Lollipop. [one shot] -Smut-
Workplace AU.
(Un intento fallido de smut.
Yoongi top, Jungkook bottom —por si acaso—
Contiene lenguaje soez).
Una gota gruesa de sudor resbalaba por la frente de Yoongi mientras observaba, con la garganta seca, a su compañero de trabajo chupar con devoción aquella paletita, como cada día.
Se removió un poco incómodo, incluso acomodando su pantalón que cada vez se ajustaba más en la zona de la pelvis. Sus mejillas estaban sonrojadas y con torpeza intentaba enfocarse en sus obligaciones.
Pero Jeon Jungkook nunca se lo dejaba fácil.
Min maldecía en silencio a su jefe, Kim Namjoon, que había contratado a aquel niño bonito para ayudarlo. Eran sólo ambos encerrados en aquel cuartito de dos metros cuadrados.
Y Jungkook era como el mayor pecado de Yoongi hecho persona. Sensual, atractivo, inocente. O tonto. Porque Yoongi no quería creer que Jeon lo provocaba a propósito. A penas y conversaban.
Sin embargo, cada día desde que ese niño había llegado a la oficina, Yoongi debía de lidiar no sólo con las exigencias de su jefe, sino también con las erecciones que Jungkook le causaba.
¿Cómo mierda podía chupar tan indecentemente aquella inocente paletita? Y lo mejor es que siempre, siempre comía de fresa.
Sus labios siempre quedaban rojos y apetecibles.
Yoongi ya no era un adolescente, así que no le avergonzaba su deseo sexual; lo que le avergonzaba eran sus estúpidas erecciones por culpa de una paletita. Una maldita paletita.
Estaba jodido.
Y Yoongi estaba frustrado también, porque el jodido debería ser Jungkook, no él.
Y el estúpido de Jungkook ignoraba sus insinuaciones. Ah, maldito niño bonito. Tan cruelmente provocador.
—¡Yoongi hyung! —observa desconcertado a Jeon, que lo analiza con el ceño fruncido. —Namjoon hyung lo busca.
Min asiente, aún sin entender muy bien, haciendo el ademán de ponerse de pie hasta que nota el gran bulto en sus pantalones ajustado. Mierda.
—No puedo ir en este momento, estoy con algo super importante. ¿Vas?
Observa cómo Jeon bufa y asiente finalmente, poniéndose de pie y dejándole a la vista su lindo trasero. Suelta una risita bastante baja y lo observa irse.
Una vez el menor sale de su vista, se apresura al baño, luchando porque nadie lo vea, ni a él ni a su erección.
Un suspiro se libera cuando ya está dentro de un cubículo, con los pantalones y la ropa interior a los tobillos, acariciándose para intentar apaciguar un poco el fuego que había despertado por culpa de Jeon.
Y lo demás es historia.
Ambos se encontraban trabajando en silencio, Yoongi tenía las mejillas sonrojadas sólo de recordar que hace unas horas se había corrido pensando en Jungkook.
Ya eran cerca de las diez de las noche y prácticamente sólo estaban ambos, pues trabajaban directamente con el jefe. Y este era demasiado exigente.
Un bostezo de Jungkook llamó su atención y le hizo soltar un suspiro, estirandose hasta hacer tronar sus huesos.
—¿Quieres un café? —pregunta, sonriendo cuando lo ve asentir y sin decir nada más, se retira.
Minutos después, Yoongi regresa y observa como Jungkook está de pie, estirándose. El menor lo mira y dibuja una sonrisa, agradeciendo en un murmuro por el café. Yoongi se sienta levemente en el escritorio de Jeon mientras toma un sorbo de su taza.
—¿Puedes seguir? O ¿prefieres seguir mañana?
—Estoy bien, hyung. Solo necesito un poco de cafeína para despertar —aquella dulce sonrisa provoca un escalofrío en su cuerpo, y debe ahogar un jadeo.
Aparta su mirada, levemente tímido cuando siente su miembro reaccionar a su lindura. ¿Estaría enamorado? ¿Obsesionado tal vez?
—¿Yoongi? ¿Todo bien? —pregunta dulcemente el menor, al notar su repentina actitud extraña.
El mayor solo asiente, alejándose un poco de él e incorporándose para dirigirse a su escritorio.
Los dedos de Jungkook rodearon su muñeca, jalándolo con levedad.
—¿Seguro?
—Muy seguro —responde con voz ahogada, avergonzándose cuando su pantalón comienza a sentirse mucho más ajustado.
—No te creo —afirma el menor luego de un momento, soltando sin embargo el agarre.
—Pues, no es mi problema —menciona a la defensiva, alejándose cada vez más avergonzado.
—He notado como me miras, hyung.
Bien, Yoongi estaba jodido.
—No te miro de ninguna forma, estás delirand-
—Me deseas —corta sus palabras mientras avanza hacia él. —Siempre tienes una erección encima. Y me observas; me observas con lujuria.
—Eso no es cierto.
—Yo también te deseo —posa su mano en su bícep izquierdo, apretando levemente el músculo; consiguiendo así la mirada del mayor en él.
Yoongi alza una ceja, sorprendido por la declaración y traga grueso, su erección tomando el mayor tamaño posible.
—Me alegra que mis provocaciones hayan servido. Tenía miedo de enfermar antes de llegar a este momento —menciona Jeon, mientras empuja a Yoongi para que se apoye en el escritorio del mayor. Sube sus manos hasta su cuello, juntándose ambas en la nuca del contrario y acercándolo a su boca. —Por fin caíste.
—Pequeño diablo —gruñe Yoongi, tomando sus labios con suficiente dominancia para hacer que las piernas de Jungkook flaqueen, atontado.
Vuelca todo en la boca del más joven; el deseo acumulado y el enojo de saber que Jungkook lo hacía a propósito.
Sus manos se mueven ágiles por su cintura, su espalda y finalmente llegan a su trasero, consiguiendo apretujar aquellas tentaciones.
El jadeo que Jeon ahoga en su boca es suficiente para saber que no podrá detenerse, por lo que velozmente desabotona la camiseta del contrario, gruñendo satisfecho al sentir la suavidad de su piel contra las puntas de sus dedos.
Se separan sólo para que los labios de Yoongi, sin descanso alguno, se peguen a sus clavículas, besando, lamiendo y chupando.
Las manos ansiosas de Jungkook se mueven ágiles para desvestir al mayor, encontrando su lugar en los sensibles pezones del mayor.
Yoongi jadea cuando Jungkook los pellizca, lo que provoca una sonrisa en el chico, avisando con ese gesto que no iba a detenerse. Y no lo hizo.
Los labios de Yoongi descendían por el pecho de Jungkook, mientras los dedos de él se dedicaban a pellizcar los sensibles botoncitos de Min.
Yoongi se apresuró entonces a tomar entre sus labios aquel pezón izquierdo, rosita, que pronto se puso completamente erecto. Los gemidos de Jeon fueron lo único que se escucharon. Sus manos torpes dejaron en paz el pecho del mayor y se dirigieron a su cabello, jaloneándolo y luego empujándolo contra su pecho, pidiendo así que siguiese.
El mayor ahogó una risa satisfecha y se dedicó a acariciar uno y lamer otro, alternándose de vez en cuando, hasta que el pecho de Jeon brilló por toda su saliva.
Yoongi se apresuró a tomar sus cadera, dando una media vuelta para sentarlo en su escritorio, apresurándose a apartar la laptop hasta un lugar seguro y tirar el resto al piso, acomodando a su compañero ahí.
Se hizo un espacio entre las piernas del otro, subiendo sus manos venosas desde sus tobillos hasta aquellos gruesos muslos que deseaban morder. Pero ansiaba más sus labios.
Volvieron a juntarse en un beso más húmedo, más desesperado. Sus belfos se movían veloces, con torpeza, al igual que ambos pares de manos.
Jungkook se apresuró a rodearlo por completo con sus piernas, causando que ambas erecciones se tocaran y robaran gemidos de los dos.
Sus manos volvieron a su anterior labor, encontrando encantador como Yoongi se retorcía de placer por los pellizcos y caricias en sus sensibles pezones.
El mayor movía su cadera rítmicamente, rozando ambos penes con las incómodas telas de por medio, mientras sus manos finalmente se guiaban al botón de los pantalones negros de Jeon. Su cuerpo vibraba de vez en cuando, leves escalofríos le recorrían cada vez que Jeon pellizcaba sus pezones, ni siquiera sabía que aquello le gustaba. Sus mejillas estaban sonrojada y sus insaciables labios ahora estaban chupando la suave piel de sus hombros, mientras comenzaba a luchar para desvestirlo.
Pronto aquellos pantalones estuvieron en el piso, y Yoongi apreció, con la boca hecha agua, el gran bulto en aquellos bóxers blancos.
Lo único que lo distrajo fue la falta de tacto en su pecho. Aquellas manos habían viajado a su pantalón para desvestirlo también. Pronto también se fue la ropa interior, dejando al aire aquellas dos erecciones duras, firmas, alzadas contra sus abdómenes.
—Voy a demostrarte lo bueno que soy chupando paletitas —murmura Jungkook, sin despegar su mirada de los ojos gatunos de Min. Se arrodilló frente a él, quedando cara a pene.
Una sonrisa ladina apareció en sus labios y se inclinó a dejar un beso en su punta, sacando luego la lengua para rozarla. Jungkook se dio cuenta que no hacía falta lamer para lubricar, el presemen ya se había hecho presente.
Por tanto, apresuró sus manos a acariciar la erección del mayor, rítmicamente, con lentitud, disfrutando del roce de su piel estirada, mostrando unas cuantas venas aquí y allá.
Uno o dos minutos pasaron cuando Jeon consiguió que el miembro de Yoongi estuviera erecto en todo su esplendor. Y entonces el show comenzó.
Sus labios tomaron el glande, succionando una sola vez; el menor sonrió cuando sintió el estremecimiento que provocó en Yoongi. Y siguió.
Succionó un par de veces más antes de que, finalmente, comenzara a tomar la extensión en su boca, asegurándose de rozar su lengua a su paso.
Yoongi soltó un gemido fuerte cuando su punta llegó a la garganta de Jeon, quien suspiraba satisfecho. Y lo que Yoongi había pensado que era su mejor talento, no estaba ni cerca de serlo.
De pronto, Jungkook comenzó a mover su cabeza de adelante hacia atrás, follándose la boca con el pene de Yoongi, chupando, succionando y lamiendo en lugares estratégicos, que tenían al mayor temblando y gimiendo.
Un orgasmo comenzaba a construirse en el abdomen de Min, su mayor fantasía sexual cumpliéndose. Pero ni siquiera estaban a la mitad, por lo que con mucho pesar, detuvo a Jungkook y lo separó de su triste y adolorido pene.
Cuando el menor estuvo frente a él una vez más, no pudo resistirse a besarlo, sintiendo el sabor agridulce de su propio miembro.
Sus manos fueron directo al trasero de Jungkook, alzándolo para acomodarlo en su escritorio y, en esa ocasión, recostarlo.
Se separó luego de unos, ansioso de apreciar la vista que le ofrecía Jungkook, justo entre sus piernas. Se separó de él lo suficiente y el menor le hizo el favor de abrir tanto como pudo las piernas.
Aquel agujero rosado le llamaba con una clase de picardía. Yoongi rió y llevó sus manos a aquella zona, rozando con su pulgar la entrada de Jungkook.
Jeon se estremeció.
—¿Estás limpio? —preguntó Yoongi en un susurro.
—Me hice un enema esta mañana —responde el menor, sus mejillas sonrojadas. Yoongi sonríe encantado y no se frena más.
—Te enseñaré la tecnología de mi lengua —murmura contra la piel de su rodilla, comenzando a dejar un camino de besos desde ahí hasta llegar a su ano, donde deja un pequeño beso antes de dejar fuera la lengua para humedecerlo.
Lame lo suficiente por los alrededores, sonriendo un momento antes de empujar su lengua en aquel apretado agujero. El gemido placentero de Jungkook es suficiente para saber que puede seguir adelante.
Y no se detiene hasta que su lengua está dentro por completo. Sus labios tocan la piel de su trasero y se dedica a chupar, robándole jadeos cada vez más sonoros a su pareja sexual.
Sus dedos se deslizan hasta llegar a la boca de Jungkook, quien inmediatamente los toma y comienza a lamerlos, enviando pequeños estremecimientos hasta su pene.
Cuando los dedos ya están mojados y el trasero de Jungkook chorrea de su saliva, sus dedos se unen a su lengua, uno a uno, hasta que parece estar lo suficientemente estirado.
Los dedos de Min son largos, y no tardan en hallar la próstata. Un gritito escapa de los labios del menor mientras encorva sus espalda. El índice, medio y anular se encuentran entrando cada vez más velozmente en su agujero, junto a la lengua que toca los puntos correctos, causando un chasquido húmedo.
Los lloriqueos de Jungkook aumentan de intensidad poco a poco, obligándolo a apretar la base de su pene para evitar correrse.
Ese es el aviso de Yoongi para pasar a la siguiente fase. Se separa, dejando un beso en aquel agujero rosita que brilla por la saliva en él.
Escupe en su mano un poco de su saliva y la restriega en su pene para lubricarse mientras se acomoda entre las piernas de Jeon.
—E-entra... ya, por favor, por favor —balbucea el menor, sus piernas abiertas de par en par.
El mayor solo ríe y asiente, tomando con fuerza sus muslos y alineando su pene en aquella entrada. Sus caderas comienzan a empujarse en su interior, lentamente.
Ambos gimen al unísono; gemido largos y lentos, a medida que el gran pene de Yoongi se abre paso en el interior de Jungkook. No tarda mucho para que las caderas de ambos se encuentren, el mayor meneándose un poco para ayudarlo a acostumbrarse al tamaño.
—Muévete —murmura Jungkook unos minutos después. Yoongi sonríe y, sin esperar más, saca casi por completo su erección para empujarse de golpe en su interior, robándole un sonoro gemido.
Y a partir de ese momento todo es caótico, lo único que hace eco son los gemido y gruñidos de ambos, el choque húmedo de pieles y el leve rechinido de las patas de escritorio, que se menea al compás de las caderas de Yoongi.
Yoongi se inclina a pasar su lengua por el torso de Jeon, llegando de nuevo a aquellos botoncitos. Los lame y chupa perezosamente por un rato, hasta que el menor le empuja por los hombros.
—c-cuatro —balbucea únicamente, como si su mente hubiese hecho corto circuito. Pero es suficiente para que Yoongi entienda.
Lo toma de la cintura y lo voltea. Los pies de Jungkook alcanzan el piso y su oene se aprisiona contra el escritorio. Yoongi sigue embistiendo y finalmente ocurre, encuentra la próstata de Jeon. Comienza a golpear ahí, acertando en varias ocasiones, dejando a Jungkook casi en un delirio.
El menor era un desastre de gemido y balbuceos incoherentes, sintiendo como Yoongi le volaba los sesos con aquella buena follada.
Ambos estaban tan cerca de correrse, pero no querían hacerlo aún. Así que como si ambos se leyeran la mente, Yoongi apaciguó sus embestidas, reduciéndolas a pequeños empujes.
—Necesito montarte —murmura Jungkook, su voz ronca y su garganta seca.
Yoongi asiente y sale de él, apresurados toman lugar en la silla del mayor, Jungkook sentándose sobre su regazo y empalándose de una vez. Con esa posición, fácilmente llega a su próstata.
El menor entonces lloriquea y, apoyado en sus hombros, comienza a saltar sobre su regazo, veloz y ágil.
Sus labios viajan desesperados a los pezones de Yoongi, de alguna forma encantado por cómo su cuerpo reaccionaba a esa estimulación. Puede sentir aquel pene en su interior vibrar cuando muerde la puntita de uno, satisfaciendolo.
Entonces ambos se vuelven un húmedo desastre. Labios chupando los pezones del otro, manos aferrándose al contrario y aquel chasquido de muslo contra muslo.
Los gemidos ahogados de Jeon como música para sus oídos y los espasmos del cuerpo de Yoongi se vuelven la adicción del joven.
Jungkook siente su orgasmo construirse, por lo que acelera tanto como puede.
—Ya.. casi —menciona con voz ahogada. Yoongi asiente, dándole un silencioso permiso que le deja finalmente liberar su orgasmo.
Es arrasador; potente y abrumante. Yoongi se encarga de seguir golpeando su próstata, alargando su corrida.
El último golpe le provoca un doloroso placer, robándole un gemido sin aliento cuando luego siente el típico calor del semen en su interior. Ambos respiran agitados, Jungkook apoya su frente contra el hombro y toma una vez más aquel pezón bonito, riendo cuando escucha el gruñido de Yoongi.
Pero no se detiene, lo lame y chupa, descubriendo luego que eso logró alargar el orgasmo de Yoongi.
El silencio dura unos minutos, mientras ambos intentan recuperarse del intenso orgasmo al que llegaron.
—Eres un mocoso —Yoongi es el primero en hablar. Una risita divertida se escucha de parte del menor.
—Me gusta chupar —murmura contra la mejilla sonrojada de su compañero de trabajo, besando luego esa zona. —Estoy seguro que puedes llegar a un orgasmo con tus pezones, pequeño y lindo sensible.
Yoongi gruñe humildemente, sin poder ocultar el sonrojo en sus mejillas.
—Eres un mocoso —repite únicamente, su rostro se oculta en el cuello del menor y suspira, contento.
Y pensar que toda aquella experiencia fue gracias a unas tontas paletitas.
Muchas gracias por leer. Espero les guste🥺 es la primera vez que escribo un smut para publicar. Sbdskf.
Lo subo como una especie de agradecimiento por los 100 votos✨ la verdad nunca creí que alguien llegaría a leer este librito, así que estoy muy agradecida que lo hagan.
Pronto subiré más contenido, pues he estado completando varias ideas de os que tenía a medias y también pienso escribir drabbles inspirados en canciones, así que espero actualizar más seguido.
De nuevo, muchas gracias por leer, votar y comentar.
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