Capitulo 86

Hola a todos,Marvelitos, en este nuevo capitulo, casi rozando ya el número 90,aunque parezca mentira, tratando de animarme a mí misma para subirmeel ánimo, pues, si tuviera que depender mi ánimo de mi familia,podría estar ahora mismo sumida en una depresión, que ni Dios seiba a dar cuenta.


Sí, el tema deldivorcio de mi hermano aún da para días y semanas. Mi madre llevatodo el día preocupada, diciendo que sabe que él ha hecho las cosasmal, que se va a dar un batacazo y demás que está logrando que meponga de los nervios. También dice que no tiene hambre, pero no dejade comer y cocinar, a pesar de que no haga falta que lo haga. Supongoque cada uno dirige sus nervios como quiere, ¿no?


Por lo que sé, mipadre tampoco está durmiendo bien, así que, en casa, todos estánde los nervios excepto mi hermano, que cuando hablan con él porteléfono, se le nota bastante tranquilo. Se ha alquilado un piso yya no tiene que ocultar a nadie lo que está haciendo, así que,claro, él no puede encontrarse más tranquilo.


Pero como creo que nome sirve de mucho seguir hablando del tema, pues solo consigocabrearme conforme más pienso en cómo han ocurrido las cosas, serámejor que nos centremos en lo que nos importa y por lo que estamosaquí; el nuevo capitulo.


Como hice en su momentocuando introduje el Clintasha, ahora quiero centrarme un poco en lanueva pareja emergente en este fanfic, ya que son los que menoscapítulos tienen, por lógica, claro está. Y todos sabemos más quede sobra que esa nueva pareja es el Spiderpol.


¿Quién me hubieradicho a mi que iba a meter otra pareja en estos momentos?


Pero en fin. No puedodecir que no me ha encantado esa parte del capitulo donde Wade hacesu aparición y acorrala a la pequeña arañita contra la pared yempieza a toquetearlo sin más. Es tan... Wade. No sé porqué, perocreo que, después del stony, el spiderpool es mi segunda parejafavorita.


¡Es que son tanencantadores y hay tantos fanarts maravillosos de ellos dos! ¡¿Cómono podría adorarlos?! Es algo superior a mis fuerzas.


Lo que sí que no puedoconfirmar es si partiré el capitulo en dos o sobre qué otra parejasería con quién el spiderpool compartiría su espacio, porque aúnno he pensado demasiado sobre ello. No tengo la cabeza parademasiadas cosas al mismo tiempo. Sorry.


Supongo que lo iremosdescubriendo todos juntos, conforme vayamos leyendo, ¿no creéis? Meparece el mejor modo de hacer las cosas. Todos juntitos, leyendo paradescubrir las cosas.


Bien. Pues.... contodas esas cosas que ya os he soltado, será mejor que os deje de darel coñazo ahora mismo y os deje con el capitulo, que seguro que lovais a disfrutar. Ya os seguiré soltando cosas al final, cuando seacabe este capitulo 86.


Como siempre,disfrutadlo.


CAPITULO 86


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Sí, había que admitir que había sido una situación muy extrañala que se había producido en la Torre Stark cuando aquel desconocidoprácticamente le había asaltado contra la pared.


Peter, que se encontraba sentado frente al escritorio de suhabitación, le daba vueltas a esa idea mientras golpeabadistraídamente su libreta, dónde debería estar haciendo susdeberes, mientras pensaba en ello.


Sabía que se había visto a sí mismo como una chiquillaasustada cuando aquel tal Wade lo había arrinconado tan fácilmente.Y las cosas no habían sido mejor cuando Stark hizo su apariciónrepentina, pillándoles en tan vergonzoso momento.


Había estado oyendo gritos a lo lejos desde el cuarto una vezque se había encerrado como Tony le había dicho, pero, a pesar deestar oyendo la voz de este, no pudo saber qué decían sus palabrasexactamente.


En verdad le hubiera gustado saber qué se había dicho allí,pero tampoco había tenido el valor suficiente como para permaneceren el cuarto tras lo que había ocurrido ni poner la oreja, paraestar espiando mientras hablaban, temiendo de que fueran adescubrirle de nuevo.


Lo que también le extrañaba era que, por muchas voces que sehubieran dado, Jarvis no hubiera aparecido en algún momento paraapaciguar los ánimos, a pesar de que este lo habría hecho en elacto. Ese hombre sabía como calmar al señor Stark o hacer que nohablara más de la cuenta con una facilidad pasmosa.


¿Era posible que hubiera tenido unas horas libres y por eso nose hubiera encontrado en el lugar? Era probable.


Después de todo, ese hombre se merecía unas cuantas horas dedescanso después de todo lo que hacia por ellos. Aunque su presenciahubiera sido de mucha ayuda.


Para cuando llegó el señor Rogers, Wade ya se había ido y Tonyaún seguía de los nervios.


Menos mal que este también tenía buena mano con elmultimillonario.


De manera avergonzada, Peter permaneció con la cabeza gachamientras el moreno le contaba a Steve lo que había ocurrido en elpiso durante su ausencia, sentados todos a la mesa para cenar esamisma noche, solo logrando que el rubio volviera la cabeza hacia él.


-¿Te encuentras bien?-le preguntó Rogers.


-S...sí- tartamudeó Peter, alzando tímidamente la cabeza.-Nome ha hecho nada.


-Uy, sí. Que chiste- bufó Tony, esgrimiendo su tenedor como sifuera un arma mortal.-Ese Wilson es un sin vergüenza. ¿Cómo seatreve a comportarse de ese modo con un chico al que no conoce denada? No permitiré que vuelva a entrar en este edificio.


-Pero trabaja para tí, ¿no?- le soltó Steve a su vez,volviendo la cabeza hacia el moreno.


-¿Y qué? Me encargaré de mandarle lo suficientemente lejoscomo para que no pueda molestar a nadie más en lo que le quede devida.


Peter, por supuesto, a penas comentó nada durante toda aquellacena. Dejó que ellos dos fueran quiénes hablaran sobre el asunto,viendo como Jarvis iba de un lado a otro de la cocina, tambiénmanteniéndose en silencio.


O acababa de volver para esa hora o el mayordomo habíapermanecido oculto allí, en la cocina, durante la visita inesperadadel tal Wilson.


Después, alegando que se encontraba algo cansado y que teníaexámenes que estudiar, Peter se despidió de todos y se dirigió denuevo a su cuarto, dejando que estos hablaran de lo que quisieran,pero, al menos, lejos de su presencia.


No era ningún niño al que hubiera que proteger de todo mal,pero ambos le estaban tratando como tal.


Bueno.... tal vez sí que había necesitado algo de ayuda paraquitarse a aquel hombre de encima, pero también sabía hacer lascosas por sí mismo. Era lo que llevaba haciendo casi toda su vida.


Para la mañana siguiente, ya no se habló más del tema y Peterpudo ir a clase y al trabajo con calma, solo saliendo de ladiscográfica cuando la señorita Romanoff le dio permiso para ello.


No se le ocurriría desaparecer sin que ella le hubiera dado laorden de marcharse.


Y allí se encontraba de nuevo, sentado en su escritorio,estudiando, dándole vueltas a un tema que ya tendría que haberdejado de lado.


El sonido de una video-llamada en su ordenador le provocó unpequeño sobresalto, porque no estaba demasiado acostumbrado aaquellas cosas, e intento ver quién le estaba llamando por Skype.


Pero no supo determinar de quién se trataba y simplemente aceptóla llamada.


Cuando vió en la pantalla el mismo rostro que había tenido aescasos centímetros de distancia, se le hizo un nudo en la gargantay solo permaneció inmóvil, pensando si aquello no se trataría deuna mala broma.


-Nos volvemos a ver- le saludó el hombre, alzando una mano,dejándole claro que se trataba de él, en vivo y en directo.


-¿Qué... qué estás haciendo?- fue lo único que Peter se viocapaz de decir en voz alta.


-Bueno... Stark se cabreó bastante conmigo por el pequeño juegoque tuvimos el otro día en su casa y me dejó bastante claro que tehabía dejado aterrado.


-No estaba aterrado- soltó Parker de golpe.


Lo que menos quería era que el señor Stark dijera esas cosas deél. Y menos a aquel hombre.


-Oh. ¿En serio? Eso es bueno.


-¿Cómo has conseguido ponerte en contacto conmigo?- quiso saberPeter.


A penas había hecho uso de aquel ordenador para buscarinformación para sus clases. Y, desde luego, no había estadoregalando por ahí su dirección de correo.


-Eso fue fácil- le soltó el tal Wade, dirigiéndole una ampliasonrisa.-Como Stark me tiene metido en la sección de armamentísticay defensa, sé algunos trucos para acceder a los dispositivos activosde la Torre. Y no me ha sido muy difícil deducir cuál era el queusabas tú.


-¿Y eso por qué?


-Bueno... Stark te ha puesto como "el pequeño adorable"como nombre de usuario en ese ordenador.


¿En serio? ¿Es que todo el mundo lo veía como una especie demuñequita o algo así?


-La cuestión es que me quería poner en contacto contigo parapedirte disculpas-le dijo Wade, haciendo que Peter volviera a tenersu atención puesta en este.


-¿Cómo dices?


-Sí. Stark me hizo darme cuenta que, tal vez, me pasé un pocoal jugar contigo de esa manera, cuando ni siquiera nos conocemos, asíque quería que quedáramos en algún sitio para poder pedirtedisculpas cara a cara.


Vaya. Nadie se había tomado semejante molestia por él.


-Me... me parece bien- comentó Peter a su vez, asintiendo.


-¡Fantástico!- exclamó Wade con alegría.-Pues, ¿qué tal sinos vemos en la cafetería que hay a tres manzanas de la torre? Yasabes, ese sitio donde un café cuesta tanto como la entrada de unpiso. Invito yo.


-Pero... ¿ahora mismo?


-Son las cinco y media de la tarde. ¿Es que planeabas irte ya ala cama, chiquitín?


-No, es solo que..... bueno, estaré allí en unos minutos.


-De acuerdo. Nos veremos allí.


Y Wade cortó la llamada.


Peter parpadeó un par de veces tras que la pantalla se quedaraen blanco, sin creerse de verdad que fuera a encontrarse con estepara recibir sus disculpas.


Echando un vistazo a todos sus apuntes y deberes que tenía amedias, se dijo que cogería todas las materias con más ganas sihacia un pequeño descanso.


Poniéndose en pie, hizo toda la intención de salir del cuarto.Al menos, hasta que pasó por delante del espejo de su cuarto, dondese echó un rápido vistazo.


Deteniéndose en seco, se contempló de arriba a bajo, observandosus vaqueros claros y la camiseta sencilla que llevaba.


¿Tal vez debería cambiarse antes de salir? No es que fuera malpara ir a una cafetería, pero...


Frunció el ceño mientras se decidía, pero, finalmente, se dijoque iba bien tal y como iba. No tenía que tener la necesidad decambiarse por ese tipo, y se dirigió fuera del piso.


-¿A dónde va, señor Parker?- le preguntó Jarvis en cuantopasó por el salón, haciendo que el joven se detuviera en seco y sevolviera hacia él, viendo como el hombre, plumero en mano, se habíaencontrado en medio de una de sus limpiezas.


-Oh. Bueno.... voy a salir un momento a... verme con alguien.


-¿Estará aquí para la cena?-le siguió preguntando elmayordomo, pareciendo ignorar adrede el breve estado de nervios en elque había hecho entrar al chico.


-Creo que sí. No debería llevarme demasiado.


-De acuerdo. Que le vaya bien- le deseó el mayordomo, volviendoa sus tareas alegremente, dirigiéndole una amable sonrisa dedespedida.


Aquel hombre era todo un encanto.


Aún sin estar demasiado acostumbrado a aquel tipo de servicio,pues siempre había hecho las cosas por él mismo o gracias a lasmanos de tía May, se despidió de este con una inclinación decabeza hacía él, y se dirigió al ascensor, esperando no tener queencontrarse con nadie más en su camino a la puerta.


Consiguió salir de la Torre sin encontrarse con el señor Starko el señor Rogers, lo cuál ya era todo un logro, y se dirigiócaminando hacia el lugar donde había quedado con Wilson.


El señor Stark había dicho que le había dejado claro a esteque no se volviera a cruzar en su camino, que no quería a un hombretan pervertido como aquel cerca de él y que, si estaba en sus manos,podría mandarlo muy lejos de la ciudad.


O algo como eso había mencionado la noche anterior. Pero, ¿quétenía de malo encontrarse con él para que este pudiera pedirledisculpas? A nadie se le podía negar una disculpa, ¿no?


Todo el mundo se merecía poder rectificar un error.


Sufriendo un pequeño escalofrío al poner un pie fuera deledificio, metiéndose las manos en los bolsillos de sus vaqueros, sedijo que, aunque no se hubiera cambiado de ropa, al menos tendríaque haber cogido una chaqueta, porque, en cuanto el sol se empezaba aocultar entre los edificios, la sombra y el ligero aire que corríaentre las calles podía hacer que se te congelaran las mejillas.


Aún así, se dijo que tampoco iba demasiado lejos y, una vez queestuviera en la cafetería, entraría en calor enseguida.


No le costó demasiado encontrar el lugar donde había quedadocon Wade, sobretodo porque el hombre se había sentado en una de lasmesas que daban a los ventanales del lugar y le saludó en cuantoalzó la vista y pudo verle.


Peter, tímidamente, también alzó una mano para darle aentender que lo había visto, pero se dirigió sin más ceremonias alinterior del local.


-Pues sí que has sido rápido- le comentó Wade, dirigiéndoleuna sonrisa mientras Peter tomaba asiento frente a él.


-Vivo cerca de aquí, ¿recuerdas?- le soltó el joven a su vez.


-Oh. Vaya, vaya. Alguien suena un poco cortante ahora. ¿Siguesmolesto por lo que te hice en el apartamento?


-Para nada- le respondió este al instante.-Sabía que todo esoera una mala broma.


-Bueno... desde luego, Stark no se lo tomó así.


-El señor Stark solo quería protegerme. Y seguro que noofrecíamos el aspecto de una broma.


-La verdad es que tengo que admitir que se sintió bastantedivertido porque tú entraste en pánico enseguida- comentó Wade.


-Eso no es verdad. No entré en pánico-le soltó Peter a suvez.-Fue solo que me pillaste por sorpresa.


-¿Reaccionas igual a todos aquellos que te gastan bromas comoesas?


-¿Cuántas personas crees que me acorralan contra las paredes alo largo del día?


-Con tu aspecto, seguro que unos cuantos.


Peter lanzó un pequeño bufido mientras se cruzaba de brazos yse recostaba en su asiento.


-¿Esta es tu forma de pedirme disculpas?- le dijo, luciendomolesto.


-Perdona, perdona. Es que eres demasiado fácil de molestar y esdivertido- le dijo Wade, alzando las manos y guiñándole un ojo.


-Pues no suele ser muy normal que un hombre adulto gastesemejantes bromas a un adolescente. ¿Sabes que podría denunciartepor acoso sexual?


-Oh. Si vamos a llegar a esos niveles, tendré que hacerte muchasmás cosas para que tengas pruebas para el juicio- le respondióeste, inclinándose hacia él en la pequeña mesa, aún dirigiéndoleuna sonrisa, cruzando los dedos de sus manos de manera maquiavélica,como haría cualquier villano de película haría al idear un plan.


Aquello solo consiguió poner a Peter de peor humor.


-Se acabó- dijo, poniéndose en pie.-Solo había venido aquíporque creía que de verdad te arrepentías de lo que habías hecho yquerías pedirme disculpas. Pero, si lo único que buscas es seguircon tus juegos, yo me largo.


Y, antes de que Wade pudiera abrir la boca, Peter se dirigió ala calle, ignorando a todos aquellos que se habían vuelto haciaellos cuando el joven se había puesto en pie de golpe.


Caminando con malestar, este quería volver a la Torre cuantoantes.


Ni siquiera sabía para qué se había molestado en ir. Quedabamás que claro que aquel tipo era un mero graciosillo que solobuscaba molestar a todo el mundo y él parecía haber sido visto, asus ojos, una victima perfecta con la que cebarse.


Había sido un auténtico idiota si había creído que de verdadhabía querido pedirle disculpas.


-¡Oye! ¡Espera!- exclamó Wade a su espalda, pareciendo quehabía salido tras él.


Pero todo lo que hizo Peter, al saber que iba tras sus pasos, fuecaminar más deprisa con la esperanza de poder llegar a la Torreantes de que le diera alcance.


Pronto, quedó claro que necesitaba unas piernas más largascuando notó la mano de este en su hombro y lo detuvo, volviéndolohacia él.


-Eh. De verdad que quería pedirte disculpas- le dijo Wade.-Soyun poco idiota, pero nunca le haría daño a un chico como tú.


-¿Un chico como yo?-repitió Peter, frunciendo el ceño.-¿Ycómo es exactamente un chico como yo?


-Oh. Bueno... tú ya sabes.


-No, no lo sé. Dímelo.


-Pues... algo joven e...¿inocente?


Quedaba claro que Wade no sabía, precisamente, hablar conpalabras amables y le estaba costando horrores encontrar las palabrascorrectas en mitad de aquella situación.


-Eso será porque nos llevamos unos cuantos años de diferencia.


-Sí. Es posible- le dijo Wade a su vez, alzando una mano haciaél.-¿Amigos?


Peter contempló aquella mano, no demasiado confiado, pero,viendo como este permanecía expectante, decidió estrechársela.


Al fin y al cabo, parecía saber cuando tenía que recular antesde terminar de cagarla del todo.


-Amigos- afirmó Parker.-Pero, te rogaría que, en el futuro,evitaras asaltarme como si fuera una chica.


-No prometo nada- fue la respuesta que obtuvo.


-Oh. Venga ya- le dijo Peter, soltando su mano de golpe.-¿Es queacaso te gustan los tíos?


-No especialmente, pero es que tú eres un chico adorable. Teenfadas muy fácilmente.


-Me enfado porque parece que te divierte molestarme. Y yo no soyel mono de feria de nadie.


-Venga, hombre. No te pongas así. Te vuelves más adorablecuando inflas las mejillas.


Definitivamente, no hacía bien al intentar llevarse bien conaquel hombre. Era insufrible e iba a procurar ponerle de los nerviosa cada momento que pudiera.


Dándose la vuelta de nuevo, Peter trató de huir de allí antesde que este siguiera con sus bromas, pero el tipo le agarro delbrazo.


-¿Y ahora a dónde vas?- le soltó.


-A casa. Tengo mucho que estudiar- fue la respuesta que Peter ledio, sin volverse a mirarlo.


-Oh, venga. ¿Te has vuelto a enfadar conmigo?


-No dejas de decir que soy adorable- le dijo el joven, dirigiendosu mirada hacia este.


-¿Y yo que culpa tengo de eso? Si es que eres adorable.


-¡Ningún tío quiere escuchar eso!- exclamó Parker.


-Vale. Está bien. Pensaré en otra cosa, ¿vale?- le dijo Wade,soltándole el brazo lentamente para comprobar que el joven nosaldría huyendo de allí en cuanto lo soltara.


Sin demasiada prisa, Wilson lo observó de arriba a bajo, como siestuviera haciendo un estudio exhaustivo de su cuerpo, como si sucerebro estuviera haciendo el mayor esfuerzo que hubiera hecho antesen su vida.


-¿Y bien?- le preguntó Peter, cuando no pudo aguantar más elsilencio.


-Tienes un buen culo- le dijo Wade, dándole una palmadita eneste de manera casi distraída, como si no fuera un gestoimportante.-¿Haces algún deporte en especifico para tenerlo así oes una cosa natural?


Aquello solo sirvió para que Peter abriera la boca por lasorpresa, notando el cosquilleo del golpe por su nalga durante unrato, al mismo tiempo que su nivel de ira iba incrementándose hastaniveles insospechados.


-¡¿Acaso eres idiota?!- exclamó el joven, alejando su traserotodo lo posible de Wade, cubriéndoselo con las manos para evitar unanueva nalgada.-¡¿A quién se le ocurre tocarle el culo de esamanera a un crío?!


-Eh. En los partidos de fútbol, siempre se están metiendo manoy nadie dice nada. Además, un golpecito en el culo entre chicostampoco es para tanto- comentó Wade, mostrándose bastantetranquilo.


-¡Eres un pervertido!- le dijo Peter, señalándole con un dedoacusador.-¡No quiero volver a verte cerca de mí en lo que te quedede vida!


-Vaya. Ya hablas igual que tu papaito Stark- comentó este, nopareciendo tomarse su advertencia demasiado en serio.


-¡De verdad que no quiero que te vuelvas a acercar a mí!-siguió gritando Peter, sin darse cuenta de que estaba atrayendo laatención de todo aquel que caminara por la calle en esos momentos.


-Eres demasiado sensible para ser un chico. ¿Seguro que noencontraré unas braguitas debajo de esos vaqueros?- le soltó Wade asu vez.


-Pero... ¡¿cómo te atreves?!


-Venga. Ni siquiera te he metido mano como debería. No tendríasque ponerte tan nervioso con algo como eso.


-¡Pero, ¿a cuánta gente vas molestando tú a lo largo deldía?!


-A unas cuantas. Y, si son famosos, no veas la cantidad de spamque les envió por twitter...- comentó este como si nada.


Estaba claro. Aquel tipo estaba pirado y Peter no quería sabernada más de él.


Frotándose distraídamente, por un momento, la nalga donde estele había golpeado, tratando de alejar de una buena vez la sensacióndel golpe, se dio media vuelta y siguió su camino. Y, esta vez, Wadeno trató de detenerlo.


-¡Ya nos veremos por ahí!- gritó Wilson desde lejos, alzandouna mano, como si se estuvieran despidiendo dos buenos amigos.


Pero Peter no se volvió ni comentó nada. Solo quería seguirandando, ignorando a todo el mundo, hasta volver a casa y saber cómopodría bloquear a este de Skype y de cualquier otra red social a laque el tal Wade pudiera tener acceso.


Quería a Wade Wilson bien lejos de su vida.


Findel capitulo 86


Puesnada. Al parecer, Wade Wilson no piensa renunciar al pequeño PeterParker por nada del mundo. Y, además, este capitulo ha sidoenteramente para ellos, incluso para sorpresa mía, ya que Musapodría haber dividido el capitulo en dos y dejaros la parte dondeellos dos se encuentran para otra ocasión.


Sitambién notéis que el capitulo es una página más corta de lonormal, se debe a que este capitulo lo he vuelto a escribir en elmóvil, en vez de en mi libreta de fanfic, como he cogido porcostumbre en estos meses, así que no recordaba cuantas notas delmóvil hacían un capitulo entero, así que....


Ahoramismo, sé que tendría que comentaros algo más, pero con todo eltema de mi hermano y su divorcio y el hecho de que le estamos viendotan tranquilo, cuando es él el que ha armado todo este lío al serinfiel, mi madre está llorando, preguntándome cosas y yo soloquiero evadirme, dejar de lado todo eso para que no me afecte. Perono hay manera. Hay que joderse que estemos toda la familia hechos unamierda cuando él está tan tranquilo.


Mimadre lo acaba de llamar y le ha dicho que se estaba preparando parael gimnasio y que él estaba bien, que no tenía ningún problema.


Osea...¡¿cómo coño estás tan bien en medio de toda la situación quehas creado?!


Pero,como me conozco y voy a perder los nervios, será mejor que medespida ya de todos vosotros, Marvelitos. Será preferible que mededique a los siguientes capítulos y deje de soltaros el mismo rollouna y otra vez.


Comosiempre, manteneos sanos y nos seguimos leyendo. Bye.

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