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6 Meses después...

Ya han pasado 6 meses desde que Mérida le había dado la noticia a Hiccup de que está embarazada. Claramente, conforme al paso del tiempo, ya no pudieron ocular más el hecho y se hizo público que ambos adolescentes estaban en la dulce espera.

Aunque, el castaño dejó en claro en todos lo medios de comunicación que no era pareja de la hija de los Dumbroch, que había sido un descuido, pero se haría cargo del bebé, mas no estaban juntos.

Ahora los jóvenes se encuentran en la universidad, Astrid estaba en la biblioteca tratando de pasar un buen rato a solas, pues desde que se disparó la noticia del embarazo, más su noviazgo con el hijo mayor de los Haddock; sus días han sido un completo estrés.

Además, que sus padres también se enteraron de todo ello, las noticias vuelan rápido por toda Noruega, estaban felices con su decisión, pero a su papá aún se le podía ver dudoso. Y, hablando de ellos, sus juntas con otras poderosas empresas en Kattegat retrasarán más su estadía en dicha cuidad, pasarán algunos meses más antes que se muden a Berk.

-Vaya, vaya, la mosca muerta se esconde tras sus libros y una vieja computadora.- escuchó la voz de Mérida frente a ella y alzó la vista para conectar sus miradas.

Azul contra azul.

-¿Deseas algo, Mérida?- le preguntó irritada. Algo que no se molestó en ocultar.

Está claro para todo el mundo que ambas chicas son enemigas, aunque la pelea siempre la busque la pelirroja, a pesar de su "delicado estado".

-Ay, no, querida. Sólo te ví aquí y vine a saludar.- respondió acariciando su abultado vientre- Oh, sí. Y a pedirte que te vayas alejando de Hiccup.- añadió con un tono de amenaza.

-Sabes que eso no va a pasar.- retó la rubia.

-Ay, por favor, él no se va a quedar con una chiquilla puritana como tú.- menospreció Mérida- Cuando nuestro bebé nazca, él se dará cuenta de la bella familia que somos y te dejará de inmediato.- aseguró.

-Vaya, sí que jugaste bien tu amarre.- comentó Astrid riendo- Solo me llevas 2 años y parece que la niña estúpida eres tú por no cuidarte, a menos que te hayas querido embarazar. Además, ¿sabes qué se me hace extraño? Hiccup me comentó que estás dispuesta a ir a todas tus ecografías de chequeo, pero que no quieres saber el sexo del bebé. Eso sí que es raro.- intuyó mirándola fijamente.

-No sé de qué me estés tratando de acusar, Hofferson, pero más te vale que no te metas.- bramó la otra chica. La rubia sólo sonrió de lado, mientras bajaba su vista a su vientre, algo no le cuadraba con esa parte y su actitud, se lo había confirmado.

-Bueno, si mi novio está involucrado, creo que también tengo algo que ver en el asunto, aún más si somos personas públicas...- volvió a hablar la de descendencia nórdica- Y te digo que no me agrada para nada que no lo dejes saber cuál será el sexo de su bebé, algo ahí no está bien.- le dijo con seriedad.

Algo que, realmente, molestó a la ex amiga de su novio y su grupo. Pues, desde que se enteraron del embarazo, al fin decidieron decir que no les caía la escosesa y que ya no la querían en el grupo. Ella, a regañadientes, accedió.

La pelirroja gruñó antes las suposiciones de Astrid.

-Buen día, Hofferson.- dijo cortante antes de irse.

-Ten un buen día.- musitó ella, mientras la veía irse.

Luego de ese molesto encuentro, Astrid siguió con sus estudios, pero también unas palabras que le había mencionado Mérida no salían de su cabeza.

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-Hey, Mi Lady...- la llamó Hiccup en cuanto entró a su casa. Su novia estaba en la sala jugando con Chimuelo y Tormenta- ¿Me puedes decir si tenemos algo mañana?- preguntó, mientras revisaba su teléfono.

Las clases ya habían acabado, la ojiazul hace poco llegó de entrenar y su novio llegaba de una cita con el ginecóloga de Mérida.

-Déjame ver...- ella también revisó sus recordatorios en su teléfono- Mañana, después de mi entrenamiento, tenemos una entrevista en el programa nacional.- respondió.

-¿Y la cita médica sobre el corazón del bebé con Mérida?- el castaño creía que eso era mañana.

-No, amor, eso es pasado mañana.- le indicó la rubia.

Hiccup ahora tenía muchas más cosas en la cabeza y Astrid lo ha estado ayudando con eso, para así evitar que se estrese y haga cosas que no debe, pero de ves en cuando, Haddock sale a un bar que iba muy seguido. La ojiazul estaba al tanto, el ojiverde siempre le decía cada vez que iba ahí, pues no quería asustarla si regresaba algo pasado de alcohol.

-Iré a tomar un poco. ¿Sí?- le dijo antes de besar su frente.

-Claro.- aceptó ella. Confía plenamente en su novio, sabe que no se acostaría con ninguna de esas chicas.

Además, que hoy le daría una sorpresa.

Tras las palabras de Mérida, Hofferson se puso a reflexionar. Sabía que Hiccup estaba haciendo un gran esfuerzo para no dejarse llevar por sus deseos lascivos.
Lo ha pillado un montón de veces mastubándose, casi siempre pensando en ella.

Estaba consciente de todo lo que él hacía por ella, como empezó a cambiar su estilo de vida para ser un mejor chico para ella. Así que pensaba devolver el afecto.

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Hiccup llegó a su bar favorito, no estaba tan lejos de su residencia. Él estaba sentado en la barra pensando en muchas cosas, casi siempre pensaba en qué haría si realmente ese bebé era suyo.

Solo en el embarazo, ya está teniendo problemas, no se imagina cómo será cuando nazca.

En eso, volteó al pequeño escenario del lugar y vió como aquellas bailarinas, que ya había visto anteriormente, dejaban su trabajo. Eso le pareció muy extraño, ellas bailaban hasta altas horas de la noche.

Pero luego su expresión cambió a una de sorpresa, al ver cómo su novia salía de uno de los costados del escenario, ella vestía una lencería negra, que no era muy descubierta.

La rubia solamente lo miraba a él, caminó lento por detrás del tubo para pasar al otro lado.

Ella se sentía muy nerviosa, nunca había hecho algo como esto y tener a varios hombres perversos mirándola, no la ayudaba demasiado. Pero quería que Hiccup disfrutará de su pequeño y sensual baile, especialmente hecho para él.

La ojiazul dejó el tubo y dió unos pasos al frente para seguir bailando.

Nos miradas no se desconectaban, ahora eran azules contra verdes.

Astrid pensaba que todo iba de maravilla, hasta que vió como su chico fruncía el ceño y negaba con la cabeza.

Parece que al final, no fue buena idea.






















































Hola hola, genteeeeeeee!

¿Ustedes por qué creen que a Hiccup no le gustó lo que Astrid tenía planeado para él?

¿Estuvo bien lo que ella hizo?

Los leo. 👀

¡Nuestra rubia ya sospecha de Mérida! ヾ(*’O’*)/

Y sin más, espero que les haya gustado el capítulo de hoy.

¡Nos leemos pronto! 😘




























































A_Hiccstrid

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