Capitulo 92
Hola a todos losMarvelitos que, con tanta paciencia, estabais esperando a que llegaraen algún momento con un nuevo capitulo.
Pero tampoco nosemocionemos. Aunque os haya traído este capitulo, no significa queya haya terminado con mis novelas personales y pueda dedicarle elmismo tiempo de antes a los fanfics (más quisiera yo T.T)
La verdad es que lo queha ocurrido es que durante 4 días seguidos, cada tarde, el tiempo seha ido a la mierda y ha estado lloviendo, yo he pillado un resfriadode caballo, con dolor de garganta, poco apetito, mocos... Vamos, quellevo un completo de enferma contagiosa. Y, encima de eso, a pesar deque estoy para el arrastre, he tenido que ir a una tienda de mi nuevacompañía de internet porque nos estamos cambiando, a buscar unatarjeta sim que tendría que haber llegado a mi casa en autobús, unoque pasa cada dos horas, ya que mi padre se lleva el único coche quetenemos para irse a trabajar.
Porque no, la dichosatarjeta sim no iba en la caja donde decían que tenía que estar, asíque he tenido que ir a hacerme un duplicado en un día de mierdamientras yo me estaba muriendo porque yo soy la titular de la linea,ya que mi anterior compañía ya me había cortado la linea en elmóvil y lo único que podía hacer con él era hacer llamadas deemergencia y escribir.
Por eso estamos aquí,porque por todas esas cosas, he podido tener tiempo de pensar en elfanfic que más cariño le tengo (lo lamento por ''Encontrémonos enel Espacio'', pero es así. Llevo más capítulos con esta y, contodos los personajes que hay implicados, le tengo más cariño,aunque no me olvido de los demás)
Así que dad gracias ami nueva compañía de mierda, que te lo vende todo muy bonito porteléfono pero cada pequeña cosa tienes que ir a resolverlo en unade sus tiendas, mi resfriado de muerte que no me deja concentrarme enlas novelas que debería estar escribiendo y hacerle llegar a mieditora y al inútil trabajador que no supo meter un sobre en unacaja para que este capitulo haya llegado hasta vosotros.
No sé cuándo os podréir haciendo llegar los siguientes, pero conforme los vayaescribiendo, los iré subiendo para no teneros esperando durantedemasiado tiempo. Ya sabéis que, aunque hayáis sido comprensivosconmigo, odio haceros esperar.
Eso es todo, creo queya os he explicado todo lo que hacía falta explicar, así que loúnico que me queda deciros ahora es que este capitulo, como lamayoría, se divide en dos partes. En la primera, tendremos a Sam y aBucky, ya que este ultimo tiene que ir a una nueva misión. Y en lasegunda, tendremos a nuestros queridos Tony, Steve, Peter y demás,ya que si especifico más hago spolier.
Espero que lodisfrutéis y que no os tenga esperando demasiado o tenga queenfermar de muerte para haceros llegar el siguiente capitulo.
Como siempre,disfrutadlo y os echaré otro rollo al final del capitulo.
CAPITULO 92
..........................................................................
Ver como Bucky pululaba por el piso, comprobando lo que tenía quellevarse y que no en el pequeño macuto negro que se llevaba siempreque iba a una misión hizo que Sam sintiera una opresión en elpecho.
Sabía que este estaría bien, Bucky era uno de los tipos másduros que había conocido en su vida y era demasiado cabezota comopara morir, pero, aún así, una vocecilla en su cabeza no lepermitía estar en paz.
-¿Vas a estar mirándome con esa cara de gruñón hasta que mevaya?- le preguntó el castaño, alzando de repente la cabeza haciaél, dirigiéndole una sonrisa.
-¿Acaso no tengo permitido mirarte?-le soltó Sam a su vez, noqueriendo dejar ver su preocupación.
Aún así, a pesar de sus esfuerzos, no debió de salirle deltodo bien, ya que Bucky se incorporó y se dirigió hacia él,colocando las manos sobre sus brazos.
-Sabes que no tienes nada de lo que preocuparte. Todo va a irbien.
-Sí. Eso dices siempre- fue lo que soltó Sam a su vez, sindemasiados ánimos.
-Porque es la verdad. ¿Crees que voy a permitir que me matenahora que he conseguido tenerte?- le dijo este, dirigiéndole unanueva sonrisa.
-Dudo que a las personas a las que te enfrentes les importe elhecho de que alguien te espere aquí o no.
-¿Sabes? Para ser un agente de policía, eres demasiadopreocupón.
-Mejor que uno de los dos tenga algo de sentido común en estarelación.
-Exacto. Tú maneja todo el sentido común y déjame a mi todo lodemás.
Parecía imposible que Bucky fuera a hablarle en serio enaquellos momentos. El castaño estaba absolutamente convencido de quetodo iba a salir bien, fuera cuál fuese la misión que le hubieranencomendado, y que regresaría a casa lo antes posible y sin unrasguño.
¿Cómo podía ser tan ingenuo con la clase de trabajo que tenía?
Sam no se dio cuenta, pero había formulado la pregunta en vozalta, haciendo que el castaño volviera a dirigirle una sonrisa.
-Porque cuando se es el mejor, no hay nada que temer- le soltóeste sin más.
-Nunca pensé que fueras tan creído- se quejó Sam.
-Y yo nunca imaginé que fueras a preocuparte tanto por mí. Escasi como un milagro- afirmó Bucky, acercando el cuerpo del morenomás al suyo.
-No estoy para tonterías- le soltó Sam, viendo como la actitudde Bucky empezaba a dirigirse hacia la clase de jueguecitos que lesllevaría a ambos hasta una cama.
-Bueno... ya que me voy por un tiempo no definido, ¿qué tal sipasamos un último gran momento juntos antes de que regrese?- lesugirió el mapache, aún dirigiéndole una sonrisilla, intentandorelajarle.
-Sería como si te estuvieras despidiendo de mí- se quejó Sam asu vez.
-En cierto sentido, sí. Hasta que nos volviésemos a ver.
-No. Digo a que suena a lo último que harías mientrasestuvieras con vida.
-Bueno... si me dieran a elegir cómo morir, te garantizo quepreferiría que fuera en una cama, contigo.
Sam lo miró con mala cara, ya que, aunque el moreno sabía queeste lo había dicho como algo romántico, imaginarse que ese actofuera lo último que fuera a compartir con un Bucky con vida haciaque se le encogiera el estómago.
-¿Podríamos dejar de hablar de lo que harías en tus últimosmomentos?- le pidió Sam, sintiéndose bastante incómodo con aquellaconversación.
-De verdad que eres todo un preocupón-le soltó Bucky a su vez.
-Bueno, disculpa que me tome la molestia de...
Pero, antes de que pudiera acabar la frase, Bucky se inclinóhacia él y lo besó, acallando lo que fuera a decir a continuación.
Por un segundo, Sam estuvo tentado de darle un empujón,apartarlo de él y decirle que aquel no era un momento para juegos,pero, al mismo tiempo que esa idea se pasó por su mente, Bucky lerodeó con sus brazos, acercándole más, y todo lo que estuvierapensando se borró de su mente.
Solo dejándose llevar, entregándose a aquel momento, empezó aresponder al beso, notando la sonrisilla de Bucky contra sus labios.
Sin embargo, cuando sacó su lengua para acariciarle los labios,la sonrisa de este se transformó en un suspiro de sorpresa y cadauno se concentró en el cuerpo del otro.
No podía permitir que el castaño se fuera y lo último quehubiera hecho por él hubiera sido mostrarse como el gruñón queera. Tenía que dejarle un buen recuerdo hasta su vuelta, ¿verdad?
Llevando sus manos bajo la camiseta de este, empezó a explorarel pecho de Bucky, notando como los músculos se tensaban ante lascaricias de sus manos, al mismo tiempo que el castaño retrocedíahacia la cama, conduciéndole a él hasta allí.
No sabía cómo había podido llegar a creer que las cosas iríana acabar de otra manera cuando se había dirigido al cuarto, viendocomo Bucky recogía sus cosas.
O, tal vez, había sabido perfectamente cómo acabaría todo ysolo se había hecho el loco para disimular, siempre teniéndose quemostrar duro e inflexible con él como si fuera un instinto que nopudiera suprimir. Al menos, por un primer momento.
De unos cuantos tirones, Bucky se sacó la camiseta, comoqueriendo dejar claro que Sam podía tocar y acariciar cuantoquisiera. Y el halcón gruñón no pensaba perder tiempo para ello,pero...
Empujando a este, hizo que Bucky cayera desparramado sobre lacama, percatándose, por la expresión de este, de que no se habíadado cuenta de que tenía esta tan cerca.
Pero antes de que el castaño empezara nuevamente con su chacharay lo desconcentrara, Sam se encaramó a la cama, colocándose ahorcajadas sobre él.
-Para que te lleves un buen recuerdo- afirmó, viendo laexpresión de desconcierto en el rostro de este al hacer aquello tanrápido y sin la más mínima queja.
-Si lo llego a saber, me voy a misiones más a menudo- comentóBucky, sonriendo nuevamente.
Pero, cuando Sam empezó a desnudarse, todo el sentido del humorde este se esfumó del cuarto, solo dejando paso a una atentaatención, no queriendo perderse ningún detalle mientras Sam sequedaba desnudo sobre él.
Las manos de Bucky subieron desde su cadera hasta su pecho,haciendo que Sam siseara por un momento al sentir el cálidocontacto. O, al menos, lo que fue un tacto tan cálido como unasllamas recorriendo su cuerpo, haciéndole imposible quedarse ensilencio.
Pero, ¿como no le iba a dejar hacer lo que quisiera cuando nisiquiera sabía el tiempo que iba a pasar fuera? Aquella era sudespedida y no iba a dejar que este lo olvidara fácilmente, aunquesonara a marcar territorio tan descaradamente.
Apartando las manos de Buck un momento, desabrochó lospantalones de este, no deshaciéndose de estos del todo, pero sí losuficiente como para llegar a la parte que le interesaba.
-Nunca te había visto tan apurado- comentó Bucky, a penas conun hilo de voz, mientras veía como Sam echaba una mano hacia una desus mesillas de noche, sacando un pequeño bote.
-Tampoco tenemos mucho tiempo, ¿verdad?- afirmó este a su vez.
Por lo que sabía, esa misma noche Bucky tenía que salir delpiso hacia donde fuera su misión, sin conocer el tiempo que debíapasar fuera.
Tenían que hacer buen uso del tiempo que les quedaba juntos.
Y, sin añadir nada más, dejó que parte del contenido del botecayera sobre la punta del miembro de este, viendo tanto Bucky como supequeño amigo saltaban ante la sensación fría, y dejaba que seresbalara por este antes de dejar el bote a un lado y llevar una manohacia él.
-¡Eh, eh, eh!- exclamó Bucky, saltando de nuevo cuando letocó.-Si vas tan rápido, me vas a hacer acabar en nada.
-No podemos desperdiciar los minutos, ¿no crees?- fue larespuesta que obtuvo de Sam.
Y, tras decir eso, se aseguró que este estuviera lo bastantemojado y listo antes de tratar de dirigirlo hacia su interior,lanzando un jadeo cuando se dio cuenta de que, a pesar de la ayuda,aún le faltaba prepararse mejor para que pudiera entrar.
-¿Te echo una mano?- le comentó Bucky, observándole conatención, llevando una de sus manos hacia el propio miembro de Sam,haciendo que, en aquella ocasión, fuera este quién saltara.
-No.... Espera...- murmuró el moreno.
Pero, sin apenas darse cuenta, conforme la mano de Bucky subía ybajaba sobre él, más sencillo le resultaba conducirlo a suinterior, dejando las quejas a un lado y solo disfrutando delmomento.
El pecho de Bucky subió y bajo más rápido conforme se ibainternando en su interior, recordando cuán placentera era aquellasensación, al tiempo que podía ver el rostro de placer de Sam almismo tiempo.
Si le dejara, le haría una foto de aquella manera, para poderrecordarle así, se encontrara donde se encontrara.
Pero sabía que el halcón gruñón le mataría si se atreviera atomar semejante fotografiá, así que lo único que podía hacer eradisfrutar del momento, observándole, tratando de grabar la expresiónde este en su retina.
Suspiró y jadeó ante cada movimiento de Sam, tratando decorresponder del mejor modo posible, sin perderse nada, entregándoletodo.
Tal vez Sam se habría dado cuenta de ello si aquellassituaciones no le dejaran la mente en blanco y solo sintiendo lo quesu cuerpo le transmitía, incapaz de concentrarse en nada más porqueestaba demasiado saturado de las sensaciones, transformando a sucuerpo en algo hipersensible que solo era capaz de sentir.
Por suerte o por desgracia, era demasiado sensible a Bucky y atodo cuanto este le hacía y, de seguir de aquel modo, acabaríallegando a su final antes que el castaño.
Fue casi dicho y hecho.
Conforme más se mecía, más apretaba a Bucky en su interior. Y,al hacerlo, más rápido se movía las caderas y la mano de Bucky queestaba sobre él.
Teniendo que apoyarse en su pecho para no dejarse caer como uncrío desvalido, tuvo que dejarse arrastrar por su culminación,notando como su interior se echaba a temblar y solo podía sentir aBucky a su alrededor y dentro de él, no pudiendo evitar gemir anteaquella sensación explosiva y que le dejaba la cabeza dando vueltas.
El castaño debió de sentir lo mismo, pues lo oyó jadear yquedarse sin aire antes de sentir algo cálido en su interior,teniendo que dejarse caer sobre él al final, incapaz de mantenersesentado sobre el cuerpo de Buck.
-Joder. Quiero que todas mis despedidas sean así- afirmó Bucky,en apenas un susurro, cuando consiguió recuperar el aire suficientecomo para hablar.
-Ya hablaremos de eso en otro momento- le soltó Sam a su vez.
Porque, precisamente, en aquellos instantes, no estaba encondiciones de tener una discusión con este de nuevo. Necesitabavolver a tener control sobre su cuerpo. Pero eso no sucedería hastaque los temblores de placer desaparecieran del todo. Y siempre ycuando Bucky no se empeñara en una segunda ronda, que se veíabastante incapaz denegarle.
....................................................
Paracuando cayó la noche lo suficiente, Tony y Steve llegaron, bastanteshechos polvo, a la Torre a tiempo como para llegar a la cena.
Peter, sintiéndose algo nervioso por lo que había ocurrido conWade en su habitación, habiendo sido descubierto por Jarvis, haciaque el joven no dejara de mirar hacia el mayordomo mientras veíacomo los otros dos hombres conversaban entre ellos, queriendo sabercomo les había ido el día a cada uno.
¿Acabaría confesando el mayordomo al señor Stark que, a pesarde su prohibición, Wade Wilson no solo había vuelto al piso, si noque se había encontrado a solas y muy cerca de él?
Se dijo que sus nervios eran únicamente por el hecho de queodiaba que le consideraran un chico indefenso que el tal Wade podíatratar como quería y al que tenían que defender. Solo eso. No eraporque la situación le diera la suficiente vergüenza como para quele explotara la cara.
Jarvis lo miró un momento, conforme iba trayendo los platos a lamesa. Aunque Peter no supo si había notado la mirada de pánico queel joven le dirigió a su vez.
-Jarvis, ¿qué tal han ido las cosas por casa?- preguntó derepente el señor Stark, percatándose de la presencia del mayordomocuando este le colocó su plato delante.
El hombre le dirigió una rápida mirada a Peter otra vez,haciendo que el joven casi se echara a temblar por el pánico.
Iba a confesar, ¿verdad? Lo iba a contar todo y tanto el señorStark como el señor Rogers se podrían en pie de guerra, trataríande defenderlo de las garras de Wilson y le tratarían nuevamente comosi tuviera 5 años y no supiera hacer nada por sí mismo.
Aunque, tenía que admitir que el hecho de que hubieran estado asolas en su cuarto y sin que pudiera alejar a este demostraba quetampoco es que supiera demasiado bien manejar las cosas por sucuenta.
-En realidad, no ha habido nada destacable, señor- afirmóJarvis, sirviendo las bebidas, sin mirar a Tony ni a nadie enparticular, mostrándose bastante tranquilo.
Aquello hizo que Peter mirara al hombre con sorpresa, pues habíaestado absolutamente convencido de que le contaría al señor Starktodo lo que había ocurrido. Era lo que un mayordomo debía de hacercon su señor, ¿no?
-¿En serio? Me alegra saber que las cosas por casa siempre vancon calma y perfección- comentó Tony.
Jarvis, entonces, dirigió su mirada de nuevo hacia Peter y, trashacer contacto visual con él, le guiñó un ojo, dejándole claroque sería su cómplice en aquella situación.
El alivio que sintió casi hizo que se pusiera en pie y abrazaraal hombre, echando por tierra lo que este había dicho paraencubrirlo.
No había esperado recibir tal ayuda de este. Sobretodo cuandohabría recibido órdenes de avisarles si se veía a Wade por lascercanías.
-¿Y a tí, Peter? ¿Cómo te ha ido el día?-le preguntóRogers, dirigiendo su mirada hacía él, con las manos cruzadas bajosu barbilla, observándole con atención, como si no quisiera que eljoven se olvidara que formaba parte de aquella mesa como el que más.
-Oh. ¿A mí? Me... me ha ido bastante bien. No me ha pasado nadadestacable. Ha sido un día bastante tranquilo- aseguró, tratando deque no le fallara la voz, dirigiendo su propia mirada hacía el platoque tenía delante.
Era un problema cuando no se estaba acostumbrado a mentir.
-¿De verdad? ¿Todos habéis tenido días tan tranquilos?-comentó Tony, sonando algo sorprendido.-Creo que yo no he tenido undía tranquilo desde que contraté a Peper.
-Eso solo lo dices porque ella te hace trabajar y no te deja queestés holgazaneando por tu despacho- le soltó Steve a su vez.
-Es una auténtico ogro, ¿verdad?- afirmó Tony, como si esohubiera sido lo que este había querido decir.
Sin embargo, la conversación no pudo llegar a más ante elsonido del ascensor, que anunciaba que alguien había llegado alapartamento.
Peter se puso en tensión en el acto, pensando que se trataríade Wade, el tipo tenía tan poca vergüenza que era bastante posibleque se presentara allí, incluso aunque supiera que estaban todos enel piso.
Pero, en lugar del alto y desvergonzado moreno, entró en la sala unamujer rubia, de una edad que no supo determinar y a la que noreconoció de nada, vestida con la ropa verde de las enfermeras.
¿Alguien necesitaba un tratamiento médico?
-¡Mamá!- exclamó Steve, poniéndose en pie con sorpresa.-¿Quéestás haciendo aquí?
-Bueno... quería conocer a mi nuevo nieto y, como he tenido quecambiar el turno con una compañera y he salido del trabajo antes detiempo, pensé que no habría ningún problema con que me pasara poraquí.
-Por supuesto que no hay problema- afirmó Tony, poniéndose enpie y dirigiéndose hacia la mujer, dándole dos besos en lamejilla.-Siempre serás bienvenida en este edificio, Sarah. Sea lahora que sea.
-Eso he notado. Ha sido decirle a los de seguridad quién era yme han llevado hasta el ascensor sin ningún problema- afirmó esta,dirigiéndole una sonrisa a Tony.
-Dí esa orden, por supuesto.
Un momento, pensó Peter.¿Aquella mujer era la madre de Steve?No había esperado en ningún momento conocer a los miembros de lafamilia de estos. Y, desde luego, no tan pronto.
Como si le hubiera oido pensar, los ojos de la mujer sedirigieron hacia él, haciendo que Peter se irguiera en su silla,nervioso.
¿Qué pensaría al ver a un chico en aquel edificio, metiéndoseen la vida de su hijo y de su pareja?
-¿Este es mi nieto?- preguntó esta a los presentes.
-Peter Parker- le respondió Tony, señalándole con una mano,sin negar lo de "nieto".
-Oh. Había oido hablar mucho de ti, pero eres mucho másadorable así en persona- afirmó la señora Rogers, acercándose aél, haciendo que Peter se pusiera en pie de un salto y se volvierahacia ella.
-También es un placer para mí conocerla, señora Rogers-afirmó, dirigiendo una mano hacia ella.
Pero esta no tardó en sujetar sus brazos y atraerla hacia ella,dándole un abrazo inesperado.
-No hace falta que me llames así, cariño. Puedes llamarme Saraho abuela Sarah, si quieres.
-Mamá, no te excedas. El chico tiene su propia familia- leindicó Steve.
-Pero ahora nosotros también somos parte de su familia,¿no?-soltó la mujer a su vez, liberando a Peter de aquel abrazo deamor, el cuál había dejado sorprendido al chico.
-Por supuesto que es parte de la familia. Peter sabe bien eso-afirmó Tony, sin duda alguna, ignorando que el chico aún trataba deentender lo que estaba ocurriendo allí.
-Me han hablado tan bien de ti que quería ver cómo eras enpersona. Pareces un gran chico- afirmó la señora Rogers, mirándole.
-Gracias. Aunque no sé cómo contestar a eso- murmuró Peter asu vez.
-Confieso que me hubiera gustado pasar por todas las edades de mifuturo nieto, pero si todos los adolescentes son como tú, tal vezlas otras edades estén sobrevaloradas.
-Mamá, lo estás agobiando- le soltó Steve de nuevo.
-Que va- soltó Tony a su vez.-El chico está encantado. ¿No loves en su cara?
-La verdad es que no sé bien cómo estoy- confesó Peter.
-Tenemos que pasar mucho tiempo juntos tú y yo-le dijo la señoraRogers, envolviendo sus hombros con un brazo.-Quiero conocer tu viday que podamos llevarnos bien.
-No creo que haya problemas para eso- afirmó Peter, dirigiéndoleuna sonrisa nerviosa.
Esa señora era muy cariñosa y efusiva. No le extrañaba queSteve tuviera ese carácter tan amable si se había criado con unapersona así. Aunque no tuviera la más mínima idea de cómocomportarse con ella. ¿Debería hacerle caso y llamarla abuela? ¿Esosería excederse por su parte, aunque ella le hubiera dado permisopara ello? No le quedaba muy claro.
Necesitaría un poco de espacio para poder pensar en ello.
-¿Se va a quedar a a cenar?-le preguntó Jarvis a esta, haciendoque la conversación cambiara a otra dirección.
-¿Es que aún no habéis cenado?- preguntó ella a su vez, sinsoltar a Peter, mirando a todos los presentes y los platos que aúnse encontraban llenos sobre la mesa.
-Estábamos a punto de empezar con ello- le dijo Tony.-Únete anosotros, Sarah.
-Voy a por otro plato- afirmó Jarvis, apresurándose a servir alnuevo invitado.
-No deberíais comer tan tarde- les regañó esta, sentándose enla mesa junto a Peter, frente a su hijo, ya que Tony presidia lamesa.-No haréis bien la digestión si os vais a la cama justodespués de comer.
-Con nuestros horarios, tampoco podemos hacer gran cosa, mamá-le soltó Steve a su vez, tratando de que la regañina a todosacabara lo antes posible.
.
-Y comer en el trabajo es muy deprimente- afirmó Tony.
-Bueno... tal vez deberíais hacer pausas, aunque sea de mediahora, para alimentaros como se debe. Sobretodo tú, jovencito- dijo,mirando a Peter.-Aún estás en edad de crecer. No deberías comer adeshoras.
-Sí, señora- afirmó este en el acto, irguiéndose en su sillaen el acto.
-Ay. Me encanta lo educado que es- comentó la señora Rogers,dándole un rápido abrazo, mirando a su hijo y a Tony, soltándolesolo cuando Jarvis trajo su plato.
-Deberíamos comer más veces de este modo, en familia- comentóTony, siguiéndole el ritmo a esta sin ningún problema con aquellaconversación.
-Tendremos que hacer tiempo para eso- afirmó Steve, al cuál nole importaría que su madre pasara más tiempo con ellos, ahora quevivía sola.
-Trataré de escaparme todo lo posible si puedo estar con todosmis chicos- aseguró la señora Rogers, dirigiéndoles unasonrisa.-Y, siempre y cuando, comáis a horas más adecuadas.
Y Peter solo pudo sonreír levemente, percatándose de que todosen aquella familia eran peculiares y, al mismo tiempo, aceptaban acualquiera, haciéndole sentir integrado sin hacer a penas algúnesfuerzo.
Hacía mucho tiempo que no tenía una sensación de familia comoaquella.
Findel capitulo 92
Losé. La ultima parte ha sido muy empalagosa, pero hacía tiempo quequería hacer que la señora Rogers conociera al nuevo miembro de lafamilia y, teniendo en cuenta el carácter que cree para ella y cómose tomó la relación de su hijo con Tony y como se lleva de bien conel castaño, no me quedaba ninguna duda de que el joven Parker seríatambién bastante bien recibido por su parte.
Esun nieto ya algo crecidito, pero sigue siendo un nieto de todosmodos, ¿no? ¿Quién no querría tener al adorable Peter Parker deTom Holland como miembro de su familia? Seguro que ninguno devosotros os negaríais a ello.
Yporque aún no nos hemos metido en la parte del capitulo de Sam yBucky. ¿Qué puedo decir? La verdad es que no era mi intención queacabaran como han acabado, pero, viendo lo triste que se estabaponiendo Sam por la marcha de este, lo único que se me habíaocurrido era que Bucky se pusiera a jugar. Y siempre que este empiezaa jugar acaban en una cama. Es una de sus especialidades con Sam.
Sinembargo, espero que ahora no empecéis a decirme que no le haga nadamalo a Bucky o le haga volver con un brazo de metal, como algunos mecomentasteis cuando se fue a su misión anterior. No sé qué imagentenéis de mí, pero no tengo intención de joder tanto a lospersonajes en este fanfic. Y, de hacerlo, os lo iría avisando paraque nadie se llevara sustos.
Perocuando leo, espero que si hay drama, me lo avisen. Si no, espero quetodo vaya bien y que sin que me den demasiados fallos cardíacos,gracias. Y trato de hacer más o menos lo mismo con lo que escribo,aunque un día de estos os vaya ha hacer explotar una arteria o algopor el exceso de azúcar que meto en más de un capitulo.
Comome estoy empezando a enrollarme y aún estoy muriéndome con eldichoso resfriado (y que solo llevo encima una tarrina de quesofresco desde esta mañana y no tengo la mente demasiado despejada) medespido de todos vosotros, Marvelitos, hasta que os pueda a hacerllegar el siguiente capitulo. Roguemos porque eso sea lo antesposible, así como también me ponga con <<Encontrémonos en elEspacio>> lo antes posible. Sé lo que quiero hacer en esahistoria, pero, ¡diablos!, me está costando horrores llegar hastadonde quiero llegar.
Demomento, es todo lo que se me ocurre deciros, así que, aún tratandode que los mocos me dejen respirar lo suficiente como para vivir, osdeseo que, al menos vosotros, os mantengáis sanos y nos seguiremosleyendo en el próximo capitulo. Hasta entonces, bye.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top