[34]
—Mira lo que te traje—dijo Yoongi sacando de una caja unas argollas.
—Ay, gracias, gracias—dijo Taehyung viendo aquellos enormes aritos de oro.
—¿Te gusta?—preguntó el alfa desconcertado al notar la cara de nudo de su pareja.
—Hmm no; pero...lo importante está en el detalle.
—El detalle—respondió el alfa apretando los labios.
El Consorte Noble Imperial suspiró, negando en bajo.
—Se ven muy pesadas, siento que me lastimaran las orejas.
—Es oro puro—comentó MoonByul sorprendida.
Taehyung rió un poco al escuchar aquello, tomó la mano de Yoongi, quien dejó una caja negra que traía adentro varios regalos que le había traído de un viaje donde estuvo dos dias afuera del castillo para asuntos de política. En el camino encontró a un señor que hacía esas joyerías y pensó que al omega le quedarían muy bien; pero pareció olvidar que al menor no le gustaban los adornos escandalosos.
—Mi Rey—dijo el omega acariciando las manos del rubio—no le pedí nada de eso, me bastaba que usted regresara sano.
Yoongi acarició la mejilla del omega.
—¿Te aburriste mientras yo no estaba?
El omega soltó una suave carcajada.
—Descansé de usted, por fin mi cuerpo se recuperó.
—¡Vaya forma de decirlo!—Lee Taehyung soltó un ronroneo, rodeando sus manos alrededor del Rey.
MoonByul al notar aquella acción, se empezó a ir de forma discreta hasta cerrar consigo la puerta.
—Si lo extrañé, estaba muy aburrido sin usted—dijo en un puchero para luego recostar su cabeza en el hombro de su alfa—Me gustaría que nos quedemos así por mucho tiempo. Ayer estuve conversando con el consorte Hyun Sik, comentaba que el príncipe Jimin va muy avanzado en sus estudios—sonrió orgulloso—creo que ese niño sacó mucha inteligencia ¿Habrá sido de usted?
—Por supuesto—dijo Yoongi con orgullo—es mi hijo.
—Mi Rey...usted me dijo que un día me contaría como fue que llegó al trono—Taehyung tomó el rostro de su alfa, quedando ambos a unos centímetros—siempre que se lo he preguntado, me ha evitado la pregunta.
—Supongo que ya es tiempo que te lo diga...¿Cierto?
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<<—Señor—habló uno de los ministros del antiguo Rey, el hombre lo contempló con cara de pocos amigos—escuché que el Joven Min quiso escapar ayer en la noche, unos guardias lo encontraron y lo volvieron a encerrar.
El rey enarcó una ceja al escuchar aquella noticia y rió un poco divertido.
—¿Quiere salir de estos lugares? ve y traiganmelo a ese chico.
—Si mi Rey.
Minutos después Min Yoongi fue tirado frente al trono de su progenitor, la puerta se cerraron, quedando solo ellos dos, sus cabellos rubios y largo cayeron sobre su rostro mientras sus ojos parecían rojos de haber llorado por mucho tiempo. El Rey al ver aquel chico enarcó ambas cejas, viendo aquel rostro bonito y en como los cabellos rubios lo hacían resaltar, el rostro era como una copia de su madre, exceptuando que aquella mujer tenía unos ojos grandes y de un color celeste, esa mirada, en definitivo la había sacado de él.
—Escuché que trataste de huir—comentó aquel hombre que empezó a bajar las escaleras mientras tenía sus manos tras la espalda—te pareces mucho a tu madre.—Aquel hombre se acercó a Yoongi y lo tomó de la quijada para levantarlo, contemplando al menor por varios segundos, el rubio tragó saliva con dificultad.—El problema es que de aquí nadie sale al menos que yo lo diga—s quedó en silencio por varios segundos y rió—ver tu rostro me hace recordar a esa mujer, en como la noche en que la favorecí gritó y pataleó tratando de librarse, una mujer difícil...luego de haber tenido sexo, tomó una daga y se trató de matar; pero no le dí el gusto y los guardias la detuvieron.
Yoongi al escuchar aquello le miró con mucho enojo.
—Eres un maldito.
—Es la única mujer que me rechazó, incluso cuando quedó embarazada mandé a que la encerraran, quiso escapar ¿Quieres irte de este palacio, hacer una vida allá afuera?—el hombre rió divertido—¿Por qué deberías? me perteneces.
El rey tomó a Yoongi y lo acostó en el suelo, el rubio pegó un grito tratando de soltarse de aquel hombre y trató de morderlo.
—¿¡Qué haces?! ¡Suéltame!
—No importa ¿Cierto? no pude tener a tu madre; pero a tí sí—notó que Yoongi trataba de soltarse de él—¿Serás igual que tu madre? ¡Ojalá hubieras escuchado sus súplicas!—el hombre tomó aquellos cabellos rubios y los olió—cada día, cuando pasaba por ese castillo y te veía jugar con la tierra, esperaba que crecieras ¿No lo ves? ¡Me perteneces desde un principio, sin importar que!
—¡Estás loco!—gritó el rubio que tomó sus cabellos y los alejó del hombre—¡Jamás velaste por mí!
—Ah si; pero no podía hacer nada al respecto, debían educarte...pero mira, haz crecido muy bien. Te quiero...
Yoongi sintió un asco recorrer en su cuerpo al escuchar aquello.
—¡Soy tu hijo, maldito, suéltame!
El menor empujó a su padre y quiso correr en dirección de la puerta; pero el hombre logró levantarse y detenerlo, tomando al menor de sus cabellos, jalandolos con fuerza y ocasionando que cayera al suelo. A pesar que empezó a gritar, sintiendo las manos de ese hombre ingresar por su cuerpo y buscando bajar sus pantalones, nadie parecía escucharlo, Yoongi le ofreció otro golpe y empezó arrastrarse, notando a lo lejos lo que parecía ser una katana negra que permanecía de adorno en la pared.
—¡¿A dónde vas Min Yoongi?!—gritó su padre levantándose y tomó de los tobillos al menor para arrastrarlo a él. El menor arañó la madera bajo él, tratando de alzar su mano—Vamos, no seas una maldita perra como tu madre—susurró al oido del ajeno.
—¡Te mataré! ¡Te mataré!—gritó el menor con lágrimas en sus ojos—¡Te odio!
Un grito desgarrador se escuchó en el interior de aquel cuarto, los ministros que estaban afuera miraron a otro lado mientras los guardias solo temblaban con su cabeza baja.
Min Yoongi alzó el rostro, su ropa estaba rota y permanecía tirado en el suelo, se cubrió sintiendo su cuerpo maltratado y profanado, viendo como su padre se arreglaba sus vestimentas y se acercaba a un papel. El Rey se sentó con suma tranquilidad, viendo como el rubio se cubría su cuerpo desnudo y lloraba de forma desconsolada.
—¿Libertad?—preguntó aquel hombre—jamás serás libre—el hombre firmó algo y levantó aquel documento—Te acabo de proclamar como el siguiente Rey—rió con una ceja enarcada—¡Nunca serás libre Min Yoongi! ¡Así como tu madre, morirás aquí en estas paredes, eres mi hijo, mi hijo maldito!
Min Yoongi al ver aquella acta, se derrumbó con muchas más lágrimas.
—Por Favor...revoca eso...no...no quiero.
—¿Quieres que anule esto?—el rey se acercó y tomó de la quijada a su hijo, tomando sus cabellos rubios—sírveme en la cama y lo pensaré. Al final de cuenta eres un esclavo.
Namjoon corrió y abrió de un golpe la puerta del cuarto donde Yoongi había sido ingresado bajo ordenes del Rey, el alfa al ver al rubio sentado en el suelo y con su ropa estropeada, cayó hincado y empezó a gatear en dirección de él hasta girarlo, el mayor alzó el rostro mostrando sus lágrimas.
—¿Qué sucedió?—Namjoon bajó su mirada, notando unos moretones en los muslos, costillas y parte del cuello—¿Qué te hicieron?
—¿Es así, cómo debo vivir? ¡Padre me ha condenado para siempre en este lugar! no puedo revocar lo que ordenó al menos que muera ¿¡Solo podré ser libre hasta mi muerte?!
—¿Qué te hizo?—preguntó el alfa consternado al ver a su amigo así.
Yoongi lo contempló y rompió a llorar con más fuerza, ocultando su rostro en la esquina de la separación de su amigo. Kim Namjoon pensó lo peor y sintió una rabia en su interior, apretando su puño para luego besar el rostro de su amigo, en forma de disculpar por no haber llegado a tiempo y defenderlo.
Después de una semana, Yoongi se encontraba sentado en la cama, viendo un hanbok de alta calidad, suspiró bajando su mirada, en eso unos sirvientes ingresaron, siendo un guardia que lo había llamado por órdenes del rey, el joven alfa había perdido toda su dignidad y fuerzas para seguir viviendo, se había rendido. Con la cabeza baja siguió aquellos hombres.
Minutos después fue ingresado a un cuarto y las puertas se cerraron, frunció el ceño viendo a su derecha asustado, había un tipo que recordaba haberlo visto antes junto con el rey, ambos solían caminar juntos en los jardines.
—Tal vez el rey se ha vuelto loco contigo, que asco. No sé como hiciste para seducirlo, eres igual que tu madre—comentó mientras se paraba de su silla—el tipo no está pensando claro ¡Eres el culpable de todo esto!
Yoongi notó como aquel hombre quitaba la funda de una katana, el rubio abrió los ojos en par y miró a los lados asustado.
—¿Quién eres?
—En pocas palabras, soy tu tio...pero yo no quiero tener de familia al hijo de una plebeya. Estoy seguro que si te mato, mi hermano volverá en sí ¡Eso debe ser!
Aquel hombre corrió en dirección de Yoongi con la intenciones de matarlo. El rubio corrió lo más rápido que pudo hasta ver una katana negra a lo lejos ¿Acaso no la había visto antes? corrió en dirección de aquella arma, tratando de destrabarla, al lograrlo, con sus manos temblorosas la sostuvo.
—¡Debí haberte dejado morir desde la primera vez!—gritó aquel hombre—la bruja lo dijo, que traerías el caos al palacio, que destruirás todo.
—¡Te mataré!—gritó Yoongi sosteniendo su katana negra, con sus manos que no paraban de temblar ante el miedo.
Aquel hombre enarcó una ceja.
—¿Tú, pequeña escoria? jamás,desde que naciste no fuiste nada.
El filo de la espada de su tío, pasó por el lado derecho del rostro de Min Yoongi, el cual cayó al suelo y tocó su rostro, la sangre empezó a escurrir, deslizándose entre sus dedos hasta caer al suelo, sintió un calor quemar. Subió su rostro viendo aquel hombre.
—No llegarás a ser Rey—comentó su tío—primero te mataré ¡Evitaré que Daewchita sea maldita!
El tipo alzó sus manos y soltó un quejido cuando un arma atravesó su pecho. Min Yoongi abrió los ojos, viendo al tipo caer al suelo desangrándose, al ver tras él, Kim Namjoon estaba con los ojos bien abiertos, sus manos temblaban. El rubio soltó la espada y corrió hacía Namjoon, quitando aquella arma y la tomó él.
—¿Qué has hecho?—preguntó el rubio.
—Iba a matarte—susurró, estaba en shock, era la primera vez que había matado a una persona—Yo...¿Q-ué hice? lo maté...maté a una persona...yo.
—¡Kim Namjoon, te matarán!—gritó su amigo rompiendo a llorar—tienes que irte, no deben verte.
—Yoongi, es mi culpa, yo lo hice.
Escuchó un ruido en dirección de la puerta y empujó a Namjoon.
—Vete. No creo que el rey ordene matarme.
—Yoongi.
—Vete Kim Namjoon, no te preocupes por mí.
—Te sacaré de este lugar—susurró su amigo.
El de cabellera oscura salió de aquel lugar por una ventana para tirarse al otro lado. Las puertas se abrieron, ingresando el Rey junto con sus súbditos, quienes abrieron los ojos en par, horrorizados al ver al segundo príncipe muerto en el suelo. Su padre al ver aquello, enarcó una ceja y rió.
—¿Ahora lo comprendes Min Yoongi?—comentó aquel hombre—somos iguales—susurró de último.
El rubio se giró con lágrimas en los ojos viendo aquel hombre y luego contempló el cuerpo en el suelo.
Y tuvo razón cuando le dijo a su amigo Kim Namjoon que el Rey no lo mataría. El tipo ordenó que se dijera que su hermano había muerto de forma accidental. No había noche en que el rey lo llamara para burlarse de él y usarlo para soltar su propia satisfacción. Era un tirano, un hombre cargado de maldad que disfrutaba de la miseria humana, de la tortura.
Pero Min Yoongi, ya se había cansado y el sed de la venganza en su interior empezó a renacer.
Fue como una noche, pensó en lograr su cometido.
<<La muerte del Rey>>
Min Yoongi ingresó al cuarto con una bandeja de té, su padre enarcó una ceja al verlo se acomodó en la cama, el rubio le sirvió el té y también tomó uno.
—Si tu madre se hubiera rendido y aceptado la situación como tú lo hiciste, seguiría viva—comentó el hombre dando un sorbo a su té.—Yoongi se subió a la cama después de dar un tragó a su bebida, cuando el tipo se acostó sobre sus piernas, quiso vomitar, conteniendo el asco en todo su cuerpo, lo odiaba.
El Rey sintió un dolor en su pecho y escupió sangre, viendo consternado a Yoongi. El de cabelleras rubias lo miró con suma frialdad, el tipo cayó al suelo y se tocó su pecho bastante adolorido, señaló a su hijo.
—¿¡Qué has hecho?!—gritó con mucho dolor.
—Puse veneno en tu bebida, sentirás dolor al principio luego tu garganta se cerrará hasta que no puedas respirar y agonizarás.
—Min Yoongi...—dijo con furia aquel hombre.
—Usted me dijo que si hacía lo que ordenaba, me dejaría ir de este lugar,que anularía aquel documento. Pero mientras mas tiempo pasaba, me daba cuenta que eso no iba suceder, nunca tuvo la intención de dejarme ir—hizo una pausa—¿Dónde está ese documento?
El hombre lo contempló a los ojos.
—¿Ese documento?—rió—se lo entregué a alguien y aunque lo encuentres nunca podrás romperlo...serás rey ¡Estarás condenado a este lugar maldito! ¡Hasta que mueras Min Yoongi! ¡Jamás serás libre!
El hombre escupió más sangre, sintiendo que su respiración se empezaba a cortar.
—Ah...cierto—dijo Yoongi dejando derramar unas lágrimas—entonces seré el Rey maldito. Pero no pueden haber dos reyes—susurró mientras sus ojos se volvían de un amarillo—antes de morir...mataré a cada uno de ustedes ¡Cada uno que me destrozó mi humanidad!
Su padre lo contempló por unos últimos segundos hasta que dejó de respirar, agonizando mucho más, el tipo alzó la mano, viendo el rostro de aquella mujer y frunció el ceño.
Las puertas de aquel cuarto se abrieron después de varios minutos, encontrando a Min Yoongi sentado en la cama con el cuerpo del Rey en el suelo.
El Rubio alzó su mirada y miró al frente.>>
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Taehyung al escuchar aquello limpió sus lágrimas y abrazó con fuerza a Yoongi, quien suspiró acariciando la espalda del omega. La puerta fue tocada, Yoongi frunció el ceño—Pase—ordenó, viendo a la otra doncella de Yoongi.
—Mi Rey, el oficial Kim Namjoon viene de visita.
—Que pase—ordenó el alfa.
Taehyung se levantó de la cama y se dirigió a la mesa. Ahora dormía en el mismo cuarto de Yoongi, eso hace cuatro años, por lo que se había acomodado muy bien en ese lugar, el cuarto era muy espacioso e incluso el Rey había mandado a modificarlo para el gusto del omega.
—Mi Rey—ingresó Namjoon con un rostro serio—hoy en la tarde es la ejecución de los ministros.
—Cierto—comentó Yoongi al recordar aquello.
—¿Quiere ir a ver?
Taehyung contempló a su alfa y luego desvió la mirada un poco pensativo.
—Consorte Noble imperial ¿Quiere ver como los que mataron a su familia mueren?
El omega negó en bajo.
—No...me basta con el hecho que ya hayamos encontrado a los culpables—comentó por último con una sonrisa. Ahorita solo me preocupa un poco con lo de la Reina.
—Ah, respecto a eso—interrumpió Namjoon—encontramos a una doncella que trabajó en el palacio cuando la reina aún vivía. Ella es una testigo, se ocultó debido a que su vida fue amenazada cuando descubrió que alguien había envenenado el té la primera vez.
Taehyung al escuchar aquello se levantó sobresaltado.
—¿Dónde está ella?—preguntó el omega desconcertado ante aquella información.
—Espera en la sala del trono.
Yoongi Y Taehyung se contemplaron de un solo.
Una joven miró a los lados y escuchó la puerta abrirse, tenía cubierta la mitad de su rostro con una tela delgada de color negro, ella tragó duro y cuando vio al Rey junto a un guapo chico, se hincó con sumo respeto, estaba muy temblorosa, Namjoon y el Ministro Kim Seokjin ingresaron, quien había sido el que la descubrió al indagar a profundidad. Uniendo pistas y lo que logró, por fin su investigación de años estaba dando fruto.
Taehyung frunció el ceño al reconocer aquella chica: ¡Si, su rostro le era muy familiar!
—Saludo con respeto al Rey—dijo aquella chica con su voz temblorosa.
—Habla—ordenó el Rey—ve al punto.
—¿No eras tú la que le servía al Primer príncipe?
—¿La conoces?—Preguntó Yoongi sorprendido.
—Fue la primera vez que vine a este castillo, por alguna extraña razón pensaron que era parte de los sirvientes y me ordenaron a servirle al primer príncipe.
—Ah—dijo Namjoon al recordar aquel día—es cierto, eres esa ayudante. Ya se me hacía raro porque no te ví después.
La chica miró a los lados y destapó su rostro, dejando a la vista unas cicatrices que venían de su boca, otras en la parte del cuello y una más por la mejilla. Los tres personajes contemplaron horrorizados aquello. Una mujer no debía tener una cicatriz en su rostro ya que eran consideradas impuras y no podrían contraer matrimonio.
—El consorte...Choi MinHo—dijo de un solo con lágrimas en el rostro rompiendo a llorar.
Min Yoongi se dejó caer en el trono al escuchar aquella situación, Lee Taehyung parecía reacio ante lo que había escuchado. Namjoon mantenía un rostro serio, bajó su mirada y luego la subió, contemplando a su mejor amigo.
—¿El consorte Choi MinHo fue quien mató a la reina?
—Así es—susurró aquella mujer—cuando se dio cuenta que yo me había enterado del veneno que había puesto en la bebida...mandó a un tipo a que me matara, el hombre me destrozó el rostro; pero gracias a que alguien escuchó mis gritos, el tipo escapó y me salvé. Temí que me volviera a buscar así que me fui muy lejos...estuve escondida. Mi prometido cuando se enteró de mi rostro, canceló el matrimonio y mis padres se rehusaron aceptarme—lloró con más fuerza.
—Pero...¿Por qué mataría a la reina, cuál sería su razón?—preguntó Namjoon sin comprender y tratar de analizar aquello.
—Recuerdo que conversó una vez con su tío...ese día me tocaba entregar la comida a él. Parecía muy molesto, comentando sobre un orfanato y la muerte de unos señores y que vería como esconder toda esa situación y después pronunció que la Reina era una molestia para llegar a su propósito, que sería la siguiente, que había encontrado una información sobre que su hermano era omega y que había engañado a todos, que había mentido al Rey y que eso terminaba como castigo en la muerte. En ese momento, yo pensé que había escuchado mal; pero tenía miedo de hablar al respecto, tenía una familia que proteger.
Taehyung agachó su rostro al escuchar eso.
—¿Algo más que quieras decir?—preguntó Namjoon manteniendo la compostura. Min Yoongi parecía derrotado sobre su trono al ser de nuevo traicionado.
—Dijo que mataría a todo aquel que se interpusiera en su camino...comentó sobre convertirse en el siguiente Rey.
Namjoon al escuchar aquello contempló al Consorte Noble Imperial.
—Y me imaginó que no ha logrado su cometido por los incidentes que hubieron—prosiguió Namjoon pensando aquella situación—el siguiente en su lista para cumplir su objetivo es...
—Matarme—dijo de un solo Taehyung y contempló a los presentes—soy el siguiente en su lista.
Choi MinHo ingresó a la celda donde se encontraba su tío, el tipo al verlo alzó el rostro y se levantó de un solo al ver a su sobrino.
—MinHo. Sácame de aquí.
—Te hubieras quedado quieto desde un principio—comentó el Consorte con una ceja enarcada y contempló sus uñas—te ayudé con esconder la evidencia del despilfarro; pero cuando ordenaste quemar el orfanato, tu mismo te hundiste.
—¡Ese hombre no se iba quedar quieto!—exclamó muy nervioso—habla con el Rey, que me den otro castigo, no quiero morir!
—Los perros ladran cuando ven su final ¿No?—dijo enarcando una ceja—Tío, estoy más cerca de cumplir mi objetivo y tú...eres un impedimento. Ya no me sirves.
—¡Choi MinHo! Yo te crié cuando tu padre te abandonó.
El omega enarcó una ceja y se giró sobre sus talones para salir de aquella cárcel, escuchando los gritos de su tío, sonrió y tarareaba una canción, cerrándose aquella enorme puerta tras él y desapareciendo a la lejanía unos gritos desgarradores.
¡Hola mis hermosas pechuguitas hermosas, traje capitulo, iba subirlo mañana pero las ganas me pudieron, por cierto, solo falta el capitulo 34 (parte 2) y el 35 (el final)
Empiezo agradecer desde estos momentos el amor que le han brindado, al principio estaba desilusionada porque no venían a leer; pero luego fuimos más—llora orgullosa—los quiero mucho, no saben lo feliz que me hace su apoyito, con que lean la historia me basta~~
¡Besos en sus mejillitas Solecitos!
[Cualquier error de ortografía, redacción, avisad por favor, esto se corregirá cuando el fanfic pase a edición]
¡Recuerden el lema de la familia!
∞ Somos Sol que calienta; pero no quema 7w7r ∞
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