Capitulo 55
Buenas a todos losMarvelitos que supongo que andáis por aquí en este nuevo capitulo.
Nuevamente, nosencontramos viajando de la mano del Stony. En este capitulo,acompañaremos a Steve a descubrir qué lugar a elegido Tony para queambos se pierdan, así que sujetaos bien a su mano para que nadie sepierda por el camino.
Los dejamos a ambos enun coche, con Rogers con los ojos cubiertos para impedir que vieranada del camino. ¿Veis? Conmigo eso no haría falta. Yo me pierdo enmi propia ciudad como de dos pasos por alguna calle por la que nopase normalmente. Y, por lo general, nunca me quedo con el nombre delas calles ni de los barrios, lo cual también es un jaleo, ya quesiempre que hablan de un pueblo, tienen que decirme lo que hay allípara saber donde es.
Como veis, soy pesacomo guía turístico. Seguramente, si me fuera sola de viaje aalguna parte, me encontraría con Zoro Roronoa, ninguno sabríaindicar a otro hacía donde tenía que ir y seguiríamos perdidos.(He metido a Zoro porque es el único personaje que he visto tansumamente perdido como acabo yo cuando callejeo y porque me encanta.Era mi personaje favorito de One Piece hasta que apareció Ace. Oh.Ace-sama fue.... Tengo figuras de él y el póster de recompensa enmi habitación)
Esperad.....¿por quéhe acabado hablando de One Piece cuando os estaba haciendo un resumendel capitulo para poder saber por donde vamos?
Osea, imaginad esto,pero con más gente y sabréis como son mis reuniones con los amigos.
Os dejaré con lahistoria de una buena vez antes de que se me pase por la cabezacualquier otro tema. Como siempre, disfrutadlo y hablaremos más alfinal.
CAPITULO 55
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Tras las horas en coche, Steve tenía la impresión de que podíaacabar matando a alguien en cualquier momento, sobretodo con labromita de Tony y la comida.
Había parado un momento de camino a su destino, preguntándolesi necesitaba el baño.
Sabía que no le iba a quitar aquella cosa de los ojos, así quesolo le dijo que no. Después de todo, no sabía lo que podía acabarocurriendo si Tony tenía que ayudar a usar el baño y no habíanadie en el lugar para que se cortara un poco.
-De acuerdo. Pues esperame aquí. Y no te quites eso de los ojos-le advirtió antes de oír como este salía y cerraba la puerta delcoche.
Por un momento, tras asegurarse de que no se oía a nadie a sualrededor, estuvo tentado de alzar aquella cosa y echar un ligerovistazo. Nada serio. Solo lo suficiente para ubicarse un poco.
Pero acabó decidiendo que no debía hacerlo.
Ya quedaba poco para llegar ¿De verdad le iba a estropear lasorpresa a Tony cuando ya quedaba tan poco?
Fue entonces cuando oyó abrirse de nuevo la puerta del coche,haciendo que volviera la cabeza hacía donde debía de estar lafigura de Tony.
-Bien. Ya estoy de vuelta- le dijo el moreno tras cerrar.-Ahora,abre la boca.
-¿Perdona?- le soltó Steve.-¿Cómo que abra la boca?
-Tú hazme caso y hazlo.
-Perdona, Tony, pero mientras que tenga esto delante de los ojos,no voy a abrir la boca para que me metas lo que te dé la gana.
A este se le escapó una risilla cuando le oyó decir eso.
-Mira que llegas a ser pervertido cuando quieres, Rogers. ¿Quéte estás pensando que te voy a meter?
-¿Conociéndote? Puede ser cualquier cosa.
-Me alaga ver que me tienes en mente como un amante inagotable,pero, en esta ocasión, voy a tener que decepcionarte. Abre la boca.
Steve volvió la cabeza hacia este de nuevo, a pesar de que nopodía verle, dejando claro su postura.
-Está bien. No te fías de mi. De acuerdo. Pero, al menos,extiende la mano. No esperarás que me quede con esto en la manomientras sigo conduciendo, ¿verdad?
Aun no demasiado confiado, Steve extendió la mano hacia dondesuponía que debía de encontrarse Tony, esperando que no se leocurriera gastarle ninguna broma.
Para su propia sorpresa, este puso en su mano algo caliente yalargado, envuelto en una servilleta, siendo capaz de olerlo en esosmomentos.
-¿Has comprado perritos calientes?
-Teníamos que comer algo durante el viaje, ¿no?-le dijoTony.-Aunque no me fío mucho de ellos. ¿Qué nivel culinario puedentener en una gasolinera?
-¿Esto es parte de la broma?- le preguntó Steve.
Ahora que había olido la comida, tenía hambre, pero, ¿enserio? ¿Un perrito caliente, que era alargado y caliente, cuando lehabía dicho que abriera la boca mientras le obligaba a permanecerciego? Estaba claro que había tratado de burlarse de él.
-Pues sí, un perrito. ¿Qué pasa? ¿No te gustan?- le preguntóTony, todo inocencia.
-¿Me vas a decir que ha sido coincidencia?
-¿Coincidencia? ¿El qué? No entiendo de que estás hablando,Rogers- le soltó este, pareciendo realmente que no sabía de lo quele estaba hablando.
-¿No has comprado el perrito con ninguna intención?
Por un momento, Tony se quedó en silencio, sin que Steve pudierasaber lo que estaba pensando o mirando. Pero, al cabo de poco tiempo,este empezó a reírse.
-Cuando digo que te he convertido en un pervertido es porque tengo más razón que un santo- le dijo el moreno cuando acabo dereírse.
¿De verdad que no había comprado eso con ninguna intenciónoculta o para gastarle una broma? Si era así, desde luego que sehabía convertido, al menos, en un mal pensado.
Después de eso, y tras comerse el perrito caliente, Steve no sehabía atrevido a volver a abrir la boca, no fuera a meter la pata denuevo.
Y ahora, mientras notaba como el coche empezaba a frenar, giróla cabeza a su alrededor cuando oyó a Tony salir de nuevo.
Por un segundo, pensó que a lo mejor había parado para ir albaño o algo así. Hasta que oyó como este abría su puerta.
-Ya hemos llegado a nuestro destino- le dijo este, colocando unade sus manos sobre la de él, ayudándole a salir del coche.
Tony no debió de calcular muy bien su altura, porque, cuandotrato de salir, se golpeó la frente.
-¡Dios, Rogers! Menudo golpe. ¿Te encuentras bien?
-Sí, sí. Ha sido más lo que ha sonado que lo que ha sido.
-Eso espero porque ha sonado bastante feo.
-¿Me vas a quitar esta cosa de los ojos de una vez o me vas atener mucho más así?- le soltó Steve a su vez.
Ya se había sentido bastante estupido por un día, gracias. Nihacía falta alargar aquello más de lo necesario.
-Está bien. ¿Tienes tantas ganas como creo que tienes para vera dónde te he traído?- le dijo este, sintiendo los dedos de este acada lado de su rostro, listo para quitarle aquella cosa que leimpedía ver.
-Yo creo que estoy mucho más que listo- afirmó.
Aquello pareció hacer reír a Tony, pero aquella vendafinalmente desapareció de sus ojos.
-¡Ta-chan!- exclamó el moreno, señalándole la casa que teníanante ellos.
Era una casa de solo madera y cristal de una planta, unaconstrucción magnifica en medio de un paisaje idílico.
Porque aquella casa estaba en medio del bosque más frondoso queSteve había visto en su vida, notando el aire fresco, el sonido delcanto de los pájaros a su alrededor....¿Cómo no había reparado eneso antes?
-¿Te gusta?- le preguntó Tony, viendo que Steve solo miraba asu alrededor y no decía nada.
-Es.....esto es genial- acabó murmurando.
El moreno no solo se lo había llevado a un lugar lejos delmundo, si no que era un lugar espectacular para alguien queprácticamente no había salido de Nueva York.
-De verdad que no me queda muy claro si te ha gustado mi sorpresao no. Tu expresión no me lo deja muy claro- comentó Tony, aúnobservándole.
Steve volvió la cabeza hacia él y, antes de que este siguierahablando, sujetó su rostro entre las manos y lo besó.
Por lo general, era Tony el que iniciaba todo, así que se quedóinmóvil al ver la iniciativa de este, solo disfrutando del beso. Nosería algo que diría en voz alta, pero había echado de menos elcalor de aquellos labios, el sabor de Steve.....
Para cuando el rubio le soltó, Tony tenía una sonrisa instaladaen su cara.
-¿Por qué sonríes de esa manera?- le preguntó Steve, luciendoalgo avergonzado.
Había querido que este dejara de hablar, que no estropeara elmomento de llegada a su fin de semana especial. Pero, tras sentir aeste de nuevo, parecía que le había sabido a poco ese beso.
-Se me olvida que, de vez en cuando, tienes iniciativa. Y meencanta- afirmó Tony.
-Venga. Entremos en la casa. Quiero ver esto por dentro- le dijoRogers, dirigiéndose hacia la puerta.
Tenía la impresión de que, si seguían con aquella conversaciónen la calle, no llegarían a entrar antes de que volvieran a unirsede nuevo.
Tony pareció que tenía algo más que añadir, pero fue bueno enaquella ocasión y fue a hacer lo que este le pedía, sacando unpequeño grupo de llaves y dirigiéndose hacía la recia puerta de lacasa.
Sería más fácil forzar cualquier ventana que tratar de echarabajo esa puerta.
-¿De verdad que no hay nadie por aquí?- preguntó Steve,echando un ojo a su alrededor mientras Tony abría.
No se veían casas, pero tampoco humo, anunciando que habíachimeneas cerca. Como ya había notado antes, el sonido del canto delos pájaros y el aire entre los arboles era el único sonido quellegaba hasta ellos, así que.....
-Esa era la idea, ¿no? Si hubiera alguien cerca, podríanmolestarnos. Busqué un lugar donde realmente fuéramos a estarsolos- le dijo el moreno, abriendo finalmente la puerta y haciéndosea un lado, indicándole a Steve que podía entrar.
Dirigiéndole una sonrisa a este, el rubio entró primero,observando el amplio salón que había nada más pasar por la puerta;un espacio enorme lleno de pequeños sófares y sillones en torno auna chimenea de piedra, que tenía una televisión plana sobre ella.
Había jarrones con flores y pequeñas plantas aquí y allá, asíque alguien debía de estar encargándose de mantenerlas, ¿no?
-Si estás pensando que hay alguien por aquí para mantener lacasa, te diré que he hecho que se vayan mientras nosotros estemosaquí- le contó Tony.
Steve se volvió hacia él.
-Pero....¿la casa es tuya?
-Pues claro que es mía. ¿De quién te pensabas que era?
-Di por sentado que la habías alquilado o algo así.
-¿Para qué alquilar cuando puedes comprar?-fue la respuesta queeste le dio.
Algo muy propio de él, pensó el rubio, con una ligera sonrisade los labios.
-Bien. Ya has visto el salón.¿Te animas a ver el resto de lacasa o la emoción es demasiado fuerte como para eso?- le preguntóel moreno, esperando a que le diera una respuesta.
Steve se volvió hacia él y, tras pensarlo un momento, le dijo:
-¿Dónde está la habitación?
La sonrisilla que lució Tony ante esa pregunta lo decía todo.
-Serás travieso. ¿Ya estamos en ese punto?
-No seas mal pensado. Lo decía porque quería comprobar quehubieras traído ropa y ese tipo de cosas. Se suponía que tú teencargarías de eso.
-Ya. Bien. Pues si sigues esa puerta de allí, al fondo hay uncuarto.
-Gracias- le respondió este, dirigiéndose hacia allí.
Siendo todo en madera y con cristal por todas partes, dejandoentrar al sol por allí por donde quisiera pasar, la casa era cáliday agradable. Steve tenía esa sensación hogareña que te hacíaestar cómodo en un lugar, incluso siendo la primera vez que estabaen ese sitio.
Había cuadros de vivos colores en el pasillo, en su mayor partepaisajes de lugares floreados, que daban ciertos color al marrón quelos rodeaba. Pero, teniendo a Tony detrás, no se paró en esemomento para examinarlos. Ya lo haría más tarde.
-¿La casa venía ya amueblada?- le preguntó al moreno.
Tenía un aire funcional, como si cada pieza que se hubieracolocado hubiera sido pensando en la función que iba a tener en elfuturo. No había nada recargado, pero todo parecía nuevo.
-No. Encargué a un equipo que decoraran la casa lo suficientepara ser cómoda, pero sin llegar a agobiar-le contó este.
Tenía la impresión de que Tony se había colocado tras él paraverle examinar todo el lugar por su cuenta.
Incluso el pasillo era lo suficientemente amplio para que los doscaminaran uno al lado del otro y, sin embargo, este se mantenía a suespalda.
-¿Y Pepper no sabe que estamos aquí?-le preguntó Steve.
Le parecía bastante improbable que Tony hubiera comprado unacasa como aquella y ella no supiera nada al respecto. Esa mujerconocía cada pequeño aspecto de la vida de Tony. Dudaba quedesconociera de ese lugar.
-No. Me encargué de comprarla a través de una agencia a otronombre. Pepper no le da muchas vueltas a mis cuentas personales.Necesito, al menos, un lugar al que poder huir de ella de hacerfalta. Si conociera este sitio, dudo que pudiera ser así.
Steve asintió, pero, en ese momento, llegó a la puerta delcuarto.
Volviéndose hacia Tony, vio la sonrisa que se había formado enel rostro de este, expectante, así que abrió la puerta, noqueriéndole hacer esperar.
Aquel cuarto parecía estar sacado de alguna película.
A pesar de que el salón ya tenía una chimenea considerable,allí había otra, a los pies de la cama más grande que Stevehubiera visto jamás.
-¿Acaso es que pretendes que durmamos un grupo aquí o algoasí?-le dijo este al moreno, volviendo la cabeza hacia él.
-Mejor que sobre espacio que no que falte-fue la respuesta queTony le soltó con esa calma que empleaba a veces.
Steve negó con la cabeza, pero no comentó nada más mientrasseguía estudiando el cuarto.
Junto a la puerta de la habitación, había dos puertas dobles y,dirigiéndose hacia ellas con curiosidad, pensando que sería elbaño, abrió y se encontró cara a cara con un vestidor biensurtido. Parecían haber ocupado todo un cuarto para hacerlo y habíaropa y accesorios hasta donde alcanzaba la vista.
-Pero, ¿qué demonios....?- murmuró Steve.
La cantidad de ropa que había en aquel lugar era exageradamentegrande.
-¿Ves? Te dije que yo me encargaba de todo- le dijo Tony,sonando bastante satisfecho tras él.
-¿Acaso has comprado las tiendas enteras o qué?- le dijo Stevea su vez, comprobando que había dos tallas de ropa.
-En realidad, iba a ser menos al principio. Pero aquí latemperatura puede cambiar rápido y no quería que nos quedáramoscortos, así que empecé a comprar un poco de todo y......bueno.Obviamente me pasé- comentó el multimillonario, sin abandonar laexpresión risueña de su cara.
-Bueno.....desde luego, no vamos a tener problemas con la ropa-afirmó Steve, cerrando el vestidor.
En realidad, con aquella cantidad, no iban a tener problemas conla ropa en años.
-Bien. Habitación vista. ¿Qué más sorpresas hay por ahíescondidas?- preguntó el rubio.
-¿Es que no quieres ver el baño?- le dijo Tony, indicándoleeste con la mano.-Es lo único que te queda revisar del cuarto.
Extrañado, Steve se volvió hacia donde este le indicó,descubriendo que, a uno de los dos lados de la chimenea, había unadiscreta puerta, una que era fácil pasar por alto si no se sabíaque estaba allí.
Comprobando el modo en el que sonreía Tony, supo que no iba aser tampoco algo discreto precisamente. Pero, si se conocía bien aeste, se sabía que nada que tuviera que ver con él lo era.
Abriendo la puerta, Steve se encontró con un amplio cuarto. Unolo suficientemente grande para saber que no habría vecinosescuchando de hacer ruidos allí dentro. Aunque tampoco era como siallí hubieran vecinos que oyeran nada.
Incluso allí imperaba la madera, aunque las ventanas eran máspequeñas y altas, lo cual era de agradecer. No tenía que ser muycómodo pensar que cualquiera pudiera verle allí dentro. Eso sí, eljacuzzi que había en ese cuarto podría hacerte olvidar el exteriory el mundo entero.
-No has escatimado en gastos, ¿eh?- comentó Steve, aun con losojos sobre aquella pedazo de bañera.
-Sabiendo que todo podríamos usarlo tu y yo, ¿cómo iba a poderhacerlo?- le preguntó este.
-¿Hay algo más oculto por aquí que tenga que ver?- le preguntóel rubio, siguiendo a Tony fuera del cuarto.
-No. En esta planta, al menos, no.
Aquello extraño a Steve.
-¿Hay una segunda planta?
No se lo había parecido cuando habían llegado.
Con una sonrisilla misteriosa, Tony lo miró y se puso en cabezade esa pequeña comitiva, sin responderle.
Al parecer, no iba a decirle nada hasta que lo viera con suspropios ojos.
De ese modo, empezó a seguirle por la casa hasta que se dió debruces en una vuelta del pasillo con unas escaleras, también demadera, que conducían a una puerta cerrada.
¿A donde llevaría esa puerta? Conociendo a Tony, se podíasuponer que a cualquier lado. Las posibilidades con él eraninfinitas.
-Vamos, Rogers. ¿Es que no tienes ganas de ver lo que es?- lepreguntó este cuando vio como el rubio se quedaba a los pies de laescalera, mirando hacia arriba.
-Bueno......estaba barajando si estaría preparado para eso- ledijo, dando el primer paso hacia arriba.
-Venga. Vamos. Estoy convencido de que te va a gustar- le dijo elmoreno, viendo como se ampliaba su sonrisa.
A regañadientes, Steve siguió subiendo, viendo como Tonypermanecía junto a la puerta, esperando a que llegara a su alturapara abrirla.
-¿Preparado?-le preguntó.
¿Qué podía ser? Las posibilidades eran prácticamenteinfinitas de verdad. Pero se cuadró ante aquella puerta y asintió.
-Abre.
A su orden, Tony abrió aquella puerta, dejando ante la vista deSteve un amplio cuarto, casi tan grande como toda la planta de abajo,toda completamente de cristal, donde había una enorme piscina y, aun lado, un montón de material de dibujo, preparado como siestuviera pensado ver cada rincón del paisaje a su alrededor y poderdibujarlo.
-Esto es.....-murmuró Steve, internándose en el cuarto.
-¿Espectacular? Lo sé.
-Esto es precioso. ¿La casa ya venía así?- preguntó,volviéndose hacia Tony.
-En absoluto. Tuve que encargarlo. Pero fue una buena decisiónhacerlo.
-Desde luego. Poder disfrutar de este paisaje mientras estás enel agua....- comentó Steve.
Era casi un privilegio.
-Yo lo decía porque eso suponía ver a Steve en bañador.
-¿Has comprado bañadores?-le preguntó el rubio, volviéndosehaca este con una ceja alzada.
No estaba muy seguro de que este realmente le hubiera hecho,aunque tuviera pensado usar la piscina.
-Por supuesto. Ya te he dicho que estoy preparado para todo.Pero, si no quieres usar bañador, siempre puedes entrar desnudo. Teaseguro que al dueño de la casa no le va a molestar- le dijo elmoreno, acercándose a él y abrazándole por la espalda.
Steve envolvió sus brazos con los suyos y, por un momento,ninguno de los dos sintió la necesidad de hablar.
-Esto es increíble. Gracias por organizarlo todo- acabó pordecirle Rogers por lo bajo después de un rato, como si no estuvierapermitido hablar demasiado alto en aquel lugar.
-Bueno.....era nuestro fin de semana especial. Tenía que seralgo espectacular.
-Pues felicidades. Lo has conseguido y este lugar lo es.
-Gracias- le dijo Tony, regalándole un beso en la nuca.
Steve no pudo evitar sonreír al sentirlo, pero no dijo nada.Solo permanecieron así, contemplando lo que el paisaje a través delas cristaleras podían ofrecerles.
Al menos, así fue hasta que empezó a sentir como las manos deTony empezaron a moverse por su cuerpo.
-¿Se puede saber que haces?- murmuró Steve, aun permaneciendoquieto en el lugar.
-Ya que estamos aquí y este lugar te ha encantado tanto, ¿porqué no lo estrenamos del mejor modo posible?- sugirió Tony,regalándole un nuevo beso en la nuca.
Un ligero estremecimiento sacudió a Steve.
-¿Estás jugando conmigo, Stark?
-Por supuesto. ¿Acaso no lo has estado notando?-le dijo este asu vez, dirigiendo sus manos hacia el borde de los vaqueros de Steve.
A aquellas alturas, la respiración se le había atascado a esteen la garganta.
-No deberíamos estar haciendo esto aquí-le susurró el rubio.
-¿Y dónde deberíamos hacerlo, según tú?- le preguntó Tony.
-¿Qué tal en ese cuarto tan grande que ahora está tan vacío?-le preguntó Steve a su vez, girando entre sus brazos hasta quequedaron cara a cara.
-Me gusta tu modo de pensar, Rogers- le dijo el moreno,regalándole un nuevo beso en el cuello que este no rechazó.-Pues aese cuarto entonces.
Findel capitulo 55
Puesaquí estamos, regalando litros y litros de miel en este punto de lahistoria, ya que parece que casi todos están teniendo sus propiosmomentos privados, lejos de los ojos de todo el mundo, excepto de losvuestros, claro.
Enrealidad, ni siquiera sé como he podido hacer este capitulo tandulce, la verdad, porque acabo de verme la película de Chris de''Rompenieves''. Al principio, lo que era la idea general de lahistoria me ha gustado y por los personajes y sus formas de moverse,pensé que había comic. Efectivamente, está sacado de una novelagráfica. Pero como a mitad o poco antes de la peli, la cosa haempezado a torcerse, han pasado cosas que no me gustaban y losguionistas han vuelto a demostrarme que no me pueden sorprender, porel momento, cuando se me ocurren hipótesis de la historia.
Sialguien más ha visto la película y se quedó alucinando tanto comoyo, por favor, decidmelo en los comentarios. Necesito comentarla conalguien porque me dejó tan ploff. La encontré en versión originalsubtitulada, aunque la calidad no era la mejor del mundo.
Nisiquiera sé como puedo hacer capítulos tan felices últimamente. Aparte de esa peli, me estoy viendo la serie de Por 13 razones. Enestos momentos, debería sentirme la peor persona del mundo porpequeñas cosas que haya hecho que hayan podido herir a alguien oalgo así o haberme hecho emo, pero en fin..... No os puedo dejar conla historia a medias, ¿verdad?
Aunqueadmitiré algo de las dos cosas; sus ideas respecto a historias eranoriginales y basadas en cosas de la realidad, en cosas que podríanpasar y que a veces ocurren a la gente.
Tengola impresión de que, como siga hablando, voy a seguir hablando de laserie o de la peli y me voy a deprimir, así que huiré de unadepresión y me iré a dibujar o a pintar a unas protas de una seriede libros que estoy haciendo. Me despido de vosotros en este punto,Marvelitos.
Manteneossanos y nos seguimos leyendo en el próximo capitulo.
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