Capitulo 80


Buenas a todos losMarvelitos y Marvelitas que estáis aquí, en este capitulo 80 ya deesta historia, sin haberse cansado aún de mi y de todas las locurasque se me pasen por la mente, lo que es todo un logro para vosotros,en serio. Daros todos unos golpecitos en la espalda, porque os losmerecéis.


Mientras estoyescribiendo estas líneas, sigo viendo Piratas del Caribe y aún nohe subido el capitulo 77 porque solo estamos a Jueves (iba en seriocuando me propuse escribir lo máximo posible en estos días depuente para así poder dedicarle algo más de tiempo a las otrashistorias que aún tengo a medias y de las que no me olvido)


Seguramente, aún haygente en fanfiction que desea mi muerte porque dejé a medias unahistoria de Naruto con Gaara de protagonista y otra en Fruits Basket,donde hice otra protagonista en la historia, alguien con máscarácter que Tohru. Su actitud siempre me ponía muy nerviosa. Meparecía demasiado buena. Quería mostrar que, incluso con alguienque se dejara maltratar menos, también se obtendrían buenosresultados. Y que me encanta escribir de Kyo, Momiji y los demás.


En fin... como veis, mehe puesto a divagar de nuevo. Si es que no puedo tener la atencióncentrada en lo que estaba haciendo...


Volvamos al asunto. Séque muchos estaréis deseando que Steve vaya a la empresa, seencuentre con Peter Parker y le diga ''mira, hijo. Tony y yo hemosestado hablando y queremos que vengas a vivir con nosotros''. Ummm.Me gusta esa frase, hasta es posible que la use cuando llegue elmomento. Pero ese momento no va a ser ahora.


Lo sé, lo sé. Estoysiendo increíblemente malvada al saber que lo estáis esperando, y,sin embargo, esperando aún más para traéroslo. Tengo que meteremoción de algún modo, ¿no? Ya me podréis matar a gusto cuandoacabe la historia (si es que consigo acabarla en algún momento de mivida)


Sin embargo, en estosmomentos, cuando aún estoy poniendo los dientes largos, vamos airnos con una pareja que os estaba también gustando mucho y que nodejé en demasiado buen momento. Sí, nos referimos al Clintasha.


Yo tengo la impresiónde haber hablado de ellos hace dos días, porque, literalmente, hacedos días estaba escribiendo su capitulo. ¿Dos? No estoy muy segurade si fue ayer mismo. Para vosotros, sin embargo, habrán pasado unassemanas, tal vez dos, y querríais saber qué acabaría pasando entreNatasha, Barton y esa mujer llamada Bárbara, ¿verdad?


Pues aquí os lotraigo. No sé quienes serán ni lo que haré en la segunda mitad delcapitulo. Ahora mismo, no lo tengo muy claro. A lo mejor os traigo lode Peter o me centro en otros. Ya lo veré sobre la marcha. Será unasorpresa para todos jajajjaa


Así que, en vez deseguir soltándoos todo el royo, os dejo con el capitulo y seguimoshablando después. Disfrutadlo.


CAPITULO 80


..............................................................


Aunque hubiera sido ella misma la que le había dicho como un millónde veces que se olvidara de ella y que se buscara otra mujer con laque formar una bonita vida de anuncio, en el fondo, al parecer,Natasha no había esperado que Barton acabara por hacerle caso, yaque, a pesar de que se dijo que no debía pensar más en el tema o enlo que había visto en los pasillos de la empresa entre Clint yaquella mujer rubia, no hizo otra cosa a lo largo del día.


La imagen de Clint riendo con aquella tal Bárbara estaba tan grabadaen su retina que parecía como si alguien hubiera dejado detrás desus ojos una fotografía.


Al final, con los chicos ocupándose de sus propios asuntos, se dijoque lo mejor que podía hacer era ir a su despacho y organizar todoaquello que debiera organizar, de ser posible.


¿El problema?


Que allí dentro se podría pasar una revisión militar sin el menorproblema y Romanoff se encontró sentada en su silla, mirando lapantalla de su ordenador, sin saber qué otra cosa hacer con su vidamás que permanecer allí dentro.


Hasta que una llamada a su puerta le hizo alzar la cabeza.


-¿Se puede?- preguntó una voz masculina, perteneciente a Clint,asomándose al cuarto.


En el acto, todo el cuerpo de Natasha se puso en tensión y, en sumente, empezaron a desfilar un millar de reproches que le hubieraencantado lanzarle a la cara.


En lugar de eso, le señaló una de las sillas del cuarto frente a sumesa.


-Adelante- consiguió decir, con un tono normal.


-Bien. No esperaba encontrarte aquí- le dijo Clint a su vez,sonriendo.


¿Acaso era que este le sonreía a todo el mundo o qué?


-¿Y por qué no iba a estar en mi despacho?- le soltó Romanoff.


-Porque, por regla general, no paras. Siempre estás haciendo algo uorganizando algo de la agenda de los chicos.


-Estoy trabajando en ello ahora mismo- le respondió ella.


Era mentira, sí. Pero no podía decir la verdad tampoco, ¿cierto?¿Cómo decir que era tan previsora que ya no tenía nada que hacer ysolo se había encerrado allí para no tener que encontrarse a estepaseando con su nueva amiguita? Quedaría como una loca.


-Oh. ¿En serio?- comentó este, viendo como ella permanecía inmóvilen su silla, con las manos sobre el reposabrazos.-¿Lo estásorganizando mentalmente?


-¿Que quieres, Barton?- preguntó ella a su vez, sonando cortante.


Supo que su tono se había hecho mucho más frío por el modo en elque este la miró.


-Bueno... he estado revisando los papeles que me llevaste con laagenda de los chicos y he visto que hay tres días seguidos en losque hay muchísima actividad. Sé que hay veces que se van aencontrar con días agotadores, pero... ¿no hay modo de organizarlode otra manera para no extenuarlos demasiado desde el principio?


-¿Acaso crees que no estoy haciendo bien mi trabajo?


Aquello hizo que Clint volviera a mirarla con sorpresa.


-Yo no he dicho eso- comentó este, frunciendo el ceño.


-Bien. Porque se me contrató para encargarme de esos chicos y estoyllevando su agenda del mejor modo que puedo. Después de esos tresdías de trabajo, vienen un par de días de descanso para que serecuperen. ¿O, acaso, no te habías fijado en eso? ¿Tienes la menteocupada en otras cosas y no has podido verlo?


Aquellas palabras solo hicieron que este frunciera el ceño de nuevo.


-Oye... ¿te pasa algo?- le preguntó Clint.


-¿A mí? ¿Qué me iba a pasar?


-No lo sé. Pareces.... irritada.


-¿Tengo motivos para estarlo?


-Oye. Sé que te besé sin tu permiso, pero.... no imaginé que tefueras a molestar tanto. Me dijiste que habías hecho muchas máscosas. Fuiste muy clara con eso.


-Oh, sí. Por supuesto que he hecho muchas cosas más fuertes quebesar a alguien. Pero, ¿sabes lo que nunca he hecho?- le soltóesta.-Tratar de engañar a alguien, hablándole de unos sentimientosque podría mostrar a cualquiera.


-¿De qué hablas?- preguntó Clint.


-¿En serio vas a hacer que no sabes de lo que te estoy hablando?


-Pues claro que no sé de lo que hablas. Sé clara, Natasha- le pidióeste.


-Bien, Barton. Seré clara- le dijo ella, inclinándose hacía él yapoyando las manos sobre la mesa.-Has pasado un montón de tu tiempotratando de ir detrás de mí, de conseguir algo que yo no queríadar cuando, en realidad, al parecer, puedes jugar con cuantas mujeresquieras.


-Sigo sin saber de lo que hablas- se quejó este.


-Me refiero a tí y esa tal Bárbara con la que has estado tonteandodelante de todo el mundo en la novena planta- le soltó ella a suvez, entrecerrando los ojos.-¿O es que vas a tener la poca vergüenzade negármelo?


-¿Hablas de Bobbi?- soltó este, pareciendo algo más relajado.-Nat,Bobbi y yo solo somos buenos amigos.


-¿Y dejas que todos tus amigos te acaricien?


-¿Acariciarme?- repitió este.-¿Cuándo ha hecho ella eso?


-¡He visto como te acariciaba el brazo!- gritó Romanoff, golpeandola mesa con una mano.-¡No te hagas el tonto conmigo ahora!


Sin embargo, tras su explosión de ira, Natasha tomó aire y tratóde relajarse, viendo como Clint solo comenzaba a sonreír.


-¿Qué?- le dijo.-¿Por qué sonríes como un idiota?


-Porque estás celosa- le respondió este, con total calma.


-¿Cómo dices?


-Según tú, quieres que me olvide de ti, que busque a otra mujer conla que formar una familia y todo eso. Pero, sin embargo, me pongo ahablar con una amiga en un pasillo, ya que hace tiempo que no la veo,y te pones celosa- comentó, aún sonriendo.


-No, no- negó Natasha.-No es eso lo que ha pasado.


-¡Claro que sí!


-¡Claro que no!- volvió a negar ella-Lo que me ha cabreado de estasituación es que rondes a mi alrededor como un mosquito plasta y,sin embargo, cuando crees que nadie te está viendo, sonríes a otrasmujeres.


-¿Y eso no son celos?


-Por supuesto que no.


-Pues a mí eso no deja de sonarme a celos- comentó Clint.


-Entonces no estás escuchando lo que te estoy diciendo.


-Claro que te he escuchado- afirmó este, inclinándose hacía ellasobre la mesa, apoyando su cabeza sobre una mano.-He escuchado cadapalabra que ha salido de tus labios y todo me han parecido celos.


-Eso será porque no me has escuchado bien.


-Oh. Te he escuchado muy bien- afirmó este, aún sonriendo.


-Borra esa sonrisa de tu cara- le dijo esta.


-¿Por qué habría de hacer eso?- le preguntó este.


-Porque me estás cabreando- le soltó Natasha.


-¿Sabes que el color celos te sienta muy bien?


-¡Basta!- exclamó Romanoff, no queriendo continuar con aquello.-Séque te encantaría que admitiera que siento algo por ti, pero eso nova a pasar.


-¿Seguro? Yo creo que está pasando ahora mismo- afirmó Clint,mostrándose bastante relajado para encontrarse delante de unaNatasha cabreada.


-Eres tan insistente que llegas a ser insoportable- le dijo.


-Bueno.... decir dices muchas cosas, pero lo único que veo es comotratas de meterte en tu caparazón por todos los medios posibles.


-¿Me estás comparando con una tortuga?


-Lo más probable es que la tortuga fuera más valiente que tú eneste tipo de situaciones, cuando se hablan sobre sentimientos.


Natasha se encontraba a punto de entrar en erupción.


No sabía si tendría que golpear a Barton por hablarle con esaarrogancia, si debería echarle de su despacho o decirle que no seatreviera a volver a hablarle en su vida. En realidad, el estarbarajando todas esas posibilidades al mismo tiempo era lo que laestaba volviendo loca.


-¿Por qué crees que necesitas esconderte detrás de un muro?- lepreguntó Clint, aún sentado calmadamente en la silla de despacho,mirándola.-Habrá un motivo.


-No te atrevas a psicoanalizarme- le advirtió esta.


-Solo trato de comprenderte un poco mejor- le dijo este, poniéndoseen pie y, a pesar del peligro que pudiera suponer, se colocó frentea ella.-Nat, no tienes que mostrarte como si fueras invencibleconmigo. No te hace falta.


¿Qué hacer en esos momentos? ¿Abofetearlo? ¿Decirle que no teníani idea de cómo era ella? ¿Decirle que no podía estar másequivocado?


En vez de eso, solo una cosa salió de sus labios.


-¿No tienes nada con Bárbara?


Aquello hizo sonreír a Clint, al mismo tiempo que agachaba unmomento la cabeza, solo para alzarla poco después y mirarla.


-Ya te lo he dicho. Bobbi y yo solo somos amigos.


-¿Y nunca habéis sido nada más?


Esa pregunta hizo que la sonrisa de Clint desapareciera de su cara.Y, en el acto, el volcán que se estaba despertando dentro de ellaentró en erupción.


-¡Lárgate de mi despacho ahora mismo!- gritó.


-Nat...- murmuró Clint, tratando de que se tranquilizara.


Pero lo único que consiguió acercándose más a ella fue queRomanoff se alterara aún más de lo que ya lo estaba.


-¡He dicho que te largues de mi puto despacho!


Clint, durante un momento, pareció seriamente pensar en ignorar laspalabras de esta y decirle algo más, tratando de que razonara. Pero,viendo en el estado en el que se encontraba esta, que parecía capazde asesinarlo en cualquier momento, prefirió rendirse aquel día y,aún en silencio, abandonó el cuarto, dejando a esta casihiperventilando en su despacho, con una mezcla de ira y pesarcarcomiéndole las entrañas.


Aunque, por supuesto, eso Natasha no lo admitiría nunca.


....................................................................


El hecho de no poder encontrarse con Peter durante unos días, pueseste había recibido un permiso para poder quedarse en casa yestudiar, había estado haciendo que Steve se sintiera algo alicaído,ya que él esperaba poder hablar con el chico lo antes posible.


Por eso, cuando a la mañana del cuarto día, vio a este nada másentrar en la compañía, saludando a todo aquel con el que seencontraba, estuvo a punto de echarse a reír y correr tras el chicopara hablar de la propuesta que tenía para él.


En vez de eso, caminó hacía Parker y, cuando estuvo lo bastantecerca, lo llamó.


Este, en el acto, se volvió hacía él y le dirigió una ampliasonrisa, esperando a que Rogers llegara a su altura.


-¡Buenos días, señor Rogers!- le saludó cuando se colocó a sulado.


-Buenos días, Peter. Hacía días que no te veía.


-Sí. La empresa me permitió tener unos días libres para poderhacer mis exámenes. Estoy muy agradecido con eso. No todo el mundome lo habría concedido.


-Bueno... ellos quieren que finalices tus estudios. Es normal que teayuden de algún modo con eso. Y, ya que hablamos de ayudar, queríahablarte sobre una cosa.


Eso hizo que este girara la cabeza hacía un lado, pareciendoconfuso.


-¿Ayuda?- repitió.


-Sí. Pero no hablemos aquí, en medio de toda la empresa. ¿Hasdesayunado?


-No. Se me hacía tarde para venir- confesó este, ya que, siendosábado, no habría tenido clases en la mañana, dirigiéndole unapequeña sonrisa avergonzada.


-Bien. Pues vamos a la cafetería. Allí hablaremos con más calma-afirmó Steve, rodeando los hombros del chico con un brazo.


Una vez allí, compró lo suficiente como para que Peter tuviera unbuen desayuno, viendo como los ojos de este empezaban a brillar alver toda la comida.


-¿De verdad todo esto es para mí?- preguntó, emocionado.


-¿Qué comes normalmente?- le preguntó Steve a su vez.


-Oh. Suelo tomarme unos cereales e ir corriendo a alguna parte.


Desde luego, cuanto más sabía sobre la vida de aquel chico, más lesorprendía el hecho de que pudiera verse tan feliz tan a menudo.


-¿Cómo se encuentra tu tía?- quiso saber, antes de empezar ahablar del tema real que les había llevado a ambos hasta allí.


-Oh. Tía May parece encontrarse mejor, pero los médicos me handicho que aún debe permanecer un tiempo ingresada. Al parecer, pormuy bien que se encuentre un día, al siguiente, puede sufrir unarecaída, así que deben de estar pendientes de ella.


-No debe de ser una situación fácil para tí- comentó Steve,empleando todo el cuidado posible para hablar con el chico.


-Yo solo espero que se recupere pronto- fue lo que Peter le contestó,sonriendo.


-Eres un buen chico. ¿Lo sabias?


-Me lo suelen decir mucho- afirmó Parker, aún sonriendo.-Aunque nosé muy bien por qué.


-No creo que te merezcas nada de todo por lo que has pasado.


-No creo que se trate de que me lo merezca o no- comentó este devuelta.-Creo que.... de algún modo, hay personas a las que lesocurren cosas malas para que, a otros, puedan ocurrirles cosasbuenas.


-¿Y a ti te parece justo que a ti te ocurran las cosas malas?


-Ha alguien le tenía que pasar- comentó este, encogiéndose dehombros.


-Pues, ¿sabes? Creo que ha llegado el momento de que a ti tambiénempiecen a ocurrirte cosas buenas.


Peter alzó los ojos hacía él, sin comprender.


-¿Qué quieres decir?


-¿Sabes que he estado hablando con Tony sobre tí?


-Sí, claro. Por eso el señor Stark vino a conocerme en persona-afirmó Peter, sonriendo ampliamente al recordar ese emocionantemomento.


-La verdad es que hemos seguido hablando sobre ti después de eso- leexplicó Steve.


-¿En serio? ¿Y eso por qué?


-Porque a los dos nos pareciste un chico excepcional, que se esfuerzacada día, a pesar de los golpes que le da la vida.


-Oh. No creo que sea para tanto- comentó el joven, sonrojándoselevemente por las palabras de Rogers, pasándose una mano por elpelo.


-Sí, sí que lo es. No te quites méritos por ello- le dijoSteve.-No todo el mundo habría luchado igual que tú ni se mostraríasiempre con una sonrisa. Por eso mismo, Tony y yo tenemos unapropuesta que hacerte. Y espero que la aceptes.


Aquellas palabras hicieron que Peter frunciera el ceño.


-¿De qué se trata?- preguntó.


-Tony y yo queremos que vengas a vivir con nosotros a la Torre Stark.De ese modo, no tendrás que preocuparte por alquileres, nialimentación ni nada por el estilo. Te lo aseguro, Jarvis, elmayordomo de Tony, cocina genial.


Sin embargo, Steve se quedó callado al ver como Peter parecíahaberse quedado congelado ante las palabras que le había dirigido.


-¿Te encuentras bien?- le preguntó, inclinándose hacía él.


-¿Me.... me están ofreciendo vivir con ustedes? ¿Y en la torre másfamosa de esta ciudad?- murmuró Parker.


-Bueno... no sé que tan famosa sea la torre de Tony, pero sí. Esoes justo lo que te estamos ofreciendo- afirmó Steve, dirigiéndoleuna sonrisa.


-Pero.... eso es.... - murmuró Parker, aún confuso.


-¿Acaso no te gusta la idea?- le preguntó Rogers.


-¡Claro que sí!- afirmó Peter en el acto, alzando la cabeza hacíaél.-¡Para mí, sería todo un sueño hecho realidad vivir en elmismo lugar donde viven mis ídolos!- siguió afirmando, para nodejar ni la más mínima duda.


-¿Entonces?- comentó Steve.-¿Dónde está el problema?


-Pues.... es que.... tal vez, están haciéndome esta propuestaporque quieren ayudarme de alguna manera, pero, ¿no seré unamolestia si vivimos todos juntos?- preguntó este, no pareciendo aúnconvencido del todo.


-Eh- le dijo Steve, inclinándose hacía él y envolviendo una de lasmanos del chico entre las suyas.-Si hubiéramos creído que pudierasllegar a ser una molestia, no te habríamos ofrecido esto en primerlugar.


-Pero...- murmuró Peter, no muy convencido.


En realidad, lucia como una mezcla de confusión, incredulidad antesemejante noticia y ofrecimiento, sorpresa, emoción, alegría ycierta pizca de miedo. Todo eso junto y siendo fuertemente agitado.


-Te lo he dicho- le dijo Rogers.-Lo has pasado mal y te mereces quete pasen cosas buenas. El piso de Tony es enorme, hay un montón decuartos vacíos. Jarvis se ocupa de los asuntos de la casa y viviríasen el centro, cerca de todo, así que no tendrías demasiadosproblemas con el transporte. ¿Dónde está lo malo?


-No lo sé- murmuró Peter.-Parece que me estoy aprovechando devosotros.


-Eso sería si hubieras ido a casa a pasar una noche y ya llevarasmeses allí, sin intención de marcharte. Pero somos nosotros los quete estamos ofreciendo que vivas con nosotros. Y queremos que aceptes.


-¿En serio?- preguntó el chico, mirándolo fijamente.


-Por supuesto- afirmó Steve, sin el menor rastro de duda.


En el acto, Peter se puso en pie, rodeó la mesa donde ambos habíanestado sentados en la cafetería y le abrazó.


Menos mal que el lugar estaba desierto a aquellas horas, pues noquería imaginarse la clase de rumores que hubieran empezado acircular si alguien les hubiera visto de aquel modo.


-Muchísimas gracias, señor Rogers- le susurró Peter, tan abrazadoa él que parecía imposible que le fuera a soltar. Sonabaemocionado, casi como si estuviera llorando. Pero no podría estarseguro porque no podía verle la cara.-No sabe lo que esto significapara mí.


Aún algo sorprendido por aquel gesto, Steve acabó devolviendole elabrazo.


-Tranquilo. No tienes nada que agradecerme. Es más, hasta es posibleque, después de un tiempo viviendo con Tony y sus bromas, hastaruegues por poder volver a tu casa.


Aquellas palabras hicieron que Peter se riera y, algo más tranquilo,el chico lo soltó, tratando de secarse lo más rápido posible unaslágrimas que parecían haber estado escapando, fuera de su control.


-Dudo que eso ocurra- murmuró.


-Eso dímelo cuando lleves un tiempo con nosotros- le dijo Steve,dedicándole una sonrisa, poniéndose en pie.-Aún no has visto comoes nuestro día a día. Pero pronto lo descubrirás. Iremos juntos ala Torre después del trabajo para que Tony te de las llaves de casa.


-¿Voy a tener una llave?- preguntó Peter, pareciendo sorprendido.


-¿Cómo esperabas entrar y salir si no?- fue lo que Steve lerespondió.


-No sé. ¿Llamándoos a vosotros cuando tuviera que entrar?


-Eres lo bastante mayor y responsable como para que puedas tener yguardar una llave- le dijo Rogers, colocándole una mano sobre elhombro, viendo como este sonreía y asentía.-Pero, ahora, serámejor que volvamos al trabajo. Aún tenemos muchas cosas que hacer ycreo que esto nos ha llevado más tiempo del que creía.


-¿Le diremos a la señorita Romanoff sobre que vamos a vivir todosjuntos?- preguntó Parker.-Tal vez, ella debería saber sobre esto.


-No es algo que el público vaya a saber inmediatamente- le dijoSteve.-Mucha gente entra y sale de la Torre. Pero se lo comentaremosen algún momento. Es posible que ponga el grito en el cielo, asíque disfrutemos de este día y ya se lo diremos en otro momento,¿vale?


-De acuerdo- aceptó Peter, dedicándole una amplia sonrisa.


Y así, juntos, ambos abandonaron la cafetería.


Findel capitulo 80


Losé, lo sé, Marvelitos. Estáis ahora mismo emocionados con todoesto. Seguro que vosotros tampoco os esperabais que Steve por finhablara con Peter y que este, encima, aceptara sin ningún problemairse a vivir con ellos.


Loque no tengo claro del todo es el hecho de que un menor, como esPeter en estos momentos, pueda irse a vivir así como así con otraspersonas que no son de su familia, cuando aquella que tiene su tutelano puede ocuparse de él porque está en el hospital. Pero es unfanfic, ¿verdad? A Tony no le costaría nada tener los papelesnecesarios para tener la custodia provisional de nuestro encantadorchico arácnido.


Másde uno es posible que aún esté dando pequeños botes de emoción enla silla al haber leído esa parte del capitulo jajajajaa. Perotenemos que recordar a los otros miembros que han aparecido y que nohan tenido, precisamente, una conversación tranquila.


Sí,me refiero a Natasha y a Clint. A todos nos queda más que claro quenuestra querida pelirroja está muerta de celos por culpa de Barton,pero... ¿cuánto podrá negarse ella a la realidad antes de aceptarlo que realmente está sintiendo? Eso es lo que vamos a descubrirjuntos, Marvelitos.


Delo que también me he dado cuenta es que, para cuando suba estecapitulo, quedará un día para Año Nuevo, así que, ya que nopodemos pasarlo todos juntos (como la gran familia que formamos) puesyo os lo deseo desde aquí, esperando de que paséis una nocheincreíble, divertida y en paz.


Enmi casa, siempre suele haber una pelea esa noche, aunque enNochebuena estuvimos genial. Mi cuñada me compró el libro de ''ElMundo de hielo y fuego'' sobre Juego de Tronos, donde viene toda lahistoria, costumbres, dioses.... La historia actual de la serie estábien, pero lo que a mi me hace admirar a George R.R. Martin es elhecho de que haya podido crear un mundo tan grande y, retornes a laedad que sea, tenga una historia que contar de entonces. En serio, esun trabajazo.


Losé porque he tratado de escribir fantasía épica y hay muchas horasde curro, encajar fechas, acontecimientos, arboles genealógicos....y encima lograr que todo tenga un sentido y un orden.


Mevolví a ir por las ramas, ¿verdad? Como siempre. No hay quién mepare cuando empiezo a darle al coco. Antes de que os suelte toooodami opinión sobre escribir ese tipo de temática, será mejor que medespida ya, desearos nuevamente Feliz Año Nuevo y que os mantengáissanos para poder seguir leyéndonos el año que viene.


Muchosbesos, Marvelitos, y chao.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top