Capítulo 01
El amor, Jungkook ya no sabe si odia o ama ese sentimiento, ya no sabe si esa palabra de cuatro letras es su amiga o enemiga. Pero ¿por qué tanta indecisión? Bueno toda esa confusión empezó cuando su pequeño corazoncito comenzó a latir por Kim Taehyung, ese bonito rubio con ojos mieles, piel un poco tostada, labios conchitos y un corazón de ángel, Jungkook se enamoró de su lindo vecino de pies a cabeza, no hay día en el que no observe la ventana del costado de su habitación esperando ver a aquel hermoso ser. Sin embargo no todo es color de rosa, Taehyung tenía una relación con el capitán del equipo de básquet de la preparatoria; Park SungJae. De sólo pensar en aquel patán sus mejillas pálidas se coloreaban de un rojo intenso por la rabia, y no, no es envidia hacia Park es un sentimiento de impotencia al ver al pequeño rubio muchas veces llorar a causa del basquetbolista, ya sea porque lo dejo plantado y no lo recogió para ir a la preparatoria o a su cita, por peleas al celular, discusiones en el cuarto de Taehyung y un sinfín de cosas más. Jungkook se sentía demasiado impotente porque él no podía hacer nada por el rubio, no eran amigos, sólo eran vecinos, vecinos y nada más. Y eso a Jeon le dolía.
El castaño inhaló hondo para luego soltar el aire de forma calmada, estaba en su habitación más específicamente en su escritorio haciendo una tarea de Biología, la tarea en sí no estaba difícil pero la cabeza del castañito estaba prestando más atención a la ventana de enfrente, por lo que su tarea parecía estar en mandarín y no en coreano. Suspiró cuando vio que Taehyung entro a su habitación, parecía enojado, su ceño fruncido y sus bonitos labios formando un mohín, Jungkook lo notó estaba hablando por teléfono, Kim soltaba groserías hacia el otro lado de la línea. Gracias a que la ventana estaba abierta podía escuchar a la perfección lo que decía -gritaba- el rubio.
—¡SungJae, ya habíamos quedado! ¡Es nuestro aniversario maldita sea! ¡No me puedes dejar plantado! ¿Sabes qué? Vete a la mierda —gritó furioso, colgó la llamada y aventó su celular a la cama, sus manos fueron a parar a su cabello desordenando los mechones con movimientos erráticos. Respiró hondo y volteó su vista hacia la ventana de su vecino perdiendo el color cuando vio la mirada preocupada de Jungkook.
—¿Todo bien Kim? —preguntó el castaño elevando su tono de voz, el rubio dudo pero al final negó.
—La verdad es que no Jeon, el maldito de SungJae me canceló el mero día de nuestro aniversario. ¡Aishh! —gruñó exasperado, mordió su labio viendo a Jungkook con ojitos cristalizados. Jeon sintió su pechito contraerse.
—¿Qué puedo hacer para que te contentes? ¡Ya sé! ¿Quieres ir por un helado? —intentó animarlo consiguiendo una bonita sonrisa cuadrada del rubio.
—¡Sí! Me parece una buena idea, allá voy —dijo emocionado, movió su manita señalando hacia abajo en una seña silenciosa indicándole a Jungkook que lo esperara en la banqueta.
Jeon sonrío, sintiendo sus mejillas arder ¡saldría con Tae! Emocionado bajó rápidamente a la sala, le dio un besito en la frente a su mamá diciéndole que iba a salir con Taehyung y salió de su casa, se posicionó en la banqueta dispuesto a esperar al rubio. Luego de unos minutos Taehyung salió dispuesto a ir por un helado tal como le dijo Jeon sin embargo esto no iba a poder ser debido a que un coche se paró enfrente de la casa del rubio con la música a todo volumen.
SungJae…
—¡Hola amor! ¿Creíste que te dejaría plantado en un día especial como lo es hoy? —preguntó el pelinegro, bajo del carro como todo un galán de drama, Jungkook fue espectador del momento exacto en que la mirada de Taehyung brilló más que mil estrellas juntas. Su corazón volvió a encogerse.
—Creí que te habías olvidado, estuve a nada de terminar contigo Park —comentó el rubio corriendo a abrazar a su novio, Jeon prefirió voltear su mirada hacia otro lado, evitando la escena.
—Claro que no mi amor, ¿cómo podría olvidarlo? —sin embargo la verdad es que SungJae sí lo había olvidado, y si el rubio no le llamaba lo más probable es que ni un “hola” le hubiera dicho en todo el día, aun cuando se vieran en la escuela.
—Y, ¿a dónde me vas a llevar? ¿A cenar? ¿Al parque de diversiones? ¿Al cine? ¿Por un helado? —al preguntar lo último se acordó de sus planes con Jeon, giro a verlo con una mirada de disculpa, Jungkook asintió comprensivo.
—Yo… Yo sólo venía a checar el correo, pero al parecer no hay nada. Pasen buen aniversario chicos, adiós —se despidió sin ver atrás, entró a su casa con un puchero triste en su rostro. Su madre lo miro interrogativa desde el sillón de la sala. Se preguntó qué le habían hecho a su angelito para que regresara así de triste.
—¿Qué pasó cielo? —preguntó haciéndose a un lado para que el castaño se recostara en el sillón, dejando su cabeza en el regazo de la mayor. Sunmi empezó a acariciar los cabellos castaños de su pequeño.
—Llegó el novio de TaeTae y… Pues ya, creo que debería olvidarme de él —dijo en medio de un suspiro triste.
—Corazón, tiempo al tiempo. Estoy segura que en un futuro Tae se dará cuenta de la preciosa joya que eres, se dará cuenta quién es el que realmente vale la pena. Por lo que me has dicho del tal SungJae se ve que no valora completamente a Taehyung —consoló, no dejando sus caricias en el cabello castaño.
—Uhmm, muchas veces lo ha dejado plantado, le ha gritado enfrente de sus amigos, se ha olvidado de fechas importantes, y mucho más. No me gusta ver a Tae triste —dijo con pesar, su madre sonrío al escucharlo, ella estaba segura que Tae y su pequeñito se quedarían juntos. Afirmaba que el rubio se iba a dar cuenta de la preciosa persona que era Jungkook. Sólo había que darle tiempo al tiempo.
[🐞]
¡Hola! Espero que les guste esta nueva historia si les gustó dejen su estrellita y comenten.
Una disculpa por las faltas de ortografía.^^
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