Capítulo V
{No tengo que temer; un cadáver
viviente como yo es carente, tanto de sentimientos, como de miedo}
5 de marzo del 2018
POV: Jungkook
¿En qué momento dejé de ser un niño ingenuo para convertirme en esto?
¿Cuándo fue la última vez que me sonreí al espejo sin preocuparme de lo falso en mi expresión?
¿Cuándo comencé a tener miedo de todo, de todos, de mí mismo?
¿Cuándo comencé a sentir asco de mí?
Arrastro los pies descalzos por el suelo sin provocar ruido alguno y me dirijo a la salida de la habitación en búsqueda de cualquier entretenimiento que me impida comerme mi propia cabeza.
Nada más que una cocina, sala de estar y tres habitaciones... Aparentemente.
Me adentro a uno de los dos lavabos de la casa a parte de el perteneciente al cuarto principal, y atravieso la segunda puerta que, no sé si para suerte o desgracia, se encuentra sin seguro.
La oscuridad de la habitación me hace retroceder un paso, pero me regaño por mi acto de cobardía y sudando frío tanteo en la pared hasta encontrar un interruptor.
- Bingo-. Susurro cerrando la puerta a mis espaldas.
La habitación no es precisamente espaciosa, pero el acoplamiento correcto de los elementos hace que resulte extrañamente... Perfecta.
Tonalidades aburridas excepto por el estante a lo largo de la pared contraria, madera fuerte y oscura, dignamente pulida, y, sobre ella, una colección.
El alumbrado ilumina cada encendedor de plata, algunos de trazos dorados y otros azules con tonalidades rojas.
Me acerco para observarlos mejor y un escalofrío recorre mi columna vertebral al comprobar que el rojo no es adorno... es sangre seca.
- Dios...
Con lentitud miro a mi alrededor, esta vez con más atención y detenimiento.
Este... Este lugar...
El cerrojo de la primera puerta del baño contiguo a la habitación resuena alertándome de una presencia acercándose.
Mierda
Corro y agradezco a mi manía de andar descalzo porque si no, moverme con libertad hubiese resultado imposible ahora.
¿Pero dónde me escondo?
Barro con la mirada cada centímetro de la habitación sin muchas esperanzas de no ser descubierto.
Vislumbro un espacio algo reducido entre un pequeño armario a la esquina y la pared...
Da igual ¿Qué es lo peor que podría pasar?
En tres pasos recorro dicha distancia colándome en el espacio vacío.
Y justo a tiempo.
- ¿Estás aquí Kookie?
Tiemblo escuchando su voz, normalmente ronca pero extrañamente manchada de... Agh, es inútil, no le puedo descifrar.
- Vamos conejito, te vi entrar ¿Te gusta la habitación?
Ya... Es inútil esconderse, lo sé de sobra, pero es que mis malditas articulaciones no se mueven.
- No planeaba que la encontrases solo, pero bueno, definitivamente esta forma es más bonita que la que tenía en mente.
¿Quién es él? Dios mío ¿En qué agujero me metí?
Pequeños detalles, tan diminutos e importantes.
- Bueno, soy realmente sensible a los olores...
- No... No le presto especial atención a la selección de colores pero mientras menos llamativos mejor...
- ¿La cama? Pues eso dependería de la situación. Pero me gusta moverme con libertad sobre el colchón, así que, no algo excesivo pero sí extremadamente cómodo.
La habitación se adapta a la perfección con mis gustos personales, en una entrevista me preguntaron cómo querría mi habitación cuando viviese fuera de casa de mi padre y esta fue mi respuesta.
Todo sería menos escalofriante si la cama no tuviese a cada extremo grilletes, o si los encendedores con sangre no cumplieran mi última preferencia...
- ¿Si viviese con mi pareja? Oh, significaría mucho para mí tener un pedacito nuestro en la habitación.
- No te asustes, pequeño, no planeo hacerte daño.
En algún momento mi respiración se volvió irregular, hasta tener que contener los jadeos con mis manos.
Se preguntarán a dónde fueron mis palabras de "No me importa lo que hagas" O... "Por favor asesíname"
Pues yo tampoco sé, pero los acosadores me asustan y algo me dice que el tipo lo es.
Estoy seguro de que dejó este único espacio a propósito, porque no se acerca.
Inhalo profundamente.
Vamos Jungkook...
Salgo de la esquina observando al chico paliducho de cabello menta.
Me sonríe con ligereza y yo me limito a escrutarle con la mirada.
- ¿Qué hacías anoche en ese callejón?
Hace un gesto pensativo con los delgados labios guardando las manos en los bolsillos del pantalón.
- Pues...
- No juegues conmigo, en algún momento tendré que salir y nada me impide no regresar.
Su mirada se oscurece al inclinar hacia abajo la cabeza solo un poco pero suficiente para lograr el efecto intimidante.
- No puedes escapar de mí, Kookie. No puedes correr y mucho menos esconderte... Pensé que habías sacado ya esa conclusión después de atar cabos.
Este hombre es peligroso... Muy peligroso
- ¿Qué quieres de mí?
Niega suavemente con la cabeza a modo de respuesta y nuestros ojos hacen contacto visual.
- No tengo por qué decirte cuando puedo simplemente tomarlo, tengo ese derecho.
Arrugo el entrecejo.
- ¿Ese derecho?
Asiente y su expresión delata su locura... Locura hacia mí...
No, por mí es más exacto.
- Ya te lo dije, me perteneces.
Veo de reojo la cama, con el metal como gritando mi nombre, como si quien los hubiese fundido me tuviera a mí inundando su cabeza...
- ¿Sabes que te soy inútil? -. Pregunto en un susurro.
Algo quema dentro... ¿Es bueno? ¿Es malo? No sé definirlo bien, pero sí que es doloroso.
- No entiendo qué puedes obtener de alguien que desea morir.
Quizás se debió a lo tan atrayente que encontré el metal de los grilletes, pero no escuché sus pasos cuando se detuvo centímetros de mí.
- No me importa si obtendré algo o no, te quiero igual.
Como serpiente se desliza por mi conciencia y me saca del estado de ensimismamiento, para electrocutar mi corazón y hacerlo latir descontrolado.
El calor en mi rostro me advierte que estoy duramente sonrojado.
- ¿Me quie...?
No me permite terminar, asiente con seguridad y con esos indescifrables no, pero definitivamente incomprensibles para mí, par de ojos negros.
- Con todo mi ser.
- ¿Cómo puedes? Quiero decir, yo no...
- Digas lo que digas no me harás dudar, asimismo, diga lo que diga yo no te haré entender lo que siento, así que evitemos perder tiempo ¿Vale?
Asiento sin saber o tener mucho que hacer y le veo desenvolverse en una sonrisa pasándole por encima a la conversación, ignorando por completo lo que acaba de suceder.
- Entonces ¿Quieres comer? Preparé cerdo... Bueno, más bien hice que trajeran pero da igual. Estoy seguro de que te gustará.
Asiento de nuevo viéndolo todo con una pared transparente de por medio.
El sujeto... Oh, cierto.
- ¿Cómo te llamas?
Le pregunto a su espalda.
- Llámame Suga.
Miro los hermosamente tétricos encendedores manchados de sangre.
¿Estoy realmente preparado para saber de ello?
Sacudo mi cabeza al instante.
No, no, no... Si tengo que lidiar con el tipo hasta que:
1- Mate a papá
Y
2- Tenga a mamá a salvo.
Pues que sea de la forma más fácil posible... Con la felicidad de la ignorancia
Me encojo de hombros a la par que un escalofrío me recorre el cuerpo.
Joder, los acosadores dan miedo... ¡Y para el colmo es hombre! ¿Homosexual? Obviamente.
Debo mantenerme lo más alejado posible de él
🖤🖤🖤🖤🖤❤️❤️❤️❤️🖤🖤🖤🖤🖤
Ay Kookie... Todavía quiere mantenerse alejado de Yoongi... Como si el gran Min Suga Genius lo permitiera.
Pero tal vez las cosas den tal giro que no sea Kookie quien desee huir...
Bang!
Jejejejeje (Risa malvada)
Cuídense queridos hijos del mal
Saranghe!
Además, agrego que Kookie no es para nada Homofóbico, conste.
❤️🖤
Editado: 30/4/020
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top