Capitulo 22
Buenas a todos,personitas, que estáis aún aquí. Este es el ultimo capitulo quesubiré antes de tiempo. A partir de este capitulo, subiré loscapítulos que tocan en su día determinado, a partir de las doce,como siempre, ya que se acaban las fechas navideñas.
¿Recordáis comoterminó el capitulo anterior? Steve y Tony estaban cenando en elapartamento de Tony, pero, ¿quién sabe como acabarán las cosasentre estos dos? Seguro que vosotros tenéis una buena idea sobreello. Y yo también. Y mi musa sonríe como si lo supiera también.Jajjajajjaa.
Como regalito también,recordando como acabó el capitulo anterior, os voy a dedicar estecapitulo entero al Stony. ¿Qué quiere eso decir? Que no va a haberotra pareja en mitad de este capitulo. Tooooodo va a ser Stony, deprincipio a fin, así que, disfrutadlo.
Nos hablamos al finaldel capitulo.
CAPITULO 22
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-¿Y no crees que, antes de hacer algo de ejercicio, no deberías determinar de comer primero?- comentó Steve, señalándole el platoque aun tenia medio lleno en la mesa.
-¿Eres realmente tan aguafiestas?- preguntó Tony, negando conla cabeza mientras volvía a su sitio.
-No soy aguafiestas. Solo procuro cuidarte.
-Si vas a ser mi niñera, vas a tener que bañarme- comentó elmoreno, alzando las cejas hacia él con aire divertido.
-Si es necesario......- comentó Steve, siguiéndole eljuego.-Pues no es mala idea.
Tony lo observó con cierta sorpresa, como si no se hubieraesperado para nada ese tipo de respuesta. Su cara fue tal que Steveno pudo evitar reírse.
-¿Tanto te he sorprendido?
-No me lo esperaba, simplemente. Pero, ahora que lo mencionas, nome vendría nada mal una ducha.
-Después de comer.
-¿Y si se me corta la digestión?
-Si piensas que de esa manera te vas a salir con la tuya, vaslisto.
-Vaya. Y yo que quería enseñarte unas cuantas cosas.
Steve entrecerró los ojos al oírle decir aquello.
-¿Qué quieres decir con eso?
-No. Tendrás que esperar a después de cenar para enterarte.
-Eres rencoroso,¿verdad?
-¿Yo? Qué va.
Pero la sonrisa de satisfacción en la cara de Tony lo decíatodo. Estaba disfrutando de lo lindo con aquello. Pero, al menos,consiguieron tener el resto de la cena tranquilos.
Tony se dedicaba a mirarlo de vez en cuando, con esa sonrisillaque prometía tantas cosas, y Steve procuraba centrarse en su platoantes de que su mente empezara a recrearle todo lo que el señorStark podia acabar haciendo con él.
Tuvo que recordarse que no era ningún adolescente, que debíaser el más adulto de los dos en aquellos momentos. Pero, si hubierahecho caso a sus deseos desde el principio, se habría levantado almismo tiempo que Tony y ahora mismo estaría descubriendo lo que estepodría enseñarle.
-¿Te ocurre algo, Rogers? Te veo nervioso- comentó este, aunsonriendo de aquella manera característica suya.
-Solo le daba vueltas a un tema.
-Vaya. Que casualidad. Yo hacia lo mismo. Si tiene algo que vercon una ducha, me has leído la mente.
¿Qué hacer cuando este decía aquellas cosas? Daban ganas dedejarse llevar por lo que dijera, fuera donde fuera a donde tecondujera eso.
-¿Aun tienes hambre?- le preguntó Tony, echando un vistazo a loque quedaba en su plato.
-Creo que ya he terminado de cenar- le dijo, dejando loscubiertos dentro del plato.
-Oh.¿Y no quieres postre? A mi me apetece algo- comentó elmultimillonario, sabiendo ambos que solo hacia aquello para molestara Steve.
-Realmente eres muy rencoroso.
-No tanto como pueda parecer, pero más de lo que creo.
-Entonces.....a lo mejor deberíamos dejar esto para otro día,cuando ya no me guardes rencor- sugirió Rogers, luciendo tancalmado como si se estuviera creyendo sus propias palabras,levantándose y llevando los platos al fregadero.
-Desde luego que no- le soltó Stark, poniéndose en pie.-Comodejes esto así, sí que te guardare rencor en lo que te queda devida.
Y, con esas palabras, llego hasta él y se abrazó a este por laespalda, como esperando a que Rogers hiciera algo al respecto.
Steve no pudo evitar sonreír ante el gesto infantil, pero, alsentir como aquellas manos recorrían su pecho con calma, como sipudieran pasarse así lo que quedara de noche, hizo que surespiración empezara a volverse más pesada, recordando lo bien quepodían sentirse esas manos.
-¿Qué pasa, Rogers? ¿Algo te esta poniendo nervioso?- lesusurró Tony al oido, cogiendo el borde de su camiseta y subiéndolaun poco.
Steve sujetó su mano antes de que pudiera hacer algo más,volviéndose hacia él.
-¿Por qué no mejor vamos a que me enseñes eso que queríasenseñarme en la ducha?
Ni siquiera sabia como habia podido soltar esa frase sintartamudear.
Steve nunca habia sido de esos tíos que hablaran tranquilamentede asuntos de cama. Ni siquiera habia hablado en profundidad con Samde las pocas mujeres con las que habia tenido algo. Y, sin embargo,en un lugar extraño, con aquel hombre que era conocido por jugar contodo el mundo, no tenia problema alguno para hablar de aquelmodo.¿Qué le estaba ocurriendo?
Sin embargo, la sonrisa que se abrió paso por el rostro de Tonyhizo que se olvidara de lo raro que habia ahora en él.
-Vaya. ¿El bueno de Rogers esta pidiendo que le dé mimos?- lepreguntó el moreno, con una sonrisa triunfal en los labios.
-Digamos......que solo es que siento curiosidad.
Stark siguió sonriendo, pero no dijo nada más mientras cogíala mano de Steve y hacia que este se moviera tras él, conduciéndolefuera de la habitación.
Los platos y los restos de la cena quedaron allí olvidados paraaquel quién estuviera lo suficientemente desocupado como paraencargarse de ellos.
-Si no fuera porque es demasiado pronto, diría que te estoypervirtiendo- comentó Tony, aun sonriendo.
En realidad, el multimillonario sentía que, cuando estaba conaquel grandullón rubio, no tenia motivos para que la sonrisa ledesapareciera de la cara.
-¿Por qué dices eso?- le preguntó Steve.-¿Por el hecho de quehe vuelto a tu casa o porque estoy dejando que me lleves a la ducha?
-No lo sé. Pero creo que eso último es porque sabes que te lovas a pasar muy bien.
-Casi lo has hecho sonar como si fuera a un parque deatracciones.
-Oh, no, pequeño. Yo soy mucho mejor que uno de esos.
Y, desde luego, Stark parecía estar muy convencido de lo quedecía.
Para cuando ambos llegaron al baño del apartamento, Steve nopudo evitar sorprenderse con el espacio que abarcaba el cuarto. Estecasi media lo mismo que su cuarto y el salón de su casa juntos. Talvez incluso más.
-No te gustan los espacios pequeños,¿eh?- comentó Rogers,echando un vistazo a su alrededor mientras Tony cerraba la puerta yse volvía hacia él.
-Digamos que depende de con quién me encierren- comentó elmoreno, acercándose de nuevo a él.-Si fuera contigo, a lo mejorseria hasta divertido.
Steve no pudo evitar reírse ante aquello. Pero la risa le durópoco, hasta que comenzó a sentir las manos de Tony de nuevo sobre supecho, mientras este permanecía tras él.
-¿Vuelves a estar nervioso?- le susurró Tony.
Y su voz pareció hacer eco en el blanco cuarto.
-Diría que......solo es porque.....no estoy.....acostumbrado.
Le hubiera gustado hablar con una voz más calmada, pero sentircomo las manos lo abarcaban, calentando su piel, incluso através dela tela, no era algo que lo ayudara en lo más mínimo.
-Bueno.....pues tendremos que hacer que te acostumbres.
En cierta manera, Rogers no sabia si debía sentirse mástranquilo al escuchar la calmada voz de Stark, que parecía todo unexperto en aquellos temas. Pero, cuando este empezó a levantar sucamiseta, no puso ningún inconveniente, solo notando como todo sucuerpo se despertaba para él.
-Sujeta esto con los dientes- le susurró Tony, poniendo el bordede la camiseta de Rogers contra sus propios labios.
Sin rechistar, sin soltar ni aunque fuera el más mínimo signode protesta, Steve dejó que pusiera esta entre sus dientes, notandocomo empezaba a faltarle el aire.
-Así es. Buen chico- le felicitó Stark en cuanto le hizo caso,sonando satisfecho.
En realidad, el multimillonario habia pensando en desnudar aSteve en cuanto lo tuviera encerrado en aquel cuarto, deshacerse detoda su ropa, hasta la última prenda, y devorarlo como habia queridohacer desde el primer momento en el que le vio, sin tener de pormedio la vergüenza de la primera vez juntos.
Sin embargo, a pesar del tamaño de Rogers, invitaba a serasaltado, jugar con él para ver hasta donde era capaz de llegar. YTony no podia negar que estaba disfrutando con aquello.
Recorrió el pecho de este sin prisa, acariciando cada porciónde piel, disfrutando del tacto de aquel cuerpo firme y trabajado conel que habia estado fantaseando despierto desde que le había vistogolpeando aquel saco, notando como la respiración de Steve se haciacada vez más pesada, escapando de sus labios entre jadeos, al tiempoque aquella piel clara se coloreaba de un ligero tono rojo.
Desde luego, era como si todo el invitara devorarle.
Joder. Ni siquiera se habia dado cuenta de su propio estado hastaque se habia pegado al cuerpo de Rogers, tratando de no perderseningún detalle.
Sin embargo, Steve era ignorante de todo cuanto le rodeaba,excepto a lo que estaba sintiendo en aquellos momentos, sabiendo quesu cuerpo se encontraba despierto por completo, pressto a sentir lascaricias que Stark quisiera regalarle, incapaz de apartarse, incapazde hablar..... Incapaz de todo excepto de sentir.
Y sintió aun más cuando una de aquellas manos que habíanestado regalando caricias en su pecho comenzó a descender por suabdomen hacia el borde de sus vaqueros, sabiendo perfectamente cualseria su destino.
Se encogió sobre sí mismo, dejando escapar un gemido lastimero,pero, ni aun así soltó la camiseta que tenia sujeta entre losdientes.
-¿Qué pasa?- le susurró Tony de nuevo, haciendo que fueraverdaderamente consciente de lo cerca que estaba este de él, de elcalor de otro cuerpo contra su espalda, aumentando el suyopropio.-¿Has sentido algo bueno?
Steve se vio incapaz de contestar, pero los gemidos que emergíande su boca debían de hablar por él mejor de lo que lo haría élmismo en aquellos momentos.
Sintiendo como su cuerpo empezaba a temblar, sin que él pudierahacer nada para controlarlo, aquella mano de Tony que habia estadodescendiendo consiguió colarse en el interior de sus vaqueros,mientras la otra, ahora casi olvidada, tomaba uno de sus pezonesentre los dedos y empezaba a torturarlo, solo logrando que lostemblores se hicieran aun más intensos.
Desde luego, demostraba más que de sobra quién de los dos teniamás experiencia allí.
-Se me olvidaba lo impresionante que era- volvió a susurrarTony, más para sí que para los oídos de Steve, cuando por finllegó a su destino, encontrándose con que una parte de Rogersparecía haber estado esperándole.
Todo lo que pudo hacer el joven rubio fue gemir de vuelta,tratando de permanecer sobre sus pies y no caer de rodillas al suelo,mientras las manos de Tony le torturaban, tomando de él sin quepudiera hacer nada para evitarlo.
Se retorció entre sus brazos como un chiquillo, a pesar de quele doblaba en altura, y sentía como si la fuerza de su cuerpo lehubiera sido arrebatada.
Pero, aun así, aun a pesar de sentirse tan desvalido como unrecién nacido entre sus brazos, Rogers no pudo evitar dejarse hacer,pues tampoco podia negar el placer que este le estaba haciendosentir.
-¿Deberíamos seguir con esto en otra parte?- le preguntó Tonypor lo bajo.
Sabia que, en el momento en el que la ropa desapareciera, lascosas se volverían peligrosas, pero tampoco podia seguir de aquelmodo, sintiendo que hasta la más mínima prenda seria un obstáculo.
Si Steve le escuchó, solo recibió jadeos como respuesta.
Por un lado, a Tony le encantó tenerlo en semejante estado, peroera un inconveniente tratar de hacerle hablar cuando este apenaspodia respirar.
-Hay que deshacerse de la ropa- afirmó, abriendo el cierre delos pantalones de Steve, aun encontrándose a su espalda.
La prenda pareció resistirse un poco al abrirla, ya que el bultoque habia despertado en Rogers impidió durante un momento quecayera.
Sin embargo, cuando desapareció, Tony no pudo evitar pasarse lalengua por los labios, notando como se le habia secado la gargantaante aquella visión.
Sí, las cosas se estaban poniendo peligrosas. Verdaderamentepeligrosas.
-Quitate la camiseta- le ordenó a Steve, alejando las manos.
Este se volvió hacia el moreno, sin parecer que lo hubieraescuchado, pero buscando su contacto. Después de todo, habiaapartado las manos sin darle un alivio, haciéndole parecer inclusoperdido.
-Quitate la camiseta- le repitió cuando aquellos encendidos ojosazules miraron hacia él.
Incapaz de negarle nada en aquel momento, Steve soltó la prenda,que aun habia tenido atrapada entre los dientes, y se la quitó sinperder tiempo, perdiéndose el breve instante en el que los ojos deTony llamearon al contemplar su cuerpo.
Desde luego, era algo digno de admirar, algo que, al parecer,Tony seguía sin cansarse de ver. Y, al mismo tiempo que Rogers sesacaba la camiseta, Stark empezó a quitarse la corbata a tirones,así como la chaqueta, dejando que cayeran donde quisieran.
Las cosas se iban a poner aun más calientes por allí. Cuantomenos ropa llevaran encima, mejor.
-A la ducha- le dijo al joven rubio en cuanto Steve quedóluciendo solo su ropa interior.
Tony seguía sacándose prendas de ropa, hasta que quedó igualde desnudo que él y vio como este obedecía, metiéndose en la granducha que habia en el cuarto, albergándolo a él sin problemas y aundejando hueco para alguien más.
En cuanto Tony abrió el grifo del agua caliente, Steve saltó,ya que el agua empezó a salir fría antes de que alcanzara latemperatura adecuada, arqueándose hacia el multimillonario, queestaba entrando en la ducha en esos momentos.
-No hagas eso si no quieres que acabe devorándote aquí mismo-le advirtió Tony, siseando.
Ya había dejado que Rogers tomara el control una vez, pero, enaquella ocasión, seria él el que devorara al joven rubio que teniasonrojado bajo su ducha.
-¿Es que no pensabas devorarme de antes?- le soltó Rogers a suvez, solo con un ojo abierto mientras lo miraba, ya que estaba debajodel agua.
-Bueno.....si vamos a ser sinceros, quería devorarte desde quete vi el primer día en el gimnasio- le dijo, poniendo ambos brazosen torno a Steve, con las manos contra la pared, y pegándose a élde la manera más sexy que fue capaz.
No resultaba con el encanto que Tony habia pretendido debido aque era más pequeño que él, pero, aun así, estaba cerca, que eralo que importaba.
Steve se mordisqueó los labios cuando escuchó eso. Y tuvo quecerrar los ojos cuando Stark comenzó a besar su pecho.
-¿Y tú cuando?- le preguntó el moreno, apartándose un poco deél.
-¿Yo cuando qué?- preguntó Steve a su vez, tratando derecordar como funcionaban sus pulmones.
-¿Cuando sentiste algo por mí? Fuera lo que fuera.
Steve tragó saliva ante aquella pregunta, ya que, si quería sersincero, tendría que morir de la vergüenza ante este.
-No sé si quiero contártelo- le soltó al final, volviendo lacabeza hacia otro lado, lejos de aquellos grandes ojos marrones quelo observaban con atención.
-¿Cómo que no? Yo te lo he contado.
-Pero lo tuyo no es nada en comparación con lo mío.
Aquello hizo que Stark volviera a echarse hacia atrás,observándole con toda la atención del mundo puesta en él.
-¿Hay algo jugoso que no quieres que sepa? Ahora tienes quecontármelo.
-Yo......no sé.
-Vamos- le dijo, volviéndose a inclinar hacia él y volviendo abesar su pecho, haciendo que este empezara a temblar, inclusoencontrándose debajo del agua caliente.-Si me lo cuentas, te daréun buen premio.
Ya podia adivinar de qué se trataba eso solo contemplando lasonrisilla que habia en los labios de Tony mientras esperaba a quehablara. Pero tambien sabia que este seria capaz de apartarse ydejarle en aquel estado hasta que le hiciera hablar si no confesabalo que el multimillonario quería escuchar.
-¿Recuerdas.....el día en que subí al ring contigo?- acabópor decir.
-Claro que me acuerdo.
¿Cómo no hacerlo cuando fue el día en el que tuvo a Rogers tancerca, contra su cuerpo? Oh. Casi perdió el control aquel día,teniendo el objetivo de su repentina obsesión tan cerca.
-¿Recuerdas cuando te tuve contra el suelo?- volvió a preguntareste, tragando saliva.
Aquel momento era demasiado íntimo. Y más si iba a soltar loque iba a decir. Era como si fuera consciente de hasta el más mínimorincón de su cuerpo. Incluso podia sentir como su ropa interiorestaba totalmente pegado a su miembro gracias al agua que estabacayendo en cascadas por su piel. Sus sentidos estaban por completo enalerta, como si lo prepararan para recordar aquel instante el restode su vida.
-Sí- volvió a decir Tony, viendo como aquellos ojos marrones secalentaban aun más, pareciendo chocolate fundido.
-Pues.....cuando bajé del ring y fui a las duchas.....yo.....
-¿Sí?- le animó Stark, viendo como este parecía habersequedado sin voz.
Y eso no podia tolerarlo. Al menos, no en la parte más jugosa dela historia. Quería oír lo que venía a continuación, saber quéhabía ocurrido en esas duchas.
-Yo fui a las duchas y......una parte de mi cuerpo parecía nohaber dejado atrás la pelea- le dijo, poniéndose aun más rojo,apartando los ojos de Tony, sabiendo que no podría seguir hablandosi este le miraba con tanta fijeza.
El multimillonario se removió, sabiendo por donde estaban llendolas cosas, pero prefirió seguir callado, esperando a que estehablara.
-Para......poder salir de allí, yo tuve que.....bueno.....yasabes. Tuve que hacer ''eso'' en las duchas. Y, nada más salir, mechoqué contigo.
Tony se envaró.
¿Había dicho lo que él creía que habia dicho? ¡¿Por qué nohabia entrado en los vestuarios antes?! ¡¿Por qué?! ¡¿POR QUÉ?!
-¿Ves? No ha sido tan difícil- le dijo, dedicándole otra desus sonrisas de medio lado, controlando a su bestia interior.-Ahoraes mi turno de darte lo que te prometí.
Y, antes de que Steve pudiera abrir la boca para añadir nada,vió como Tony se arrodillaba a sus pies, como se deshacía de laúnica prenda que le quedaba en el cuerpo y se llevaba su miembro ala boca, haciendo que el joven rubio jadeara y se apretara contra losazulejos del baño, llevando las manos hacia la cabeza castaña deeste.
Rara habia sido la ocasión en la que habia llegado más lejosque unos besos con una chica. Y desde luego, jamás habia llegado tanlejos como aquello, sintiendo como los labios de este envolvían sumiembro mientras se retiraba y volvía, acariciándolo con su lengua.
Steve gimió contra la pared de la ducha como si fuera un niño,agitando la cabeza de un lado a otro, tratando de no dejarsearrastrar por aquella sensación.
Pero todas sus intenciones quedaron en eso cuando Tony acelerosu ritmo, sin perderlo de vista, arrebatándole el aliento.
Trabajo sobre él de tal manera que Steve apenas pudo resistirse,por mucho que no quisiera lucir como un muchachito virgen ante susojos.
Por mucho que se aferró a sus cabellos, buscando que bajara elritmo, este no tuvo compasión de él, haciéndole que perdiera elcontrol a los pocos minutos y se liberara entre sus labios, dejandoque los gemidos que habia estado tratando de contener en el interiorde su garganta se liberaran y resonaran por el cuarto, junto alsonido del agua.
Stark seria el que estaba arrodillado, pero, sin duda, era élque tenia el control de todo.
Findel capitulo 22
Sí,lo sé. Ahora mismo me odiáis porque he dejado las cosas de estemodo, porque, seguramente, esperabais algo más de ellos, una escenamás concreta de cama. Y, creedme, yo también creía que era lo queiba a haber aquí cuando inicié el capitulo en la parada delautobús, ahora que escribo mucho con el móvil. No sabéis lo que mecunden esos ratos para escribir.
Perono sé que ha pasado conforme escribía, que la historia ha idoacabando llendo hacía donde le ha dado la gana y ha acabado así.Supongo que el final de esta escena aparecerá en el siguientecapitulo. Y digo ''supongo'' porque nunca sé qué va a pasar hastaque pongo punto y final al capitulo.
Ahora,seguramente, me odiareis más, y con razón, pero yo no puedo hacermás. Esta historia tiene su iniciativa propia y pasa de lo que yoquiera y piense, así que solo nos queda esperar y ver como acabandesarrollándose las cosas.
Porhoy no os voy a dar el coñazo. Lo sé, esta vez ha sido corto. Asíque os deseo que os mantengáis sanos y nos sigamos leyendo. Hasta elpróximo capitulo. Bye.
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