──── 009.
En cosa de segundos, gracias a la habilidad del segundo Hokage, Sasuke, los Hokages y yo llegamos al campo de batalla. Las personas que se encontraban a nuestro alrededor nos observaron con sorpresa, pero a la vez con miedo al percatarse de que los Kages fueron traídos a este mundo por el «Edo Tensei».
—No se preocupen —dijo el primer Hokage, quien tenía una sonrisa en su rostro—. Estamos de vuestro lado. Nosotros trabajaremos con ustedes para detener esta guerra.
Algunos sintieron una calma, pero otros todavía seguían en desconfianza, pues ellos habían llegado junto con Sasuke y conmigo; dos Uchihas que causaron muchos problemas.
—¿Dónde está Neji? —pregunté mientras observaba a mi alrededor en busca del Hyuuga.
Lo busqué por un par de segundos, sintiendo una intranquilidad en mi pecho al no poder encontrarlo. Fue entonces cuando una figura conocida se hizo paso entre la multitud. Neji Hyuuga, mi pareja, se acercó a mí con una expresión preocupante.
—¡¿Qué hacen ustedes dos aquí?! —exclamó la voz de Kiba, quien llegaba junto a sus compañeros de equipo y se colocaban frente a Neji para impedir que continuara viéndolo.
—Solo venimos a ayudar —dije de manera neutra.
—¡Sabía que era mala idea darte tanta libertad! —exclamó una voz femenina entre la multitud que me rodeaba. Se trataba de Kagura—. ¡Eres una Uchiha que solo da problemas!
—Pueden pensar lo que quieran. Yo solo vine a ayudarlos.
—¡Como si fuera cierto! —exclamó Kagura de manera ruidosa—. ¡A ti no te importa en lo más mínimo lo que nos suceda!
Kagura había atraído la atención de los demás, quienes, al percatarse de mi presencia, se colocaron en posición de combate y esperaron a que hiciera algún ataque. Solté una risa sarcástica al ver las expresiones de los demás.
—Tienes razón. Ustedes no me importan —dije con voz sombría—. Ahora mismo, si Neji no estuviera frente a mí, los hubiera asesinado a todos.
Mi declaración hizo que el ambiente se volviera tenso. Ellos me observaron con miedo, pero se calmaron un poco cuando vieron a Neji acercarse hasta donde me encontraba.
—¿Por qué has venido? —preguntó Neji mientras me miraba fijamente—. Se suponía que no harías ninguna locura.
—La angustia estaba comiéndome por dentro —dije mientras tocaba con suavidad su brazo—. No podía dejarte solo.
Neji suspiró y asintió con comprensión. Sin embargo, Kagura no estaba para nada de acuerdo con mis palabras.
—No le creas, Neji —dijo Kagura, quien ligeramente fruncía en ceño—. Ella solo te está engañando. Probablemente es una excusa para así unirse a nuestro enemigo.
Neji, sin apartar la mirada de mí, respondió a Kagura con serenidad:
—Conozco a ____ lo suficiente como para saber cuándo está siendo sincera. Ella no ha venido a traicionarnos.
Kagura bufó, pero antes de que pudiera replicar, el enemigo principal, el Uchiha que creo esta guerra, intervino:
—El amor da a luz al sacrificio, que trae el odio y te hace conocer el dolor, por lo que yo les haré experimentar ese dolor.
El enemigo comenzó a realizar unos sellos, entonces, de manera repentina, he sentido como algo dentro de mí comenzaba a arder.
—¿Qué demonios...? —dije con dificultad. Intentando detener este dolor que comenzaba a sentir por dentro.
El dolor se intensificaba mientras el enemigo completaba sus sellos. Los Hokages y los demás miembros de la Alianza Shinobi han comenzado a dirigirse hacia él para poder detenerlo. Sin embargo, era demasiado tarde.
Unas marcas habían aparecido en mi piel y debido a ello perdí total control de mi cuerpo. Neji, quien había estado junto a mí intentando calmarme, ha recibido un golpe de mi parte y terminó a unos metros de distancia.
—¡Hermano Neji! —gritó asustada Hinata, quien no tardó en correr en su ayuda—. ¡¿Te encuentras bien?!
—¡¿Qué haces, ____ – chan?! —gritó Naruto.
—¡Reacciona, ____! —gritó Sasuke.
Varias voces se mezclaban en mi cabeza, las cuales me suplicaban que me detuviera. Sin embargo, aunque quería hacerlo, no podía detenerme.
—Elemento fuego: Jutsu gran bola de fuego.
Una gran bola de fuego se dirigió a las personas que se encontraban frente a mí, pero fue rápidamente contrarrestado por un ataque de Naruto.
—¡Por favor, ____, reacciona! —exclamó Naruto—. ¡No queremos pelear contra ti!
—No importa lo que digan —dijo el enemigo—. Mientras esté bajo mi jutsu no les podrá hacer caso. Ella los destruirá y creará ese mundo de desesperanza en el cual todos deben de vivir.
—¡Basta, Obito! —gritó Naruto.
El caos se apoderaba del campo de batalla mientras intentaba luchar contra la influencia del jutsu de Uchiha Obito. Mis ojos, que habían recuperado la luz al estar con Neji, volvían a estar vacíos y llenos de desesperanza.
Los Hokages y los demás continuaban intentando detener a Obito, mientras que los restantes intentaban detenerme. Corrí de un lado a otro, atacando a cualquiera que se me cruzara en el camino, entonces, de manera veloz, me fui acercando a la persona que me había hecho volver a sentirme con vida.
Neji, quien había estado observando con calma como me iba acercando, me abrazó con fuerza y me susurró dulcemente que regresara con él. Fue entonces cuando sentí una descarga en mi interior y volvía a recuperar el control de mi cuerpo.
—Dicen que las emociones fuertes hacen que uno reaccione —dijo Neji, quien no dejaba de abrazarme—. No estaba seguro, pero me alegro de que haya funcionado.
—¿Neji...? —murmuré—. ¿Qué fue lo que hice...?
—Tranquila. Nadie te culpará por esto —dijo Neji—. Esto no fue causado por ti.
Todo mi cuerpo había comenzado a temblar cuando Neji se separó un poco de mí y me dejó ver la desgarradora realidad que había provocado. Observé horrorizada cómo mi mano estaba atravesando el pecho de Neji.
—No... No... —susurré mientras sentía como un nudo se formaba en mi garganta.
—No llores... —dijo Neji mientras sostenía mi rostro y lo acercaba para juntar nuestras frentes—. Quiero que sepas que eres la mejor chica que he conocido... Que eres la persona más importante en mi vida... Y a la cual siempre amaré...
—Espera... No cierres tus ojos —supliqué mientras contenía mis lágrimas—. No los cierres, por favor. ¡Por favor no me dejes!
La desesperación se apoderó de mí cuando el cuerpo de Neji comenzó a caer. Lo abracé fuertemente y le supliqué que despertara, pero no importaba cuanto lo hiciera, Neji no despertó.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top