Sju

El ruido de la madera crujiendo por el fuego se escuchaba desde lejos. Todos los estudiantes estaban en esta especie de fiesta "controlada" por la institución, después de todo fue propuesta por la dirección y profesores. Aunque gracias a las fuerzas del cielo no estaban ahí. Los únicos adultos responsables en el lugar eran los guardaespaldas de Wilhelm.

- En la verdadera fiesta de primavera vamos a cantar. - Le comentaba Felice a Madison.

- ¿Ya les confirmaron la canción? - Pregunto dando un sorbo a su "jugo especial"

- Estamos en eso, Simon no está viniendo así que no podemos decidir. Espero que vuelva cuando vuelvan las clases.

- ¿Por qué no? - Pregunto Wille.

- Porque no es residente. Ellos empiezan el lunes... - Felice miró a Sara que venía caminando y se levantó enseguida.- ¡Ahí está mi chica!

- Y tu chico. - dijo Madison levantando las cejas a Wille que giro rápido a mirar.

Simon justo abrazaba a Felice sonriendo y se quedan hablando, seguro del coro se imagina Wilhelm pero no se levanta a ir a interrumpirlos. Simon se veía tan fresco y atento a las palabras de su amiga que Wille sintió en su pecho algo de orgullo al verlo socializar pero sobre todo a pertenecer a su mundo. Su mente se retorció ante su propio pensamiento ¿Su mundo?

- Es raro ¿No? - Le dice a Maddie que lo mira extrañada por el giro y la observación de Wille.- ¿Por qué vino al entrenamiento del equipo de remo pero no al del coro?

- ¿Será que en el coro no está el príncipe de Suecia? - Wilhelm rodó sus ojos y Maddie levantó sus hombros como si fuera obvia la respuesta. Pero no estaba ofendido, al contrario, estaba sintiendo que Simon y él tal vez no estaban tan alejados de cómo se sentían.

- Hey. - Sara lo descoloco de sus pensamientos, Wille se levantó enseguida al escucharla, los brazos de la chica lo rodearon y él le respondió al inesperado pero aceptable abrazo.- Gracias por el caballo.

- De nada. - Wilhelm observó a Simon y este sonreía ampliamente.

- ¿Por qué están escondidos acá? - preguntó Sara separándose de Wille, mirando a Felice, pero Madison le respondió antes.

- Estamos juntando fuerzas amiga. Para enfrentar a todos esos locos. - Felice empezó a reír ante el comentario de su amiga.

- Fredrika y Stella fueron a contrabandear alcohol con Henry y Walter.

- ¿No fuiste con ellos? - Preguntó Simón curioso y de un claro buen humor.

- Hola Simon. - Dice el príncipe heredero y como si fuera un chiste privado Simon se ríe divertido por su respuesta. Las chicas se miran y luego se ríen. Wilhelm no puede evitar reírse también y luego agrega.- No puedo andar en actividades ilícitas.

Simon levanta las cejas y luego se echa a reír. Su risa contagiosa hace que todos vuelvan a reír. Las chicas comienzan a caminar al salón principal, ese que guardaba tantos recuerdos para todos, desde tristes y alegres, hasta aquellos que significaban cambios radicales. Wilhelm y Simon caminaron unos metros más detrás de ellas, casi inconscientemente ambos ralentizando el paso.

- ¿Cómo está tu primo?

- Mi amante dirás. - Wille frena y Simon da unos pasos más hasta girar con una amplia sonrisa.- ¿Qué? ¿Solo en los chats hablamos así?

- Si Malin no estuviera detrás de mí en estos momentos te juro que no estarias sonriendo.

- ¿No? - Simon apretó los labios levantando una mano para saludar a Malin que los miraba a una distancia acorde y con cara de pocos amigos.- ¿No vamos a tener privacidad?

- Si claro, ¿Eso queres? - La mirada de Wilhelm guardaba algo que hizo que Simon empezara a reír y al contrario de cualquier idea que podía llegar a tener el príncipe en su mente de posible futuro inmediato, Simon empezó a correr.

- Wilhelm. - Dijo amenazante Malin pero ya era tarde.

Wilhelm corría detrás de Simon.

× 

Las luces del salón principal se veían desde fuera de la ventana y pese a que la música era fuerte, cada tanto se escuchaban los gritos cuando una canción conocida comenzaba. La música cubría todas las habitaciones, en especial una de las aulas, una que tenía la puerta cerrada y una vigilante por fuera.

Simon caminó por el aula hasta asomarse por la ventana donde nadie podía verse a simple vista. No habían encendido la luz pero una gran farola daba la luz suficiente como para que se vieran. Wilhelm se sentó en la silla del profesor poniendo los pies sobre la mesa.

- ¿A qué jugamos?

- Justo eso te quería preguntar.

- Ok, vamos a pelear. - acoto con algo de frustración Wille.

- No necesariamente... - Simon empezó a caminar, muy lentamente, como tomándose su tiempo para pensar las palabras que quería decir, jugando con su dedo en la pared hasta que cruzó el salón y se sentó frente a Wille.

- Estas muy enigmático... - Wilhelm bajo los pies.

- Quiero saber si, vas a estar conmigo como un igual o como... Un amigo.

- Okay... - Wilhelm miró al piso, sintiendo que su idea principal para la noche se estaba por ir al demonio. Su pecho le dio una puntada. Esa estúpida duda que lo seguía persiguiendo.

- Wille... - No siguió hablando hasta que lo miro.- ¿Queres estar conmigo?

- Claro que quiero. - Respondió Wille como si fuera una respuesta automática.

- ¿Entonces? - Simon se veía esperanzado.

Wille giró la silla mirando al pizarrón. No quería tener esa conversación, no ahora. La había soñado mil veces pero aun no estaba listo para tenerla ¿Decir adiós a Simon?

- No quiero exponerte... A toda... - Las palabras comenzaron a salir solas.- Todo lo que significa la realeza, la gente siguiéndote, todos conociendo tu cara. No poder salir a ningún lado sin seguridad o sin que te saquen fotos. No poder tener malos días, siempre sonriente y pretendiendo ser alguien que no somos. La pregunta no es si YO quiero.

Wilhelm volteo y observo a Simon que lo escuchaba atentamente.

- La pregunta es - siguió hablando.- ¿Vos queres ser parte de eso?

- Wilhelm - Simon suspiró como si fuera obvio.- Quiero estar con vos.

Simon se puso de pie y caminó hasta la silla sentándose sobre el regazo de Wilhelm quien observaba cada movimiento de Simon con suma atención y asombro. Adorando el coraje de decir esas palabras, tal vez, sin saber el peso que tenían.

Los labios de Simon eran tan suaves que Wilhelm podría estar besandolos por horas, jamás sería suficiente para él. Sus manos acariciándole la cabeza y el cuello, removiendo sus pelos y despeinandolo como solo Simon sabía y adoraba hacer; los sonidos que emitía Simon cuando Wilhelm le mordía el labio o cuando sus manos frías recorrían otro centímetro de piel sin tocar de su espalda a medida que iba avanzando en la intención de quitarle la camisa.

Pero el mareo real para Wille comenzaba cuando Simon bajaba sus manos lentamente por su cuerpo. Sus benditas manos de dedos largos y escurridizos que siempre terminaban en el mismo lugar. Wilhelm escondió su rostro en el cuello de Simon, ahogando en su piel los sonidos que no quería que nadie escuche. No por miedo a ser encontrados. No por miedo a que sepan quién era en verdad. No. Wilhelm quería que fueran solo para él. Para Simon y nadie más.

Pero Wilhelm sabía cómo hacer que Simon no se saliera con la suya. En especial cuando lo escuchaba sonreír por como Wille se ponía ante su tacto. No que fuera una competencia pero Wilhelm era de los que adoraba hacer que todos se sintieran cómodos y bien, y en cuanto a este tipo de situaciones, no era la excepción.

El plan lo tenía en mente desde la mañana y cuando Wilhelm se ponía en mente algo, nadie podía quitárselo. Buscó sus labios nuevamente, distrayendo a Simon con un beso profundo y ruidoso como sabía que lo desconcentraba, y eso logró. La mano de Simon se detuvo y ahí quedó, como congelada por el beso de Wilhelm y él lo sentía como un triunfo.

Wille tomó esa oportunidad para llevar sus manos por debajo de los muslos de Simon y a la vez que se ponía de pie, lo levantaba para encaminarlo a la mesa de profesores. Donde quería que todo sucediera. Simon se rió ante el cambio repentino, estaba sentado sobre la mesa de los profesores, se separó del beso para mirar a Wille, tratando de leer en su amante que tramaba.

- ¿Qué? - Susurro el príncipe.

- ¿Sabías que hay una fiesta no? Gente... Y que tenemos que volver...

- En un rato. - Le respondió con seguridad comiéndole la boca de nuevo.

×

Las manos temblorosas de Simon aflojaron su agarre a los cabellos de Wilhelm luego de que el placer dejó su cuerpo. Wilhelm observó a Simon, su figura perfectamente iluminada por la luz exterior, su mente fascinada por su hermosura, recostado sobre la mesa con el pecho subiendo y bajando tratando de recuperarse, con la remera semi levantada por las manos de Wille y los pantalones por las rodillas.

Wille se limpio con el puño de la camisa la boca a lo que Simon respondió con un suspiro de reproche. Ni siquiera podía formular palabras aun por el éxtasis de sentir los labios y lengua de Wille en otro lugar que no fuera su propios labios. Wilhelm dejó un rastro de besos por los abdominales que comenzaban a marcarse por el entrenamiento mientras Simon intentaba peinar el desastre que le había hecho.

El príncipe le acomodó la ropa y lo levantó por la cintura para que se sentara. Simon lo abrazó por el cuello y lo besó nuevamente. Wilhelm sonrió en el beso, se sentía orgulloso de su cometido, de poder mantener la calma y no pensar en si mismo cuando se está dando placer a otra persona.

- Quiero que terminemos todas nuestras conversaciones así... - Dijo Simon luego de un rato de estar abrazados en silencio.

- Trato. - Respondió Wille.

Simon se alejó para mirarlo.- ¿Vamos a la fiesta?

- ¿Y si vamos a mi habitación? Podemos seguir ahí...

- Wilhelm! - Simon se levantó de la mesa y caminó hasta la puerta.- ¿Qué te pasa? Te calmas.

- Vos empezaste esto con eso de "mi amante" y toda la boludes.

- ¿Yo? - Su cara de inocente indignado hizo reír a Wille.

Simon abrió la puerta y Malin se movió, girando sobre sus talones para observarlos a ambos repetidas veces hasta que su mirada se fijó en Wilhelm.

- Creo que sería mejor si no va a la fiesta señor, hay muchas imágenes en las redes, no creo que sea prudente...

- ¿Y qué? No es como si...

- Señor... - Malin lo interrumpio.- Es lo mejor.

- Yo.. - Interrumpió Simon.- Tengo que irme, mi hermana seguro se emborrachó otra vez y... - Giró para mirar a Wille.- Lo siento... - Se acercó a él y le dejó un beso en sus labios que heló a Wilhelm que se sorprendio ante la repentina muestra de afecto frente a otros.- Ahm...

- Yo.. - Wille observo a Malin y esta miro a un costado.- Está bien. - Wilhelm tomó la mano de Simon y entrelazo sus dedos con los de su amante cuando notó que su mirada había cambiado ante la reacción.- ¿Te veo el lunes?

- Si, claro. - Simon dio un leve apreton y soltó su mano rapido.- Nos vemos.. - dio unos pasos para atrás, finalmente giró y se fue por el pasillo.

Malin se quedó mirando a Wilhelm y este miró a otro lado enseguida. Empezando a caminar en la dirección contraria a la que Simon había tomado. Envidiando la libertad de poder elegir que hacer en una noche que era para celebrar el nuevo año de los estudiantes.

Al menos por ahora, tenía esos pequeños momentos que nadie podía robarle.

Una vez en la habitación, el celular de Wille vibró.

Simon

Cuando estés dando la lesión de historia el lunes

¿Qué historia vas a contar?

WS

Me caes mal.

Trata de no imaginarme sobre la mesa cuando apoyes tus papeles.

¿Sabes que no es ese aula no?

¿Ah no?

Nop.

Es el aula de matemática.

¿Vas a poder prestar atención en tus clases especiales?

Me caes muy mal.

Hace media hora no decias lo mismo

*Visto*

×

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