Capitulo 7
Buenas a todas laspersonitas que andéis por aquí. Creo que es posible que se quedecomo una forma de saludo hacía vosotros. No lo sé. Vosotroscomentadlo, como os gustaría que os llamara. Ya que, incluso cuandotermine con este fic, tengo intención de hacer otro Stony deomegaverse. Yo apenas he entendido todavía de qué va.
Por cierto, ya que estecapitulo vuelve el Stony, he visto hace poco la película de ''Losperdedores'' donde aparece Chris Evans cantando en el ascensory......¿para qué le dobla el actor de voz en español si salecantando en inglés? Y encima el tipo lo hace fatal. Pero elpersonaje de Chris me hace mucha gracia. Y es basado en un comic deDC del mismo titulo. Chris no sale de los cómics el pobre.
En fin......dejo de darel coñazo y os dejo con el capitulo. Espero que lo disfrutéis.
CAPITULO 7
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Steve no supo si lanzarse por una de las ventanas del gimnasio o esocausaría demasiados problemas al padre de Sam por hacerlo, entrandoen las duchas del gimnasio, aun sintiendo como el rostro le ardíapor la vergüenza y con un ligero dolor a la altura de laentrepierna, como un recordatorio de lo que habia ocurrido en esering.
¡Como si le hiciera falta! Si cerraba los ojos, aun podía verel rostro de Stark a apenas unos centímetros de su cara y como estese habia arqueado hacia él cuando le habia susurrado ese "jamas".
Mierda. Ese escalofrío placentero que sintió en la columna leadvirtió que dejara de pensar en ese momento si no quería volver asufrir un accidente, por muy solo que estuvieran esas duchas.
No era ninguna broma.
Allí no habia nadie.
Los ricos de la ciudad pagaban una cuota desorbitada solo porquepodían hacerlo, solo para tener el lugar vacío.
Se dirigió a su macuto, cogió la toalla de la ducha, sedesvistió y entró en uno de los cubículos individuales que habiaen un lado de las duchas. 10 espacios bastante amplios donde 3 o 4personas podrían entrar allí dentro sin temor a rozarse.
Puso el agua fría en cuanto entró y cerró la puerta decristal, notando como el contraste afectaba a su piel. Pero se apoyóen la pared con ambas manos y se juró que no saldría de allí hastaque las cosas se hubieran calmado.
¡¿Qué demonios habia ocurrido sobre ese ring?! ¡¿Cómo habiapermitido que algo tan vergonzoso pasara con aquel que quería llevara adelante a su banda?! ¡¿Acaso estaba mal de la cabeza?!
Agradecía que el señor Stark se lo hubiera tomado como un meroaccidente, algo debido a la adrenalina que les corría por las venasy no a lo que realmente habia pasado: se habia puesto duro al ver elrostro de un hombre que le habia parecido sexy.
¡¿Cuandodemonios habia pensado él que el rostro de un hombre pudiera parecersexy?! ¡¡¡Jamás en la vida!!!!
Y, sin embargo, en el peor momento posible, en el peor lugar,donde nunca debería de haber ocurrido, habia pasado.
Si pudiera dar marcha atrás en el tiempo, se negaría a subir aese ring y solo hablaría con el señor Stark desde fuera, en unazona segura, donde ninguno de los dos se rozara.
Echó un vistazo a su entrepierna, notando el resto del cuerpohelado, pero la maldita cosa aun estaba arriba, saludándole.
Gruñó, cerrando los ojos, y apretando los puños contra losazulejos del baño, diciéndose que no podría salir de seguir así.Tenia que hacer algo para que aquella cosa se calmara y él aunpudiera salir del gimnasio con algo de dignidad.
Calmarse no le habia servido de nada. El agua fría-heladatampoco. Por eliminación, solo quedaba una cosa, aunque no quisierarecurrir a ello.
"No. No puedo hacer eso aquí. Y menos por el motivo por elque se ha venido arriba", se dijo, sintiéndose aun másavergonzado.
Pero.....¿qué otra opción tenia?
Notando como se le redoblaba la respiración ante solo el pensaren lo que tenia que hacer, ya hacia que esa parte de su cuerpo que lehabia metido en ese problema se mostrara más animado. Se apoyó deespaldas a la pared, sintiendo el frío de los azulejos en laespalda, alzó la cabeza y golpeó la pared.
Pero sabia que nada de eso le iba a servir, así que tenia quehacer de tripas corazón si quería salir se allí.
Tragando saliva, aun mirando el techo de la ducha, bajó su manoderecha hasta tomarlo, sintiendo como toda su piel parecíadespertarse ante el contacto, haciéndole temblar débilmente.
-Dios- murmuró, esperando que aquello durara poco.
Si no terminaba pronto, la vergüenza acabaría matándole.
Se obligó a vivir de nuevo el momento, de recordar como se habíasentido cuando había estado sobre el cuerpo de Stark, reteniéndole,en como las respiraciones de ambos se habían acelerado, en como susrostros habían estado a escasos centímetros, en como Tony se habiainclinado hacia él y, con apenas un susurro, habia iniciado aqueldesastre.
Gruñó cuando sintió que estaba a punto de dejarse ir y,comprobando que ese era el punto en el que su razón se perdía, seconcentró en ese momento, cuando estaban sobre la lona, tan cerca,cerrando con fuerza los ojos, bombeando con más rapidez.
Se centró en la sensación que despertó en él aquel susurro,en como habia notando ese ligero temblor placentero recorriendo sucuerpo, en como no había podido apartar los ojos de Tony.
Estaba cerca, ya muy cerca.
Podía afirmarlo por el cosquilleo que sentía en su baja espalday en como le temblaban los muslos.
Había cambiado el agua fría de la ducha por caliente y habiadejado el grifo abierto para silenciar cualquier ruido que hicieraallí dentro. Ademas, el agua caliente empañaba aun más la puertade cristal, así que nadie sabría quién habia allí dentro.
Se obligó a ignorar el hecho de por qué estaba haciendo aquelloy se concentró en lo que sentía, en el placer que se despertaba, enlas sensaciones que corrían a través de él.
Antes de darse cuenta, había empezado a alargar el momento,sumergido en la fantasía, sin apenas poder respirar con normalidad,gimiendo por lo bajo, agachando la cabeza, sintiendo como si todo sucuerpo estuviera cargado de electricidad.
No abrió los ojos, eso lo habría sacado de la fantasía, perodeseaba dejarse caer al suelo, sabiendo que sus piernas no lesostendrían mucho más en pie.
Se dejó resbalar por la pared de la ducha hasta que quedósentado en el suelo, con las piernas extendidas ante él y con lacabeza pegada al pecho, con una lejana vocecilla que se estabapreguntando por qué aquello se sentía tan condenadamente bien.
Sacó todo de su cabeza, se obligó a ello para no perder eltoque, y trató de contener los gemidos más fuertes que lesobrevinieron, tratando de tomar aire cuanto le era posible.
Sin embargo, cuando la ola llegó y rompió contra él, sintiócomo las costillas se le apretaban contra los pulmones, todo tras susojos se volvió de un profundo color blanco y no hubiera podido decirsi habia gemido en voz alta o no ni aunque en ello le hubiera ido lavida.
Cuando consiguió volver dentro de su propia piel, aun respirabacon dificultad y alzó la cabeza hacía el techo mientras se obligabaa abrir los ojos.
El agua caliente caía sobre él, pero, después de por lo quehabia pasado, sentía el agua fría. Su piel estaba mal caliente queesta. Sin embargo, agradeció que cayera para que el agua se llevarala marca de su vergüenza.
¿En verdad habia acabado haciéndolo? ¿Allí, en una ducha degimnasio?
Se paso una mano por el pelo, echándoselo hacia atrás,suspirando. Pero tampoco le serviría de mucho ahora arrepentirse porlo que ya estaba hecho.
Poniéndose en pie, se dijo que era mejor que acabara de ducharsey saliera de allí, que, de no haber hecho lo que acababa de hacer,aún seguiría sin poder salir de allí dentro.
Ya debía de ser tarde y estaba seguro de que su madre llegaríatemprano a casa para que le contara cada pequeño detalle de lafiesta. Tenía que dejar de lado lo que allí acababa de ocurrir o nodejaría de torturarse. O, peor aún, se le notaria en la cara y sumadre sabría que habría ocurrido algo que no le quería contar.
Saliendo de la ducha, con la toalla sobre la cabeza, secándoseel pelo, oyó un ruido a su espalda y, dándose la vuelta, acabóencontrándose cara a cara con Tony, que parecía estar mirándolocon cierto aire de sorpresa, como si no se hubiera esperadoencontrárselo allí.
En el acto, Steve bajó la toalla hacia su cintura, tapándose. YTony tuvo la cortesía de mirar a otro lado, con una mano contra loslabios, como si tratara de ocultar algo de su expresión.
Si hubiera podido estar en la cabeza de Tony, habría sabido quetrataba de controlarse después de ver aquel increíble cuerpo alcompleto, mojado y cálido, recién salido de la ducha y aún con elcabello mojado. Por un segundo hasta había pensado que se trataba dealgún tipo de regalo que alguien le había dejado allí.
-¿Aun sigues aquí?- murmuró el multimillonario.
-Sí. Creo que.....la ducha se ha alargado demasiado- comentóSteve, observando que ambos estaban solos en los vestuarios.
Desde luego, el aquel maldito sitio no había nadie más, ¿no? ¿Soloellos en toda la planta? ¿Para qué querían un gimnasio que pagarentonces?
-Pues sí, la verdad. Pensaba que ya te habías ido.
-¿Esperabas a que me hubiera ido para entrar?- le preguntóSteve, sintiéndose un poco culpable.
¿Cómo no iba a hacer eso Stark cuando habia notadoperfectamente como un tío se habia puesto duro contra él? Si algoasí le hubiera pasado a él, lo más seguro es que hubiera evitadoal tipo. Era lo más lógico.
-Había querido darte un poco de privacidad. Te habíasavergonzado mucho ahí fuera y pensé que era mejor no agobiante conmi presencia y estar encima tuyo,. En sentido metafórico, claro-comentó Tony.
Oh. Ok. Lo había hecho por él, para que no tuviera queavergonzarse de nuevo al verlo, recordando lo que había pasado.
Si supiera lo que acababa de hacer en la ducha en esosmomentos.....
-Bueno.....desde luego es algo que no me pasa todos los días.
-¿Bromeas? Con el cuerpo y la cara que tienes, deberías darlemás uso.
"¿En serio, Tony? ¿Le has dicho algo así? ¿Por qué no lesueltas directamente que quieres irte a la cama con el?", le soltósu yo interior, sonando irritablemente sarcástico.
-Gracias.....supongo- murmuró Steve, sintiéndose algo incomodoante ese comentario, mirando hacía otro lado.
Nunca había visto su cuerpo como algo que tuviera que atraer a losdemás. El ejercicio siempre había sido para él un modo de evadirsede lo malo del mundo, de tomar fuerzas, de ayudar a los demás. Nocomo algo más.....carnal.
Pero este apenas miraba a Tony a la cara, detalle que siemprelograba irritar al multimillonario más que cualquier otra cosa en elmundo. Era un reciente descubrimiento que había hecho en esos díasStark.
-¿Estás bien?- le preguntó, solo con la intención de quevolviera la cabeza hacia él y pudiera ver esos ojos azules de nuevosobre él.
-Tengo que irme- le soltó Rogers, dirigiéndose rápidamente asu macuto y vistiéndose a toda prisa.
No era bueno estar allí, en ese espacio vacío, solo ocupado porellos dos, con los ojos de Tony sobre él, sobre su anatomía. No lehacía cosas buenas a su cuerpo. Bueno......no eran malasexactamente. Solo eran cosas extrañas que no conseguía entender ono quería entender en aquellos momentos. Necesitaba volver a ponerdistancia de por medio para poder pensar con claridad.
-¿Te esperan en alguna parte?
-Tengo que volver a casa- le soltó Steve sin añadir nada más,poniéndose ya la camiseta con urgencia.
Y antes de que Tony pudiera decir nada más, el rubio ya habiasalido de los vestuarios, dejando a este con el ceño fruncido.
¿Había vuelto a huir de él? ¿Delante de su misma cara?¿Encima que habia intentado mantener la calma y no lanzarse sobre élcuando le habia visto desnudo por completo?
Se volvió hacia la puerta del vestuario, como si Rogers aunsiguiera allí, sintiéndose molesto, frustrado, abriendo y cerrandolos puños, tratando de controlar la rabia que había empezado acorrer por él.
¿A qué había venido esa escapada ahora? ¿Que había hecho malpara que el chico corriera de esa manera?
Le había restado importancia a lo que había pasado, se mostrógracioso, tomándose aquello como un mero incidente sin importancia.Trato de hacer ver como que no había pasado nada. Y ahora obteníaesa reacción.
Por muy vergonzoso que fuera este, no era motivo suficientes parahuir así.
Se fue a las duchas, diciéndose que seria mejor salir de allí,que ya no pintaba nada en el gimnasio a aquellas horas, que lo másseguro sería que Pepper le estuviera esperando en la oficina con unamontaña de papeles que debía firmar, así que se dio toda la prisaque pudo.
"¿No me he mostrado simpático con él?", se preguntómientras estaba bajo la ducha."He hecho todo lo posible para que noresultara incómodo y, aun así, se ha vuelto a escapar de mi".
Salió de los vestuarios, aun dándole vueltas al tema.
-¿Ocurre algo?- le preguntó Happy cuando vio la expresión queteñía el rostro de su jefe.
-Nada.¿Qué iba a pasar?- le espetó Stark a su vez.
Estaba claro que estaba irritado, así que Happy solo alzó lasmanos y caminó hacia el ascensor, sin intención alguna de preguntaralgo más.
Tony solo avanzó a su lado, fulminando cada cosa con la mirada,aun dándole vueltas al tema a pesar de decirse que no lo estabahaciendo, dándole su macuto a Happy para que lo llevara este por él.
Normalmente, era el propio guardaespaldas quien cogía este encuando salía de los vestuarios. Pero, en aquella ocasión, no habíaquerido ni tocarlo al ver el estado en el que se encontraba, por loque pudiera pasar.
Bajaron por el ascensor sin que ninguno de los dos dijera nada.Además, Tony dejó que fuera el propio Happy quién condujera sucoche, ya que sentía que, de hacerlo él, pisaría a fondo el pedaldel acelerador y no frenaría incluso aunque acabaran estampados enla pared de algún edificio cercano.
Seguía enfurruñado cuando llegaron al edificio Stark y Peppersalió a recibirlo con un montoncito de papeles entre las manos,deteniéndose cuando vio la expresión de su cara.
-¿Qué ha pasado?- le preguntó la mujer, que parecía impuestoa sí misma el lugar de su madre.
-Nada- le soltó Tony sin más, encaminándoos a su despacho.-Hevenido a trabajar. No te despistes con fantasma.
-Oh. Definitivamente te ha pasado algo- aseguró esta.-¿Vas ahablar o vas a obligarme a hablar con Happy para que él me locuente?
-¿Y no podrías concentrarte solo en tu trabajo, que es por loque te pago, y dejar en paz mi vida privada?
Supo que no había tenido que decir eso en cuanto las palabrasabandonaron su boca, viendo como la rubia mujer se erguía en toda suestatura,con los ojos clavados en él.
-Pepper, yo.....- trato de disculparse.
Pero esta no le dio lugar.
-No. Tiene razón. No tengo porque entrometerme en su vida. Solotengo que encargarme de que la empresa funcione como debería en suausencia e informarle si algo sale mal. Tiene papeles que revisarsobre su mesa. Avíseme cuando haya acabado o si me necesita paraalgo.
Y, antes de que él pudiera decir algo para tratar de arreglaresa situación, esta salió del cuarto, del mismo modo en el quehabia huido Steve.
¿Se debía a algo que había dicho?¿Se le había escapado algoinapropiado que tambien habia hecho que el joven Rogers sintiera lanecesidad de huir de él?
Desde luego, su día no estaba mejorando en absoluto.
Suspirando, salió tras Pepper, sabiendo que no podia dejar lascosas así.
Llevaban demasiados años trabajando juntos para soloconsiderarla una empleada. Era una amiga, casi una hermana. Habíaestado ahí en los momentos difíciles y le había puesto en su sitiocuando tocaba. No se merecía que le hubiera hablado como lo habiahecho.
-¿Señorita Potts?- la llamó, asomándose a la puerta de sudespacho, donde esta tenía su mesa.
-¿Hay algo que necesite, señor Stark?- le preguntó ella a suvez, con una voz como el hielo.
Esa mujer podia ser realmente aterradora sin ni siquiera mirarlo.
-Quería......quería pedirle disculpas por el modo en el que lehe hablado antes. No he debido hacerlo.
-De acuerdo- dijo ella sin más, sin levantar la vista de unospapeles que tenía sobre su propia mesa.
-No ha sido una buena mañana. Pensaba que habia salido bienparado de una situación, que habia logrado que las cosas no sevolvieran incomodas. Pero, por el modo en el que ha huido, diría queno lo he conseguido.
Eso logró que Pepper alzara la vista y se volviera hacia él ensu silla.
-¿Acaso te has encontrado con alguna de tus ex?
-No. No es algo tan simple como eso.
-¿Entonces?
-¿De verdad me vas a obligar a contarte los detalles?
-Teniendo en cuenta que lo que sea que te haya pasado antes devolver a la oficina hace que estés tan irritable que hasta me hashablado de ese modo, yo diría que sí. Es necesario.
Tony tomó aire. Pero acabó contándoselo.
Al menos, lo que pasó en el ring. No el hecho de que se veíairreversiblemente atraído por el chico con el que habia tenidosemejante incidente.
-¿Y no se te ha ocurrido soltarle otra cosa que no fuera queusara más su cuerpo?- le reprochó Pepper cuando le contó lo quehabia ocurrido en el vestuario, poniéndole esa mala cara que lograbahacerse como un niño pequeño.
-Fue lo primero que se me pasó por la cabeza.
-Ese chico estaría tratando de ignorar el incidente y tú se lohas vuelto a recordar. En su lugar, yo tambien habría salido huyendode tí.
-Entonces....¿qué se supone que tendría que hacer?
-Hablar con él de cualquier otra cosa menos cualquier tema quetenga que ver con su entrepierna o una zona similar de su anatomía,desde luego. Pero fuera del horario laboral- le soltó a Tony, viendocomo este parecía pensativo, apoyado como estaba en la puerta de sudespacho.-Ahora, lo que tienes que hacer es ponerte a trabajar.Tienes mucho trabajo acumulado.
-Pero....entonces, ¿me perdonas?- murmuró este, bajando lamirada hacia ella, tratando de parecer un hombre inocente que semerecía su perdón.
Pepper no pudo evitar reírse.
-Por supuesto que te perdono. En realidad, ni siquiera estabaenfadada contigo.
-Entonces.....ese numerito que me has hecho en mi despacho....
-De algún modo tenia que conseguir que me contaras lo que habíaocurrido,¿no?
-Eres una mujer temible,¿lo sabías?
-Ponte a trabajar- le espetó ella a su vez, volviéndose haciasu mesa.-Si no, no vas a poder salir de aquí para disculparte conese chico.
Findel capitulo 7
Nosé que leches me pasa cuando inicio las historias Stony, que siempreacabo haciendo que Steve tenga un momento intimo consigo mismo cuandoempieza a sentir algo por Tony. No sé. No me preguntéis porque meha salido eso. Ni siquiera era mi intención que le pasara algo tanincomodo en el ring con Tony.
Miintención inicial sí que había sido que ellos pelearan en el ringy que Steve jugara con él, para algo tenía que servir que fuera másgrande y fuerte que Stark, pero os juro que, a partir de ahí, notenía pensado nada, así que todo lo que ha surgido ha sido cosa demi Musa. Sí, algunos ya la conocéis. Os ha jugado malas pasadas enhistorias anteriores y, por supuesto, va a seguir por aquí, dando elcoñazo. Porque ella es así de simpática.
Pero.....¿quéos ha parecido? ¿Os gusta como avanza la historia? La verdad es queyo no tengo nada pensado para el futuro de este fanfic. Estoy dejandoque fluya sola. No sé como o cuando va a acabar. Todo esta porcompleto en manos del azar, así que estoy dispuesta a escucharideas, sugerencias. Ahora mismo, cualquier cosa es posible. Siempreque encaje en el universo alternativo que he creado, donde no haydioses, chicas mágicas ni superhéroes con sueros de super-soldados.
Voya ponerme dentro de poco a verme la serie de los Pilares de laTierra, donde sale Hayley Atwell, a la que todos conocéis por serPeggy Carter. Adoro a esa mujer. También estoy viendo su serie deConviction, que hace poco que ha empezado. ¿Hay alguien más que sehaya visto o esté viendo esas series? Si es así, dejadlo en losreviews y comentemos. Y a los que no también. Me encanta hablar convosotros. A veces creo que soy bastante coñazo.
Asíque no voy a molestaros más. Aquí me despido de vosotros,personitas mías, hasta el próximo capitulo. Manteneos sanos y nosseguimos leyendo. Bye.
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