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—¿Se puede saber qué demonios pensabas hacer con esa insignificante? —Preguntaba Lila con un fuerte tono de voz.
—Nada, sólo estábamos platicando y recitando poemas. No tienes por qué enojarte. —respondía Adrien tratando de controlar a su novia quien lo veía furiosa.—Bájale a tu humor dos rayitas Rossi. —mencionó el joven haciendo un ademán con las manos lo cual la molestó más.
Iban de camino a la agencia de modelaje puesto que el padre del Agreste había dado instrucciones de que debían modelar juntos para la campaña en turno de la empresa.
—Es un gusto verlos.—les recibió una chica de cabellos castaños y tez blanca. — Soy su maquillista y es para mí un honor tenerlos aquí ¡Son grandes! —La joven se encontraba muy emocionada.
—Sí, sí, como sea. Quítate. —acto seguido la joven de ojos verdes jaló a su novio de la mano haciendo que este caminara a rastras.
—Lo siento ella es así.—dijo el rubio tratando de disculparse por los modales de su acompañante.—También es un gusto conocerte.—Se detuvo de su frase pues se dio cuenta que Lila no dejó que la maquillista se presentara.
—Clara, mi nombre es Clara.—Informó mientras caminaba a la par de la pareja para empezar a arreglarlos.
Lila estaba de un humor irritante y nada le parecía lo mejor.
—Está muy cargado.—Decía en cuanto al maquillaje.—Es muy sencillo.—hablaba en cuanto al peinado.—La ropa no es de mi talla ¡¿Qué acaso no pueden hacer nada bien?! ¡Bola de inexpertos! —Terminó por explotar la castaña de ojos verdes
—Lila por favor cálmate. —Adrien tomó de los hombros a su incesante novia. —¿Qué sucede hoy contigo? —Cuestionó el joven con toda la calma del mundo.
—¿Qué me pasa? ¡¿Qué te pasa a ti?!...te encuentro besándote con esa tipeja ¿y me preguntas que me pasa?—Lila soltaba unas cuantas lágrimas
—Pero ni si quiera la besé sólo estaba hablando con ella, en eso llegaste y justo en ese momento le estaba apartando los cabellos de la vista. —confesó Adrien, y era cierto, al menos al principio, pero conforme vio esos ojos azules se perdió en ellos como si de un mar inmenso se tratara y se hundía cada vez más dejándolo con el deseo de ser consumido completamente por el mor que se desbordaban de ellos. Pero obviamente eso no se lo diría a su novia pues provocaría un caos entre ellas dos.
. . .
Al día siguiente Marinette bajó a su comedor a desayunar un poco de cereal y jugo para empezar su día con mucha energía.
—Hola Tikki ¿Dormiste bien? — la azabache se hincó para quedar a la altura de su mascota y acariciarla —Tráeme el periódico por favor.—Hablaba dulcemente mientras tomaba un sorbo de su jugo.
Tikki obedeció y fue corriendo hacia la puerta de la casa y cogió de ahí el periódico para entregárselo a su dueña
—Eres tan adorable Tikki.— Le dio un plato lleno de croquetas.—Me debo ir pequeña akuma nos vemos luego —Le dijo a su perrita ese apodo era ya que Tikki, así como era de adorable también podía ser tremenda como esos demonios japoneses.
Salió de su casa y caminó unas cuantas cuadras para llegar a la parada de autobuses, en ese transcurso se encontró con una de sus compañeras en la actividad extra curricular que ejercía.
—Hola Mari.—Saludó la chica delgada y castaña.—¿Cómo te encuentras hoy eh? —En su tono se podía apreciar el entusiasmo que le caracterizaba todos los días.
—Hola Clara muy bien ¿y a ti que tal? —Respondió la chica mientras entraba al autobús y se sentaba a lado de su amiga.
—Súper agotada, ayer estuve todo el día con una chica que la verdad logró sacarme de mis casillas. —Se estiraba mientras tomaba un paquete de galletas y le compartía a Marinette.
—Supongo que sí.—rió la chica de ojos océano. — Esas estrellitas suelen ser así.—Sacó el periódico que le había llevado Tikki y comenzó a hojearlo pese a que no había nada realmente que le llamara la atención, no hasta que su vista se posó en la página 14 de ese medio en donde se podía apreciar lo siguiente.
"El verde y el naranja los nuevos colores del amor"
Seguido de una foto de Adrien y Lila besándose amorosamente mientras el chico la rodeaba de la cintura con ella sostenida de su cuello. Marinette sentía que una punzada clavaba su corazón como si de una estaca se tratara producto de los celos la consumían.
—¡Oh! justo es ella de la que te estoy hablando.—Señaló Clara mientras ponía una expresión de disgusto.
—Ellos hacen una hermosa pareja, no creo que ella sea tan mala como la pintas ya que no por algo está con Adrien.—mencionó Marinette mientras tocaba disimuladamente su corazón.
—¿Hermosa pareja? —Alzó una ceja.—Pobre chico mira tener que estar soportando a una pedante como ella ¡Debe estar lleno de paciencia! —Elevó sus brazos un poco haciendo una seña.
—¿Lo dices por algo en especial? —Sonrió con tristeza mientras observaba a Clara.—Ellos parecen tan felices en esta foto.
—Hay algo que se llama apariencia pequeña lady —Le palmeó el hombro.—En cuanto a tu pregunta, yo los vi ayer y te diré que se la pasan peleando cada cinco minutos
Llegaron a la escuela, pues aunque hoy era domingo tenían que ir a apoyar al equipo que jugaría contra los visitantes de otro colegio de las afueras de París.
Clara y Marinette llegaron a los vestidores a colocarse su vestimenta tradicional de banda de guerra, la adorable chica participaba como integrante de la banda de guerra que animaba musicalmente al equipo.
—Pequeña Marinette si quieres conquistar el corazón de tu adorado Adrien debes ser más astuta y valiente que esa Barbie. —Clara salió de los vestidores dejando a Marinette tratando de descifrar como es que ella había dado en el clavo.
—¿Cómo sabes de mis sentimientos por Adrien? —Llegó a lado de la chica situándose en sus lugares correspondientes mientras alistaban sus instrumentos.
—Eso se llama sexto sentido, intuición lo llaman algunos —respondía mientras checaba por última vez su celular.—Además vi la carita de perrito sin dueño cuando viste la foto. —Finalizó.
Todo mundo se preparaba para el gran evento deportivo la Françoise Dupont que se enfrentaba contra sus grandes rivales de toda la década.
Adrien se encontraba dándole instrucciones a su equipo ya que el lideraba el juego, estaba realmente nervioso, pero visualizó los ojos de su adorable amiga y le inundo una tranquilidad inexplicable, pero ese momento quedó interrumpido ya que Lila desde su sitio de porristas le habló para aventarle un beso, luciéndose como siempre.
Marinette se percató de esto y solamente volteó la vista para no presenciar el momento de amor entre esos dos.
Justo en el medio tiempo a Marinette le dieron ganas de ir al baño y fue entonces que escuchó que alguien hablaba desde los baños, ella no era chismosa pero al reconocer la voz de Lila y la forma que hablaba, sobre todo con quien hablaba le hicieron acercarse poco al lugar para escuchar la plática más nítidamente.
—Me muero por verte y estar entre tus brazos.—Le decía Lila a la voz del otro lado del teléfono. —Tenemos que ser precavidos no quiero que nadie nos vea y le vaya con el chisme a Adrien, te amo Nath—Se escuchó por último antes de que la ojiverde colgara la llamada.
Marinette salió corriendo de ahí antes de ser vista por aquella chica, en su mente no paraba de decir —Esa tipa. — No sabía qué hacer, no quería parecer metiche pero sobretodo; no quería causarle dolor a su amado príncipe pero por otro lado sabía que no era correcto hacer como si no pasara nada y dejar que Agreste siguiera con la venda en los ojos.
Por unos momentos se detuvo cerca de la biblioteca dudando en lo que tenía que hacer por más clara que fuera la respuesta.
—Alya que bueno que te veo.—Se alegró al ver a su mejor amiga— Préstame tu celular.
—Estás loca mujer, vamos ya mero reanuda el partido y tienes que estar en tu lugar.—Jaló a Marinette pero esta se zafó —¿Qué sucede?
—Adrien está en peligro junto a esa tipeja.—Soltó de golpe.
—¡Es tu oportunidad Mari!—Expresó emocionada Clara quien llego a juntarse con las chicas.—Ten toma haz lo que debas hacer—le extendió su celular a la chica la cual ya no estaba tan segura de tomarlo.
Nota de la autora: Gracias KittyNoir_62 por el amor a esta historia y como te lo prometí ahí esta tu participación ❤
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