Capitulo 41
Buenas a todos losMarvelitos que andáis por aquí. Ahora mis padres están viendo laserie de ''Vikingos'', así que, como yo ya me he visto todos losnuevos capítulos, incluyendo los documentales de la serie, me hepuesto a trascribir estos capitulo 41 y 42 que ya tenía hechos desdehace días en el ordenador.
En esta ocasión,incluso aunque la historia anterior quedó como quedó entre Tony ySteve, tengo que volver a ser algo mala con todos vosotros y me voy air, al mismo tiempo, con el Thorki y el WinterFalcon.
¿Qué quiere esodecir? Que mientras Steve se preparaba en su casa y se iba con Tony,sin saber a donde iba, esto que os voy a narrar ahora estaba pasandoal mismo tiempo en casa de los Odison y de los Wilson, así quepodremos ver que todos parecen estar ocupados con sus respectivosasuntos, la verdad.
Algunos me odiaréispor hacer este paréntesis cuando las cosas entre Tony y Steve sehabían puesto tan buenas. Pero, creedme, los fans de estas dosshipps me lo agradeceréis. Sobretodo aquellos que les guste elThorki.
Como siento que yomisma voy a haceros un spolier como no cierre la boca, será mejorque os dejo con el capitulo mejor y ya seguiremos hablando, comosiempre, al final del capitulo.
CAPITULO 41
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Para cuando los Odison volvieron a su piso de la emisión, elteléfono de Thor empezó a sonar y Loki, que había estado abriendola puerta del apartamento en ese momento, se giró hacia él, con unapregunta bailándole en los ojos.
-Hola, Jane- saludó el rubio, haciendo que este se volviera a loque estaba haciendo.
Claro. ¿Quién iba a ser, aparte de esa tal Jane, que parecíahablar con Thor para cada pequeña cosa que ocurría en su vida?
El rubio se dirigió a su cuarto, seguramente para cambiarse,como estaba haciendo Loki en esos mismos momentos. Pero Thor conectóel manos libres del móvil y estuvo hablando mientras se cambiaba,haciendo que el sonido amortiguado de las voces llegara hasta a sucuarto.
Para cuando Loki estuvo listo, cogió un libro y se dirigió alsalón, para que Thor viera que no era ningún cotilla y no leinteresaba lo que fuera que estuviera hablando con aquella mujer.
Además, por muy amortiguadas que llegaran las voces, no se oíamejor si se pegaba el oído a la pared.
De verdad que aquella mujer lo llevaba super controlado.¿Cómosabía que ya habían vuelto a casa? ¿Le había dicho el rubio unahora concreta a la que llamar para contarle como habían ido lascosas?
Podía ser. Además, Loki no estaba celoso ni nada similar. Soloque.....esperaba otra cosa para cuando llegaran a casa, después dehaber salido por primera vez en televisión.
Aunque no lo hubiera demostrado, él también había estadonervioso. Todo el mundo lo estaría en una situación como esa, soloque él era mejor ocultándole y había confiado en sí mismo,centrándose en el ensayo y en lo que tenían que decir.
La intervención espontanea del rubio podría haberlo estropeadotodo, pero, por suerte, no había sido así.
-Jane te manda recuerdos- le dijo Thor, saliendo de suhabitación, con el móvil de nuevo en la oreja, y sin camisa.
No era ningún desagrado para la vista verlo pulular de esamanera por la casa. Pero sí cuando estaba entretenido con otra cosaque no fuera con él, teniéndole tan cerca y tan lejos al mismotiempo.
-Saludala también de mi parte- le dijo el moreno, bajando lavista al libro de nuevo, con tono indiferente.
-Loki te manda saludos también- comentó el nórdicoalegremente.
Desde luego, no era bueno detectando estados de animo.
Tras unas cuantas palabras más, que Loki fingió no oírmientras este se movía por la casa, Thor por fin dejó el teléfonoy se dirigió hacia él.
-¿Qué vamos a hacer para celebrar?- le preguntó este,colocándose de rodillas en el suelo, abrazando a este, que estabarecostado en el sofá.-Tenemos que hacer algo para celebrar que todohaya salido bien.
-Pensaba que saldrías por ahí a celebrarlo con tu amiga Jane.
La frase emergió antes de que Loki se diera cuenta de que habíaescapado de su boca, alzando un momento la cabeza del libro, dándosecuenta de que había sonado completamente celoso.
-Ohhhh- comentó Thor, con una sonrisilla en los labios.-¿Quéha sido eso, hermano?
Él y esa costumbre que había cogido.
Incluso a pesar de que a Loki le molestaba, Thor aun seguíallamándole hermano de vez en cuando, como una costumbre de la quefuera imposible desvincularse.
-¿Qué ha sido el qué?-le dijo el moreno a su vez, haciéndoseel loco, fingiendo que se concentraba en el libro de nuevo.
-Eso que has dicho me ha sonado como a.....celos.
-En absoluto. Solo era una observación. Nosotros no vamos asalir a ningún lado hasta mañana, así que era posible que hicierasplanes para salir por ahí- comentó este sin más.
-¿Cómo puedes pensar que yo haría eso?- le dijo Thor,abrazándolo aun más contra él, notando su pecho desnudo contra laespalda.-¿Crees que te dejaría solo? Esta noche es para celebrarnosotros.
-Como me pidas que te haga la cena......- le advirtió Loki,viéndole venir.
Thor era capaz de eso; de decirle que quería comer algo especialque preparara él para ese día. Pero ni muerto se iba a poner acocinar.
-No, no, no. Esta noche no te escapas de mis brazos- afirmó elrubio.-Encargaremos algo. Cualquier cosa.
-Me parece bien- comentó Loki a su vez, cerrando el libro.-¿Yqué tenías pensando?- preguntó, tratando de observar el rostro deThor, que descansaba sobre su hombro.
-¿A parte de pasar la noche juntos? No hay otra cosa que deseehacer.
-Así que no has pensado nada concreto para hacer, ¿verdad?
-Yo diría que pasar todo lo que día y de noche en la cama esuna buena idea- le susurró el rubio, comenzando a besar su cuello.
Solo aquellos roces ya hicieron que Loki se estremeciera de piesa cabeza, una de las cualidades que Thor parecía poseer, ya que Lokino recordaba haber reaccionado tan rápido con alguien en todo eltiempo que llevaba moviéndose entre la gente.
-Será mejor que piense yo en algo- comentó el moreno, dejandoel libro sobre la mesa que tenía a su lado y haciendo la intenciónde ponerse en pie.
-¿A dónde vas?- le dijo Thor, haciendo su abrazo aun másapretado.
-¿No quieres ver lo que podría preparar para los dos?- lepreguntó Loki, dándole unos golpecitos a los brazos que lerodeaban.
Thor pareció pensárselo. Después de todo, ahora tenía a Loki.Podrían hacer cualquier cosa y él ya sería feliz. Pero, si esterealmente quería prepararle algo, ¿qué sería? La curiosidadtambién estaba trabajando allí.
-Vamos. Suéltame y podrás verlo cuando acabe. Te prometo que teva a gustar-le dijo, aun dando suaves golpes a los brazos que lomantenían inmóvil.
Thor torció el gesto, pero acabó soltándolo, dirigiendo susojos claros hacia Loki, como si se fuera a ir.
-No me mires de ese modo-le reprochó Loki cuando se puso enpie.-Voy a preparar algo especial para los dos, no irme al polonorte. Tu solo espera aquí hasta que acabe, ¿está bien?
-Está bien- murmuró el rubio, no del todo satisfecho conaquello.
Pero dejó que Loki se marchara a preparar lo que fuera quetuviera en mente.
Como un niño obediente, se sentó en el sofá y esperó,mientras en su cabeza seguía sonando una vocecilla que decía quetampoco era necesario hacer gran cosa. Siempre que pudiera tener aeste entre sus brazos, las cosas irían bien. Él, desde luego, lodisfrutaría. Y, por los sonidos que Loki hacia siempre en la cama,estaba claro que el moreno también.
Aun así, se obligó a permanecer donde estaban.
Siempre acababa haciendo lo que quería cuando se trataban deasuntos de cama. Por mucho que Loki protestara o se quejara, cuandoestaban en el dormitorio, siempre se dejaba llevar. No pasaría nadaque, por una vez, hicieran las cosas a su modo.
Así que, allí permaneció, esperando pacientemente, dandopequeñas palmas con las manos de vez en cuando, diciéndose que lasnovedades no eran nada malo, esperando a que Loki le informara de queya podía ir.
-Has sido paciente. No me lo creo- le dijo el moreno cuandovolvió a entrar en el salón, haciendo que Thor volviera la cabezahacia él.
También iba a decirle algo. En serio que iba a hacerlo, perocuando vio a este luciendo solo un albornoz, estando total yabsolutamente convencido de que no llevaba nada más debajo, solopudo ponerse en pie y dirigirse hacia él.
Sería tan fácil abrir esta y revelar su premio......
-Ey. Alto ahí.¿A dónde crees que vas?- le dijo Loki, apartandolas manos del rubio, que habían ido a abrir su albornozdirectamente.
-¿No.....no me vas a dar mi regalo?- preguntó Thor a su vez,alzando la vista hacia este.
-Claro. Pero cuando este todo completo. Antes de hacer nada, metienes que acompañar al baño.
-¿Por qué? ¿Es que se ha roto algo?- fue lo primero que se lepasó al rubio por la cabeza.
Loki lo miró con una ceja alzada, pero luego recordó quién eraeste y supo que no estaba bromeando.
-En el baño esta todo el regalo- le indicó.
-¿Ah, sí?- preguntó este de nuevo, viendo como Loki lo tomabade la mano y comenzaba a llevárselo de allí hacia el cuarto debaño.-¿Y qué es lo que has preparado?
-Eso lo verás cuando entres.
-Ummmm. Si eso significa que allí dentro puedo quitarte esacosa, por mí hecho- afirmó el rubio, dejando que una sonrisilla aflorara a sus labios.
Si Thor fuera realmente consciente de lo atractivo que parecíacuando sonreía, seguramente lo haría más veces delante de la gentesolo para molestarle a él.
Por suerte, no era consciente de eso y no parecía que lo fuera aser en un futuro cercano. Era un tonto, pero era solo su tonto al finy al cabo.
Y, por eso, había preparado en el baño lo que había preparado,para que los dos disfrutaran por igual.
Sobretodo porque Thor siempre solía disfrutarlotodo.
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Porotro lado, Sam y Bucky habían vuelto a aquella especie de rutinasuya, con el halcón gruñón sentado en la mesa de la cocina,estudiando, y el castaño viéndole estudiar.
-¿Por qué no salimos a algún lado?- prepuso Bucky.-Ya hemoshablado con Steve y sabemos que está nervioso aún, pero vivo.Salgamos a alguna parte, ¿eh?
-¿Y a dónde quieres ir?-le dijo Sam a su vez, alzando la vistade los libros y mirándole.-Te quejas de que no quieres salir aentrenar.
-Eso es distinto- le dijo este.-Yo lo que quiero es salir a unacita.
-¿Una cita?- repitió Sam, mirándole con una ceja alzada.-¿Yqué vas a hacer? ¿Llevarme al cine y ver una película romántica ycomprarme flores?
-Yo pensaba más bien en ver esta- le dijo este, mostrandole elperiódico que había estado descansando bajo su barbilla.-Es deguerra y sale uno de los actores que te gustan. Además, han abiertouna hamburguesería nueva cerca de aquí. Podemos ir a cenar allícuando volvamos del cine. Cada vez que paso por allí, me da hambre.
-No parece un mal plan- comentó Sam, cogiendo el periódico queeste le había puesto delante de los ojos y examinando lacartelera.-Eso podríamos hacerlo.
-Entonces.....¿Vamos a tener una cita?- le preguntó Bucky,pareciendo emocionado.
-No lo llames cita, cita todo el rato. Lo haces sonar como si yofuera una chica.
-Es que creo que tú eres la chica- le dijo Sarah desde el sofá,devorando un bol de palomitas.
-¿Tú podrías dejar de meterte en nuestras conversaciones?-leespetó Sam, mirándola con mala cara.-Además, ¿qué haces todo eldía metida en casa?
-Es que, si salgo, me pierdo lo que pasa aquí- comentó esta,dirigiéndole una sonrisa a su hermano por encima del sofá.
-Eres un dolor, ¿lo sabías?- le espetó Sam.
-Vamos. No te pongas a discutir ahora con Sarah- le pidió Bucky,poniéndose en pie y cogiendo el brazo de este para que selevantara.-Tenemos que cambiarnos rápido si queremos llegar alsiguiente pase.
-Ya va. Ya va. No hace falta que me arranques el brazo-le dijoeste, recogiendo todo lo que tenía sobre la mesa.
Siempre que terminaba de estudiar, lo recogía todo para dejar lamesa libre y lo llevaba a su cuarto para que nadie pudiera toquetearsus cosas.
-¿Os vais a cambiar juntos?- les preguntó Sarah, con unasonrisilla en los labios cuando vio como los dos se dirigían haciasu habitación.
-Tienes la mente sucia- le dijo Sam a esta, señalándola con eldedo.
-Pero, de todas formas, si ves que en diez minutos no hemossalido, da un golpe en la puerta, porque nos hemos entretenido- ledijo Bucky, guiñándole un ojo, haciendo que esta nuevamente seechara a reír.
-Tú no fomentes sus delirios- le regañó Sam a este.
-¿Qué? Ni que hiciera daño a nadie- le dijo Bucky a su vez,encogiéndose de hombros.
Afortunadamente, el mapache no pudo ponerse juguetón, ya que elhalcón gruñón lo cortaba todo de raíz, así que solo se cambiaroncomo niños buenos y salieron del apartamento, despidiéndose de lajoven que aun estaba frente a la pantalla de televisión.
-Nunca creí que viviría para ver esto-comentó Bucky,pareciendo aún emocionado.
-¿Para ver el qué?- le preguntó Sam.
-Para ver que los dos saldríamos en una......-. Al ver la carade Sam, cambió un poco la frase.-A dar una vuelta por ahí los dosjuntos.
-¿Tan poca fe tenías en ti mismo?
-Más bien dependía de ti- le dijo el castaño.-Si realmente nohabía nada que hacer contigo, no se qué habría acabado pasando.
Sam lo observó con atención, frunciendo el gesto, ya que no legustaba verlo de ese modo.
-Pero estamos aquí ahora, ¿no? No te pongas a pensar en esascosas- le regañó.
-Eso es verdad- le dijo Bucky, dirigiendo rápidamente hacia éluna sonrisa de anuncio.-Ahora estamos juntos, ¿verdad?
Sam fue a abrir la boca para decirle algo más respecto a eso,pero alguien apareció para interrumpirles.
-¿Sam? ¿Sam Wilson, eres tú?- preguntó una mujer rubia, quehabía estado caminando al otro lado de la acera, haciendo que amboshombres volvieran la cabeza hacia ella.
-¿Carol?- preguntó Sam de vuelta.-¿Eres tú?
Esta pareció que iba a decir algo más, pero alzó la mano paraindicarles que esperaran donde estaban y, tras echar un rápidovistazo a la carretera, cruzó la calle hacia ellos, con algún queotro coche bocinando hacia ella.
-Dios. Siempre se me olvida como es Nueva York- comentó la mujercuando consiguió llegar al otro lado, con una sonrisa en los labios.
-Carol,¿qué estás haciendo aquí?- le volvió a preguntar Sam,contestando al rápido abrazo que le dio la mujer.
Esta saludó a Bucky rápidamente con una sonrisa y se centró ensu amigo.
-Estoy de permiso, así que había decidido volver para ver comoiban las cosas por aquí.
-Ah. Bucky, esta es Carol Danvers. Fue con Steve y conmigo alinstituto y ahora está trabajando para el ejercito.
-Lo haces sonar como si fuera increíble- dijo esta, haciendo ungesto con la mano para restar importancia.
-Es que eres increíble-le dijo Sam, dándole un golpecito en elbrazo mientras sonreía hacia ella.
Toda aquella familiaridad estaba muy bien si hubieran estadosolos, pero el halcón pareció olvidarse del hecho de que el mapachetambién estaba allí y no contempló las sonrisas que aquellos dosse dirigían con demasiados buenos ojos.
-¿Vosotros dos habéis tenido algo?-les preguntó.
Sam pareció hacer la intención de hablar primero, para evitaruna situación incomoda, pero Carol siempre había sido más rápida.
-¿Cómo lo has adivinado?- le preguntó esta, dirigiendo unanueva sonrisa hacia Bucky.-Dios. Eso fue hace tanto tiempo que pareceque lo vivimos en otra época.
-Eramos unos críos-comento este, mirando hacia Bucky.
Este asentía, pero Sam no pudo deducir lo que estaba pensando apartir de su expresión.
-Y....¿estuvisteis juntos mucho tiempo?- siguió preguntando.
-No mucho- le dijo Sam.
-¿Cómo que no mucho?-le dijo Carol, golpeándolo en elbrazo.-Estuvimos juntos todo un curso. Con este tío perdí lavirginidad.
Aquello hizo que Sam no supiera hacia donde mirar, ya que sentíalos ojos clavados de Bucky en él.
-Ya veo- comentó el mapache, sin ningún tono en particular.
-Pero, como hemos dicho, eso fue hace mucho tiempo- comentó Sam.
-Oh. Desde luego. Todavía recuerdo el primer beso que nos dimos.Eso fue un completo desastre- dijo esta, sonriendo.
-Bueno.....no fue tan malo.
-¿Qué no? Pensé que si así eran los besos, no quería volvera besar.
-Menos mal que has ido mejorando- le dijo Bucky, dándole unpequeño codazo a Sam.
-Oh- murmuró Carol en ese momento, observándoles con atencióna los dos.-¿Es que vosotros sois.....?
-Somos pareja- le dijo Bucky, dirigiéndole una sonrisa mientrasenvolvía los hombros de Sam con un brazo.
Este volvió los ojos hacia él, alarmado, pero también eraverdad lo que había dicho, así que solo pudo permanecer allíquieto, viendo como Carol los observaba a su vez.
-¡Vaya!- exclamó de repente esta, llevándose una mano a lafrente.-¡Seré tonta! ¡¿Cómo no me he dado cuenta?! ¡Y yo aquíhablando de como nos besábamos!- exclamó esta, sin percatarse comoalgunas de las personas que andaban por la calle a su alrededor se lequedaba mirando.
-Bueno.....No te extrañes. A Sam no le gusta ir por ahídiciéndolo- dijo Bucky, estrechando a este contra él.
-Entonces, ¿le costó mucho salir del armario? Porque recuerdouna época donde este chico seguía cualquier falda que veía.
-Más que salir del armario, diría que yo me he instalado en sucorazón- soltó Bucky sin más, haciendo que Carol soltara unarisilla.
-Te has buscado a un poeta, Sam-le comentó esta.
-Yo más bien diría que a uno muerto- murmuró Sam, dirigiéndoleuna mala mirada a este.
Pero si Bucky notó el modo en el que le miró, lo disimuló conuna sonrisa más.
-Entonces.....¿ibais a alguna parte?- les preguntó la mujer.
-En realidad, estábamos teniendo una cita.
-¡Que no digas cita!- le reprendió Sam.
-Buena suerte con él- le deseó Carol a Bucky.-Es cabezota,temperamental y, a veces, hace cosas sin sentido, pero es buen tío.
-¿Crees que no lo sé?- le dijo Bucky, rodeando a Sam con ambosbrazos, mientras este no parecía saber bien donde meterse.-Por esome enamore de él.
Sam tenía la cara colorada, sin saber qué hacer o qué decirpara salir de una situación como aquella. Pero no le hizo falta, yaque Carol soltó un suspiro al ver como Bucky hacia eso.
-Que envidia me dais- comentó esta, sonando completamentesincera.-Yo aún no he encontrado a ese alguien que me tenga así.
-¿Avergonzada en mitad de la calle?- le preguntó Sam.
-No. Con la cabeza por completo en las nubes, haciendo como si elmundo tuviera otro color.
-¿No tienes a nadie por ahí?-le preguntó Bucky.
-Bueno.....hay un compañero de trabajo con el que he estadoestudiando el espacio estos últimos tres años, pero.....
Parecía que las cosas no habían avanzado mucho con ese sujeto.
-Vaya- comentó Bucky.-Pero estoy seguro de que encontraráspronto a alguien especial.
-Espero que sí. De todas formas, si te cansas de Sam, siemprepuedes llamarme.
-Carol-la regañó el halcón gruñón.
-¿Qué? Por intentarlo no pierdo nada.
-Lo lamento, pero ya estoy pillado- le dijo Bucky, aun abrazadocomo estaba a Sam.
-Ya lo veo. Disfrutadlo ahora que podéis-comentó, echando unvistazo distraído a su reloj, pegando un bote cuando vio lahora.-¡Joder! ¡Se me está haciendo tarde! Había quedado con unasamigas. Me tengo que ir, chicos.
Abrazó de nuevo a Sam, convirtiéndose aquello en un extrañoabrazo triple, ya que Bucky aun lo tenía sujeto, y comenzó aalejarse.
-Espero que nos veamos pronto- comentó esta.
-Seguro que sí- le aseguro Bucky.
Y, poco después, ambos estaban solos de nuevo en mitad de lacalle.
-¿Podrías soltarme ya?- le dijo Sam.
-¿Por qué? Yo estoy muy cómodo así.
Pero Sam se deshizo rápidamente de sus brazos.
-¿A qué ha venido todo eso de abrazarme de este modo delante deCarol?-le preguntó Sam, desembarazándose de sus brazos.
-Porque os veía demasiado cómodos a los dos mientras hablabais.
-Eso es porque somos amigos.
-Y algo más, al parecer.
-Eso fue hace mucho tiempo.¿Me vas a decir que estabas celoso?
-Sí.¿Ocurre algo malo con eso?
Que este lo admitiera con esa facilidad dejó a Sam sin palabras,solo pudiendo contemplarlo sin abrir la boca.
-Vamos- le dijo Bucky, tomándole de la mano.-Si no nos movemosya, llegaremos tarde al cine.
Y, aun sin que Sam pudiera decir nada, ambos siguieron avanzando.
Findel capitulo 41
Sí,algunos estaréis pensando ''¡Serás malvada! No solo nosinterrumpes el Stony, si no que también nos interrumpes el Thorki!¡¿Qué clase de genio del mal eres tú?!''. Y si no lo pensabaisvosotros, pues ya lo he pensado yo por vosotros.
Veréis......queríacontar algo más de Thor y Loki en este punto, pero, cuando me hepuesto a escribir sobre ellos, no tenía ni idea de qué hacer paratransformar su parte en algo especial. Además, de que llegó unaamiga a la parada, nos pusimos a hablar de películas y......en fin.Que se me fue las cosas de las manos.
Aúnasí, os prometo que, en el próximo capitulo, tendréis su partecompleta, así que no tenéis que desesperar demasiado. Además, miraque la parte del WinterFalcon, comparada con lo que está pasando enlas otras parejas, no ha sido gran cosa, pero que Sam salga en unacita con él es un gran paso para el halcón gruñón y me hedivertido mucho al hacer esa parte donde se encuentran con Carol.
Sialguien a estás alturas no sabe quién es Carol Danvers, significaque tenéis que leer más cómics. Si vuestros padres se quejan,decidles que son unos deberes que os he puesto yo. Llegados a estepunto en las películas de Marvel, tendríais que saber quién va aser esta mujer.
Pero,bueno..... No os voy a dar más la tabarra por ahora. Acabo de verque anunciaban Agente Carter en español en un canal de aquí deEspaña y he pegado un bote en la silla del gusto. Es mi serie deMarvel favorita si no lo sabíais, aunque la hayan cancelado. Y solola había visto y la tengo subtitulada al español. Lo cual me gustaporque me gusta oír sus voces originales. Pero oírles hablar en miidioma.......
Mecallo ya y sigo con el siguiente capitulo. Así que, Marvelitos, medespido de vosotros. Manteneos sanos y nos seguimos leyendo.Cuidaos.^^
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