Capitulo 45
Buenas a todos losMarvelitos en este nuevo capitulo. Y, aunque parezca que no, yaestamos en el capitulo 45. Cuando mis amigas me preguntan por cualcapitulo voy, se sorprenden cuando saben que aún sigo con estahistoria y por el número que estoy. Y creo que yo también mesorprendo, ya que sigo sin ver un final claro.
Al final, vais a tenerque decirme que estáis hasta el cuerno de mí y que acabe lahistoria de una vez para que yo me obligue a poner un punto y final.Sé como quiero que estén las relaciones para cuando llegue elfinal, pero no sé cuanto voy a tardar en llegar hasta allí. Asíque tened un poco más de paciencia. O no. A lo mejor, os gusta tantola historia que os da igual lo que tarde con ella.
Perobueno......ummm......¿Qué tenía que decir después de esto? Heestado dibujando toda la tarde y me siento un poco embotada. Es comosi tuviera la cabeza en otra parte o algo así.
Así que vamos acentrarnos en el capitulo. Antes pudimos ver que Sam y Bucky salíanen una especie de ''cita'', que, según Sam, no era una cita y,como en los capítulos anteriores me he centrado en la pareja de Tonyy Steve y con la de Thor y Loki, ahora volvemos de nuevo con ellos.
Creo que os va a gustarcomo van a ir las cosas entre ellos. Disfrutad del capitulo yseguimos hablando luego.
CAPITULO 45
...............................
El hecho de que Bucky hubiera vuelto a la casa de los Wilson habíapuesto a todos tan contentos que ni siquiera le preguntaron porquése había ido. Lo cual a Sam le iba que ni pintado, ya que no sabríapor donde comenzar para explicar todo lo que había ocurrido.
Además, Sarah lo sabía y el halcón estaba seguro de que suhermana, como mínimo, se lo habría contado a Gideon, aunque solofuera para poder decírselo a alguien.
La ventaja que tenía eso era que el mayor de los Wilson siemprehabía sido muy discreto, con lo que, por los menos, este no se lodiría a nadie. Aunque, si tenía que ser sincero, en cierta forma,le molestaba un poco esa libertad que parecía tener Bucky paramoverse por la casa.
Por ejemplo, a él nunca nadie le preguntaba a dónde iba o a quéhora iba a volver. Pero, sin embargo, a él siempre lo tenían en unaconstante atención, como si aun no fuera lo suficientemente mayorcomo para saber muy bien lo que hacia y lo que no.
En aquellos momentos, cuando ya habían salido del cine y Bucky yél se dirigían a cenar, recibió una llamada de su madre.
-¿Dónde estás?-le soltó, nada más coger la llamada.
-He salido por ahí con Bucky.¿Por qué? ¿Qué pasa?
-Bueno....Tu tía se ha empeñado en que vayamos a su casa ypasemos el fin de semana con ella. Esta empeñada en que no va avivir un año más, a pesar de que lleva más de diez años diciendolo mismo. Nos llevamos a Sarah, porque esta empeñada en verla.Gideon, por lo que se, va a pasar la noche en casa de unos amigos,así que quiero que cierres bien las puertas cuando lleguéis.
-Menos mal que me has llamado para decírmelo. Si no es por eso,habría dejado la puerta abierta de par en par- gruñó Sam, pensandoque su madre a veces lo tomaba por estupido.
-A mí no me hables de ese modo, jovencito- le regañó esta enel acto, con aquel tono tan de madre.-Te llamaba para avisarte. Nadamás. Sé que no eres un niño, pero tendrías que saber que noíbamos a volver en toda la noche.
-De acuerdo. Bien. Ya me lo has dicho- afirmó este.-Procuraréque llevemos cuidado.
-Bien. Nos vemos después.
-¿Qué ocurre?- le preguntó Bucky en cuanto le vio colgar elteléfono.
-Mi madre llamaba para avisar que ni mis padres ni Sarah van aestar en casa este fin de semana. Y, al parecer, Gideon tampocoestará esta noche.
-¿Eso quiere decir.....que estaremos solos.....en tu casa?-murmuró Bucky, dirigiéndole una mirada significativa.
-No me mires de ese modo. No vamos a hacer nada de lo que estéspensando- le advirtió el halcón gruñón.
-¿Y tú como sabes lo que estoy pensando?- le preguntó Bucky,alzando el mentón.
-Solo hace falta mirarte a la cara un momento para saber lo queestas pensando, pervertido. Estás sonriendo-le reprochó este.
En el acto, Bucky se llevó las manos a la cara, comprobando queSam tenía razón.
-Bueno.....pero ya que podemos estar solos, ¿por qué no pedimosla comida para llevar y cenamos tranquilamente en tu casa?
-Pensaba que estabas empeñado en comer fuera.
-En realidad solo estaba empeñado en probar esas nuevashamburguesas. Donde las comamos es lo de menos.
-Siempre será más cómodo en casa que en cualquier otro sitio-comentó Sam, reflexionando un poco sobre eso.
-¿Verdad? Pues pidamos la comida para llevar y volvamos a casa.
Bucky prácticamente lo arrastró por la calle para hacer eso loantes posible, como si, de repente,la urgencia se hubiera apoderadode su cuerpo.
-¡Eh! ¡No hace falta que tires de esa manera!- se quejó elhalcón gruñón.
Pero Bucky no estaba en aquel momento como para desperdiciar eltiempo.
Tras llegar a la hamburguesería, pidió dos menús grandes parallevar y, tras esperar unos minutos en el mostrador, se llevó a Sama casa, cogido de la mano.
-Te sigo diciendo que no va a ocurrir nada de lo que sea queestés pensando- le advirtió el joven Wilson.
Estaba claro de donde salía la prisa de Bucky por llegar a casa.
-No sé de lo que estás hablando- replicó este a su vez.-Yosolo quiero llegar para comer. Me muero de hambre.
-Te hinchaste a palomitas. Es imposible que tengas hambre.
-Deberías saber ya que lo quemo todo muy rápido.
Sam no sabía si aquello iba con segundas o no. Solo supo quellegó a su casa mucho más pronto de lo que hubiera llegadonormalmente, dándose cuenta de que, en efecto, no había nadie encasa.
-El piso parece otro cuando no hay nadie, ¿verdad?- le dijoBucky.
-Sobretodo si estás pensando en lo que tú estás pensando-lereplicó Sam.
-¿Y cómo sabes en lo que estoy pensando?
-Porque ahora mismo eres un libro abierto.
-Eso son imaginaciones tuyas. Yo solo estoy pensando en comer.
-Pero ¿el qué? Ahí está la cuestión.
Bucky se volvió hacia él con una sonrisilla en los labios.
-Sam Wilson, ¿qué es lo que estás pensando que te voy ahacer?-le preguntó, haciendo que este se sonrojara por un momento.
Carraspeando, Sam apartó la mirada de él y cruzó los brazos.
-No te hagas el inocente ahora. Sabes perfectamente que se teestán pasando cosas por la cabeza- le dijo.
-Por supuesto. Pero eso es siempre- le dijo este, con la mayorcalma del mundo, haciendo que Sam volviera la cabeza hacia él, conlos ojos entrecerrados.
-¿Siempre estás pensando en esas cosas?
-Ten en cuenta que hace unos días ha sido la primera vez que hepodido tocarte-le dijo Bucky.-Pero en mi cabeza ya hemos hecho detodo.
-¡Serás cerdo!-le gritó Sam.-¡Te prohíbo tener esasfantasias conmigo!- le dijo.
-Perdona, pero no me puedes prohibir lo que pase dentro de micabeza.
-¡Si sigues teniendo esas fantasias, no dejaré que me vuelvas atocar!- le dijo el halcón gruñón.
-Si me dejaras cumplir algunas, a lo mejor no tendría queimaginar tanto- le dijo Bucky, colocándose cara a cara con él.
Aquello dejó a Sam sin palabras para replicar, haciendo que solopudiera observar la cara sería del mapache delante de él, con unnuevo sonrojo empezando a formarse en su cara.
-No hagas eso- le replicó Bucky, pareciendo como si estuviera apunto de gruñir.
-¿El qué?-preguntó Sam, frunciendo el ceño, sin entender.
-Sonrojarte de esa manera. Solo invitas a que te ataque-le dijoeste, bajando el tono de su voz y entrecerrando los ojos.
Sam notó como su columna temblaba levemente, sintiendo aquellamirada por lo que era, sabiendo lo que este quería hacer con él.
Pero le puso una mano en la boca para que se callara y tratar dealejarlo.
-No digas esas cosas- le dijo.-No puedes decir esas cosas.
Bucky lo contempló de aquella peligrosa manera, pero, con lamano de Sam de por medio le resultaba imposible hablar.
Y, de todas formas, a él siempre se le había dado mejordemostrar que hablar.
Sacando la lengua, lamió la palma de la mano de Sam, haciendoque el halcón gruñón se sonrojara aun más y retirara la mano enel acto.
-¡Pero, ¿qué haces?!-le gritó este, visiblemente alterado,colocando su mano contra su pecho.
-Pensaba que querías que hiciera algo como eso. Como me haspuesto la mano sobre la boca.....
-Porque quería que apartaras tu cabezota de en medio. No paraque lamieras nada.
-Bueno.....Me habré confundido- dijo este sin más, encogiéndosecalmadamente de hombros mientras se dirigía a la mesa de la cocinaen busca de su cena.
Sam aun sentía el corazón en la garganta después de aquello,como sus pulsaciones hacían que su sangre corriera por todas partesa una velocidad tremenda, dejándole sin saber bien qué decir alrespecto.
Bucky a veces parecía muy tranquilo y,otras, sin embargo, eracapaz de hacer cosas de ese estilo, dejándole desconcertado.
-¿No vienes a cenar?- le dijo el castaño, con todo preparadosobre la mesa.
Y, como respuesta, él solo pudo asentir y acercarse a esta.
"No parezcas nervioso. Si nota que estás nervioso, saltarásobre ti", se dijo, acercándose a la mesa.
-Estás nervioso- le dijo Bucky, dedicándole una sonrisilla denuevo.
-Para nada- negó Sam, tratando de mostrarse como siempre.-Seráque tú quieres verme nervioso.
-No, no. Te conozco muy bien y sé ver cuando estás nervioso. Yahora mismo lo estás.
-¿Qué pasa? ¿Acaso eres uno de esos que lee las caras de lagente o qué?- le replicó Sam, sentándose a la mesa.
-Contigo,al menos, sí- le dijo Bucky sin más.-Llevo añosobservándote y aprendiendo cada pequeña cosa tuya.
Aquello dejó a Sam un poco sin palabras de nuevo, haciendo quevolviera la vista hacia el castaño, pero este ya estaba disfrutandode su hamburguesa.
-Así que era verdad que tenías hambre- le dijo Sam a su vez,preparando la suya.
-Ya lo sabes. Yo nunca miento- afirmó el mapache.
-Bueno.....pero sabes ocultar muy bien la verdad-comentóeste.-Después de todo, según tú, llevas años observándome y yono me había dado cuenta.
-Eso es solo porque nunca me habías mirado de ese modo- le dijoBucky.-No me habías tomado en cuenta.
-Hombre.....desde luego, nunca habría dicho que estabasenamorado de mí.
-Pero ahora sí que puedes decirlo, ¿verdad?-le dijo Bucky,colocando su mano sobre la de Sam.
Este contempló sus manos un momento antes de dirigir su vistahacia el mapache de nuevo.
-No vamos a hacer nada de lo que estés pensando- volvió aadvertirle.
-Ya te he dicho que eso lo estoy pensando siempre- le dijo este,dirigiéndole una sonrisa, disfrutando de verle tan molesto como decostumbre.-Pero terminemos de cenar. Sigo teniendo hambre.
Para tranquilidad de Sam, Bucky realmente se concentró en sucena el resto de la noche, haciendo que él también pudiera comerbastante tranquilo.
Sin embargo, cuando se levantó a tirar las bolsas a la basura yse dio la vuelta, casi se dio de bruces con el pecho de Bucky.
-¡Que susto!- replicó Sam.-¿Qué haces ahí de pie?
-Ya hemos terminado de cenar,¿no?
-Sí. ¿Y qué?
-¿No tienes hambre de otra cosa?- le dijo este, entrecerrandolos ojos de esa manera particular suya, que le indicaban muchascosas.
El primer instinto de Sam fue retroceder, pero tras él lo únicoque tenía era la encimera de la cocina, cortándole la huida.
-Dejate de tonterías. Vas a hacer que me enfade- le advirtió.
-Vamos, Sam. Se supone que estamos juntos.¿Por qué te siguesresistiendo como si no lo quisieras?- le dijo este, acercándose aunmás, haciendo que este se apretara aun más contra la encimera.
-Déjame tener un poco de orgullo al menos, ¿no?- le dijoeste.-No paras de hacer lo que quieres continuamente. Al menos,dejame seguir siendo yo mismo.
-¿Y eso qué significa?-le dijo Bucky, inclinándose haciaél.-¿Que tengo que hacer como que te fuerzo cada vez?- le preguntó,colocando las manos sobre las caderas.
-No. No es eso. Es que....- replicó Sam.
Pero cuando vio como este se inclinaba hacia él, cerró los ojosal instante. Solo para acabar sintiendo un leve beso en la frente.
Tras ese contacto tan inesperado, Sam volvió a abrir los ojospara mirar a Bucky, viendo una mirada triste en sus ojos.
-No me gusta forzar a nadie. Lo sabes.
-¡Te digo que no es eso!- le dijo Sam.
Aunque ni él mismo parecía capaz de entender lo que queríadecir.
-¿Entonces? ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Seducirte encada ocasión?- le preguntó este, tomando una de sus manos yllevándosela a los labios.
Para cuando depositó un simple beso sobre esta, Sam ya sentíaque estaba hiperventilando.
-Bueno.....puedo hacer eso- susurró Bucky, continuando conaquella serie de besos por su mano.
Y, para cuando llego a su muñeca, Sam ya estaba temblandodébilmente.
-No.....no tienes por.....porqué hacer eso- se quejó este.
Aunque, más que una queja, sonó a un ruego.
Bucky alzó un momento los ojos hacia él, obligando a este atragar saliva, pero continuo haciendo aquello mientras Sam tenía queverse atrapado contra la encimera de la cocina.
Siguiendo por su brazo, Bucky fue subiendo hasta llegar a sucuello, notando como Sam se había empezado a tensar y temblar contraél al mismo tiempo. Y, para cuando llego a sus labios, este solopudo sonreír brevemente antes de inclinarse sobre él y hacer queseparara estos para que le dejara entrar.
Sam se dejó hacer con tanta facilidad que Bucky solo pudo soltarun gruñido de satisfacción contra su boca y, con este aun atrapadocontra la encimera, rodeó su cintura con un brazo e hizo que seinclinara hacia él, apretando su cuerpo contra el suyo.
Ambas manos de Sam acabaron sobre sus hombros, más por el hechode sujetarse a algo que otra cosa, mientras sentía como esteexploraba su boca y convertía todo su cuerpo en fuego liquido.
Era una sensación rara y excitante. A pesar del calor que lorecorría en oleadas, aumentando poco a poco en intensidad, tambiénera agradable, y tibio, y reconfortante.... Era como si, con unsimple beso, pudiera despertar en él mil y un sensaciones, como sile hiciera conocer rincones de sí mismo donde nunca antes habíallegado.
Sam se sintió sofocado y lleno. Y, por encima de todo, no deseóque Bucky se apartara.
Pero, tras unos instantes más, tuvo que alejarse de su boca paraque ambos pudieran respirar.
-Creo.....que....deberíamos ir.....a tu habitación- jadeóBucky contra sus labios, con aquella mirada encendida dirigidacompletamente hacia él.
Cuando le miraba de ese modo, Sam se sentía incapaz de hablar oarticular palabra alguna. Pero tampoco era necesario las palabraspara que ambos, aun bastante cerca el uno del otro, de dirigieran alcuarto del joven Wilson, cerrando la puerta ya solo por puroinstinto.
Por un motivo que Sam no había entendido al principio, Bucky sehabía empeñado en sacar la cama de abajo hasta que ambas quedaronformando una especie de escalera.
Sin embargo, cuando este lo lanzó sobre la de abajo, entendió aqué había venido aquel capricho.
Siendo unas literas, ninguno podía ponerse encima con demasiadacomodidad, ya que acabaría tocando la parte de abajo de la de arribasi alguien se subía sobre el otro, así que el muy granuja ya habíaquerido hacer cambios para la siguiente vez.
-Eres un pervertido- le dijo Sam en cuando se vio tumbado allí.
Pero, ante sus palabras, Bucky le dirigió una sonrisa antes devolver a besarle.
Esa sensación cálida se extendió de nuevo por todo su cuerpoen cuanto sintió la lengua de este volviendo a entrar en su boca y,alzando los brazos, rodeó el cuello de Bucky con los brazos,realmente necesitando anclarse a algo para no perderse en mitad de latormenta que este estaba generando.
Sintió como las manos de Bucky empezaban a deshacerse de suropa. En un primer momento, trató de resistirse, pero el castañoempezó a hacer más profundos sus besos, haciendo que le costarademasiado trabajo pensar con claridad.
Para cuando vino a darse cuenta, estaba sin camisa y con lospantalones medio abiertos, al igual que Bucky, que respiraba demanera sofocada sobre él, mirándole a los ojos.
Que le mirara de ese modo, en ese tipo de situación, hizo queSam se diera cuenta en el estado en el que se encontraba su cuerpo ysabiendo cómo iban a acabar las cosas.
Pero como si la parte más sincera de él hubiera emergido, no leimportó.
Solo se aferró a Bucky mientras se perdían el uno en el otro,sabiendo que, en ningún otro momento, fuera de aquel instante, seríatan sincero con él como lo estaba siendo su cuerpo en aquellosmomentos.
Cuando sintió que este rozaban su cuerpo, más concretamente laparte más baja de su cuerpo, con algo frío, abrió los ojos degolpe, mirando a Bucky, que seguía mirándole a su vez con aquellosojos entrecerrados, como si estuviera demasiado perdido en elinstante como para notar algo más.
-¡Mierda! ¡Eso esta frío!- jadeó Sam, tratando de apartarlo.
No era demasiado agradable sentir eso contra él.
-Tranquilo- le susurró Bucky, besándole el brazo que trataba deapartarle.-Haré que se sienta bien. Tan bien que no podráscontenerte- le aseguró.
A Sam le habría gustado decir que eso era imposible, pero, trasacariciarlo durante unos instantes y, sobretodo, cuando empezó aentrar en él, le fue imposible llevarle la contraria.
Sentirle de ese modo, en aquella ocasión, fue una sensación quele hizo temblar, con los brazos de Bucky a ambos lados de su cabeza,observándole con atención, como si no quisiera perderse ningunapequeña reacción de él.
Por mucho que trató de contenerlos, una serie de pequeñosgemidos empezaros a escapar de los labios de Sam, y Bucky, quepareció perder cualquier control sobre sí mismo, inclinó su cabezahacia él, besándole de nuevo, hundiéndose en su boca del mismomodo en el que lo hacia en su cuerpo.
La sensación de estar ahogándose el uno en el otro eraabrumadora, casi aterradora, pero eso no detuvo a Bucky en ningúnmomento, incluso después de haber llegado a su climax y sentir losdedos de Sam clavarse en su espalda.
Tenía las uñas lo suficientemente cortas para que no lehicieran daño, pero, aun así.....
Tras intentar tomar aire, el halcón se dio cuenta de que elmapache aun no había terminado con él, empezando de nuevo con aquelmovimiento que le hacia estremecerse por dentro y por fuera.
Los gemidos salieron de nuevo, aun con su cuerpo demasiadosensible después de lo que habían hecho, y solo pudo aferrarse alcolchón y las sabanas, ya que sabía que Bucky no tendría ningúntipo de piedad.
No habría nadie en toda la noche, solos ellos dos, y esteparecía querer aprovechar eso.
-¡Bucky, yo no.....!- jadeó, tratando de que fuera conscientede que acabaría con él de seguir de ese modo.
Pero este solo inclinó la cabeza hacia él, hasta que sus labioscasi se tocaron.
-Claro que puedes con esto. Y con mucho más. Ya lo verás- lesusurró.
Sam tembló, ¿cómo no hacerlo cuando le hablaba de aquel modo,teniéndolo a su completa merced?, y solo pudo dejarse a su cuidado,sintiendo como todo volvía a deshacerse en su interior, en como lassensaciones volvían a abrumarlo y como todo lo que parecía capaz dever, oír y sentir era aBucky.
.........................................
Paracuando la mañana llegó, Sam abrió los ojos de manera temblorosa,tratando de comprender donde estaba y lo que había ocurrido.
Tenía vagos recuerdos de haber rogado a Bucky que se detuvieraen varios momentos de la noche, sin existo, oyéndole a este decirque aun podía aguantar, pero no sabía en qué momento había caídorendido.
Echando un vistazo a su lado, vio al castaño recostado contra sucostado, durmiendo tan tranquilo como un niño, como si no quisieraestar apartado de él ni en sueños, y Sam se llevó una mano a lacabeza, pasándosela por el corto cabello.
¿Cómo lidiar realmente con aquel hombre que, por mucho que lonegara, le hacia sentirlo todo?
Tendría que pensar aun más profundo en ello.
Findel capitulo 45
Bueno,Marvelitos. Espero que os haya gustado este capitulo dedicado alWinterFalcon, porque ya era hora de que estos dos acabaran en unacama.
Nohacía falta que fuera necesariamente en una cama porque, si fuerapor el propio Bucky, os aseguro que tendría a Sam en cualquierparte. Creo que sería de esos hombres que ni siquiera se cortaríanen publico y te harían pasar un poco de vergüenza, algo así entreTony Stark y Thor. Una mezcla de esas personalidades. Pero, claro,eso es solo impresión mía.
Ahoramismo no tengo muy claro que es lo que os tenía que comentar en estecapitulo, a parte del hecho mismo de que espero que esta nueva escenaentre Sam y Bucky os haya gustado.
Micabeza está algo ida ahora mismo porque esta tarde (el sábado antesde subir este capitulo) es mi santo (El día de la Anunciación delSeñor. Lo sé. Suena horrible) y toca cine e ir a ver por fin Logan,que tenía muchísimas ganas de verla. Me voy a llevar puesto mi ojode Agamoto, como buena fan de Marvel y no me pongo la camiseta deDeadpool que me tocó en un concurso porque aún no hace elsuficiente calor para lo corta que es.
Poreso no sé muy bien qué más tenía que comentaros, así que, antesde que me ponga a desvariar o a comentar lo que esperaba de estapelícula, mejor me despido ya de vosotros y empiezo a prepararme, yaque se supone que también vamos a ir a cenar por ahí. Muchos besosMarvelitos. Y, como siempre, manteneos sanos y nos seguimos leyendo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top