Capitulo 82
Buenas a todos losMarvelitos con este nuevo capitulo. Lo sé, sé que me he retrasadoun día (tal vez dos, todo depende de lo que tarde en pasar elcapitulo de mi libreta de fanfics al ordenador), pero, como creo queya os dije en el anterior, voy al día con la historia. Osea, cadasemana escribo el capitulo que corresponde subir porque le estoydedicando tiempo también a mis novelas personales, así que, quierao no, a veces me pillan las fechas.
Como ha sido el caso deesta semana. Escribí la primera parte del capitulo el lunes, pero,por diversos motivos, hasta el viernes, no pude ponerme a escribir.Y, el día antes, me surgió salir al cine con mi cuñada y másgente y eso significó salir de mi casa desde la mañana, así queese día que le iba a dedicar a terminar el capitulo y transcribirloal ordenador se fue a la mierda por ir a ver la última película deInsidius.
No estaba mal, perohabía mucho menos sustos de lo que me tenían acostumbrada en esasaga de películas.
Además, por la noche,después de llegar a mi casa a las una y media de la madrugada, meencontraba mal y sobre las dos y media me tuve que levantar,quejándome del estómago, y estuve vomitando.
Sí, para un día quesalgo y a ellas se les ocurre ir a un sitio donde sirven tapas, quedecían que estaba genial, al parecer, a mi estómago no le pareciótan genial y acabe con la cabeza en el váter y mi madre en la puertadel baño diciéndome ''eso es que algo te ha sentado mal''.
Gracias, mamá. Si nome lo hubieras llegado a decir cuatro o cinco veces mientrasvomitaba, no me hubiera dado cuenta por mí misma. Hubiera sido undetalle que se me habría acabado escapando.
Bueno... como veis, nohe tenido una semana genial y mi nivel de ironía está llegando ya apasar a ser borde, así que... será mejor que nos centremos en elcapitulo que tenemos por delante y que seguro que habéis estadoesperando y que os habrá extrañado que no llegara en su horarionormal.
Si os encontréisalguna falta de ortografía o que falta una palabra en alguna frase,lo lamento ya de ante mano, ya que, queriendo tratar de traeros elcapitulo lo antes posible, no habré revisado el capitulo después dehaberlo leído días después de escribirlo, que es lo que suelohacer para no recordar lo que he escrito y así encontrar mejor lasfaltas. Así que, por si acaso llega a pasar algo de eso, no me lotengáis en cuenta en esta ocasión, por favor.
Ayer sábado seguíaenferma y ni siquiera sé porqué se me ocurrió comer con mifamilia, porque solo me sirvió para encontrarme aún peor toda latarde. Parecía un gusano tirado en el sofá, envuelta en la mesacamilla que tenemos, con el brasero encendido y viendo la serie deanime Bleach de nuevo.
Sí, terminó hacemucho y tal, pero me encanta Bleach, tanto la historia como el dibujodel manga. Entre Naruto, One Piece y Bleach, esta ultima está laprimera de mi lista. Después One Piece, que he retomadorecientemente también, y, por ultimo, con mucha distancia, Naruto.
Por lo que sea, no meterminó de enganchar como las demás. En su momento la vi, con micuñada vi los capítulos finales y la película donde se supone quese enamoran y tal (no diré quién por evitar spoliers pero que losque la hayan visto entenderán), pero, aún así, siempre me dejóbastante indiferente. Además, tenía muchísimas cosas, como laactitud de la gente, que de verdad me sacaba de quicio. ¿Alguna vezos habéis puesto a gritarle a un anime? Yo lo hago mucho. Siempre hepensado que tendría que grabarme y hacer el capitulo concomentarios, pero no soy youtube.
Y...... de nuevo me doycuenta que me he ido por las ramas. Lo siento por eso también.Centrémonos en el capitulo ahora de verdad, ¿ok?.
En el anterior, pudimosver como Peter llegaba a la Torre y la super family por fin estabanjuntos. Fue hermoso, todos lo adoramos. Pero, como hay más parejasen esta historia, ahora tenemos que irnos con Natasha, ya que encapítulos anteriores no acabaron las cosas demasiado bien entre ellay Clint.
Y, en la siguientemitad, por petición de alguien (tú sabes que me refiero a tí,Anmon), os traigo a Sam y Bucky, que parece que los he ido dejandoalgo olvidados, así que, ya sabéis. Cuando os encontréis la lineade puntos es donde se dividen los capítulos.
Como siempre, disfrutadleyendo y seguimos hablando después.
CAPITULO 82
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Si Natasha había optado por negarse a acompañar a los chicos acasa, como hacía cada día, era por el simple hecho de que seencontraba tan molesta en aquellos momentos que creía haber sidocapa de correr el riesgo de matar a alguno de ellos si hubieran hechoun comentario que no le hubiera gustado.
Sí, pensaba sobretodo en Thor cuando se le había pasado esa ideapor la cabeza, convencida de que sería él quién más posibilidadestenía de meter la pata.
Permaneció encerrada en su despacho, esperando a que la compañíaquedara desierta, para poder salir sin el peligro de encontrarse conalguien.
Lo sabía. Estaba teniendo un comportamiento horrible, nada propio deuna mujer de su posición. Pero tampoco era como si fuera algo quepudiera controlar.
Clint había llegado a cabrearla hasta proporciones épicas jamásalcanzadas. Nadie la había hecho sentirse tan furiosa como enaquellos momentos con tan pocas palabras.
En realidad, este había conseguido acabar de enfadarla al no abrirla boca.
Frustrada, sin comprenderse a sí misma, suspiró y se pasó lasmanos por el rostro, tratando de calmar el ovillo de emociones queestaba girando y retorciéndose en su estómago, como si alguienajeno a ella lo hiciera moverse.
Bueno... en cierto sentido sí que había alguien ajena que estabahaciéndolo girar.
Alzando la vista, echando un vistazo a su alrededor, comprobó que yano quedaba nadie en aquella zona de la oficina, a penas con unascuantas luces encendidas aquí y allá para no dejar todo el lugar aoscuras.
''Será mejor volver a casa'', se dijo, poniéndose en pie yapagando su ordenador.
No le gustaba dejar nada encendido allí cuando se marchaba. Parecíauna loca, pero temía que alguien pudiera espiar su trabajo. No seríala primera vez que se encontraría con alguien que robaba el trabajode los demás.
Por lo general, ese tipo de gente era pronto localizada y acababan depatitas en la calle. Pero, ¿para qué poner las cosas fáciles? Suordenador solo funcionaba con contraseña cuando se trataba deencender, así que...
Poniéndose su abrigo, se aseguró de cerrar la puerta de su despachocon llave y se dirigió directamente hacía el ascensor.
Como había vislumbrado desde aquella zona, ya no quedaba nadie enaquella parte, incluso aunque ella no hubiera sido consciente decuando se habían marchado todos.
Llamó al ascensor y esperó a este con los brazos cruzados a queeste llegara, pudiera irse a casa y olvidarse de una buena vez deaquel fatídico día.
Desde luego que había veces que sería mejor no levantarse de lacama.
El timbre del ascensor la sacó de su ensoñación e hizo intenciónde entrar en este hasta que vio a quién había dentro de este.
Tan calmada como si no ocurriera nada, la joven rubia con la queBarton había estado hablando se encontraba allí dentro, a penasalzando la vista hacía ella cuando Natasha se quedó congelada alverla.
-¿Piensa subir?- le dijo la tal Bárbara.
Claro. Ella no tenía ni la más mínima idea de todo lo que habíahablado con Clint y tampoco conocería la insistencia de este hacíaella. ¿Sabría que Barton llevaba años tratando de conquistarla?
A regañadientes, no queriendo quedar en ridículo, se subió alascensor y se colocó a su lado, echándole una disimulada mirada dearriba a bajo.
La mujer, a su vez, volvió la vista hacía ella.
-¿A qué piso va?- le preguntó esta, con un dedo dirigido hacía elpanel de control, ya que quedaba al lado de la mujer.
-Al hall, por favor- murmuró Natasha, tratando de hablar con un tononeutral.
Aquella tipa era la causante de que hubiera actuado de un modo nadaprudente ni apropiado delante de Clint y eso no podría olvidarlofácilmente.
Volvió a dirigir una mirada hacía ella, molesta por tener quecompartir el mismo espacio precisamente con ella cuando habíaquerido estar sola hasta llegar a casa, dejando de lado todo loocurrido aquel día.
Estaba claro que no tenía buena suerte.
Lamujer debió de notar que la estaba mirando, pues también volvió lacabeza hacía ella y a Natasha no le dió tiempo a disimular.
-¿Ocurre algo?- le preguntó la tal Bárbara.
-No, nada. Es solo que estaba pensando que... no me suena habertevisto mucho por aquí.
Aquello hizo que esta le dirigiera una sonrisa, sin percibir que, enrealidad, aquello no era lo que Natasha había querido decir.
-Es cierto. Paso mucho tiempo fuera de la empresa, trabajando con losartistas. Pero más o menos como usted, señorita Romanoff- le soltó.
Aquello hizo que Nat se tensara.
-¿Acaso nos conocemos?
-¿Quién no la conoce en esta industria?- le dijo Bárbara a suvez.-Además, Barton siempre habla muy bien de usted.
-No hace falta que me hables de usted- comentó Nat.-Me haces sentirmayor.
-Como quieras- asintió esta.-A veces, llegué a sentirmeverdaderamente celosa de ti cuando traté de tener una relación conClint. Pero, al parecer, lo tienes bien amarrado.
-Yo no lo tengo de ningún modo- replicó Natasha, cruzándose debrazos.-Lo que sea que ese idiota te haya contado sobre nuestrarelación es....
-Sé que no habéis tenido nada- la interrumpió esta.-Pero, a pesarde eso, siempre pareces estar presente para él. Traté de manteneruna relación con él durante meses. Pero, a pesar de que parecíaque las cosas iban bien entre nosotros, había alguien a quién nopodía olvidar.
-Eso no es cosa mía- se quejó Natasha, aún mirando al frente,tratando de permanecer lo más fría y calmada que pudo.
-Sí, eso también me lo dejó claro- soltó Bobbi.-Pero, ¿cómoluchar contra alguien que vive dentro de su cabeza? Era imposibleintentar nada si él estaba empeñado en seguir peleando por ti-.Aquello hizo que Natasha volviera la cabeza hacía ella, viendo comoBárbara tenía la vista clavada en ella.-Al volver a vernos, penséque ya te habría superado, pero me he encontrado que está en elmismo punto. O, tal vez, aún más colgada de ti.
-Te aseguro que yo no he fomentado eso- afirmó Natasha.
-Lo sé. Clint es realmente cabezota. No necesita ayuda paraobsesionarse con algo.
Aquel comentario no le hizo ninguna gracia a la pelirroja.
-¿Insinúas que solo soy una obsesión para él?- le preguntóNatasha, frunciendo el ceño.
-Lo que digo es que está tan centrado en ti que no baraja otrasopciones. Yo le demostré que podríamos llegar a ser una granpareja. Pero tu sombra le sigue allí a donde va.
-Pues te aseguro que absolutamente todo está solo en su cabeza.
-Oh. Eso lo sé. Estoy segura también que, si hubierais tenido algoya, Clint podría pasar página y seguir con su vida.
-¿Cómo dices?- soltó Natasha, bajando los brazos.
Era mejor procurar tener estos preparados si tenía que hacer algúnmovimiento.
-Digo que esto ha durado ya demasiado- le soltó Bárbara.-Si noquieres nada serio con él, dejáselo claro de una ve y deja de jugarcon sus sentimientos.
-No se lo he podido dejar más claro de lo que ya lo he hecho.
-Pues está claro que no lo haces todo lo claro que deberías si élsigue estando igual y en el mismo punto- le soltó esta.-Pensaba que,al vernos hoy, estaría preparado para seguir con su vida, pero todolo que ha hecho ese idiota es hablarme sobre ti más emocionado quenunca.
-¿Me echas la culpa a mi de que seas incapaz de retener a un hombre?
Aquel comentario hizo que el rostro de Bárbara comenzara a cambiarde color.
-¿Cómo dices?- replicó la mujer, como momentos antes había hechoella misma, al parecer, cuando consiguió recuperar su voz.
-Esta claro que, por lo que sea, Clint no se muestra muy interesadoen mantener una relación contigo. Pero, en vez de ver que no tienesnada que hacer, has decidido echarme toda la culpa a mi para asípoder sentirte más tranquila. Pero no me da la gana que me echestoda tu mierda encima solo porque sí, así que supera eseenamoramiento que tienes con Barton y a mí déjame de lado de unabuena vez.
Tal vez, aquella conversación habría llegado a mayores si en esepreciso momento no se hubieran abierto las puertas del ascensor yNatasha, con la cabeza muy alta, salió de este, dejando a la mujercon la palabra en la boca.
Natasha tendría que admitir internamente que se había sentido muybien decirle aquellas palabras a esta, aunque no le daría demasiadaimportancia si alguien llegara a preguntarle.
La rabia que había estado bullendo en su interior durante esemomento pareció empezar a disolverse poco a poco, permitiéndolerespirar calmadamente de nuevo. Y así, algo más recuperada de aquelhorrible, salió del edificio, dispuesta a llegar a casa y dormir consuma tranquilidad toda la noche.
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A pesar de saber que había metido la pata bastante profundamente conel tema de Tony y Steve mientras Bucky permanecía sentado en elsofá, con Sam frente a él, de brazos cruzados, no había esperadoque Wilson se pusiera de esa manera solo por haber gastado unapequeña broma a la pareja de su amigo. Aunque también sabía que nohabía sido la mejor broma del mundo.
-¿Es que tú no piensas?- le soltó Sam, como venía regañándolodesde hacía un buen rato.-¿No has pensado que podrías haberlecreado un enorme problema a Steve con Tony?
-Pero si ha sido algo inocente- comentó Bucky.
Sam era difícil de tratar cuando se enfadaba hasta ese punto, asíque tendría que moverse con cuidado si no quería tener un verdaderoproblema con él.
-¿Y crees que ese tipo de bromas tienen gracia?- le soltó Wilson,aún de brazos cruzados.
-Bueno... Stark no se ha reído, pero, tal vez, en otro momento,cuando nos tengamos más confianza...- murmuró.
-¿Es que esperas volver a gustarle esa broma?- protestó Sam,inclinándose hacía él.
Bucky abrió la boca, pero, al ver la expresión de Sam, decidió quelo más inteligente en aquel caso sería negar con la cabeza.
-De verdad que hay veces que no sé qué se te está pasando por lacabeza- siguió protestando Wilson.-Ya eres un adulto. Deberíastener más que claro que hay cosas que no se puedes decir o hacer.
-Tampoco es que haya sido algo tan grave- murmuró Bucky por lo bajo,mirando hacía otro lado, solo queriendo soportar la charla lo mejorposible.
Debería saber ya que Sam tenía un oído excelente.
-¿Qué es lo que has dicho?- protestó el halcón gruñón, con unavena amenazando con explotar en su frente.
-¡Basta de tantas charlas!- exclamó Bucky de golpe, poniéndose enpie, sabiendo que la cosa solo iría a peor, de seguir por esecamino.-Estamos amueblando nuestro piso. ¿Acaso eres consciente deque este sitio ya parece más un hogar?
Sam parecía aún cabreado. No le hacía la más mínima ilusiónpensar que podrían haber metido a un amigo en un lío con su pareja,pero estaba claro que Bucky tampoco iba a dejar que le siguieraechando la bronca y le obligaría a centrarse en otra cosa.
Echó un vistazo a su alrededor para complacer al mapache.
A pesar de que ya se había traído más muebles, al lugar aún lefaltaban muchas detalles que iban a tener que estar puliendo. Aunqueen verdad era agradable ver que el lugar estaba algo más lleno queen días anteriores.
-No llevamos mal ritmo- comentó como de pasada.
-Pero, ¿qué dices?- le soltó Bucky a su vez, cogiéndole de lamano y haciéndole dar una vuelta a la habitación.-Esto parece másun hogar.
-Te emocionas con poca cosa, ¿verdad?- le dijo Sam.
-¿Poca cosa? Estamos formando nuestra cosa aquí.
-Y, de paso, te intentas ahorrar la bronca que saber que te mereces-comentó este.
-Bueno... yo no creo tanto que me la merezca.
-¿Ah, no?
-No. ¿Quién iba a suponer que alguien como Tony Stark, queconsiguió convencer a mis jefes para que volviera antes a casa paraestar en el concierto de mi amigo, podría ponerse celoso por unasimple broma hecha sin ninguna maldad?
-Y, tal vez, y solo tal vez, simplemente no tendrías que haber hechoninguna broma- comentó Sam, insistiendo en el tema.
-Por favor, no sigas insistiendo con eso- le pidió Bucky.-¿O acasono has visto que estoy muy arrepentido?- le dijo, tratando de ponercara de pena.
-Lo que estoy viendo es que eres un manipulador- protestó Sam, sinconseguir del todo mostrarse igual de molesto con él.
No sabía exactamente como este siempre lo conseguía, pero, hicieralo que hiciera, le resultaba durísimo permanecer enfadado con él,como si Bucky tuviera la habilidad secreta de calmar todo aunquedespertara él mismo la furia que encendía en su interior.
-Pero te encanta este manipulador, ¿verdad?- comentó Barnes,dirigiéndole una sonrisa mientras se acercaba a él.
-Lo que me gustaría es darte un puñetazo en la cara.
-Vaya. Eso suena a algo un poco doloroso- comentó Bucky, sujetandolas manos del halcón gruñón entre las suyas, que no le hizo latarea difícil.
Sam contempló las manos de este entrelazadas con las suyas, pero, apenar de que se dijo que estaba siendo demasiado blando con él, leresultaba muy difícil seguir regañándolo cuando este estaba tancerca.
-¿Acaso quieres que probemos algo doloroso?- le preguntó almapache, dirigiéndole una sonrisa pícara de medio lado.
En el acto, Sam se sintió avergonzado y le empujó en el pecho paraalejarlo de él, tratando de que el calor que sintió no le subiera alas mejillas.
-¡Idiota!- le gritó.-¡¿Qué clase de cosas crees que me gustan?!
-No lo sé- comentó Bucky, encogiéndose de hombros mientras volvíaa acercarse a él, como si no le hubiera dado importancia algolpe.-Lo que sé es que, a lo largo del día, has llegado a pegarmemás de una vez.
-¡Eso es porque has hecho para merecértelo!- protestó este.
-Bueno.... ¿resulta que te gusta castigarme por todo lo malo quehago?- le preguntó el mapache, sonriendo de aquella manera pícarade nuevo.
-No te atrevas a hablarme como si ya fuera un pervertido- protestóSam.
-Eh.No tienes que preocuparte por eso- le susurró Bucky, sujetando denuevo las manos de este e inclinándose hacía él hasta queprácticamente sus frentes se tocaron.-A mí me gusta hasta cuando teenfadas conmigo y me golpeas. ¿Me estarás convirtiendo en algúntipo de pervertido o fetichista?
Sam lo miró con rabia y vergüenza a partes iguales, pero, enaquella ocasión, no pudo soltar sus manos de las de Bucky e,inevitablemente, en su mente, se dijo que él también había estadoempezado a sentir una especie de placer cada vez que lo golpeaba.Estaba claro que, de los dos, aún no se sabía cuál merecía eltitulo de pervertido.
-Vaya- murmuró Bucky, buscando la mirada de Sam.-Te he dicho algocomo eso y no me has pegado como siempre. ¿Es que, ahora que sabesque no me desagrada, me vas a dejar sin tus queridos golpes?
-Deja de hablar así- le soltó Sam, cerrando los ojos para nomirarle y que viera la vergüenza que bullía dentro de él, juntocon algo más.-Lo hacer ver como si fuéramos una clase de extrañosfetichistas.
-¿Ah, sí¿ ¿A eso ha sonado?
-Sí.
-Extraño, ya que solo he dicho que a mi me gusta que me golpees.¿Significa que a ti también te gusta golpearme?
Sam abrió los ojos en el acto, dándose cuenta de que, sin querer,parecía haberse ido más de la lengua de lo que pretendía.
Y, al hacerlo, también vio la amplia sonrisa que Bucky le dirigió,como si acabara de hacerle un inesperado regalo que hubiera estadoesperando.
-Así que es mutuo- comentó el mapache.
-¡No digas estupideces!- exclamó Sam, escapando del agarre de estecon un fuerte tirón.-Solo a un enfermo le gustarían ese tipo decosas.
-No tiene porqué- comentó Bucky a su vez.-Tú tienes tu particularmodo de demostrar cariño y a mi me encanta. Me gusta cuando tratarde ocultar tu vergüenza con golpes para que yo no me dé cuenta y,cuando tomas el control de la situación algunas veces, cuandoestamos en la cama...- le soltó este, tal calmado como si estuvieranhablando del tiempo.
Sam sintió el calor de la vergüenza recorrerlo por entero, pues, apesar de ser pareja y de haber hecho juntos todas las cosas quehabían hecho, Sam nunca había sido de esos que pudieran desemejantes detalles con tal desvergüenza.
-¿Cómo puedes hablar de eso con tan poca vergüenza?- le dijo,alzando un puño para golpearlo en el pecho.
Pero cuando vio la expresión expectante de este, esperando el golpe,y su propia excitación ante la idea de golpearlo, se sorprendió ybajó el puño.
-¿Qué pasa?- le preguntó Bucky, acercándose a él de nuevo.
-Nosoy un pervertido como tú- le dijo Sam en el acto, mirándole a losojos y tratando de hablarle con toda la confianza que fue capaz dereunir.-No me pone ir por ahí golpeándote. Eso son cosas de genteenferma.
-¿Por qué?- le preguntó Bucky a su ve, rodeándole la cintura deeste con un brazo y atrayéndolo hacía su cuerpo.-A ti te gustagolpearme y a mi que me golpees. Mientras que no sea algo loco, queacabemos en urgencias o algo así, ¿por qué tenemos que decir quees algo enfermo? Es así como somos.
-¡Yo no me excitaba pegando a la gente antes!- gritó Sam,protestando a esas palabras, colocando las manos en el pecho de Buckypara tratar de apartarlo.
-¿Y qué importa que ahora sí, siempre que sea algo entre nosotrosdos?- le dijo Bucky a su vez, inclinándose hacía él hasta suslabios a escasos centímetros de los del mapache,
-Eso... esto... no estaría.... bien- murmuró Sam, con la vistaclavada en aquellos labios que tenía tan cerca, sin ser conscientede como había bajado el tono.
-¿Por qué?- volvió a susurrar Bucky.
Sabía que Sam iba cediendo poco a poco, sin a penas ser conscientede ello, y tenía que controlarse para que una sonrisa no aparecieraen sus labios y este se diera cuenta de lo que estaba tramando contanto cuidado.
-Yo no soy tan pervertido como tú- le soltó el halcón gruñón denuevo, clavando la mirada en los ojos de este, tratando de resistirsetodo lo posible.
-¿Y qué te parece si hacemos esto?- propuso Bucky, aún sinsoltarlo.-Ahora mismo, sin preocuparnos por nada más, los dos nosvamos a nuestro dormitorio y, una vez allí, comprobaremosabiertamente quién de los dos en más pervertido. ¿Qué te pareceel plan?- le dijo, aún tratando de no sonreír.
Sam entrecerró los ojos, haciendo bien en no fiarse del todo de él.Pero, por otro lado, ambos sabían que no sería caz de negarse aaquello.
-De acuerdo- aceptó.-Y así, de una vez por todas, te demostraréque, de los dos, tú eres el más pervertido y el que siempre estápensando en lo mismo.
-Por mi bien- afirmó Bucky.-Vamos.
Y, con una mano entrelazada con la de Sam, ambos se dirigieron hacíasu dormitorio para volver a estrenarlo una vez más.
Findel capitulo 82
Yono sé como esta pareja ha acabado siendo así, pero, teniendo encuenta las veces que Sam se enfadaba con Bucky y tal, me pareció lomás lógico que ambos entraran en algún rol que, tal vez, no seríaaceptado sin más. Sobretodo por parte del halcón gruñón.
Otambién puede ser que me haya influenciado demasiado de un mangayaoi que leí que la pareja principal tenía ese rol. Se llama ''Aino Kotoba mo shiranaide'', para aquellos que les pueda interesar.Tienen más de una pareja en la historia y se dividen en otros mangastambién, pero si encontrais este para poder leerlo, lo más seguroes que encontréis los demás junto con ellos. O, si no, siempre mepodéis preguntar el nombre de los otros para poder encontrarlos.
Sí,sospecho que ha sido influencia de ese manga que he acabado haciendoque esta pareja se haya ido inclinando hacía este lado. Aunque mesorprende que, con todo lo que he leído, no haya escrito cosas muchomás raras.
Perorecordemos la otra parte del capitulo, esa parte donde Natasha yBárbara se han encontrado en el ascensor. Yo no sé vosotros, perole temo más a un encuentro así entre chicas que a una peleacallejera entre dos chicos. Parece que no, pero una mujer puede sermucho más retorcida a la hora de vengarse de algo de lo que se puedeimaginar. Y lo digo porque soy una mujer y realmente se te puedenpasar muchas cosas retorcidas por la cabeza cuando la furia seapodera de tí.
Menosmal que a los cinco minutos a mi se me pasa todo. Me apago como lapólvora mojada.
Nosé yo que será lo siguiente que acabe pasando en la historiadespués de ese encuentro entre ellas dos, pues Natasha tendría quehaber entendido ya que Clint no está muy interesado en Bobbi, peroya iremos viendo como evolucionan las cosas.
Ahorasí que sí, Marvelitos. Aquí me despido de vosotros y voy a irahora mismo a subiros el capitulo para que, al menos, con un día deretraso, podáis leerlo. Como siempre, manteneos sanos (ya que yo noparezco capaz de mantenerme sana a mí misma) y nos seguimos leyendoen el siguiente capitulo. Bye.
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