Capitulo 64
Y como quién no quierela cosa, aquí vengo a traeros el siguiente capitulo de estahistoria, Marvelitos míos, sintiéndome bastante satisfecha al verque cada vez somos más.
Y digo esto aquíporque, a pesar del día que sea en el que suba este capitulo (quecreo que será el miércoles de dentro de dos semanas) actualmente yasomos 150 Marvelitos en esta mi pagina de Wattpad¡¡¡¡BBBBBBIIIIIIIIEEEEEEENNNNN!!!!!!!!!!!!!
Algunos me diréis queno es para tanto, que otros tienen machismos más seguidores, pero,la verdad, creo que llevo ahora mismo como un año escribiendo enesta página concreta (en fanfiction llevo muchos más años a misespaldas y no puedo saber cuanta gente me sigue a mi como escritoraporque no sé como buscarlo) y me emociona saber que hay 150 personasen el mundo esperando a ver que es lo que subo para seguir leyéndome.
Llamadme sentimental oalgo, ya que, seguramente, en la página de comentarios de mi perfilos lo diga también y os dé las gracias por estar ahí, pero, si nome enviarais vuestros mensajes cada vez que subo una historia o unnuevo capitulo, tanto en fanfiction como en wattpad, os puedogarantizar que mis ánimos hubieran ido cayendo en picado hasta que,seguramente hubiera dejado de escribir los fanfics.
Y digo los fanficsporque mis novelas individuales van a parte. A parte de mi cuñada,que es mi lectora cero y que me ayuda ver cosas en mis novelas que yono logro ver como la creadora de la historia, todas están existiendosolo para mí en estos momentos.
Y que siga hoy en díaescribiendo de manera tan continuada, cuando creo que jamás en mivida he tenido un periodo donde esté escribiendo tanto, es única yexclusivamente gracias a vosotros, a vuestro apoyo, a vuestrosreviews y comentarios, a vuestros mensajes preguntándome cosas ocuando queréis que os ayude con alguna historia propia..... Mehacéis sentir como una mami en el sentido literario cuando hacéiseso y me encanta saber que os puedo ayudar y que os animo a escribir.
Todo eso, aunqueparezca que no, hace un mundo. Incluso aunque a alguien la cifra de150 personas le parezca una cifra irrisoria.
Me da igual. Son mis150 Marvelitos, que están siempre hay, al pie del cañón. Y esotambién va por vosotros, fanfiction. Vosotros, aunque no sepa elnúmero exacto de cuantos sois en estos momentos, también formáisparte de la pequeña familia de Marvelitos. No lleguéis a pensar locontrario en ningún momento.
De nuevo, mil graciaspor todo, por aguantarme cuando os suelto chapas como estas, poradorar las historias, por darme ideas, por hacerme alargarlas hastael infinito y más allá....jajjjajaja En serio, muchísimas gracias.
Y, si Dios quiere, estafamilia seguirá creciendo, cada vez seremos más y yo acabarépetando como una palomita de maíz porque querré abarcar demasiadashistorias a la vez. Es ley de vida.
Pero no más coñazo,no os doro más la píldora. Os dejo con el capitulo porque tenemosque saber qué es lo que va a pasar y como van a hacer Tony y Stevepara mudarse a la Torre, que seguro que estáis deseando saberlo.
Os dejo con elcapítulo. Disfrutadlo y seguimos hablando después.
CAPITULO 64
.......................................................
En un principio, a pesarde saber que sería duro marcharse, Steve se encontró en más de unaocasión mirando hacia atrás, viendo como la casa iba quedando cadavez más a su espalda mientras Tony hacía que el coche avanzaba.
-No estamosabandonando un cachorro o algo así, ¿sabes?- le soltó el moreno,contemplando a este cuando podía apartar los ojos de la carreterapor un momento.
-Ya lo sé- afirmó elrubio, pero, aun así, se me hace difícil la idea de que nosmarchemos ya. Parece que los días han volado.
-Bueno.....piensa quelo mejor está por llegar.
-¿Eso lo dices porquevamos a vivir juntos?-le preguntó Steve, dirigiéndole una pequeñasonrisa.
-Pues claro.¿Por quéotra cosa iba a ser?
Tony siemprederrochando seguridad en sí mismo. No sería él si actuara de otromodo.
Steve solo pudosonreír mientras negaba con la cabeza, centrando su vista en laventanilla, dándole un ultimo adiós hasta dentro de mucho tiempo aaquel paisaje.
-¿Tu madre estará encasa cuando lleguemos?- le preguntó el moreno, devolviéndolo a larealidad.
-Pues no sabríadecirte. Todo depende de sus turno.¿Por qué lo preguntas?
-Bueno....paratrasladarte cuanto antes a la Torre. ¿Para qué más iba a ser sino?
-¿Planeas que me mudeya mismo?
-Claro. ¿Para quévamos a esperar?
-Pues....para que mimadre pueda, al menos, a hacerse a la idea. La voy a dejar sola encasa- murmuró, cayendo en ese detalle en ese instante.
¿Cómo iba a dejar asu madre sola en aquel apartamento, haciéndola que se encargara dela casa con todas las horas que trabajaba? ¿Qué clase de mal hijosería si hiciera algo así?
-No tienes quepreocuparte por eso- afirmo Tony.-Además, antes o después ibas aacabar independizándote.
-Si me devolvieras mimóvil, tal vez podría llamarla y preguntarle si va a estar en casa.
-No, no. Nada de móvilhasta que lleguemos a la ciudad. Mantengamos la magia un poquito más.
-Tú lo que no quiereses que la señorita Potts te eche una buena bronca.
-Efectivamente. Yestoy retrasando todo lo que puedo que me localice. Aunque esabsurdo. Me va a ver en la Torre y me va a regañar igual.
Steve sonrió de nuevoante eso.
A veces, Tony podíacomportarse como un completo crío e, incluso así le encantaba.
El viaje de vuelta, almenos, fue sin antifaces de por medio, lo cual Steve agradeciómuchísimo. Pudo saber a cuanta distancia estaban de la ciudad ydónde estaban exactamente en aquella casa perdida del mundo.
Pero, al mismo tiempo,no podía dejar de pensar que su madre se sentiría muy sola y tristesabiendo que se marcharía así como así, dejándola en aquel piso.
-Si tanto te molestadejar a tu madre, siempre podemos llevarla a la Torre también-ledijo Tony, volviendo un momento la cabeza hacia él antes de devolversu atención a la carretera.
-¿Qué estásdiciendo?-le soltó Steve, volviendo la cabeza hacia él.
-Bueno....en la Torrehay muchos pisos. No creo que hubiera problemas por ocupar alguno deellos.
-Entonces, es como site fueras a vivir con toda la familia Rogers.
-No me importaría. Alfin y al cabo, tu madre me adora- afirmó este, dirigiéndole unasonrisilla de medio lado antes de devolver su atención a lacarretera.
-Aunque agradezco esegesto tan sumamente desinteresado de tu parte, no, gracias. Le tendréque hablar claramente a mi madre sobre esto. Después de todo, yatengo un edad.
-Bueno....teniendo encuenta el problema económico de los últimos tiempos y la falta deempleo, creo que tu madre debería agradecer el hecho de que te mudesantes de los 40- asintió Tony.
-Si tu plan essoltarle joyitas como esas a mi madre, creo que preferiría quemantuvieras la boca cerrada, ¿sabes?- le dijo Steve, dirigiéndoleuna nueva mirada hacia este.
-Oh, venga. Sabesperfectamente que llevo razón. Solo que te molesta admitirlo.
-Te dejaré pensar loque quieras de momento, genio. Ahora, centrate en conducir y enencontrar otro sitio donde comer que no sea ese perrito que me disteantes.
-Te ha quedado traumacon eso, ¿verdad?
-Digamos que pedirmeque abriera la boca, teniendo los ojos cubiertos, dejando que túmetieras algo no suena demasiado inocente.
-Venga. No te hagas elsanto conmigo ahora. Si hubiera hecho lo que tu cabecita estabapensando, te garantizo que habría acabado gustándote- afirmó Tony,dirigiéndole otra de sus amplias sonrisas.
Estaba claro que, almenos, él disfruta con la idea de lo que podría haber acabadopasando en el coche ante aquella situación.
Steve le dirigió unamirada de reproche y Tony, dando por concluido su juego por eseinstante, decidió ser bueno y dejar esa sugerencia para el futuro.
La idea no estaba mal,siempre que ambas partes supieran que estaban jugando al mismojuego.
...........................................................
Paracuando llegaron a la ciudad, Steve se encontró con que teníasentimientos enfrentados.
Por un lado, se alegrade volver. Sobretodo porque había desaparecido de la noche a lamañana, sin decirle nada a nadie. Pero, por otro lado, estar allíde nuevo significaba estar de nuevo al alcance de los medios.
Acabaría padeciendoun trauma si temía salir a la calle, por si veía aparecer unacámara.
-¿Contento de estarde vuelta?- le preguntó Tony.
Habían parado en unpequeño bar de carretera a medio día, pero, aunque la comida nohabía sido mucho que el perrito caliente, al menos Steve habíapodido ver lo que se llevaba en la boca.
-Si lo hubierapensado, habría preparado algo de comida para la vuelta-le comentóel rubio a su compañero cuando le sirvieron las patatas fritas másgrasientas que había visto en toda su vida.
Pero, aunque extraño,todo el viaje había sido genial en conjunto.
-No sabía que echabatanto de menos la ciudad- comentó Rogers, observando el paisaje porla ventanilla del coche.
-Eso es porque llevasBrooklyn en las venas. No hay manera de apartarte durante demasiadotiempo de aquí.
-Bueno....si empezamoscon los conciertos, es más que obvio que deberé pasar tiempo fuera.
-Pero solo en momentospuntuales del año. Para el aniversario del grupo y los eventos másimportantes, es obvio que los haréis aquí.
-Y tú siempre puedesaparecer en cualquier momento y lugar- afirmó Steve, sonriendo aeste.
-Eso no lo dudes,pequeño. Excepto si Pepper me ata a la silla. Contra eso no tendrénada que hacer.
-Tranquilo. Entiendotu lugar y entiendo lo difícil que es su trabajo.
-¿Su trabajo es eldifícil?- le preguntó Tony, dirigiéndole una mirada cargada desorpresa.
-¿Cuantas veces aldía intentas escaquearte del trabajo?- le preguntó Steve,acomodándose en el asiento para quedar lo más de cara a élposible.
-Solo unas cuantasveces. Y es normal que un genio como yo no pueda estar solo pendientea unos mismos temas durante todo un día.
-De verdad que sientomucha lástima por esamujer.
.................................................................................
Enlas oficinas de Industrias Stark, la señorita Potts notó como lepitaba ligeramente un oído para, poco después, acabar estornudando.
-Vaya. ¿Te encuentrasbien? ¿Llamo al médico?-le preguntó Happy, teniendo que habersehecho hacia atrás para que esta no pudiera estornudarle encima.
-No, Happy. Gracias.Es imposible que me haya resfriado. Ahora está acabando el invierno.
-Entonces....¿a lomejor hay alguien hablando de tí?
-No digas tonterías ydime quién crees que está robando los bolis de recepción. Para esome has llamado,¿no?
.......................................................................................................
Paracuando Tony finalmente pudo aparcar cerca de la casa, este salió delcoche con una sonrisa en los labios, como si hiciera siglos y no díasque había abandonado aquel lugar.
-Si sigues con esaexpresión en tu cara, llegaré a pensar que te he secuestrado en vezde haberte hecho pasar uno de los mejores fines de semana que hastenido.
-Oh. No refunfuñes. Apenas he salido nunca de la ciudad. Es normal que, si he estado untiempo fuera, me sienta un poco emocionado por volver- afirmó,cogiendo a este de la mano cuando Tony se colocó a su vez.
En aquella primeraocasión que el moreno había estado allí, Steve no había podidoevitar avergonzarse, luciendo pareja ante los ojos de todos susvecinos con los que tuvo la suerte de encontrarse, esperandopresentarle a su madre.
En aquella ocasión,los dos acudían allí por motivos diferentes y Steve de verdadesperaba que su madre no se tomara a mal el hecho de que se fuera air tan rápido de casa.
Tony entrelazó susdedos con los suyos, como si le indicara que no estaba tan enfadadocomo parecía estar en un primer momento, y ambos se internaron en eledificio.
-Buenos días,Matthew- saludó al portero.
-Buenos días,Steve.¿Vienen a ver a la señora Rogers?
-Si está en casa, sí.
-Pues han tenidosuerte. Prácticamente acaba de llegar.
Eso estaba bien.Suerte eran lo que necesitaban para que la mujer no se sintieramolesta por el hecho de marcharse de esa manera tan repentina decasa.
-No estés tannervioso- le indicó Tony cuando ambos acabaron en el ascensor deledificio, apoyándose un momento en su hombro para que fueraconsciente de que estaba a su lado.-Dudo que tu madre ponga ningunapega.
-Ya lo sé,pero....aun así....
-Es una mujer adulta yquerrá lo mejor para su hijo, ¿no?
-Supongo. Pero esto nodeja de ser una visita informativa para decirle que me voy y llevarmemis cosas.
-Al menos, venimos losdos.
-¿Me devuelves mimóvil ya?-le preguntó el rubio a este, recordando que aún estabaen su poder.
-Después de esto.Quiero que estés centrado en esto y solo en esto.
Steve suspiró, perotenía que admitir que este tenía bastante razón. Ya estaba losuficiente nervioso como para revisar llamadas y mensajes.
Además, no habíasido tan duro como había creído vivir sin un teléfono.
Sacando las llaves decasa, prácticamente que Tony le había dejado conservar, entró enel piso echando un vistazo a su alrededor, buscando a su madre.
Esta, que tenía todala pinta de acabar de volver de algún turno, se volvió hacia lapuerta, seguramente sorprendida porque no había esperado quevolvieran tan pronto.
-Steve, ¿ya hasvuelto?
Una pregunta un pocoabsurda. Si estaba allí, abriendo la puerta, estaba claro que es quehabía vuelto.
Dudaba que enviaran unclon a su casa para eso.
-Sí, mamá. Hevuelto. Y no vengo solo- afirmó, haciéndose a un lado y mostrándolela presencia de Tony.
-¡Señor Stark!-exclamó su madre, sonriendo, pareciendo más feliz de ver a este quea él.-Hacia tiempo que no le teníamos por aquí. Empezaba a pensarque ya se había olvidado de mí.
-Eso jamás podríapasar- afirmó este en el acto, llegando hasta esta y regalándole unbeso en la mano.
Steve, aún junto a lapuerta, no pudo impedir ver como su madre se sonrojaba ante un saludode su novio. Aunque sabía que iba a acabar reaccionando así alvolver a verse.
-¿Y a qué ha venidola suerte de teneros a los dos en casa de nuevo, sin ni siquieraavisarme?- preguntó Sarah, volviendo la cabeza hacia Steve.
Estaba claro que leestaba reprochando a este que no la avisara de antemano que iban apasar por allí para arreglarse un poco.
Aún estaba usando suuniforme de enfermera y su cabello tampoco estaba pasando por sumejor día.
Pero, ¿qué podríahaber hecho él? Después de todo, había sido Tony el que se habíanegado a darle su móvil para avisarla ni había hecho la intenciónde avisarla él mismo.
-Hay algo que debopedirle- le dijo Tony, haciendo que toda la atención de su madre secentrara por completo en este, como si lo hubieran iluminado con unfoco de golpe.
-Tú dirás, corazón-le dijo ella a su vez, apretando la mano que Tony aun mantenía entrela suya.
¿Podría estar celosodel hecho de que su madre y su novio se trataran con apodos tancariñosos? La verdad es que no estaba muy seguro de eso. Hablaríacon los chicos más tarde, cuando hubieran arreglado aquel asunto yaquellos dos dejaran de hacer como si él no estuviera en el cuarto.
O, a lo mejor, no loestaban ignorando a propósito. A lo mejor, de verdad estaban tanconcentrados en aquel momento que se habían olvidado de su presenciapor completo.
No sabía cual de esasera la peor opción.
Hasta que alguno nonotara que faltaba su presencia, simplemente se quedaría allí, depie junto a la puerta, aguardando para ver cuanto tardaban enpercatarse que deberían ser tres en aquella escena.
-Lo que debo pedirlees algo serio- le dijo Tony, cogiendo la otra mano de la señoraRogers entre la única que le quedaba libre, viendo como ella bajabala mirada hacia sus manos.-Y, para hacerlo bien del todo, creo queserá mejor que me arrodille.
-Oh, Dios mío-murmuró Sarah, comenzando a brillarle los ojos cuando el gran TonyStark, con sus manos entre las suyas, se arrodilló delante de ella.
Lo único paracompletar aquella escena sería música de fondo.
-Señora Rogers.
-¿Sí?- murmuróella, nerviosa, a penas con un hilo de voz.
-Debo pedirle algorespecto a su hijo, a pesar de que puede ser algo duro para usted.
-Tú solo....dilo.
-Bien. ¿Me permitellevarme a su hijo a vivir conmigo?.
Sarah miró un momentoa su hijo, comprobando que, al menos, alguien, en un momentoconcreto, se acordaba de él, viendo como se iba formando una sonrisaen el rostro de su madre mientras volvía la cabeza de nuevo haciaTony.
-Sí. Tienes mipermiso.
-¡Excelente!- exclamóTony, poniéndose en pie y abrazando a esta, que se tuvo que echar areír al verse entre sus brazos.-¡Sabía que no me defraudaría!
-Pero ya puedescuidarmelo bien- le advirtió esta, señalándole con el dedo de laadvertencia.
-Eso no tiene ni quedecirlo- le aseguró Tony, dirigiéndole una sonrisa, volviendo lavista hacia Steve.-¿Ves como no era tan difícil decírselo? Siemprey cuando fuera del modo adecuado.
-Claro. Eso lo dicestú, que no te niega nada- se quejó este, solo acercándose hastaaquellos dos porque su madre le hizo un gesto para que lo hiciera,abrazándose a su cintura cuando lo tuvo lo bastante cerca.
-Cariño, lo que deverdad me extrañaba era que no te hubieras mudado poco después deque me contarais que estabais juntos-le dijo esta, apoyándose en elpecho de su hijo.
Crecían tanrápido..... Un día, podías estar cambiándoles el pañal y, al díasiguiente su guapísimo novio te pedía de rodillas poder llevárselode casa.
-¿De verdad creíasque haríamos las cosas tan deprisa? Eso hubiera sido demasiadoprecipitado- se quejó este.
-Bueno.....pero estássaliendo con el gran Tony Stark. No creo que hubiera sido demasiadograve que se te pegara algo de su espontaneidad.
-Los dos estamostrabajando en ello- le dijo el moreno, dirigiéndole una sonrisa.
-Pero, entonces....¿note molesta que me vaya realmente de casa?
-¿Por qué creíasque me iba a molestar?- le preguntó esta, volviendo sus ojos haciaél.
-Bueno....porque tevas a quedar sola en este piso.
-Cariño, el trabajono me permite darme cuenta de si estoy sola aquí o no la mayor partedel tiempo. Además, tengo unos turnos tan raros que era raro cuandocoincidíamos ambos en casa. Si vives con Tony, eso significa quepodría ir de visita a la Torre Stark. Admitiré que me emociona esaidea- comentó Sarah, luciendo una sonrisilla en los labios.
-Eso esta más quehecho- afirmó Tony.-Tendrá libre acceso a la Torre en cualquiermomento que quiera visitarnos.
-Bien. Porque tengo laimpresión de que voy a hacer muchas visitas.
-Eres una madredemasiado rara- se quejó Rogers.
-¿Por qué dices eso?
-Porque cualquiermadre normal se sentiría algo triste porque su hijo se fuera decasa. Tú, sin embargo, estás como emocionada. Solo te falta hacermela maleta.
-Tu madre solo sealegra por nosotros. Deja de ser tan quejica- le reprendió Tony.
-Eso, hijo. Encima queyo os apoyo en todo. Por cierto.....- comentó, volviendo la cabezahacia el moreno.-No habrá problema porque vaya de visita con unasamigas,¿verdad?
-Mamá, ¿planeashacer tours turísticos por la Torre?
-Dejala que disfrute-le dijo este.-Claro que puede llevar a quién quiera. Siempre ycuando no trate de robarnos o algo así.
-De acuerdo- afirmóella, de nuevo sonriendo.-Tendré cuidado con quién lleve conmigo.
-Tengo la impresiónde que no pinto nada aquí, de que podríais haber tenido toda estaconversación sin que yo hubiera estado aquí. ¿Soy el único que lopiensa?
-No digas tonterías-le soltó su madre, golpeándole ligeramente en el pecho.
-Eso- afirmóTony.-¿Quién te habría hecho las maletas si no hubieras estado poraquí?
Steve le dirigió unamala mirada, no haciéndole la más mínima gracia aquella broma.
Pero la señora Rogerssí que soltó más de una carcajada. Sobretodo al ver la expresiónen el rostro de su hijo.
-Creo que vuestraconvivencia va a ser algo digno de verse- comentó esta, aun con unasonrisilla en los labios.
Pero, a pesar de queTony no dudó en darle la razón, Steve solo negó con la cabeza y sedirigió a su cuarto.
-¿Y ahora a dondevas?-le preguntó el moreno.
-A hacer las maletas.Al parecer, nadie las hará por mí.
Fin del capitulo 64
Y así, amigos míos,es como se hace una mudanza tranquila cuando tu madre estácompletamente enamorada de tu novio.
Yo creo que SarahRogers le diría que sí a todo lo que Tony le pidiera de esa manera,la verdad. Y sé que más de una de las que estáis leyendo estahistoria ahora mismo estáis pensando igual y que, seguramente,vosotras actuaríais de la misma manera.
El pobre de Steve va atener que acabar aceptando que tiene un novio demasiado carismáticocomo para que no llame la atención de la gente. Aunque el cuerpo deSteve ya sea suficiente para que Tony sienta celos por el mero hechode que pasee por la calle, a la vista de todos.
La verdad es que, alprincipio del capitulo, no tenía muy claro cómo iba a hacer quereaccionara esta a la idea de que su hijo se marchara de casa. Alprincipio, pensé que se pondría un poquito triste y, a la vez,contenta. Después de todo, hace muchos años que solo están ellosdos. Pero, por muchas vueltas que le daba, nada me parecía locorrecto al carácter que había formado en ella.
Al final pensé ''si selo pidiera Tony de rodillas, seguro que les dejaba irse juntos sinproblemas'' y voulá. Así fue.
Tengo que admitir queyo me incluyo en la lista de que los que le dirían que sí acualquier cosa que este dijera si lo pidiera de esa manera, laverdad. A ver quién se resiste a este de esa manera.
Pero, por hoy, no voy aenrollarme más, Marvelitos. Aún hay nuevos capítulos que deboescribir y eso no se hace solo. Así que aquí me voy a irdespidiendo.
Como siempre, manteneossanos y nos seguimos leyendo. Chao.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top