[09]

Kim Taehyung al sentir los rayos de luz, frunció el ceño, subió un poco su cuello, cubriendo su rostro con la mano ¿Qué horas eran? no lo sabía en sí. Maldijo bajo y se sentó con cuidado, viendo a la nada. —Joven maestro de música, le traemos su comida por orden del rey—se escuchó una voz amable, el chico se frotó el ojo para bajarse de la cama, abrió su baúl sacando una máscara negra que solo le cubría la mitad de su rostro, dejando solo lo labios al exterior, se puso rápido aquella máscara. Era más práctica.

¿Por qué tenía otra máscara? solo porque no sabía cuál de las dos se veían más bonita para la hora del show, por suerte tenía la otra y la del diablo rojo, ya le incomodaba.

Abrió la puerta con cuidado., viendo a una joven doncella que tenía en sus manos una bandeja de comida, el omega soltó un largo suspiro.

—Gracias...—dijo tomando aquella comida.

—Si necesita algo, me puede decir, yo estaré a su merced.

—Parece que ya despertó—escuchó una voz amable a lo lejos, el chico miró a su izquierda, notando un rostro que ya había visto con anterioridad: ¿No era esa la mujer que estaba seleccionando a las damas?—escuché por parte del rey que usted sería el nuevo maestro de música, soy la maestra de bellas artes, me estará ayudando en las clases de baile...si le parece.

Taehyung frunció el ceño, apenas había ingresado al interior de su boca un poco de arroz blanco, casi se atoró con la comida al escuchar aquello: ¿Cómo, de qué? ¿Cuándo fue que aceptó?

—Oh—dijo tratando de componerse, contempló por breves segundos a la mujer y desvió la mirada, maldiciendo en todo su interior: ¡El solo había llegado ayudar a su señorita! ¿Cómo fue que todo se complicó tanto?—un gusto, maestra, mi nombre es...Hasung—mintió con descaro ¡La verdad que era el primer nombre que se le vino! y era el nombre de un chico en una literatura que leyó cuando era pequeño.

—Joven Hasung, soy Ha Jiwon—sonrió la antigua cortesana con dulzura.Ambos se dieron un saludo cortez. —Espero que pueda desayunar bien, lo esperaré en el salón de la flor.

—Si, eh...si—dijo sin saber qué salón era ese.

Cuando la mujer se fue, las ganas de comer habían desaparecido, soltando un largo suspiro, la puerta fue cerrada y el chico se quitó las máscara, maldiciendo en si, empezó a dar vueltas sobre el suelo, haciendo un berrinche: ¿¡Por quéeeeeeee?!

Ji Eun estaba con una sonrisa en el rostro mientras esperaba a la maestra, contempló a su derecha, notando a una joven dama dándose aires con un abanico, se veía agradable a primera vista. Pero...era todo lo contrario, a pesar de su pequeña, delgada y dulce apariencia, se sabía que poseía una actitud bastante altanera. Pero sabía camuflarla bien.

—Pensé que la clase plebeya, no quedaría—comentó la chica del abanico que miró a su izquierdo, dando una fugaz mirada a Ji eun—pero parece que es la excepción.

La dos doncellas que estaban tras Ji Eun al notar que le faltaban el respeto a su señorita se molestaron y quisieron defenderla; pero la chica Lee les detuvo, ofreciendo solo una sonrisa suave.

—¿Quién eres?—preguntó Ji Eun forzando una sonrisa en el rostro.

—Soy Park Whanhee, hija de unos poderosos comerciantes de este país—dijo orgullosa.

Por supuesto que Ji Eun supo quien era la chica con solo escuchar su nombre y los comerciantes Park, suspiró viendo al frente: ¿Dónde estaba Taehyung? quería verlo y conversar con él.

Las puertas se abrieron ingresando otra de las jóvenes seleccionadas, tras ella, seis doncellas que se pusieron en su puesto, en su peinado sostenía joyas del pelo de oro entre otras perlas preciosas. Ella enfocó su mirada a las dos restantes, para solo arquear la ceja y ver al frente.

—Solo una de nosotros quedará como la reina—siguió hablando aquella chica con un ornamento en su pelo, de una mariposa y flores—las demás tendrán que esperar que el rey las quiera montar—rió.

En eso una mano tomó su abanico, arrebatando. Ella se giró molesta, notando a un omega de piel blanca, cabello largo negro y muy atractivo, el chico hizo una sonrisa ladina.

—Parece que nos olvidaste ¿no? son 3 mujeres y 3 hombres Omegas...veo que hace rato estás con este abanico.

—¡Por supuesto!—dijo ella con una ceja enarcada—lo hizo el gran pintor Jeon Jungkook, se le conoce por crear hermosos abanicos de calidad con paisajes, vale mucho dinero.

— Te ves muy orgullosa de él, sería una lástima decirle, señorita Park, que es falsificado.

Unas risas no se hicieron esperar, siendo aquel omega que había humillado a esa hostigante menor.

—¡Suéltalo!—dijo ella tomando de regreso su abanico—¿Quién eres, cómo te atreves a faltar el respeto?

Ji Eun solo contemplaba en silencio aquella pequeña riña, ella prefería mantenerse lejos de la discusiones.

—Soy el joven Noble Jo Yoon woo, mi familia se especializa en el arte de la orfebrería, le hemos hecho las joyas al rey desde generaciones. Somos muy conocidos—sonrió—¿Park?—rió ladino—ni siquiera nos llegan a nuestros pies.

—¡Tú-...

—¿qué, me vas a pegar?—agregó el omega con un arqueo de ceja.

Ella pegó un pequeño chillido y se giró sobre sus talones,mirando al frente. Ji Eun sonrió por debajo, sintió la mirada del otro omega, quien le saludó con respeto, ella se lo regresó como agradecimiento. En cambio la chica más alta y de los ornamentos de oro, solo permanecía en silencio, con una mirada gélida.

La puerta se abrió e ingresó la maestra de bellas artes y luego Taehyung, quien al ver a Ji Eun empezó a saludar emocionado, extendiendo la mano, ella también lo hizo; pero cuando la mirada se posaron en ambos, se pusieron serios, desviando la mirada.

—Soy la maestra de bellas artes, Ha Ji Won, el joven de mi derecha es el maestro de música, Hasung.

Ji Eun miró de un golpe a su amigo: ¿Maestro de qué? ¿y eso cuándo fue? Taehyung solo ofreció una sonrisa. La chica suspiró para luego bajar la mirada dando un leve suspiro, rogando que el chico no se metiera en problemas.

—Maestra—habló la chica del abanico falso—escuché rumores...

Taehyung miró a la joven de un solo, interesado: ¡Por fin, algo digno de escuchar! a ver, cuenta joven, que escuchaste ¡Necesitaba saber!

—¿Qué rumores?—preguntó la antigua cortesana.

—Que...usted fue una, cortesana—sonrió ella con sarcasmo.La mirada se posó en la antigua Gisaeng, quien al escuchar aquello, pareció tener una postura calmada.—ya sabe, de esas mujeres que gusta dar placer a los hombres.

—¿Cúal es su punto?

—¿Qué hace una antigua prostituta en el palacio? ¿No le da mala reputación al rey?

—Guardias—llamó la mujer con tono fuerte—unos hombres que estaban adentro se acercaron—creo que hay alguien que debe aprender modales y a respetar a sus mayores. Maestro Hasung ¿Qué castigo cree que sería el más adecuado?

Taehyung miró de un solo a la señora:¿Eh? ¡No pidas mi opinión mujer, sacame de cualquier lío, no me metas ni siquiera!

—Creo que la maestra de bellas artes sabrá qué castigo darle, ya que a quien le fue faltado el respeto es a su persona.

Ji Eun sonrió sorprendida ante aquello, la verdad que Taehyung siempre había sido elocuente para hablar, y siempre que la señora Lee le iba a regañar por algo, lograba convencerla de que no lo castigara de alguna manera.

—Señorita Ji Eun—llamó la mujer a la chica—¿Y usted que opina? antes que entrara, escuché cierta discusión.

—Usted será sabia al respecto—comentó nerviosa la joven—Aunque...me gustaría agregar, que si le falta el respeto a usted y duda de la posición que mantiene dentro del palacio, es como que ella, esté faltando y dudando al rey.

—Joven maestro, ya que también formaremos parte de la educación de estas jovenes en estos 6 meses para que lleguen representables al rey...¿Sería mejor un castigo físico, o mental?

—Tal vez la joven no se ha dado cuenta de su posición en la que se encuentra, se le puede perdonar esta vez, si falla a la segunda, un castigo sería el más adecuado.

La antigua cortesana afirmó con lentitud. Por supuesto, esa joven chica había sido muy mimada desde pequeña, era normal que tuviera una actitud algo salida; pero estaba en el palacio y debía aprender a comportarse. No entendía porque el rey le gustó, tal vez su apariencia o actitud fuerte; pero de allí, sentía que causaría algunos problemas. Suspiró con pesadez.

—Joven maestro, es usted muy inteligente.

El omega chilló por sus adentros: ¡Solo déjeme afuera, gracias! no quiero más problemas.

—Soldados ¿Le deberíamos de dar unos 10 golpes a ella?

La joven al escuchar aquello abrió los ojos en par y se hincó de un solo, negando horrorizada.

—¡Me disculpo, no pensé bien en mis palabras, me disculpo, fue mi error!

La chica alta con ornamentos de oro, sonrió ladina.

—Señorita Park, es buena para abrir la boca; pero cuando no sabe medir las consecuencias de sus actos, ruega con la cola entre las piernas, es usted una mujer sin escrúpulos.

—Se le perdonará esta vez; pero a la próxima—agregó JiWon—se irá del castillo, aprenda a comportarse.

La verdad que el dia de Taehyung no fue en sí la gran cosa, más que tocar la flauta mientras la maestra enseñaba un baile y después que llegó la hora del almuerzo, quedó ya él libre para todo el día y también los demás.

El omega al ver a su señorita, la siguió casi saltarin, ella se detuvo y rió en bajo.

—¿Cómo dormiste ayer?—preguntó la joven—¿Dónde te mandaron?

—Por allí...¡La extrañé mucho señorita!—comentó en un puchero—no sabe lo que sufrí pensando en si usted estaría bien.

—Por supuesto que estoy bien, llena de salud.—ambos empezaron a caminar de lado, mientras las dos doncellas iban detrás en silencio—este palacio es enorme, dicen que hay un jardín lleno de árboles de cerezos ¿Quieres acompañarme?

—Por supuesto que-...

—Joven maestro—se interrumpió una voz a lo lejos—señorita Ji Eun.

Ambos se giraron, Taehyung suspiró y ofreció una sonrisa, apareciendo Namjoon en el campo de visualización de ambos. Los tres se dieron un saludo de respeto.

—Señorita Ji Eun, un gusto verla.

—Joven Namjoon ¿Sucede algo?

—Es la hora del almuerzo...quiero que me acompañen.

—¿Para qué?—preguntó Taehyung extrañado.

—El rey requiere la presencia de ambos.

Ji Eun y Taehyung se miraron de un solo. El omega sintió nervios y casi que pega un grito, su amiga le apretó la mano, sintiendo que iba a fallecer allí: ¿El rey los había llamado? ¿Para qué?

—¿Y ahora qué hiciste?—chilló ella nerviosa.

—Juro que no hice nada—se defendió quejoso.

Min Yoongi se encontraba en el salón de fiesta, sentado en su silla con su hanbok negro e hilos dorados. Su cabellera estaba suelta y parecía muy pensativo. Ni siquiera había dormido bien, recordando a su tia y ese baile tan especial que tenía en sus memorias, los sirvientes se encontraban al final del salón, parados esperando alguna orden. Había mandado a su amigo a que llamara a la joven Ji Eun y al joven maestro de la flauta, ese loco mejor dicho.

Quería recordar de nuevo.

Sabía que era un recuerdo doloroso; pero...al mismo tiempo, era el momento mas alegre de su vida.

Después de largos minutos de espera, la puerta se abrió, ingresando aquel rostro dulce y casi pegó un grito al ver la fea máscara del maestro de la flauta: ¿Qué demonios andaba puesto? enarcó una ceja al percatarse que ahora se podía ver la mitad baja del rostro, sus labios.

—Traje lo que me pidió—comentó Namjoon.

Ji Eun y Taehyung se hincaron de un solo por respeto, Yoongi les hizo el gesto que se levantaran. La chica sentía que fallecería allí, sus manos temblaban y por eso tuvo que apretarlas, para que no se dieran cuenta. Su amigo lo notó.

—Señorita Ji Eun.

—¿¡Sí?!—dijo ella levantando la cabeza de un golpe y en su rostro se pudo notar unas leves capas de sonrojez.

Taehyung suspiró: ¡Mujer, no debes parecer nerviosa, segura! ¡Nada de sonrojarte como una niña pequeña! ¡Ah, no lo arruines! ¡Actúa normal!

Yoongi olfateó a su alrededor, ella tenía un leve aroma familiar, lavanda. No sabía en sí de donde provenía, no comprendía; pero le daba una sensación demasiado en calma, le gustaba el aroma que ella poseía.

—Dígame...¿Por qué huele a lavanda?—preguntó de un solo Yoongi un poco alterado, al recordar la cintura en sus manos de un joven que tropezó con él días antes.

Ji eun frunció el ceño y se olfateó sin comprender.

—No lo sé mi rey, no me había dado cuenta que tenía ese olor.

Yoongi suspiró: Tal vez solo estaba imaginando cosas, era normal que ella oliera así ¿No? no es como si los olores solo existieran en una persona, muchos ocupaban lociones, tal vez ella usaba uno de lavanda. Pero eso no era lo importante por el momento, la había llamado para otra cosa.

—Me gustó el baile que hizo ayer.

Taehyung sonrió por sus adentros, sacando un pecho de paloma, orgulloso: ¡Por supuesto, estuvimos practicando por semanas!

—Mi rey, no es para tanto, pero muchas gracias por su halago.

El omega enarcó una ceja: ¡Nada de gracias jovencita! es lo que te mereces, ahora solo debes seguir enamorando a este tipo.

—Me gustaría que hiciera...de nuevo el baile, pero en privado, luego si no le molesta...me gustaría pasear con usted por los jardines.

Taehyung miró al rey, luego a su amiga, pegó un grito de fangirl, dando saltos y revolcándose en la arena, todo eso dentro de su imaginación. Por fuera, mantenía un semblante serio.

—Si el rey me lo pide, con gusto, lo haré—respondió Ji eun con una noble sonrisa.

—Joven maestro...le tengo algo—el alfa clicleó sus dedos, apareciendo una flauta de bambú pintada de negro y la imagen de un fenix a lo largo, siendo pintura de color dorado—es de las mejores hecho por un artesano, espero que le guste, un regalo de mi parte.

—Muchas gracias—dijo Taehyung. La sirvienta que traía la flauta, la extendió con cuidado, el la tomó y empezó a girarla con una sonrisa, el rey le miró por varios segundos enfocándose en los labios del chico, se relamió los labios de forma inconsciente y después posó su mirada en la joven Ji eun—¿Empezamos entonces?

Una doncella se acercó con unos abanicos ya decorados, Taehyung se sentó en el suelo, arreglándose mientras Ji Eun tomó aquellos artefactos y se puso en medio, Namjoon subió las gradas, posicionando al lado de su amigo, contempló a la joven Ji Eun por varios segundos, un tanto sorprendido. No creía que a Yoongi le iba gustar una mujer como ella; pero en la realidad que la chica poseía una apariencia pura y dulce, y su modo era bastante sincero.

Habían chicas que tenían apariencias divinas por fuera; pero una aura de temer y Lee Ji Eun, no solo poseía ese tipo de belleza como una flor, era muy inocente por igual y de algún modo, daba calma. Lo que Yoongi necesitaba en su vida, fuera de ese ajetreado palacio donde le veían de menos, es como si notara que la chica se veía realmente interesada en él.

Taehyung cerró sus ojos y empezó a tocar la flauta, Ji eun empezó a bailar, los sirvientes no podían ser ajenos a ver aquel baile por igual, ya que se veía demasiado precioso y llamativo, arte en todo su esplendor.

—Yoongi...¿Sucede algo?—preguntó su tia mientras doblaba unas pequeñas ropas—estás muy triste.

—Tia...¿Por qué todos me miran feo, como si fuera un monstruo? ¿Es cierto que lo soy?

La mujer al escuchar aquello negó y se acercó a pasos apresurados a su pequeño, limpiando las lágrimas de su niño.

—Claro que no, te tienen envidia, porque eres diferente.

—¿¡Por qué mi cabello es rubio y no negró como los demás?!—preguntó sin poder llorar—dicen que estoy maldito.

—¿Sabes cual es el astro que ha sido adorado por milenios y ha creado miles de historias alrededor suyo, que lo convirtieron en un Dios?

—No tía...

—El sol, tus cabellos, son rubios como el sol, eres un hijo de él, las personas tienen miedo a lo nuevo o desconocido; pero debes recordar que aunque muchos te den la espalda y te aborrezcan, hay alguien que te ama, que espera por tí siempre, que eres la luz de su vida, tu eres...esa razón de mi vivir.

—¿Me prometes que nunca me dejarás solo?

—Por supuesto que no, siempre estaré contigo y te cuidaré, un día...nos iremos de aquí y seremos felices.

La tía de Yoongi empezó a cantar, tomó al pequeño y lo cargó entre sus brazos, las pequeñas manitas del niño se aferraron alrededor del cuello y pegó sus mejillas rechonchas sobre el pecho de la mujer, recordando la dulce voz de ella.

Un último baile

Para olvidar mi pena inmensa

Quiero huir, que todo vuelva a empezar

O mi dulce sufrimiento

Remuevo el cielo, el día, la noche

Bailo con el viento, la lluvia

Un poco de amor, una pizca de miel

Y bailo, bailo, bailo, bailo, bailo, bailo

Y en el ruido corro y tengo miedo

¿Es mi turno?

viene el dolor...


Cayendo la noche, Taehyung estaba con los ojos bien pelados, había sido arrastrado al cuarto del rey a la fuerza. Miró alrededor, notando a lo lejos la cama donde el tipo dormía, se sentó tratando de calmar su tiempo. Después del baile, el hombre se había ido con la señorita Ji eun y él, pues pensó que debía estudiar parte de las partituras que se le ofrecieron; pero luego con las horas, se entregó a las manos de morfeo. dijo que solo serían 30 minutos que iba descansar, sin embargo, convirtieron en horas y la noche hizo su aparición.

¡Se perdió lo que había sucedido en la tarde con su señorita y el Rey!

Pegó un grito en sus adentros, agarrando sus cabellos: ¿Cómo pudo haber sido tan...idiota? ¡Necesitaba estar en primera fila, o escondidas por lo menos, para ver el panorama! y se lo perdió.

La puerta se abrió y el chico se paró de un solo, ingresando Yoongi con las manos en la espalda, tras él, unos sirvientes que traían la comida, Taehyung se hizo a un lado, dando un saludo de respeto. La mesa que se encontraba en la parte principal del cuarto,empezó a ser llenada de comida, luego los sirvientes salieron y cerraron la puerta, dejando aquellos dos solos. El omega tragó duro, sintiendo una gran tensión.

—¿Va tocar, si o no, maestro?

Taehyung afirmó y la flauta cayó de sus manos, maldijo en bajo tomándola de nuevo. Sintió la mirada silenciosa del rey, que pareció pasar su mano por el rostro, para tomar unos palillos y empezar a comer.

El joven limpió la flauta y cuando sopló al principio, le salió un chillido horrible que hizo que Yoongi soltara el pedazo de carne que tenía en sus manos, el rubio le miró con el ceño fruncido.

—Perdón mi rey, es que me acabo despertar y mi mente se mantiene...distraída.

—Escuché de la maestra de arte que su nombre es Hasung ¿Es cierto que se crió con la joven Ji eun?

—Si, desde que tengo memoria.

—El olor de lavanda que ella posee ¿Sabe de quién es?

—¿Lavanda?—preguntó extrañado Taehyung. La verdad que nunca le había sentido un olor así a ella, no comprendía de donde había sacado ese aroma el rey, aunque siendo alfa, de seguro reconocía otros olores, el chico negó con suavidad—lamento no tener una respuesta para usted, a de ser siempre el olor que posee mi señorita, soy un beta, no siento olores como los omegas y alfas.

Yoongi se metió el pedazo de carne, afirmando con lentitud.

—Si...debe ser eso—susurró en bajo, a tal punto que Taehyung no logró escuchar bien.

—¿Puedo hacer una pregunta?

—¿No eres muy preguntón?

—Soy curioso por simple naturaleza pero...¿Por qué come solo?—el omega sonrió—nosotros siempre comíamos juntos en la casa, en la misma mesa, la señora Lee siempre me regañaba cuando hablaba a la hora de la comida, decía que era irrespetuoso de mi parte, el señor Lee solo se reía y la señorita Ji Eun por igual...cuando comes con tus seres queridos, se siente cálido...

Yoongi no se terminó de meter el otro pedazo de carne y dejó los palillos a un lado, contempló al chico con un leve malhumor.

—Oye ¿No hablas demasiado? solo toca la maldita flauta.

Taehyung tragó duro y empezó a tocar una canción. Yoongi contempló la comida frente a él, la verdad que era demasiada comida y él no terminaba de comerse todo. Un recuerdo de su infancia se vino a su mente. Viendo como su tía dejaba un pequeño plato con un poco de arroz y para su suerte, había logrado robar la mitad de un pescado, poniendo en el plato para su pequeño.

Yoongi empezó a comer un poco de arroz con sus manitas, su tía le sonrió con cariño.

El rey suspiró, cuando era pequeño y su tía estaba, era cierto, a pesar de vivir en un cuarto frío y pequeño, se sentía acogedor, la comida siempre estaba puntual, aunque comiera lo poco que su tía lograba al día, siempre hablaban, sonreían y reía. Cuando ella se fue pasó muchos días con hambre y el frío que se colaba de aquellas paredes, empezó a notarlo, sobre todo ese vacío y apenas lograba comer algo que la señora Kim le daba o el señor Lee cuando llegaban al palacio.

Por eso pedía mucha comida en esos días, porque sentía que en algún momento, desaparecerían, que solo era un sueño del cual despertará y  los días de hambre volverían. 

A pesar que tenía un cuarto grande y sirvientes a su alrededor, el vacío, el silencio y la tristeza, aún permanecían allí de alguna forma, eso a lo que olía de soledad, no se había ido.

—Deje de tocar la flauta y coma conmigo—ordenó Yoongi haciendo un gesto para que el tipo se pusiera frente a él.

Taehyung le miró sorprendido.

—¿Puedo?

—Apurese antes de que me arrepienta.

El chico sonrió y se sentó frente al rey, tomó unos palillos que estaban de más, sin saber porque había pedido otros cubiertos cuando solo era el rey que comía.

—¡Guau, hay pescado y carne! ¡Solo he probado cinco veces la carne en toda mi vida!—comentó Taehyung metiendo los palillos y quitando el pedazo que Yoongi estaba a punto de tomar—¿De que animal es esta carne?

—Conejo.

—¡Conejo! oh, a probar.

El rubio le miró de forma aniquiladora; pero el menor no se dio cuenta.

—No hable—ordenó.Taehyung se metió con lentitud el pedazo de carne y luego ofreció una sonrisa divertida. Yoongi enarcó una ceja escuchando unos ruiditos de emoción que provenían del chico, como si tarareaba alguna canción.—dije que no hable.

—No estoy hablando, bueno ahorita sí. Me dijo no hable, no que no haga ruido.

—¿Me acaba de responder joven maestro?

—Perdón mi rey—dijo Taehyung con un puchero. Después de unos segundos desvió la mirada—¿Puedo preguntar algo?

Yoongi suspiró. Se estaba arrepintiendo de haber sido amable y dejar que ese tipo comiera con él ¡No debía ponerse sentimental de ahora en adelante!

—Pregunte—dijo cortante para mantener su concentración en la comida, masticando con cuidado.

—¿Conoce la leyenda del conejo en la luna?—Yoongi negó metiendo mas carne a su boca—¿Se la cuento?

—Ujum—afirmó sin agregar más.

—Es una antigua fábula...la luna tiene una mancha negra, la cual tiene forma de conejo, de allí viene esta historia—el chico señaló la luna que se veía a través de la ventana que el rey tenía en su cuarto—¡Un zorro, un mono y un conejo budista!—comentó haciendo gestos de los animales—conocieron a un anciano—el omega se levantó para hacer una dramatización de la historia.

Yoongi no pudo quitar su vista en el chico, sin saber porque se sentía interesado en aquella historia.

—Estos tres animales, conocieron a un anciano feo y muy sucio, el cual había caído de las montañas, así que estos tres animalitos, trataron de ayudar al señor. El mono recogió nueces de un árbol, el zorro pescó un pez y se lo ofreció al viejo. Pero el conejo...

—¿El conejo?—preguntó Yoongi intrigado.

—No pudo conseguir nada—comentó el omega con tono triste—a pesar que lo intentó mucho... se le ocurrió la idea de pedir un favor al señor mono—hizo una larga pausa empezando a caminar alrededor de la mesa del rey, quien lo seguía con la vista— y luego otro favor al zorro, para que hiciera un fuego. Así que el conejo se tiró al fuego y se sacrificó.

Yoongi dejó de comer la carne y bajó su mirada, recordando que era de conejo, tragó duro, sintiendo lastima por el animal.

—Oh...—de repente, el apetito se le había ido.

—¡El anciano al ver aquella situación reveló su identidad!—extendió sus brazos—¡Era uno de los guardias del Buddha. Y como agradecimiento...llevó al conejo a la luna para difundir el sacrificio de aquel animal a la siguiente generación...es por eso que la silueta que posee la luna, personifica el humo de cuando el conejo se quemó en el fuego.

Taehyung se sentó y sonrió al ver que el rey había dejado de comer la carne.

—¿Ya no comerá la carne?—preguntó el chico.

—Comeré solo el pescado.—respondió con malhumor.

El chico rió para sus adentros. Solo había contado esa historia porque quería comerse toda la carne y sí que había logrado su cometido ; pero por obvias razones, no lo diría.

—Cuénteme...¿Cómo sabe esa historia?

—Me sé muchas fábulas, siempre le contaba algo a la señorita Ji eun antes de dormir...eso la relaja—el chico metió la carne en una salsa y se lo metió a la boca sin darse cuenta que se había embarrado la esquina de sus labios.

—Tiene...—Yoongi señaló nervioso alrededor de sus labios.

—¿Hmm?

—Tiene...salsa...

—¿Salsa? ¡Oh!—el chico tomó una servilleta para limpiarse, pero se embarro más.

Aquello estresó por completo al alfa que tomó la servilleta un poco quejoso y le limpió con cuidado. Cuando aquella acción se hizo presente, Taehyung sintió su corazón latir a mucha prisa, un olor de madera húmeda ingresó a sus fosas, algo que lo hizo asustarse. Su omega abrió los ojos de un golpe y aulló, unos ojos amarillos de un lobo blanco apareció tras el chico.

El chico retrocedió deteniendo la mano del rey, sintiendo una sensación abrumadora: ¿Qué era todo eso? ¡Se sentía flaquear! su respiración entrecortado.

Yoongi al sentir la presión sobre su muñeca frunció el ceño.

—Yo...me disculpo mi rey ¡Acabo de recordar algo importante!

—¿Sucede-...—notó que Taehyung se levantó de un golpe y tomó su flauta, abriendo la puerta—¡Joven maestro espere....—el rey no terminó de hablar cuando aquel tipo había salido disparado. Ji Won que apenas iba llegando solo vio al chico pasar a su lado como una rafaga, casi sacando el alma por el susto.

Ella miró desconcertada al rubio:—¿Sucedió algo?

Yoongi no comprendió y negó en silencio: Creo que hice algo incorrecto de mi parte...—el rey suspiró. Vería como pediría perdón al chico.


Taehyung estaba corriendo sin saber qué rumbo tomar, su mundo se sentía como si se sacudiera con lentitud. Se sentía mareado, débil sin fuerzas en sus piernas, como si su mente se fuera apagar en algún momento. Cayó hincado cubriendo su boca con la mano y también su nariz, no comprendía ese sentimiento de invasión, de pronto algo en su cuerpo pareció que quiso salir y por la fuerza, empezó a vomitar con mucha fuerza haciendo puño su mano.

¿Qué era esa reacción de su cuerpo? ¿Fue la comida?

Subió su mirada, viendo una imagen borrosa enfrente: ¿Una...chica? no...no sabía diferenciar.

Después de unos segundos cayó inconsciente en el suelo.

—entra una bebé con una pamper pomposo y se quita el chupete de la boca—¡agugufugugugufuguguu!

Entra un gato y suspira poniendo los ojos en blanco: ¡Ojala le pagaran por ser traductor!

—¡Dice Nevi que son mejor del mundo que los amaaaaaaa!

—¡Ugufu du gugugid duuufuguugug!

—Que le hace feliz que lean esta humilde historia!

—¡Gugu! su su...gu gu.dada. gu

—Y que ya encontró una cura, para volver a la normalidad.

—Se va Nevi bebé feliz gateando con toda la alegría del mundo hasta que de pronto. Una nave extraterrestre se la lleva y solo se escucha a la lejanía unos gritos de bebé.

[Cualquier error de ortografía, redacción, avisad por favor, esto se corregirá cuando el fanfic pase a edición]

¡Recuerden el lema de la familia!

∞ Somos Sol que calienta; pero no quema 7w7r ∞

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