Uno
Hace tan solo un par de semanas las clases habían comenzado, pero para Shima no era nada para celebrar.
Tal vez lo único positivo que el veía en la vuelta a la escuela era el ver a sus amigos de nuevo, Takanori y Akira.
Esa era su pequeña esperanza de que este nuevo y último ciclo escolar de bachillerato no fuera un fracaso, pues muy a su pesar tenía siempre en mente lo negativo de volver a aquellos edificios que conformaban su escuela.
No le agradaba para nada la idea de volver a la monotonía tan asfixiante de aquel lugar. A los trabajos sin descanso, a las constantes burlas, a la ya tan repetitiva sensación de soledad.
Las clases ahora han tomado un pequeño receso, en tanto el decide sacar su teléfono y escuchar música, algo que lo distraiga del ruido generado por sus compañeros.
Antes de posar su atención en el libro entre sus manos, hecha una pequeña mirada a sus amigos, quienes muy contentos disfrutan de platicar y tomarse de la mano.
Apenas se vieron de vuelta de vacaciones, Taka y Akira se muestran como la pareja que son pareja, estaba muy feliz por ellos, se veían tan bien juntos, tan enamorados.
Por un momento deseo estar así con alguien más.
Pero antes de que se permitiera sentirse triste de nuevo centro su atención a las palabras escritas en aquel objeto entre sus manos. Palabras que relataban la mejor historia de ficción que el mismo Shima aseguraba leer.
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-¿Quieres venir a mi casa?- cuestiono el pequeño rubio.
-ah no creo que sea lo mejor Taka- Shima acomodo sus gafas mientras alzaba la vista hacia su amigo.
-anda, Akira también vendrá-
Shima.
Ya sabía que iba a ser asi.
-vamos la pasaremos bien- ahora Akira trata de convencerme, lo cual no funciona cuando veo que toma a Taka por la cintura.
-hmm Taka...- lo miró, a la vez que miró a Akira, haciéndole entender que lo que voy a decir es solo para el.
-ah, ¿Akira, puedes ir a comprar algo?- le pregunta a lo cual el no se niega, al verlo salir de aula Taka se sienta en mi pupitre.
-no me lo tomes a mal Taka, pero la última vez que nos quedamos en tu casa no fue del todo agradable- baje la vista, no era algo fácil de hablar, sabía que sería muy incómodo para ambos.
-¿Por qué?-.
-no creas que no me di cuenta lo que hicieron cuando supuestamente me quedé dormido en el sofá- alce la vista, tan sólo para admirar como tan rápido se había puesto totalmente rojo, estaba avergonzado, lo sé, yo igual.
-vaya, lo siento Shima- dijo mientras aún con nerviosismo tallaba sus manos.
-no, yo lo entiendo ustedes son pareja...- pero en ese momento Akira llegó, entregándole un pequeño paquete de galletas a Taka.
-ten Shima, también. Te compré algo- un chocolate, para suerte mi favorito-¿De que hablaban?-.
-gracias, y nada interesante-.
Dije, abriendo el dulce y riendo internamente al ver a Taka aún sonrojado. No puedo odiar a este par, son mis amigos.
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-¡Ya basta Yuu!- grito en director del instituto.
-disculpe, pero yo solo digo la verdad, Yamashita fue quien robo los exámenes- grito el pelinegro, no iba a permitir que lo reprendieran por algo que no fue su culpa.
-en todo caso, de usted, su única obligación hubiera sido darnos aviso a los maestros, no golpear a su compañero- o tal vez si tenía la culpa de algo.
-me amenazó con decirles a todos que había sido yo, no me iba a quedar callado- y vaya que no, el había sido conocido por resolver los problemas a su manera.
El mayor sólo suspiro, aquel alumno de verdad había causado conflictos parecidos a este en anteriores ocasiones.
-esta bien, el joven Yamashita será suspendido, además de sumar un reporte, en tanto a usted, Yuu Shiroyama, sera cambiado de grupo-.
-¿Que?-.
-al menos en el grupo donde ahora se encuentra, se ha llegado a los golpes con 4 de sus compañeros, así que seguir ahí ya no es una opción para usted- la idea no era del total agrado de Yuu, apenas se había acostumbrado a los idiotas -como el les llamaba- de sus compañeros, no quería soportar nuevos.
-bien- respondió muy a su pesar.
La campaña que avisaba el final de las clases sonó, tomó sus cosas pero antes de que pudiera salir, el director le dió una última indicación.
-mañana a primera hora en mi oficina, se te dará el nuevo horario y dónde está tu nuevo salón-.
Yuu tan sólo asintió, salió de la oficina, topandose con varios alumnos que salían de sus aulas, al dar la vuelta chocó con otro alumno.
-wow, ten cuidado bonito- dijo con una media sonrisa, observo como a través de esas gafas el contrario se sonrojaba.
Al ver que no decía nada se retiró de ahí.
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Shima.
Al fin en casa, había convencido a Taka de dejar la reunión para otro día, o de lo contrario tendría problemas con mi madre.
Tan sobreprotectora.
Era algo que me disgustaba, demasiado.
Cuando los chicos me dejaron en mi casa, entre y ví que estaba solo, tan sólo había una nota en la cocina.
"Shima, fui a arreglar unas cosas en la oficina, tal vez llegué más tarde, ya hay comida preparada, cuídate, no abras a nadie -típico de ella- te quiero".
Suspiré, y sonreí.
Bien, si ella no está, entonces podré ir esta vez.
Subí rápidamente a mi cuarto y cambie mi uniforme, tan sólo cargué con mi teléfono y como siempre mis audífonos.
Salí casi corriendo de casa.
.
..
Cuando llegue a mi destino toque la puerta, a los pocos segundos el me recibió con su tan característica sonrisa.
-Shima, hola- me abrazó- hermanito, ¿Cómo estás?-
-Kai, muy bien, feliz de verte-.
Sonrió, pensaba llamarlo por su verdadero nombre, como una pequeña broma,pero a estas alturas, todos lo llamábamos Kai.
-yo también, vamos pasa- entramos a su departamento, el cual ahora comparte con su pareja.
-¿Miyavi no está?-.
-no, ahora está trabajando- nos dirigimos al sofá.
-veo que te va muy bien con él-.
-si, vivimos muy felices aquí, ¿Y tu? ¿Cómo van las cosas en casa?- se acomodó mejor en el sofá mientras yo tomaba mi teléfono.
-bien, papá siempre está trabajando, y mamá igual pero menos tiempo, siempre se la pasa cuidándome-.
-siempre ha sido asi- dijo mientras acomodaba mi cabello, es un pequeño gesto que tenemos desde pequeños.
-si, pero ahora más, desde lo que paso- al instante el bajo la mirada- no sabes la falta que me haces en casa-
-lo siento, se que te molesta que las cosas sean así, pero tengo la esperanza de que algún día todo se arregle-.
Sonreímos.
Hace unos meses, Kai vivía con nosotros, todo parecía ir muy bien, pero un día, el llegó muy feliz, unos días antes habia sido su cumpleaños, aún lo recuerdo muy bien, había llegado a casa acompañado por quien momentos después presento como su novio, un chico un poco más alto que el, de cabello oscuro y siempre una sonrisa.
Pero la reacción de mi madre no fue la mejor. Ella es una persona creyente, que se deja llevar por los comentarios de la gente, así que los comentarios homofóbicos no faltaron, y termino corriendo a Kai de la casa.
Algo que me dolió bastante, siendo mi hermano no podía soportar que lo hecharan de esa manera, pero lamentablemente no pude hacer nada.
Desde entonces, cada que la oportunidad se presenta vengo a visitarlo, sin que mis padres se enteren.
"A veces la vida es tan injusta".
Gracias por leer.
-Akira
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