Capitulo 29

Buenas a todos losMarvelitos que seguís por estos lares, aún leyendo esta muy queridahistoria mía. Y digo tan querida porque es imposible que no sea muyquerida cuando llevo tanto tiempo con ella. Sin que a penas me hayadado cuenta, he llegado a los 29 capítulos, sin un final cercano.


Mi cabeza estápensando en algunas cosas para el futuro, algunas pincelas para elfinal, pero no tengo nada decidido aún. El final de esta historia seme está resistiendo. No sé si esa es buena o mala señal, laverdad. Solo espero que todos vosotros sigáis por aquí para cuandopor fin ponga el punto y final a este universo alternativo.


Bueno.... ya no os doymás el follón hasta el final del capitulo. Os tengo que advertirque, en esta ocasión, el capitulo entero será dedicado alWinterFalcon, así que aquellos que no os interese, lo pasaréis.Pero el Stony se ha mezclado ya con esta pareja, así que va a seralgo confuso si no leéis lo que está ocurriendo con ellos.


Os dejo con el capi.Disfrutadlo.


CAPITULO 29


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Aunque Sam no lo admitiría nunca, cuando su hermana Sarah le llamó,alterada, gritándole, diciéndole que Bucky había recogido suscosas y se había ido de casa por su culpa, estuvo tentado de echar acorrer de vuelta al apartamento, tratando de averiguar qué era loque estaba ocurriendo ahora.


Iba a empezar a temer salir de casa si siempre iba a pasar algocada vez que pisara el portal.


Sin embargo, se tranquilizó, se dijo que su hermana podría nohaberse vuelto a enterar bien de las cosas y se obligó a terminar suentrenamiento.


Y, de todas formas, aunque fuera verdad, aunque Bucky se hubieraido, ¿qué iba a hacer él? ¿Correr otra vez tras él como ya habíahecho antes para que este se hiciera ideas equivocadas? No. Lo decorrer detrás de alguien que no le interesaba se habia acabado.


O, al menos, eso fue lo que se dijo mientras estaba fuera decasa, entrenando, fingiendo que tenía la mente concentrada en elejercicio, cuando realmente no era así, y esta estaba vagando portodas partes.


<<¿Vas a dejar las cosas de este modo?>>, lepreguntó esa voz que de vez en cuando le daba por hablar con él.


"¿Por qué voy a molestarme?", se dijo él al mismotiempo."Después de todo lo que ha soltado Bucky por su bocadelante de mis hermanos, con todas las veces que ha dicho, como sinada, que le gusto, es mejor que pongamos tierra de por medio. Es loque quería; que se largara de mi casa".


<<Eso no te lo crees ni tú>>, le dijo aquella voz,pareciendo bastante irritada.


Pero Sam no hizo nada para contentarla. Como ya se habia dicho,si volvía a correr tras Bucky cada vez que este parecía que iba adesaparecer de su vida, solo iba a lograr que los sentimientos deeste, fueran los que fueran, no desaparecieran nunca y jamás sequitaría a este de encima.


Asíque se obligó a permanecer toda la mañana en aquel parque, a pesardel frío invernal que hacia, con la mayor parte del lugar nevado ysin un alma por allí, hasta que llegó el mediodía, cuando se dijoque ya era de volver a casa.


Nada más cruzar el portal, supo que Bucky no había vuelto acasa, ya que su hermana le recibió con mala cara y los brazoscruzados.


-¿Te parece esta una buena hora para presentarse?-le soltóSarah nada más verlo.


-¿Es que acaso tenía que volver a alguna hora en particular?-fue la respuesta que obtuvo de Sam, viendo como este fingíaindiferencia.


-No te hagas el tonto conmigo.¡Te he llamado para decirte queBucky se había marchado! ¡¿Acaso te has molestado en ir abuscarlo?!


-¿Y por qué iba a tener que molestarme en ir a buscarlo? Ya erahora de que se fuera de aquí.


Ante aquellas palabras, Sarah abrió los ojos, horrorizada, comosi su hermano le acabara de confesar que había matado a alguien.


-¿Estás de broma?- logró murmurar ella.-¿O de verdad hasdicho eso en serio?


-Pues claro que he dicho eso en serio. ¿Te pensabas que iba avivir aquí siempre con nosotros? ¿Te pensabas que lo habíamosadoptado?


-¡Bucky te ha dicho un montón de veces lo que sentía por ti!-le gritó Sarah, indignada.


-¿Y qué? ¡¿Solo por eso ya tengo que lanzarme a sus brazoscomo una damisela en apuros y cabalgar juntos hacia el horizonte?!¡Enterate de una vez, esto es la vida real, no una de esas series deanime que ves! ¡Me gustan las mujeres! ¡Si tanto te gusta Bucky,quédatelo tú!


-¡Ojala pudiera!- le gritó Sarah a su vez, caminando hacia élhasta que se colocó ante la cara de su hermano.-Porque Bucky es untipo estupendo, leal como nadie y ya ha demostrado más de una vezque no teme decir lo que siente. Si pudiera, realmente me lo quedaríapara mi. Pero, desgraciadamente, esta enamorado de ti, para su propiadesgracia. Y tú eres tan cabezota que te niegas a admitir que tútambien sientes algo.


-¡¿Cómo te atreves, mocosa?!- le soltó Sam a su vez,haciéndose hacia atrás, indignado.-¡Yo no siento nada por ese tío!


-¡¿Cómo que no?! ¡Entonces, ¿por qué saliste corriendo deaquí en cuanto creíste que se había ido?!


-Porque el muy cerdo estaba tratando de desaparecer sin más.Pero ya no me importa. Si este es el modo en el que quiere que lorecordemos, bien por él.


Sarah parecía una bomba a punto de estallar. No podía creerseque Sam se hubiera tragado sus propias palabras, por muy seguro deellas que pareciera.


-Haz lo que quieras- le soltó al final, dándole laespalda.-Pero ten bien presente lo que te digo; te vas a arrepentirde esto.


Y,tras decir eso, Sarah salió del apartamento, queriendo poner tantatierra de por medio como pudiera entre ella y su hermano.


-Mocosa malcriada- murmuró este, aun molesto por todo lo queesta le había soltado a la cara. Pero se dijo que no tenia nada quehacer en aquel salón.


Comió algo rápido en la cocina y se dijo que tenía que ponerseen marcha para seguir estudiando durante el resto de la tarde.


Vio la nota que, al parecer, Bucky habia dejado para ellos en lamesa de la cocina cuando fue en busca de comida, pero ni siquiera semolestó en leerla.


Sintió un breve instante de curiosidad por saber lo que lequería decir este a su familia, pero se dijo al mismo tiempo que, siya habia salido de su vida, sería estupido que se siguierapreocupando con él por cualquier cosa que dijera.


Ya le había besado en más de una ocasión, la ultima delante desu hermana. Y a él no le gustaban los hombres. Así que ya no habíanada más que hablar.


Cuando entró en su cuarto, cerrando la puerta, se dió cuenta deque las cosas de Bucky realmente habían desaparecido del lugar, asícomo vio que este se había molestado en hacer la cama que habíaestado ocupando antes de irse.


"¿Qué pretendes? ¿Quedar como el bueno ahora?",pensó este con disgusto.


Ya había conseguido poner a su hermana a su favor. Y estabaconvencido de que, en cuanto todos leyeran la nota que les habíadejado, los demás tomarían el mismo partido, acusándolo a él dehaber hecho algo para que este se marchara.


Claro. Bucky siempre había parecido el niño bueno para todo elmundo. En cuanto sus padres le conocieron, quedaron encantados conél, incluso llegando a decirle, en su niñez, cuando aun era unrevoltoso cabeza hueca, que porqué no podía parecerse un poco mása su amigo Bucky.


Si supieran que en más de una ocasión ese "amigo" lehabía besado y había logrado que durmieran en la misma cama.....


Hablando de cama, Sam se dirigió hacia la suya, dándose cuentade que por fin la había recuperado.


Sin embargo, a pesar de que esa idea debía de hacer que sealegrara, solo sintió una breve sensación de vacío e, inclinandola mano hacia la cama, acarició las sábanas con aire distraído,evaluando todo lo que había ocurrido allí, recordando brevementecomo Bucky había conseguido aprisionar su muñeca y conseguir que setumbara allí, a su lado.


Sin embargo, para cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo,apretó aquellas mismas sábanas en un puño y las arrancó de lacama, haciéndolas una pelota entre sus manos.


-Hay que lavar esto- se dijo, como si tuviera que justificarseante él mismo lo que estaba haciendo.


Tras hacer eso y dejar las sábanas aun hechas una pelota junto ala puerta, se obligó a sacar sus libros y sentarse en el escritorio,evitando así a Gideon o a sus padres cuando llegaran y vieran lanota y explotara aquella bomba.


Sedijo que lo único que tenía que hacer para olvidar toda aquellasituación era meter la cabeza entre los libros y las cosas volveríansolas a su cauce, cuando el huracán Bucky hubiera terminado deesparcir los escombros de los Wilson por todas partes.


Sin embargo, su vista iba una y otra vez hacia la cama vacía yhacia el lugar donde habían estado las cosas de Bucky, ahora tambienvacío.


¿Por qué demonios su cuarto parecía tan malditamente desoladosin las cosas de aquel pesado de por medio? Aquel era su territorio yel mapache solo lo había invadido por un corto periodo de tiempo.Así que, ¿a qué venia aquella sensación de añoranza? Era como sitodo el maldito lugar le culpara por su ausencia.


Por un momento, se permitió preguntarse a donde habría ido estecuando había salido de allí. Pero la respuesta sería más queclara. A casa de Steve. ¿A que otro lugar podría ir si no? No teníaotros conocidos en la ciudad.


Por un segundo, su mano voló hacia su móvil, encima de la mesa,pensando en llamar al rubio y asegurarse de ello, solo por si acaso.Pero, cuando estuvo a punto de cogerlo, se dijo que no teníanecesidad alguna de saber a donde había ido este o a donde habíadejado de ir. Aquel ya no era su problema.


Unos pocos instantes después, ante el pensamiento de que eraposible de que no hubiera ido a casa de este porque sería lo primeroque él pensaría, tras saber que se había marchado, hizo laintención de coger el móvil de nuevo, pero se volvió a decir que,aunque así fuera, tampoco debía importarle. Después de todo, sehabía ido. Eso significaba que no tenía que darle más vueltas alasunto ni pensar en él.


Pero su mente, llevándole últimamente siempre la contraria en todo,se negó a obedecer esa orden tan sencilla y siguió dándole vueltasal tema.


No mucho después, mientras la tarde comenzaba a caer, fue acoger el móvil. En esta ocasión, para llamar directamente a Bucky yque le explicara aquella manera tan maleducada que había tomado parairse de su casa, solo hablando con Sarah porque la chica habíaestado allí cuando a este se le había ocurrido recoger sus cosas eirse.


Sin embargo.....¿por qué iba a tener que hacer lo que esteesperaba?


Estaba total y absolutamente convencido de que Bucky estabaesperando a que él diera alguna muestra o señal de lo mucho que lehabía molestado su marcha. Seguramente, había captado aquella ideacuando lo había visto reaccionar del modo que había reaccionado alir a buscarle a aquel edificio del centro.


No. Aquello era lo que quería. Y Sam no le iba a dar lo quequería a aquel niño mimado. Si esperaba que llamara a todo elmundo, preocupado por él, podía morirse esperando, se dijo, dejandocaer de nuevo el móvil encima de la mesa, centrándose de nuevo enlos estudios.


Pero, después de dos horas, se dió cuenta de que no habíaretenido nada de lo que había estado leyendo, así que cerró loslibros con disgusto, soltando un bufido.


Seguramente, hubiera vuelto a hacer intención de coger el móvilde nuevo si no hubiera sido porque oyó que la puerta principal seabría y oía la voz de su madre saludando a quién hubiera en casa.


Se tensó de golpe, sabiendo que lo primero que hacia esta alllegar a casa era ir a la cocina para tomar un vaso de agua, dondevería la nota. Y, entonces......


Los pasos acelerados hacia su cuarto le indicaron que ya habialeído lo que fuera que Bucky les hubiera dejado escrito y se preparómentalmente para el huracán de preguntas que lloverían sobre élpor parte de su madre y todo el mundo tras la marcha de aquelcastaño.


-¡¿Qué demonios ha pasado?!- entró gritando su madre en elcuarto, con la nota de Bucky en una mano, como si fuera un armamortal.


-A mi no me preguntes. Él ya se había ido cuando yo he llegadoa casa- le respondió, tratando de mostrarse lo más tranquiloposible.


Su madre observó las sábanas que aun estaban junto a la puerta,así como la cama desmantelada, antes de volver la vista hacia él.


-¿Te has peleado con Bucky? ¿Por eso se ha ido?


-Yo no le he dicho una palabra-contestó.


Y, literalmente, había sido así. No había abierto la bocadesde que este se había atrevido a besarle delante de su hermanapequeña, solo dirigiéndose a su cuarto, sin decir nada.


-Pero.....aquí no especifica porque se ha ido. Solo ha dicho quetenía que hacerlo.


-Sus motivos tendría- fue todo lo que él dijo sobre el tema.


-¿Estás seguro de que no te has peleado con Bucky?- le preguntósu madre de nuevo.-Mira que, como me enteraré de que me estásmintiendo, si es eso lo que estás haciendo, te vas a meter en unabuena.


-Puedes preguntarle a tu hija, si quieres. Ella misma te diráque no he dicho una palabra mientras él estaba aquí.


-Que no le hayas gritado, no significa que no os hayáis peleado.


Mierda. Por ese sentido, podía decir que le había pillado. Eracierto que no se habían puesto a gritar ni a darse puñetazos, peroeste le había besado. Y todo lo que había hecho él había sidosalir del cuarto, sin ni siquiera molestarse en gritarle, comosiempre hacía, sabiendo que aquello afectaría a Bucky de algunamanera.


-¿Qué ha pasado, Sam?- le preguntó su madre, colocando lasmanos en las caderas, dándose cuenta de la cara que había puestoeste.-¿Qué es lo que has hecho?


-Ya te he dicho que yo no he hecho nada- le soltó, volviéndoseen su asiento hacia el escritorio.-Y ahora, si no te importa, tuautentico hijo tiene que estudiar para ser algo en la vida.


-Algo en la vida, sí. Pero espero que no un estupido.


Y, con esas palabras, su madre salió del cuarto.


Sam dió un puñetazo en el escritorio en cuanto estuvoconvencido de que Darlene se encontraba a la suficiente distanciapara no oírlo, sabiendo que los días sucesivos serian algo parecidoa aquel interrogatorio.


Susfamiliares le pondrían mala cara por el modo en el que parecía que habia desaparecido Bucky, preguntándole si realmente no sabia elmotivo por el que se había ido.


Y eso siempre contando con tener la buena suerte de que ningunode sus hermanos se fueran de la boca y contaran alguna de lasmúltiples cosas que Bucky había soltado con tanta ligereza delantede ellos. Sobretodo Sarah, con lo cabreada que había parecido con élal saber que no haría nada para que el castaño volviera a su casa.


Se pasó una mano por la cabeza rapada, irritado, sin saber bienqué hacer. Estaba jodido, se mirara por donde se mirara. Así que,ya que Bucky era el que le había metido en aquel lío familiar, a élle correspondía arreglarlo.


Sabiendo que el muy idiota no le cogería el móvil, ya que sehabía ido sin decir nada porque, lo más seguro, era que pensara queasí tendría a este buscándolo en el acto, se puso en pie y se dijoque iría a casa de Steve.


Una cosa era que no le cogiera el teléfono, pero otra muydiferente que se negara a abrirle la puerta cuando sabía que estabaal otro lado.


Además, el portero del edificio del rubio no le engañaría. Encuanto le preguntara, le diría si Bucky estaba en casa de su amigo ono.


Con esa idea, salió hacia el apartamento de Steve, aprovechandoque su madre estaba cambiándose para no dar explicaciones de a dondeiba.


Ya no era ningún crío para que tuviera que estar controlándolo.


Para llegar lo más pronto posible, tomó el metro, echando unvistazo a su reloj y dándose cuenta de que su hermana estaría ya encasa o a punto de llegar.


Estaba total y absolutamente convencido de que Sarah cantaríatodo como un pajarillo en cuanto viera a su madre. O, al menos, todolo que ella conocía de la historia que había ocurrido entre ellosdos.


Sabiendo que no había nada que hacer contra eso, sabiendo queSarah se transformaba en un monstruo sin corazón cuando estabaenfadada, se dijo que era mejor llegar cuanto antes, coger a Bucky dela oreja y obligarle a ir hasta a su casa a rastras si hacia faltapara que explicara a todo el mundo porque se había marchado enaquella ocasión.


Aunque,claro. Si lo miraba desde otra parte, sus padres no sabíanque este ya había desaparecido durante unas horas anteriormente.


En cuanto pudo, se bajó del metro atestado de gente y fuecaminando todo lo rápido que se vio capaz, sin echar a correr, haciacasa de Steve, esperando encontrar a aquel mapache cobarde que lehabía dejado todo el marrón encima.


-Buenas noches, Matthew- saludó al portero en cuanto entró enel edificio, dedicándole una sonrisa.


Sin embargo, con las prisas que llevaba, estaba convencido de quela sonrisa habia resultado aterradora.


-Oh. Buenas noches, Sam. Hacia ya un tiempo que no te veía poraquí.


-Sí, bueno..... Steve andaba ocupado y yo también.


-Claro. Los dos os estabais esforzando duro para llegar a dondequeríais.


El hombre les había oido hablar demasiadas veces para saber másque de sobra qué era lo que querían conseguir ambos chicos en susvidas.


-Pero yo quería hablarte de alguien más a parte de Steve- ledijo Sam, tratando de dirigir la conversación hacia donde quería.


-¿De quién?- preguntó Matthew, frunciendo el ceño.


-¿Has visto a Bucky por aquí?


-Oh. El joven Barnes. Sí que lo vi, sí.


Y Sam no pudo evitar sonreír interiormente, sabiendo que esteera tan obvio como si hubiera sido transparente.


-Bien. Entonces, ahora mismo esta arriba en su piso, ¿verdad?


-¿Ahora? No. Ahora mismo no hay nadie en casa. Y la última vezque vi a Bucky por aquí, iba contigo.


Aquello hizo que Sam frunciera el ceño, extrañado. Si no estabaallí, ¿dónde demonios se había metido Bucky?


-¿Estás seguro de que no está arriba? A lo mejor, se ha coladoen algún momento en el que tú no estuvieras por aquí.


-Imposible. Aunque hubiera pasado por la puerta, necesitaría queyo le abriera la puerta del piso para entrar o algún vecino mehabría comentado su presencia. Saben a qué horas suelen estar losRogers en casa y todo lo que se salga de la costumbre, me lo comentanpara evitar a los ladrones.


-Bien. Gracias de todos modos, Matthew.


Mientras salía del edificio, Sam no supo hacia dónde ir o quépensar a aquellas alturas.


Si Bucky no estaba con Steve, ¿dónde estaba?


Findel capitulo 29.


Ciertoes que ya había hecho que Sam buscara a Bucky en otra ocasión,aunque hubiera acabado siendo una falsa alarma. Sin embargo, cuandoahora sabe que es de verdad, que Bucky está haciendo lo posible paraque no lo encuentre, de alejarse de manera definitiva, creo que esoha shockeado a Sam.


Unacosa es creer que ha desaparecido para descubrir, un par de horasdespués, que no es así. Y otra cosa bien distinta es saber que esverdad y que no va a tener las cosas tan fáciles como antes. Ni yomisma sé que va a pasar a partir de este punto. No sé como va areaccionar Sam a partir de aquí o si va a seguir con su búsqueda.En realidad, en este momento, es la historia la que ha tomado elcontrol y se está escribiendo a sí misma.


Esperoque no complique mucho más las cosas o me va a ser imposibleresolverlo. Aunque a algunos de vosotros me habéis comentando que unpoco de drama de vez en cuando también os gusta, cosa que agradezcoen este punto. Es imposible que todo salga bien y todos sean superfelices. En la vida real, siempre hay alguna clase de problema y esoes así.


Pero,cambiando un poco de tema...... He visto hace poco una película deRobert Donwy Jr; ''Heart and Souls'', y me ha encantado. Enrealidad, me ha gustado tanto (cuando en un primer momento no quiseverla porque pensé que sería más parecida a ''El cielo seequivocó'') que ya le he escrito a Robert sobre si piensan haceruna segunda parte, ya que hay material para ello. La misma películadió pie a ello, teniendo en cuenta qué pasa con las almas (no lodiré aquí por si alguien aún no ha visto la peli. Si no laencontráis, decidmelo y os paso el enlace). Pero la cosa es que nosolo se lo he dicho al actor, le he enviado también un mensaje aUniversal Picture, que fue quien llevó a cabo la película.


Enrealidad, me ha gustado tanto que hasta yo misma estoy escribiendouna novela como si fuera la segunda parte. Si realmente llego aterminarla, quisiera enviarla a Universal, aunque no sé bien como sehace eso. Si no me ánimo o pienso que no tiene el nivel suficiente olo que sea (o que ellos anuncien que sí habrá otra parte), siemprelo subiría como un fic más de los míos para que todos podáis verla idea que se me ocurrió. Y ya he visto que más de un fans tambiénpiensa que deberían hacer segunda parte.


Enfin......creo que ya os he soltado bastante rollo por hoy, así queme voy a poner con el siguiente capitulo en cuanto pueda y me despidode vosotros como siempre. Manteneos sanos y nos seguimos leyendo. Bye

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