──── 008.

Los días pasaron rápidamente. Neji continuó entrenando y guiando a los miembros de su clan para la guerra, mientras que yo solo observaba, pues no tenía permitido salir de Konoha y menos ahora que un Uchiha había creado una guerra.

Temían que terminara uniéndome a Madara.

—Ya es hora —dijo Neji cuando regresó de la reunión que habían planeado los Kages—. No hagas ninguna locura mientras no estoy.

—Quédate tranquilo. Yo estaré aquí esperando tu regreso.

Ambos nos miramos fijamente, sintiendo una conexión especial. Neji estaba por marcharse, pero antes de hacerlo, se acercó y me abrazó fuertemente mientras me susurraba suavemente que volvería conmigo una vez todo haya terminado.

Acaricié con suavidad la espalda del Hyuuga y le susurré que esperaría por él. Entonces, cuando él se alejó y se marchó, volví a la mansión Hyuuga y me encontré con la pequeña hermana de Hinata.

—Nunca había visto al hermano Neji actuar de esa forma —dijo con una sonrisa curiosa—. Se nota que él te quiere demasiado.

—¿No te dijo Neji que no debías espiar a los demás?

—¡No estaba espiando! —exclamó con un puchero—. Yo solo quería ver a mi hermano una vez más antes de que se marchara.

—Hablas como si no fueras a volver a verlo.

—Mi padre siempre dijo que no debía de tener esperanzas en las guerras porque uno nunca sabe lo que podría suceder.

Hanabi realizó una expresión de inquietud, lo cual hizo que mi pecho se apretujara al tan solo pensar en no volver a ver a Neji.

—Estará todo bien. Neji regresará.

A pesar de que le había dicho esas palabras a Hanabi, eran más bien para mí misma, pues quería confiar plenamente en que Neji regresaría a mi lado.

—Confiaré en tus palabras —dijo Hanabi, quien no tardó en acercarse y sostener mi brazo—. ¿Te parece que tengamos un pequeño entrenamiento? He oído que los Uchiha tienen una gran fuerza y me gustaría verla.

—Para ser alguien tan pequeña tienes una gran determinación.

Hanabi solo sonrió y me llevó hasta el cuarto donde realizaba sus entrenamientos. Allí la pasamos entrenando hasta que la noche se hizo presente, y si no fuera porque una de las sirvientes del clan vino a buscar a Hanabi, ella y yo seguiríamos entrenando hasta el amanecer.

Me sorprendía la capacidad que tenía una niña de 12 años. Sin duda alguna, los Hyuuga eran prodigios.

Decidí que lo mejor era ir al cuarto de Neji y dormir un poco, aunque, tal vez con la angustia que sentía se me iba a ser imposible dormir. Quería tanto estar del lado de Neji para asegurarme de que todo estuviera bien, pero debido a mis acciones en el pasado no podía caminar con libertad.

—Ah... —solté un suspiro y me lancé a la cama. Cerré mis ojos esperando a pensar en otra cosa, pero mis pensamientos solo se llenaban de él y en todas las cosas que podría salir mal.

Volví a suspirar y me levanté. Pensé que lo mejor sería dar un paseo para despejar mi mente, así que salí con cuidado de la mansión Hyuuga y caminé por las calles de Konoha. Fue entonces que sentí la presencia de Sasuke cerca de la salida trasera de Konoha.

Confundida, pero a la vez intrigada por su presencia en Konoha, me dirigí hacia allí y lo encontré junto a la serpiente que una vez intentó obtener mi cuerpo para su beneficio.

—Vaya, pero si es mi querida ____ – chan —dijo Orochimaru mientras me observaba fijamente y relamía sus labios con su larga lengua—. Ha pasado un tiempo, ¿no?

—¿Qué significa todo esto? —pregunté con el ceño fruncido mientras miraba a Sasuke e ignoraba la mirada de Orochimaru—. ¿Por qué están aquí?

—Hay cosas que necesito averiguar —respondió Sasuke con neutralidad—. Orochimaru me ayudará a obtener esa respuesta que tanto he estado buscando.

—Ahora soy aliado de Sasuke – kun —dijo Orochimaru sin dejar de observarme con esos ojos llenos de deseo—. Deberías de venir con nosotros. Tal vez esta conversación te será interesante.

Me quedé en silencio, pero decidí seguirlo porque tenía curiosidad sobre lo que harían. Además, los vigilaría por si intentaban hacer algo en contra de la aldea ahora que todos se han ido a la guerra.

Avanzamos por las calles de Konoha por unos minutos, hasta que, finalmente, llegamos al templo Nakano de los Uchiha. Orochimaru ingresó al lugar mientras era seguido por nosotros, entonces, una vez dentro, comenzó a realizar un ritual.

Del centro del lugar unos cuerpos comenzaron a hacerse presentes. Se trataban de los 4 Kages de la aldea de la hoja.

—¿Otra vez el ninja llamado Orochimaru? —preguntaba el segundo Hokage.

—Seguramente deshizo aquel sello del Shikifuujin que nos tenía atrapados. —dijo el tercer Hokage.

Los Hokages comenzaron a hablar sobre distintos temas, pero se quedaron callados cuando Sasuke se posicionó frente al tercer Hokage y le preguntó la razón por la cual le había dado a Itachi la orden de asesinar a su clan.

El tercer Hokage, con una mirada llena de pesar y tristeza, comenzó a explicar la razón detrás de la orden que le habían dado a Itachi. Sasuke escuchaba con atención, mientras que yo solo oía de vez en cuando, pues esa era una historia que deseaba dejar en el pasado.

—Vengarme de Konoha o...

—¿Vengarte de Konoha? —preguntó el segundo Hokage, Tobirama Senju—. Así que este mocoso también está poseído por la maldad de los Uchiha. ¡Yo me aseguraré de...!

El ambiente se volvió frío y pesado. El peligro nos asechaba considerablemente, pero eso no impidió que siguiéramos allí de pie frente al segundo Hokage.

—¡Tobirama! —exclamó molesto el primer Hokage.

El señor Tobirama disminuyó su chakra cuando notó que su hermano mayor había aumentado el suyo. Ambos conversaron un momento y el primer Hokage, Hashirama Senju, nos pidió disculpa y nos pidió que continuáramos con nuestra charla.

Orochimaru les explicó a los 4 Hokages que ahora mismo se estaba realizando una guerra y que el causante de ella era Madara Uchiha, por lo que ellos no dudaron en unirse para detenerlo.

—¿Qué hay de ti? —preguntó Sasuke cuando los demás comenzaban a abandonar el templo—. ¿Qué es lo que harás?

Me quedé en silencio, reflexionando sobre lo que debería de hacer. Por un lado, quería quedarme y cumplir con mi castigo de no salir de Konoha para no perjudicar a Neji, pero por el otro, quería ir hacia donde Neji se encontraba y ayudarle en lo que sea necesario.

—Ah... —suspiré y miré hacia la salida—. Al demonio. Iré con ustedes.

Decidíseguir a Sasuke y a los Hokages para asegurarme de que todo estaría bien conNeji. Además, mis habilidades eran superiores a muchos y podía ayudar bastanteen la guerra.

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