“Encerrados.”
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Era día de estar con mis amigos como cualquier otro viernes saliendo de la universidad. Aunque no todos fuéramos ahora en el mismo colegio, seguíamos frecuentandonos porque las amistades verdaderas como las que tengo con ellos son muy raras de encontrar.
— Entonces, estaremos juntos toda la vida — Fue la última frase de la película que vimos durante dos horas y vi que Emma, la más sentimental de todos estaba llorando.
— Ven aquí amor — La atrajo Yugyeom, su novio.
— ¡Oh no! En mi casa no aceptamos cursilerías — Aclaro Suzy y reí al ver su expresión.
Era bueno que pudiéramos seguir siendo amigas a pesar de que solía salir con su hermano, lo malo es que las cosas con Yoongi no terminaron muy bien así que esperaba que él llegara cuando yo ya no estuviera en su casa. Solo para evitar malentendidos.
— Bueno chicos, supongo que es hora de que me vaya antes de que comience a llover.
— No, _____ aún es muy temprano — Puchereo Karina haciendo una cara tierna para convencerme de que me esperara un rato más.
— Lo siento Kar, tengo muchas tareas que hacer y no quiero estar todo el fin de semana...
En ese momento se escuchó un rayo a lo lejos y la lluvia comenzó a caer de un momento a otro.
— Bueno, supongo que tendrás que estar aquí más tiempo — Me abrazo la de cabello negro y solamente rodé los ojos.
Segundos después escuché la cerradura abrirse y mi corazón comenzó a latir rápidamente. Mil veces más de lo usual.
Suzy volteo a verme sabiendo justo lo que estaba pensando.
Yoongi entro todo empapado gracias a la lluvia y no pude evitar notar lo bien que se veía con su cabello negro mojado bajando por su frente y cuando sus ojos me encontraron no pude controlar mis sentimientos.
Una ola de calor me rodeo y voltee al sillón, fui a sentarme fingiendo que nada pasaba.
— ¡Hola hermano! Hace mucho que no te veía — Se acercaron Yugyeom y Jungkook a saludarlo.
Platicaron unos segundos que para mí fueron eternos.
— ¿Te sientes bien? Estás muy roja — Comento Karina y Suzy le dió una mirada de advertencia.
— Lo siento _____, no quería que te sintieras incómoda — Susurro la de cabello castaño ondulado y le sonreí.
— No te preocupes, puedo manejarlo.
Obviamente mentí, me refiero a que ¿Cómo podía controlar estas ganas de correr hacia Min y decirle que quería que volviéramos cuando claramente el fue quien rompió conmigo por culpa de su "ocupado" trabajo?
De pronto otro rayo cayó con la lluvia y salte en mi propio asiento. Odiaba los truenos ¿Porqué diablos tienen que existir? No es como si fueran útiles para algo...
— Oh _____ ¿Te siguen dando miedo los truenos? — Pregunto Jungkook y revolvió mi cabello.
— ¿M-Miedo? Para nada — Negué con la cabeza y otro cayó un poco más cerca, esta vez salte un poco más y todos se rieron de mi.
— ¿Te quedas para ver el capítulo que salió de La casa de papel? — Le preguntó Yugyeom a Yoongi.
El pareció pensarlo por un momento.
— Solamente me cambio está ropa mojada.
Subio a las escaleras y el oxígeno volvió a mis pulmones.
— Mientras voy por un vaso de agua — Les informé y me fui corriendo.
Cerré la puerta detrás de mi y pase saliva. Lo mejor era irme aunque lloviera, incluso puede que la lluvia cure las heridas que volvieron a abrirse en mi memoria...
Camine hasta el estante y saque un vaso de cristal, tome la jarra y lo serví a la mitad. Comencé a tomarle hasta que no quedo nada en el.
Los nervios me ponían sedienta fácilmente.
Me serví otro para llevármelo y cuando iba a salir la puerta se abrió, dejando ver a la persona que ponía mi mundo al revés.
Casi tira mi vaso así que tuve que sostenerlo fuerte.
— ¿Cómo has estado? — Fue lo primero que pregunto cuando la puerta se volvió a cerrar.
— Bien — Respondí y desvíe mi mirada a un mueble del lugar —. ¿Qué hay sobre ti?
El resoplo y el celular que traía en la mano lo azotó en la mesa de madera.
— No voy a tener está plática incómoda como si no pasará nada — Fue directo al grano como acostumbraba.
— Entonces dime qué es lo que pasa — Pregunté cansada.
Me miró por un momento y relamio sus labios lentamente.
— Te extraño.
Esas dos palabras me enrojecieron y fruncí el seño.
— Oh, es eso — Asentí procesandolo —. Te hubieras dado cuenta hace un mes ¿No lo crees?
— Tu sabes que soy lento para estas cosas como las relaciones, pero también sabes que nunca te miento.
Era cierto, en los ocho meses que estuvimos juntos jamás me engaño de ninguna manera.
— ¿Y qué hay de tu trabajo? ¿Cómo sabes si no me gusta alguien más ya?
— No intentes distraerme, se que no tienes a nadie más — Respondió convencido —. Y mi trabajo ya no puede ser más importante que tú.
Mordí mi labio inferior sin estar segura de que decirle.
— No puedo darte una respuesta ahora, solo vayamos a ver esa serie antes de que vengan a buscarnos.
Salí de la habitación y unos segundos más tarde él.
— ¿Ustedes planearon esto, cierto? — Reclamé cuando ví que el único asiento libre para el pálido era a mi lado.
— Fue su idea — Señalaron todos a Emma y ella solo alzó sus hombros resignandose.
El llegó y le dieron play a la serie. Lamentablemente aún seguía lloviendo y el que Min estuviera a mi lado en cierta manera me tranquilizaba.
Su aura protectora me hacía sentir bien.
El capítulo avanzo y otro relámpago me asustó así que me encogí en mi asiento. Repentinamente sentí sus conocidos brazos rodeandome y recargo su cabeza en mi hombro.
Mentiría si dijera que no me gusta esta sensación.
— ¿Qué haces? — Susurré y afortunadamente los demás estaban poniendo toda su atención en la pantalla.
Su boca subió hasta estar cerca de mi oído y me susurro:
— Sigues oliendo tan bien como cuando te conocí.
Esa frase no fue lo que me hizo sentir mariposas, sino su acción de depositar un beso en mi oreja antes de que regresará a solamente recargar su cabeza en mi.
De pronto su mano llegó a la mía que se hallaba en mi pierna y las entrelazó. Quería tomar una foto de nuestras manos juntas, me gustaría que mis emociones pudieran ser retratadas.
Su pulgar acariciaba mi palma como en los viejos tiempos y justo ahí supe que desde hace mucho ya le pertenecía y así seguiría siendo.
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— F. M.
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