SEGUNDA VELA.
14 de septiembre.
Frío.
Cuando despierto lo único que siento es frío.
¿He despertado de verdad?,
¿O todo es un sueño?,
¿Soy yo acostado en la cama, pensando en ese chico que me robó el aliento hace dos días?,
¿Soy yo?,
¿O es otro, que al igual que yo no puede dejar de soñar con sus cabellos platinados y su boca suave gimiendo mi nombre?
[...]
17 de septiembre.
Ahora sólo lo veo cuando cierro los ojos.
Mi cuerpo suplica por cosas que no puedo darle.
Creo que aún tengo su aroma a vainilla impregnado en mi piel. Pensar en él me hace sentir diferente. No quiero sentirme así.
[...]
19 de septiembre.
Park Jimin.
Lo veo fuera de la ventana de mi salón.
¿Acaso ha venido a buscarme para llevarme con él hacia donde los ángeles vuelan?
Quiero ir hacia él.
Pero estoy tan lejos, que lo único que puedo divisar es su cabello y la forma en la que le sonríe a su hermano.
[...]
Tiene la sonrisa más preciosa que haya visto en mi vida.
Por eso cuando me saluda a lo lejos, ni siquiera me volteo a mirar.
Es demasiado.
[...]
Hyung, ¿Me estás evitando?
¿Por qué tiene que aparecer cuando mi mente creyó ingenuamente que no me lo encontraría a la salida de la universidad?
No.
Sí.
He soñado todos los días contigo desde esa noche, que mis paredes tienen tus iniciales.
Quiero apagar este fuego que me quema cada vez que te veo.
Cada vez que pienso en ti.
Me tengo que ir, Jiminnie.
Huyo.
Lo único en lo que soy bueno es en huir.
Pero el chico es incluso más testarudo que yo.
Siento que me roba el aliento con sólo mirarme.
Voy a llamarte esta tarde, Yoongi hyung.
No puedes.
Por más que quiera, tienes nueve lunas grabadas en la frente.
No tienes mi número, mocoso.
Trato de ignorarlo, pero sé que él es más fuerte que yo.
Ignora mis miradas filosas y no le parece importar mi frialdad.
Sé por el brillo de sus ojos que él quiere lo mismo que yo.
Que él sabe exactamente lo que yo quiero.
Y que no me ha olvidado.
No sé si sentirme dichoso o la peor escoria de la humanidad.
Claro que lo tengo.
Tú me lo diste.
Trato de no mirarlo.
Pero su presencia es más fuerte que mi voluntad.
No te lo di. De todas formas, perdí mi celular ayer.
Me excuso como un idiota.
¿Ves lo que provocas, Park?
Quiero alejarme de ti.
Y tú me sigues mirando inocentemente detrás de esos lentes de montura gruesa.
¿De verdad eres tú el chico de la fiesta?
Me doy la vuelta dándole la espalda. No doy ni cinco pasos cuando mi celular suena en mi bolsillo.
Eres un mentiroso, Señor Pinocho.
Se ríe.
Lo peor es que me encanta su risa.
[...]
Ésta tarde trato de dormir.
No puedo.
Me hormiguea el estómago como si hubiera bebido.
Pero estoy tan sobrio que podría bailar breakdance sin fracturarme las piernas.
Voy al primer piso.
Me siento tan ansioso que ahora lo único que quiero es comer el pote de helado que está en el refrigerador.
¿En qué momento ese niño se me metió entre las costillas?
Pienso en él y me falta el aliento.
Siento mi celular vibrar.
Y estoy seguro que me puse de pie tan rápido que Jungkook frente a mí creyó que había visto a nuestra abuela muerta en la puerta.
¿Pasa algo, hyung?
No sé qué decir.
Mis ojos están tan abiertos que mi hermano menor se burla de mí. Ignoro mi celular con una voluntad de oro y me devoro el helado de chocolate tratando de crear melodías y composiciones vagas en mi mente.
Ahora todos mis escritos empiezan con J.
[...]
Me dormí en el sillón de la sala.
Mi habitación está tan repleta de mis pensamientos por aquel niño que me asfixio.
El techo del salón es blanco, pero está manchado quién sabe cómo.
Estoy tan relajado que ni siquiera me doy cuenta qué hora es.
Por un momento me olvido del celular en mi bolsillo.
Hasta que le oigo decir mi nombre.
¿Dormiste bien, hyung?
Y creo que aquel niño planea matarme pronto.
Porque me mira desde la puerta de la cocina.
Con sólo una polera blanca que deja entrever sus clavículas y unos pantalones de cuero ajustados.
No parece un chico de 15 años, para nada.
Sé que estoy aterrado. Pero soy bueno para ocultar mis emociones.
¿Qué haces aquí, Jimin?
Se acerca.
Yo me siento en el sillón, dispuesto a huir.
Me siento indefenso ante su belleza. Pero él no tiene que saberlo.
Susurrabas mi nombre mientras dormías, así que vine.
Me sonríe inocentemente.
Sé que no es real.
Sé que bromea conmigo por la forma en la que muerde su labio inferior.
Abre la boca, dispuesto a decir quién sabe más.
Hasta que veo a mi hermano salir de la cocina detrás de él.
Jiminnie, ¿No te vas a quedar a dormir?
Mi hermano ni siquiera me ve.
Sólo bebe un vaso de jugo mientras ve su celular.
Jimin me sonríe mientras asiente.
Claro, si tu familia me da permiso.
Jungkook levanta la vista y, por fin, me ve fruncir el ceño con disgusto.
Mi hermano me mira estupefacto para luego dirigirse hacia su amigo.
Quien no ha dejado de mirarme ni un puto segundo.
Jimin, ¿Despertaste a mi hermano? No valoras tu vida, soldado.
Jimin se ríe.
Se ríe y yo me siento tan nervioso que puedo saborear el helado de chocolate en mi garganta.
Suspiro, actuando como si estuviera harto de aquellos niños.
Cuando en realidad estoy harto de mí. Y de mis malos pensamientos.
Entonces hermano de Jungkook, ¿Me dejas quedarme?
Me levanto del sillón, caminando hacia las escaleras.
Su voz me estremece de tal forma que estoy desesperado por llegar a mi habitación.
Hagan lo que quieran.
Sólo no hagan ruido.
Al final, cuando llego a mi habitación, no soporto el hecho de estar en el mismo lugar que el chico ángel.
Vuelvo a bajar al primer piso.
Y los veo jugar un ridículo juego que también jugué cuando era más joven.
Me mira pidiéndome que me quede.
Pero cierro la puerta tan fuerte detrás de mí que hasta los vecinos saben que me fui.
[...]
Hoseok-ah, ¿Alguna vez te ha gustado alguien menor?
Mi voz es casi un susurro.
Pero mi amigo puede oírme y me presta atención aun cuando escribe en su computador.
Sí.
Tuve una ex novia tres años menor. ¿Por qué?
¿Te gusta alguien menor?
Quiero mentir.
Mentirle como me miento a mí mismo.
Pero Hoseok da los mejores consejos del mundo.
Y yo sólo soy un idiota confundido.
No sé si me gusta.
Digamos que... su cuerpo me atrae.
Hpseok sonríe hacia su computador. Estoy tan avergonzado que me acuesto en su cama mirando el techo. Su habitación es de un verde musgo espantoso.
Ah, ese tipo de atracción es la peor de todas.
Trago saliva.
¿Cuándo fue la última vez que me sentí así? Sin control.
¿Por qué lo dices?
Hoseok por fin me mira. Su mirada no me gusta.
Él sabe algo que yo no sé.
Y que, estoy seguro, no quiero saber.
Porque se mete entre tu piel, no importa cuánto trates de ignorarlo.
Al final del día, tu cuerpo siempre pedirá más. Y cuando lo sacias, por fin. Lo único que queda es el vacío.
[...]
Es tarde.
Planeaba ocultarme en la casa de Hoseok, pero el muy traidor prefiere otra compañía.
¿Así seré yo cuando me enamore?, ¿Mis ojos brillarán reflejando sólo su rostro?,
¿Querré estar con esa persona todo el tiempo que me quede de vida?,
¿Lo necesitaré más de lo que necesito respirar?
He tenido parejas antes.
Van y vienen como mis sentimientos. ¿Eso era amor?
Quiero creer que no.
Porque si fuera así, estoy seguro de que el amor es tan superficial y pasajero como mi color de cabello.
[...]
Yoongi hyung.
¿Estoy soñando?
Oye, hyung cabeza de brócoli.
¿Por qué Jimin me mira desde la puerta de mi habitación?
¿Puedo pasar?
Le escucho tan claro como si estuviera al lado mío.
La casa está tan silenciosa que puedo oír los sutiles ronquidos de mi hermano menor en la otra habitación.
No.
No puedes.
Hablo tan fríamente que hasta yo me sorprendo.
En cambio, Jimin baja la mirada y entra a mi habitación, cerrando la puerta con su espalda.
Tan despacio, que dudo si la ha cerrado bien.
Hasta que escucho el pestillo de la puerta.
No leíste mis mensajes.
¿Verdad?
Su voz es neutra.
Sé que está dolido conmigo.
Ni siquiera sé dónde dejé aquel aparato, hasta olvidé que tenía uno.
Tienes razón, Jimin.
No los leí.
Se queda en silencio.
Todo el universo está en silencio.
Y tiembla cuando me doy cuenta que sólo trae su polera sin los pantalones puestos.
Estoy volviéndome loco.
¿Te arrepientes?
Por fin levanta la mirada.
Y tiene un aspecto tan provocador que aprieto la mandíbula en un horrible y doloroso intento por contenerme.
Sí, me arrepiento.
No miento.
Me arrepiento tanto como un alcohólico se arrepiente de haber tomado su primer trago.
No te creo.
Pero que de todas formas, no importa cuánto se arrepienta,
siempre vuelve a caer.
[...]
Vete.
Le exijo, volviendo a envolverme entre mis sábanas.
No quiero.
Suena como un niño caprichoso.
Sé que lo es.
¿Te sacas o te saco?
Sé lo que va a responderme.
Porque sé que no se irá.
Sácame si puedes.
Su tono de voz desafiante me molesta. Sólo es un niño jugando a ser adulto. Lo sé.
Debería ignorarlo y volver a dormir. Pero en cambio, sin importarme estar en ropa interior, salgo de la calidez de mi cama y lo enfrento.
Lo apreso contra la puerta.
Y me mira como si quisiera devorarme.
¿Éste era el chico ángel que conocí en la fiesta?
Vete, Jimin.
Lo miro enfurecido.
Porque lo estoy.
No soy juguete de nadie.
Menos de un niño nueve años menor.
¿Te acuerdas de lo que me dijiste cuándo estábamos haciéndolo?
Se escabulle de la prisión de mis brazos tan ágilmente que apenas lo veo.
Me volteo para ver cómo se dirige a mi cama.
Me desespero porque no creo poder aguantar las ganas de volver a besarle.
No.
Claro que me acuerdo.
Está tan vivo en mi mente todo sobre esa noche que mi cuerpo arde.
¿Quién dice que el alcohol te hace olvidar el día de ayer?
Sólo te vuelve un estúpido.
Dijiste que yo era la pieza musical más perfecta que habías oído.
Me reí amargamente de mí mismo. Abrí la puerta para que saliera.
Pero me mira sin un ápice de querer irse.
¿Por qué no me aceptas?,
¿Es por ella?
Lo miro confundido.
No sé de qué me habla.
Parece comprenderlo por mi expresión, porque vuelve a hablar, explicándose.
Esa chica con la que te besaste en la fiesta de Namjoon hyung.
¿Es por ella?
Niego con la cabeza.
Vuelvo a reírme porque ella ni siquiera logro lo que Jimin con sólo una mirada.
Frunce el ceño ante mi diversión.
Su expresión enojada es tan encantadora y tierna que olvido por un momento quién es.
Por un momento, él no es niño.
Sólo es Jimin.
Haciéndome una escena de celos.
No es por ella.
Es por ti.
Eres amigo de Jungkook.
Y hermano de Seokjin.
Eres menor que yo.
Parece meditarlo.
Porque en vez de mirarme no quita la vista de mi colchón.
De repente se ríe, como si se hubiera acordado de un chiste demasiado divertido.
Por fin me mira.
Y sé que está feliz cuando sus ojos desaparecen de su rostro en dos líneas negras.
Me das tantas razones para ignorar lo que pasa entre nosotros.
Pero en ningún momento dijiste que yo no te gustaba.
Me río de mí mismo.
Me ha atrapado.
Así que cuando se acerca a mí, y cierra la puerta a mi lado sin dejar de mirarme.
No me alejo.
No huyo.
No me escondo.
Sólo me dejo atrapar.
[...]
Sé que me extrañaste.
Estabas borracho.
Pero sé que recuerdas todo.
Me besa.
Me besa tan delicadamente que me dejo.
Sin dejar de contemplarlo, ¿Cómo un chico tan hermoso como él está ahora frente a mí, insistiendo en cosas que no puedo darle?,
¿En cosas que no debería?
Esto está mal.
Murmuro contra sus labios.
Está tan mal lo que hago, que aun así acuno su rostro entre mis manos para profundizar su boca con la mía en desesperación.
¿Cómo puede besar tan bien?
Me gustas. Yo te gusto. ¿Qué puede estar mal?
Su voz entrecortada contra mi boca me estremece.
Lo tomo de la cintura, acercándolo más a mí.
Lo quiero tan cerca que deseo fundirme en su piel.
[...]
Extrañaba su calidez envolviéndome. ¿Cómo una noche sin estar consciente puede cambiar tantas cosas?
Ahora lo veo.
Ahora lo siento.
Y es tan diferente a mis recuerdos que es como si fuera la primera vez.
Una primera vez muchísimo mejor.
[...]
Él.
Toda mi habitación es él.
Toda mi habitación encerrando sus gemidos.
Sus suplicas.
Sus deseos.
Mi deseos.
Nuestra calidez.
El olor de su sexo y el mío.
Todos mis deseos se sumergen entre sus caderas.
Y yo le doy lo que me pide.
Más.
Yo también quiero más.
Más de ti.
Tanto como para no saciarme nunca.
[...]
Su boca es mi boca.
Sus gemidos mis gemidos.
Su placer es mi placer.
Así que cuando somos uno, lo único que veo es mi reflejo en sus ojos profundos.
Y nuestras manos entrelazadas.
[...]
¿Cuánto tiempo es para siempre?, ¿Cuánto tiempo dura un orgasmo?, ¿Cuánto tiempo duraremos siendo uno y nada?
Ahora lo sé.
Ahora lo siento.
Mi cuerpo está satisfecho.
Pero algo en mi alma no.
[...]
¿Te dije lo mucho que me gustas?
Su voz en mi oído me tranquiliza.
Y pone en alerta todos mis sistemas. Me cohíbo porque nadie me lo había dicho nunca de esa forma.
Nadie que me importase.
¿Siempre eres así de sinvergüenza?
Me río y lo miro de soslayo.
Se ve tan cómodo mirándome de lado que quiero apresarlo entre mis brazos.
Pero veo el color de las paredes de mi habitación.
Y vuelvo a sentirme deprimido otra vez.
Odio el gris.
Odio el color de estas paredes.
Confieso al silencio de la habitación y en respuesta, el chico ángel se sube a horcadas encima de mí.
Me contempla feliz y sonrojado.
Entonces rompa las paredes.
O pínteme en ellas.
Es la mejor idea que he escuchado nunca.
Vuelvo a buscar su boca, y gustoso él me recibe.
Nunca se cansa.
Y yo de él, tampoco.
[...]
Lo veo dormir.
Sus mejillas y su boca son tan apetecibles que las beso sin cansarme.
Me gruñe dormido y se acurruca en el hueco de mi cuello contra mi pecho. Es tan joven que tengo miedo.
Pero aun no estoy seguro de qué.
[...]
Fuimos uno tantas veces esta noche.
Y no quiero que desaparezca.
Por eso envuelvo mis brazos alrededor de su cuerpo.
Susurrando contra su nuca cosas que no quiero que escuche.
Quédate cuando despierte.
[...]
20 de septiembre.
No está.
Sé que no debería sorprenderme.
Pero algo en mi pecho grita otra cosa.
[...]
¡Por fin contestas mis llamadas, hyung!
Le escucho tan feliz al otro lado de la línea, que olvido que lo que hago está mal.
Me muerdo el labio inferior en un vago intento de no sonreír.
Tus 20 llamadas y 21 mensajes de texto me tenían algo preocupado.
Se ríe.
¿Desde cuándo una risa me provoca cosquilleos en el estómago?
En ese momento me doy cuenta cuán fondo he caído al pozo llamado Park Jimin.
Un pozo tan hondo del cual ni siquiera intento salir.
[...]
Me espera fuera de mi universidad.
Tiene unos lentes oscuros y un gorro que le tapa el rostro.
Aun puedo ver su cabello platinado brillar en su nuca.
Y viste entero de negro como si fuera el ángel de la muerte.
¿Qué tal, hyung? He venido a secuestrarte.
Me sonríe.
Me embruja.
Y yo no intento escapar.
[...]
Lo invito a la biblioteca.
Y un helado de vainilla con chocolate. Le sorprende que sea un ratón de biblioteca.
A mí me sorprende escucharle decir que conoce a Jungkook hace tiempo.
Lo que pasa es que estuviste demasiado tiempo solo en tu burbuja.
Sé que tiene razón.
Fue una elección voluntaria.
Aún sigo en mi burbuja de silencio.
¿Logré atravesar tu burbuja, Min Yoongi?
Pero no me importaría compartirla con él.
[...]
Tantas preguntas y tan poco tiempo para responderlas.
Aunque no me preocupo.
La mayoría las respondí con un beso.
Y uno que otro mordisco cariñoso.
[...]
¿Es posible que el tiempo se vuelva tan relativo sólo por una persona en especial?
Dejarlo en la puerta de su casa e irme sin más fue un logro del cual no estoy feliz.
¿Por qué tenías que ser tú, Jimin?
Prometo llamarte al día siguiente.
Y sé que al darte un beso como despedida ya me di por vencido.
[...]
Incluso las rosas marchitas de los jardines me parecen hermosas cuando pienso en él.
¿Qué me está pasando?
Soy un adulto.
Se supone que sé lo que estoy haciendo.
Pero eso es todo lo que hago.
Suponer.
[...]
Al entrar por la puerta de la casa sé que mis padres están de vuelta. Ambos pares de zapatos me saludan. Voy hacia ellos sin ningún problema. Sé que me extrañaron.
Aunque no me lo digan.
Soy su único hijo problemático que hace todo bien.
Pero el que tiene una muy mala suerte en todo.
[...]
Jungkook me mira desde la puerta de mi habitación.
Se cruza de brazos y tensa su mandíbula.
Sé que me quiere decir algo.
La pregunta es qué.
[...]
No puedes.
No entiendo a lo que se refiere.
Pero me mira tan decepcionado que creo saber lo que me va a decir.
Y estoy tan aterrado que se me corta la respiración.
Vi salir a Jimin de tu habitación ésta mañana.
Y como si mis peores temores pasaran, mi hermano menor me mira con recelo.
Como si hubiera cometido el peor crimen de todos y, en parte, creo que lo es.
Aléjate de Jimin.
Si lo haces, no le diré a papá.
Le miro como si fuera un desconocido.
Porque por un momento lo es.
¿Por qué no puedo estar con Jimin?
Lo pregunto.
Aun cuando sé la respuesta.
Pero quiero escucharla de todas formas.
Jungkook me mira tan enfurecido que, si no fuera su hermano mayor y no me respetara, juraría que se me tiraría encima.
Sé que está a punto de hacerlo.
¡Tiene mi edad!, ¡Y es un chico!,
¡¿Es que acaso haz perdido la cabeza, hyung?!
Estoy a punto de golpearlo.
Pero sé que tiene razón.
Estoy jodido.
Le doy la espalda dispuesto a irme de mi propia habitación, pero él me detiene.
Me agarra tan fuerte el brazo que creo que me dejo las marcas de sus dedos.
Lo hago por tu bien.
No conoces a Jimin.
Él no te hará ningún bien.
Me suelto de su agarre con brusquedad.
El que mencione a mi chico ángel de esa forma me molesta tanto que me desconozco.
¿Por qué dices eso?,
¿Qué sabes tú?
Jungkook me mira con lástima.
Él puede ver en mis ojos lo que siento por el mocoso.
Porque en vez de decírmelo, en vez de decirme la verdad, yo sé que sus ojos me ocultan algo.
Jimin es mi amigo.
Lo conozco.
Si no te alejas de él, lo único que hará será destruirte.
[...]
Tengo una teoría respecto a los días.
Siempre que todo esté saliendo bien, que te sientas bien o creas que es el mejor día de tu vida.
Preocúpate.
Un día bueno siempre dura menos que un día malo.
[...]
21 de septiembre.
Lo primero que hago al día siguiente es llamarlo.
Se escucha tan feliz que siento mi corazón palpitar agitado y doloroso.
Cree que voy a invitarle a salir.
Cuando en realidad, voy a decirle algo que estoy seguro que no va a gustarle.
[...]
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