Cinco
-mas bien a ti no te conviene meterte con nosotros, deja de jugar con tu mascara de niño bueno-.
-que no te importe lo que haga yo con Shima, es mi problema-.
Pero él mismo se mentía, no tenía ninguna mala intención hacia Shima, por supuesto que dañarlo no estaba para nada en sus planes. No desde que aquella tarde en la que se conocieron -debido al incidente con Kei que a pesar de las gruesas gafas que el castaño portaba, notó su mirada y sonrisa tímida.
Por alguna razón, el verlo avergonzado y tratando de evitar miradas directas, le pareció tierno. Tuvo la necesidad de ayudarlo y cuidarlo.
Al separarse no podía dejar de pensar en aquel curioso chico, del cual poco rato después recordó. Se reprendió el solo esa misma noche, ¿Cómo pudo olvidarlo? Su portal tímido y mirada perdida, demasiado tierno a su parecer.
Debido a eso estaba seguro que estando con él no tendría ningún tipo de problemas, en comparación con su estadía en su antiguo salón, estando con Shima, era cariñoso, no presionaba al castaño y dejara que este comenzará a hablarle con forme lo veía conveniente.
Pudo comprobar el día anterior de lo que Shima sufría, le parecía aberrante la manera poco agradable con la que los demás se dirigían hacia él.
Tal vez, en otros tiempos y con otra persona, su actuar no sería muy diferente comparado con el de las chicas que tuvieron la oportunidad de invitarlo a aquella fiesta. Pero no quería volver a eso, se prometió cambiar y lo haría.
Sin embargo, tal vez sus antiguas acciones, no dejarían de perseguirlo.
-con él involucrado, no permitiré que te salgas con la tuya- Takanori hizo el ademán de pararse de la mesa y regresar a su lugar.
Sin embargo el pelinegro se lo impidió. Antes de que lograda dar la vuelta, se levantó rápidamente y lo tomo por la cintura atrayendolo hacia sí. Taka sorprendido por el acto, trato de zafarse del agarre.
-ni siquiera se te ocurra contarle a Shima sobre esto y lo de Jun- amenazó.
-lamentablemente, el tiene una muy buena imagen de ti, pero si es necesario, te hundiré, Shiroyama-.
Con un fuerte movimiento, logró hacer a Yuu retroceder, fue justo en aquel momento que Akira y Shima regresaron al salón, sin siquiera sospechar por lo sucedido.
Akira entrego a Taka su pequeño pedido, para después besarlo.
-no coman pan frente a los pobres- se quejó Yuu, actuando como si nada hubiera pasado -hola Shima- sonrió-
-h-hola Yuu- susurro tímido, a la vez que sorprendido, Yuu le seguía hablando, a pesar de lo ocurrido el día anterior.
-callate, que estás soltero por qué quieres- se burló Akira, ganándose un golpe en el brazo por parte del pelinegro.
Las clases continuaron, para sorpresa y suerte del castaño, ese día los habían dejado salir temprano, ahora tendrían 3 clases menos, ¿La razón?. Pues su escuela tendría próximamente un evento, en el que participarían la mitad de los alumnos, así que los talleres se adelantaron, quedando cierta parte aún en la escuela, mientras que él y sus amigos, ya podrían irse.
-genial, a jugar videojuegos todo el día- dijo Akira, levantando sus brazos celebrando como si fuera un niño pequeño.
Con los cuatro llendo por el mismo camino conversaron un buen rato, entre risas y juegos.
-mierda, Taka olvidamos el proyecto- maldijo Akira, posó su mano en su frente regañándose internamente por su olvido.
-es para el viernes, ¿no?- en cambio el mas bajo estaba confundido.
-ya no, recuerda que fue nuestro castigo-.
-¿Castigo por qué?- preguntó Shima.
-ahm, por retrasarnos en los trabajos- si esa excusa sonaba convincente, o al menos en su cabeza sonó bien al pensarlo -si eso-.
Bien, no iba a decirle que su castigo había sido adelantado por la misma razón por la que se lo impusieron.
Pues, su profesor de literatura, por su avanzada edad no había visto de buena manera a ambos jóvenes escondidos en la sala de uno de los talleres besándose. La primera vez pensó en ser razonable y no hablar con sus tutores por esta falta, pero la segunda vez ya no la podía pasar por alto.
Takanori era el que menos quería hablar del tema, era cierto que a ninguno de los dos le daba vergüenza mostrar como era su relación con el contrario, sin embargo haber sido interrumpidos en uno de sus momentos íntimos de pareja, no había sido la mejor experiencia, mucho menos después del sermón del adulto explicándoles sobre la vida de pareja y este tipo de momentos durante la relación, tal cual como si fuera el padre con el derecho de decirle todo eso. Pero Takanori no era irrespetuoso, o al menos con su profesor no lo iba a ser en ese momento.
-tenemos que ir por los materiales Taka- pidió el más alto.
-lo sé, pero primero vayamos a dejar a Shima a su casa-.
-no se preocupen, yo puedo acompañarlo ya que vamos por el mismo camino- se ofreció el pelinegro, vendo como Taka se negaba a la idea.
-no, nosotros podemos- hablo Takanori tratando de mantener una sonrisa, mientras mandaba una mirada asesina al pelinegro.
-no Takanori, tenemos que hacer el trabajo- prácticamente el más alto estaba rogándole, no quería reprobar estos últimos semestres, y Taka ahora era un obstáculo.
Rodo los ojos, soltando un gran suspiro, solo esperaba que nada saliera mal.
-está bien, vámonos- tomo de la mano a Akira –hasta mañana Shima- volteo la vista al otro –Yuu...-
-Takanori...- sonrió ladino para despedirse de la misma forma.
Akira también se despidió de ambos y prácticamente corrieron a la casa del más alto para trabajar.
-¿me dirás que fue lo que paso?...- hablo Shima.
-¿sobre qué?-.
Ambos comenzaron a caminar en dirección a la casa del castaño.
-sobre Taka, prácticamente te estaba matando con la mirada-.
-déjalo, creo que no le agrado- trato de sonreír para no preocupar al otro.
-pero si no le has hecho nada- y esperaba que no fuera así nunca.
-apenas me conoce, tal vez me veo mal para el- trato de bromear.
-tal vez sea eso, Takanori no se fía mucho de las personas nuevas, o diferentes-.
-¿me estás diciendo que parezco delincuente?-.
-si el saco te queda...- sonrió.
-niño, veraz lo que este delincuente te hace...- se juntó a Shima, tomándolo por los costados y haciéndole cosquillas
Shima reía y trataba de zafarse del agarre del pelinegro que fingía gruñía como si de un monstruo se tratara.
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