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Ya era de noche, Astrid estaba en la residencia Haddock Snow, sola, en su habitación.

Tenía los ojos llorosos, mientras observaba en su teléfono las noticias que habían en Internet sobre el accidente de hace 3 años. No habían detalles. Sólo las catastróficas imágenes de cómo había quedado el auto de Hiccup, tras el aparatoso choque con el camión de carga, y el antes y después de Hiccup Haddock.

¿Cómo ella iba a saber que Valka Haddock estaría hospitalizada justamente en ese hospital?

Si lo hubiese sabiado, jamás le hubiera permitido al castaño que la llevase. Aunque, ahora que lo pensaba, era un poco lógico, ese hospital es el mejor en todo Berk. ¿Dónde más atenderían a la primera dama del país?

Pero aún así, Hiccup lo sabía, y eso no le impidió ofrecerse para llevarla.

¿Por qué lo hizo?

Hofferson tenía tantas dudas y tan pocas respuestas.

Empezando con el accidente y a la persona que más afectó, la misma persona por la que retenía las lágrimas en estos momentos.

Se había enamorado de Hiccup Haddock.

Claro que la lastimó por la forma en que le habló en el hospital, pero ella estaba segurísima que no era él quien hablaba y reaccionaba así, sino era el dolor, la vergüenza, la tristeza y la agonía que lo llenaban desde hace 3 años.

No sabía cuánto tiempo había pasado sentada al borde de su cama, con el teléfono en manos, estaba metida en el remolino de sentimientos que el ojiverde había provocado en ella, hasta que oyó que la puerta de la mansión fue abierta.

-¿Astrid?- se escuchó la voz de Elsa.

La ojiazul levantó la vista de golpe.

Si estaba Elsa, también estaba Hiccup, así que se levantó, se refregó los ojos con sus manos y salió de su habitación cogiendo una chaqueta para abrigarse.

-Quisiera a dar una vuelta, si me permiten.- fue lo que dijo cuando pasó al lado de los hermanos y, sin esperar una respuesta, salió de la mansión.

El ojiverde bajó la cabeza y la mirada con pesar, Astrid no quería estar en un mismo lugar que él, al menos no por ahora.

Había arruinado todo.

-Hiccup, no puedes dehar que salga sola a estas horas, sabes lo peligroso que es por aquí.- le habló su hermana menor.

-Astrid lo acaba de dejar muy claro, Elsa, no quiere verme, por eso se fue y respeto su decisión.- respondió él con voz apagada.

La peliblanca bufó.

-Las cosas entre ustedes iban tan bien.- murmuró bajando la mirada y luego suspiró- ¿Te gusta?- preguntó de forma directa.

-¿Qué?- Hiccup estaba desprevenido.

-Que si estás enamorado de ella, hermano. ¿Te gusta, Astrid?- le volvió a plantear la pregunta de forma más lenta y concreta.

El castaño desvió su mirada y asintió con la cabeza.

-Sí.- admitió.

-Sé qur es muy apresurado, pero si es así, no la dejes ir.- le aconsejó con sinceridad.

Hiccup alzó su mirada para verla, su hermana tenía razón. ¿Cuándo se podrá topar con una chica cómo Astrid? ¿Habrá otra chica como ella? Ya se había negado por mucho tiempo su oportunidad de amar y ser feliz, ya era tiempo de soltar el dolor.

-Tienes razón, hermanita.- esa fue su respuesta y no esperó ni un segundo más antes de salir e ir tras Astrid.

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Ciertos hermanos pelirrojos veían como las personas que los ayuden en su mansión terminaban de limpiar el desastre que se ocasionó con su fiesta del sábado.

La melliza estab irrita, frustada, enojada. Y sólo culpaba a una persona: Astrid Hofferson Lothbrok.

Si esa "princesa" no hubiera intervenido, su plan se habría ejecutado y, posiblemente, ahora mismo estaría embarazada del mejor heredero de Noruega y la persona de la cual estaba "enamorada".

-¿Qué pasa, hermanita? ¿Tú plan no salió como debía?- Hans se acercó a ella con diversión.

-Ahg, cállate, no seas insolente.- respondió ella de inmediato- Además, este pequelo tropiezo a ti tambié te compete.- añadió mirándolo con furia.

-Oh, no estoy seguro de eso, Mérida. Yo te apoyó con el plan inicial, ese de sacarle algo de dinero al dolido de Haddock, pero, ¿embarazarte? Ese es tú extremo. Te dí la idea como último recurso.- le dijo más serio.

-¡Me enamoré, ¿ok?!- exclamó irritada- Sé que Hiccup no es fácil, puede acoatarse con cualquier chica que esté a sus pies, por eso debo de asegurarme. En la fiesta lo ví obersando todo el tiempo a Hofferson, creo que le atrae y viceversa.- explicó calmándose un poco.

-Ya deberías olvidarlo. Pero para ser honesto, tampoco no quiero que esté con Astrid, quiero tenerla yo. Está más que buena.- confesó con un toque de lujuria, Mérida rodó los ojos.

-Ahora esa chica es un imán de hombres.- murmuró con molestia.

-Ay, no seas celosa.- él la molestó- ¿Pero qué harás al respecto?- preguntó intrigado.

-Haré lo que sea necesario para tenerlo a Hiccup Haddock de mi lado, aún así tenga que pesar por encima de cualquiera, incluyendo a Astrid Hofferson.- respondió con completa determinación, tanto en su hablar, como en su mirada.

Su hermano casi aiente pena por nuestra rubia.

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Astrid caminaba pensativa por el parque cerca de la mansión Haddock, ella se desplazaba completamente ignorante a 2 hombres que la seguían con discreción y con intenciones nada buenas.

Los sujetos aceleraron un poco el paso para poder atraparla, pero se detuvieron abruptamente al ver que el hijo mayor del presidente salía de la nada y rodeaba la joven de la cintura para caminar pegado a ella.

-¡¿Hiccup?! ¡¿Qué haces?!- le preguntó la chica asombrada y tenerosa por el repentino agarre.

-Shh.- la calló de inmediato- Tranquila, actúa normal, hay 2 tipos desagradables detrás de nosotros- le informó con voz baja mientras la sacaba del parque y la guiaba a un lugar lejos del par de hombres.

-Oh, por Odín, gracias.- agradeció ella una vez lejos del lugar, llevó una mano a su pecho- No sé qué me pudo haber pasado si no llegabas.- comentó aún asustada.

Él respondió con una ligera sonrisa.

-¿No estabas en casa? ¿Qué haces aquí?- le preguntó ella otra vez con más seriedad en su tono de voz.

-Necesito mostrarte un lugar.- contestó con simpleza ofreciéndole una mano- No te haré nada, puedes estar tranquila.- aseguró al verla dudar.

Ahora con más confianza, Astrid tomo su mano y se dejó guiar por el castaño.

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-¿Qué hacemos aquí? ¿Cuál es este lugar?- volvió a preguntar la ojiazul al llegar al lugar alejado, donde Hiccup la había llevado.

Estaban en alguna parte del bosque de Berk, en la cima de una montaña, con la vista hacia la ciudad y un árbol enorme dando sombra a casi todo el lugar.

-¿Hiccup?- lo volvió a llamar con sutileza al ver que él no le respondía. Sólo estaba parado al borde del acantilado y dándole la espalda, mientras veía la cuidad.

-Este es un lugar privado para mí, eres la primero persona que traigo aquí.- respondió con un tono apagado- Aquí vengo seguía a desahogarme solo, yo y mis penas. Bienvenida.- añadió la última palabra con algo de ironía.

Astrid sintió acongojado a su corazón, le dolió en el alma escucharlo de esa forma y saber que este, tan fúnebre lugar, enfrentaba todos sus demonios con soledad.

-Hiccup, voltéate y mírame.- le ordenó con suavidad, pero firmeza a la vez. El castaño obedeció y se acercó lentamente a ella- Gracias por compartir esto conmigo, juro que nadie se enterará a menos que ese sea tu deseo. Me tienes a mí sin importar nada, ¿ok? No tienes que pasar por esto solo, yo puedo llevar la carga a tu lado, yo sí entiendo todas tus conductas y equivocaciones que emhas tenido en los últimos años. Por favor, no aparentes conmigo, no te escondas de mí, déjame ayudarte.- le padía ella con amor y honestidad, mientras lo miraba directamente a esos bellos orbes esmeraldas.

Los cuales, tras cada palabra que ella pronunciaba, iban agarrando más brillo y color, hasta estar llenos de vida otra vez.

Hiccup no hacía más que contemplarla, él podria quedarse viéndola la vida entera sin aburrirse o distraerse. La belleza de Astrid lo cautivaba cada vez más, pero sin duda, lo que lo había enamorado, no fue su divina belleza.

Fue su corazón.

No se contuvo más y la tomó sorpresivamente de las mejillas, haciendo que sus rostros queden peligrosamente cerca.

Sus mitadas tuvieron una fuerte conexión, no se necesitaban palabras para descubrir lo que el otro quería, pero decidieron no cambiar de posición unos segundos más.

Entonces, unos segundos después, Hoccup la besó.


















Hola hola, genteeeee!

¡Beso Hiccstrid! 💕 ¿Se lo esperaban? Jejeje...

Espero que les haya gustado el capítulo del día de hoy, saben que cualquier cosita pueden hacérmela saber. ✨

¡Nos leemos pronto!









































A_Hiccstrid

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