Capitulo 73

Buenas a todos losMarvelitos de nuevo, sabiendo que esto se está haciendo eterno.Aunque, en realidad, solo me doy cuenta de cuanto llevo con esto cadavez que entro en la carpeta de este fanfic y veo todos los capítulosque la están llenando.


En serio, incluso estásiendo más larga que la ultima novela que estoy escribiendo. Y yallevo con ella 400 paginas. No me queda mucho para acabarla, asíque, como mucho, se quedará como una novela de 450 paginas. Estefanfic ya ha superado ese número hace mucho. Estoy segura deello.(Algún día terminaré esa serie de novelas. 13 historias nopueden tardar mucho en ser escritas, ¿verdad? ¿Verdad?)


En fin... antes de quemi cabeza se vaya hacía lugares oscuros de mi mente, recordándomeque no es la única serie de novelas que tengo aún por hacer (miscarpetas solo crecen y crecen día a día, juzgándome cada vez queenciendo el ordenador y ven que no avanzo con ellas) vamos acentrarnos en la historia que nos ocupa y los hechos que sucedieronen el capitulo anterior para que podamos ponernos en situación ysepamos desde donde partimos.


Aunque haya algunos quetal vez quieran saber qué le está haciendo Loki a Thor paraperdonarle su metedura de pata, me siento más en la obligación decontar cómo les está llendo a Clint y Natasha en esa cena a la queeste la ha invitado. Básicamente, me siento en esa obligaciónporque son los recién llegados y a penas había escrito nada deellos antes, así que tienen que abrirse un hueco, ¿no creéis?


Bien. El principio delcapitulo lo tenemos claro. Lo que yo misma no tengo muy claro esquiénes serán los que vendrán detrás de ellos, así que....supongo que será lo que mejor me nazca en ese momento.


Como siempre, se notaráuna diferencia entre unos y otros por la línea de puntos, así queno tendréis problemas para saber cuando son unos y cuando son otros.


Descubramos juntos cómovan a ir las cosas.


Sin nada más queañadir, os dejo con el capitulo y, también como siempre, espero quelo disfrutéis. Hasta luego.


CAPITULO73


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Incluso cuando había ido al restaurante con él porque no teníaauténticos motivos para negarse a ello, Natasha tuvo que decirseinteriormente de que, en algún momento, bajo las circunstancias quefueran, tendría que hablar seriamente con Clint y dejar claro que, obien no sentía nada por él o que su constante esfuerzo habíaservido para algo.


Después de todo, en aquellos momentos, con este sentado frente aella, con el menú del local en sus manos, leyendo la carta, ni ellaestaba muy segura cuál sería la opción de las dos que le acabaríadiciendo.


Seguramente, una chica más normal, que no estuviera centrada ensu trabajo y que no quisiera ser siempre la que tenía el control detodos los aspectos de su vida aceptaría salir con él mucho más queencantada


Solo había que mirar a Clint para saber eso.


Era un hombre amable, encantador, atento... Sería el tipo dechico con el que cualquier chica soñaría para esa boda perfecta quehabían visualizado en su mente cientos de veces.


El problema era que Natasha jamás se había criado con el sueñode una boda perfecta o casarse con el hombre perfecto. Lo que siemprese dijo a sí misma era que estaba sola y que lo único que lograríaen la vida serian aquellos éxitos que conseguiría por sus propiosmedios.


-¿Ocurre algo?-le preguntó Barton, alzando la vista de la cartacuando notó que ella lo estaba mirando con suma atención.


-¿Nunca has pensado en casarte?-le soltó Natasha a su vez,haciendo que este abriera los ojos como platos.


-¿Cómo dices?


-Me resulta un poco imposible que tú no te hayas imaginadocasado en algún momento. Seguro que ha habido más de una mujer quese ha plantado frente a ti y has pensado que era la correcta paraeso.


-No sé a que viene esta conversación- fue lo que este dijo a suvez, con una sonrisilla nerviosa en los labios, mirando a sualrededor, como si se estuviera asegurando de que nadie másescuchaba aquello.


-Yo no soy de esas mujeres que se casan. Ni siquiera soy de lasque mantienen una relación duradera, así que... no sé que estásesperando de mí. No puedo darte lo que para otra persona sería lonormal.


-Natasha, no espero nada de ti- le dijo Clint, inclinándosehacia ella por encima de la mesa.


-No mientas. Todo el mundo espera algo de alguien- se quejóella, también inclinándose hacia él.


-Lo único que quiero de ti es lo que tú estés dispuesta adarme. No quiero exigirte nada ni que lleguemos a un punto concreto,como todos los demás. Sé que no eres como todos los demás. Por esome gustas.


Natasha frunció el ceño mientras lo observaba, no muy segura desi debía sentirse alagada por sus palabras o no. Después de todo,era como si la estuviera llamando bicho raro.


-No me creo que no esperaras algo en concreto- siguió diciendo.


-Lo único que esperaba esta noche era que aceptaras ir a cenarconmigo. Nada más. Sé que contigo solo se pueden obtener pequeñasvictorias.


-¿Y por qué complicarte la vida conmigo de esta manera?


-Porque vales la pena- le dijo este a su vez, dirigiéndole unasonrisa.


Tal vez, otra mujer en sus mismas circunstancias se habríasonrojado ante semejante frase o ante aquella sonrisa, pero ella solosiguió mirándole con suma atención.


Ella nunca había sido como las demás chicas, pero, al parecer,Clint tampoco era un hombre normal y promedio. Nadie sufriría tanlarga espera a propósito.


Seguramente, era algún tipo de masoquista. Eso ella podríamanejarlo.


-Si me sigues mirando con esa atención, vas a acabar poniéndomenervioso- comentó Barton, reclinándose en su asiento de nuevo,dejando la carta sobre la mesa.


-Dudo que te puedas poner nervioso por nada de lo que haga- lesoltó Natasha a su vez.


-Bueno... no estoy tan seguro de eso. Sé de un par de cosas quepodrían acabar poniéndome bastante nervioso- le dijo este,sonriendo nuevamente.


Debía de referir a asuntos de cama.


El hecho de que no hubiera llevado a este hacia la más cercanahacia años había sido porque tenía la impresión de que aquello noharía que su atención se dirigiera hacía otro punto después ysolo volvería las cosas más complicadas. ¿Se había equivocado ensus suposiciones?


-¿Querrías ir a la cama conmigo?- le preguntó esta, haciendoque Clint, que había estado dando un sorbo a su copa, disparara todoel contenido hacia un lado.


Algunas personas del local lo miraron con mala cara, pero esteles indicó una disculpa con la mano, tratando de limpiar el desastreque había hecho con una servilleta, limpiándose la cara.


-¿De qué demonios estás hablando?-le preguntó Barton,volviendo la cabeza hacia ella.


-Solo es que me preguntaba si, tal vez, dejarías de estar tanencima de mí si aceptara llevarte a la cama.


-Aunque la idea me encante, porque no puedo decir lo contrario,eso no hará que simplemente desaparezca lo que siento.


-¿Ah, no?


-¡No!- exclamó este, que no parecía saber si reír ollorar.-Si fuera algo tan sencillo, habría resulto esto hace años.


Natasha lo contempló con atención, pensando seriamente cómosolucionar aquello que tenían entre ellos.


-¿Esa es a la conclusión que has llegado?-le preguntóeste.-¿Que, si nos acostábamos, no seguiría sintiendo lo mismo porti?


-Pensaba que te dejaría tan agotado que simplemente no seguiríasinsistiendo.


Aquellas palabras hicieron que este tragara saliva de golpe.


-¿Agotado?- repitió Clint, como si no la hubiera escuchadoperfectamente.


-Sí. Cuando empiezo, mis parejas no sueles durar mucho y,después de toda una noche, les suele costar andar- comentó ellacomo si nada, volviendo su atención a la carta.


Recordaba que algunos de ellos, cuando les había advertido loque podría ocurrir después de estar con ella, se habían echado areír, pensando que se trataba de una broma o algo por el estilo.


Pero pronto descubrían que no era ninguna broma.


Clint estaba asintiendo en aquellos momentos con la cabeza,abriendo y cerrando la boca, como si quisiera decir algo, pero nosupiera bien qué.


-Entonces... ¿agotados?- volvió a comentar este.


-Sí. Bastante.


-Creo que me puedo hacer una idea- siguió comentando este.


Aunque pareció aliviado cuando llegó un camarero,interrumpiendo lo que fuera a decir a continuación.


Ambos hicieron sus pedidos, el hombre asintió, llevándose lascartas y volvieron a quedarse solos.


-Sobre el tema de cama- volvió a decir Clint, inclinándosehacia ella por encima de la mesa.-¿Sería una única noche o unaserie de noches que acabarían dejándome agotado?- preguntó.


Estaba claro que el tema le creaba una enorme curiosidad.


-Depende del aguante que tengas tú y lo que me entretengas a mí-comentó esta como si nada.


El único motivo por el que se quejaba de Thor y su manía desoltar detalles de su relación era porque lo hacia delante de lascámaras y delante de otra gente que no debía. De no ser así,seguramente, no tendría ningún problema con el gigante rubio.


El sexo era un tema normal, algo que la gente practicaba, unosmás a menudo que otros, que los mojigatos habían convertido casi enun tabú. Ella no sufría el mismo problema.


Clint parecía estar calculando algo, como si estuviera midiendosu resistencia. Casi podía ver sus cálculos mentales.


-Aunque la idea no deje de encantarme, creo que voy a tener quepasar- comentó este al final, reclinándose de nuevo sobre suasiento, haciendo que Natasha volviera la cabeza hacia él.


-¿Y eso por qué?


-Porque dudo que una noche, o una serie de noches, sea todo loque necesito. Dudo mucho que lo sea.


Un tipo insistente.


-¿Y si te dijera que eso es lo único que vas a obtener de mí?¿También lo rechazarías?- le siguió diciendo esta, queriendosaber hasta dónde era capaz de llegar.


-Sí- fue la respuesta cortante y un poco ronca de Clint.


Estaba claro que le había costado bastante decir ese único sí.


-Vaya. Si que eres persistente- comentó Romanoff, apoyando lacabeza sobre sus dedos cruzados.


-Mi madre decía que, si quería algo, tenía que luchar porello.


-Así que, en definitiva, crees que, si rechazas esto y siguescon tu método como hasta ahora, obtendrás más de mí.


-Por supuesto- afirmó este, pareciendo absolutamente convencidode sus palabras.


-¿Y si te dijera que, después de esta cena, no quiero verte nivolver a hablar contigo?- le dijo ella.


-Tendría que decirte que lo veo algo difícil- comentó este,sonriendo.-Soy algo así como tu jefe.


En eso tenía que darle la razón. Aunque hubiera sido Tony elque le había dado el puesto en un primer momento, había trabajadocon Barton a partir de entonces, pues el multimillonario estabademasiado ocupado con sus otros negocios como para centrarse en esetambién.


-Pero podría hablarte simplemente de asuntos de la empresa ynada más- siguió diciéndole esta.


-Dudo que pudieras hacer eso- le dijo este.


-¿Y eso por qué?


-Porque soy demasiado encantador.


Por un momento, Natasha no supo si enfadarse con él por ser tandescarado, pero la risa que escapó de ella después habló por símisma. Por mucho que Barton fuera un insistente, que siempre quisieradar un paso más hacia ella, estaba claro que, cuando quería, sabíasacarle una sonrisa.


-Y, así, paso a paso, es como me acerco- dijo Clint, alzando sucopa hacia ella.


Natasha trató de dejar de reírse pero, tomando su copa, no lequedó de otra más que brindar con este.


Después de todo, tenía la impresión de que, cayera o no en suestrategia, iba a resultar divertidoigualmente.

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Despuésde aquella noche, cuando Thor y Loki llegaron a la empresa, ambosparecían haber solucionado sus problemas. O, al menos, eso era loque parecía, pues el rubio estaba pegado a Loki con una sonrisa deoreja a oreja y el moreno no le lanzaba frases cortantes cada vez queabría la boca.


Steve pensó que era un alivio que arreglaran lo que fuera quehubiera ocurrido entre ellos, porque Loki tenía una increíblefacilidad para enfadarse y Thor una habilidad innata para sacarle desus casillas.


-Al menos, tendremos algo de tranquilidad durante unos días-comentó Rick, afinando sus instrumentos para ensayar.


Steve solo asintió con la cabeza, apartando la vista de estos,mientras veía que Natasha se encontraba fuera de la sala de ensayos,hablando seriamente con los encargados de sonido.


Después de un poco de práctica, probarían a hacer unas nuevaspruebas de grabación con algunas canciones que la discográficahabía diseñado para ellos.


Estaba claro que ellos solos no podían suplir todos los aspectosde un grupo que se estaba dando a conocer. Aunque también tenía queadmitir que a Steve no le hacia demasiada gracia que la empresa lesdiera otras canciones más que las suyas para que las tocaran.


-¿El joven Peter no ha venido hoy?-preguntó Thor, volviéndosehacia el resto de compañeros, como si se acabara de percatar que losdemás estaban allí presentes, apartando por fin su atención deLoki y el exceso de cariño que le había estado dando durante todala mañana.


-Es el que se encarga de nuestro vestuario y ese tipo de cosas. Yhoy no necesitamos nada de eso. Seguramente, no aparezca- comentóRick.


Pero, como si al pronunciar su nombre, lo hubieran invocado, eljoven apareció en el cuarto con unas botellas en los brazos,dirigiéndoles a todos una amplia sonrisa.


-Por si os da sed- comentó, repartiendo estas entre ellos.


-Pensábamos que hoy no te veríamos- le dijo Steve, dirigiéndoleuna sonrisa al joven.


Era imposible no sonreirle cuando este sonreía.


-La señora Romanoff me dijo que podría hacer unas pequeñastareas por aquí, así que me hizo venir-le respondió este, aúnpareciendo emocionado.


Era como si esa sensación no le desapareciera del cuerpo, pormucho que estuviera con ellos.


-¿Y no sería mejor que estuvieras en casa, estudiando?-le soltóLoki.-Eres joven, así que seguro que tendrás pruebas que pasar yese tipo de cosas.


-Me he traído mis libros para estudiar en los ratos libres-afirmó este.-Así que no tienen que preocuparse por mí.


Aunque parecía bastante contento porque lo estuvieran.


-Si yo hubiera tenido que estar trabajando mientras que estaba enel instituto, no habría conseguido graduarme- comentó Rick, con unasonrisa en los labios.


-Aquí Thor apenas consiguió graduarse, y eso que le ayudaba. Nolo habría logrado si no hubiera sido por mí. Ni me imagino quehabría sido de él si encima hubiera tenido que ponerse a trabajar-se quejó Loki.


-Y lo dice aquel que manipulaba a la gente para que le hicieralos deberes- se quejó el alto rubio a su vez, mirando hacia elmoreno con una ceja alzada.


-No es lo mismo-dijo este.-Yo no habría tenido ningunadificultad para hacer los deberes, pero era simplemente que meaburría hacerlos, así que les dejaba esa tarea a gente que no levenía mal unas cuántas clases extra.


-Menudo ejemplo le estáis dando al chico- se quejó Steve.


Era cierto que no eran los más grandes genios del planeta, peroescuchando aquellas historias, Peter iba a pensar que eran unos vagosque habían sacado su titulo en el instituto de puro milagro.


Sin embargo, a pesar de que había creído en ello, cuando volviólos ojos hacia el joven Parker, este los estaba mirando a todos comosi estuviera escuchando las historias más interesantes que hubieraoído en su vida.


Estaba claro que adoraba al grupo, porque era la únicaexplicación para escuchar lo que había escuchado y, aún así,mirarles con semejante expresión en la cara.


¿Qué tendrían que acabar haciendo para hacer que esaadmiración desapareciera? ¿Todos sus fans eran más o menos comoél?


-Chicos, tenemos una desagradable visita- les informó Natashapor el micro que había en aquel cuarto, haciendo que todos volvieranla cabeza hacia la sala de al lado.


-Que graciosa eres, Nat- comentó Tony, que había entrado allugar.


-¿Quién ha dicho que fuera una broma?- comentó esta a su vez.


Que Tony estuviera allí significaba interrumpir los ensayos yver qué era lo que quería hasta que consiguiera sacarlo de allí yvolver a su rutina de trabajo.


Ignorando a la mujer pelirroja, que no le miraba con demasiadabuena cara, Tony atravesó la sala de sonido y entró al cuarto deensayo, saludando a los presentes con una mano. Al menos, hasta quesu vista recayó sobre el joven que estaba sentado en el suelo,delante del grupo.


-Tú debes de ser el joven Peter Parker del que tanto he oídohablar, ¿verdad?- comentó Tony.


-Sí, señor. Soy yo- le respondió el chico, poniéndose en piede un salto, observando la mano que este le tendió y estrechándoselacon cuidado.


Estaba claro que sabía quién era Stark y, al parecer, era unamás de las personas a las que admiraba.


Tony asintió, sonriendo, mientras observaba al chico de arriba abajo. Pero Steve sabía que este se había presentado allí porquequería conocer en persona a aquel chico del que Rogers le habíahablado.


Seguramente, se sentía bastante satisfecho al ver que solo setrataba de un crío, a pesar de que Steve le había indicado que notenía nada de lo que preocuparse por él.


-¿Qué estás haciendo aquí?- le acabó preguntando a Tony,pues este no había apartado la mirada del chico y estaba notandocomo Peter se estaba empezando a poner nervioso.


O, al menos, más de lo normal.


-Bueno... como me comentaste que había alguien más trabajandocon vosotros, pensé en darme una vuelta y saber cómo era.


-¿Le han hablado de mí?- le dijo Peter a su vez, pareciendobastante sorprendido.


Solo la idea de que alguien le hubiera hablado de él al granTony Stark sería algo que jamás se le hubiera pasado por laimaginación.


-Yo le hable de tí- comentó Steve, haciendo que ambos volvieranla cabeza hacia él.-Quería hablarle de alguien a quién habíamosconocido. Pero no sabía que había despertado tanto su curiosidad.


Esa última frase la dijo dirigiéndole una mirada significativaa Tony.


-Todo lo que tú me cuentes despertará mi curiosidad- le dijo elmoreno a su vez, dirigiéndole una sonrisa a la que Steve norespondió.


-¿Así que ha venido hasta aquí para conocer a Peter?- lepreguntó Thor, que no parecía entender del todo lo que estabaocurriendo allí.


-Seguramente, es porque quería asegurarse de que no teníamotivos para estar celoso- comentó Loki a su vez, como si aquellofuera lo más normal del mundo.


Peter tardó unos segundos en darse cuenta de que él era el focoque podría haber despertado los celos del señor Stark y, cuando sepercató de ello, se volvio hacia este con cara de sorpresa y lasmanos arriba.


-¡Le juro que no tiene ningún motivo para no confiar en mí!¡Solo soy un admirador del grupo!- afirmó el chico, como si su vidadependiera de ello.


-Me tranquiliza escuchar eso- comentó Tony, sonriendo haciaeste.


Pero lo que Steve estaba deseando hacer en aquellos momentos erameter la cabeza bajo tierra. ¿En serio creía que era momento ylugar para montar un numerito de celos? Y con un adolescente además.Tony, por dentro, no dejaba de ser un crío.


-Me has caído bien- comentó el moreno, pasándole un brazo porel hombro a Peter.-¿Desde cuándo llevas trabajando aquí?


-Desde hace unos meses- respondió el joven, sonrojándose unpoco cuando vio que estaba contra el costado de uno de los hombresque admiraba, como si no se lo creyera del todo.


-Y no tienes ninguna intención de irte a trabajar a otraempresa, ¿verdad?


-No, señor- aseguró este en el acto.


-¿A dónde quieres llegar?-le preguntó Steve a su vez,queriendo saber qué era lo que Tony quería sacar del chico.


-Es algo muy sencillo. Este chico de aquí tiene pinta de estartrabajando duro, a pesar de que aún está en el instituto. Esposible que pudiéramos facilitarle una beca para que no tenga quepreocuparse tanto por el dinero.


Aquello hizo que todos los ojos se dirigieran hacia él y quePeter estuviera a punto de sufrir un ataque de emoción.


-¿Está hablando en serio?- preguntó.


-Steve me ha hablado de ti, y muy bien además, así que me fíode su criterio y pensé en asegurarme por mis propios medios de queeras alguien digno en quién depositar mi confianza. Después decomprobarlo, no creo que sea algo que me lleve demasiado tiempoconseguir.


-Eso sería una... gran ayuda- murmuró este, parpadeando paraalejar las lágrimas de emoción que le habían subido a los ojos.


Los miembros del grupo solo pudieron sonreír al verle de aquelmodo, sabiendo realmente lo que significaba para él.


-Eh. No tienes que ponerte así-le dijo Tony.-Ya he dicho que nome costaría nada. Y más si sigues trabajando para nosotros despuésde graduarte.


Sin embargo, el chico no pareció estar escuchándole en aquellosmomentos y se abrazó a él con fuerza.


-¡Muchas gracias, señor Stark!-exclamó este.


-Puedes llamarme Tony- comentó él a su vez.-Pero será mejorque me sueltes ya. No soy muy de abrazos.


En el acto, Peter se retiró hacia atrás.


-A ver si voy a tener que ser yo el que se ponga celoso-comentóSteve, haciendo que el resto de miembros en el cuarto se echaran areír.


Peter se sonrojó por su comportamiento, pero la paciencia deNatasha había llegado a su limite en esos momentos.


-Está muy bien que os llevéis genial y todo eso- les comentóesta a través del micro.-Pero ahora, todo aquel que no esté en estabanda y tenga que tocar un instrumento, que abandone la sala. Tenemosque trabajar.


-Venga, Nat. Solo charlábamos- se quejó Tony, volviéndosehacia ella.


-Y yo tengo que trabajar, así que, o coges un instrumento y tepones a tocar o saca el culo de mi sala de ensayos.


A regañadientes, Peter y Tony abandonaron el cuarto, dejando alresto en manos de Natasha Romanoff, la mujer más despiadada de todala empresa, a merced de sus órdenes.


Fin del capitulo73


¿Qué puedo deciros sobre este capitulo concreto? Pues,sinceramente, que me ha encantado de principio a fín. Esa cena entreBarton y Natasha, su charla, ver como esta no sabe si darle unaoportunidad o simplemente cortar toda relación, a pesar de que estesiempre consiga sacarle una sonrisa...


Y ese momento entre Tony y Peter.... Lo estaba escribiendo yo y,al mismo tiempo, me estaba enterneciendo. Ya de por sí veíaadorable al personaje, pero es que, como lo siga haciendo así, serámejor que lo haga chibi, haga clones de él y empiece a repartirlosentre aquellos que estáis leyendo está historia porque es que espuro amor.


Ni yo misma me esperaba que resultara tan...tan... tan achuchable.Y estoy convencida de que más de uno y más de una está de acuerdoconmigo, ¿eh? ¿Eh?


En fin... como de momento no sé qué más comentar, será mejorque me despida en este punto, en vez de soltaros una larga charla sinsentido, y me ponga con el siguiente capitulo. La historia tiene quecontinuar. Eso es así.


Así que, Marvelitos míos, espero que hayáis disfrutado de estecapitulo tanto como yo, manteneos sanos y nos seguimos leyendo en elsiguiente capitulo. Y cuidado con los resfriados de este tiempo.Chao.

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