[10]
-Espera, Astrid.- le pidió la menor de los Haddock a Hofferson tomándola del brazo.
-¿Qué pasa?- le preguntó ella girando para verla.
-Tengo que enseñarte tu casillero, no creerás que iras a todas las clases con tu mochila, ¿o sí?- le dijo con una pequeña burla haciendo reír a su amiga.
-Ah, sí, claro.- respondió la ojiazul antes de seguirla hacia su casillero.
-Este es tu casillero, verás, aquí los casilleros tienen mucho espacio, hasta podrías traer un poco de ropa.- mencionó abriendo el suyo, el cual estaba al lado derecho del de Astrid. Luego le enseñó cómo abrirlo y Astrid pudo ver lo espacioso que era por dentro.
-Wow, son más grandes que los de mi escuela.- murmuró asombrada, pero luego le entró una curiosidad- Oye, y... Los casilleros de los chicos, ¿dónde están?- preguntó tratando de disimular, aunque no pudo evitar sonrojarse un poco.
Elsa sonrió de lado, pero después recordó cómo Jack la miraba a ella y que Astrid no era tan indiferente a eso. ¿Acaso ella...? No. Imposible. Tenía que juntarla con su hermano, no puede dejar que se interese por el chico que le gusta.
-El de Hiccup está frente al tuyo, el de Jack frente al mío, tienes el casillero de Mérida a tu lado izquierdo y el de los demás están en el siguiente pasillo.- respondió rápidamente, sacando cualquier emoción en su voz y rostro, volviéndolos neutrales.
Esto fue algo que notó la rubia.
-Hey, ¿estás...?-
-Sí, debemos ir a clase, ahora.- la interrumpió de forma tajante, guardó algumas cosas en su casillero, quefandose sólo con un cuaderno y un folder de archivos. Hofferson la miró extrañada, hizo lo mismo que ella y la siguió hasta el salón de clases.
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-¡Dioses! Odio cuando me presentan frente a una clase como si fuera una celebridad.- se quejaba Hofferson mientras iba con Heather, Brutilda y Elsa a las gradas del campus, cada una llevaba una bandeja con su merienda.
La pelinegra rió ante su queja.
-Astrid, tu familia y tú son una celebridad.- le comentó con gracia.
-Lo sé, créeme, lo sé muy bien. Pero no quiere que me conozcan por mi posición social, sino por mí misma.- refutó recordando lo qur había vivido en su escula y, en espcial, con Ubbe.
-Oye, hermana, ¿no sé de que te quejas?- le reclamó Tilda- Al menos le caíste bien a todo nuestro salón, no fue la peor de las presentaciones. En cambio yo me demoré 4 días en hacerles entender que no soy un chico.- reveló con molestia.
Las demás chicas evitaron reír, sobre todo Elsa y Heather.
-Sí, Brutilda tiene un punto.- secundó Haddock.
-Bueno, bueno, ustedes tienes razón.- se rindió Astrid. Llegaron a las gradas, sitio el cual usualmente el gran grupo de amigos usa en el receso.
-Al parecer, somos las primeras.- comentó la platinada mientras se sentaban- Hey, ¿sucede algo?- le preguntó a su nueva mejor amiga, pues esta tocava los bolsillos de su jean con insistencia.
-No tengo mi celular conmigo.- respondió de inmediato- Ash, por Thor, debe estar en mi mochila, la cual está en mi casillero.- se volvió a quejar causando un par de risas en sus nuevas amigas.
-Ve, nosotros aquí estaremos.- la animo la ojiverde. Astrid le sonrió y dejo su bandeja allí para ir hacia su casillero.
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-Ah, aquí estás.- murmuró una rubia para sí misma mientras tomaba su celular de su mochila, luego la cerraba y, antes de que cierre su casillero, alguien más lo hizo por ella de una forma brusca. Esa acción le hizo pegar un gritillo.
-Hola, muñequita.- escuchó una voz masculina que no reconocía, giró rápido para ver de quién se trataba, se topó con un pelirrojo de ojos azules, detrás de él, habían 2 chicos más. El pelirrojo acorraló a Astrid contra su casillero- Nosotros sabes quien eres. ¿Tú sabes quién soy yo?- le preguntó con seriedad mientras se acercaba más a ella.
La rubia no sabía quien dioses es ese sujeto, pero, sin duda, le estaba incomodando lo cerca que estaba y lo peor, es que no tiene salida.
-No, no lo sé, pero aléjate de mí de una buena vez.- le respondió tratando de sonar firme para intimidarlos, pero no lo había logrado ni un poco, los 3 hombres sólo soltaron risas burlonas.
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2 Adolescentes rebeldes salían entre risas y besos de un baño de su prestigiosa universidad, el castaño se alejó de su acompañante para arreglar su ropa, la chica decidió hacer lo misma. Necesitaban que ninguna autoridad del instituto se diera cuenta.
-¿Tienes una pastilla?- le preguntó Hiccup en voz baja.
-Sí, pero mi agua está con mi almuerzo, el cual lo tiene Patapez, le ordené que me lo llevara a las gradas. La tomaré allá de forma discreta, nadie se dará cuenta, descuida.- le respondió Mérida como si nada.
-Como si no supieran lo que hacemos.- bufó el ojiverde- Debes de dejar de tratarlos como si fueran tus sirvientes, son nuestros amigos, no lo olvides.- le dijo con seriedad.
-Ahg, sabes que a mí solo me importas tú.- le contestó ella con coquetería, pero esa frase sólo le causó repulsión al Haddock, él solo la veía como una amiga con derecho y ya- ¿No crees que deberíamos hacerlo más seguido y ver a dónde más puede ir nuestra relación?- le preguntó acercándose con lentitud, pero Hiccup se alejó de inmediato.
-No.- respondió tajante- Sabes que yo ya no quiero y ni siento nada por nadie, no me enamoro y además, quiero que vayamos parando un poco, no está bien que tengamos sexo aquí, podemos escaparnos si quieres, pero debes controlarte. Mi familia ya tiene suficiente como para que salga un chisme nacional que diga que me hallaron cogiéndome a la hija de los Dumbroch en Dragons University.- le dijo con molestoa y frustración, algo que excitó más a la escosesa.
-Vaya, amo cuando te enojas.- dijo amtes de morderse el labio- Y tranquilo. Sabes que mi mamá es la dueña del canal noticiero más grande de Noruega, no dejará que salga ni una sola noticia que dañe a tu familia o la mía, y mi papá, es uno de los hombres mas influyentes de aquí, tiene todo controlado.- le aseguró.
Hiccup sólo resopló y asintió con la cabeza.
-Y hablando del sexo...- siguió hablando la pelirroja- Yo no quiero detenerne, pero para que veas que en serio te respeto y escucho, pararemos; pero sólo en la universidad. Aunque...- hizo una pausa dramática.
-¿Aunque?- la incitó a hablar.
-Aunque como veo que te estás ablandando de nuevo, deseo que nos divirtamos como antes, molestando a un par de estudiantes inocentes.- le comentó con diversión.
-¿Qué? Dijimos que ya no nos íbamos a meter con nadie más que nosotros, Mérida.- refutó Hiccup- No me sientía agusto con eso, dije que queria cambiar mi forma de ser para no herir a nadie más por mi culpa.- le dijo con pesar y Mérida gruñó.
-Desde que ocasionaste el accidente, dijiste que no podrías ser el Hiccup de antes, porque seguiste tus emociones de ganar la carrera y fuiste tan idiota como para permitir que tu mamá termine en ese cama de hospital, en la cual sigue hasta hoy, durante 3 años, Hiccy.- le decía con crueldad y completa autoridad para manipularlo, pero Mérida es tan cínica que parecía que en serio se lo decía como un apoyo.
Hiccup no dijo nada, solo la quedó mirando de forma neutra.
- Pero, justo ahora, estás dejando que tus sentimientos y emociones afloren de nuevo... ¡Volverás a sufrir Hiccup! ¡Sufrirás dolor y agonía de nuevo, si dejas sentir algo más por alguien que no seas tú mismo! Lo sabes... Y sabes que yo no te dejaré sufrir de nuevo.- terminó de meterse en su cabeza, lo tomó de las mejillas y le dió un casto beso en los labios.
-Bien.- accedió ante su vulnerabilidad de aquel recuerdo de hace 3 años- ¿A quién te gustaria molestar?- le preguntó más recuperado y alejándose de ella.
-A la nueva.- sentenció con frialdad la ojiazul, causando un remolino de emociones en Hiccup, él abrió demasiado sus ojos para despues inhalar y exhalar con fuerza.
-¿Astrid?- logró decir en un hilo de voz.
Pues por más que él lo negara, aquella rubia se había metido en su corazón de alguna manera, un acto prohibido que debe ser contenido en lo más profundo de su ser.
Hola hola, genteeeeee!
Hasta aquí llega esta maratón, espero que les haya gustado mucho, la hice de ❤.
Ya nos estamos leyendo pronto.
A_Hiccstrid
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