Capitulo 5
Buenas a todas laspersonitas que estéis leyendo esto. ¿Os creeréis que mi ordenadorya escribe lo de personitas antes de que termine de escribir lapalabra? Fijaos la cantidad de veces que os he tenido que decir esopara que mi ordenador haya recordado la palabra. Pero.....en fin. Dealgún modo os tengo que nombrar a todos para englobaros cuando nohablo personalmente con cada uno de vosotros.
Estoy en la playa,escribiendo este capitulo. Mañana es Halloween (sí, ya podéissuponer qué día escribí este capitulo concreto) y mis padresquerían venir a la playa. A nuestra casa concretamente, no a laplaya playa para bañarse. Querían limpiar, regar plantas, cambiarlas sábanas de verano por las de invierno (en Murcia ya solo tenemosdos estaciones) y ese tipo de cosas, así que, aprovechando que ellosestán haciendo todas esas cosas, yo me dedico a escribir. Sí, soymuy mala por no ayudar, pero no puedo hacer tantas cosas a la vez.
En fin......no os doymás el coñazo y os dejo con el capitulo. Seguimos hablando después.Disfrutadlo!!!!
CAPITULO 1
.................
A pesar de que Tony se había visto un poco obligado a darle unaoportunidad a la banda de Steve, a lo largo de aquella noche,mientras les oía tocar una canción tras otra, se dijo que no habríaproblemas. El grupo, por muy jóvenes que pudieran parecer, tocabanbien y Steve, como imagen principal del grupo, llamaba la atenciónde la gente.
Cada vez que comenzaban a tocar, las mujeres se acercaban alescenario para poder verle desde la primera fila y los hombresdejaban de hablar para escucharlos.
Tony tuvo que admitir que no le hizo mucha gracia ese comportamiento,ya que cada vez que bajaban para tomar un descanso, había cada vezmás gente que quería hablar con ellos.
El millonario pensaba que el malestar se debía a que él ya habíatomado a Steve como su presa principal y que otros estuvierantratando de llamar su atención era como si quisieran quitárselo. Yeso era algo que no pensaba tolerar.
-Oye, Steve, ¿podemos hablar?- le preguntó, pasando a través delos invitados, interrumpiendo lo que fuera que hablaban con él.
-Sí, claro- le dijo este en el acto, dirigiéndole una ampliasonrisa.
Se excusó con los invitados y se apartó de la gente para poderhablar con él.
-¿Qué quería decirme, señor Stark? ¿Qué le ha parecido nuestramúsica?
-Ya te he dicho que no me llames así. Llamame Tony.
-Oh, sí. Perdón- comentó este, pasándose una mano por el cabello,aún sonriendo.
Seguía siendo raro para él poder tener esa clase de confianzas conalguien que salía prácticamente a diario en las revistas yperiódicos de todo el mundo.
Tony,por un momento, al verle hacer aquello, con aquella sonrisa tanbrillante, se olvidó de lo que iba a decir. Se tuvo que obligar acarraspear para recuperar el habla.
-Creo que voy a poder ayudar a vuestro grupo. Lo hacéis muy bien.
-¡¿En serio?!- exclamó Steve, sonriendo más ampliamente.-¡¿Deverdad nos va a dar una oportunidad?!
-Estoy seguro de que voy a recuperar todo lo que invierta envosotros. Ya te he dicho que sois buenos.
Sin vérselo venir, Steve se acercó hasta él y le abrazó,sorprendiendo a Tony, que no recordaba la ultima vez que alguien loabrazó solo porque sí, haciendo que no supiera muy bien qué haceren esa situación.
Se dio cuenta de que Steve podía envolverlo sin ningún problema yque su propia cabeza apenas llegaba al hombro de este, haciéndolesentir bastante bajito en comparación. Pero, tras un breve instantede lamentarse por lo bajito que era, alzó las manos hasta colocarlasa la espalda de Steve.
-Venga. Ya está, grandullón. Ya puedes soltarme- le indicó.
A pesar de lo agradable que era aquel simple gesto, Tony no podíaolvidar el hecho de que estaban en una fiesta y que los invitadoscuchichearían si lo veían a él abrazado al cantante del grupo queestaba tocando aquella noche.
Steve acabó por apartarse.
-Sí. Lo siento. Me he......me he emocionado de más- le dijo, aúnsonriendo.-Pero no puedo creerme que de verdad me dé a mi grupo y amí esta oportunidad. es.....es algo muy importante para nosotros.
-Yo no lo considero para tanto, pero necesito que me des tu númerode teléfono.
Steve alzó una ceja al oírle decir eso.
-Necesito que estéis localizables para cuando lo organice todo. Comovuestro mecenas, tengo que encontrar un local de grabación y unaagencia musical que se vaya a ocupar de vosotros.
En realidad, Industrias Stark tenía una. Fue un capricho que le dioen un momento de su juventud, cuando sus padres acababan de morir enel accidente de coche, pero Steve no tenía porqué saber eso.Además, quería tener el número de teléfono de este por lo quepudiera pasar.
-Sí, claro. Es lógico.
Así que Steve, confiado, le dio su número sin problemas.
-Te dejaré una llamada pérdida para que tú también tengas minúmero- le indicó.
-Así que voy a tener el número del gran Tony Stark en mi móvil-comentó este, sonriendo.
¿Cuanta gente desearía tener aquel número?, pensó Steve. Desdeluego, conocido por sus fiestas y escándalos, casi todas las mujeresdel país les gustaría echar mano de él. Y, sin embargo, él, untío común y corriente, nacido y criado en Brooklyn, lo habíaobtenido como si nada.
El multimillonario había resultado ser todo lo contrario de lo quesiempre había creído. No solo era bastante generoso, si no que dabatremendas oportunidades a aquellos que no eran nadie. No parecíacreído ni prepotente al hablar, a pesar de que tenía bastantesmotivos para hablar con chulería con alguien como Rogers. Despuésde todo, Stark se había criado entre algodones, sin haber pasado pornecesidades en ningún momento de su vida.
Steve acabó alegrándose de haberle conocido y de haber resuelto sumalentendido. No podría agradecerle bastante lo que este iba a hacerpor ellos. Pero, mientras que estuvieran en contacto, trataría dehacerlo.
..........
La fiesta acabó bien entrada la madrugada y, a pesar de ello, suscompañeros de la banda se empeñaron en ir a tomar algo más paracelebrar la oportunidad que se les había brindado.
-¡Por ese Stark forrado de pasta!- gritó Loki, alzando su copa.
Este era el bajista del grupo y su hermano, Thor, era el batería.Aunque todos sabían que Loki era adoptado. Al parecer era unainformación que sus padres adoptivos nunca quisieron ocultarlo,sobretodo porque el hijo que ya tenían recordaba la llegada de sunuevo hermano a casa.
-¡Porese tío!- exclamó Rick Jones (Lasexplicaciones sobre quién es este personaje irán al final. Seríamuy largo contarlo aquí .1),que era el otro guitarrista del grupo.
-Chicos, no bebáis demasiado- les advirtió Steve.-Ya habéis bebidobastante en la fiesta.
-Vamos, Steve. No seas aguafiestas- le dijo Rick.-Tenemos quecelebrar este golpe de suerte.
-Los dioses se enfadarían si no festejamos cuando deberíamoshaberlo hecho- soltó Thor, con la garra más grande de cerveza quehabía en el bar en la mano.
Con su ascendencia nórdica bien arraigada, Thor empleaba las viejascostumbres de su pueblo cuando le venía en gana. El único queparecía poder controlarlo, cuando a los demás se le iban de lasmanos, era su hermano Loki, que parecía saber perfectamentecontrolar a su postizo hermano, casi como si tuviera su manual deinstrucciones.
Steve siempre pensó, desde que los conoció en la universidad, quelo que había entre ellos no parecía solo de hermanos, pero nunca sehabía metido en sus vidas. Después de todo, no era de suincumbencia.
-Pero bebemos un poco y nos vamos a casa- les indicó Steve,señalándoles a todos con un dedo, advirtiéndoles.-No sabemoscuando nos va a llamar el señor Stark para empezar a trabajar, asíque teneos que estar listos para trabajar en cualquier momento. Ahorano es la mejor ocasión para dormirnos en los laureles.
Todos asintieron, dándole la razón, pero en el fondo Steve sabíaque estos solo lo hacían para que dejara de machacarlos y queacabarían haciendo lo que les diera la gana. Thor no se movería delbar hasta que Loki le dijera que se moviera para ir al piso quecompartían.
Amboshabían llegado a América para estudiar y, una vez acabados losestudios, cuando Loki dijo que no quería volver a casa, su hermanose quedó con él, negándose a abandonarlo, por mucho que el morenoinsistió en que volviera a casa.
Por otro lado, Rick siempre había sido un joven muy alegre y prestoa hacer amistad con quién fuera en menos de un minuto. El primer díaen la Universidad, ya conocía a la mitad del campus, con profesoresincluidos. Se había pegado a Steve desde ese instante y, cuando ledijo que le gustaba tocar, fue quién sugirió montar un grupo ybuscó a los otros dos miembros que les hacían falta.
Era el alma de la fiesta allí a donde fuera, incluso aunque noconociera a nadie. Era más, en cuanto llegaron al bar, este sacódel bolsillo de su traje los números de teléfono que algunas de lasmujeres le habían dado.
Steve se había negado a tomar los que algunas mujeres se habíanempeñado en que tomara, tratando de evitar meterse en líos conalgún invitado, pero Rick no se había cortado un pelo.
Para cuando el líder consiguió sacarlos del bar, estabaprácticamente amaneciendo. Rick y Thor estaban hablando el dialectode los borrachos y Loki y él tuvieron que encargarse de llevarles acasa. Agradecieron que aún pasaran taxis a aquellas horas de lamadrugada y, para cuando Steve llegó por fin a casa, lo único quepudo hacer fue dejarse caer en la cama y dormir como un muerto.
................
Para cuando despertó, era pasado el mediodía y su casa estabacompletamente en silencio.
Cuando salió al salón de su pequeño hogar, confirmó que su madrehabía vuelto a irse a trabajar, encontrando una bandeja de comidatapada sobre la pequeña mesa de la cocina, con una nota para él,sacándole una pequeña sonrisa a los labios.
"Llegaste a las tantas, así que daré por sentado que te fuebien en el trabajo. Tienes que contármelo todo con pelos y señalescuando vuelva de trabajar, porque solo he visto esas grandes fiestasen las revistas. Comete todo lo que te he preparado. Te quiero,cariño".
Como un chico obediente, se sentó a la mesa y devoró las tortitas ydemás platos que su madre le había preparado, teniendo quecolocarlo todo en un extraña disposición para todo tuviera suespacio en la bandeja.
En el fondo, Steve creía que su madre pensaba que se había vueltotan enorme porque le daba esas enormes cantidades de comida, ya queella rara vez le había visto practicar deporte en casa.
Una vez que comió y lo limpió todo, se dijo que en casa no habíanada más que hacer.
Había revisado su móvil cuando se había levantado, después dehaberle mandado un mensaje a Sam para informarle de como habían idolas cosas, pero aún no le había contestado. Aunque también miróel móvil para asegurarse de que el señor Stark no le hubierallamado mientras dormía.
No podía ensayar porque los chicos aún estarían con la resaca ydurmiendo, así que se dijo que iría al gimnasio.
Eso haría que el alcohol que aún circulara por su cuerpo seeliminara de una buena vez y se mantendría en forma.
Así que cogió su móvil y su macuto y se marchó andando hacía elgimnasio.
Había una buena distancia desde donde vivía en Brooklyn hastaManhattan, cruzando uno de los muchos puentes que había en laciudad, pero Steve se tomaba aquel camino como un calentamiento antesdel ejercicio. Después de todo, Harlem, donde vivía Sam, estaba aúnmás lejos y había ido muchas veces andando hasta allí.
Cuando llegó, no tuvo problemas en saludar amablemente al deseguridad y a la recepcionista. Después de todo, ya no tenía nadaque temer. Cualquier cosa que hubiera esperado que ocurriera tras laspalabras del de seguridad había pasado a mejor vida.
Se dirigió a una de las muchas plantas, donde Stark tenía su ringprivado y, sonriendo, pudo ver que este ya se encontraba allí.
-Ha llegado muy pronto- dijo, acercándose al cuadrilátero.
En el acto, Tony volvió la cabeza hacía él, ignorando a su agotadoguardaespaldas.
-Vaya. Y tú también has venido a entrenar. Pensaba que tú y tubanda estaríais celebrando las buenas nuevas.
-Si fuera por ellos, seguramente, pero tenemos que ser serios. Si no,¿cómo va a confiar en nosotros?
-¿Sabes con quién hablas? He dado discursos ante ministerios dedefensa por la mañana tras toda una noche de fiesta. Si yo hubieraido con vosotros, aún estaríais festejando.
-Bueno.....entonces debería venir la próxima vez- sugirió Steve.
Eso hizo que Tony se quedara algo sorprendido, mirándolo.
Lo más seguro sería que el multimillonario no estuviera muyacostumbrado a que chicos de ciudad, criados en las callesprácticamente, le invitaran a sus bares corrientes, cuandocualquiera de las botellas que tuviera en casa sería más cara quetodo lo que ellos pudiera beber a lo largo de toda una noche.
-Pues no diré que no a esa invitación- acabó diciéndoleeste.-Pero, ahora mismo, ¿podrías subir al ring y cambiar unoscuantos golpes conmigo? Creo que aquí mi amigo va a acabardesmayándose en cualquier momento.
-No, no. Yo estoy bien- dijo Happy, intentando recuperaraliento.-Todavía puedo seguir.
Steve y Tony intercambiaron una mirada, viendo como este primerosonreía débilmente ante esas palabras.
-Seguro que sí- le dijo el bueno de Rogers.-Pero dejame a mi unrato. Necesito despejarme después de tanto beber.
No necesitó decir nada más para que Happy se bajara del ring y lediera su lugar.
Tony sonrió ampliamente mientras veía como Steve subía alcuadrilátero y se ponía los guantes, dando pequeños saltitos porel lugar, sabiendo que Rogers no iba a ser tan fácil de abatir comoel bueno de Happy.
-¿Has hecho boxeo antes?- le preguntó, dándose cuenta de que susojos ya estaban recorriendo aquel cuerpo escultural, solo vestido conuna camiseta de tirantes anchos y unos pantalones cortos de deporteque solo le llegaban a las rodillas, sin que pudiera hacer nada parapoder evitar aquel examen visual.
-Bueno......recibí algo de entrenamiento hace tiempo, pero hacemucho que no lo práctico en serio.
-Entonces procuraré no ser muy malo contigo- le dijo Tony,dedicándole una de sus sonrisas brillantes.
-¿Ah, sí?- comentó Steve, que no pudo evitar contestar a susonrisa con otra.-¿Así que vas a ir en ese plan?
-Lo que ves es lo que hay, nene.
-Te voy a machacar- le advirtió Rogers, entrechocando sus puñosantes de avanzar hacía él.
-Eso ya lo veremos- comentó Tony, tomando distancia.
Con lo grande que era Steve, si no se mantenía a la suficientedistancia, le daría la paliza del siglo y aunque sería agradabletener un cuerpo a cuerpo con él, Tony había imaginado ese momentoalgo más.....confortable. Sobre una cama, concretamente, sinpuñetazos de por medio.
Rogers, por su parte, estaba pensando si realmente debía ir con todolo que tenía con Tony. El moreno era más pequeño que él y pesabamucho menos. Si ponía toda su fuerza, estaba claro que le machacaríay, la verdad, no quería estropear la bonita sonrisa de este conalgún mal puñetazo que no había podido controlar.
Frunció el ceño ante ese pensamiento. ¿De dónde había salido?Vale que cuando sonreía, él lo hiciera también sin poder evitarlo,pero.....¿desde cuando había pensado algo así de la sonrisa dealguien?
Ese pequeño dialogo interior lo despistó lo suficiente para queTony se atreviera a ir a por él, tratando de darle una sería degolpes que Steve apenas tuvo tiempo de esquivar y le hizo centrarsede nuevo en la pelea.
-¿Dónde estaba tu mente?- le soltó Tony, tomando distancia denuevo cuando se dio cuenta de que este volvía a estar en alerta.
-Se había ido a dar un paseo, esperando a que te atrevieras aatacar- fanfarroneó él.
Desde luego, no pensaba decirle que se había despistado pensando quetenía una bonita sonrisa.
-Oh, oh. Toma ya. ¿Te atreves a hablar de esa manera con el tipo queva a financiar a tu banda?
-Efectivamente.
-Tienes valor, chico.
-No sabes cuanto.
Y, antes de que Tony pudiera volver a replicar algo ingenioso, fue elturno de Steve de ir a por él, empezando a dar derechazos queobligaron al multimillonario a cubrirse, sin apenas tener espaciopara poder esquivar, notando como Rogers lo estaba arrinconando.
Happy gritaba con fervor que se defendiera desde fuera del ring,pareciendo uno de esos entrenadores de boxeo que aparecían en laspelículas, ya que en aquella planta no había nadie más que ellosen aquellos momentos.
Tony sabía que estaba perdido si dejaba que este le pusiera contrael rincón.
Así que, sabiendo que era imposible que venciera a Stevecompartiendo golpes, recurrió lo único a lo que podía echar mano:jugar sucio.
Mientras Steve seguía haciéndole retroceder, tratando de minar susdefensas, Tony movió su pierna derecha hacía él, con la intenciónde hacerle tropezar y caer, con lo que podría dar por ganada lapelea.
Con lo que no contó fue con que, con la forma en la que estabatropezando este, si le hacía caer, se lo echaría encima. Paracuando Tony quiso darse cuenta, ya era demasiado tarde. Más de 100kilos se le venían encima.
El moreno se dio un buen golpe en la cabeza y Steve soltó un bufido,apoyándose en sus brazos para no echarle todo su peso encima. Sinembargo, cuando ambos se miraron, no pudieron evitar echarse a reír,por lo ridículo del momento.
En aquellos instantes, lo más seguro era que Tony no se concentraran el hecho de lo cómodo que era el peso de Steve sobre él porque enaquellos momentos, con este aún encima, no quería saber quéocurriría si tenía algún accidente dentro de sus pantalones y esteacababa notando algo que no debía.
-Has hecho trampas- le soltó Steve, aún sin quitarse de encima.
-Digamos que recurrí a lo que era necesario para poder salir delrincón- comentó Tony, tratando de hacerle a un lado para salir dedebajo de él.
Pero, por mucho empeño que le puso, no pudo salir.
-No te dejaré salir hasta que aceptes que has hecho trampas- le dijoSteve, aún con una sonrisilla en los labios.
Estaba claro que él era más fuerte que Stark, así que no teníanningún impedimento para inmovilizarlo con su cuerpo. Y solo paraasegurarse de que de verdad no iba a salir de allí, dejó caer unpoco más de su peso contra él.
Aquello logró poner un poco nervioso a Tony.
Después de todo, no podía negarse a sí mismo que el chico leatraía y que estuviera haciendo aquello no era nada bueno para suescaso autocontrol.
-Solo he recurrido a lo que tenía que recurrir- dijo, incapaz deecharse atrás, incluso viéndose en aquella clase de situación.
El gran Stark no había llegado hasta donde estaba dándole la razóna todo el mundo solo porque parecieran más fuertes que él. Por muyrubio, grande y atractivo que fuera su adversario a abatir.
-Así que te resistes, ¿eh?
-¡No le dejes salir hasta que se rinda!- les gritó Happy.-¡Conmigosiempre está haciendo trampas!
-¡Eso era King Boxing, mal perdedor!- le espetó Tony.
Pero ya debería haberse dado cuenta que no estaba en una situacióncomo para pelear contra alguien más.
-Ríndete- le dijo Steve, dejándose caer un poco más sobre él.
Sus rostros estaban peligrosamente cerca, lo suficiente para que Tonyrecordara que se estaba muriendo por probar aquellos labios.
Steve, por su parte, también bajó los ojos hacía los labios delmoreno, percatándose desde donde este estaba que respiraba concierta dificultad, diciéndose que, a lo mejor, se había acercadodemasiado. Pero eso no le hizo alejarse. En todo caso, notó que seponía un poco más cerca.
-Ríndete- volvió a pedirle, ahora en apenas un susurro.
Estaba empezando a olvidar como habían acabado así. ¿Había sidouna pelea, una broma? Ya no estaba muy seguro. Lo que sí sabía eraque ha Tony le estaba costando trabajo respirar y n era debido a supeso.
-Jamás- le susurró Tony, prácticamente contra sus labios.
Y Steve sintió un leve cosquilleo bajándole por la columna,demasiado placentero para tratarse de un tirón o algo por el estilo.
Algo empezó a crecer entre los dos y tanto Tony como Rogers bajaronla vista cuando lo sintieron.
-¡Lo siento mucho!- exclamó Steve, haciéndose hacía atrás en elacto, dándose cuenta de que aquello era cosa suya.
-No te preocupes- le dijo Tony, sentándose sobre el ring,aprovechando que Steve se había alejado.-Será cosa de laadrenalina, de haber estado peleando. Inconvenientes de losdeportistas.
-Sí, será por eso- afirmó Steve.
Pero, por muy tranquilizador que hubiera tratado de sonar Tony, esono quitaba el hecho de que Steve se hubiera puesto duro cuando lehabía susurrado ese jamás contra los labios, haciendo que su piel ysu cuerpo cosquillearan de aquella extraña manera.
El señor Stark era el financiador de su grupo. ¿Cómo se le ocurríareaccionar de aquel modo con él?
Ambos se pusieron en pie. Steve aún algo avergonzado. Tony tratandode fingir que no pasaba nada cuando en realidad todo su cuerpoparecía haberse encendido al sentirlo, notando como una vocecilladentro de su cabeza gritaba un animado "¡Sí!", como si aquellofuera un logro.
Happy se había mantenido callado y alejado de la escena durante elincidente, pensando que ya habría sido bastante incomodo para elchico de por sí como para encima recordarle que tenía publico.
Pero, cuando volvió la vista hacía su jefe, que le había dado laespalda a Steve mientras fingía que estaba demasiado concentradoquitándose los guantes, vio como el moreno aparecía algo sonrojado.Y no solo debido al calor del ejercicio.
Aquello le estaba pareciendo demasiado raro, así que prefiriómantenerse en silencio y dejarles a ambos con ese tema.
-Creo que debería ir a la ducha y echarme algo de agua fría encima-comentó Steve.
-Sí. Buena idea. No queremos que asustes a ninguna de las chicasmientras sales de aquí.
-Bueno.....tampoco es para tanto- murmuró Steve, sintiéndose aúnmás avergonzado.
-Créeme. La mayoría de las mujeres que pasan por aquí estánacostumbradas a sus viejos maridos ricachones, que apenas logranponerse a media asta. Si te vieran a tí, pensarían que es el díade Navidad.
Steve no pudo evitar reírse ante aquel comentario y le devolvió labroma.
-Entonces.....¿tú también te incluyes en la lista?
-Oh. ¿Cómo te atreves? ¿Me estás llamado viejo?- le soltó,volviéndose hacía él.
-No. Te estoy llamando ricachón.
Tony no supo muy bien como responder a eso. Y ya era un milagro depor sí, porque él siempre tenía un comentario ingenioso que decir.
-Nos vemos más tarde- le dijo Steve, saliendo del ring.
-Vale. Y recuerda echarte agua fría.
Steve volvió a reírse y asintió con la cabeza mientras se despedíacon la mano.
Lo único que pudo hacer Tony fue esperar a que este saliera de laducha y darse otra él, porque si se encontraba con un Steve desnudoy mojado en las duchas, no habría suficiente agua fría en el mundopara apagar el volcán que se despertaría.
Findel capitulo 5
Vaya,vaya. Como hemos terminado este capitulo, ¿eh?. Pero, antes demeternos con el final de este capitulo, vayamos a aclarar otro punto.
1-.Rick Jones: Richard Milhouse Jones es un personaje sin superpoderesde por sí que hizo su aparición en Hulk. Bruce Banner quedóexpuesto a la radiación gamma para salvarle, así que podemos decirque es un personaje tan antiguo como este. Se dice que tiene buenarelación con el personaje, tanto con Bruce como con Hulk, como sedemuestra en World War Hulk, donde Rick intenta hablar con él cuandoHulk y los suyos llegan con intenciones de destruir la Tierra y a lossuperhéroes que este cree que lo traicionaron, entre los que entranIronman, Reed Richard y otros. Pero no solo es un amigo de Hulk. Elpropio Capitán América lo ha entrenado en artes marciales para quesepa defenderse. Rodeado de los superhéroes como está, es normalque quisieran que el chico estuviera preparado para todo. Era tanbuena esta relación como para que uno de sus motes fuera Bucky 2(aunque también tiene el de Hulk2 o A-Bomb cuando se intercambia conel Capitán Marvel como os diré ahora). Encontró unos brazaletes depoder con los que podía invocar al Capitán Marvel en su lugar. Porejemplo, si quería que este superhéroe ayudara a la Tierra, seintercambiaba por él y Rick acababa en la Zona Negativa, dondeestaba este personaje, para que pudiera actuar.
Laverdad, me parece que toca a muchos personajes importantes como paraque no hagan prácticamente ninguna mención suya, pero hay tantosotros personajes importantes que tampoco han aparecido en el UCMaún......
Enfin. ¿Qué os ha parecido ese final? ¿Empieza a haber salseo o no?Las temperaturas se van elevando poco a poco. Esto es una historiaStony, amigos. Las cosas no van a quedar en el aire sin más. Aquíva a haber llamas en cualquier momento.
¿Tambiénnotáis la diferencia cuando escribo con mis notas de móvil a cuandoescribo en mi libreta? Hay como unas 3 o 4 paginas más de diferenciaentre uno y otro porque aún no sé medir bien con las notas delmóvil. Pero la verdad es que me viene genial para escribir cuandoestoy fuera de casa y no tengo otra cosa mejor que hacer.
Bien.Por ahora no os voy a dar más la tabarra y me voy a poner con elcapitulo 6 antes de que la inspiración se vaya a dar sus conocidospaseos que me dejan sola y abandonada. Así que, como siempre,manteneos sanos y nos seguimos leyendo en el próximo capitulo. Chao.^^
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top