CAPITULO XV
Recuerdos del ayer
Su brazo permanecía inerte en su frente, se sentía pegajoso por todo ese sudor que se acumulaba a cada segundo, sin embargo, el joven rubio no pretendía quitarlo de ahí por mas asqueroso que fuera.
Ya llevaba alrededor de once minutos despierto, con la mirada a la nada y una lenta respiración que hacía dudar si seguía vivo.
Inhaló una gran cantidad de aire para luego exhalarlo y enseguida por fin levantarse, aunque solo se sentó a un costado del colchón.
Tomo su celular, en el cual resplandecía una pequeña luz en la esquina superior derecha. Seguro sería un mensaje y seguro sería de Shion.
«Recuerda nuestra cita de hoy, no vayas a llegar tarde, EH ;)
9:00 a.m»
Rodó los ojos, siempre que planeaban verse fuera del horario escolar o aunque lo fuera, la rubia mandaba dichos mensajes.
«Ya voy de camino
10:01 a.m»
Quizás fuera una mentira, ya que obvio no iba en camino, puesto se acababa de levantar y sólo llevaba los calzoncillos puestos; pero esa piadosa mentira lo ayudaría a, siendo sinceros, mantenerlo con vida.
Se paso la mano por la cabeza, llevando hacía atrás su cabello rubio. Pronto lo cortaría, cabe destacar, el Uzumaki pensaba ir a la peluquería antes de que terminaran las vacaciones y hacerse un corte algo mas maduro. O por lo menos que represente sus diecinueve años que ya tiene.
De un impulso se puso de pie, visualizo su cama con las sabanas y almohadas en desorden. No la tendería. Ya iba demasiado tarde como para hacerlo.
Del armario saco unos jeans negros y una playera azul marino de mangas largas que decía en letras color amarillo: Fuck. Esta describía perfectamente lo que sentía por esa mañana. Solo que no se vería ya que llevaría puesto la chaqueta que le regalo su madre en su pasado cumpleaños.
Antes de dirigirse al baño fuera de su cuarto pasando por el corredor a la derecha, observó a sus cortinas que permanecían cerradas y que le impedían ver lo que en verdad quería mirar. Soltó un suspiro y salió de la habitación.
Si tan sólo fuera mas valiente, o si lo fuera sólo un poco ya hubiera terminado con Shion y trataría de hacer que la Hyuga se fijara en él. Pero no lo es. Uzumaki Naruto es demasiado cobarde. Incluso fue cobarde al momento de conocer sus sentimientos.
El ojiazul abrió la llave del agua caliente y dejo que le mojara el cuerpo. Recargo sus manos sobre la pared y bajo la vista admirando sus pies y el agua que se acumulaba junto a ellos.
—Shion... —susurró en tono apagado y cerró los ojos.
“—Salgamos —el ojiazul se ve abrazando a la rubia por la cintura y con la cabeza hundida entre el cuello y hombro de esta—. Sé que te conozco poco, pero se que contigo debo de estar.
Ella sonríe de lado y coloca uno de sus brazos rodeándolo por la cabeza y el otro por la espalda.
—Sí —susurra en su oído.”
Abrió los ojos ahora cristalizados, pero que pareciesen que lloraran por el agua de la regadera que cae sobre él.
—Todo es mi culpa. Si hubiera sabido que lo que sentía por ella era simple agradecimiento y no amor —golpeo la pared con el puño derecho—, si lo hubiera sabido seguro estarías conmigo y no con Kiba —levanto el rostro y la ardiente agua cayó sobre de el—. Pero ya es demasiado tarde.
~♥~
Saco la llave de la cerradura y la guardó en el bolsillo de la chaqueta. Ya iba tarde a su cita, no sólo cinco minutos, ni siquiera veinte, sino una hora con cuatro minutos y, si tenemos que contar los segundo, serían veintitrés.
Bajo apresurado los tres escalones para pasar por el sendero en el centro del jardín y seguir por la banqueta en dirección a la plaza. Sin embargo, al pasar por el frente de la casa Hyuga, no dudo en detenerse y mirar la arquitectura.
Una puerta cualquiera al centro, con ventanales cualquiera colocados en sitios estratégicos y ése color blanco cualquiera que cubre la fachada y, de cierta forma, le da brillo. ¿Qué podría ser tan especial en ella como para que el rubio sacrificará su vida? Fácil: Hinata Hyuga.
No podía ser simple coincidencia de que hace cinco años el se haya mudado justo al lado de ella y, mucho menos, que haya escogido el cuarto con el ventanal que da al ventanal y cuarto de ella. Pero sobre todo, no puede considerarse sólo una coincidencia que después de cinco años él se haya enamorado de ella.
Metió las manos a los bolsillos y abrió un poco su boca dejando escapar el aire caliente de su cuerpo.
Miró por cinco segundos mas la residencia para luego dar vuelta sobre sus talones y seguir su camino, o eso es lo que pretendía; puesto que al sólo dar tres pasos, el ruido de la puerta abrirse llamó su atención para volver a mirar la fachada.
Hinata era la que salía del umbral, con su cabello agarrado en dos coletas que le caían suavemente por detrás de las orejas, su pantalón celeste rasgado de la rodilla izquierda, un abrigó marrón y sus botines beige los cuales tenían un poco de nieve en la punta.
—Naruto-kun —sonrió ampliamente al verlo y se detuvo al llegar a su lado—, ¿cómo has estado?
Tardo tres segundos en dejar de mirarla con cara de idiota para reincorporarse a la realidad y decirle:
—Muy bien —mordió su labio inferior—, ¿y tú?
—Igual.
Quedaron en silencio, un muy tenso silencio. ¿En verdad era lo único que quería preguntarle? Ella esta ahí parada, justo frente a él y ¿es lo único que puede decir? En verdad que es patético.
—¿Tendrás una cita con Kiba? —preguntó con voz átona y desviando la mirada.
—Sí, y por lo que veo tú con Shion —su voz fue dulce pero con un tono de melancolía.
—Sí...
La Hyuga acomodó sus lentes utilizando el dedo índice de la mano derecha y, con la misma, tomo una de sus coletas y la paso al frente, a un lugar donde el ojiazul pudo admirar lo largo que es el cabello de la azabache.
—Ya esta muy largo —penso en voz alta exaltando a la chica.
Miro un par de segundos el rostro nervioso de Naruto y luego miro su cabello.
—Sí —pasó sus manos acariciando la coleta—, también el tuyo ha crecido bastante.
Naruto se llevo la mano a la cabeza, por segunda vez en la mañana, y se llevo los cabellos hacia atrás.
—He estado pensando en cortarlo, no sé, por algo mas a mi edad.
—¿Se te hace infantil ese corte? —levanto su pequeño y delicado brazo y con el dedo índice toco el cabello del Uzumaki que caía por su frente—. A mí me gusta.
El rubio sintió como el color subía por su rostro e incrementaba justo cuando llegaba a sus mejillas. Sólo que la Hyuga no lo notó o quizá pensó que era por el frío.
—Ah... —justo cuando iba a decir algo, lo que fuere, un nítido sonido emanó del bolsillo izquierdo de su pantalón—. Parece que me están llamando.
—Adelante, contesta —retrocedió dos pasos y plegó los labios en una sonrisa.
Sacó su teléfono celular y miró la pantalla con miedo, temor y angustia. No quería que fuera "ella" la que le estuviera llamando. Aunque sí, ella era la que lo llamaba.
—Ya debo irme —infló las mejillas—, seguro va a matarme.
—Sí, yo también debería ya de irme —alzó el brazo y zarandeo la palma para despedirse—. Nos vemos Naruto-kun.
—Adiós —copió a la chica.
Hinata caminó en dirección contraria a la que el Uzumaki se dirigiría tan sólo después de que ella desapareciera al dar la vuelta en la esquina.
Su teléfono volvió a sonar, Naruto miro de nuevo a la pantalla solo para confirmar que se trataba de Shion, otra vez.
Continuará...
You Belong With Me
Publicado
10/Febrero/18
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