──── 011.
ADVERTENCIA: Leve contenido erótico.
La guerra había terminado, pero la cicatrices que esta provocó, continuarían en nuestras vidas. Al principio estaba en negación de que Neji y yo volviéramos a Konoha, pues había roto la regla de la Hokage de no abandonar la aldea y debido a ello Neji pagaría las consecuencias.
Sin embargo, a pesar del temor de que algo le sucediera a Neji, Naruto me convenció y tranquilizó de que nada le sucedería. Y así fue, Neji no sufrió ninguna consecuencia. Pero yo terminé unos días encerrada por romper las reglas.
Cuando volví a ser libre, el ambiente en Konoha se volvió más tenso. La gente me miraba con desconfianza y temor, pues se había corrido la voz de que amenacé a toda una nación con asesinarlos si Neji Hyuuga no se encontraba con vida.
Mi convivencia con los demás estaba siendo espantosa, pues recibía miradas y comentarios de desprecio constantemente. Eso no me importaba en lo más mínimo, no obstante, los comentarios y miradas comenzaron a dirigirse hacia Neji y eso era algo que no podía soportar. Es por ello por lo que tomé una decisión.
Me dirigí al despacho de la Hokage, golpeé un par de veces y recibí su aprobación de pasar. Antes de entrar, inhalé y exhalé un par de veces para tranquilizarme. Sabía que la petición que estaba por hacer sería rechazada, pero aun así decidí venir e intentarlo.
Al entrar me encontré con la Quinta Hokage, Tsunade, quien no se encontraba sola. Si no que también se encontraba mi pareja, Neji Hyuuga.
—¿Qué te trae por aquí, ____? —preguntó Tsunade—. ¿Acaso también vienes a pedirme dejarte salir de Konoha?
—¿Uh? ¿Cómo es que...? Espere... ¿También? —dije desconcertada, y miré a Neji—. ¿Tú has venido a pedir eso? ¿Por qué?
—La convivencia con los demás está siendo complicada. Sé que las palabras y miradas crueles que te dan los demás no te afectan en lo más mínimo, pero yo no puedo soportarlo —dijo Neji, observándome fijamente—. Es por ello por lo que vine personalmente a hablar con la Hokage. Para que nos permitiera estar un tiempo lejos de la aldea. Al menos hasta que las cosas mejoren.
La quinta Hokage nos observó con seriedad antes de suspirar y apoyar su codo en el escritorio.
—La situación no está siendo fácil para ninguno de los dos, pero a pesar de ello no puedo permitir que abandonen la aldea —dijo Tsunade, ocasionando que me sintiera decepcionada—. Bueno. Eso sería lo que decidiría en el pasado.
—¿Uh? ¿Qué quiere decir? —pregunté, confusa.
—En la guerra demostraste que eres alguien poderosa. Una persona a la cual no querrías tener de enemiga —dijo Tsunade, observándome fijamente con una sonrisa cómplice—. Es por ello por lo que, mientras tu lealtad esté en Konoha, te permitiré salir de Konoha.
—¿Lo dice en serio?
—Sin embargo, quiero que tengas en cuenta algo muy importante —continuó hablando Tsunade—. Debes ser cuidadosa con lo que hagas allí afuera. No quiero enterarme de que por tus acciones pongas en peligro a esta aldea.
Asentí con seriedad, comprendiendo la responsabilidad que caía sobre mis hombros.
—Lo comprendo. Prometo que no haré nada que pueda perjudicar a la aldea.
—Eso espero —dijo Tsunade al momento en que miraba a Neji—. La responsabilidad también caerá sobre ti si ella hace algo perjudicial. Así que, si yo fuera tú, me aseguraría de vigilarla muy bien.
Neji asintió y agradeció a la Hokage por la comprensión. Ambos salimos del despacho y nos dirigimos a la casa secundaria de los Hyuuga.
En todo el camino no mencionamos ninguna palabra. Solo caminamos uno al lado del otro, observando como el cielo comenzaba poco a poco a volverse oscuro por la noche que estaba a nada de caer.
Caminamos por unos minutos hasta llegar a la casa secundaria. Seguí a Neji por el pasillo hasta llegar a su habitación, donde curiosamente ya había varias cosas preparadas para un viaje.
—Al parecer estabas confiado en que la Hokage aceptara tu petición —dije mientras me adentraba en el cuarto y observaba todas las cosas que él preparó con antelación.
—La verdad es que no estaba seguro de si aceptaría, pero quería estar preparado por si recibía una respuesta positiva —dijo Neji mientras cerraba la puerta detrás de nosotros—. Preparé lo necesario, pero si todavía hay algo más que quieras llevar, puedes decirme y lo arreglaremos.
—Creo que con esto estará bien —dije al momento en que me acercaba a su cama y me sentaba sobre ella—. Dime, Neji. ¿Realmente estás seguro de esto?
—¿A qué te refieres? —preguntó Neji.
—Me refiero a salir de la aldea. A alejarnos por un tiempo —dije—. ¿Estás seguro de hacer este viaje? A diferencia de mí, tú tienes amigos y familia que te extrañarían.
Neji se acercó a mí y se agachó frente a mí mientras sostenía con suavidad mis manos. Sus ojos blancos se posaron en los míos y me observaron con tranquilidad.
—La última vez que te dejé ir me arrepentí demasiado. Es por ello por lo que decidí que, mientras me lo permitieras, te seguiría hasta donde tú desearas ir —dijo con calma—. Lo más importante para mí eres tú. No quiero volver a dejarte sola con toda esta situación.
Sus palabras ocasionaron que mi pecho se llenara de felicidad. Sin duda alguna, la única persona que podía hacerme sentir un remolino de emociones era Neji Hyuuga.
—Gracias, Neji —murmuré—. Tú también eres lo más importante para mí.
Neji se inclinó hacia adelante y posó sus labios suavemente sobre los míos en un tierno beso. Aquel gesto lleno de amor y consuelo me hicieron sentir que no importaba las circunstancias, él siempre estaría a mi lado.
Continuamos besándonos, hasta que la falta de aire se hizo presente y nos hizo separarnos. Ambos nos miramos fijamente mientras sentíamos la respiración del otro, entonces, volví a besarlo y me acomodé sobre él para intensificar esta pequeña unión.
—Espera —dijo Neji, quien repentinamente se separó de mí y me observó fijamente mientras acariciaba mi mejilla—. Creo que deberíamos de detenernos por ahora.
—Oh... —dije con un tono decepcionante—. Lo lamento. Me dejé llevar por la situación...
Estaba por alejarme de él, pero Neji se aferró a mí y me abrazó con fuerza.
—No quiero que lo malinterpretes. Yo también quiero continuar, pero siento que una vez comience no podré detenerme si me lo pides.
—Neji. No tienes que preocuparte por eso —dije mientras lo miraba fijamente, con determinación—. Yo quiero estar contigo.
Neji asintió y acercó su rostro al mío, sellando mis labios con los suyos en un beso cargado de deseo y amor. Sus labios comienzan a besar mi cuello, bajando poco a poco mientras sus manos acariciaban delicadamente mi espalda, haciéndome sentir una pequeña descarga de placer.
Mis pensamientos y preocupaciones se esfumaron en ese momento mientras veía como él poco a poco se iba deshaciendo de nuestras ropas. El tiempo pareció detenerse cuando él me recostó sobre la cama y se posicionaba sobre mí para comenzar a preparar mi cuerpo para aceptarlo por completo.
—Neji... —suspiré su nombre mientras sentía sus dedos tocar mi parte íntima.
Él continuó tocando aquella parte hasta que, finalmente, la preparó para recibir todo de él. Neji se acomodó entre mis piernas y fue introduciéndose poco a poco en mí, mientras que yo intentaba ocultar estos pequeños suspiros de placer y dolor que estaba sintiendo al ser mi primera vez.
Neji comenzó a mover su cuerpo cuando notó que me había acostumbrado por completo a su forma. Acaricié su cuerpo desnudo y besé suavemente su cuello mientras me iba sumergiendo en el placer del momento.
—Te amo —dijo Neji, repentinamente.
Sus palabras me tomaron desprevenida, por lo que no respondí inmediatamente. Fue entonces que, luego de varios minutos de placer, besos y caricias, Neji y yo alcanzamos el clímax. Él se separó de mí y se recostó a mi lado mientras me observaba con ternura.
La habitación quedó en un silencio cómplice, solo interrumpido por nuestras respiraciones algo agitadas.
—También te amo —dije mientras lo observaba con dulzura. Una expresión que nunca creí que llegaría a realizar.
Nos dimos un tierno beso y nos abrazamos cariñosamente para así disfrutar de nuestra última noche en esta aldea. A pesar de todo el sufrimiento vivido en Konoha, me llevaría un bonito recuerdo de este lugar.
Después de ese emotivo momento, Neji y yo dormimos hasta la mañana siguiente. El sol comenzaba a iluminar la pequeña habitación, y por un momento, todo parecía estar tranquilo. Nos levantamos y nos arreglamos en silencio, preparándonos para abandonar la aldea.
Antes de partir, nos detuvimos en la entrada principal de la casa Hyuuga, donde se encontraban esperando Hinata y Hanabi Hyuuga.
—Hermano Neji. Esta mañana hemos oído una noticia y es por ello por lo que estamos aquí —dijo Hinata con una mirada de tristeza—. ¿Realmente te irás?
—Sí, Hinata. Lamento no haberles dicho con anticipación, pero todo esto sucedió de improvisto —respondió Neji con sinceridad.
—Lo entiendo —dijo Hinata al momento en que me miraba—. Sé que nosotras no tenemos ningún tipo de relación, pero aun así deseo que puedas ser muy feliz. Así que, por favor, cuídate mucho y cuida de mi hermano Neji.
—Es una lástima que tengas que irte —dijo Hanabi con un puchero—. El pequeño tiempo que compartimos fue muy agradable. Eres alguien genial, así que espero que vuelvas y continúes ayudándome en mis entrenamientos.
Agradecí las palabras de Hinata y Hanabi, y les prometí que cuidaría de Neji y que regresaríamos más adelante. Estábamos por volver a encaminarnos hacia la salida de Konoha, pero en ese momento, Hiashi Hyuuga, el tío de Neji, se hizo presente para darle unas palabras a su sobrino.
Le dije a Neji que me adelantaría y lo esperaría en la entrada. Caminé en silencio, ignorando por completo las miradas de desagrado que me daban las personas al verme.
Al llegar a la entrada, me encontré con una presencia desagradable. Se trataba de Kagura, quien me observaba fijamente con asco.
—¿A dónde crees que vas, Uchiha? —preguntó Kagura con desprecio—. ¿Acaso crees que puedes irte, así como si nada?
—Vaya. Al parecer las noticias vuelan en esta aldea.
—Y no solo eso. Si no que estás arrastrando a mi Neji a todo esto —continuó hablando Kagura—. ¿Cuándo dejarás de darle problemas?
—Yo no estoy arrastrando a nadie —dije seriamente—. Neji tomas sus propias decisiones.
Kagura soltó una risa burlona y se acercó amenazante hacia mí. Ella intentó intimidarme, pero nada de lo que hiciera me perturbaría.
—¿Realmente crees que serás feliz, Uchiha? —dijo con una sonrisa sarcástica—. Lo único que traes contigo es la desgracia. Deberías dejar en paz a Neji o terminará igual que tu hermano mayor.
El que mencionara a mi hermano provocó una rabia en mi interior, por lo que estaba por estallar. Sin embargo, en ese momento, Neji apareció y se interpuso entre nosotras.
—¿Qué está sucediendo aquí? —preguntó Neji, quien intentaba que dejara de mirar a Kagura.
—Oh, Neji. Yo solo tenía una pequeña conversación con ella —dijo Kagura, fingiendo inocencia—. Me enteré de que se irían de la aldea, así que vine a despedirme.
Kagura sonrió y, aprovechando que Neji estaba pendiente de mí, le dio un beso en la comisura de sus labios para luego desearle un buen viaje y así, finalmente, alejarse de aquí.
Neji me miró con una expresión de confusión mientras limpiaba la zona que Kagura besó.
—Esa mujer nunca dejará de intentar provocarme —dije soltando un suspiro—. Como sea. ¿Ya estamos listos para partir?
Neji asintió y nos dirigimos hacia la salida de Konoha. No sabíamos realmente a donde iríamos o lo que nos depararía este viaje, pero lo que sí sabíamos era que, mientras estemos juntos, nada nos detendría.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top