Capitulo 3
Ante vosotros mepresento con este humilde capitulo tres, aún sabiendo que estaba escribiendo la historia de ''Después de una Guerra'' cuando iniciéesta. Creo que, mientras estaba escribiendo esto, iba escribiendo,que no subiendo, el capitulo 23 de la otra historia y, en mitad delcapitulo, no sabía como continuar y me puse con esta un domingo porla mañana, levantándome a las 9 cuando me cansé de dar vueltas enla cama.
Debía de ser el veranoo algo, o que estaba ya acostumbrada a madrugar, pero cada vez melevantaba más temprano o no soportaba quedarme en la cama sin hacernada, sabiendo que no iba a volver a dormirme. Sin embargo,últimamente, es raro que me levante antes de las 11. Da igual a lahora que me acueste.
Pero no os doy la brasaahora. Os dejo con el capi. Disfrutadlo!!!!
CAPITULO 3
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Ni siquiera sabía para qué había dudado. En cuanto les dijo a loschicos para quién iban a actuar y el dinero que les habíanofrecido, empezaron a gritar a través del teléfono, amenazando condejarle sordo, y aceptaron el trabajo en el acto, diciéndole que nise le ocurriera negar semejante oferta. Como grupo primerizo, no ibana ganar tanto en una noche en una de sus primeras presentacionesjamás.
Sin embargo, el tema de Tony Stark ya era una cosa diferente.
Había notado como este había tenido algo que decirle en el momentoen el que había salido huyendo. Y, desde luego, no podía ser nadabueno dejar a uno de los tíos más poderosos del país con lapalabra en la boca.
Cuando había visto aquellos ojos color chocolate clavándose en lossuyos, cuando las puertas del ascensor se habían abierto de golpe,había sentido que se le paraba el corazón por un momento,diciéndose que eso debía haber sido por no haberse esperandoencontrarse con él cara a cara, de aquel modo.
Sin embargo, Steve trató de concentrarse en la banda, en la fiestaen la que tendrían que actuar y dejó de lado a aquelmultimillonario con aquellos intensos ojos, tratando de recordarseque tenían que actuar en una boda el día antes de la fiesta delempresario que les había contratado.
Con suerte, allí podrían hacer buenos contactos. Allí seencontrarían los miembros de la sociedad más influyentes y nopodían dejar pasar una oportunidad como aquella.
Acudirían temprano a la fiesta, indicando que ellos podían cantar yhacer descansos a lo largo de toda la noche y, de ese modo, todosacabarían escuchándolos y podrían hablar con otros invitados almismo tiempo, socializando con estos.
Pensó contarle a Sam sobre aquel trabajo, temiendo que este seempeñara en acompañarlos al lugar, pero, era su amigo y, si este nole hubiera dado el carnet de aquel gimnasio, jamás hubieranconseguido aquella oportunidad. Así que, así tuvieran que colarlocomo el chico que tocaba la pandereta, lo llevarían a la fiesta sieste así lo deseaba.
-¿En serio has conseguido trabajo desde el gimnasio? ¡Eso esgenial, tío!- le dijo Sam por teléfono.
Steve tenía que practicar y Sam estudiar, así que cada uno seencontraba en su propia casa. Además, Steve tenía que aprovecharlos momentos en los que su madre se encontraba trabajando en elhospital para practicar. Si ella se encontraba en la casa, no podríahacer ruido porque su madre necesitaría descansar. Cumplíademasiados turnos como enfermera, a pesar de que él le había dichoa menudo que no tenía que esforzarse de ese modo.
-Sí. Ni siquiera sé como lo he conseguido. Estaba golpeando unsaco, cantando por lo bajo, cuando ese hombre ha llegado y me hahecho esa oferta.
-¡Vaya! De aquí a nada, sacáis vuestro primer disco. Voy a seramigo de un cantante famoso- comentó este, echándose a reír.-Metienes que invitar a tus conciertos y presentarme a tus grupis. No telo perdonaré si te quedas con todo lo bueno para tí.
-Tú eres de los que creen que la música es sexo, drogas y Rock androll, ¿no?- comentó Steve, afinando su guitarra, sujetando el móvilcon el hombro.
-No sé si drogas, pero mujeres a rabiar. Y tú solo no vas a podercon todas.
-Necesitas una novia, Sam.
-¿Y qué es lo que te estoy diciendo?
-Tú me estás hablando de líos de una noche. Yo te estoy hablandode una novia de verdad, que te haga sentar la cabeza y te tranquilicepara bien.
-Bueno....ya habrá tiempo para todo. ¿Este fin de semana vais aestar ocupados?
-Desde luego. Perdona si no puedo pasar por tu casa.
-Sin problemas, tío. Tú dalo todo en esa fiesta. Y si ves alguna delas actrices que sabes que me gustan, haz el favor de pedirles elnúmero de teléfono.
-¡No voy a estar pidiendo números cuando intentaré que nos den mástrabajo!- exclamó Steve, escandalizado con su petición.
-Desde luego, no sé de qué época te has escapado, Steve, pero teinformaré de que se pueden hacer las dos cosas a la vez. Soloprocura que ningún marido millonario y viejales de alguna te pillepidiéndole el número a su mujer.
-Voy a colgar, Sam-le informó Steve.
-¿Qué? ¿Por qué? Te estoy ayudando a defenderte en el mundo delos ricachones.
-Adiós, Sam.
Y colgó el teléfono, quitándose este del oído y lanzándolo sobrela cama.
Había ciertas horas en las que los vecinos se quejaban si lo oíancon la guitarra, así que tenía que aprovechar al máximo las horasen las que la mayoría se encontraban fuera, trabajando.
Aquella oportunidad podría ser la primera de muchas. No podíadesaprovecharla.
..........
Tony ni siquiera sabía qué estaba haciendo allí, tomando la copaque el barman le había preparado y dejando un billete de 50 en elbote de las propinas, dándose la vuelta y contemplando a los demásinvitados de aquella fiesta, reunidos en pequeños grupos y riendofalsamente entre ellos.
El único motivo por el que estaba allí aquella noche era porquePepper había insistido en ello.
Odiaba que enviaran las invitaciones de aquellos eventos a la oficinaporque aquella mujer le dejaba muy claro que, como miembro importantede la sociedad newyorkina, tenía que acudir sí o sí, le gustaramás o menos, ni siquiera concediéndole la opción de rechazar lainvitación o mandar a otro en su lugar.
Una de las primeras veces en las que le habían invitado, cuando ellallevaba poco trabajando para él, le había dejado claro que teníaque acudir a la fiesta del cumpleaños de la hija adolescente delministro de justicia, ya que lo había invitado expresamente y surelación con este no era precisamente la mejor del mundo en aquelentonces.
Tony había asegurado que iría, pero, llegada la noche, se habíaquedado en casa, encerrado en su taller de la Torre Stark,concentrando en sus juguetes.
Pepper había aparecido de repente, cogiéndole de la oreja,sacándole del cuarto y metiéndole en su habitación, sacándole untraje del armario y lanzándoselo sobre la cama.
-O te vistes tú solo o te llevo yo misma a esa fiesta de la oreja.Tú decides- le había dicho a esta.
Y viendo la postura que ella había adquirido, con los brazoscruzados sobre el pecho, observándole fijamente a los ojos, sabíaque había hablado en serio. Sería capar de llevarlo a la fiestaagarrado de la oreja, así que no le había quedado de otra más queobedecer.
No era una experiencia que quisiera repetir.
Sintiéndose aburrido hasta la muerte, se dijo que también podíadedicarse a beber hasta caer desmayado. De ese modo, Happy se veríaobligado a sacarlo de allí antes de que se formara un escándalo.Desgraciadamente, aquello también significaba que Pepper laaterradora fuera directa a su casa y, con resaca y todo, se dedicaríaa soltarle una larga charla sobre lo que podía y no podía hacer,sobre la imagen que debía mantener.....
No podía arriesgarse a que pasara eso.
Unas luces en el escenario que había sido montado cerca del bar alaire libre hicieron que Tony dirigiera los ojos hacía allí por merainercia, no demasiado interesado en la música.
Si quisiera oír a alguien cantar, siempre podía hacerlo él mismo.Tenía buena voz.
Sin embargo, cuando estaba a punto de darse media vuelta yconcentrarse en su bebida, vio a una de las figuras que subían alescenario, reconociéndolo al instante, viendo como se colocaba unaguitarra y se posicionaba en la cabeza de su grupo mientras el restose iban colocando en sus posiciones. Era el joven del gimnasio, elque estaba instalado en algún lugar de su cabeza y se negaba amoverse de allí.
-Buenas noches a todos- les deseó aquel joven, en el cual no habíapodido dejar de pensar.-Somos el grupo New Day y esperamos poderarmonizar su velada del mejor modo posible. Disfruten.
Tras esas palabras, este empezó a arrancar las primeras notas a suguitarra, así como lo hizo el compañero de su lado. El bajo notardó en unirse y, cuando la batería finalmente entró en escena,el joven empezó a cantar, haciendo que Tony, de manera casiinconsciente, se dirigiera hacía el escenario, observándolo más decerca, viendo como las luces del escenario se reflejaban en suscabellos rubios y le daban una imagen casi etérea, como si fueraalguna especie de aparición.
Porque, desde luego, Stark no se había esperado para nadaencontrarse con este en aquella fiesta. No cuando había estado díassin encontrarlo en el gimnasio.
Se quedó junto al escenario, con su copa olvidada en la mano,mientras lo veía cantar ante las miradas de los invitados, luciendoun traje negro que parecía haber sido hecho especialmente para él,dándose cuenta de que, si antes no había estado muy convencido deestar interesado en el joven, ahora podía decir abiertamente que loestaba, contemplando como parecía brillar con luz propia bajo lasluces del escenario.
Quería a aquel chico en su casa, en su cama, entre sus sábanas,acariciar aquellos mechones rubios entre sus dedos y ver como aquelrostro angelical se retorcía de placer. Sí, era una idea deliciosa.Demasiado tentadora para no llevarla a cabo en algún momento, cuandoconsiguiera encontrar la ocasión.
Solo se dio cuenta de que el grupo había terminado de tocarcuando los aplausos empezaron a sonar a su alrededor, sacándolo desus pensamientos, haciéndole aplaudir como el resto solo por merainercia, viendo como estos saludaban al público con sonrisas ypequeñas reverencias, quitándose los instrumentos y bajando delescenario, agradeciendo los alagos que la gente que se acercaba aellos les decían, sujetándoles del brazo o simplementeacariciándoles por gusto.
Tony fue bien consciente de que las mujeres, tanto jóvenes comomayores, habían puesto su atención en Rogers (no había olvidado sunombre). Y, ¿cómo no iban a hacerlo cuando este parecía haber sidosacado de uno de esos clásicos griegos, como una escultura de MiguelÁngel o un dibujo de Rafael?
Aun así, le molestó que este se dejara manosear tan fácilmente,deshaciéndose en sonrisas para todos aquellos desconocidos, y esperóa que la gente se retirara antes de acercarse a él.
-Lo has hecho muy bien-le dijo, tendiéndole la copa que teníaen las manos, sin recordar si habia llegado a beber de ella o no,dirigiéndole una sonrisa de medio lado a este.
El joven lo miró con atención a él y luego a la copa,pareciendo que no se había esperado que este se encontrara allí,pero, finalmente, tras unos instantes de titubeo, cogió el vaso quele tendía.
-Muchas gracias- murmuró, sin mirarle.
¿A qué venía aquel comportamiento? ¿Todavía pensaba en élcomo un acosador porque Happy había preguntando por él en elgimnasio?
-¿Lleváis con la banda mucho tiempo?- le preguntó, solotratando de alargar la conversación todo lo posible, manteniéndosea su lado.
-Unos cuantos años. Desde la universidad- comentó Steve, dandoun ligero sorbo a la copa, aun mirando a otro lado, como si lohiciera más por el hecho de concentrarse en algo que en la personaque tenía situada a su lado.
Aun así, solo de pensar que este había colocado sus labios enel mismo lugar donde habían estado los suyos, sirvió para que Tonyse encendiera.
Dios. Estaba realmente desesperado.
-¿No me miras a la cara por algún capricho en general o es algoen particular?- le soltó de pronto.
Nunca había sido conocido por irse por las ramas. No iba aempezar con ello aquel día.
Steve, pillado por sorpresa, solo contempló a Tony con aquellosintensos ojos azules, como si fuera un conejito al que le hubieravisto las orejas al lobo, pero pareció pensar en algo que responder,observando a la gente que había a su alrededor, reflexionando sobreello.
Agradeció que los invitados se hubieran olvidado tan rápido desu presencia y se mantuvieran alejados, aunque alguno de suscompañeros de banda aun estuvieran hablando en alguno de lospequeños grupos.
-En realidad, no tendría que estar llendo a ese gimnasio-leconfesó.
Parecía más fácil decirle la verdad que intentar inventarseuna mentira. A Steve nunca se le había dado demasiado bien decirmentiras.
-¿Qué quieres decir?-le preguntó Tony, sin comprender.
-Que no he pagado la cuota. En realidad, no tengo el dinero conel que pagarla. He conseguido entrar porque el director de ese sitioes el padre de un amigo mío- acabó de confesarle, agachando lacabeza y centrándose en su copa, como si quisiera ahogarse allídentro.-En realidad, por el modo en el que me miraba, temía queusted ya lo hubiera averiguado.
Tony lo comprendió todo entonces
No era que el chico lo considerara un acosador ni nada por elestilo, si no que habia temido que, al preguntar por él, hubieraaveriguado que no era otro ricachón como los que acudían allí.
Se tuvo que echar a reír por el alivio, viendo como Steve loobservaba con atención.
-¿Por qué se está riendo?-le preguntó.
-Porque todo ha sido un gran malentendido.¿Qué creías que teiba a hacer si averiguaba que no eras un millonario más?
-Pensaba que me echarían del lugar y que el director estaríametido en un buen lío.
-¿Esa es la imagen que tienes de mí?
-En realidad, no lo conozco de nada.
Buen punto, pensó Tony.
-Presentémonos formalmente y sin problemas en esta ocasión.Hola, soy Tony Stark. Pero puedes llamarme Tony.¿Cuál es tunombre?-le preguntó, tendiéndole la mano.
-Soy Steve, Steve Rogers. Un placer- le respondió este,estrechándole firmemente la mano.
Era aún más fuerte de lo que parecía. Y ya parecía bastantefuerte de por sí. Oh. Los deseos de Tony de llevárselo a una cama yprobar a hacer maldades con él solo volvieron a aumentar.
-Pues bien, Steve, ahora que sabemos que no hace falta que teocultes de mí cada vez que me veas, ¿qué te parece si este es elinicio de una bonita amista?
-¿Qué sugiere para eso?-le preguntó este, sonriendodébilmente, por fin alzando la cabeza hacía él.
-¿Qué tal si la próxima vez que nos encontremos en elgimnasio, en vez de huir de mí, subes al ring conmigo eintercambiamos unos cuantos golpes?
-Me parece buena idea- convino este, ampliando su sonrisa.
Oh, oh. Aquello empezaba a ponerse peligroso. No podía sonreirlede ese modo si no quería que pasara algo entre ellos allí mismo, enese instante.
-Camarero, otra copa- le pidió al barman, ya que se habíandetenido junto a la barra, apartando los ojos de Steve para evitar latentación de hundir los dedos en aquellos cabellos rubios y besareallí mismo, sin importarle la reacción que podría tener este anteeso.
-Lamento el malentendido que se hubiera podido producir-le dijoRogers.
-La verdad es que pensaba que tenía la peste o algo similar porel modo en el que huías de mí-comentó Tony agarrando la copa quele dejaron sobre la barra.
-Lo siento mucho.
-No pasa nada. Digamos que ha sido....una experienciaenriquecedora para los dos-comentó Stark, volviéndose hacia él ychocando su copa con la suya.
Ambos bebieron, sonriéndose débilmente. Aunque en lo único quepodía pensar Tony en aquellos momentos era el modo en el que podíallevarse a este a su terreno. Estaba convencido de que, tras pasaruna noche con él, su interés desaparecería y podría volver a suvida tranquilamente.
-¿Estáis pensando en sacar algún disco?- le pregunto.
Steve, que había estado saboreando su copa, volvió la vistahacia él.
-Tenemos algunas canciones, pero aun no hemos encontrado a nadieque quiera invertir en nosotros. No somos muy conocidos. Actuamos ensalas de música y bodas.
-Bueno.....yo solo he escuchado una de vuestras canciones por elmomento, pero me ha parecido buena. Cuando termines de tocar, ¿porqué no me buscas y te digo si me interesa poner algo de esperanza envosotros?
-¡¿Estaría dispuesto a hacer eso?!- pregunto Steve, haciendoque sus ojos azules brillaran con energía, haciendo que, duranteunos momentos, Tony solo pudiera observarle con atención.
-Si valéis la pena, no me dolerá invertir en vosotros. No tocomucho el mundo musical, pero vosotros podríais ser un buen inicio.
-Muchas gracias-le dijo Steve, tomando su mano y estrechándoselade nuevo.
-Eh. Que aun no hemos visto nada.
-Da igual. Solo por la oportunidad, me gustaría darle lasgracias.
Viendo la expresión del rostro de este, Tony supo que no podríaecharse atrás.
Si el grupo le parecía lo bastante bueno, invertiría en ellosincluso después de haber conseguido llevarse a este a la cama. Todocon tal de seguir viendo aquella expresión ilusionada en el rostrode este.
Esos ojos azules estaban brillando con energía y se sentiría comoun miserable si él era el responsable de que aquella luz se apagase.
Había hecho cosas miserables en su vida, pero aquella no iba aser una más en su, lamentablemente, larga lista.
Findel capitulo 3
Sí,lo sé. Sé lo que estáis pensando. ''Aunque dijiste que el primercapitulo sería más corto, estos tampoco están siendo muy largos''.¿Sabéis a qué se está debiendo eso? A que escribí la mayor partede estos primeros capítulos desde el móvil y nunca recordabacuantas notas de móvil conformaban un capitulo más o menos largocuando luego los pasaba al ordenador. Por eso están saliendo estosalgo cortos. Tranquilos, es algo que pienso solventar tan rápidocomo me sea posible.
¿Quéos aparecido este encuentro cara a cara entre Steve y Tony? Estáclaro que este ultimo está deseando poder tener un contacto con estealgo más..... íntimo. Y ya no hay ninguna confusión entre ellos.Ohhhhh. Las cosas empiezan animarse.
Solopara que os lo veáis venir, el siguiente capitulo inicio ya con Samy Bucky. Estaba deseando llegar a estos dos, porque me encantan yquería hablar ya de ellos, iniciar su parte de la historia. Supongoque también estaréis pensando que siempre meto una segunda parejaen estas historias. Pero os diré que es pura casualidad. No sé simeteré a alguien más, pero, por ahora, solo están estos dos.
Porahora, no tengo nada más que decir, así que, como siempre, os deseoque os mantengáis sanos y nos seguimos leyendo. ^^ Bye
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