Capitulo 62

Hola a todo el mundo a este capítulo62 de esta historia que, al parecer, no tiene fin o no lo va a teneren un futuro cercano, sin saber cuando volveré a escribir de maneratan constante como en estos últimos días.


Lo digo porque el capitulo 61 y 62los hice el mismo día y el 60 el día de antes. Pero, como buenanoticia (aunque para vosotros puede que sea algo mala) me han llamadopara trabajar de nuevo en el mismo Centro Comercial donde estuvetrabajando el verano pasado.


Aun tengo que hacer la entrevistacomún que me han dicho que nos tienen que hacer y no sé si estaríaen el mismo puesto de panadería donde ya estuve o me mandarían aotra sección. Yo ya les he dicho que me encantaría estar en lasección de libros y demás porque es lo que más me gusta.


Pero allí te meten donde ellosquieren y donde ven que hace falta gente *crucemos dedos para quepodamos tener suerte*


¿Y esto porque os puede interesar avosotros? Bueno.....si acabo trabajando allí de nuevo, significaríaque trabajaría 6 días de cada 7 que tiene la semana y, porconsiguiente, no podría escribir tanto como estoy escribiendo ahora.


No dejaría de escribir, ojo. Soloque no podría ser tan de continuo. Sobretodo los primeros días,porque ha pasado un año entero desde que estuve allí y tendría queacostumbrarme de nuevo a su ritmo de trabajo; que básicamente esmoverte sin parar por todas partes y no sentarse nunca. Lo único queno me gusta es con el dolor de pies con el que acabo. Es horrible.


Antes de que os echéis a llorar oalgo así, os diré que aun no está nada confirmado, no sé siestaré allí, no sé donde estaré, no sé cuantas horastrabajaré.....Vamos, que solo me han llamado y me han hecho unapequeña entrevista individual. Mañana tengo una entrevista común(de las que nunca había oído hablar) y ya me irán informado detodo lo demás más adelante.


Aunque la verdad es que me vendríagenial el dinero.


Una amiga quiere irse a trabajar aCorea del Sur en una compañía musical. Si todo sale bien, deberíairse a la YG. Aquellos que sepáis de k-pop. Sabréis que es lacompañía donde están Big Bang, PSY, Seven....entre otros.


Pues el año que viene, no sé muybien en qué fechas, quiere ir allí a pasar un tiempo para ver laciudad y todo aquello y quiere que yo la acompañe. Y para hacer algocomo eso, necesito poder tener dinero ahorrado.


Como veís, tengo demasiadas cosasen la cabeza ahora mismo, así que será mejor que os deje con elcapitulo de una vez, antes de que siga soltando todo lo que hay en micabeza, como si fuera una fuente.


Disfrutadlo y hablamosluego.


CAPITULO 62


......................................................................


Los días sucesivos en aquel lugar parecían estar suspendidos en eltiempo, atrapados en un lugar seguro donde su felicidad no parecíaacabarse.


A lo mejor, a más de uno eso le habría parecido cursi, pero elsimple hecho de estar ambos tumbados en el sofá, incluso aunque Tonyestuviera durmiendo, ya era motivo suficiente para que Steve quisieraquedarse suspendido en ese instante.


Aunque, incluso con las cosas más sencillas disfrutaran, laverdad era que Tony parecía estar durmiendo más que nunca.


En la Torre, tenía a Pepper para que le insistiera con eltrabajo. Y, cuando salía de allí, solía irse a su taller paraseguir trabajando.


Sin embargo, allí no había ni Pepper ni taller ni trabajo quele estuviera esperando.


Por lo general, Steve, que era un pájaro madrugador, lo dejabadormir mientras él salía a correr por ahí o se iba a nadar a lapiscina que había en la segunda planta, como en esos momentos.


Flotando boca arriba, se quedó embelesado contemplando el techo,observando a las nubes pasar tranquilamente por encima de su cabeza.


Si alguna vez había imaginado un lugar tan perfecto como aquel,no lograba recordarlo.


Allí cerró los ojos, mientras seguía flotando, tomó aire porla nariz y se sintió más en paz de lo que había estado en muchotiempo.


Por eso, por estar con los ojos cerrados fue que no vio como Tonyentraba al cuarto ni como se sentaba en una de las sillas querodeaban la piscina, con una taza de café en las manos, mientras loobservaba.


Si ese era su modo para tener paz, el de Tony era verle a éltener paz.


El moreno había querido que este pudiera huir del barullo de la''prensa'' del corazón, que pudiera descansar de todo lo que sehablaba de él en los medios, de ver sus fotos en cada periódico quele saltara a la cara y que no tuviera que temer a una ristra de genteque se hacían llamar periodistas en la puerta de su casa.


Era cierto que había buscado un lugar que Pepper no conocierapara que no les molestara en ningún momento, pero, sobretodo, lohabía hecho por él.


-¡Dios, Tony!- exclamó Steve cuando abrió los ojos y lo vioallí inmóvil.-Me has dado un buen susto.¿Desde cuando estás ahí?


-Desde hace un buen rato.


-Pues ya podías haberme avisado.


-¿Por qué? Parecías muy tranquilo flotando. ¿Para quémolestarte?


Steve le dedicó una sonrisa tierna.


-Entonces....¿solo estabas ahí, viéndome flotar?


-Era relajante.


-Vamos. Suelta ese café y métete en el agua. Está genial.


-Lo que para tí significa genial, para mí podría sercongelada. Lo siento, pero creo que paso. El agua fría por la mañanano me sienta bien.


-Venga. No seas cascarrabias. Te prometo que está muy bien-ledijo este, lanzando un poco de agua en su dirección.


-En serio, Rogers. No quiero nada de eso. Estate quieto y dejamedisfrutar de mi café. Cada uno tiene su modo de levantarse por lasmañanas.


-¿Y quieres dejarme aquí solo?- le preguntó este.


-Creo que te las apañas bastante bien.


-Podría atraparme un tiburón o algo.


-Creo que tú podrías contra un tiburón.


-O podría capturarme un monstruo marino.


-Y eso lo dice el que bien podría pasar por una sirena. Solo tefalta ponerte a cantar ahí dentro.


-Oh. ¿Quieres que cante para atraerte? De acuerdo.


Y, abriendo la boca, Steve se puso a cantar.


-No, no. No es eso lo que quería decir- le soltó Tony.-Da igualque cantes. No voy a entrar en una piscina helada a primera hora dela mañana- afirmó el moreno.


Steve, como si no le hubiera escuchado, siguió cantando y,cuando vio como Tony negaba firmemente con la cabeza, comenzó adirigirse a las escaleras con las que la piscina contaba para salircon mayor comodidad.


Cuando el millonario vio como este salía del agua, aún cantandoy con una sonrisa abriéndose paso en su rostro, empezó a negar conmás brío con la cabeza, anclándose a la silla donde estabasentado.


-No sé si no me has escuchado o es que te estás haciendo elloco, pero no voy a entrar a esa piscina.


Steve, aún con el cuerpo brillante por el agua, siguióacercándose a él mientras que llegaba a la parte más intensa de lacanción, viendo como este negaba con la cabeza.


-No, no, no- fue murmurando Tony, aferrándose con ambas manos ala silla, sabiendo cuales eran las intenciones de Steve.


Pero, a pesar de saberlas, cuando este metió los brazos pordebajo de su cuerpo para alzarlo, Tony a penas pudo hacer algo paraimpedirlo.


Arrastró un poco la silla con él antes de que se le resbalarade entre los dedos, pero hasta ahí llegó su resistencia.


Llevaba solo unos pantalones de pijama de seda color vino y sabíacomo iban a acabar después de que Steve hiciera lo que estabapensando hacer.


Aun cantando la que fuera la primera canción que se le habíapasado por la cabeza a este, se acercó a la orilla de la piscina conTony en brazos y, cuando se aseguró que de que el moreno estabapreparado para lo que se le venía encima, quisiera entrar o no, lolanzó dentro, viendo como este soltaba un pequeño grito antes decaer y verse rodeado por el agua.


Steve no pudo evitar que se le escapara una carcajada,interrumpiendo su canción, al verle en ese estado. Y tuvo el buenjuicio de taparse la sonrisa que se le había pintado en la cara alver como este emergía en mitad de la piscina, completamente calado yvolviéndose hacia él poco a poco.


-¿Ya estás contento?- le soltó el moreno.


-Bueno....pero, ¿a qué has comprobado que el agua está buena?


-Rogers- le advirtió este.


-¡Hazme sitio, que voy!- afirmó este, dando unos pasos haciaatrás para tomar carrerilla.


Tony a penas tuvo tiempo de hacerse a un lado mientras veía comoSteve se lanzaba a la piscina en plan bomba, creando oleaje en elagua.


-¡¿Esta es tu idea de pasárselo bien en una piscina?!- legritó Tony en cuanto el rubio asomó la cabeza fuera del agua,echándose el pelo hacia atrás.


-Yo diría que sí- afirmó él, nadando perezosamente haciaTony.-¿A ti no te parece una buena forma para empezar la mañana?


-Una buena forma de empezar la mañana es echando un buen polvo,no chapoteando en una piscina como si fuéramos críos.


-Creí que la habías instalado para que la usáramos.


-Pero yo me había imaginado más bien por la noche aquí, algoborrachos, y sin ropa.


-¿Por qué la mayoría de tus planes acaban igual?-le preguntóel rubio, llegando hasta a él y envolviéndole entre sus brazos.


Steve era el único de los dos que iba en bañador. Aunqueclaro....Él sabía que iba a acabar dentro de la piscina.


-Porque mis planes son magníficos y siempre acaban del mejormodo posible- se defendió Tony.


-Bueno.....he de admitir que no tengo demasiado por lo quequejarme- convino Steve.-Gracias a tus planes es que estamos aquí.


-Y que no se te olvide nunca- le dijo el moreno, golpeándole elpecho con un dedo.


Pero fue entonces cuando el rubio lo aprisionó aún más entresus brazos y Tony se dio cuenta de su situación.


-¿Qué pasa, Rogers? ¿Acaso estás proponiendo que hagamos algoen la piscina?


-En realidad, lo único que quería era que entraras aquíconmigo.¿No te puedo abrazar sin que eso tenga connotacionessexuales?


-Claro que no- le soltó Tony a su vez.-El mundo se mueve porplaceres y no hay mejor placer que ese.


-Eres un pervertido. Lo sabes, ¿verdad?


-Algo he oído respecto al tema, pero no he solido prestarlemucha atención- le dijo este, envolviendo su cuello con los brazos.


-Mañana vamos tener que volver a la ciudad- le dijo Steve,bajando el tono de voz.


-Oh- se quejó el moreno.-¿En serio? ¿En un momento como estehas soltado algo como eso? ¿Por qué?


-Porque tendremos que empezar a despedirnos de este lugar-comentó Steve, echando un vistazo a su alrededor.


La verdad era que le había encantado aquel lugar y, si por élfuera y no tuviera un grupo del que ocuparse, se quedaría allí parasiempre sin ninguna duda.


Tony suspiró, también echando un vistazo en torno a él.


-Supongo que hice una buena elección al comprar este lugar.


-Sin duda alguna.


-Pero tampoco es que vaya a desaparecer cuando nos vayamos.Podremos volver siempre que queramos.


-Tú tienes que volver al trabajo y yo tengo que tocar con loschicos. Si las cosas van bien, tendremos que salir de gira.


-Hasta los empresarios y los músicos tienen vacaciones de vez encuando. Este será nuestro lugar de vacaciones.


Steve le dio un beso en el cuello y asintió, aún contemplandoel paisaje que podía apreciarse a través de los cristales deaquella sala.


-Seguro que Pepper no estará muy contenta cuando sepa que vamosa vivir juntos- comentó Tony.


-¿Por qué dices eso?-le preguntó Steve, volviendo la cabezahacia él.


-Ya me despisto bastante cuando no estás tú. Imagina dondetendré la cabeza cuando empecemos a vivir juntos.


-No estoy muy seguro, pero creo que no me equivocaría si dijeraen un parte muy baja de tu anatomía-comentó Steve, con unasonrisilla en los labios.


-Tú tómatelo a broma, pero nunca había compartido mi espaciopersonal con nadie. Incluso no me importó que entraras en mi taller.


-Que, por cierto, necesitaría un poco de orden.


-No toques mi taller.


-Pero....has vivido con Jarvis toda tu vida- le dijo Steve.


-Eso es diferente. Jarvis es como de la familia. No tuve queacostumbrarme a él. Ya estaba allí cuando yo llegué. Pero, tú,sin embargo, a pesar de ser un completo desconocido, has llegado y tehas plantado sin más en el centro de mi vida.


Steve lo contempló un momento cuando dijo aquello.


-Sé que lo has dicho como una critica, pero, ¿sabes que eso hasonado muy bonito?


Tony volvió la vista hacia él.


-¿De verdad? A mi me parecía un poco aterrador.


-¿Aterrador por qué?- preguntó Steve.


-Nadie había estado tan próximo a mi. Eso significa que nopodían hacerme mucho daño en cualquier momento. Siempre estabaalerta, procurando mantener a la gente lejos para evitar malesinnecesarios. Pero, llegas tú y ¡zass!


-¿Por qué sigues hablando de ese modo? No sé si me estásalagando o criticando por haber entrado en tu vida- le dijo Steve,apretando el cuerpo de este contra el suyo.


Sabía que Tony había estado envuelto en alguna clase de barreray que el hecho de que él la hubiera cruzado y estuviera al otro ladohabía supuesto todo un mundo para este.


Exponerte de esa manera a alguien, dejando en sus manos suexistencia era algo aterrador y maravilloso al mismo tiempo. PeroTony lo estaba diciendo de una manera que, desde luego, no sabíacomo tomárselo.


-No te lo estoy recriminando-le dijo el millonario.-Solo estabadejando claro mi punto. Tú estás más acostumbrado a la gente, aconfiar en las personas....Yo no estoy tan seguro de eso. Enrealidad, nunca me había podido dar el lujo de eso.


-Por si en cualquier momento y lugar alguien te clavaba unadaga,¿verdad?


-Exacto. Incluso durante unos instantes, dudé de ti.


-¿Incluso de mi?- repitió Steve, pareciendo sorprendido.


-Pero solo unos instantes.


-¿Cuando fue eso?


-Cuando empecé a ayudaros con la banda.


-¿Y qué fue lo que te hizo desconfiar? No recuerdo que tepidiera nada.


-No fue algo como eso. Simplemente desconfiaba de todo el mundopor sistema. En las únicas personas en las que depositaba miconfianza entonces eran en Happy, Pepper y Rhodes porque ya habíavisto sus lados oscuros.


-¿La señorita Potts tiene un lado oscuro?


-¿Tú la has visto enfadada? Es la mismísima Satanás.


Steve no pudo evitar reírse ante eso, pero besó a Tony en lamejilla y apoyó la cabeza en el cuello de este, aun flotando en lapiscina, envolviendo a este con los brazos.


-Supongo que ahora yo también estaré en tu grupo de confianza-murmuró contra el cuello de este.


-Oh. Tú hace tiempo que pasaste más allá de ese grupo.


-Vaya. Pues gracias.


Pero, aunque estuvieran hablando del tema como si fuera broma,sabía que había significado mucho para Tony el poder ponerle a élmás allá de sus personas de confianza. Era como si le hubieraabierto un poquito más al mundo, como si le hubiera enseñado queaún había personas en el mundo en las que valía la pena confiar.


Se sentía algo abrumado cuando pensaba en lo que había afectadoy cambiado la vida de Tony con su mera presencia. Y él solo era unhombre.


Cerró los ojos cuando sintió los dedos del moreno acariciar supelo y, de nuevo, tuvo esa sensación, esa de que podía quedarsesuspendido siempre en ese instante, sin que nadie les interrumpierani los sacara de allí. Podría quedarse dormido de aquel modo, comosi fuera un niño.


-Creo que va siendo hora de que salgamos de aquí- soltó Tony depronto, haciendo que abriera los ojos.


-¿Por qué? Si estamos muy bien aquí- afirmo Steve, demasiado agusto en aquel momento como para permitir que el moreno lo quisierasacar de allí.


-Porque me estoy empezando a arrugar. Y no me siento nada bienpareciendo una ciruela aquí.


-Vamos a estar juntos hasta que nos hagamos viejos. ¿Qué másda que te vea arrugado ahora?-le soltó Steve, aún abrazado a él.


¿Quién le hubiera dicho a él que se encontraría en medio deuna situación como aquella, hace unos meses, y que no querríamoverse jamás de allí? Nunca lo hubiera creído. Y, sin embargo,ahora parecía incapaz de imaginarse un mundo sin Tony en él.


Sin embargo, estaba tan concentrado en el momento, en sentir laspulsaciones del corazón de este junto a su oído, que no vio cualfue la reacción de Tony ante sus palabras.


-¿Vamos a estar juntos hasta que nos hagamos viejos?-comentó elmoreno.


-Oh. Desde luego- afirmó Steve.- Seremos de esos viejecitos quevayan juntos a todas partes y saldremos a dar paseos cogidos de lasmanos y a los bastones.


-Vaya. Parece un transfondo de una película de Navidad-comentóeste, tratando de que no se le notara lo que le habia emocionado esaidea.


-Podría parecer, sí. Pero seriamos felices. Yo te regañaríade vez en cuando porque seguro que seguirías encerrándote en tutaller de vez en cuando, pero tú me ignorarías. Sin embargo, paraque te perdonara, me llevarías a nuestro lugar favorito y se mepasaría el enfado antes de que cayera la noche.


-Suena bien-comentó Tony.


-¿Qué dices? Suena mejor que bien y ademas es cierto. Solo hacefalta ver como somos ahora para saber como seremos entonces.


-Yo es que aún no había llegado a pensar a tan largo plazo-comentó Tony, a media voz.


-Porque te gusta demasiado vivir el presente y siempre tienes milcosas en esa cabecita tuya.


-¿Tú ya habías pensado en esto antes?


-Sí.


-¿Desde cuando?


-Desde que decidimos que nuestra relación era algo más formal.Me imaginé en mil situaciones diferentes para ver si realmentepodríamos llegar a vivir juntos durante mucho tiempo y a mi cabezasiempre acababa acudiendo esa imagen.


-Me gusta tu imaginación, Rogers- afirmó Tony.


Y no estaba de broma.


Le había más que gustado aquella imagen que le había pintadoSteve sobre su futuro, pues no se había permitido con nadie verhasta tan largo plazo.


Era un futuro que le gustaba, que no le importaría vivir y que,aunque no pronto, esperaba vivir.


-¿Te has emocionado un poco?- le preguntó Steve, alzando lacabeza hasta quedar frente a él y viendo como los ojos de esteparecian brillantes.


-¿Yo, emocionado? ¿Acaso es que soy un niño?- le soltó este.


-No sé. Juraría que, por como te brillan los ojos, estás unpoquito emocionado.


-Eso será que me está afectando pasar tanto tiempo en el agua.Será mejor que salgamos de aquí de una buena vez- le dijo este,tratando de soltarse de sus brazos.


Pero los brazos de Steve no se lo permitieron.


-¿Tanto te cuesta admitirlo?- le preguntó.-No creo que sea tandifícil.


Tony le dirigió una mirada pero, poco después acabó dejandoescapar un suspiro y acabó asintiendo.


-Está bien. La verdad es que me ha gustado imaginarme el futuroque tú has descrito.¿Estás contento?


-Desde luego- afirmó Steve, inclinándose hacia él y dándoleun beso.-Ahora sí que podemos irnos.


Y soltó Tony.


Este, carraspeando, se volvió y nado hacia la orilla de lapiscina, saliendo a través de las escaleras como Steve había hechoantes.


Podría haber intentado salir como los tíos de las películas,pero la seda mojada pesaba más de lo que creía y no quería hacerel ridículo después de haber vivido un momento como ese.


-¿Qué quieres que hagamos ahora?- le preguntó el rubio, queiba tras él, saliendo del agua como no se había atrevido él mismo,apoyándose en el borde de esta y subiendo como si fuera un diosgriego que estuviera emergiendo de las aguas.


Debería estar penado que alguien se portara de esa manera ehiciera esas cosas, aunque fuera sin darse cuenta, cuando solo unasonrisa ya podía causar llantos incontrolados. Pero dejó el temapara concentrarse en lo que Steve le había dicho.


-De momento, voy a ir a cambiarme. No sé si te has dado cuenta,pero alguien me ha calado pero bien y ahora estos pantalones soninservibles.


-Vaya.¿Quieres que te acompañe?


Tony se volvió hacia él con una ceja alzada.


-¿Qué si quiero que me acompañes a nuestro cuarto mientras mecambio? ¿Sabes como puede acabar eso?


-Siempre pensando en lo mismo.


-Has sido tú el que lo ha sugerido- le respondió Tony, encogiéndosede hombros.


Steve negó con la cabeza, pero, echándose un vistazo, supo quetendría que acabar allí también.


-Yo debo cambiarme también.


-Genial. Los dos desnudos en un cuarto.¿Qué podría salir mal?


-¿Por qué tendría que salir mal?-le dijo Steve, cogiendo lamano a este mientras le dirigía una sonrisa.


Al principio, Tony solo se le quedó mirando, pero, tras observarla mano de este envolviendo la suya, alzó la cabeza y le dirigióuna sonrisa a su vez.


-Me gusta tu manera de pensar, Rogers. Aunque solo hagas esto devez en cuando.


-Eso es porque tú lo haces todo el tiempo.


-¿Y es que no es la mejor manera de pasar el tiempo?- afirmóeste mientras ambos salían de la habitación, de camino a su cuarto.


Fin del capitulo 62


Sé que, al final, a más de uno voya acabar provocándole un ataque de diabetes. No es posible que ossuelte tanta cosa con el material Stony y aún no os haya explotadouna arteria o algo por el exceso de azúcar. Es clínicamenteimposible.


Pero es que estos dos son demasiadomonos para el body de cualquiera. Da igual lo que estén haciendo ode lo que estén hablando, yo seguiré viendo cualquier conversacióno escena con cara de atontada, como si esta historia la estuvieraescribiendo otra persona.


Ahora bien. Chute de realidad. Van avolver a la ciudad. Tienen que ver como está la prensa en estosmomentos. Y van a comenzar a vivir juntos, con lo que tendrán queavisar a la madre de Steve, a Jarvis y a todos los demás de todosesos cambios que se van a producir en las vidas de ambos.


Como no quiero adelantaracontecimientos ahora mismo, creo que lo mejor que podemos hacer esdejar el capitulo en este punto y ya veremos como evolucionan lascosas poco a poco, más adelante.


Esperoque os podáis recobrar de esa escena en la piscina, que seguro os hasaturado las venas de azúcar por un momento y nos seguimos leyendoen el siguiente capitulo, Marvelitos míos. Manteneos sanos y hastala próxima.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top