Capitulo 76

Aquí estamos de nuevo,Marvelitos, con un nuevo capitulo de este fanfic en medio de estosclimas fríos que, la verdad, no le sientan nada bien a mis manos.


¿Soy la única personaque, cuando cambia así el clima, tiene las manos congeladas todo elrato y, sin embargo, cuando le doy demasiado calor, se hinchan? Es unasco. Me estuvieron tratando durante años eso, pues se pensaban queera una enfermedad llamada Reynon o algo así (sé pronunciarlo perono escribirlo) Al final, se supone que no lo era, pero sigo teniendoproblemas con mis manos ahora.


Supongo que cadapersona tiene sus propios problemas. A mi padre se le hinchan lasorejas, se le ponen rojas y le cuesta mover las manos. ¿Vosotrostenéis algún problema cuando cambia el clima?


Pero centrémonos en lahistoria. Como estamos haciendo un repaso por las parejas, se meocurrió una cosa con el Thorki. ¿Recordáis a la buena amiga deThor? Pues vamos a ver qué pasaría si se ve las caras a estasalturas con Loki. No sé. Me dió por pensar cómo reaccionarían alencontrarse ahora, cuando él y Thor son ya una pareja sería.


Bueno... todo lo seríaque puede ser una relación en la que esté Thor metido de por medioajjajaaa.


Y luego está la otraparte. Al principio, no pensaba hablar de ello, pasar a otra cosa,pero, cuando me he puesto a escribir, no he podido evitar pensar quéhabría pasado después de la cena con la señora Rogers entre Stevey Tony, qué hablarían entre ellos cuando ya se quedaran a solas. Yeso he hecho, ponerme a escribir.


Es como si mi mentehubiera decidido que era necesario saber qué es de todas lasparejas, ver como van, cuál es su día a día y todo eso.


Pero voy a dejar dehaceros el resumen de la historia y voy a dejaros con elladirectamente, ¿de acuerdo? Como siempre, seguiremos hablando despuésy ya me diréis qué os ha parecido. Hasta pronto.


CAPITULO 76


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La sonrisa que Thor le estaba dirigiendo a Jane no sabía comodeterminarla.


Thor podía estar sonriendo por mil cosas diferentes y, laverdad, la última vez que había hablado con este por teléfono, lehabía dicho que estaba teniendo problemas con Loki.


-¿He de suponer que se han solucionado vuestros problemas?-comentó la joven.


Sabía que a este le gustaba hablar de sus cosas con ella, pues,cuando le daba vueltas a un tema, ella solía encontrar una solución.Con todo el tema de la banda, a penas habían tenido tiempo paraverse, solo hablando por teléfono de vez en cuando.


Y, la verdad, no había esperado que este la invitara a ir a sucasa para hablar tranquilamente. Después de todo, no era tonta y aLoki nunca le había hecho gracia verla cerca del gigante rubio.


-Sí, las cosas van ahora estupendamente. He encontrado el puntodébil de Loki, así que dudo que vaya a tener más problemas en elfuturo.


Pensar de ese modo solo anunciaba que iba a tener muchísimosproblemas en el futuro.


-¿Y cómo os va con la banda?


-Bueno... Todo iría genial, si no fuera por la señoritaRomanoff. No sé porque, pero me ha cogido manía.


-¿Es posible que sea porque hables de cosas de las que nodeberías de hablar?


-¿Te refieres a que cuente cosas de mi relación con Loki?


-Por ejemplo.


-Pero estamos juntos. No veo como algo malo hablar de ello y quela gente lo sepa. No lo estamos ocultando de nadie.


Jane lo observó con atención, no sabiendo cómo era posible queLoki aún consiguiera aguantarlo. Eso tenía que ser amor verdadero,porque allí el gigante rubio parecía que iba a seguir teniendo lamisma actitud que hasta la fecha. Y... eso no iba a significar nadabueno.


-Pero que tonto soy- comentó este, dándose un pequeño golpe enla frente.-Se me olvidó preguntarte si querías algo de beber.¿Café,zumo, té? Creo que Loki tiene sus té's por algún armario.


-Un zumo de lo que sea estará bien- comentó Jane, observandocomo este se ponía en pie e iba a la cocina.


Le caía bien Thor, era honesto, sincero... Pero, precisamentepor el modo de ser que este tenía, lo veía más como un amigo queuna posible pareja. A la larga, no podría aguantarlo si estuvieranen una relación.


-¡Oh, mierda!- le oyó exclamar de golpe, haciendo que esta sevolviera en el sofá hacia la cocina.


-¿Qué ocurre? ¿Va todo bien?


-Sí, es solo que... Loki me dejó una lista con cosas que teníaque comprar y se me ha olvidado- comentó, mostrándole la lista quetenía en la mano a ella.-Y tiene que estar a punto de volver.


-¿Eran cosas urgentes?


-No, pero ya tenía un strick- comentó este, casi para símismo. Sin embargo, de golpe, alzó la cabeza hacia ella.-Oye, voy unmomento a comprar esto en una carrera. Tú esperame aquí, ¿vale?


-¡¿Qué?!- exclamó Jane.-¿Me vas a dejar sola aquí?


-No pasa nada. Loki está a punto de volver.


¡Aquel era, precisamente, el problema!


Pero antes de que ella pudiera replicar nada más, este ya estabasaliendo por la puerta a toda prisa, con la nota en la mano.


En el momento en el que este le había dicho que fuera a casa,tendría que haberse negado. Tendría que haber sabido que algo comoaquello acabaría ocurriendo porque, después de todo, siempreocurrían cosas como aquella con Thor.


Pero hacia tiempo que no se veían, así que ella aceptó parasaber qué era de su amigo.


Caso error. La próxima vez se iban a verse por videoconferencia.


Sola allí, en el apartamento, miró a su alrededor, admiradaporque todo estuviera tan limpio. Aquello tenía que ser cosa delmoreno, ya fuera porque limpiara él o pusiera a Thor a limpiar,pues, por lo que había visto del rubio, no era una personaprecisamente ordenada.


Observó los libros que había sobre la pequeña mesa junto alsofá, la televisión que era bastante grande... Las únicas plantasque vio por allí eran de plástico, pues, si no tenían cuidado,todo se marchitaría. En eso se parecían. Jane tampoco estabapendiente de las plantas. Tenía siempre más la vista en el cieloque en cualquier otra parte.


Revisó su móvil para ir controlando la hora y mirar susmensajes, revisó el correo y dejó este sobre la mesita, esperandoque Thor no tardara mucho más.


Para cuando oyó las llaves en la puerta, estaba absolutamenteconvencida de que debía tratarse de Thor.


Con lo rápido que había salido del piso, estaba convencida deque tendría que ser mucho más rápido con las compras, sabiendo quesu pareja iba a volver en cualquier momento.


Sin embargo, cuando vió entrar a Loki, se quedó tan congeladacomo él cuando la vió sentada en el sofá.


-Hola- murmuró este después de unos instantes.


-H...hola.


Loki echó un vistazo a su alrededor, buscando la figura delrubio, sin lugar a dudas.


-¿Dónde está Thor?


-Ha ido a hacer unas compras rápidas. Me aseguró que volveríaenseguida.


-Así que se le había olvidado ir a comprar, ¿eh?- comentóeste, dejando sus llaves en el bol de la entrada y cerrando lapuerta.


-Pero, cuando se ha acordado, ha volado fuera de casa. Te logarantizo.


-¿Y te ha dejado aquí, sola?


-Sí, bueno... Me ha asegurado que vendría enseguida.


-Que mal anfitrión es- comentó Loki, dirigiéndose a lacocina.-¿Quieres tomar algo?


-Cu...cualquier cosa estaría bien- murmuró ella.


No podía evitar estar nerviosa. Después de todo, nunca habíantenido un trato cercano y siempre había sentido, sin problemas, eldisgusto de Loki cuando la veía cerca de su hermano adoptivo.


Aunque, en su defensa, no parecía tener la misma actitud aqueldía.


-¿Quieres tomar algo o no?- replicó este, volviendo la cabezahacia ella.-Yo no puedo elegir por ti.


-Un zumo, gracias.


-Será un café, porque no queda zumo- comentó este, cerrando elfrigorífico.


¡Thor, ¿dónde demonios estás metido?!, pensó Jane, al bordede un ataque de pánico.


Nunca habían tenido que quedarse a solas. Ella no había pisadomucho aquel lugar y Loki no solía salir con Thor cuando quedaba conella y con los demás. Dudaba siquiera sobre que pudieran ser amigos.Pero... por el momento, solo le quedaba permanecer allí, ensilencio, viendo como Loki enchufaba la cafetera.


-¿Y qué? ¿Estabais hablando de vuestras cosas?- comentó Loki,apoyándose en la encimera, cruzándose de brazos mientras laobservaba.


Jane, sentada de medio lado en el sofá, solo estaba deseando queel mueble se la tragara y huir de aquella situación incómoda.


-Sí, Thor me estaba poniendo al día de la banda y todo eso.Hacia tiempo que no nos veíamos- comentó, tratando de dirigirle unasonrisa suave.


Pero este solo hizo un sonido afirmativo, sin llegar a pestañearsiquiera.


Incapaz de pensar en algún otro tema de conversación, Jane solose quedó en silencio, volviendo la vista hacia la televisiónapagada.


Si la hubiera encendido cuando estaba sola, al menos, ahora, noestaría flotando entre ellos aquel silencio incómodo.


-¿Quieres leche con tu café?- le preguntó Loki de pronto,volviéndose hacia la máquina.


-Me gusta solo, gracias.


-A mí me sería imposible tragarlo así, pero, como gustes.


No supo si aquello era una queja o no, pero Jane solo permanecióen silencio mientras veía como este terminaba de preparar sus cafésy llevaba con dos tazas hasta el sofá, sentándose Loki junto aella.


-Gracias- murmuró cuando este le tendió la taza.


-Y dime...¿Tus...proyectos van...bien?- comentó Loki,pareciendo como si no estuviera muy seguro de qué preguntar.


Estaba convencida de que ni siquiera sabía lo que hacía en launiversidad.


-Oh, sí. Todo me va estupendamente. Como a vosotros con elgrupo, espero.


-Sí, claro. El grupo va bien. Y, gracias a la señoritaRomanoff, va a ir mejor. Es una buena agente.


Estaba claro que Thor y él no pensaban igual. Lo cuál no eraalgo para nada sorprendente.


Ambos seguían pensando en algo de lo que hablar cuando oyeronlas llaves en la puerta, haciendo que los dos volvieran la cabezahacia esta con miradas esperanzadas cargadas de alivio.


Para cuando Thor asomó la cabeza por la puerta, Jane estuvo apunto de echarse a llorar de la alegría.


-Ey. Estáis los dos ahí- comentó el gigante rubio, entrando enla casa con unas bolsas.


-Sí, estamos los dos manteniendo una conversación- afirmóLoki.


Si a lo que acababan de hacer se le podía llamar conversación.


-Eso es genial. Nunca habíais hablado mucho vosotros dos, peroestaba convencido que, si hablabais, veríais que tenéis mucho encomún.


Thor se había dado un golpe en la cabeza o algo parecido,¿verdad? ¿No notaba el ambiente incómodo que había en aquelcuarto?


-Estoy convencido de ello- afirmó Loki, asintiendo.


Esta observó con sorpresa al moreno. Pero, al ver su expresión,vio que solo le estaba dando la razón a este para tenerle contento.


No es como si se llevaran mal. Tal vez, si se trataran más,hasta se toleraran. Pero, en aquellos momentos, un buen trato entreellos era imposible.


-Tal vez, debería irme ya a casa. Se ha hecho un poco tarde-comentó Jane, poniéndose en pie.


-Pero, ¿qué dices?- le soltó Thor en el acto, dejando lasbolsas en la cocina.-Apenas hemos podido hablar, así que te quedas acenar. ¿Verdad, Loki?


Este volvió la cabeza hacia este, como si aquello le hubierapillado desprevenido, pero, tras mirar a esta, volvió la vista haciael rubio y asintió.


-Por supuesto. Es una amiga tuya.


-Solo una amiga- afirmó ella, por si las dudas.


-Una buena amiga- asintió Thor, sin sentir el ambiente.


Estaba claro que este no entendía las cosas hasta que lehablaban claro.


-¿Y qué podemos preparar?- preguntó el rubio hacia Loki,haciendo que el moreno se pusiera en pie.


-Déjame ver lo que has traído y veremos lo que podemos hacerpara tres.


Jane, por su parte, solo se quedó sentada en el sofá, inmóvil,con la idea insistente en la cabeza de que no tendría que haberaceptado ir al apartamento. Pero, al mismo tiempo, pensando que yaera hora de que Loki dejara de verla como una amenaza.


¿Quién sabía? A lo mejor, después de esa cena, este cambiaba suvisión deella.

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Despuésde la noche que Steve había pasado, teniendo que aguantar todas lasbromas que Tony y su madre habían querido hacerle y más, llevaron ala señora Rogers a casa, pues Rogers afirmó que, a aquellas horas,su madre no iría andando sola por la calle.


-Por supuesto. Siempre hay que asegurarse de dejar a una dama enla puerta de su casa- convino Tony.


Lo que consiguió que esta le diera un golpecito cariñoso en elbrazo.


A veces, Steve pensaba que su madre se alegraba más que élmismo de estar saliendo con Stark. Nunca había esperado que sellevaran mal, pero, desde luego, no se había esperado semejantegrado de confianza. No sabía si aquel resultado había sido elmejor.


Sin embargo ,tras despedirse de Sarah, dónde Steve tuvo quebajarse del coche para que su madre pudiera darle unos besos en lamejilla y abrazarlo bien, la vuelta en coche fue bastante silenciosa.


-Creo que ha sido una buena noche- comentó Tony, echando unvistazo hacia Steve, notando el silencio de este.


-Sí- fue todo lo que comentó.


-Tu madre me cae muy bien. Es una gran mujer.


-Lo sé.


-Y solo tratamos de gastarte bromas sin importancia. Lo sabes,¿verdad?


-Claro.


-Bien. Es bueno que lo sepas- afirmó Tony.


Pero, aún así, el silencio de Steve le inquietaba. No sabía sirealmente estaba molesto y no quería decírselo o es que en verdadse tomaba sus bromas por lo que eran; bromas.


Tendría que inventar alguna clase de máquina para poder leerlos pensamientos de la gente y no tener que estar sufriendo de aquelmodo.


-Tu madre se lo ha pasado bien. No imaginaba que le gustaba elsushi.


-Ella es moderna- comentó el rubio de vuelta, mirando por laventanilla.


¿Se vería muy mal si, a aquellas alturas de su relación, Tonyentraba en pánico? No sabía qué más decir para asegurarse de queeste estuviera bien de verdad.


-Sí, ya lo he notado. Fue genial que se tomara tan bien nuestrarelación. Incluso no puso pegas cuando te mudaste conmigo.


-Sí, lo fue.


¡Ahgr! ¡Que le contestara con algo más! !¡Así no habia formade saber lo que se le estaba pasando por la cabeza!


-Lástima que trabaje tanto y no puedas verla tan a menudo comoquisieras.


-Ella no podría estar mucho tiempo sin actividad.


-Cierto, cierto. Se ve una mujer enérgica.


-Aunque no me había dado cuenta lo sola que estaba- murmuróSteve, haciendo que Tony volviera la cabeza hacia él.


-¿Qué quieres decir?


-Hacia un montón de cosas con mi padre, salían mucho, nuncaestaban quietos. Pero, cuando él se fue, ella se centró en eltrabajo, dejó de salir tanto, de disfrutar...


-¿En eso estabas pensando?


-Sí.


-Uf. Que alivio.


-¿Cómo dices?- le soltó Steve, volviendo la cabeza hacía él.


-Lo siento. No quería decirlo como ha sonado. Pero es quepensaba que, después de todas las bromas, te habías molestado algocon nosotros.


-¿Por qué pensabas eso?


-Porque me respondías a todo con monosílabos.


-Porque estaba pensando.


-Tampoco me mirabas.


-No miro a nada en particular cuando estoy pensando.


-Bueno.... por eso he dicho que era un alivio saber que era poreso.


Steve no pudo evitar sonreír brevemente cuando lo miró.


-De verdad... Asustarte por eso. Si me tuviera que enfadar cadavez que os burláis de mí, no haría otra cosa.


-Es que... cuando empezamos, no vemos un final y no sé si en,algún momento, podría acabar pasándome de la raya.


-Para que te quedes más tranquilo, cuando te pases de la raya,yo mismo te lo diré.


-Gracias. Me dejas mucho más tranquilo.


-Bien- asintió Steve, mirando el paisaje que los rodeaba de laciudad.-A todo esto, ¿qué hubiera pasado si realmente hubieraestado enfadado con vosotros?


-Bueno... tendría que haber estado pensando en un modo depedirte perdón.


-¿Buscabas las palabras correctas?


-En realidad, buscaba la postura perfecta del kamasutra para estaclase de situaciones.


Aquello hizo que Steve se pusiera rojo como un tomate alinstante.


-¡¿Es que no sabes pensar en otra cosa?!- exclamó.


-¿Para qué pensar en otra cosa, cuando los viejos trucos sonlos mejores?- le respondió este, dirigiéndole una sonrisa de mediolado.


-De verdad.... eres de lo que no hay- comentó el rubio,cruzándose de brazos y hundiéndose en su asiento, mirando hacia laventanilla.


-Sí, eso es muy cierto. Soy único y genuino.


-Y un loco.


-Un loco millonario, lo que me transforma en un genio.


-Tienes una replica para todo lo que te diga, ¿verdad?- lepreguntó este, mirándolo de nuevo.


-No lo dudes- le soltó Tony, con la vista en la carretera,asintiendo.


Tendría que molestarse con él por eso, regañar a Tony másseveramente. Pero, ¿cómo hacerlo si aquel tipo de réplicas suyasle sacaban una sonrisa? Sería imposible que se tomara en serio nadade lo que le dijera si estaba sonriendo.


-Díme una cosa- comentó Stark.-¿Qué es lo que te ha dadovergüenza? ¿Que estuviera pensando en una postura por hacer alllegar a casa o que te lo haya soltado de esa manera?


-¿Tú qué crees?


-Que lo haya dicho de esa manera. Intentaré ser más delicado lapróxima vez.


Steve volvió la cabeza hacia este, asombrado, sabiendo querealmente Tony sacaría el tema de nuevo, pero llevando más cuidadopara no alarmarlo demasiado.


-Sigo diciendo que eres más loco que genio- comentó al final,volviendo la vista hacia su ventanilla.


-Y, en cuanto lleguemos a casa, te mostraré también lo buenamante que soy- afirmó este.


Steve se removió en el asiento cuando oyó aquello, pero noañadió nada en voz alta. Solo hizo como que el paisaje le llamabamucho la atención.


Sabía que Tony cumpliría su palabra. En cuanto llegaran a laTorre, le mostraría sus "habilidades". Jarvis ya se habríaido para entonces, pues así se lo habían indicado a este.


Si salían a cenar a algún lado, él podía retirarse en cuantoacabara con su trabajo. No hacia falta que esperara a que ellosvolvieran para retirarse.


Eso significaba que, en cuanto pusieran un pie en el ascensor dela Torre...


Solo el imaginárselo hizo que Steve se volviera a sonrojar, conla vista clavada en la ventanilla, no queriendo que Tony le viera asíde avergonzado. Sabría en lo que habría estado pensando y eso solole daría más alas a este.


Tampoco era como si hubieran pasado muchos días desde que habíanestado unidos...de esa manera. Pero, aún así, cuando sabía lo quese avecinaba, no podía evitar ponerse algo nervioso, y algoexcitado. La anticipación, el saber qué iba a llegar... Todo esohacia que su piel se erizada, como si exigiera una caricia inminente.


Dudaba que a Tony le ocurriera lo mismo. Él estaba másexperimentado, sabía controlarse mejor y cómo actuar en ese tipo desituaciones. Lo más seguro era que se divirtiera al ver comoreaccionaba él al hablar de aquel tipo de cosas. Sí, estabaconvencido de ello.


¿Seria así toda la vida? ¿Incluso cuando los años pasaran, seavergonzaría de ese modo cada vez que Tony saliera con una de susinsinuaciones?


Por un lado, era algo que no le importaría. Si Tony era capaz dearrancarle aquel tipo de reacciones para siempre, significaba que erael tipo adecuado, ¿no? Indicaba que había tomado la mejor decisiónde su vida al querer estar a su lado.


Tony era un loco, un bromista, alguien que siempre trataría deavergonzarlo. Pero, al mismo tiempo, siempre le daría emoción a suvida, ningún día sería solo calmado con él. Y, cada vez que lomiraba, sabía que aquello era lo que quería.


Este debió notar que lo miraba, porque volvió la cabeza haciaél.


-¿En qué estabas pensando ahora?- le preguntó este.


-Nada. Solo le estaba dando vueltas a una cosa.


-Sí, yo también. Pensaba que el kamasutra tendría una posturapara momentos como este, pero no me viene ninguna.


Aquello solo hizo que se le escapara una carcajada a Steve.


-Eres único- afirmó el rubio.


-Desde luego, eso espero. Me esfuerzo mucho para ello.

Findel capitulo 76


Bueno,bueno, bueno. ¿Qué comentar de ese momento, de esa conversaciónentre Steve y Tony? Es como si se pudieran pasar toda la vida con esaclase de charlas y no cansarse de ellas nunca. Desde luego, parecenuna pareja hecha en el cielo.


Tonyes un loquillo, eso lo sabemos todos. Pero es el loquillo de Steve,con el que este quiere compartir el resto de su vida, a pesar detodas las bromas que quiera gastarle junto a su madre. Eso tiene queser amor verdadero, sin lugar a dudas. ¿O no?


Seve que me salió la vena romántica en este momento, pues esta partedel capitulo la escribí en la parada del autobús, cuando fui arecoger el nuevo envío de la colección de cómics de Spiderman. Sí,gente. Estoy haciendo esa colección, a pesar de que ahora me estánsacando casi 30 euros por cada envío.


Menosmal que solo quiero llegar hasta un número determinado. El mes queviene ya me daré de baja en la suscripción porque me estánsangrando de una manera....


Pero,en fín. Vayamos con la otra pareja que se ha hablado en estecapitulo. ¿Soy la única que ha vivido situaciones parecidas a la deJane en ese apartamento? He tenido amigas a las que no les hemoscaído bien a sus novios, de ir a verlas y cuando llegaba él,notarse en el ambiente el frío glaciar.


Claro,si quieres seguir en contacto con tu amiga, tienes que verle, peroella te ha dicho ya que no le cae bien nadie del grupo y es como''¿por qué tengo que ver a este sujeto?''.


Supongoque por eso entiendo perfectamente cómo se sintió Jane en esemomento, cuando se vió a solas en ese apartamento con Loki, rezandopara que Thor llegara lo antes posible. No es solo incómodo, esviolento y no te sale nada de lo que hablar. Pero, por el bien de laamistad, tienes que tragar. La ventaja de Jane es que, cuando elmoreno se dé cuenta de que no es una amenaza, la tolerará más.


Nosotrosno.


Pero...como no quiero alargarme mucho con esto, será mejor que corte yaaquí con las explicaciones y me ponga a seguir escribiendo. Cuantomayor número de capítulos haga seguidos, más tiempo podría tenerpara dedicárselo a los otros. ''Encontrémonos en el Espacio'',''En nuestra pequeña academia''.... Ya sabéis. Historias queestán esperando y que no me miran con demasiados buenos ojos.


Aquíme despido, Marvelitos. Como siempre, manteneos sanos y nosseguiremos leyendo en el próximo capitulo. Hasta pronto.

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