★ OS ⟨The Resistence⟩

«Asι ᥱs ᥴomo ᥒos ᥣᥱvᥲᥒtᥲmos
Fᥙᥱrtᥱ ᥴomo ᥙᥒ hᥙrᥲᥴᥲᥒ, mᥲs rᥙιdosos qᥙᥱ ᥙᥒ trᥱᥒ dᥱ ᥴᥲrgᥲ
Asι ᥱs ᥴomo ᥒos ᥣᥱvᥲᥒtᥲmos
Eᥣ ᥴorᥲzoᥒ ᥣᥲtᥱ mᥲs rᥲριdo, sᥱ sιᥱᥒtᥱ ᥴomo trᥙᥱᥒo
Mᥲgιᥲ, ᥱstᥲtιᥴᥲ, ᥣᥣᥲmᥲmᥱ ᥙᥒ fᥲᥒᥲtιᥴo 

Es ᥒᥙᥱstro mᥙᥒdo, ᥱᥣᥣos ᥒᥙᥒᥴᥲ ᥣo ρodrᥲᥒ ᥱᥒtᥱᥒdᥱr
Asι ᥱs ᥴomo ᥒos ᥣᥱvᥲᥒtᥲmos
Es ᥙᥒᥲ rᥱsιstᥱᥒᥴιᥲ,
No ρᥙᥱdᥱs rᥱsιstιrᥒos»

The Resistence — Skillet








Hacer garabatos en las paredes de ladrillo de los edificios en esa noche oscura y fría parecía de película, más cuando sabías lo que posiblemente podía suceder si alguien nos veía en estos momentos.

Tracé con el aerosol negro sobre el dibujo, rebordeando con el mismo y darle su finalizado. Mientras YoonGi se limitaba a marcar el lugar con nuestro logo. Nuestra resistencia. Nuestro pueblo que exigía libertad. Me alejé un poco de la pared para poder contemplar mi obra de arte plasmada en la pared justo a mi frente. Tiré al suelo la lata de pintura vacía y miré a mis amigos haciendo lo mismo y repartiendo dibujos y mensajes de libertad por toda las paredes.

—¡Ey, deténganse! —exclamó una voz masculina, fuerte y gruesa.

Giré la vista, al igual que mis compañeros. Era un oficial de policía que estaba patrullando. YoonGi desvió unos segundos los ojos hacia mí, como si me estuviese preguntando qué hacer. Yo también le devolví la mirada.

El policía nos apuntaba con su arma, aunque su pulso le temblaba levemente. Era notable el miedo en su cuerpo. Avancé unos pasos apaciguada, con tranquilidad y automáticamente el arma paró apuntando en mi cuerpo. Sin disparar, solo amenazando con hacerlo.

—No estamos haciendo nada malo. ¿Es acaso el arte y expresión un delito? —se lo cuestioné.

—En estos tiempos, lo son.

—Sólo pedimos ser libres.

El oficial se mantuvo en silencio unos segundos sin apartar la mirada clavada en la mía, expresando algún tipo de miedo y aborrecimiento al mismo tiempo. Mientras yo, intentaba marcar una demanda y al mismo tiempo intenté tener una mirada tranquila, que no llegase asustar al policía y acabase por dispararnos.

—Soy el oficial Kim, solicito refuerzos en el centro de Seúl. Hay un grupo de humanoides reunidos causando caos.

—Corran. —escuché a YoonGi gritar y como él lo dijo, automáticamente todos se dieron media vuelta y comenzaron a huir, abandonando los aerosoles y bolos que habías traído con nosotros.

Escuché un par de disparos que el oficial hizo y los cuales desgraciadamente impactaron en algunos de mis compañeros, cayendo al asfalto a mis lados.

Giramos a la derecha, en un intento en vano por cubrirnos de las balas creadas especialmente para acabar con la vida de las personas como yo. Los humanoides.

La velocidad en la que mis compañeros corríamos por las calles asfaltadas y cubiertas por grandes charcos de agua sucia debido a la resiente lluvia. Habían caído un par de los nuestros en la huida, sin embargo no tuvimos la intención de detenernos. Si lo hacíamos era una simple faena publica y nuestro cometido jamás se haría realidad.

—¡YoonGi, suelta eso! —le espeté al ver que se detenía para tomar un arma. Los policías estaban a unos cuantos metros disparando hacia nosotros. No me hizo caso por lo que lo tomé del brazo y jalé de él para huir con mis compañeros.

Tropezó un poco con sus pies pero al final acabó corriendo a un lado mío.

Escuché unos disparos al frente y unos pares más de mis compañeros cayeron inertes al suelo, podía divisar entre las figuras de los que quedaban de pie unas luces de un vehículo (que yo supuse) patrulla. Ellos ya no corrían, de hecho estaban paradas rodeando algo. Confundida caminé hasta la pequeña concentración siendo seguida por YoonGi el cual de todas maneras tomó el arma tirada en el suelo. Me siguió por detrás.

Me hice paso entre mis compañeros hasta acabar al frente y noté dos cuerpos de policías arrodillados en el suelo, temblando del miedo. Mientras uno de los mios les apuntaba.

—Mataron a los nuestros. Deben morir. —habló Lucas con una voz profunda y llena de odio. Podía jurar que podría escupir veneno tan solo con hablar.—Mátalos Serkt.

Me pasó el arma, la cual tomé en manos y YoonGi me miró con el mismo arma que había tomado del suelo y le apuntó al otro compañero.

—N-no por favor. —habló Jung y me miró con el terror implantado en sus ojos.—No lo hagas, Kristal.

—¿Hacer qué? ¿Lo mismo que ustedes? —cargué el arma que empuñaba y pude notar como el miedo amenazaba con apoderarse de él e iniciarlo a llorar.—Ni hablar.

Guardé el arma en mi cinturón.—Ustedes me usaron como máquina para los trabajos sucios por mucho tiempo. Eso se acabó.

YoonGi me volvió a observar, sin dejar de apuntarle al otro compañero. Jeon. Parecía molesto con mi decisión, pero es que ni siquiera me importaba si le disgustaba lo que hacía o no. Le devolví la mirada al de cabellos oscuros.—Si le quieres disparar, hazlo. No voy a detenerte en el intento.

Pareció confundirse más, pero no lo hizo, acabó haciendo lo mismo que yo: Guardar el arma.

.

—Serkt. —escuché Amanda llamarme. Desvié la vista de la herida de Lucas en el brazo, deteniéndome un momento en el vendaje.—¿Por qué no disparaste? Mataron a varios de nosotros.

—¿Y de qué nos serviría? —le cuestioné esta vez y nuevamente desvié mi vista al vendaje, iniciando con enrollar la venda en el brazo del morocho.—Sólo nos transformaríamos en ellos, y no es lo que nosotros queremos. ¿O sí? Matar todo lo que es desconocido.

—No, pero ellos nos mataron. Podríamos haber cobrado venganza. —apareció en la escena YoonGi. Parecía malhumorado. Y con los brazos cruzados se apoyó en la pared sin apartar la interrogadora mirada de mí.—No es cuestión de convertirnos en humanos, sino de cobrar el puto daño que nos hacen.

—Si nos vengaríamos y cobraríamos todo lo que nos han hecho, el mundo acabaría en las ruinas. —les contesté y terminé de vendar la herida de Lucas. Levanté la vista hacia él con una mirada de satisfacción y él me miró agradecido.

—Entonces, ¿Qué haremos? —escuché el tono molesto de YoonGi a mis espaldas.—Si no hacemos algo ellos acabarán matándonos, uno por uno.

—YoonGi. —me levanté de mi lugar y enfrenté su envenenada mirada.—No es necesario usar la violencia para hacer un cambio en la sociedad, entiéndelo.

—Ya. Pero cuando ellos no comprenden por las buenas, se tendrá que hacer por las malas. —escuché Amada hablar y me volteé a verla.—Si no atacamos ellos pensarán que somos unos jodidos débiles y cobardes por no atacar.

—Si atacamos nos verán como violentos y querrán reprimirnos en todo momento.

—¡Serket entiende que ellos no nos ven como violentos o pacifistas! —la voz enfadada de YoonGi retumbó en mis odios.—¡Ellos nos ven como seres a los que deben matar! ¡Sólo por ser diferente a ellos! ¡Porque esos malditos hijos de perra es lo único que saben: Matar!

—¡Solo porque a ti te han tenido en un puto campo de concentración! —le grité de inmediato. Y de pronto la habitación donde estábamos se transformó en un silencio increíblemente denso, sepulcral y mortífero. Ni una espada cortaría esta tensión en el ambiente. La mirada de YoonGi aún se mantenía llena de odio y enfado, pero pude ver que también había algo de dolor en su expresión. Me había pasado con ello.—YoonGi... yo...

—No. Tienes razón Kristal, toda la razón del mundo. —se alejó de mí y a paso apretado abandonó la habitación dejándome con el arrepentimiento y la molestia de mis amigos.

Amanda me miró casi decepcionada. Como si lo que dije había matado alguien sádicamente. Y Lucas se mantenía en silencio, sin decir nada ni tampoco parecía juzgarme. Pero muy en el fondo sabía que me quería decir que me disculpara con él.

Suspiré y de la misma forma que YoonGi abandoné la habitación. Sabía que YoonGi lo había atrapado en un campo de concentración durante cinco años hasta que consiguió escapar, sin embargo no logró salvar a su hermano menor. En el momento del escape lo había asesinado frente a sus ojos. Encontró a Lucas y él lo trajo a nuestra base oculta. YoonGi no era alguien de mucho hablar pero podía expresarlo todo tan sólo con los ojos. Hacía tan solo unos dos años acabamos convirtiéndonos en pareja. Siempre tenía problemas con nuestras decisiones, en especial cuando dejaba vivir algún humano.

Yo aún mantenía un poco de esperanza en ellos. Aún presentía que los seres humanos no eran tan malos como los pintaban, me auto convencía a mí misma de que habías personas allí afuera que no eran así.

Aparté en silencio la tela de cortina vieja hasta observar a YoonGi sentado al borde, observado hacia la ciudad. Era un viejo almacén a las afueras de la ciudad. Caminé sin decir alguna palabra hasta acabar sentándome a un lado de él. Tenía la mirada baja, jugando melancólicamente con sus dedos, seguramente recordando su tan doloroso pasado. Y aunque yo me había sentado a su lado y esté molesto conmigo, no pareció importarle en lo absoluto. Actuaba como si yo no estuviese ahí. Me sentía mal al verlo así, y más por haber sido mi culpa. No sabía cómo disculparme con él y que no me enviara muy lejos de aquí con un solo insulto.

En silencio y con cuidado descendí mi cabeza hasta apoyarla ligeramente sobre su hombro, intentando transmitirle lo arrepentida y mal que me sentía por haber dicho lo que dije. Mi acción no le incomodó ni tampoco le causo algo. Seguía sumido en su mente viendo su pasado pasar nuevamente por sus ojos, sumido en su dolor y tortura mental. Aquello por lo que día a día despertaba asustado, llorando o gritando. Estaba terriblemente marcado por ello.

—¿Por qué... ¿Por qué los humanos intentan destruir lo que desconocen? —le oí cuestionarse con un tono suave y triste.—Sé que somos seres extraños, pero podríamos vivir en paz si no lo propusiéramos. ¿Por qué matan?

—Tal vez matan porque nos tienen miedo. —le contesté y apaciguadamente tomé una de sus manos entre las mías, intentando darle un apoyo físico y emocional al mismo tiempo.—Yo... YoonGi, lo siento. No quise decirte eso, fue solo la presión del momento. —me disculpé.—Sé que lo que tú has padecido no se compara con ningún otro dolor y haberlo mencionado estuvo mal. Lo siento.

—Yo también siento haberte presionado, haces lo posible por darnos nuestra libertad de una manera contraria a la violencia. Y tienes esa esperanza, —se giró para verme y yo le miré.—esa esperanza que nos muestras y das. Nos inspiras a que mañana seremos libres y seremos quienes queramos ser.

Una sonrisa pequeña se pintó en mi rostro cuando él acabó de hablar. Sus ojos mostraban una tranquilidad y melancolía inexplicable, sus ojos no parecían cansados o enfadados. Mostraban estar en paz, como si a nuestro alrededor no estuviésemos al borde de una guerra civil. Y de pronto le vi sonreír de la misma forma, regalándome una bella y pequeña sonrisa de labios. Era preciosa. Casi nunca lo había visto sonreír de esa manera (por no decir nunca). Quería verlo sonreír más.

—Te amo. —le oí susurrar. Únicamente audible para mi.

Mi corazón saltó en su lugar, emocionado y conmovido. Se sentía genial este sentimiento.

De pronto, mi cara se manchó de salpicaduras rojas. Y mi rostro se torció drásticamente en una de horror. Observé como el rostro de YoonGi se fruncía de dolor y mis oídos entumecidos no podían oír nada, a consiguiente tampoco escucharlo gritar del dolor. Tardé unos segundos en asimilar qué pasaba, le habían disparado. Un puto y jodido franco tirador humano le había pegado un tiro en la cabeza.

El cuerpo de YoonGi tambaleó en su lugar mientras yo inmediatamente comencé a llorar y gritar de la misma desesperación. Quise agarrar su cuerpo pero había sido demasiado tarde, se abalanzó hacia el frente y cayó den quinto piso. Luego, sentí una bala incrustarse en mi cuerpo, pegando en mi pecho. Sentía como desgarraba todo a su paso y se detenía en alguna parte al interior de mi. Dolía como mil diablos, como si te quemaras accidentalmente. De pronto el aire dejó de llegar y se me dificultaba cada vez más, mi cuerpo exigía respirar pero algo me lo impedía. Hasta que al final y lentamente todo lo que estaba a mi alrededor de volvía negro y lejano. Había muerto.

Y ahora entendía exactamente todo. YoonGi odiaba a los humanos porque ellos le quitaron lo quemás amaba. Y ahora también a mi, me quitaron a YoonGi, y no contentos con eso,me arrebataron la vida. Así de jodidos y egoístas eran los seres humanos. 





















~~~~~~~~~~
Ndlamdjialsñ
Me leí la letra de The Resistence
y se me ocurrió esto lmao
Espero que les haya gustado sorry

¿Cuánto miden sus manos?
Mi mano mide 14cm :'v

-Homicidal_Bloody

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top