──── 010.
Unas cuantas lágrimas recorrieron mis mejillas mientras sostenía el cuerpo inerte de Neji. La guerra continuaba a mi alrededor, pero para mí, el mundo se había detenido en ese momento.
—Este es el resultado que obtienes cuando entregas tu corazón a una persona —dijo Obito—. El dolor que sientes ahora mismo es horrible, lo sé. Pero no te preocupes... Puedo crear un mundo donde no vuelvas a sentir ese dolor. ¡Un mundo donde ustedes dos vivan!
Las palabras de Obito comenzaron a resonar en mis oídos mientras continuaba sosteniendo el cuerpo de Neji.
—Un mundo donde no haya dolor... —dije—. Un mundo donde estemos los dos...
—¡No lo escuches, ____! —gritó Naruto—. ¡No te dejes engañar! ¡Neji no hubiera querido que esto terminara así!
—¡No permitas que Obito manipule tu dolor! —añadió Sakura, quien se acercó a mí con determinación—. No debes permitir que la oscuridad te consuma. Todavía hay un rayo de luz...
Sakura se calló cuando me ha observado a los ojos.
—Él era lo único que me mantenía firme. Él era mi rayo de luz, pero lo perdí... —dije con voz sombría—. Al final la oscuridad siempre me acompañará.
Cerré mis ojos por un momento para luego abrirlos y observar directamente hacia el lugar donde Obito se encontraba. Obito sonrió al darse cuenta del cambio que habían tenido mis ojos ante la perdida de mi ser querido.
—¿Estás lista para crear ese mundo, ____? —preguntó Obito, extendiendo una mano hacia mí.
Naruto, Sakura y todas las personas a mi alrededor, estaban a la espera de que yo hiciera algo. Fue entonces que, me levanté y comencé a acercarme a Obito.
—¡Por favor, no lo hagas! —exclamó Naruto—. ¡No nos hagas pelear contigo al unirte a él!
—No te preocupes Naruto —dije, ocasionando que el Uzumaki me mirara con un toque de esperanza—. No importa si me uno a él o no. Nosotros de igual forma terminaremos peleando.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Naruto.
—Lo dije al llegar aquí, ¿no? —dije observándolo con seriedad—. Ustedes no me importan.
Mis palabras resonaron en el campo de batalla, creando un silencio incómodo. Los rostros de los que alguna vez fueron mis compañeros demostraron sorpresa, decepción y dolor.
—¿Cómo puedes pensar así? —preguntó Naruto—. Hemos compartido muchas cosas... ¿Nada de eso importa?
—Lo único que me importaba en esta vida se ha ido —dije con voz sombría.
—¡Les dije que todo era un engaño! —exclamó Kagura—. ¡Desde el inicio debió de estar encerrada! ¡De esa forma Neji no estaría muerto!
—¡No puedes culparla de esto! —exclamó Sakura—. Ella estaba bajo el control de Obito. Ella no tenía elección...
—¿Y cómo llegó Obito a controlarla? —preguntó Kagura, ocasionando que los demás comenzaran a murmurar—. ¡Eso es porque estuvo junto a él! ¡Es probable que todo esto haya sido planeado por ellos!
Las acusaciones de Kagura hicieron que la tensión en el ambiente se volviera cada vez más pesado. Las miradas de desconfianza y temor no tardaron en dirigirse hacia mí, mientras que yo permanecía en silencio, observando fijamente a Obito.
—¿No es fascinante como las relaciones se desmoronan cuando se enfrentan a la desesperación? —preguntó Obito, quien todavía se encontraba observándome fijamente—. Pero no se preocupen. Al lugar al cual los voy a enviar no habrá nada de eso... ¡Todos podrán ser felices!
—Realmente hablas demasiado, Obito —dije con amargura.
—Estás tomando la decisión adecuada, ____ —dijo Obito con una sonrisa siniestra mientras me veía acercarme a él—. Juntos, cambiaremos este mundo y crearemos uno donde no exista el sufrimiento.
Escuchaba las súplicas de Naruto mientras me iba acercando a Obito, pero en ningún momento me detuve. Entonces, cuando llegué hasta él y extendí mi mano para sostener la suya, lo ataqué sin tener una pizca de piedad.
—Como dije: «Realmente hablas demasiado, Obito».
Mi ataque sorprendió a Obito, quien retrocedió unos pasos y se aseguraba de curar su herida. Los Hokages y los demás observaron la escena con asombro, mientras Naruto me observaba con alivio y decía que era momento de actuar.
Naruto, junto con los demás de la alianza, se lanzaron al ataque contra Obito. Los Hokages utilizaron sus habilidades y estrategias para contrarrestar los ataques de Obito, mientras que yo utilizaba el nuevo poder que había ganado al perder a Neji.
La lucha duró varios minutos, pero finalmente, con gran esfuerzo, logramos debilitar a Obito y acabar con la guerra. Algunos estaban felices con el resultado, pero otros, como yo, no estaban del todo bien, pues se habían perdido muchas vidas.
Observé a Obito por unos segundos, pero luego comencé a alejarme y así encaminarme hasta donde Neji se encontraba.
—Cuando tu única luz en este mundo se va, sientes que todo está perdido —dijo Obito, ocasionando que momentáneamente me detuviera—. Es por ello por lo que quería recuperar ese rayo de luz que me mantenía vivo... Sin embargo, en el proceso hice que todos perdieran esa luz, y estoy seguro de que ella nunca lo perdonaría...
No dije nada, solo continúe caminando. Sin embargo, volví a detenerme cuando oí a Obito decir que me regresaría esa luz que creía perdida.
—¿Cómo piensas hacer eso? —pregunté, observándolo fijamente.
Obito no respondió. Él solo realizó un sello y mencionó unas palabras, las cuales provocaron que en mitad del campo apareciera «El Rey del infierno» y expulsara las almas de las personas que perdieron la vida en el transcurso de la guerra.
Comencé a correr hacia el lugar donde Neji se encontraba, entonces, cuando llegué, lo vi sentado mientras observaba el cielo. En ese momento, sentí como esa oscuridad en mi interior comenzaba a desaparecer, dejando en su lugar una luz de esperanza.
—Neji... —susurré, ocasionando que él me observara fijamente.
—Lo hiciste bien —dijo Neji, formando una pequeña sonrisa—. Siempre confié en ti.
La emoción en ese momento me ganó, por lo que no tardé en comenzar a llorar y acercarme a él para abrazarlo fuertemente. Neji correspondió a mi abrazo mientras me consolaba con ternura.
Él estaba de regreso, y no pensaba volver a perderlo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top