01

La puerta de la enfermería se abrió abruptamente, asustando al enfermero que estaba en el interior, a punto de beber un sorbo de un té que se preparó, pero contrario a lo que iba a hacer, tiró un poco de el líquido sobre sí mismo por la impresión.

- ¿Pero qué-?

Y al ver a la persona que entró la taza se resbaló de sus manos y calló al piso rompiéndose.

- ¡Libra! ¿Qué te pasó?

Sé puso de pie al instante y fue a su lado tan rápido como pudo, sosteniendo con cuidado el rostro del menor entre sus manos, viendo como tenía notables golpes y escurría un poco de sangre de su nariz y boca.

- Me caí...

- Sabes que no hace falta que me mientas, ¿fueron ellos de nuevo?

El chico dio media vuelta y cerró la puerta.

- No te mentí, sí me caí... Por las escaleras.

Dijo aún dándole la espalda.

El mayor lo volteó a la fuerza y ahora sin cuidado alzó su rostro, acercándolo al propio.

- Estos golpes no son a causa de una caída por las escaleras, ¿por quién me tomas?

Los ojos de Libra comenzaron a aguarse de a poco, cuando menos se dio cuenta las lágrimas ya se estaban deslizando por sus mejillas.

- Me golpearon... De nuevo. Y cuando ya me iba a ir porque creí que se habían detenido... Me empujaron en las escaleras y me caí.

El enfermero soltó un largo suspiro, ganas de ir él mismo a devolver todos los golpes que le habían dado a Libra no le faltaban. Pero no podía. Eran alumnos y si hacía algo como eso podía perder su trabajo.

- Aries... ¿Me das algo para que no duela tanto? -secándose las lágrimas con el dorso de sus manos se dirigió al mayor.

- Claro que sí. Ven, siéntate en una cama.

Lo tomó de una de sus manos y lo guió hasta donde antes había dicho. Luego fue a buscar algunas cosas para curar algunas heridas del menor, también sacó algunos parches y cosas así.

- Ten, toma esto. -dijo volviendo a su lado con una pequeña caja y un vaso de agua junto a una pastilla.

- ¿Qué es? -preguntó, pero a pesar de eso y sin esperar a que respondiera se tragó la pastilla.

- Un analgésico. Ahora... Sabes que el alcohol te dolerá de todas formas.

- Creo que ya me acostumbré.

Libra iba seguido a la enfermería, siempre con lo mismo, golpes. Era bastante obvio que sufría de bullying, Aries sabía de eso, en más de una ocasión Libra le había contado todo, entre sollozos y lágrimas. Su mesa rayada con insultos, sus cuadernos despedazados y manchados, su mochila desaparecida, los golpes, caídas, amenazas y el maldito daño psicológico que le estaban causando. A pesar de todo eso, Libra no quería decirle al director lo que ocurría, temía que expulsaran a sus compañeros, ¿se preocupaba por ellos? Efectivamente, aún tenía un corazón tan puro como para tener consideración en quieres eran sus abusadores, y sólo porque le rogó a Aries que no dijera nada, este se había quedado callado también, pero estaba cada vez perdiendo más los estribos.

- ¿Crees que soy... Desagradable a la vista?

Preguntó cuando Aries ya estaba terminando con sus heridas.

- No lo creo, yo pienso que eres lindo.

- No lo soy, ellos dicen que les da asco verme, que soy raro, que no debería estar vi-.

- ¿Y les vas a creer?

- No soy normal, lo sé, pero que me lo recuerden día a día de esta forma es...

- Li.

- Todos los malditos días me veo en el espejo y lo único que hago es odiarme cada vez más, detesto esto, todo de mí, lo odio... -había comenzado a llorar de nuevo.

Lo único que atinó a hacer para calmar un poco al chico fue abrazarlo.

Libra tenía una extraña anomalía, una enfermedad en la piel llamada vitiligo, está enfermedad no tiene cura y causa la pérdida de pigmentación en diversas áreas de la piel, debido a que las células encargadas de producir estos pigmentos mueren o dejan de funcionar, provocando entonces manchas en la piel del chico, en consecuencia heterocromia y dos colores diferentes de cabello, que son naturales, obviamente, debido a su condición.

Su piel en su mayoría era morena, pero con las manchas propias del vitiligo esparcidas en ciertas partes de sus brazos, piernas, espalda y sobre todo rostro, estas de un tono casi blanco. Las que más se notaban eran las de su rostro, claro. Tenía una que pasaba por su ojo y ceja izquierda, en ese lugar su ceja y pestañas increíblemente eran blancas, el color de su ojo también era más claro que el otro (que era café oscuro), este era azul. Otra mancha cubría su mentón y labio inferior por completo, pero el labio superior sólo una parte, sus labios eran un poco rosados en el área donde su piel era más oscura, pero en la parte clara se veían casi rojos. Por otro lado, aquel sector de piel más clara que abarcaba por su ojo, se extendía hasta el cuero cabelludo, haciendo que este de viera de un tono rubio muy claro, contrastando el castaño del resto de su pelo, en otros sectores de su cabellera también tenía mechones rubios, pero el más evitente era aquel mencionado que abarcaba desde donde acababa su ceja hasta un poco más atrás de su oreja (la cual en algunas partes tenía manchas solamente).

Desde que llegó a esa escuela había sufrido abusos, los cuales eran cosas leves al principio y no le importó, pero con el tiempo las cosas se hacían peores.

- Ya me tengo que ir... -dijo Libra luego de un rato, ya se había calmado y Aries también hace mucho había terminado de curar sus heridas.

El signo de aire se levantó y fue a buscar sus cosas, las cuales dejó a un lado de la puerta de entrada, cuando, valga la redundancia, entró.

- Libra. -Aries lo llamó antes de que se fuera, haciendo que el menor se detenga y lo mire- Si llegas de nuevo aquí con golpes o por lo que sea... Yo mismo me encargaré de que esos chicos no vuelvan a poner un pie en este instituto.

- ¿Qué? ¡Pero-!

- Pero nada. Vete ya a casa.

🌆
Nuevo fanfic :'). Parece que me gusta que el personaje principal sea abusado, pero también me da pena:'(.

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