• Perspectiva de Nathan •

Vi como Graham tomó su libro de la mochila; lo colocó sobre el escritorio y recargó ambas manos a los lados de éste.

—Ven, siéntate. —me hizo el ademán para que me sentara en la silla.

¿Quién se cree que es este imbécil para darme órdenes?

—No me das órdenes, menudo idiota. —me crucé de brazos.

—Es para que hagas tu tarea. —puso los ojos en blanco.

Levanté las cejas un poco, razonando la situación y decidí sentarme.

—Abre un documento nuevo. —explicó mientras le apuntaba a la carpeta de trabajos.

—Sé usar la computadora, inepto.

—Pero tienes que guardar tus trabajos ahí, ¿vale? —siguió apuntando a una carpeta que decía: "Nathan's homework."—. Hice esa carpeta antes de que llegaras. —concluyó.

Le dediqué una mirada molesta.

—Es para que todo esté organizado; luego no encontraremos las evidencias y nos haremos un lío. —aclaró para que no pensara que quería controlarme.

Abrí mi carpeta y obvio estaba vacía. Mierda. Después, abrí la de él y tenía la evidencia que acababa de hacer.

—¿Lo ves? Orden. —sonrió victorioso como un completo idiota.

Di click derecho y le puse "copiar archivo".

—¡No, Nathan! —el castaño me detuvo de hacerlo quitándome el mouse—. Te ayudaré a hacerlo, ¿recuerdas? —abrió un archivo nuevo.

—Pues te tardas tanto que ya me dio flojera.

—Mira, la primera pregunta dice así: What are organic compounds characteristics? —me leyó la pregunta.

Y luego en inglés. Me lleva la mierda.

—Odio el inglés, puta madre. —maldije en voz alta.

—No te preocupes. Mira, podemos usar Google Traductor. —abrió una ventana de internet y puso el traductor—. Y así resolvemos el problema de entenderle.

Este pendejo.

—No es que no le entienda, imbécil; es solo que me caga ese idioma. —aclaré.

—Pues llevamos el 80% de nuestras clases en inglés. —me dijo sin entender—. ¿Por qué te metiste en esta escuela si no te-... Olvídalo, no quiero saber. —se rindió.

—Bien ahí, no quieres saber. —lo volví a mirar mal.

• Perspectiva de Warren •

—Entonces, ¿te sabes la primera pregunta? —le pregunté amablemente ahuyentando el tema anterior.

—No, odio química. —el rubio respondió sin más.

—Odias todo. —le reclamé levantando las manos y luego dejándolas caer.

—No, solo el inglés, la química y a ti, que eres una combinación de las dos.

Me miró con una sonrisa falsa y luego la dejó caer mostrando su cara de amargura. Yo solo suspiré pesadamente. Esto será mucho más difícil de lo que pensaba.

—Bueno, si quieres sacar una buena calificación, tienes que dejar atrás tus chiflasones y poner atención. —lo miré lo más serio que pude.

Silencio por unos segundos.

—Ok, pero hagámoslo rápido.

—Va, empecemos con la primera. —apunté al ordenador—. ¿Qué son los compuestos orgánicos? —traduje la pregunta.

Vi que su vista se perdió un poco en el horizonte y se fue en sus pensamientos por un momento. Frunció el ceño, achinó sus ojos y abrió un poco su boca tratando de recordar lo qué era. Aquella acción me pareció algo adorable ya que en serio lo estaba intentando y no solo me mandó a la fregada como siempre suele hacerlo.

—Ni puta idea. —se rindió irritado por no saber.

—No pasa nada. Si buscas la definición en el libro, te dice: Organic compounds are compounds in which one or more atoms of carbon are covalently linked to-...

—No te entiendo ni madres. —me detuvo.

—Bueno, te lo diré en mis palabras: Los compuestos orgánicos son básicamente los compuestos que están formados por carbonos-...

—Si es así, ¿por que no los llamaron "compuestos carbónicos"? —se quejó como si yo los hubiera nombrado así o fuera el responsable; me limité a pestañear rápido mientras lo miraba sin poder creer lo que me decía—. Siempre complicándose la puta vida. —concluyó cruzándose de brazos sacándome de mi shock.

—Uhhh, claro. Ahora, déjame hablar, ¿sí? —llamé su atención y me dedicó un ruedo de ojos—. Estos compuestos están formados a base de carbonos, y una de las características más importantes de estas bellezas es que son combustibles.

—¿Cómo que combustibles? ¿Sirven como gasolina? —me miró sin entender.

—¡No! Combustible también es una característica o adjetivo.

Me miró con una ceja levantada, aún confundido.

—Son así como tú: Les acercas un poco de fuego y ya se andan prendiendo e incendiando todo a su alrededor.

—¿Te crees muy gracioso, imbécil? —Nathan soltó irritado antes de ponerse a gritarme insultos y cosas sin sentido.

Una vez más, solo vi cómo hacía su teatrito de niño chiquito. Esperé a que pasaran unos segundos y se le bajara un poco el enojo hasta que se detuvo.

—¿Terminaste? —pregunté agotado.

—Sí. —suspiró más calmado.

Esta será una larga noche.

[...]

—Bueno, creo que estás listo para la prueba final. —murmuré orgulloso mientras cerraba el libro después de dos arduas horas.

Nathan solo asintió ansioso.

—El ejercicio número veinticinco, y el último, dice así: Nombra el compuesto de la siguiente imagen. —leí en el ordenador.

—Déjame ver esa mierda. —musitó acercándose a la computadora, haciéndome a un lado y estudiando la imagen detenidamente.

¿Quién diría que yo estaría enseñándole química orgánica a Nathan Prescott? De pronto y sin darme cuenta, me encontré mirando despistadamente a mi compañero: como fruncía el ceño quemándose el cerebro pensando, sus ojos moviéndose de un lado a otro, contando con su dedo pegado en la pantalla los espacios entre cada carbono. De nuevo, no pude evitar pensar en lo tierno que se veía sin estar enojado o gritando, concentrado, siendo... ¿intelectual?

—Va, creo que sé la respuesta. —el rubio habló de pronto con un dejo de inseguridad.

—Genial. ¿Cuál es?

—¡4-isopropyl-5-methylheptane! —alzó la voz sonriéndome orgulloso de sí mismo.

Le sonreí de vuelta y luego mi sonrisa cayó al darme cuenta de algo. Oh.

—En realidad... —empecé un poco apenado y vi como su cara cambió a una de seriedad—. Te equivocaste por poco, es 4-isopropyl-3-methylheptane. —confesé.

La cara de Nathan empezó a ponerse roja del enojo y sus manos empezaron a temblar. Oh, mierda.

—Uhh, ¿Nathan? —inquirí preocupado.

—No puede est-tar mal. —tartamudeó perdiendo la calma.

—Creo que fue porque empezaste del lado contrario en la cadena. Solo revalúa tu respuesta-... —fui interrumpido por un jalón.

—¡NO! ¡REVALÚA TU PUTA VIDA! —me gritó mientras sujetaba mi camiseta del cuello y me acercaba a su cara.