entramos no había nadie, tomamos asiento en las dos sillas frente al escritorio. Tardaría cinco minutos en llegar la doctora a cargo de mí, cargando múltiples carpetas, la gran mayoría sobre mi estado. Sacó mi expediente médico, lo pasó a nuestras narices y, tras un silencio estremecedor, empezaría la consulta.

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La consulta acabó rápido, unos cinco minutos a lo mucho. Recibí los documentos médicos, pagué una última vez y recorrí ininterrumpidamente, ignorando todo a mi alrededor. Abandoné de una buena vez por todas del carísimo hospital que jamás pedí en primer lugar. Dia seguía mis pasos por detrás, sin ganas de verme a la cara. Llegamos en veinte al hotel en el que se hospedaron cuando llegué por primera vez. Entramos a la habitación correspondiente, donde nadie me va a molestar... a excepción de Dia.

—Tenías que hablar.

No controlaba mis emociones, menos mi fuerza. Arrojé lejos de mí la maldita muleta, casi impactando a Dia. Enojada, caí en un sofá que adornaba la habitación —no me caería en un punto random, tuve en cuenta al sofá antes de mi rabieta—. Dia, en lugar de enojarse conmigo, sólo acomodó en un mejor lugar mi muleta.

—Perdón.

Dijo triste.

—El tren parte por las cuatro de la tarde, prepara tus cosas.
—Vale.

Respondí secamente, no traía humor para idear una mejor frase. Ahí nos quedamos en nuestra habitación de hotel, mirándonos apenadas, culpables, y tristes. ¿Hace cuánto fue la última vez que me sentí así con Dia? Muchos, muchos meses atrás, antes del regreso de Mari.

—Discúlpame, compraré una bebida antes de regresar.

Ignoró todo a su alrededor y me dejó sola. Me entró la 'misteriosa necesidad de encerrarme en el baño con seguro y no salir' —extraño, ¿No les parece? —. No saben lo denigrante que fue arrastrarme hasta tomar la muleta, misma que Dia pareció poner en el lugar más lejano a propósito. Nunca planeo rebajarme a tal nivel de muevo. El punto, logré entrar al baño. Cerré con seguro la puerta y me senté en el inodoro —privado/retrete, como le digan—. Quiero tranquilidad. No he tenido tranquilidad por culpa mía.

¡¿Quién dijo le tirara la muleta a Dia?! Que falta de respeto, todo el sacrificio que implicó traerme sola. Debo de disculparme por mi idiotez. Era hora de reflexionar. Cerré la tapa del baño, luego me recargué en éste. Me oculté entre mis piernas —un infierno subirlas— para obtener mi ansiada soledad.

—Mierda...

Me dije.

—Ya no.... caminaré jamás.

El peso de la verdad se me venía encima. Mi sueño de dedicarme al agua se va a la pura mierda, ¡¿Cómo voy a nadar si no puedo usar una pierna?! Ambas en un futuro lejano. ¡Lo odio!

—Mi sueño...

Fue el punto de quiebre, hice algo que me prohibí realizar desde Mari: Llorar.

Fui muy ruidosa para mis estándares, que vergonzoso, gracias a Dios que Dia no está. Duré llorando unos dos minutos aproximadamente, cuando me detuvé, vi el desastre que era mi cara, Dia no tarda en aparecer, por ende, le pedí prestado sin su consentimiento su maquillaje para encubrir mi secreto. Los ojos los tengo rojos de puro llanto, cosa que hace imposible disimular por completo mi estado de ánimo, rezo porque Dia no le dé importancia.

Necesito —malamente— descansar. Me acosté y cerré mis ojos sin dormirme. En un breve periodo de tiempo, se escuchó la puerta; Dia entró. Fingí que dormía para evitar mencionar el tema de mis ojos llorosos. Lo que sí me desconcertó fue que hablara.

—Perdón... Kanan.

Se oía tan dolida que dolía —válgase la redundancia—.

Esperé un poco más y fingí despertar. Me recibió amistosamente y notificó que en menos de una hora dejamos el hotel. Comencé a ordenar todo y guardar mis pertenencias.

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Ahora mismo esperamos impacientes, Tokyo no es lo nuestro, preferimos —en especial yo— la quietud de Uchiura. Me niego a regresar hasta que Aquors requiera de mi presencia, le agarré fobia a la ciudad.

—Ten.

Entregó mis documentos médicos.

—Entiendo que es complicado llevar todo, pero los tienes que ver por ti misma.
—Gracias, qué sería sin ti.

Bajé la mirada a esos diabólicos papeles. Verlos me sienta horrible, un sentimiento de incapacidad se apodera de mí, volver a pensar en ello me hace doler la cabeza.

"La posibilidad de que recuperes tu capacidad de caminar probaron ser imposibles."

La primera herida.

"Tampoco podemos asegurar que la pierna derecha cumpla por siempre sus funciones. El daño que causó la caída es irreparable. Es un milagro que sigas con vida. Valora todo y a todos los que tienes, que son los que seguirán de tu lado."

La segunda.

"Puede asegurarse que la reducción de la coordinación motriz es el único efecto permanente de la abertura en la oreja izquierda. Las posibilidades de infectarse están presentes siempre que el material implantado desaparezca".

Por lo menos...

¿Qué haré con mi vida? Esa será mi mayor duda por un largo, largo rato. Hice una petición egoísta a Dia para que cuidara a las dos en lo que dormía. No ha dormido nada y aquí ando molestándola, que asco doy. Diré que simplemente quería desconectarme del mundo.

Me cago en la puta.

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¡Buen día! Como pueden ver, el tiempo pasa factura. Voy a decir que ya no me duele —tanto— el perder mi futuro post-preparatoria. En consecuencia, me la vivo haciendo test estúpidos de internet sobre "¿Qué debería de estudiar?" Y similares. Realizo las pruebas en fines de semana y por las noches, he realizado gran variedad de pruebas, con resultados diversos, inclinándose siempre a actividades físicas. Gracioso.

El siguiente que voy a realizar ignorará de manera total estas, para ver qué opciones reales tengo fuera de bucear o lo que sea.

Entré a la página y comencé con la prueba.

—Primera pregunta: "Me sorprende la repercusión que puede llegar a tener cierta información."

En efecto, el hombre es manipulable por naturaleza, tiene que despertar para ejercer juicio propio. Como yo.

Hay tres por cada inciso, estas encubren un sistema de "1-2-3" para no ser obvios.

Respondí con un "La información llega a generar engaños con mucha repercusión."

Saltaré preguntas que no aportan mucho a su conocimiento, lo que no significa que las vaya a ignorar. Todo lo contrario.

—Pregunta 16: "Tengo poder de convicción."

Quisiera. Mi sueño húmedo es meter a mis contemporáneas a el pensamiento político de la derecha. Me consta que Dia y Mari apoyan a la izquierda, en especial Dia.

Contestaré con la tercera opción: "No, aunque me gustaría tenerlo."

Continué el largo test unos quince minutos más, ya que me lo tomo en serio. Varias preguntas que no terminaba de entender. ¿Qué sentido tiene preguntar "Es complicado en el trabajo ser fiel a tus propias convicciones"? Si cuento a ayudar a mis amigas como trabajo, es complicado... a medias. La disciplina es universal, pero mis pensamientos más profundos y controvertidos, me lo guardo y hago como que no existen.

Añado, que, a partir de ahora, mis respuestas se verán entre dos corchetes ([]). Me harté de mencionar "Respondí" cada dos por tres. *

Soy un huevón.

—Decimoctava pregunta: "Creo que la rutina llega en todos lados."

Afirmación cierta. Para triunfar en la vida tenemos que ser muy disciplinados con lo que somos. Autoridad sobre nosotros y los demás, quiero transmitir eso en Aquors, y en especial a Chika, que necesita más control de sí.

[Sí, la rutina siempre llega].

—Veintidós: "Me hubiera gustado ser artista."... Hijos de puta.

[Hubiera querido, pero no se me da].

Gran mentira...

—Veinticinco: "Siento gran pasión por el trabajo que desempeño."

Mi vida gira en torno a mis amistades. ¿Ayudar a cumplir sus sueños me apasiona? Sí... creo.

[Me gusta, pero si pudiera cambiaría de trabajo].

—Veintiséis: "Considero muy importante saber trabajar en grupo."

Dos de tres, en ámbitos como la política es crucial conocer a tus aliados antes de hablar de más, cosa que no es tan crítica en diversas áreas.

[Trabajo mejor sin tener en cuenta a otras personas].

Vi de reojo la ventana, notando la nula presencia de luz solar. Me distraje de la realidad contestando seriamente una prueba de internet, que loco. Inicié la prueba a eso de la tarde, llevando veintiséis preguntas para la noche, cosa mortificante, a decir verdad. El teléfono, con un pequeño hilo de vida —tenía poca pila—, mostraba ocho llamadas perdidas de Chika y más de un centenar de mensajes de la mencionada.

Llegué a rastras a la estancia, tomé el teléfono fijo que adorna la mesa del sitio e inserté rápidamente su número. Tardó casi nada en responder.

—Dígame.
—¡¿Chika, qué pasa?! ¡Tengo cientos de mensajes tuyos!

Pregunté asustada.

—¡Profanaron a You!
—¡¿Qué!
—¡Su tumba... la hallaron unos locos ajenos a Uchiura!

La voz de Chika temblaba a momentos.

—No la pude defender...
—Hicimos lo que pudimos, no te lamentes. ¿Cómo supieron dónde residía?
—Busca "Aquors" o "You Watanabe" en internet. Se supone que al ser menor su identidad debe de ser oculta por el gobierno, pero nuestra 'fama' hizo imposible aquello.

Otro agotador viaje a mi cuarto me dejó frente a mi computadora. Busqué como dijo: "You Watanabe", encontrando una desagradable y aterradora respuesta.

—¡¿Por qué hay fotos de cuando la visitamos?!
—Investigué lo que pude. Todo parece indicar que un habitante de Uchuira nos vio llegar con You, sacó una foto sin que las dos viéramos y llegó a las personas equivocadas; las que atentaron contra el recinto de mi amiga.
—Infelices... Tenemos que ir.

Maldije.

—Es peligroso ir a estas horas. Yo no puedo defender a las dos, apenas me defiendo sola. Hay mucho psicópata suelto a esta hora. Es frustrante.

Tiene razón.

—Concuerdo con que es frustrante. ¿Mañana puedes ir?
—Mañana es sábado, no creo tener inconvenientes. Iremos.
—Perfecto. Buenas noches, Chika.

Terminé con la llamada. Enojada, lancé a la cama el teléfono. He fallado de nuevo, no pude proteger a You. La foto de la lápida era desgarradora. Parece que le metieron un martillazo. Del mismo modo, su inscripción fue tallada e invadida por simbología referente al comunismo y fascismo, ¿Qué relación tiene You con el comunismo? Fanáticos de mierda.

Regresé a la cama e hice todo lo que estuvo en mi poder para dormir rápido. Costó lo suyo, pero logré tener suficientes horas de sueño para mañana.

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Temprano, en la mañana, cerca de las ocho Chika, yo y para mi sorpresa, Ruby, íbamos de camino a la tumba de You. ¿Qué hace aquí? Es confuso incluso para mí. Según nos dijo, se enteró de la polémica y llamó a Chika poco después que yo. Le dijo sobre nuestro plan de visitar a You, y sin pestañear se apuntó sola a éste.

—Qué sorpresa que estés aquí. Sorprende mucho que Dia te haya dejado venir tan temprano y sola.
—Sobre eso jeje.... pues no sabe voy con ustedes.
—¿Le mentiste a Dia?
—Más o menos. Mi hermana tiene la idea de que fui a visitar a Yoshiko. Se opuso seriamente a eso, la convencí diciendo que me quedaría en su casa. Lo logré, nada más que me dijo "Quédate en su casa y no hagan nada". No le digas a Dia por favor, va a matarme.
—Para nada... tenme confianza.

Le sonreí.

—Cuando Chika me ofreció la oportunidad de conocer en persona la tumba de You acepté de inmediato. La curiosidad y la culpa me mata.

Dijo cabizbaja.

—¿Culpa? ¿Qué te hace creer culpable por You?
—Pude haber evitado que You obtuviera tanto poder sobre nosotras. Incluso, en el mejor de los casos, salvarla de morir, y a ti de... entiendes.
—Ruby, la responsabilidad de todo lo que ocurrió esa mañana es mía y de You, no hace falta que te eches peso encima. Hiciste todo lo que hubo en tu poder, ¡Curaste a Yoshiko! Más agradecida no puedo estar.

Solté sin más.

—Ojalá Yoshiko y mi hermana entendieran eso.

Suspiró audiblemente. ¿Dia qué no entiende? La frase final de Ruby me generó más dudas de las que tenía. Conozco a Dia, lo saben. Desconozco si aún se guarda dentro de sí toda la penuria de los primeros días, yo estoy segura que todavía acumula esa mala energía; la vez en el hotel lo demuestra. Y para que Ruby comenté eso, sabe cosas. De Yoshiko ya no espero nada. Mientras la vea tan lamentable en las prácticas y la escuela, más bien me sorprendería un signo de rebeldía suyo.

Al momento de llegar, notamos que había más de un guardia protegiendo el recinto, por sus expresiones, creo que sabían quiénes éramos. Lógicamente no eran nativos del pueblo, tuvieron que haber venido de otra ciudad.

Le dimos el recorrido a Ruby —en dirección a You— y se la presentamos.

—You, Ruby vino a verte. Ruby, ahí está You.

Las presenté. Ruby me vio raro —no tan raro como lo era Yoshiko—.

Las tres contemplamos el desastre que es la tumba de You: Una esquina despedazada, la inscripción rayada con miles de palabras irrespetuosas —insultos, maldiciones— y varias grietas en lugares aleatorios. Todo indica a que quisieron incluso causar más daño, pero algo o alguien los impidió de ello. Me imagino la reacción del guardia de turno viendo a un grupo de locos profanando una lápida común y corriente.

Arreglamos todo lo posible dentro de nuestras capacidades. Sería muy bueno que sus padres nos hubiesen ayudado, mientras sigan viendo como librarse de los cargos que You les metió indirectamente no pueden ayudar en mucho. Rezamos por You, tiramos a la basura el restante de la limpieza y partimos de vuelta a la casa de cada una. Ruby aprovechó y se quedó con Yoshiko a pasar el día —sí, recorrió todo eso sola—. A Chika la dejé cerca y yo caminé lento pero seguro a casa. No es como si pudiera correr o parecido.

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—O sea que para la siguiente semana vamos a dar nuestra nueva presentación.
—De hecho. ¿Lista, Yoshiko?
—Supongo... ¿Van a dejarnos pese a que voy a estar en otra escuela para entonces?

Preguntó Yoshiko frente a todas. Yo le respondí, ya no Chika.

—Me encargo de eso, no va a ser problema. Hablaré con los organizadores del Love Live! Y nos permitirán continuar como grupo incluso si perteneces a una escuela normal.

Tiempo más tarde, acabó la hora del club y todas se dispersaron. Todas menos Yoshiko, Dia y Mari. No es la primera vez que se quedan, por lo que espero a que terminen junto con Chika, cerca de la entrada a la escuela.

Nos distrajimos bastante, y en un pestañeo, mis amigas ya estaban esperándome. Le dimos una digna despedida a Chika y nos quedamos un rato más en la escuela. Las guardias de seguridad tienen que estar hasta altas horas de la noche, cuando un velador toma su puesto. No se pudo lograr que el velador haya sido mujer.

—¿Qué le dijeron a Yoshiko? Es la quinta vez que se quedan con ella al acabar.
—N...nada, le recordamos un tema de Aquors.
—¿Las dos eran necesarias?
—Pues...
—¡Miren, ahí está Ruby!

Sacó el tema Mari. En una cámara salía Ruby haciendo nada. Se siente raro que Mari lo sacase de la nada.

—¿Qué tiene de interesante? Digo, es tu hermana, Dia.
—Que siga en la escuela es curioso por lo menos. Tiene la costumbre de retirarse con Yoshiko una vez las clases acaban. Como hoy no hay práctica...

Respondió Mari. Dia checó las cámaras y, otra vez, encontró algo.

—Hablando de, ahí va Yoshiko... a llorar con Ruby. Qué novedad.
—¿Otra vez? Ya nada me sorprende.

Lo dijeron con desprecio. Tan así, que ni se dieron cuenta; les salió natural.

—Dia.
—¿Sí?
—Yoshiko por razones desconocidas sigue en el mismo estado mental desde el incidente. Tú, ¿Tienes una idea de por qué?
—La única idea que se me viene a la mente es Hanamaru. Eran grandes amigas, con sus diferencias, pero amigas.

Dijo seria. No quise ser obvia.

—¿Y por qué Ruby no está del mismo modo? Fueron mucho más cercanas que Yoshiko y Hanamaru. A diferencia de la primera, Ruby sobrellevó con velocidad la pérdida y es más fuerte que nunca... quiero creer. Uno nunca sabe.
—Esto lleva a la conclusión de asumir que todo es por la misma Yoshiko, quien es responsable de su salud mental. Muy patético su caso.

Esto lo está tomando personal, tal parece.

—Si es así... chicas, voy a irme a mi casa. Sigan divirtiéndose con el sistema de cámaras, eviten ser descubiertas por alguna guardia por favor, no las quiero en la cárcel.

Mari centró su atención en mí.

—Te llevo a tu casa.
—Puedo ir sola, estaré bi...

Golpeó —Mari— el escritorio con el pie. Ella se encontraba sentada.

—Kanan, no empecemos de nuevo. Iré a dejarte en tu casa y punto.
—¿Qué puede salir mal?

Dije despreocupadamente, cosa que disgustó a Mari.

—¿Necesidad de ir a pie? No, ¿Verdad? Entonces paremos éste show.

Quería responder más frustrada, de no ser por la intervención de Dia.

—No podría vivir sabiendo que por responsabilidad propia mi amiga sufrió un accidente. Kanan...

Tragó aire.

—Haznos el favor. Queremos lo mejor para ti.

Mi intención era replicar contra Mari, Dia hizo que cambie de opinión. Todo lo mencionó de forma tan melancólica que me ganó.

—Bien.

Suspiré.

El día concluyó con Mari 'entregándome a mi casa'. Imposible culparlas, se preocupan tanto por mí, lo que no entienden es cómo me siento de verdad.

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El tiempo siguió pasando mientras contestaba varios test vocacionales; ya en éste punto por manía, más que otra cosa. La universidad está a la vuelta de la esquina y de veras que tengo dudas de mi futuro. Hay dos opciones principales.

Bióloga Marina o entrarle a la Política.

Ambas de por sí requieren de una cantidad ingente de estudios: Ciencias y ciencias políticas respectivamente. Tan complicada la una de la otra. Tan poco relacionadas entre sí. Es complicado decantarme por una. Hay días que despierto con ganas de nadar —sólo eso... nadar— y otros con ideas ultra derechistas que le harían bien al país. Miento... siempre tengo ideas ultra derechistas.

Inquietante como desalentador.

¿Tienes más que contar? Se preguntarán. Pienso que Mari y Dia tienen serios problemas con Yoshiko. La "peleíta" que sostuvieron cuando le mostramos su mensaje es tan antigua que es ridículo seguir en ella. Yoshiko le pidió perdón a Dia poco después del incidente y —se supone que— las cosas se arreglaron, por lo tanto, eso no ha de tener relación con la actualidad. Ahora no sé qué pensar, las interacciones entre ellas se sienten falsas e hipócritas. Muy felices y risueñas de una manera exagerada, como si hablásemos de una cortina de humo; a Yoshiko ya no se le tan deprimida como las primeras semanas —y primer mes—. Todo es muy confuso.

Hoy por la mañana Dia me invitó a pasar el rato, solo las dos. Es inédito, desde el retorno de Mari siempre salimos las tres. No es como si me molestase ni menos, es curioso.... nada más.

Volviendo al punto, ya espera por mí, voy a salir a saludarla. Con una velocidad deleznable, quedé frente a la perilla de la entrada principal. Antes de abrir, una intensa sensación de cansancio me llenó: mi corazón comenzó a sentirse muy agitado; así —con una de las dos muletas— no llegaré lejos.

—Mierda.

Me fui hasta el cuarto por la segunda del par. Unas pocas gotas de sudor "adornaban" mi carita. Abrí —sufriendo en el proceso— mi puerta y la vi. Dia esperaba estática frente a la puerta. Impresionada, saludó.

—Hola Kanan, ¿Llevas ambas muletas? Es nuevo en ti.
—Wow, sí que eres muy observadora.

Contesté irónicamente, disgustándola por el tono que usé.

—Je... ¿Lista?

Me dijo. Mi 'Chiste' la ha de haber incomodado.

—Vamos... Tú vas a llevarme al fin y al cabo.
—Razón no te falta.

La vida nos llevó a una pequeña plaza, característica del diminuto lugar en que me tocó nacer. Los alrededores no son de gran importancia, piensen en una mesa y dos sillas, complementando un atardecer. Bonito, a mi gusto. El problema es cuando veo a Dia, seria, como aparenta siempre, sin la ligera sonrisa que sostiene cuando intimamos —con o sin Mari—.

De su bolso de mano sacó una carpeta repleta de datos médicos incomprensibles.

—¿Cómo lo has llevado? Quiero saber.
—Bien...
—Acerca de la universidad...

Pff... ahí vamos.

—Lo estoy pensando...
—Biología Marina... ¿Eso quieres?

Nunca les comenté sobre las ciencias políticas, temo que se enojen por... mis ideologías, me equivoco, ya están enojadas por mis ideologías.

—No se me ocurre nada más.
—Comprendo, pero ocupas o un promediazo o realizar un examen sobresaliente. ¿Comprendes qué significa eso?
—Entiendo...

Bufé.

—Voy a lograrlo, confía en mí. Voy a esforzarme para entrar en una buena universidad. Voy a partirme la cabeza estudiando.

Me eché en la silla —nada cómoda—. Dia se alegró, no por mucho. "Voy a partirme la cabeza estudiando", recordé a You.

—El día que ninguna de nosotras estemos, ¿Podrás valerte por ti misma? Si te vas a estudiar, no vamos a tener horarios como para vernos. Mari se va del país y yo voy a estudiar sin descanso alguno. Chika, aparte de que le falta terminar la preparatoria, dudo mucho que vaya a estudiar. Por ende, se quedará a vivir acá, ¿Pensaste en esto siquiera?

Dia lo hace de nuevo. Mentir no tiene sentido, se me caería el argumento inmediato. Razón no le falta, he de planear de mejor forma mi futuro.

—Es ofensivo que asumas que Chika no va a estudiar. Sé que el pueblo es un lugar sin grandes proyecciones y todo, pero es Chika, encontrará la manera de seguir molestando.

Bromee un poco. Sería sorprendente que quiera estudiar. Dia, vio mi cara y supo que iba de broma.

—Seriedad, Kanan. ¿Tienes un plan?
—Por supuesto que no, tontita. ¿Crees que alguien a quien se le cortaron las alas hace nada tiene prevista toda su vida? Me sobrestimas mucho, soy humana, tan humana como tú.
—Kanan...

Me quiere mucho, su afecto le ha de nublar el juicio.

—Disculpa si te preocupé. A lo que quiero llegar es que no es sencillo. Voy llevándolo mejor, pero falta un poco más. Al cabo que tengo tiempo para remontar en la preparatoria y mejorar el promedio, para así, tener menos presión respecto al examen.
—Me gusta la idea, ¿Qué tal si convencemos a Mari para amañar la calificación?

Bromeamos con eso. Ya no tiene poder nuestra amiga. Mantuvimos entonces, un corto silencio. Se quedó sin respuesta o continuación a la conversación.

—¿Eso es todo? ¿Nada más me pediste para hablar del tema?
—No... bueno, sí. ¿Te molesta?
—En lo absoluto, necesitaba alguien para desahogarme, y como que Mari no entendería muy bien: es rica, no tiene esos problemas. ¿Quieres hacer algo?
—Estoy a tus órdenes... Aunque mi familia precisamente pobre no es.

Dia también es rica, no me acordé.

Para ser Dia y yo, vaya que sí hicimos muchas cosas. Recorrimos gran parte del pueblo, comprando muchas cosas innecesarias con el dinero de ella. Cayendo la noche, me dejó en casa y ella salió sola en medio de la noche. Insistí varias veces con que se quede en mi casa, negándose en cada una. Al final me quedé sola en mi habitación, con Twitter haciéndome compañía.

Una cosa sí que no pasé desapercibida de la salida eran las gesticulaciones suyas cada vez que se mencionaba a las muletas, o a You. Pasó unas cinco veces, suficientes para ver la pena, enojo y responsabilidad en sus ojos. Hasta parece que siente pena por mí. Si tan sólo supiera.

Cambiando de tema; recientemente he encontrado necesario imponer orden en mis redes sociales principales. Como dije antes, nuestra popularidad aumentó escandalosamente —no para bien—. Ahora, en lugar de encontrar los siempre agradables comentarios de nuestra humilde fanaticada, nuestras redes son una herramienta política para modificar el sistema educativo japonés. ¿Relación entre estas dos temáticas? You. Un mes lleva muerta y no la pueden soltar, ¡Un mes recriminándole a Chika ser amiga de You! Unos apáticos de calibre. Por lo menos logró restarle importancia a todas las declaraciones sin sentido que la atacaban. De esas me encargo yo como la encargada mediática de papel que soy. Los comentarios más 'tranquilos' los hago en la cuenta que está a mi nombre, en cambio, cuando me enojo de verdad... recurro a una cuenta terciaria —no secundaria, un nivel más arriba en el arte de ocultar tu identidad—. Por ejemplo, aquí tenemos un comentario totalmente fuera de tono, nada nuevo:

《"Me entristece pensar en Aquors. Un grupo con tanto potencial desperdiciado en una demente nacional socialista. Una vergüenza haber colaborado con aquella pérdida de oxígeno."》

Si por mí fuera, le tiro la de insultos que nunca olvidaría... faltado de atención, sin embargo, comprometo la imagen —ya dañada— del grupo. Tendré que contenerme y contestar bonito.

《"Pronto vamos a dar nuestra siguiente presentación. Esperamos tu apoyo 😃"》

Hablo como una empresa. Qué asco hablar así.

Otro tipo de comentarios, pues... los respondo se maneras más controversiales. Por supuesto que no en la principal.

¿Recuerdan al que decía que los africanos valen lo mismo que yo? El 'debate' siguió durante bastantes días más. Llegábamos a respondernos a días del mensaje anterior. Varios mensajes más tarde, terminé de fulminarlo con un mensaje final, seguir con el mismo tonto no tiene sentido.

《"Parece que los hombres son tercos por naturaleza. La raza no va a mejorar. Lo que mejora es la economía de un país de 'ciertas razas' por el aumento poblacional; a más mano de obra, mayor crecimiento económico —no desarrollo—. Nuestra patria, con todas las problemáticas poblacionales que tiene, es más que países como Nigeria y Brasil porque somos más productivos, y lo seguiremos siendo por mucho tiempo. Todos los animales son iguales, pero unos animales son más iguales que otros." 》

"Porque somos más productivos" Ja, que irónico, ni siquiera puedo caminar. Hay que ser doble cara para decir esto sin media pierna y un agujero en la oreja. Represento a un colectivo; aun si soy una inútil que "ayuda a sus amigas" mis palabras no pierden validez.

—Usar internet me hace mal.

Seguiré luchando por la causa de You y mía.

Bien, último mensaje que leeré por hoy. Volví a mi cuenta principal (la de Kanan persona), sólo para enojarme más todavía. Otro autista, no sé si en buenas o malas intenciones, pero:

《"Lo más trágico es para la chica que quedó discapacitada, su sueño quedó totalmente destruido por su propia camarada. Qué pena". 》

¡A nadie le importa! ¿Qué necesidad tienes de poner ese comentario en la cuenta del grupo? —Grupo manejado por Chika—, únicamente haces sentir mal a las personas.

—Infeliz...

Discapacitada= Inválida= Menos válida.

—Jeje, la vida no me ha sonreído hoy.

Entonces tuve un 'pequeño ataque de ira'. ¡Nada grave! Nada más tiré bien fuerte una muleta a la silla de ruedas —que desde el día 1 sigue donde la dejé—. Ni tiene vida, al cabo que no le duele, a diferencia de mí. Procesé mi acción e inmediatamente me arrepentí. Me acosté con ganas de olvidar el día de hoy.

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Tengo mejor humor que veces anteriores, es ganancia. Supongo que es porque las chicas están cada vez más cerca de regresar. Durante todo éste tiempo desarrollaron una bonita canción, junto a su respectiva nota musical. En su gran mayoría, logro de Riko, que estuvo fina en la producción de la música y letra. Las demás ayudaron por supuesto, en mayor o menor medida. Yoshiko está tocada aún por Hanamaru, así que sus ideas siempre tienden a ser muy deprimentes, y no tiene que ver con lo que hacen las idols, por lo que la ignoramos gentilmente. Los bailecitos... pues ya no tengo tanta interferencia. Me cuesta mucho explicar mis ideas, y peor es ejecutarlas por mi pierna. Cada vez estoy más cerca de convertirme en un adorno del grupo. Ellas argumentan que soy una parte fundamental del grupo, y cuando pregunto por qué, no tiene respuesta.

Da igual, simplemente las voy a apoyar —¿Emocionalmente? —.

En otras palabras, me la paso de vaga cuando de la escuela no se trata. Recordar que quiero salvar el año. Y con vaga me refiero a:

—Entonces, Ruby...
—¿Entonces...?
—¿Tú y Yoshiko...?

Ok, confieso que mis dudas sobre la orientación de esas dos en lugar de desaparecer, se acrecientan.

—¿Qué tenemos?
—Eso...

Ruby espera a que le diga un comentario coherente. Mientras pasaba todo eso, caminábamos hacia el salón del club. Ya que Ruby perdió una cosa suya allí.

—Trato de entender qué quieres, nada más que fácil no me lo dejas. Exprésate mejor.

Una cortés manera de decir "¡No ayudas!".

—Quiero decir... que si tú y Yoshiko...

Se me revuelve el estómago de pensar que sean lesbianas. En caso de serlo, haré lo posible por tratarlas con respeto.

—Si tú y Yoshiko son...
—¿Amigas? Sí.
—¡Amigas no!

Desespero.

—Discúlpame por alzar la voz. A lo que me refiero es que si tú y Yoshiko son n...

Antes de terminar, una voz muy conocida para las dos resonó por el pasillo. Cuando menos me di cuenta, estábamos a un salón de distancia. Ruby casi sale disparada a ver qué pasa. La agarré de la blusa y le dije con un ademán que se calle. Paso a paso llegamos a la sección. Gracias a que ese salón tiene las paredes de vidrio, se puede ver a través de estos. Lo que encontramos: Una escena nada agradable.

—¡Déjenme en paz!

Tres personas: Yoshiko; la víctima, y mis dos amigas; victimarios. Una elegante manera de decir que están hostigando a Yoshiko. Me sobresalté enormemente. Mis queridas amigas, panes de Dios, tenían de facto a Yoshiko acorralada en el extremo del salón. La expresión de Yoshiko lo decía todo: Pánico e ira.

Las dos, concentradas en los sucesos, pero sin involucrarnos en estos, observábamos todos con el rabillo del ojo. Deberíamos de pasar desapercibidas, me sorprende que al gritarle a Ruby ninguna se dio cuenta.

—¿Por qué habríamos de? Estás pagando por la serie de idioteces en la que metiste a todas en un problemón.
—¡Ya pasó más de un mes! ¡Supérenlo de una buena vez!

Esa versión de Dia nunca la había visto. Lo más cercano a esta es cuando alguien se equivoca en un dato de idols. La prepotencia con la que la atacaba es inaudita. Yoshiko se abstenía de insultar o parecido.

—Eres la menos indicada para exigirnos dejar atrás todo. Siempre débil, siempre llorando cuando estás sola. ¿Creías que no lo sabíamos?
—¿C...cómo lo saben?
—Eso no importa.

Le respondió Mari de una manera similar a la de Dia. ¿Cuándo se habían comportado así? Jamás. Una grosera respuesta para Yoshiko, la que me deja intrigada. ¿Cómo se enteraron? No lo sé.

Siento un escalofriante deja vu.

Seguirían hablando más tiempo. Yo, en cambio, tomé a Ruby de los brazos para que se quedara quieta, y le tapé la boca para esconder nuestra presencia de ellas.

—Eres una mierda, Yoshiko.
—Déjenme ir. Ruby se enterará de esto tarde o temprano y cuando pase voy a disfrutarlo.
—Mi hermana no debe de saber esto, ¿Entiendes? Por tu bien, va a quedarse entre nosotras tres.

Se acercó peligrosamente a Yoshiko, amenazando con la mirada a la contraparte, todo, mientras le apunta al torso con el dedo. Mari era espectadora, cómplice. Se abstenía de intervenir físicamente.

—...

Yoshiko agachó la mirada. Quería huir de ahí.

—Mira nada más, ¿Ya quiere llorar?

Dijo Mari. Yoshiko guardó silencio.

—Patético. Qué esperar de una tipa como tú.

Yoshiko no tenía respuesta aún. Acorralada, asfixiada y con un dedo en el cuello. Ruby esperaba el momento para deshacer el agarre e ir corriendo por Yoshiko. Quisiera ayudar, pero tengo que saber todo en lo que están metidas, porque si me involucro en el momento jamás sabré todo.

—¿Por qué?

Preguntó la afligida.

—¿Por qué me hacen esto? ¿Qué les hice a ustedes para tener que sufrir? He sufrido suficiente por mí misma para que vengan a joder.

Se armó de valor y encaró a mis amigas, no gritó, pero habló lo bastante alto para sonar enojada.

—¡¿Qué has hecho?! Como si no lo supieras.

Preguntó Mari retóricamente.

—Por culpa de tu inmadurez echaste abajo en tiempo récord a Aquors, a la escuela, la reputación de mi familia, a Chika y a ti misma. Aun con todo eso, ¿No quieres que te odiemos? ¿Así de inocente eres?

Qué honesta es Mari. Ahora sé que no perdonaron a Yoshiko. Dia, eres una falsa.

—¡No tengo la culpa!

Yoshiko va a colapsar en cualquier momento.

—¡Yo jamás le dije a You que trajera un arma a la escuela! Jamás le sugerí que matara a Zuramaru, ni mucho menos ¡Supérenlo de una buena vez!

Les explicó prácticamente gritando. Mis amigas, en lugar de bajar los ánimos, se calentaron todavía más.

Para no haber ejercitado durante todo éste tiempo, he sostenido a Ruby con mucha solvencia. Quiere escaparse por debajo de mis brazos.

—¡Es mentira!

Para ser Dia, no esperaba respuesta tan infantil. Siempre me sorprende esa mujer.

—¡Si hubieras dicho antes que You era una asesina nada de esto habría pasado! Hanamaru, tu única amiga está muerta por tu culpa. ¡Morirás sola por tu propia culpa! ¿No es irónico? Protegiste la identidad de tu amiga, para que terminase muriendo. Jeje...

Quiero ir allá y darle con la muleta para que respete un poco. La humilló con tanta soberbia que parece que esa persona detrás de los vidrios no es mi amiga. Incluso Mari tenía de sus dudas —asumo yo— con la gravedad de las acciones de Dia. Yoshiko, sin mayores ánimos continuar, se armó de valor y encararía a Dia una última vez.

Lo que se vendría después no tendría precedentes.

Apretó los puños, y sin medio a nada, Yoshiko daría su respuesta.

—¡Su problema... su problema es que no pueden superar que Kanan jamás caminará de nuevo!

Un silenció invadió el lugar. La palpable tensión en el ambiente se acrecentaba con cada segundo. Mari y Dia estaban impactadas por la declaración —yo más— del mismo modo que Ruby, que dejó de intentar soltarse. Yoshiko cerró sus ojos, esperando lo peor. Hizo bien.

Dia, perdida de sí, arremetió contra Yoshiko. Una cachetada que rozaba el golpe fue dirigida a su mejilla, impactando en esta. Una refinada forma de decir que le metieron un puñetazo en la cara. Cayó al piso, dándose un golpe la nuca y posteriormente en la espalda. Se quedó en el piso.

Tanto Mari como yo nos sobresaltamos, y, sin embargo, ninguna habló. Ruby se deshizo del agarre y entró corriendo al salón.

—¡Yoshiko!
—¡¿R... Ruby?!

Dia se asustó de sobremanera. Había sido descubierta menospreciando mediante diferentes medios a la amiga de su hermana. Para sorpresa de todas, ignoró a Dia y a Mari para socorrer a Yoshiko. En ese momento desconocían de mi presencia. Tratando de huir de toda responsabilidad, desviaron la mirada a la entrada. Entonces, me vieron: Sin expresión alguna en el rostro. Todo lo opuesto a su reacción, pareciese que vieron a un muerto.

—Ruby, ¿Puedes llevarte a Yoshiko?

Dando a entender que era una orden. Sin mayores réplicas, se la llevó lejos de ahí. Cuando pasaron al lado mío —en la pura entrada— decidí que era hora de entrar. Cerré la puerta —como si de algo sirviera—.

Las tengo frente a mí. Ninguna dice nada. Mientras mantenían una aterrada mirada, yo actuaba con una simple indiferencia, cual escondía mucho sentimiento.

—¿Tienen algo que decir al respecto?

Empecé yo. Al ninguna de las dos contestar, seguí.

—Nada... Jaja ¡¿Qué estaban pensando?!
—...
—Agachen la cabeza, claro que sí. ¿Se creían todopoderosas abusando de Yoshiko? ¿No? Patético.

Me duele tener que gritarles y todo, más sin embrago, tienen que aprender la lección.

—Nosotras...
—Antes que todo, ¿Ustedes cómo sabían todo eso de Yoshiko?
—¡La espiábamos con las cámaras que pusieron la familia de Mari!
—¿Abusaron de su poder?
—¡Sí, y no nos importó el por qué!
—...Por lo menos dijeron la verdad. Gracias.

Respiré, necesito recuperar el aire. Una pausa más tarde, les dije:

—¿Merece Yoshiko que le sigan recordando todo lo que pasó? ¡¿Creen que le gusta recordar esa mañana, en la que el mundo se le vino abajo?! Insensibles... sinvergüenzas. ¡¿Qué les hizo?!
—¡Por su culpa no podrás caminar de nuevo!
—¡Es culpa de You, ¿Acaso no entienden?!
—¡Yoshiko tuvo la oportunidad de delatarla, y por cobarde no quiso!

El mismo cuento de siempre, igual a lo que le dijeron a ella. Si tan sólo entendiesen que no importa ya...

—El mismo cuento, ¿No te cansas de repetir lo mismo, Dia?
—... ¿Eh?
—Quiero decir que no importa ya. Pasé página.

Eso en lugar de tranquilizar a Dia —dado que Mari no volvió a hablar desde el "¡Sí, y no nos importó el por qué!"—, hice que explotara.

—¡Mentira! Es imposible que hayas renunciado a tus sueños. Sé que dijiste que pasado pasado, aun así, soy incapaz de creerte. ¡Por culpa suya y de You perdiste tu sueño!

Exhaló muy alterada. Tan así, que asustó a Mari. La veía con la mirada más seria que podía. Tengo que ocultar que me estoy haciendo pedazos.

—¡Por no haberte ayudado te quedaste sin caminar!
—...Ja.

Lotería. Lo he descubierto...

—¿Todo... todo esto es porque... porque se sienten culpables por el incidente?

Dije incrédula, para posteriormente, reír, y mucho... mucho más de lo que quisiera admitir. Tanto me he esforzado para que se den cuenta de mi aprecio, y todavía no se da cuenta, me enoja.

—¡¿Creen que me arrepiento de salvarlas?!
—Ehm... no. Queremos decir que es frustrante haberlo pasado tan mal para hacer lo de las idols juntas para que una estupidez de Yoshiko nos arrebate tan injustamente nuestro sueño.

Intervino la siempre confiable Mari. Dia se avergonzó por la indiferencia de su tono de voz. No obstante, la tensión de la conversación no desaparecía.

—Eh... Mari tiene razón, ¡¿Bien?! Es por eso que nos desquitamos con Yoshiko. Queríamos desahogarnos con ella, abusando de su débil estabilidad mental.

El orgullo con el que lo dijo no hizo más que enrabiarme más.

—Hanamaru era la amiga de Ruby... ¡Hanamaru era tu amiga! ¡Te burlaste de la muerte de tu amiga! ¡¿Cómo puede alguien dar tanto asco como persona?!
—Kanan, creo que...
—Mari, cállate, eres cómplice, por ende, tan culpable como Dia...

Dia y yo medimos casi lo mismo, siendo ella ligeramente mayor en cuanto estatura. La situación actual me hacía ver mucho más grande que ella. No podía verme a la cara.

—Lo hice por ti.

Logró decir con un tono apenas audible.

—¡¿Qué dijiste?! Estoy aquí arriba.
—... Dije...

De golpe, alzó la voz y la mirada, para verme con firmeza.

—¡Dije que lo hice por ti! Desde el fondo de mi alma siempre soñé con darlo con todo en los escenarios las tres juntas. Fracasamos miserablemente hace dos años, y por fin, Mari vuelve exclusivamente para eso. Entro en razón, tú también y entramos en Aquors dos. ¡Cuando todos los astros se alinean llegan esas dos y tiran todo a la borda! Perdiste tu sueño por salvar a todos. Nos sentimos culpables... ¿Eso querías escuchar?

Más de lo mismo que dijo Mari. Mismo pensamiento endulzado con una enorme pasión. Me enojó más.

—¡¿Perder mi sueño por salvarlas?! ¡¿Eres tonta acaso?! ¡Ambas son infinitamente más importantes que un infantil pasatiempo!

Transpiré.

—¡Las quiero con toda mi alma ¿No les quedó claro? Lo que en verdad siempre quise es estar juntas, las tres ¡Sean idols, neonazis, vulgares lesbianas, todo me da igual! Si un día Chika llega a la casa de Mari a matarnos, volvería a tirarme de un tercer piso por ustedes. Que eso jamás se les borré de la cabeza. ¡Porque las quiero!

Recuperaba los aires. Vaya que el discurso me dejó agotada. Mi respiración era agitada, y del mismo modo que Dia, unas solitarias lágrimas salían de cada una. Vaya que nos motivamos. Ahora me retiro, he dicho demasiado y no quiero que me vean así... débil.

—Es suficiente. Voy a irme.
—Yo te...
—Sola, caminando.
—No te puedes ir caminando, ¿Enloqueciste?

Mari quería disuadirme de ir.

—Quiero estar lejos de las dos. Me decepcionaron y paso de verlas por un tiempo.

Se quedaron viéndome lánguidas. Yo, aproveché a salir con tranquilidad.

Soy lo bastante lista para saber que me voy a desmayar a medio trayecto si voy con una sola muleta. Por lo que, a sabiendas de que perderé el honor que me quedaba —lo siento, You—, tomaré la muleta que tiene Mari guardada en dirección. Dije, en repetidas ocasiones, que era una pérdida de dinero. Olvidé que su familia es rica, poco les importa gastar unas decenas de miles de yenes más.

En la salida, restaban varias alumnas sin importancia. Unas veían que llevaba las dos muletas y se confundieron. Siempre decía que no me hacía falta. Ignoré lo que sea que piensen y, dando una gran bocanada, emprendí el camino hasta mi casa.

Antes, sola o acompañada, tardaba aproximadamente una hora; cuando las chicas me dan un aventón, quince a veinticinco minutos...

—Que sea lo que Dios quiera

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Dos horas... ¿Bien? Esperé que siguiera habiendo luz solar. Para mi infortunio, era de noche... completa noche. El muelle de la casa se ve especialmente hermoso el día de hoy. Quiero descansar del día de hoy, ¿Qué mejor lugar?

Con las fuerzas que les quedaban a mis piernas, entré, me cambié y salí en tiempo récord; una muleta se quedó en casa. Llegué al borde, mirando de arriba a abajo. Sentí vértigo: Un paso en falso podría significar mi fin. Deseché la idea, soy demasiado genial para morir así. Siendo precavida —eso sí—, recargué el peso de mi cuerpo en el muelle. Con ello, mis piernas quedaban fuera de la madera y cerca del agua. Podía ver como una de mis piernas jugaba sola, dando vueltas sobre un mismo eje. Tiene tanto tiempo sin su acompañante: La pierna izquierda.

Por su mente pasó la terrible idea de darse un clavado y nadar un rato. Pierna de menos, y su capacidad física mermada, equivalente a un suicidio. Razonar, era lo que menos tenía lugar en mi cerebro. Poco a poco, bajé lentamente mi pierna izquierda, sujetándose del propio muelle para no venirme abajo.

El océano y mi piel realizaron el primer contacto; una oleada de recuerdos llenó mi conciencia.

La que más les importa a ustedes es la última. Chika se trajo a las otras dos: Riko y You. Para ese entonces, You veía a Riko como otra amiga de Chika del montón —confesó una vez—. Recuerdo que esa vez Chika vino conmigo con una idea extraña por lo menos. La dejé ser, al cabo, no me importaba. Después vino Dia a darme un discurso de odio genérico. Eso es historia para otra ocasión.

La tentación comenzaba a ganarme. "Los bebés pueden caminar sumergidos parcialmente en agua", recordaba el documental que vi hace muchos años.

¡Ya me decidí! Voy a echarme un clavado.

Solté una de mis manos de apoyo, y justo cuando haría lo mismo con la otra, se oyeron pasos al comienzo del muelle. De inmediato volteé —a fin de cuentas, estoy indefensa sin mi pierna—, encontrando a...

—¡¿Qué te pasa, Kanan?!
—¡¿A ti qué te pasa?! Especifiqué que no las quería ver.
—¿Para qué te suicides tirándote al agua? Ni loca.
—Por si no sabías, Dia, los bebés pueden caminar bajo el agua, aun cuando sus huesos no se han bien formado.

Dia me miró confundida.

—¿Es una broma?

En efecto, sin saberlo, dije una tontería.

—Si tú lo dices...
—Okey, no sabías. De todas maneras, ¿Por qué tienes puesto tu traje de buceo? Querías nadar, soy lo bastante lista como para darme cuenta.
—No... ¿Cómo crees? Jaja...
—Da igual. ¿Vas a quedarte sentada? Es peligroso que estés ahí.
—Yo hago lo que quiero. Tú tendrías que estar lejos de aquí, ¿Por qué viniste?
—Yo no lo decía de ese modo. Vine porque me preocupaba tanto a mí como a Mari lo que pudiera pasarte. Es peligroso que salgas sin protección o medidas de seguridad. Dirás que eres muy independiente o lo que sea, pero cómo planeas defenderte con las muletas, no tiene sentido. Quieras aceptarlo o no. Cuando entraste a tu casa llamé a Mari para notificarle que regresaste sana y salva. Mientras contestaba, pude verte salir de nueva cuenta, ahora con tu traje. Le colgué y me acerqué. Cuando vi tus intenciones de tirarte, me apuré en detenerte. Así llegamos a esto. ¿Puedo sentarme junto a ti?

Quería mandarla a su casa, gritarle quizá, pero no pude. Me sentí tan feliz por importarle a las dos. Pensamiento contradictorio, viniendo de regañarlas duramente por abusivas.

—Haz lo que quieras.
—Gracias, Kanan.

Se sentó. Tan elegante como siempre. Inicié otro tema de conversación.

—Amo esta vista: La luna, el mar.... y poco más.

Dije nostálgica.

—Esperaba más, si te soy honesta. El mar representa tanto para ti que a lo mejor tendrías mejores palabras para describirlo.
—¿Para qué complicarme? Un sitio tan bello como un muelle no tiene tantas cosas, al final, es el negocio de mi familia; es mi infancia. Solía jugar mucho con Chika y You. Lo pasamos genial durante muchos años...

Al lado mío, Dia. La mención de You perece incomodarle a día de hoy... normal, le quitó nuestro sueño.

—¿Tan feliz te hacía You? Digo, son buenas amigas, ¿Pero a tal punto?
—Sí, ya te dije.
—Sí... ya sé.
—Años enteros junto a ella, ¡Era mi única nazi amiga! Era un goce hablar de política a su lado. A diferencia de las demás, ella siempre tuvo una opinión decente.
—¡Oye!
—Es la verdad, tú eres de izquierda. Imagina creer que tienes una opinión válida si eres de izquierda.

Siempre diciendo la verdad. Excelente, Kanan —hablándome en tercera persona—. Dia me vio feo, en desacuerdo. Su espectro político gira en torno a ideales más incluyentes y abiertos, ignorando la paupérrima situación interna del Japón. Pero la respeto.

—Dejemos la política por favor.

Evito problemas.

—Por favor...

Hubo un silencio. Reanudé —más tarde— lo de You.

—Era su confidente. Me contaba cosas que ni a Chika se le ocurrirían de su mejor amiga. A quien recurría cuando necesitaba consejo era a mí; para debatir de política, yo era quien le escuchaba... en sus altibajos, yo estuve ahí...

Dia guardaba silencio; atenta a lo que tenía que decir.

—Todo fue tan bello, hasta que, en cuestión de minutos, todo cambió para mal. El incidente: En cuestión de minutos, y sin poder evitarlo, mi vida como la conocía se vino abajo. Perdí mi capacidad de caminar, y, por ende, mis sueños: Bucear y pasar el tiempo que nos quedaba siendo idols, tal como planeamos tiempo atrás. Quisiera señalar culpables, el problema, que no me siento correcta haciéndolo. You no es tan culpable como se hace creer.
—¡¿Enloqueciste?! Viste claramente su intención de matarnos a toda para prevenir que le delatemos por matar a Hanamaru.
—Deja que termine.

Es probable que esté soltando la mayor despilfarrada —babosada— que haya dicho en años, pero ya no puedo parar. Dia va a verme más raro —incluso— que antes.

—Por naturaleza jamás hubiera siquiera pensado en cometer semejante barbaridad. Como dices, era bien nazi, tan capaz de acabar con todas por el bien de su causa. Sin embargo, considera el contexto en que vivía. Sus papás no le daban atención, Chika le daba cada vez menos atención y ni hablar de nosotras. Aunado con todo lo anterior, se concluye con que emocionalmente se encontraba en una situación de extrema tensión. Cualquier desliz terminaría en tragedia.
—Con todo respeto, no justifica nada de lo que hizo.
—¡¿Qué importa eso?!

Entonces, me comenzaban a entrar unas terribles ganas de llorar. Pero llorar llorar, bien. Con ganas.

—Es mi amiga. Nunca la voy a olvidar. Era tan solo una niña confundida... una niña a la que la ideología le ganó a la persona...

Ya no aguanté más.

—¿Por qué lo hiciste, You?

Me quebré —ahora no la pierna—. Me puse a llorar bastante y de manera muy audible. Juraría que quien sea a once metros es capaz de oír el llanto.

—¿¡Kanan, estás bien?!
—¡Por supuesto que no, tonta!

Se preocupó por mí. No respondí con ninguna mala intención, más bien era un intento para romper la tensión y parase de llorar. Fracasó. Ella me abrazó a sí misma, yo la sujeté con ganas.

Qué vergüenza, estar llorando de tal manera en público, Dia ha de estar viéndome en un estado penoso. Lo más gracioso: En teoría no quería verla, y ahora mismo era lo que más necesitaba.

Irónico que pensase que era Dia la que tenía que abrirse —sentimentalmente hablando—, para que al final, resultara que yo más que nadie tenía que...

—¿Mejor?

Asentí con la cabeza. Ya me sentía un poco mejor, dejé de llorar hace poco.

—Bien, voy a dejarte en tu casa. ¿Puedes pararte?
—Tampoco estoy en estado vegetal. Ahí voy.

Le agarré el brazo. Me dejó —junto a mi muleta— en la puerta de mi casa.

—¿Segura que no quieres que te deje en tu cuarto? Has de sentirte cansada.
—Tranquila, puedo caminar unos pasos más.
—¿Vas a poder quitarte el traje de buceo?
—Claro... ¿Dudas de mí?

Sonrió.

—Vale, te dejo.
—Entendido. Te veo en la escuela, Dia.

En contra de mis expectativas, Dia me abrazó de nuevo.

—Gracias por todo. Me disculparé en cuanto antes con Yoshiko.
—Yo a ti debo agradecerte. Te quiero mucho.

Cortamos el abrazo. Dia se iría caminando frente a mis ojos. Jamás se me hubiera ocurrido despedirla con lágrimas en los ojos.

| |

¡Qué emoción, Aquors va a regresar en pocos minutos! Todas nos encontramos tras un gran telón que nos divide del público. Muchos, por no decir casi todos vienen por el morbo de nuestro regreso, ¡Haremos que vengan a vernos por nuestro talento para cantar!... Sigo incluyéndome.

Todas alineadas ante mí: Listas para oír mi pequeño monólogo que planeé con antelación.

—Bueno chicas, es el momento de demostrar a todo el mundo que volvimos para hacer historia... ¿Chika?
—Sí.
—¿Riko?
—Estoy lista.
—¿Ruby?
—¡Lista!
—¿Yoshiko?
—Sí.
—¿Dia?
—Preparada.
—¿Mar?.
—¡Más que nunca!
—¡Démoslo todo allá afuera!

Hicimos nuestro saludo grupal. Abandoné los laureles y tomé mi asiento en primera fila. El telón se abrió, mostrando a las seis, bien vestidas y preparadas. Fueron recibidas con una ovación generalizada. Chika y yo esbozamos una leve sonrisa. Con micrófono en mano, se dirigió a toda la audiencia.

—Hola... ¿Se escucha?

Los espectadores contestaron positivamente.

—Bien. Antes de comenzar quiero hablar de parte de Aquors. Queremos agradecer a todas las personas que nos dieron su apoyo en el peor de los momentos. Vamos a dedicar esta canción a Hanamaru, quien ya no está con nosotros. Te llevaremos siempre en nuestro corazón.

Apagó el micrófono para ocultarlo detrás del escenario.

Entonces, en sus labios pude leer.

"Para ti, You"

Hay algunas cosas que nunca van a cambiar.

¤|Adorable puente, se ha creado entre los dos. | ¤

*Esa frase no tiene nada que ver, pero era la letra de la canción cuando terminé la revisión del fanfic.

¤|You siempre fue Nazi|¤ es la culminación de la historia de You y Kanan. Es el cómo, a final de cuentas, sí somos muy iguales los hombres entre sí; tan vulnerables, tan frágiles, tan humanos. "Todos los animales son iguales, pero unos animales son más iguales que otros". Un mensaje a la igualdad oculto en el nazismo. Kanan lo oculta en esa corta frase. Lo demás es simplemente desarrollo de personajes, no 'mensajes ocultos'.

Si de verdad leíste todo estoy en deuda contigo. Has leído casi 2 horas de historia mediocre hecha con mucha dedicación y cariño. Gracias.

Algún día concluiré la historia con los spin offs de Ruby, cuales no pasarán de las 5000-6000 palabras, lo juro. Acabó la era de los capítulos extremadamente largos que dan una hueva leer.

Wattpad + Vacaciones es la mejor forma de perder tu tiempo.

Adiós y hasta pronto :D (28/7/23 9:57 p. m.).

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