Capítulo II


—Han sucedido bastantes cosas desde tu ausencia—Dijo la de ojos azules, ante la atenta mirada del Uzumaki sobre ella.

Ambos jóvenes caminaban por las calles de la aldea, Natsuki estaba poniendo al Jinchuriki al tanto de todas las cosas que habían pasado mientras él no estaba.

—Sí que me he perdido de mucho—Dijo con una pequeña sonrisa—Por cierto, ¿aún no se sabe nada de Sasuke?—Preguntó el de ojos azules.

—Nada, los ANBU y Tsunade-sama siguen en la búsqueda de alguna de las guaridas de Orochimaru para poder encontrarlo—Respondió con seriedad la pelinegra.

Naruto suspiró—Vaya, que mal.

La pelinegra solo asintió en respuesta, hablar de Sasuke después de su "traición" era un tema serio y complicado para la chica. Pues, a pesar de que Sasuke se había ido de la aldea, la pelinegra aún continuaba queriéndolo, además de que se preocupaba por él.

Naruto y Sakura no habían sido los únicos afectados por la huida del Uchiha, Natsuki había sufrido bastante pero había decidido guardarse aquel dolor para estar apoyando al rubio y a su hermana. Ya que, además de Kakashi, ella había sido como un pilar que había mantenido unidos a esos tres.

—¿Te parece si vamos a comer ramen?—Propuso Natsuki, en un intento de animar a Naruto.

El rubio asintió de manera rápida con una sonrisa—¡Si, vamos'ttebayo!

Ella sonrió y dejo que el rubio la arrastrara hasta el puesto de Ichirachu Ramen.

(**)

Después de haber tenido una tarde llena de charlas y ramen, los chicos habían sido llamados por la Hokage.

Entraron a la oficina de la Hokage y pudieron ver a Sakura y Kakashi ahí.

—¿Nos llamaba, Tsunade-sama?—Preguntó la de ojos azules, tomando lugar al lado de la peli rosa.

La rubia asintió—El Kazekage ha sido secuestrado por la organización criminal de Akatsuki.

—¿A Gaara?—Naruto abrió los ojos sorprendido y observo a Sakura.

—¡¿Gaara es Kazekage?!—Gritó exaltado.

—¿No lo sabias?—El rubio negó ante la pregunta de Sakura.

—¿Por qué no me dijiste?—Ahora, los ojos del Uzumaki se posaron en la Haruno de cabellos negros.

—No me preguntaste por él—Dijo aquello encogiéndose de hombros.

Antes de que el rubio continuara reclamando, Tsunade se aclaró la garganta interrumpiendo la conversación.

—Como decía,—Volvió a hablar—El Kazekage fue secuestrado y ustedes irán a rescatarlo. Quiero que salgan lo más pronto posible—El Equipo 7 la miraba con atención—Ustedes saben de lo que son capaces esos criminales, la vida del Kazekage está en peligro.

—Entendido—Dijeron los cuatro.

Dicho aquello, abandonaron la oficina para prepararse para la misión.

(**)

Durante su camino hacia la aldea de la arena, se les había unido Temari, la hermana de Gaara, quien también iba al rescate de su hermano al enterarse sobre lo que le había pasado a este.

Les iba a tomar alrededor de 3 días llegar a Suna, así que, cuando llego la noche todos se dispusieron a acampar, pues al siguiente día les esperaría un arduo y largo camino que seguir.

Mientras los otros descansaban, Natsuki observaba las estrellas desde la rama de un árbol.

—Sabes, me he dado cuenta que te gusta mucho observar las estrellas.

—¿Tú crees?—Despegó la vista del cielo para observar a Naruto.

El la miraba desde abajo con una sonrisa dibujada en sus labios. Dio un salto y aterrizo en la rama en la que se encontraba la pelinegra.

—Deberías de dormir, mañana no nos detendremos para nada—Dijo la de ojos azules, recargando su cabeza en el brazo derecho del Uzumaki.

—Lo mismo deberías de hacer tú—Murmuró él.

Natsuki observó la mano del chico y lentamente acerco su mano para entrelazarla con la de él. Naruto la observaba de reojo, no le molestaba aquello, pues ellos dos siempre habían sido cariñosos.

—¿Crees que Sasuke piense en nosotros?—La Haruno suspiró.

—Sabiendo cómo es él, lo dudo—Dijo con sinceridad—Pero una parte muy interna de él se debe de estar preguntando como estamos nosotros, porque yo se que en el interior, Sasuke nos quiere—Admitió Natsuki—Por eso, debemos de seguir esforzándonos para encontrar a Sasuke y traerlo de vuelta a la aldea—Naruto sonrió ante las palabras de su amiga—Por eso, iremos a rescatar a Gaara, para no perder a otro amigo.

Y ante aquellas palabras inspiradoras, los dos jóvenes se quedaron observando las estrellas, pensando en sus seres queridos.


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